Primeras confirmaciones para la décima edición del Americana Film Fest

Del 7 al 12 de marzo Americana Film Fest celebrará su décima edición en Barcelona en sus sedes habituales (Cinemes Girona, Zumzeig, Phenomena y Filmoteca de Catalunya), y para estar a la altura de este aniversario tan especial os anunciaremos el invitado estrella de esta edición. El festival tendrá el honor de recibir al realizador Todd Solondz, director de películas como Happiness o Wiener-dog. Todd Solondz vendrá a Barcelona a presentar una retrospectiva completa de su filmografía que realizaremos en colaboración con la Filmoteca de Catalunya. Próximamente anunciaremos las fechas exactas de la retrospectiva y las sesiones con la presencia de su director.
A continuación, hacemos un pequeño avance de la programación. Empezamos por Falcon Lake de Charlotte Le Bon, una misteriosa coming of age quebequesa que se estrenó en la Quincena de realizadores de Cannes y que ha pasado por festivales como Valladolid o Deauville (premio de Ornano-Valenti). Joseph Engel y Sara Montpetit protagonizan una historia de exploración de la sexualidad durante unas vacaciones de verano con el trasfondo de la leyenda del fantasma del lago Falcon.

El segundo título que avanzamos hoy la primera película de la historia en ganar el premio a mejor documental en Sundance y Cannes, se trata de All that Breathes. Una película que ha llegado a la shortlist de los premios Oscar y ha estado nominada en multitud de premios como, por ejemplo, los Independent Spirit Awards. La película nos acerca a dos hermanos que dedican su vida a proteger un pájaro conocido como milano negro en la ciudad de Delhi en medio de un escenario apocalíptico debido a las consecuencias del cambio climático.

Cruce de fronteras en la ciencia ficción

Este libro propone examinar las novelas y películas de ciencia ficción estadounidenses contemporáneas desde la perspectiva de las construcciones y disoluciones fronterizas, es decir, observará las historias de SF a través de la lente de diversos enfoques teóricos. Cada uno de los cuatro capítulos tratará de analizar diversas reconfiguraciones de encuentros interculturales, interraciales, intermediales y entre géneros, al tiempo que se examinan temas específicos como la formación de identidades (narrativas), las (re)configuraciones de las imágenes de los cuerpos humanos/alienígenas, así como las manifestaciones de la alteridad en los espacios reales o digitales. Los capítulos tratarán de películas como Avatar, A. I., The Island, The Host, La invasión de los ladrones de cuerpos, etc., analizadas desde perspectivas poscoloniales, y de historias como Ready Player One, Tron y Tron Legacy en términos de identidades virtuales y posibles reconstrucciones de identidades humanas/artificiales en algo llamado «identidad terminal híbrida». Los cruces de frontera en términos de género -horror y ciencia ficción- se analizarán en la obra maestra de Ridley Scott, Prometheus.
Autor: Borbála Bókós: Editorial: Ediciones Nuestro Conocimiento, Páginas: 164

El planeta de los dinosaurios tráiler de «65»

Conocidos principalmente por ser los guionistas de A Quiet Place (2018), el dúo formado por Scott Beck y Bryan Woods dirigen 65, película de ciencia ficción cuyo primer tráiler acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su póster oficial. Con una temática argumental casi idéntica a aquella delicia de la serie B y la stop motion de principios de los ochenta que era Planet of Dinosaurs de James K. Shea, 65, se estrenará en cines de Estados Unidos el próximo 10 de marzo de 2023, dos semanas más tarde, el 24 del mismo mes, lo hará en España.
En 65 vemos como después de un catastrófico accidente en un planeta desconocido, el pilotoMills descubre rápidamente que realmente está  varado en la Tierra de hace 65 millones de años. Ahora, con solo una oportunidad de rescate, Mills y la otra única superviviente, Koa,
deberán abrirse camino a través del desconocido territorio plagado con peligrosas criaturas prehistóricas en una épica lucha por lograr sobrevivir.
La película con guion a cargo de los propios Scott Beck y Bryan Woods está protagonizada por Adam Driver, Ariana Greenblatt y Chloe Coleman.

El Ministerio de Cultura y Deporte adquiere el Archivo Berlanga por 357.000 euros

Compuesto por 74 cajas con documentos de diversa tipología, ya se encuentra custodiado en la Filmoteca Española.
El legado del cineasta contiene fotografías, guiones, correspondencia, premios, dibujos, carteles y objetos personales, entre otros.
El Ministerio de Cultura y Deporte ha culminado la adquisición del archivo de Luis García Berlanga por un importe de 357.000 euros. Tras varios años de negociación con la familia, se ha alcanzado un acuerdo de buena voluntad entre las partes, por el que pasan a formar parte de las colecciones públicas estatales 74 cajas con documentos de diversa tipología reunidos por el cineasta a lo largo de su vida. El material ya se encuentra custodiado en las instalaciones de Filmoteca Española, entidad dependiente del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) que se hará cargo de su conservación y difusión.
La documentación que comprende el archivo es muy variada y comprende toda la trayectoria de Berlanga. Se trata de uno de los archivos “más completos y complejos” de los recibidos por la Filmoteca Española, desde donde se considera que su conservación y futura consulta podrá arrojar mucha luz sobre la vida cultural de España en el siglo pasado y sobre una de sus figuras artísticas y culturales más relevantes.
El legado se ha organizado en varias categorías: documentación personal y familiar, obra de creación, documentación laboral, correspondencia, premios, recuerdos y objetos personales, documentación gráfica, revistas y recortes de prensa, y obra de creación ajena.
Entre la documentación personal y familiar se incluyen álbumes con fotografías familiares, cuadernos con calificaciones escolares de infancia, documentación de su paso por la División Azul o recuerdos personales, como abonos del Valencia Club de Fútbol o colecciones de tarjetas navideñas recibidas de otras figuras del cine.
Guiones originales, mecanografiados o manuscritos, con anotaciones e ideas del propio Berlanga, se encuentran entre las obras de creación. Entre otros, figuran varias versiones de los de algunas de sus películas más icónicas como ‘Esa pareja feliz’, ‘¡Bienvenido, Mr. Marshall!’ o ‘Plácido’, así como una gran cantidad de guiones de proyectos inconclusos. El archivo documenta perfectamente el enfrentamiento y los constantes choques que sufrió Berlanga con la censura franquista a través de esos escritos y permitirá conocer, de primera mano, sus consecuencias en una de las obras artísticas españolas más relevantes del siglo pasado. También hay una amplia muestra de borradores de discursos y escritos, conferencias en intervenciones en congresos, encuentros académicos y otro tipo de foros a lo largo de varias décadas.
Además de documentación profesional, el archivo guarda correspondencia con algunas figuras clave del cine español como Rafael Azcona, Juan Antonio Bardem, Basilio Martín Patino, Luis Ciges o José Luis López Vázquez. A ello se añade alrededor de un centenar de premios y galardones, así como recuerdos y objetos personales como la documentación de la ceremonia de los premios Oscar de 1962 en la que ‘Plácido’ estuvo nominada como ‘Mejor película de habla no inglesa’.
Fotos, carteles, dibujos y ‘storyboards’
La documentación gráfica ocupa también un lugar destacado en el legado del cineasta: positivos en papel, negativos y diapositivas de fotografías de temática personal, familiar y profesional, además de actos institucionales y políticos y fotografías de rodaje de muchas de sus películas.
Entre los documentos hay, además, numerosos dibujos realizados por Berlanga con una temática diversa. Algunos de ellos son eróticos y otros son, simplemente, personajes, objetos o cómics. Están realizados sobre soportes muy diversos y con técnicas variadas como el carboncillo, la acuarela o el rotulador. También se suman cuadernos con ‘storyboards’, como el de ‘¡Bienvenido, Mr. Marshall!’ o el de ‘Calabuch’, así como planos de decorados, como el de ‘Esa pareja feliz’, y dosieres gráficos de búsqueda de localizaciones.
Completan este grupo una colección de carteles de películas, tanto propias como ajenas, así como de festivales de cine, más material de promoción de sus películas. El archivo cuenta, asimismo, con recortes de prensa, periódicos y fotocopias de artículos con entrevistas e información sobre las películas de Luis García Berlanga aparecidos en distintas publicaciones.
Incremento de las colecciones
El Archivo Berlanga pasará a enriquecer los fondos de Filmoteca Española, que, desde 2018, han incrementado sus colecciones con incorporaciones, tanto por adquisición como por donación, de especial relevancia como los de Basilio Martín Patino, Félix Murcia, Cruz Delgado o Iván Zulueta. Algunos de estos archivos forman parte del proyecto de digitalización que, con el respaldo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y una dotación superior a los 10 millones de euros, desarrollará la institución hasta 2026.

«Exterior noche», de Marco Bellocchio, llega a España el 20 de diciembre de la mano de Filmin

La primera serie creada por el célebre director italiano acaba de ser premiada en los Premios del Cine Europeo.
Filmin estrena en España el próximo martes 20 de diciembre la miniserie «Exterior Noche», creada y dirigida por el cineasta Marco Bellocchio. Ganadora el pasado fin de semana del Premio Innovación en la Narrativa en los Premios del Cine Europeo, la serie reconstruye el secuestro y posterior asesinato del exprimer ministro Aldo Moro por parte de las Brigadas Rojas en 1978, un acontecimiento que Bellocchio ya trató en su aclamada película «Buenos días, noche» (2003). Dos décadas después, el director afronta por primera vez en su carrera un proyecto de ficción seriada para ampliar el foco y abordar el asesinato de Moro desde otros puntos de vista: «Se llama ‘Esterno notte’ porque la narramos desde el exterior de la prisión de Moro. Contamos la historia de una serie de personajes que no estaban presentes en la primera película, como el Ministro del Interior, el Papa, su esposa y dos de los terroristas», explica Bellocchio.

Coincidiendo con el cuadragésimo aniversario del asesinato de Moro, y tras ver unas imágenes en televisión del político con su familia en la playa, Bellocchio decidió retratar de nuevo un suceso que considera clave en la historia política reciente de Italia. «Todos los historiadores políticos están de acuerdo en que el asesinato de Moro, combinado con el hecho de que no se negoció en ningún momento con las Brigadas Rojas para liberarlo, condujo a una crisis política sin precedentes», explica el director, que afirma que el sistema parlamentario vigente hasta ese momento, y los grandes partidos que habían gobernada el país (como la Democracia Cristiana de Aldo Moro) quedaron muy debilitados, lo que propició el surgimiento de nuevas fuerzas políticas, como la Forza Italia de Silvio Berlusconi.

Fabrizio Gifuni («El capital humano») da vida a Aldo Moro y lidera un reparto en el que encontramos a Toni Servillo (que encarna al Papa Pablo VI) y Margherita Buy («Mia madre»). «Exterior noche» se estrenó en el Festival de Cannes -que solo programa series de televisión cuando su creador ha participado previamente en el festival-, y se estrenó en noviembre en cines en Italia, aunque en su mapa de ruta ninguna de estas dos paradas estaban a priori previstas: «La película se va a estrenar de diversas maneras y en diferentes plataformas. Y es una aventura totalmente nueva. Cambiar el celuloide por la cámara digital no tuvo un gran impacto para mí, pero ahora sí me veo afectado por el cambio en los modelos de distribución», indica el director, que considera que la serie «está dividida en episodios, pero es una única película de 6 horas».

