Crónica Festival TerrorMolins 2015 día 5

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Howl

Cuando el tren nocturno tiene que frenar en seco debido a que algo bloquea su camino, los pasajeros empiezan a ponerse nerviosos, más y cuando se dan cuenta que hay algo acechándoles en el exterior… Deberán permanecer unidos para intentar sobrevivir a los ataques de la misteriosa criatura.

Después de adentrarse en el realismo más extremo con la explicita “The Seasoning House” el realizador británico Paul Hyett nos presenta su segundo trabajo tras las cámaras, “Howl” se aleja por completo del tono de su anterior película, estamos ante un film más de género, un survival licántropo de tono algo convencional y un trabajo en definitiva inferior a su opera prima pues da la impresión de que Paul Hyett se limite a tirar de manual a la hora de usar ciertos tópicos del género de terror moderno y no de un paso más hacia delante, con presentar ciertas referencias no basta, se ha de saber utilizar las herramientas que se dispone de forma adecuada para que el producto cumpla su cometido con cierta corrección.

En “How” tenemos a un grupo de personajes variopintos, de un trazado excesivamente esquemático, uno de los grandes déficits del film, encerrados en un reducido espacio (un tren de cercanías) que han de hacer frente a una amenaza exterior, un guion que está plagado de momentos irrelevantes y excesivamente planos y que hace aguas de una forma muy evidente, en contraposición “Howl” apunta virtudes muy esporádicas, principalmente en lo referente a aspectos técnicos, un buen uso de la iluminación o una acertada utilización de la prótesis tradicional de látex sustituyendo casi por completo el uso de CGI a la hora de presentarnos el diseño de los hombres lobos. Paul Hyett apuntaba más alto con su anterior película, en “Howl” nos presenta un producto que solo funciona como una simple serie B muy al uso, un envoltorio ya visto en demasiadas ocasiones con anterioridad.

Valoración 0/5: 2


The Hallow

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Adam y Clare se mudan a una zona rural con su hijo recién nacido. Enseguida empiezan a recibir advertencias sobre los malos espíritus que pueblan el área, pero la joven familia prefiere disfrutar la belleza de los bosques.

La irlandesa “The Hallow” se presentaba bajo los rasgos de ser una pieza de terror que en su argumento bebe de leyendas y  folklore local, una en apariencia pieza de horror de campiña de claro tono british que partía de referencias y estilos tan estimulantes como el “The Wicker Man” de Robin Hardy o la reivindicable “Wake Wood” de David Keating entre otras muchas, lo cierto que el debut del joven Corin Hardy en la dirección nos ofrece un catálogo de referencias que más que influenciarse de ese tono de horror campestre tan característico en los setenta lo hace  más hacía un estilo cinematográfico que la emparenta hacia la monster movie de serie B ochentera, para ello utiliza unos convencionalismos muy reconocibles dentro del propio género que sirven al mismo tiempo para desarrollar esa mitología propia en lo referente a su argumento, se apoya más en un tipo de terror seco y archiconocido en lo que son sus pautas narrativas, se podría destacar unos atributos visuales tales como el diseño de las criaturas de clara fabricación artesanal que nos remite a la etapa antes mencionada o una fotografía de tono oscuro bastante conseguida, lástima que estos apuntes queden algo diluidos al integrarlos dentro de una historia muy simplona y repetitiva sobre todo en su parte final que hacen que un producto como “The Hallow” no trascienda mucho más allá de ser un mero y algo convencional disfrute para el aficionado de un terror claramente reconocible y muy al uso en todo lo que nos expone.

Valoración 0/5: 2

 

Turbo Kid

En un futuro post-apocalíptico, el agua es un bien muy preciado y en todo el mundo solo hay una ley, la del más fuerte. The Kid es un joven que se ha criado solo en un mundo duro y cruel, gracias sobre todo a la ayuda de cómic retro y otros objetos de tiempos pasados que se han convertido en su particular obsesión. Con ayuda de compañeros que irá encontrando a lo largo de su camino deberá luchar contra Zeus y su grupo de salvajes que se han auto-proclamado los jefes de todo el territorio.

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La reivindicación-añoranza de los ochenta en su vertiente más cinematográfica ha sido un denominador común en estos últimos años, libros, documentales, mediometrajes… “Turbo Kid” se presentaba como la obra tributo por excelencia, la ópera prima del trio canadiense compuesto por François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell no deja de ser una versión en largo del cortometraje “T is for Turbo“, uno de los episodios que formaban parte de la antología “The ABC’s of Death“.