Tráiler de «The Price We Pay», lo nuevo de Ryûhei Kitamura

El japonés Ryûhei Kitamura tras trabajos como The Midnight Meat Train (2008),  No One Lives (2012), Downrange (2017) o la reciente The Doorman (2020) sigue con su carrera en Estados Unidos con películas, en mayor o menor medida, relacionadas con el fantástico. Su último trabajo tras las cámaras, The Price We Pay, cuyo primer tráiler acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su póster oficial, se adentra en esa parcela limítrofe al género fantástico que es el  thriller de tono violento. La película tras su paso por varios festivales, como el de Sitges dentro de la sección Midnight X-Treme, tendrá un estreno limitado en cines y VOD en Estados Unidos previsto para el próximo mes de enero de 2023.
En The Price We Pay vemos como tras realizar un accidentado robo en una casa de empeños, dos delincuentes toman la decisión de refugiarse en una remota granja para escapar de la policía. Ellos creen estar seguros en ese escondite, pero pronto descubrirán una amenaza mucho más grande que la de las fuerzas del orden.
La película con guion a cargo de Christopher Jolley está protagonizada por Stephen Dorff, Sabina Mach, Erika Ervin, Emile Hirsch, Jesse Kinser, Tyler Sanders, Vernon Wells, Tanner Zagarino y Gigi Zumbado.

Los 70 años de historia del Festival de San Sebastián, disponibles para su consulta online y presencial

La nueva página web ‘Artxiboa’ permite la consulta libre a toda la ciudadanía de más de 4.000 documentos digitales (fotografías, carteles, diarios…) y acceder a un catálogo de más de 27.000 fichas descriptivas de materiales que podrán ser examinados por especialistas.
Patrocinado por Loterías y Apuestas del Estado, el proyecto de investigación, desarrollado por el Festival y Elías Querejeta Zine Eskola, con la colaboración de Filmoteca Vasca, Medialab Tabakalera y Kutxa Fundazioa, concluye su primera fase.
Más de 4.000 documentos del archivo histórico del Festival de San Sebastián (correspondencia, fotografías, carteles, diarios, revistas…) están disponibles desde hoy, 13 de diciembre de 2022, para su consulta a través de la web artxiboa.sansebastianfestival.com. Además, esta nueva página ofrece un catálogo de más de 27.000 fichas descriptivas de materiales que podrán ser examinados a petición de profesionales y especialistas del ámbito docente e investigador.
La web Artxiboa supone la culminación de la primera fase del proyecto Zinemaldia 70: todas las historias posibles, iniciado en 2018 por el Festival de San Sebastián y Elías Querejeta Zine Eskola (EQZE), con el fin de conservar, estudiar y abrir a consulta pública el archivo histórico del Festival, conservado desde su fundación en 1953. La iniciativa cuenta con la colaboración de la Filmoteca Vasca, Medialab Tabakalera y Kutxa Fundazioa y con el patrocinio de Loterías y Apuestas del Estado.

Presentada hoy por sus impulsores, colaboradores y patrocinador en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, la página ofrece digitalizaciones de más de 3.000 fotografías del fondo propio del Festival y del de Kutxateka; 711 ejemplares de los diarios del Festival (la actual revista Zinemaldia), de los que se conservan números fechados entre 1954 y la actualidad; 350 carteles de prácticamente todas sus ediciones, así como materiales seleccionados del Archivo General y Prensa. Las digitalizaciones accesibles en la web están publicados bajo licencia Creative Commons BY-NC-SA, excepto en los casos en que, por razones de derechos de autor, se deban publicar bajo otro tipo de licencias más restrictivas.

La web se compone de distintas secciones que permiten recorrer los 70 años de vida del Festival. En el apartado denominado 70 ediciones es posible consultar los datos de cada edición, año por año; Investigaciones incluye la sección Historiak -ensayos divulgativos elaborados a partir de los materiales del archivo- y recoge en versión digital las exposiciones fotográficas realizadas hasta la fecha, además de contener información de los programas públicos que ha promovido Zinemaldia 70; en Colecciones digitales se agrupan la sección El documento del mes, los diarios del Festival, los carteles y las fotografías; Catálogo incluye buscadores para el público general y para profesionales, y Visita y consulta el archivo ofrece información sobre cómo acceder al material tanto de modo online como presencial.

En sintonía con el título del proyecto, Zinemaldia 70: todas las historias posibles, cada vez que una persona accede a la web, su página de bienvenida compone una nueva muestra de contenidos a partir de diferentes materiales del archivo. Así, la presentación de la web nunca es la misma y contiene combinaciones infinitas que, además, irán multiplicándose a medida que el archivo se enriquezca con nuevas digitalizaciones. Una vez terminada esta primera fase, el equipo seguirá trabajando en los procesos de conservación, catalogación y digitalización de los fondos, que en el futuro incluirán también material audiovisual, y en promover la investigación y el pensamiento crítico en torno al archivo.
Por otro lado, la web contiene un inventario que permite consultar más de 27.000 registros de catalogación correspondientes a objetos que se conservan en el archivo y que, con independencia de si están o no digitalizados, aparecen convenientemente descritos y localizados. Estos materiales (principalmente documentación administrativa y correspondencia, archivo de prensa, fotografías y carteles) podrán ser examinados presencialmente a partir de enero de 2023 en la sala de lectura de Filmoteca Vasca por profesionales y especialistas del ámbito docente e investigador que así lo soliciten a través de la web.

Además de garantizar la conservación a largo plazo de la colección y permitir su accesibilidad, el principal objetivo de esta primera fase del proyecto ha sido generar un archivo vivo, un espacio de reflexión y discusión en torno al pasado, el presente y el futuro del Festival abierto a diálogos críticos con el pensamiento, la investigación y la creación contemporánea. Para ello, desde el inicio del proyecto se han definido diferentes focos de investigación desarrollados por equipos de estudiantes de postgrado de EQZE dirigidos por el investigador Pablo La Parra Pérez en colaboración con los diferentes departamentos del Festival. Los focos de investigación han puesto el énfasis en aspectos poco conocidos o inéditos de la historia del Festival: la censura cinematográfica durante la dictadura franquista, sus transformaciones y democratización en los años de la Transición, la revisión, desde una perspectiva crítica y feminista, de la historia visual del Festival a través de su legado fotográfico, la participación de estudiantes y escuelas de cine en el certamen desde los primeros encuentros de escuelas de cinematografía celebrados en los 60 hasta el actual Nest o el Festival de Video que organizó el certamen entre 1983 y 1985.

Loterías con la Cultura
Este proyecto ha contado con el patrocinio de Loterías y Apuestas del Estado durante los cuatro años de su desarrollo. El apoyo al archivo se enmarca dentro de la iniciativa “Loterías con la Cultura”, mediante la que la empresa pública colabora en la difusión y preservación de nuestra cultura. Asimismo, también promueve el acceso a la cultura a la ciudadanía, potenciando así los valores de una sociedad democrática, que tenga criterio propio y pueda decidir en libertad.

Presentación pública en San Sebastián
El sábado 17, la sala de cine de Tabakalera acogerá una jornada dedicada a la presentación pública del archivo del Festival de San Sebastián. A las 16:30 horas se desarrollará una conversación moderada por el responsable del proyecto de investigación, Pablo La Parra Pérez, junto a Maialen Beloki (Festival de San Sebastián), Carlos Muguiro (Elías Querejeta Zine Eskola), Arantza Mariskal (Medialab Tabakalera), Joxean Fernández (Filmoteca Vasca) y Ane Abalde (Kutxa Fundazioa). A continuación, a las 17:15 horas, las restauradoras Lorena Soria, Andrea Sánchez y Anna Ferrer Homs detallarán en una mesa redonda las claves técnicas del proceso de conservación y catalogación de los fondos. Irati Crespo, coordinadora del proyecto Zinemaldia 70, explicará de forma práctica la accesibilidad a los fondos del Festival en su ponencia Un archivo abierto: acceso, consulta y uso de materiales. A continuación, La Parra impartirá la conferencia Un archivo vivo: investigación y pensamiento. Para cerrar la jornada se proyectará el cortometraje ¿Cuáles son nuestros años?, de Clara Rus, alumni de la primera promoción de EQZE, que documenta el primer encuentro de los estudiantes de EQZE con el archivo en 2018.

Las dinámicas del arte, primer tráiler de «Showing Up» de Kelly Reichardt

De la mano de la todopoderosa A24 acaba de ver la luz un primer tráiler, que podéis ver a final de página junto a su póster oficial, del nuevo trabajo tras las cámaras de la realizadora Kelly Reichardt titulado Showing Up. Película, que tuvo su premier mundial en el pasado festival de Cannes, que cuenta a través de un drama cotidiano la inseguridad creativa de una artista.
Aún sin fecha de estreno, Showing Up nos muestra como antes de la inauguración de su exposición, se retrata el día a día de una joven artista y su relación con su entorno más cercano. El caos que parece presidir su vida se convertirá en su fuente de inspiración.
La película, con guion a cargo de la propia Kelly Reichardt junto a Jonathan Raymond, está protagonizada por Michelle Williams, Hong Chau, André Benjamin, John Magaro, Amanda Plummer, James Legros, Judd Hirsch, Larry Fessenden, Maryann Plunkett, Heather Lawless, Lauren Lakis, Orianna Herrman, Teal Sherer, Kristina Haddad, Sam Kamerman, Mike D Harris, Cody Burns, Matt Malloy, Denzel Rodriguez y Eudora Peterson.

Conversaciones con Claude Sautet

Aunque en los años sesenta contribuyo al esplendor del cine policíaco francés con títulos como A todo riesgo, Claude Sautet se convertiría en la década siguiente en el gran cronista de las dudas y crisis sentimentales de una determinada burguesía. Gran director de actrices y actores, Sautet estableció una fecunda relación artística con Romy Schneider, pero también con Yves Montand, Michel Piccoli, o Emmanuelle Béart. Ha sido considerado el Ozu del cine francés. Las cosas de la vida, Max y los chatarreros, Ella, yo y el otro, Tres amigos, sus mujeres… y los otros, Una vida de mujer, Un corazón en invierno y Nelly y el Sr. Arnaud son los films más destacados en una filmografía relativamente corta, a la que conviene añadir sus trabajos como ayudante de dirección y, sobre todo su fructífera labor en calidad de guionista para otros cineastas.
El presente libro, el primero de una nueva colección impulsada por el Festival de San Sebastián y Filmoteca Vasca, acompaña la retrospectiva dedicada al director. Se trata de la traducción del volumen que recoge las conversaciones mantenidas entre Sautet y Michel Boujut, uno de los grandes expertos en la obra del director, en las que habla de temas y estilos, de cine y de jazz, las influencias externas, el trabajo con los interpretes las rivalidades entre ellos y ellas, la escritura, las raíces familiares, los problemas de producción, las complicaciones en los rodajes, la relación con los técnicos, la crítica, de donde surgen las historias y cuál es la mejor forma de trasladarlas a la pantalla. Cuenta con prólogos  epílogos de Thierre Frémaux (director del Festival de Cannes y del Institut Lumière), el actor Daniel Auteuit y el cineasta y ex crítico Bertrand Tavernier.
Autor: Michel Boujut, Traducción Claudia Pena, Prólogo y prefacio de Thierry Frémaux y Daniel Auteuil. Posfacio de Bertrand Tavernier. Editorial: Festival Internacional de Cine de San Sebastián y Filmoteca Vasca, Páginas: 300

El origen de Edgar Allan Poe, tráiler de «The Pale Blue Eye»

Acaba de ver la luz el tráiler final, que podéis ver a final de página junto a su póster oficial, de The Pale Blue Eye (Los Crímenes de la Academia en nuestro país). Dirigida por Scott Cooper, Crazy Heart (2009), Black Mass (2015), Hostiles (2017) o Antlers (2021), The Pale Blue Eye, el film, adaptación de la novela de misterio de Louis Bayard, tendrá un estreno limitado en cines de Estados Unidos el próximo 23 de diciembre, llegando de forma global vía Netflix el 6 de enero de 2023.
The Pale Blue Eye nos sitúa en West Point, 1830. Un detective cansado del mundo es contratado para investigar discretamente el horripilante asesinato de un cadete. Pero el código de silencio de estos estudiantes obstaculiza su investigación, por lo que recluta a uno de los muchachos para ayudarlo a resolver el caso, un excéntrico joven con desdén por los rigores del ejército y aficionado a la poesía llamado Edgar Allan Poe.
La película, con guion adaptado a cargo del propio Scott Cooper, está protagonizada por Christian Bale, Harry Melling, Gillian Anderson, Lucy Boynton, Toby Jones, Robert Duvall, Timothy Spall, Charlotte Gainsbourg, Charlie Tahan, Fred Hechinger, Simon McBurney, Hadley Robinson, Brennan Keel Cook, Gideon Glick, Joey Brooks, Harry Lawtey, Matt Helm y Steven Maier.

El Ministerio de Cultura y Deporte emprende el proyecto de digitalización de fondos de la Filmoteca Española

  • Enmarcado en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, supondrá una inversión superior a los 10 millones de euros
  • De entre los Fondos Fílmicos, se catalogarán y digitalizarán en 4K 50.000 minutos del Archivo NODO
  • También se tratarán 500.000 documentos de los Fondos Cinematográficos, entre ellos, los de Juan Antonio Bardem, Ana Mariscal o Iván Zulueta, así como los archivos relacionados con la memoria del exilio de Luis Alcoriza y Ricardo Urgoiti
  • Además, se realizará un proyecto experimental de digitalización en 3D de 147 piezas de la colección de linternas mágicas y cámaras que usaron para sus prácticas los alumnos de la Escuela Oficial de Cine
  • Iceta: “Este proyecto simboliza el compromiso del Gobierno de España con la historia y el patrimonio, porque lo decimos siempre, y es importante repetirlo: sin memoria no hay futuro”
El Ministerio de Cultura y Deporte ha dado hoy a conocer el desarrollo del proyecto de digitalización de fondos de la Filmoteca Española que, enmarcado en el Componente 24 ‘Revalorización de la industria cultural’ del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, está dotado con 10.145.273,73 euros. Según ha explicado el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, en su visita a las salas donde se realizan los trabajos en la sede del Palacio de Perales, “este proyecto simboliza el compromiso del Gobierno de España con la historia y el patrimonio, porque lo decimos siempre, y es importante repetirlo: sin memoria no hay futuro”.
Allí, el ministro ha podido conocer la marcha de los trabajos que, atendiendo a la complejidad de los fondos que tiene la Filmoteca Española, se ha organizado en tres bloques: catalogación y digitalización de Fondos Fílmicos; catalogación y digitalización en 2D de documentación de los Fondos Cinematográficos; y catalogación y digitalización en 3D de piezas de las colecciones museográficas de esos mismos Fondos Cinematográficos.
Fondos Fílmicos: Archivo NODO
En este apartado, el esfuerzo se ha centrado en la colección del NODO que, activo desde finales de 1942 hasta 1981, es el mayor archivo de imágenes documentales del siglo XX en España, constituido por 70.000 rollos de película en soporte fotoquímico. En el proyecto se digitalizará en 4K un 30% del archivo, que suman alrededor de 50.000 minutos: 3.000 noticiarios en blanco y negro (unos 30.000 minutos); 1.000 noticiarios en color (alrededor de 10.000 minutos); 100 títulos del Archivo Real (unos 1.000 minutos); 500 títulos del Archivo Anexo (casi 6.000 minutos); y 250 documentales en blanco y negro (más de 3.000 minutos).
La selección realizada para este proyecto de preservación del Archivo NODO, fruto de la transferencia de dichos fondos a la Filmoteca Española por ley del 24 de febrero de 1982, se ha basado en dos criterios. Por un lado, la conservación de los materiales; y, por otro lado, de mayor frecuencia de solicitudes recibidas por parte de instituciones culturales o del sector para su inclusión en nuevas producciones.
Al tratarse de un patrimonio audiovisual con gran valor histórico y documental, las peticiones de estas imágenes para usos culturales en exposiciones, publicaciones, estudios e investigación o exhibición en espacios públicos, así como para usos comerciales asociados al sector del cine y, en general, a las industrias culturales para nuevas producciones, es constante y creciente. Sin embargo, nunca se había abordado con carácter de archivo y ni se había digitalizado con esta resolución.
El proceso también contempla el inventario y catalogación de dichos fondos, su inspección y restauración física, así como de su preservación digital. De esta manera, se dispondrá de una mejor documentación, capacidad de difusión y garantía de conservación y acceso de este fondo audiovisual para las generaciones actuales y futuras.
Documentación de los Fondos Cinematográficos
Al margen de las películas, desde hace ya más de cuatro décadas la Filmoteca Española se ha esforzado en reunir y conservar fondos, colecciones y piezas que puedan hablar de los procesos técnicos y creativos, así como de las distintas formas de difusión, estudio y análisis de los filmes. Conserva más de 100 archivos y fondos personales y/o empresariales, de diferentes dimensiones, de los cuales para el proyecto de digitalización se ha realizado una selección según un doble criterio: la necesidad de intervención para una conservación a largo plazo; y la oportunidad y la representatividad del fondo o archivo. En total, se digitalizarán 500.000 documentos.
De este modo, se incluyen en el proyecto el archivo personal de Juan Antonio Bardem (cuyo centenario se conmemora en 2022); Bosco Films, empresa de producción de Ana Mariscal (de quien se celebra centenario en 2023), con la cual produjo sus películas como directora, pero también las de otros cineastas; y el de Carlos Fernández Cuenca, fundador hace 70 años de la entonces denominada Filmoteca Nacional.
También se han incluido dos archivos relacionados con la memoria del exilio: los de Luis Alcoriza y Ricardo Urgoiti. Otros fondos han sido seleccionados por ser representativos de algunas de las adquisiciones más importantes de la historia de la Filmoteca Española. Destacan, entre ellas, la documentación de la Colección Madariaga, una de las más importantes compras sobre los orígenes del cine en España; o los fondos de los directores de arte Sigfrido Burmann y Jose Antonio de la Guerra, así como una selección de hasta 4.000 carteles. Tampoco se han querido dejar de lado algunas de las últimas adquisiciones de la Filmoteca Española: como la reciente donación de su fondo por parte del director de arte Félix Murcia; o la compra del fondo de Iván Zulueta, compuesto por obra de muy diferente naturaleza.
Documentación de los Fondos Cinematográficos
Asimismo, se ha contemplado en el proyecto, a modo de prueba experimental, la digitalización en 3D de algunos objetos pertenecientes a las colecciones museográficas de los Fondos Cinematográficos. Para ello, se han seleccionado dos colecciones de gran interés:
  • Colección de linternas mágicas. Son los objetos más antiguos conservados en la institución y una de las colecciones más interesantes de estas características entre las instituciones de titularidad y gestión estatal en España. Filmoteca Española va a digitalizar 147 de las piezas que custodia.
  • Equipos cinematográficos del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC) y la Escuela Oficial de Cine (EOC). Filmoteca Española va a digitalizar 135 piezas, principalmente, aunque no solo, cámaras que usaron los alumnos del IIEC y la EOC para sus prácticas entre los años 40 y principio de los 70 del pasado siglo.
Preservación digital
El proyecto no solo pretende que la ciudadanía pueda tener acceso a dichas colecciones patrimoniales, sino también una preservación digital que asegure la conservación en el largo plazo. Los sistemas para este fin implican un esfuerzo estructural, económico y de planificación que sirve para asegurar que las colecciones digitalizadas, pervivan en el tiempo y puedan afrontar con solvencia los problemas de acceso a largo plazo que se pueden generar debido a la obsolescencia tecnológica o la corrupción de archivos.
El proyecto, que se inició en junio de 2022, se irá desarrollando hasta septiembre de 2026 en distintas fases. La estimación es que en marzo de 2023 esté en marcha al completo. La finalización de los trabajos de digitalización de piezas en 3D se prevé para septiembre de 2023. Los de digitalización de documentación y fondos en 2D se concluirían en diciembre de 2024, y un año después, los de digitalización de los fondos fílmicos (Archivo NODO). Finalmente, se espera que en septiembre de 2026 se dé por terminada la puesta en marcha del proyecto de preservación digital.
Anexo: Datos sobre la naturaleza de cada uno de los archivos y colecciones de fondos cinematográficos incluidos en el proyectoEnlace externo, se abre en ventana nueva.

Crónica Festival de Sitges 2022 (I)

El fantástico discordante

Del 6 al 16 de octubre tuvo lugar la 55 edición del Festival de Sitges, año que estuvo marcado por una vuelta a la normalidad después de un par de ediciones en donde el certamen se vio afectado en diferentes ámbitos de sus parcelas, como consecuencia de las restricciones provocadas por la pandemia. Sitges volvió a transitar por unas reconocibles señas de identidad plagadas de claroscuros, especialmente en referencia a su labor de ser un certamen de un claro talante popular encaminado en ocasiones al evento, demasiado preocupado en proclamas de éxito de afluencia, en justificaciones percibidas como burocráticas, algo que no deja de ser contradictorio con relación a otros ámbitos de un festival que entre otras cosas propone una generosa selección de títulos heterodoxos, dirigidos al riesgo y la experimentación, también en referencia a ofrecer la oportunidad de visionar clásicos del género en pantalla grande, que sin embargo son poco publicitados y relegados a horarios poco agradecidos para el espectador. En su función meritoria señalar también su apuesta en seguir ofreciendo publicaciones en papel, este año, amén de conservar el catálogo físico, a diferencia por ejemplo del Zinemaldia, por partida doble a través de la publicación de los ensayos colectivos, Macros ocultas. Retrofuturos y universos virtuales en la ciencia ficción a propósito de TRON y WomanInFan. Topografía del género fantástico dirigido por mujeres. Un posicionamiento algo paradójico al percibir como el propio festival descuida a través de diferentes apartados un legado de 55 años, este año, por ejemplo, con la eliminación de un generoso catálogo de diarios de antiguas ediciones en su remodelada web, contradicciones…
Como gran cajón de sastre genérico que es, Sitges volvió a ofrecer diversas actividades paralelas a un público que regresó de forma generosa a las cuatro salas habilitadas para la ocasión más Brigadoon. A la hora de hacer un balance general de lo que fue Sitges 2022, a nivel de selección, señalar que esta vuelta a la normalidad supuso también el regreso de unos viejos déficits endémicos en Sitges ya visibles hace varias ediciones, principalmente el referido al elevado número de películas en el festival, algo que en realidad no tendría que suponer un problema en sí mismo, en cierta manera no deja de ser una ventaja según se mire el tener la opción de poder elegir qué querer ver, más discutible puede resultar que ello ocasione la renuncia a visualizar determinados títulos, o prescindir de unos casi inexistentes Q&A, también el justificar una determinada cifra de películas con relación a una selección percibida como algo mecanizada y poco clarificadora en criterio, con respecto a una cuadratura, meramente estadística, a la hora de darles un lógico sentido de ubicación en las distintas secciones.
A continuación, y cambiando el modelo de crónica de antiguas ediciones en el portal, el análisis y la perspectiva de todo lo que dio de sí este Sitges 2022 a través de dos extensas entregas divididas en seis apartados.