Turbo Kid” es un thriller retrofuturista que solo funciona como vehículo destinado para despertar la nostalgia de aquella época a través de un catálogo de referencias genéricas esbozadas de manera algo torpe, un efecto efervescente que puede ir diluyéndose conforme avanza el film, pues estamos ante una historia sin ningún tipo de interés en lo referente a personajes y argumento, a imagen y semejanza de las series B de los ochenta, el problema viene dado a la hora de que el espectador de hoy en día aparte del guiño nostálgico quiere algo más, y ese plus evidentemente “Turbo Kid” está muy lejos de ofrecerlo, pues por mucha predisposición que vayamos a la hora de su visionado olvidamos que básicamente nos enfrentamos ante una simple gamberrada, y todo lo que ello comporta. Estamos ante una película en definitiva que requiere de forma forzosa una mirada cómplice, es la única manera de que funcione el invento en sí mismo, de ahí la importancia de verla en determinadas circunstancias y espacios, si se prescinde de estas vicisitudes su visionado puede llegar a convertirse en una auténtica tortura.   

Valoración 0/5: 2’5


We Are Still Here

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Una maldición hace que, cada 30 años, un horror oculto tenga que asesinar a la familia residente en una antigua mansión. De lo contrario, el terror se cernirá sobre todo el pueblo. Ahora, una familia se acaba de mudar desde la ciudad, pues acaba de perder a su único hijo y trata de comenzar una nueva vida.

El género de terror de manera continua ha sufrido una cierta saturación formal en sus conceptos a lo largo de su historia, si un producto ha funcionado se ha exprimido su fórmula hasta agotarla, en los últimos años de una manera más evidente, se intensifican las secuelas y van apareciendo en exceso los remakes, precuelas o reboots como una forma poco original de continuar o alargar un éxito, por eso no es tan extraño que en estos últimos años hayan ido aparecido una serie de autores que reformulan viejos conceptos, unas coordenadas que en un pasado fueron fructíferas dentro del género, una mirada hacia atrás en busca de una frescura autoral que bien puede servir como un simple homenaje o como una forma de refrescar un panorama anclado en un inmovilismo y una falta de ideas nuevas bastante preocupante, Ti West, Joe Begos o Adam Wingard son solo algunos nombres que han intentado poner en práctica esta fórmula, Ted Geoghegan con su opera prima “We Are Still Here” es el último en añadirse a la citada lista.

We Are Still Here” se mueve dentro del subgénero de las casas encantadas, poseedora de un tono y unas coordenadas que recuerda mucho a cierto tipo de películas de los setenta y principios de los ochenta, muy especialmente bebe de aquella serie B italiana rodada por Lucio Fulci por dicha época, films como “The Beyond” o “The House by the Cemetery” nos vienen al instante a nuestra memoria, también coge elementos de ciertas películas producidas por Charles Band y su Empire Pictures en los ochenta, la elección de la icónica Barbara Crampton como protagonista no es pues una casualidad, un tipo de cine que se sustentaba especialmente en intentar, aunque pocas veces lo conseguía, crear de algún modo una atmosfera acorde con el género que trataba,intentando estar por encima del manido efectismo, una influencias que se ven de manera clara en “We Are Still Here” aunque esto no la salven de ser un producto algo irregular.

Ted Geoghegan nos ofrece un producto algo atípico, en cierta manera desestructurado básicamente dada su imperfección, da la apariencia de moverse entre el homenaje y la referencia facilona, con unos resultados que no acaban de funcionar del todo bien, dando la sensación de ser un trabajo en donde sus intenciones acaban presentándose como un simple y mero enunciado, una narración que no llega a fluir de manera correcta y unos personajes poco creíbles la dirigen hacia un tono de cierta intranscendencia en su conjunto, de producto televisivo al uso a lo largo de su metraje, solo en su parte final el film mejora algo, cuando entra en escena el gore explicito, una casquería que en parte ayuda a despojarse de cierto encorsetamiento en su estructura.

We Are Still Here” es de una manera clara un film modesto en donde sus loables intenciones en recuperar –homenajear un tipo de cine extinto no llegan a estar a la altura de su resultado final, aun así es una película que esta varios escalones por encima de la típica serie B actual del cine de terror norteamericano, aunque solo sea por sus intenciones, y es que no ver en pantalla como protagonistas a adolecentes de dudoso coeficiente mental, o una trama en donde la alta tecnología no llega a ser un elemento primordial en su historia o simplemente obviar el found footage como recurso narrativo es algo digno de ser elogiado a día de hoy.

Valoración 0/5: 3

 

Palmares

Mejor Película: Deathgasm de Jason Lei Howden

 Mejor Director: Paul Hyett por Howl

 Mejor Actriz: Elma Begovic por Bite de Chad Archibald

 Mejor Actor: Milo Cawthorne por Deathgasm de Jason Lei Howden

 Premio del Público: Turbo Kid de François Simard, Anouk Whissell, Yoann-Karl Whissell

 Mención Especial: Excess Flesh de Patrick Kennelly

 

Concurso de Cortometrajes

1r Premio del Jurado: Noct de Vincent Toujas

 2n Premio del Jurado: Sange de Percival Agüero Mendoza

 Premio Victor Israel a la Mejor Interpretación: Thomas Barrand por Noct de Vincent Toujas

 Mejores Efectos Especiales: Surgery de The Clemens Brothers

 Mención Especial: Status Change de Rajesh Narot

 Premio del Público: L’ours Noir de Méryl Fortunat-Rossi

 Méliès d’Argent: Noct de Vincent Toujas