 

Nuevas corriente provenientes del cine francés

Como máxima un festival de género ha de servir para mostrar, y dar la correspondiente oportunidad de evaluar su actual estado, también en detectar dentro de lo posible, y poner sobre la palestra a través de su programación, la aparición de alguna nueva corriente, que en mayor o menor medida nos indique posibles nuevas vías evolutivas de un género fantástico que a estas alturas, debido a su saturación temática, da la impresión de tener poco margen para la innovación o aparición de nuevas tendencias, actualmente más orientado a revisitar viejos y conocidos conceptos del cine de terror, vía demanda popular, como bien indica el buen funcionamiento en taquilla de películas como Smile de Parker Finn o Barbarian de Zach Cregger, que en ofrecer algún signo de originalidad.
A tal respecto, si algo relacionado con todo esto se pudo percibir en Sitges 2022 fue una ligera proliferación de producciones procedentes de Francia que utilizan el género, en algunos casos como mera excusa, o llevado a un terreno autoral, a la hora de transitar por narrativas cuya naturaleza son percibidas como alejadas, o no afines, a un fantástico hegemónico. Un buen ejemplo de ello sería Les cinq diables, posiblemente la película que haya recurrido más veces en la historia a entonar el Total Eclipse of the Heart de Bonnie Tyler. El relato, beneficiado por la presencia de Adèle Exarchopoulos, no deja  de ser un paradigma de la indefinición genérica, pues la realizadora Léa Mysius intenta transitar por varias vías, principalmente a través de un realismo que nos habla de la reivindicación de la libertad sexual, del amor no normativo, dentro de un contexto social de índole represivo, ubicado en un drama familiar en donde somos testigos de cómo una traumática relación del pasado entre dos mujeres, vuelve al presente haciendo acto de presencia la consiguiente pulsión e incertidumbre amorosa que quedó pendiente. El elemento sobrenatural aparece en la historia a modo de un recurso elíptico que une ambos tiempos, componente que no ira más allá de tal función. Todo ello ligado a una suerte de multiverso en donde se maldice, desde el pasado y presente, un futuro no deseado a través del punto de vista de un tercer personaje.
Bastante más entonada en lo relativo a su abstracción genérica resultó La Montagne de Thomas Salvador, relato que hace de su anomalía, encauzada a lo impredecible, su mayor virtud en relación al tránsito que hace del concepto del viaje a lo desconocido, de cómo este, en lo concerniente a su cotidianidad, muta a un fantástico inesperado. A través de un inicio que mira sin ningún tipo de disimulo a El empleo del tiempo de Laurent Cantet, La Montagne nos cuenta la irracional atracción que un hombre siente hacia una montaña, dicha fascinación nos es mostrada en un primer momento a modo de huida y trayecto personal con respecto a una suerte de autoconocimiento que en realidad no deja de ser un renacimiento, y será la revelación final de índole fantástico, que no verbaliza en su función de arte audiovisual, lo que haga que el relato quede supeditado exclusivamente a la imagen, cosa ciertamente de agradecer en unos tiempos en donde la reiteración argumental echa por tierra la supuesta función reflexiva de multitud de propuestas.
Bastante más deficitaria, por como esgrime conceptos genéricos, se percibe Tropique, película que nos sitúa en un futuro próximo, concretamente en el año 2041, sin embargo, sus imágenes nos remiten al presente intuyendo como único rasgo venidero la academia que prepara a astronautas para viajes interestelares. Sera por ese motivo que la película haya sido publicitada bajo el estribillo promocional de atesorar ciertos ecos a Gattaca, cuando en realidad, no tiene absolutamente ninguna similitud con el film de Andrew Niccol. En ese sentido la película de Edouard Salier apenas muestra cualquier atisbo de ciencia ficción, pues estamos ante un drama familiar que analiza comportamientos variables en según qué tipo de circunstancias, en primera instancia mostrados bajo el concepto de la superación personal y en estar a la altura de lo que espera de ti el otro, también de cómo los sueños se hacen realidad o no, para después transitar a través de la noción del vínculo de sangre y la dependencia que a veces se puede generar de ella. La interrogante viene dada en si dicha finalidad, tan terrenal y en parte manida en multitud de dramas de sobremesa, aquí expuesta sin apenas empatía por el género, llega a justificar su obcecación en querer ser a toda costa singular. Otra película que cruza géneros y registros sin mucha convicción fue la franco-argentina Petite fleur, film que puede llegar a ser percibido a modo de liviana fuga autoral por parte de Santiago Mitre tras su aparatoso éxito comercial, de este mismo año, de Argentina, 1985. Basada en la novela homónima de Iosi Havilio, parece por momentos reexaminar de manera algo burda de la tesis abordada en la extraordinaria Jeu de massacre de Alain Jessua, parte de un concepto de claras connotaciones terapéuticas, en relación con la fantasía y la fuga disociativa, que otorgan un mayor atractivo a una vida intuida como tediosa. Drama burgués de tono recargado, con supuesta vocación de libertad, que sin embargo termina siendo intrascendente con relación a cómo zozobra en lo concerniente a su función de artefacto provocador y pretendidamente incómodo. Solo salvable, de forma parcial, por sus curiosas referencias al jazz o su mirada, en forma de sátira negra, de males adyacentes a ciertos extractos sociales acomodados, como la crisis de pareja o la difuminada identidad parental.
Por su parte la ópera prima de Lucas Delange, Jacky Caillou, parece tener algo más claro su adscripción genérica, aquí situada entre el naturalismo y el fantástico, también en su exposición de un drama rural licántropo en donde se van definiendo identidades según los actos cometidos. A tal respecto, en esta fábula de tono realista, alejada de la aparatosa comedia la mostrada en Teddy de los hermanos Boukherma, otra película francesa reciente que incidía en una temática similar, todo parece bascular en torno al destino que otorga a los protagonistas la naturaleza, y la pulsión derivada de ella. Lo más importante vendrá dado por la metáfora resultante, planteada de forma coherente en relación con una película tan humilde, que apenas se molesta en mostrar efectos que apoyen lo sobrenatural.  No es la primera vez que un director tan interesante como Guillaume Nicloux reincide en ese fantástico, que podríamos denominar como limítrofe, tras aquella pesadilla febril titulada The End (2016) en La tour, película que se adhiere en un primer lugar a conceptos adyacentes al imaginario de Twilight Zone, los habitantes de un bloque de pisos situados en la periferia de una gran ciudad, se despiertan una mañana con una oscuridad que envuelve todo el edificio, obstruyendo tanto puertas como ventanas y devorando literalmente a todo aquel que intente cruzarlas. Una vez planteado dicho MacGuffin, pasamos a un tratado sobre supervivencia extrema, en relación con la gestación de jerarquías sociales y raciales, semejantes a las vistas en High-Rise de J. G. Ballard/ Ben Wheatley o la contundente Threads de Mick Jackson. A tal respecto, la premisa inicial actúa como detonante, o mera excusa, pues Nicloux no se detiene en ella ni un minuto a la hora de dilucidar la posible razón, su interés anida en abordar el comportamiento humano dentro de esa suerte de nuevo gobierno regido a través del caos. Pese a elipsis narrativas de difícil justificación se agradece el tono nihilista de la propuesta.
Los hermanos Ludovic y Zoran Boukherma, de los que anteriormente hacíamos referencia en relación con Teddy, presentaron este año en Sitges L’année du requin, relato colindante a la comedia de terror, y cercana al cine de Bruno Dumont, en relación con la descripción de personajes de tono caricaturescos, expuesta a través de una historia que aborda la temática del tiburón asesino desde una óptica autoral desconcertante. Al igual que su anterior y más entonada película, los hermanos Boukherma vuelven a difuminar fronteras genéricas. En principio estamos ante una sátira que bifurca su narrativa hacia temarios en un principio poco dados al humor, por ejemplo, con relación a lecturas pandémicas a la hora de indagar mediante el género en la sensación de rabia derivada del encierro. En cierto modo, aquí el tiburón es una metáfora para hablar de la realidad cotidiana que todos experimentamos durante la pandemia. Cine que no se basa en la referencia fantástica entendida como tal, de alguna manera consigue hacer acopio de ella hacia un terreno supuestamente autoral. El resultado final, de forma inevitable, nos remite a una acusada irregularidad solventada levemente con la agradecida presencia de la actriz Marina Foïs. Otro ejemplo pragmático de esta corriente que se sirve del fantástico a la hora de exponer alegorías varias sobre la condición humana es la ópera prima de Simon Rieth Nos Cérémonies. Relato ambivalente sobre pactos fraternales en donde se vuelve a priorizar el realismo, por momentos colindante al documental, a la fantasía, a través de la historia de dos hermanos, en donde uno de ellos tiene que resucitar de forma sistemática al otro para poder seguir estando juntos. La metáfora, el vínculo familiar sanguíneo en la adolescencia, que en un momento u otro tiene que romperse para dar paso a la transición de la edad adulta, resulta demasiado obvio y previsible, no tanto el trayecto que la lleva a ella, por momentos interesante, al menos a un nivel técnico, en donde se percibe una sofisticada puesta en escena que intenta anteponer lo estrictamente cinematográfico a una, afortunadamente inexistente, dialéctica.

 

Cosecha patria

En un 2022 bastante prolífico con respecto al número de películas españolas producidas, no era de extrañar que Sitges, y demás festivales patrios, hayan sido un gran escaparate a la hora de dar a conocer dicha cosecha. Un debate bastante interesante, alternativo al aquí ofrecido, sería revelar la auténtica naturaleza de esta proliferación, los motivos reales que han llevado a dicha situación y el supuesto rédito que todo ello puede comportar respecto a una viabilidad comercial que vaya más allá de la burbuja festivalera. Centrándonos en el análisis de las películas presentes este año en el festival se entendió como lógico y consecuente que Venus fuera la encargada de inaugurar Sitges 2022. Segundo trabajo del sello The Fear Collection, la película, un loable y disfrutable producto comercial, se sitúa un peldaño por encima de su decepcionante predecesora Veneciafrenia de Álex de la Iglesia. Con todo, en Venus se percibe los infructuosos intentos de una autoría, como la de Jaume Balagueró, que da la impresión de querer manifestarse, con relación a querer traspasar la etiqueta de producto de encargo, posicionamiento curiosamente repetido este mismo año en su episodio El televisor, de la muy discutida segunda temporada de Historias para no dormir. En el imaginario de Balagueró ha sido muy habitual la coexistencia de escenarios cerrados propensos a un tipo de terror seco, de índole malsana, comprometido con unas señas de identidad que de alguna manera crearon un estilo propio, muy presente en sus trabajos más logrados, Los sin nombre (1999), la reivindicable Darkness (2002), Frágiles (2005) o Mientras duermes (2011). Algo de todo esto se percibe en Venus de forma residual, ya que en la película se intentan aglutinar varias tendencias híbridas, como el terror/humor neocastizo, y conceptos genéricos, la scream queen, en detrimento de ese horror más explícito, aquí derivativo del cósmico, antes citado. Lástima que la sensación final, especialmente en lo referido a su clímax, esté más enfocado en un trabajo donde parece primar más la labor del productor que la del autor.
Uno de los platos fuertes de este Sitges 2022 fue el nuevo trabajo tras las cámaras de Carlos Vermut, Mantícora, película que de alguna manera supone un retroceso, a nivel formal, hacia una realización de estilo más sobrio, después de su aparatosa, a nivel estilístico, Quién te cantará (2018). Película densa, pese a su aparente sencillez, que explora el horror desde una perspectiva cotidiana en lo concerniente a un análisis percibido como complejo y poco amable. A tal respecto, la monstruosidad humana ha sido una constante en la filmografía del responsable de Magical Girl, Mantícora no es una excepción a dicho temario, en cierta manera aquí lo amplifica su decidida adscripción a lo real, a esa cotidianidad antes comentada, colindante con un tono casi hiperrealista, la aleja del prototípico relato de género en beneficio del drama psicológico. Aquí la historia normaliza, o bloquea, un lado oscuro derivado de lo abyecto, creando una interesante dialéctica entre el crimen imaginario, y el que se resiste a ser representado. Será la revelación final, y su elíptica conclusión, la que otorgue una coherencia al conjunto en relación a dar sentido a un relato cuya mayor virtud radica en su reflexión de cómo lo soterrado subyace en la identidad humana. De naturaleza bastante más austera aún si cabe, La paradoja de Antares, ópera prima en el largometraje del veterano especialista en efectos visuales Luis Tinoco, apuesta, casi por obligación, por una puesta en escena aséptica, y por convicción, por la dialéctica de una narrativa que vertebra la historia a medio camino entre el drama familiar y el relato de ciencia ficción, planteando interesantes interrogativas en referencia a ese concepto de estar solos en el universo o estar solos con nosotros mismos. La paradoja de Antares oscila en referencia a una tesitura, contada en tiempo real, a la que se tiene que enfrentar su protagonista, realizar el descubrimiento del siglo, de origen extraterrestre, o asistir a los últimos instantes de vida de un ser querido. Enunciado que funciona de forma relativamente fluida hasta que su fórmula, a mitad del metraje, da signos de agotamiento, o lo que es peor, de intuir un enfrentamiento poco favorecedor entre supuestas y austeras intenciones, y una desmesurada ambición, o intento de trascendencia, a la hora de incidir, en gran parte debido al uso abusivo de la música y del subrayado, en un sentimentalismo demasiado grandilocuente.
Otra ópera prima fue el largometraje Cerdita de Carlota Pereda, relato vertebrado entre el humor negro y un terror costumbrista rural que señala el acoso endémico que sufren las personas obesas, y que en realidad no deja de ser una extensión del propio cortometraje dirigido anteriormente por la propia realizadora. Película que contiene los mismos errores que su antecesora con referencia a una realización descuidada, que por momentos roza lo amateur, y que también termina estando sometida a una narrativa desequilibrada, solo solventada a través de una entretenida parte final que abraza sin complejos ciertas costuras genéricas del slasher y la final girl a modo de festival catártico por parte del acosado. Con Irati, la producción española de género más ambiciosa del año, el realizador vitoriano Paúl Urkijo sigue indagando en la mitología de la cultura vasca como ya lo hiciera hace cinco años con Errementari. Lo hace a través de una propuesta de gestación arriesgada en relación con estar ante un producto de generoso presupuesto que se sustenta en lo autóctono a la hora de referenciar multitud de antecedentes que indagan en la fantasía épica, el relato de espada y brujería, y muy especialmente en ser deudor de aquella vieja escuela de la Europa del Este que inquiría como fábula fantástica en el folklore local. A tal respecto en su imaginario hay momentos a nivel paisajístico ciertamente subyugantes, es digno de aplauso, más en unos tiempos en donde la carencia de medios nos deriva a una ingente cantidad de películas que se valen de una obligada exigüidad de recursos a la hora de validar cualquier tipo de propuesta. Otra cuestión bien distinta sería entrar a analizar la evidente problemática que atesora una película de las características de Irati, donde es evidente la dificultad de Paúl Urkijo a la hora de poder articular un contenido, más preocupado por el preciosismo de las imágenes que en dotar de profundidad una narrativa, curiosamente en contraposición a su buen hacer en el formato del cortometraje, con trabajos anteriores tan interesantes como El bosque negro (2014) o Dar-Dar (2020).
Convertido en un subgénero en sí mismo con películas como Relic (Natalie Erika James 2020), La abuela (Paco Plaza 2021) o X (Ti West 2022), aunque años antes ya hubo incursiones algo más derivativas como The Skeleton Key (Iain Softley 2005) o el cortometraje del propio Plaza Abuelitos (1999), la vejez y la decrepitud derivada de ella como estigma social se ha convertido últimamente en un recurso narrativo bastante recurrente a la hora de articular historias de terror. Viejos, el segundo trabajo tras las cámaras del dúo formado por Raúl Cerezo y Fernando González Gómez, tras su desprejuiciada La pasajera (2021), se adentra en dicha temática, partiendo de postulados casi universales con relación a mostrar un oscuro orden social, ubicado dentro de un entorno familiar percibido como campo de batalla, a través de un relato que es lo suficientemente inteligente como para intuir sus propias carencias a la hora de delimitar barreras genéricas. A tal respecto, la discursiva social queda afortunadamente en un enunciado que da paso a un entretenimiento de género que se dirige hacia una narrativa que va in crescendo, en algunos momentos canalizado en un calculado, y poco favorecedor, histrionismo, en otros, con ideas sugerentes, como por ejemplo la magnífica escena que da inicio a la película. Todo ello refrendado con una revelación final, que podría beber perfectamente del concepto visto en Village of the Damned, llevado al terreno de la senectud, que pese a ser manido, no deja de ser consecuente, especialmente en su función de mostrar una alegoría, los ancianos rebelándose, gracias al elemento fantástico, contra una sociedad que los denigra, en lo concerniente a un clímax que abraza sin complejos conceptos propios del relato pulp. En una edición en donde la animación estuvo de capa caída, Unicorn Wars de Alberto Vázquez se convirtió en uno de los platos fuertes de dicho apartado presente en el certamen; las buenas sensaciones de su anterior film, Psiconautas, según se mire un punto de inflexión en el cine de animación patrio, levantaron una gran expectación con respecto a una película que vuelve a incidir en una autoría situada a contracorriente, algo que se tendría que valorar en su justa medida. En Unicorn Wars se vuelven a subvertir conceptos pese a un exceso de verbalización, en esta ocasión el relacionado con la guerra, a través de una batalla entre osos de peluche y unicornios, posicionamiento que la deriva inevitablemente al pantanoso terreno del cine de animación para adultos, situándose en las antípodas del concepto de las feel good movie. Pese a estar un escalón por debajo de la excelente Psiconautas, aquí nuevamente lo valioso radica en un subtexto que fomenta la reflexión, especialmente en relación con temas tan universales como la maldad y su correspondiente reverso, todo ello mostrado a modo de una gran metáfora política que es ubicada dentro de un imaginario supuestamente almibarado, en lo concerniente a un relato bélico que en realidad nos transporta a uno pacifista.

 

El fantástico consagrado

Dentro del ecosistema de festivales suele ser bastante habitual sacralizar a una serie de realizadores que han estado muy presentes, en la plasmación de trayectorias paralelas, tanto por parte del certamen, como por la del propio autor. Uno de esos sospechosos habituales de Sitges es el finlandés Jalmari Helande, no en vano, dentro de su aún exigua carrera, dos de sus películas se han alzado con el Premio a la Mejor Película. Sisu, ganadora de Sitges 2022, nos relata de forma minimalista, casi a semejanza de un texto de Richard Matheson, el fatídico encuentro entre un buscador de oro y un grupo de nazis en la Finlandia de 1944, a partir de ese momento se desatará una brutal cacería por parte del primero hacia los segundos. Si en trabajos anteriores de Jalmari Helande, como Rare Exports: A Christmas Tale (2010) o Big Game (2014), se percibían unas enormes deficiencias en el manejo de según qué conceptos genéricos destinados a un tipo de cine de gran consumo, en Sisu, dicha problemática queda subsanada, pues en cierta manera no existe una narrativa entendida como tal, tampoco ningún atisbo a la hora de buscar capas de lectura en la historia, en realidad todo el relato se estructura a través de una serie de set pieces bien ejecutadas. A tal respecto estamos ante una película de clara tendencia evasiva que tiene la virtud, pese a lo desmedido que resulta como ejercicio de acción ultraviolenta, de ser concisa y rigurosa, derivativa de conceptos tales como el Weird Western, el slapstick o el relato bélico pulp. Para más inri, su lenguaje, de naturaleza estrictamente visual, deja en un segundo plano la propia intrascendencia de la propuesta. Otro cineasta sobre el que podría recaer la etiqueta de consagrado es Luca Guadagnino, autor que esporádicamente incide en el fantástico. En 2018 inauguró Sitges con la nueva versión de Suspiria, y en este 2022 fue el encargado de clausurar el certamen con Bones and All, retrato sobre la soledad, narrado en modo road movie, que aborda la temática del canibalismo como punto de fuga, desde una perspectiva no deudora de la referencia. En todo caso esos antecedentes son llevados a un terreno propio, derivativo visualmente del tono contemplativo del cine de Terrence Malick, y muy especialmente de su Badlands (1973), por aquello de poner en tela de juicio el idealismo romántico adolescente. Su abstracción temática, lindante con lo realista, también nos puede llevar de forma algo residual a la magnífica Trouble Every Night de Claire Denis. Sin embargo, la impresión final que provoca este relato situado en la Norteamérica periférica, sobre seres que viven y transitan al margen de la sociedad, es percibir que Luca Guadagnino no parece estar demasiado interesado en un género fantástico aquí reducido a la mínima expresión, y lo que es más importante, percibir que priorizar la estética, la alegoría aséptica, por delante de las posibilidades subversivas de una historia que en manos, de por ejemplo un Eric Red/ Kathryn Bigelow de los 90, hubiera dado bastante más juego.
Un autor recurrente en Sitges es Peter Strickland, exceptuando su ópera prima Katalin Varga (2009), el resto de su filmografía, obviado cortos, ha estado presente en Sitges, Berberian Sound Studio (2012), The Duke of Burgundy (2014), Cobbler’s Lot, de la colectiva The Field Guide to Evil (2018) e In Fabric (2018), han propiciado una estimulante dialéctica entre autoría y público. Flux Gourmet, que parte del concepto de romper barreras entre lo comestible y lo audible, representa a la perfección, como en los últimos trabajos de Strickland, se intuye una inquietud a la hora de intentar experimentar nuevas vías narrativas. Relato satírico sobre la creación del artista, a años luz de la sobrevalorada The Square de Ruben Östlund, aquí en relación con la mirada a un colectivo gastronómico que explora, mediante performances, el concepto de la cocina sónica. Pese a ser algo inferior a sus predecesoras, posiblemente dada su naturaleza lúdica, Flux Gourmet funciona de acuerdo a la propia lógica de su autor, con relación a explayarse en el concepto de perversidad y excentricidad mediante la estilización, también en lo concerniente a incidir en unos temarios ya transitados con anterioridad, como por ejemplo la obsesión auditiva o las pesquisas de rituales exploratorios psicosexuales. Lo más importante es ver, pese al supuesto desvarío de la propuesta, cómo aflora talento e inventiva por parte de uno de los autores europeos más interesantes del momento. Es sorprendente que un realizador de un supuesto estatus como Michel Hazanavicius se adentre en el farragoso terreno del remake que trasmuta nacionalidades, en tal sentido Coupez! versiona con estilo occidental a la japonesa One Cut of the Dead (Shinichirô Ueda, 2017). Ambas películas, parodias de la temática zombie y livianas sátiras sobre los milagros del cine y su creación, sin ser estrictamente de género hablan a su manera del género y de formatos, aunque básicamente su función se percibe a modo de relato cómplice y empático hacia el espectador, posicionamiento que nos puede remitir a películas como Why Don’t You Play in Hell de Sion Sono o incluso el Ed Wood de Tim Burton. Como obligado peaje en este tipo de productos, en la película que nos ocupa más si cabe, dadas sus características, el elemento sorpresivo del material primigenio queda diluido, por mucho que el responsable de The Artist intente dar una vuelta de tuerca a la metaficción por la que transita, poniendo nuevamente de manifiesto como casi todas las imitaciones, como norma, suelen ser más deficitarias que el original.
Quentin Dupieux también podría considerarse como otros de los hijos predilectos de Sitges, aunque ya había realizado con anterioridad dos largometrajes, fue Rubber (2010), curiosamente su trabajo menos consistente a fecha de hoy, el pistoletazo de salida a la hora de darse a conocer dentro de ese confuso hábitat de los certámenes cinematográficos. A partir de ahí pasamos a la omnipresencia en un festival que ha ido programando sin vacilar todos sus films, llegando a la cúspide empática, entre público y obra, con la proyección en 2020 de Mandibules. Dicha fidelidad quedó refrendada este año con la presencia tanto de Quentin Dupieux en el festival, Premio Máquina del tiempo, como sus dos películas dirigidas en este 2022. La primera, Incroyable mais vrai, es una muestra fehaciente de la evolución de un autor que ya no se conforma con mostrar una excentricidad, y la gracia que esta puede provocar, también la intenta desarrollar, aquí a modo de cuento moral sobre cómo encarar el paso del tiempo, mediante ese concepto suyo tan recurrente en relación con lo extraordinario, aquí viajes y paradojas temporales al bajar la escalera de una casa, es introducido en unas vidas percibidas como ordinarias. El responsable de Réalité, fiel a su estilo de no explicar prácticamente nada, se valdrá de esa excusa fantástica, y el subtexto que otorga, a la hora de reflexionar sobre banalidades que anidan en nuestro día a día. Por su parte en la algo más lúdica Fumer fait tousser, en donde se vuelve a poner de manifiesto el buen director de actores que es Dupieux, la incoherencia vuelve a adquirir una cierta coherencia, con relación a un tono marciano y episódico, expuesto de forma más amplia a modo de sátira que se burla de los arquetipos y códigos genéricos del cine de superhéroes. Nuevamente la sensatez narrativa brilla por su ausencia, aún más si cabe que en Incroyable mais vrai. El canto al absurdo termina dando lugar a un entretenimiento audaz e ingenioso, plagado de continuas situaciones ilógicas que son acompañadas de réplicas irracionales marca de la casa.
Otro de los premios honoríficos este año en Sitges fue para Ti West, autor de trayectoria visible en el certamen que presentaba Pearl, segunda parte de esa inteligente trilogía, empezada este mismo 2022 con X y que concluirá el próximo año con MaXXXine. Si X se adentraba a modo de reinterpretación en el slasher USA de los años 70, en donde el American Gothic confronta de forma abrupta modernidad y libertad sexual con un enfermizo conservadurismo situado en la América rural profunda, Pearl, precuela concebida sobre la marcha, nos sitúa décadas atrás del film original, a modo de relato que indaga en cómo se fundamenta la identidad del psicópata. La carrera de Ti West ha ido evolucionando con el paso de los años, aunque esto no signifique que pueda ser considerado como algo positivo, aquí más bien todo lo contrario, pues anula ciertas constantes de sus inicios. El cine de Ti West ha transitado en gran medida entre lo concerniente a una continua referencialidad genérica de talante desprejuiciado, labor especialmente afortunada en la vuelta al terror satánico de los años 70 vista en The House of the Devil (2009) y el relacionado con ese horror, de carácter más popular y desinhibido, proclive en los 80 con The Innkeepers (2011). Sin embargo, en otras reformulaciones venidas a posteriori West no se muestra tan certero, en relación con el fanatismo religioso expuesto en formato found footage visto en The Sacrament (2013), o en el western a modo de revival en In a Valley of Violence (2016). En X, que forma parte de ese descenso evolutivo, se intuían interesantes sugerencias que, sin embargo, a diferencia de esos primeros trabajos, son percibidas como demasiada calculadas. Pearl lo es aún más, o lo que es peor, en ella se intuye una naturaleza caprichosa auspiciada por A24, que por momentos intenta ser paródica, a la hora de ofrecer una suerte de performance al servicio exclusivo de Mia Goth. El percibir como revolucionario, dentro del relato de terror, un monólogo de varios minutos, o el plano sostenido de un rostro durante los títulos de crédito finales, material en otros tiempos proclive a formar parte simplemente de un extra de un DVD, demuestran el ansia errada del fan en alabar y querer guarecerse en el concepto de una supuesta novedad, aquí veleidosa y gratuita, tanto como la osada semejanza que algunos han querido ver en Pearl a la hora de equipararla en estética al cine de Douglas Sirk.
Para terminar este repaso de autorías consagradas estos últimos años en Sitges Justin Benson y Aaron Moorhead presentaron Something in the Dirt, por momentos esquivo y austero relato metafísico en clave low-fi, supuestamente especulativo y paranoico, cuya pobre resolución formal denota una desidia que la sitúa por debajo de anteriores y estimulantes trabajos como Spring (2014) o The Endless (2017). Con todo, y como mal menor, Benson& Moorhead siguen perteneciendo a ese reducido grupo de realizadores actuales dentro del fantástico que atesoran una autoría que es percibida, independientemente del resultado, tan libre como irrenunciable. A tal respecto, Something in the Dirt no es una excepción a dicho tratado, lástima que la propuesta sea llevada al límite, con relación a sus difusos formatos y a un fantástico de tono discursivo sospechoso en más de un momento de querer mofarse del espectador.

 

 

Tráiler y póster para lo nuevo de Brandon Cronenberg «Infinity Pool»

Aprovechando el anuncio de las primeras películas que estarán presentes en la próxima edición del Festival de Sundance acaba de ver la luz un primer adelanto en forma de tráiler, que podéis ver a final de página junto a su póster oficial, del nuevo trabajo tras las cámaras de Brandon Cronenberg titulado Infinity Pool. Película, en donde el responsable de Antiviral (2012) y Possessor (2020) vuelve a adentrarse en el terreno de la ciencia ficción y el terror, que tiene previsto su estreno comercial en Estados Unidos para el próximo 27 de enero de 2023.
En Infinity Pool vemos como James y Em Foster son una pareja que disfrutan de unas vacaciones de alto standing en la playa ubicada en la isla ficticia de La Tolqa. A raíz de un repentino accidente mortal saldrá a la luz una subcultura perversa del turismo hedonista, la violencia imprudente y los horrores surrealistas del resort.
La película con guion a cargo del propio Brandon Cronenberg está protagonizada por Alexander Skarsgård, Cleopatra Coleman, Mia Goth, Thomas Kretschmann, Amanda Brugel, Caroline Boulton, John Ralston, Jeff Ricketts, Jalil Lespert, Roderick Hill, Adam Boncz, Alan Katic y Alexandra Tóth.

La Casa Encendida. Cine taiwanés: Tiempos de amor, juventud y libertad

Ciclo que mapea la historia del cine de Taiwán y que está compuesto por la proyección de cuatro películas y el curso monográfico Tiempos de amor, juventud y libertad, que se puede seguir presencial u online.
El país, pese a su reducida extensión y contar con apenas 23 millones de habitantes, ha edificado una de las cinematografías más estimulantes del panorama internacional.
El programa del ciclo ha sido diseñado por Javier H. Estrada, crítico, profesor y programador de cine. El curso está apoyado por Nuria Cubas, profesora, programadora y cineasta, y por Gabriel Doménech, profesor y miembro del Grupo de Investigación TECMERIN.
El ciclo ahonda en la cinematografía de Taiwán con la selección de cuatro celebradas películas que, sin embargo, siguen siendo desconocidas para el público español. Componen el programa clásicos como Dangerous Youth (Hsin Chi, 1959); la radiografía del Taiwán contemporáneo God Man Dog (Chen Singing, 2007); Murmur of the Hearts (Sylvia Chang, 2015), que supone una de las cimas de la gran directora Sylvia Chang; y el brillante melodrama estrenado en la Berlinale One Day (Hou Chi-Jan, 2010).
El eje temático común de todas ellas es la dimensión emocional del cine, donde se ven reflejados aspectos como la eclosión del sentimiento amoroso, el deseo irrefrenable o el retorno a las raíces en historias de gran calado sentimental con relatos poblados de personajes envueltos en profundas transformaciones.
El curso monográfico Tiempos de amor, juventud y libertad es un viaje emocional por la historia del cine de Taiwán. Cuatro sesiones dedicadas a la historia de una de las cinematografías más apasionantes del panorama mundial, en la que se estudia la obra de autores clave como Hou Hsiao-hsien y Tsai Ming-liang, pero también se indaga en figuras menos conocidas e igualmente estimulantes. Tiene una duración de cuatro jornadas y se puede seguir en formato presencial u online.
El ciclo y el curso se complementan de forma mutua y pretenden aportar una nueva mirada sobre la obra de autores como Hou Hsiao-hsien, Edward Yang o Chen Kunhou, Ang Lee y Tsai Ming-liang. Estos creadores conquistaron a la crítica y los festivales internacionales relatando historias de gran calado sentimental, pobladas de personajes envueltos en profundas transformaciones tanto íntimas como colectivas. La propuesta también indaga en figuras menos conocidas pero imprescindibles del pasado como Sylvia Chang o Chang Tso-chi, y también de la nueva hornada, como la directora Zero Chou o Lim Lung-yin.
Con el objetivo de amplificar su alcance y abrir la participación a todo el territorio y a otros países, el curso se desarrolla en formato híbrido (presencial y online). Las proyecciones, por su parte, tienen lugar de manera presencial en La Casa Encendida.
Tiempos de amor, juventud y libertad está organizado por Filmadrid, Pasajes de Cine, el Ministerio de Cultura de Taiwán, la Oficina Económica y Cultural de Taipéi en España y La Casa Encendida con la colaboración de Taiwan Film & Audiovisual Institute.

Programación

Varias fechas

La Casa On, Curso, Cine Tiempos de amor, juventud y libertad

Precio: 50 €

 

13 diciembre

Cine, Audiovisuales ‘Dangerous Youth’, de Hsin Chi

Precio: 4.00 €

 

14 diciembre

Cine, Audiovisuales ‘God Man Dog’, de Chen Singing

Precio: 4.00 €

 

15 diciembre

Cine, Audiovisuales ‘Murmur of the Hearts’, de Sylvia Chang

Precio: 4.00 €

 

16 diciembre

Cine, Audiovisuales ‘One Day’, de Hou Chi-Jan

Precio: 4.00 €

 

 

 

 

El cuerpo humano y la existencia, primer tráiler para «De humani corporis fabrica»

Con solo tres títulos en su haber, Leviathan (2012), Somniloquies y Caniba (2017), los cineastas Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel nos habían mostrado una faceta autoral dentro del ámbito del documental bastante interesante. Esa temática, que indaga en lo meramente observacional, vuelve a estar presente en su último trabajo tras las cámaras titulado De humani corporis fabrica, film cuyo primer avance un forma de tráiler acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su póster oficial.
La película nos muestra como hace cinco siglos, el anatomista Andrés Vesalio abrió el cuerpo humano a la ciencia por primera vez en la historia. Hoy, De Humani Corporis Fabrica abre el cuerpo humano al cine. Revela que la carne humana es un paisaje extraordinario que solo existe a través de la mirada y la atención de los demás. Como lugares de cuidado, sufrimiento y esperanza, los hospitales son laboratorios que conectan todos los cuerpos del mundo.
Aún sin fecha de estreno en nuestro país, De humani corporis fabrica, tras su premier mundial en el pasado Festival de Cannes dentro de la Quincena de realizadores, se estrenará comercialmente en Francia el próximo 11 de enero.

¡Esas mujeres! Retratos del Hollywood dorado

Mediante un estudio trenzado de los fundamentos de la puesta en escena, de la historia del arte, de la tecnología y de nuestra intimidad biológica, el retrato femenino se traslada del cine a la escritura alcanzando un grado de fascinación humana y analítica ajeno a cualquier idolatría. Un ejercicio donde adquiere importancia la instantánea de la palabra, su capacidad descriptiva, su fidelidad fotográfica. El despliegue de la oración como si fuera una pincelada, sus posibilidades para elaborar un discurso de reconocimiento y de respeto por los afectos. Ante estas imágenes importan la visión y la mirada, pero también la plasticidad del lenguaje, porque solo a través de su práctica conjunta conseguiremos dotarlas de profundidad y volumen. De la única pretensión de la paciencia, de la renuncia al academicismo, de la claridad intelectual y de una emoción sobrevenida, nace una perspectiva cultural y fisiológica donde la forma de un travelling y la geometría de un plano importan tanto como la expresión de un gesto, la amplitud de una sonrisa y la densidad de un hueso. En presencia de un rostro femenino, conscientes de la importancia de esta dimensión literaria del análisis, sabremos lo que puede una mujer.
Frente al sensacionalismo contemporáneo que se complace en promocionar la fealdad y la desdicha, en oposición directa a los que comercian con el odio y el vacío, recorremos el discreto camino de la estética que nos lleva de la intuición a la evidencia. Cultivar la mirada, la escritura y la lectura del retrato cinematográfico nos proporciona un sentido cabal de la convivencia y nos impregna con un tímido amor a la vida. No con voluntarismo crédulo, mas con un temblor cálido y sincero, con un sentimiento compartido donde no es necesario verlo todo al completo. Un espacio de imaginación, de memoria y de rigor donde, siguiendo la raíz etimológica de retrato, hacer revivir, devolver al presente a quien lo merece. Porque todas estas mujeres pretéritas propician el conocimiento, ofrecen esperanza y protección, ejercen de contrapeso al poder y nos rescatan del abandono. Venidas de la lejanía, de un Hollywood donde pensamos que siempre estuvieron cautivas, estas imágenes-madre nos ofrecen, en un acto de generosidad y liberación, múltiples maneras de habitar el mundo.
El autor
Roberto Amaba, Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca, Máster en Historia y Estética de la Cinematografía por la Universidad de Valladolid y colaborador del proyecto de investigación Intermedialidad e institución. Relaciones interartísticas: literatura, audiovisual y artes plásticas de la Universidad de Salamanca.
Autor de los libros Kino Delirio. En presencia de una imagen (2018) y Narración y materia. Supervivencias de la imagen cinematográfica (2019), editados por Shangrila. Ha divulgado en formato digital la miscelánea Fragmentos para una fisiología de la imagen (2017) y ha publicado ensayos, entre otros, sobre Jean Epstein, Alberto Cavalcanti, Paul Fejos y Mark Donskoi (Ártica Editorial), Guy Maddin, Forugh Farrojzad y Sergei Parajanov (Shangrila), Max Ophüls (Donostia Kultura), Anthony Mann (Ediciones Trea) y las fotografías de Abu Ghraib (Sial Pigmalión). Ha coordinado las monografías Pier Paolo Pasolini. Una desesperada vitalidad y Carretera perdida. Paseos con David Lynch (Shangrila). Su actividad investigadora se centra en las relaciones entre arte, literatura y ciencia.
Autor: Roberto Amaba, Editorial: Shangrila Ediciones, Colección Contracampo libros, Páginas: 240

 

El gótico americano, tráiler de «Runner»

Tras estar compitiendo por la Concha de Oro en la pasada edición del Festival de San Sebastián (Premio Especial del Jurado), acaba de ver la luz un primer tráiler, que podéis ver a final de página junto a su póster oficial, de la opera prima de la realizadora norteamericana Marian Mathias Runner. La película, aún sin fecha de estreno, nos trasporta, a modo de drama rural, por la América profunda a través de una pieza de cámara provista de una composición visual muy a tener en cuenta.
En Runner (crítica aquí) vemos como tras la súbita muerte de su padre, Haas conoce a Will. Teniendo que desplazarse a la ciudad natal de su progenitor para poder enterrarlo, asistiendo a la historia de dos jóvenes desconocidos que se encuentran a través del vasto paisaje de Estados Unidos.
La película con guion a cargo de la propia Marian Mathias está protagonizada por Hannah Schiller, Darren Houle, Gene Jones y Jonathan Eisley.

«Sala:B» y el stop-motion

  • El intrépido Raúl(Feliciano Pérez y Arturo Beringola, 1936). España. 35 mm. B/N. 9’
  • La venganza del brujo(Salvador Gijón, 1945). España. DCP. B/N. 10’
  • Viaje a la luna(Tino Blom Dahl, 1964). España. DCP. B/N. 17’
  • Hombrecillos de papel(Tino Blom Dahl, 1968). España. DCP. Color. 16’
  • Juego de niños(Pablo Llorens, 1999). España. DCP. Color. 70’
«Siempre buscando el más difícil todavía, «Sala:B» os invita a una sesión histórica de animación en stop-motion española por y para todas las edades.
El cine infantil menos convencional vuelve a ocupar «Sala:B» durante las fiestas navideñas. Para esta ocasión hemos recurrido al experto Adrián Encinas, que ha preparado un menú de pioneros de la animación española en stop-motion a partir de los archivos de Filmoteca Española, Filmoteca de Valencia y de su propia colección. Para empezar, ni más ni menos que la película de muñecos animados española más antigua que se conserva: El intrépido Raúl, de 1936, reestrenada tras la Guerra Civil bajo el título La princesa y el dragón (1947). Rodado en los estudios CEA de Madrid, este cuento destaca –según Encinas– por un cuidado diseño de personajes y escenarios de Feliciano Pérez, además de los movimientos de cámara de Arturo Beringola, un arrojo tremendo para la época.
Seguimos con Salvador Gijón, el único cineasta que recoge el testigo al final de la Segunda República y continúa desarrollando la animación de muñecos durante la dictadura. En sus obras encontramos personajes recurrentes como el detective Camelón y su fiel perro Tobalito, que luchan contra los malvados Cuca y El Pájaro, siempre en historias de corte naif narradas en verso o en prosa. Destaca la Trilogía del rapto en palacio (1944-1945), primer serial animado, al que pertenece el episodio La venganza del brujo.
El caso de Christen (Tino) Blom-Dahl es muy particular, vicecónsul noruego afincado en Valencia que se dedica a la animación en stop-motion de forma autodidacta y con la vocación de un cuentacuentos familiar. Sus cortos en 16mm mezclan con gran naturalidad la realidad cotidiana con la fantasía, logrando una frescura insólita.
Y para acabar, saltamos a una de las figuras más importante de la plastilina animada en España: Pablo Llorens. Tras recibir varios premios con sus cortos, incluidos dos Goyas, su primer y único largometraje será Juego de niños, que realizó prácticamente en solitario durante dos años de intenso trabajo. Más allá de ser la primera película española en stop-motion, aborda con valentía las formas del anime y el videojuego sin perder en ningún momento la esencia de su personal humor». (Álex Mendíbil)
Presentación a cargo de Adrián Encinas, autor de Historia del cine de animación stop-motion español 1912-1975 (publicación a principios de 2023, Desfiladero Ed.) y Álex Mendíbil, comisario de «Sala:B». Duración aproximada de la presentación: 20’ (Total sesión: 155’)

Entre la vida y la muerte, primer tráiler para «O Corpo Aberto»

Después de la buena recepción cosechada tras su paso por festivales como la Seminci o Gijón acaba de ver la luz un primer tráiler de la mano de Filmax, que podéis ver a final de página junto a su póster oficial, del debut en la ficción de la realizadora Ángeles Huerta  O Corpo Aberto. La película, basada en un relato de Xosé Luis Méndez Ferrín que nos sitúa a medio camino entre el drama rural y el relato de terror, se estrenará comercialmente en nuestro país el próximo 9 de diciembre.
O Corpo Aberto nos sitúa en el año 1909. Miguel, un joven profesor, es destinado a un pequeño pueblo de montaña en la frontera entre España y Portugal: Lobosandaus, una aldea inhóspita y de tradiciones ancestrales. Es un hombre de razón, pero no puede controlar sus deseos pasionales y, conforme se acerca el invierno, siente cómo la oscuridad se apodera de todo a su alrededor al tiempo que crece su fascinación por la enigmática Dorinda. En un lugar dominado por la superstición, la extraña muerte de un vecino del pueblo libera a un espíritu libre en busca de un cuerpo que le permita seguir con su existencia, que llevará a Miguel a cuestionar los límites entre el mundo de los vivos y los muertos.
La película con guion cargo de la propia Ángeles Huerta junto a Daniel García está protagonizada por Tamar Novas, Victória Guerra, María Vázquez, Federico Pérez, Elena Seijo, Miquel Insúa, José Fidalgo, Nicolás Otero e Izan González.

Proyecciones Xcèntric: Los diarios de Ed Pincus: intimidad privilegiada

En 1971, Ed Pincus emprendió el proyecto de filmar con una cámara de 16 mm, y a lo largo de cinco años, la intimidad de su vida familiar. El montaje, a partir de las veintisiete horas de material registrado, no lo empezó hasta 1976, en forma de revisión (auto) crítica de esa experiencia. La muy influyente Diaries (1971-1976) —considerada una de las grandes obras maestras del género diarístico y que se presenta ahora recién restaurada— encara la colisión entre vida y arte, y los conflictos y goces de crear una familia, con el deseo de reconciliar, según el cineasta, lo trivial con lo profundo, y sondear la fragilidad y el heroísmo de la vida cotidiana.
Pincus había escrito Guide to Filmmaking (1969), un célebre manual de técnicas cinematográficas, y fue profesor de cine en el MIT y en Harvard, además de documentalista de direct cinema; pero en 1970 piensa que su obra está en un callejón sin salida y decide hacer un giro radical, exponerse crudamente ante la cámara y cuestionar las convenciones del cine y de su propia vida. La película empieza cuando la esposa de Ed, Jane —feminista y artista de batik—, tiene 34 años y sus hijos Sami y Ben, 6 y 2 años, respectivamente. Son, según Jane, «la familia feliz». Lo que sigue es el derrumbe de esa vida familiar, entre las aventuras amorosas de Ed y los efectos dolorosos que tienen para ella.
 «Ed Pincus ha creado un melodrama cómico de la vida familiar en los años setenta, que es tan fascinante, triste, enloquecedor e inquietante como cualquier ficción. Ha dado un salto mágico, saltando sobre las cabezas del cinéma-vérité y de la narración cinematográfica hacia un nuevo y deslumbrante reino» (Stephen Schiff, Film Comment).
Diaries (1971-1976), Ed Pincus, Estados Unidos, 1982, 16 mm, 200’
Proyección en DCP, VOSC. Copia digitalizada y restaurada procedente del Harvard Film Archive.
Fecha: 22 enero 2023
Horario. 17:30
Espacio. Auditorio
Precio. 4 € / 3 € Reducida
Abono 5 sesiones: 15 € / 12 € Reducido
Amigos CCCB: gratuito
Venta de entradas en taquillas (taquilles@cccb.org / 933064100) y online

 

La violencia endémica, tráiler para «Copenhagen Cowboy» de Nicolas Winding Refn

Tres años después de la notable Too Old to Die Young, disponible actualmente en Prime Video, Nicolas Winding Refn vuelve a la pequeña pantalla con Copenhagen Cowboy, serie de seis episodios creados y dirigidos por el responsable de The Neon Demon, cuyo primer avance en forma de tráiler oficial acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su póster promocional. La serie, un violento thriller con el concepto de la venganza como eje argumental, tras su premier mundial en el pasado festival de Venecia se estrenará a través de Netflix el próximo 5 de enero de 2023.
En Copenhagen Cowboy vemos como la joven Miu después de una vida de servidumbre, y decidida a ganarse una segunda oportunidad en la vida, se adentrara en el siniestro inframundo criminal de Copenhague en busca de un nuevo comienzo. En su búsqueda de justicia, venganza y libertad se encontrará con su némesis, Rakel, con la que se embarcará en una odisea a través de lo natural y lo sobrenatural. Algo que definirá el futuro de ambas cuando descubran que no están solas y son muchas.
La serie con guion a cargo del propio Nicolas Winding Refn está protagonizada por Zlatko Buric, Angela Bundalovic, Fleur Frilund, Dragana Milutinovic, Mikael Bertelsen, Andreas Lykke Jørgensen, Li Ii Zhang, Jason Hendil-Forssell, Mads Brügger, Lola Winding Refn, Peter Belli y Lizzielou Winding Refn.

«Broker» review

Una noche lluviosa una joven abandona a su bebé a las puertas de una iglesia. El recién nacido es recogido por dos hombres que se dedican a robar bebés abandonados para venderlos padres dispuestos a pagar una tarifa. Cuando la joven regresa a la iglesia, arrepentida, descubre el negocio ilegal de ambos hombres y decide unirse a ellos para encontrar a los padres adoptivos más adecuados. En este inusual viaje por carretera, el destino de los que se crucen en la vida del niño cambiará radicalmente.
Uno de los nombres fijos del Festival de San Sebastián es el del japonés Hirokazu Koreeda que presentaba este año en la sección Perlas, previo paso unos meses antes por Cannes, Broker, película rodada en Corea, hablada en el idioma de dicho país y con actores tan conocidos como por ejemplo Song Kang-ho. Un relato que no deja de representar un nuevo paso en ese llamado autoexilio evolutivo de un autor que da la impresión de seguir transitando por un mismo temario, pero dirigido ahora hacia una parcela más globalizadora en referencia a la territorialidad y ubicación de sus últimos trabajos, en donde vuelve a incidir sobre asuntos voluminosos que son resueltos con extrema sencillez.
 A través de una road movie de tono tragicómico, las subtramas dramáticas y policiacas quedan bastantes diluidas, el realizador japonés vuelve a reincidir en eso tan característico de su cine, ya casi una marca de la casa en sí mismo, que es el exceso de tramas paralelas, en el caso que nos ocupa algunas de ellas demasiado intrascendentes, que al final, acabando en un previsible e inalterable tratado de empatía,  y correspondiente solidaridad, hacia sus personajes, en su gran mayoría pertenecientes a un núcleo familiar disfuncional. Personajes que no suelen ser juzgados por Koreeda pero si, de forma casi sistemática, redimidos en relación a ese tratado sobre segundas oportunidades tan presente en su cine.  Puestos a indagar en esas reconocibles capas emocionales, se echa de menos un trazo sin tanta transparencia y algo más profundo, también indolente, presente en anteriores películas suyas, como por ejemplo Nadie sabe o la reivindicable Air Doll.
Si otra cosa queda meridianamente clara en el cine de Hirokazu Kore-eda es su interés por las madres, aquí visualizado tanto en las que son capaces de abandonar a un hijo, como las que están desesperadas por adoptarlos,  sin embargo, a medida que se desarrolla la película, la mirada se extrapola a los propios niños a raíz de la interrogante que surge en cómo se le muestra al infante desechado por sus padres que tienen todo el derecho a pertenecer a este mundo.
A tal respecto el posicionamiento del responsable de Nuestra hermana pequeña sigue siendo similar, y plenamente reconocible, con relación a lo que son sus intenciones, en líneas generales otro sensible retrato sobre la posibilidad de encontrar impensados núcleos familiares donde uno menos se lo espera, aunque las formas, en lo concerniente a ese actual tejido percibido como complaciente, parecen encontrarse en espíritu cada vez más alejado con respecto a aquellos primeros trabajos.

Valoración 0/5: 2’5

https://youtu.be/wVXd59cUvkc

WomanInFan. Topografía del género fantástico dirigido por mujeres

Los patrones culturales y sociales que imperan en la industria del cine han identificado tradicionalmente determinados géneros como propios de la sensibilidad femenina, confiando el liderazgo de proyectos dentro del terror, la ciencia ficción, la acción o del thriller, por ejemplo, a los hombres creadores; mientras que, por su parte, las mujeres no identifican el fantástico como un género a su alcance.

Y aunque han sido tradicionalmente ‘rara avis’, los largometrajes de género fantástico dirigidos por mujeres han surgido, sobre todo en los últimos años, dando paso a una cantera más que interesante en la que destacan nombres como Karen Arthur, Mary Harron, Claire Denis, Marina de Van, Jennifer Lynch, Kathryn Bigelow, las hermanas Wachowski, Karyn Kusama, Anna Biller, Julia Ducournau y un largo etcétera.

Este estudio sobre la mujer cineasta en el género fantástico aparece no exento de una polémica de fondo, surgida a raíz por supuesto de la mayor atención mediática hacia las mujeres y su vínculo con el terror: ¿debemos seguir exponiendo a la luz pública esta estadística minoritaria y el trato desigual de la industria hacia la mujer en el fantástico, o bien hay que comenzar a normalizar el trabajo de las cineastas en este terreno?

Quizás uno de los aspectos más estimulantes a corto plazo para la mujer en el género fantástico sea el poder configurar por fin su narrativa particular, mediante un enfoque o una sensibilidad diferentes, o no, pero en cualquier caso en proyectos firmados y liderados por ellas.

Libro oficial del SITGES Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya.
Autor: Libro coordinado por Mónica García Massagué con los autores Alan Jones, Diego López-Fernández, Domingo López, Heidi Honeycutt, Ángel Sala, Violeta Kovacsics y Jordi Sánchez-Navarro. Ilustración cubierta de Nora Montesinos García, Editorial: Hermenaute, Páginas: 204

«Los reyes del mundo» review

“Un día todos los hombres se quedaron dormidos… Y los cercos de la tierra, ardieron”. Una historia sobre la desobediencia, la amistad y la dignidad que existe en la resistencia. Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano. Cinco chicos de la calle de Medellín. Cinco reyes sin reino, sin ley, sin familia, emprenden un viaje en búsqueda de la tierra prometida. Un cuento subversivo a través de un clan salvaje y entrañable, que transita entre realidad y delirio. Un viaje hacia la nada, donde pasa todo.
Siguiendo con el estigma del desfavorecido, la ganadora de la Concha de Oro a la Mejor Película en el pasado Festival de San Sebastián, Los reyes del mundo, vendría a ser una suerte de versión de Los olvidados de Luis Buñuel, con claros ecos a referentes literarios como Lord of the Flies de William Golding o incluso, apurando mucho, los antecedentes al Heart of Darkness de Joseph Conrad.  A tal respecto la narración del film, siguiendo patrones típicos de la road-movie, nos traslada al Medellín actual partiendo del concepto de la recuperación de la tierra prometida, en su día confiscada por los paramilitares. El tema central aquí orbita en todo momento a través del concepto de la orfandad espiritual de unos adolescentes decididos formar su propio, y en parte utópico, núcleo familiar.
En esta ocasión Laura Mora cambia su mirado con respecto a la ofrecida en su anterior Matar a Jesús, si en aquella película retrataba, casi en modo cinéma vérité, momentos percibidos como fugaces en lo concerniente a su realismo, a través de un relato político que hablaba sobre un asesinato, en Los reyes del mundo, su mirada se sitúa mas desde la distancia. Lo hace en relación a una narrativa de tono contemplativo. El estilo autoral de la realizadora colombiana se estructura pues en referencia al estimulante manejo que hace de los espacios cerrados por donde transitan sus personajes. La principal virtud del film se podría decir que radica en como aborda, desde la intimidad y la abstracción, problemáticas sociales de la realidad actual colombiana, en este caso la referido a la tenencia de la tierra. Lo hace situándose en la frontera de lo real y lo imaginario, dinámica acentuada aún más si cabe por el estado de ánimo de los protagonistas a medida que avanza su viaje, todo ello a través de un tono que de alguna manera acompaña al creciente delirio por el que deambulan.
Película que termina estando plagada de simbolismos, la mayoría de ellos de evidentes trazos neorrealistas y texturas hipnóticas. El nuevo trabajo tras las cámaras de la colombiana Laura Mora tiene el beneplácito de ser ese tipo de relato que parte de un compromiso honesto atesorando al mismo tiempo la virtud de prescindir de cualquier trazo de estética vacua a favor de lo meramente instintivo y conmovedor, todo ello a través de la reafirmación de una identidad, o el intento de él, también de una búsqueda que en realidad no deja de ser una huida.

Valoración 0/5: 3

«Great Yarmouth: Provisional Figures» review

Octubre de 2019, Great Yarmouth, Norfolk (Reino Unido). Tres meses antes del Brexit. Cientos de trabajadores migrantes llegan desde Portugal a la ciudad en busca de un empleo en las fábricas locales de procesado de carne de pavo. Tânia trabajó en de estas plantas avícolas pero está actualmente casada con un hotelero inglés. Nadie mejor que ella para ayudar a estas personas migrantes portuguesas a hacerse con un trabajo, pero desea obtener la ciudadanía británica, abandonar ese ingrato negocio y reformar los hoteles abandonados (propiedad de su marido) para transformarlos en residencias para la tercera edad.
Uno de los temas recurrente en las ultimas ediciones del Festival de San Sebastián en sus diferente secciones suele ser el referido al realismo social, recurrente de forma casi sistemática con relación a la precariedad de las condiciones laborales del desfavorecido, en tal sentido lo más apreciable del interesante film del portugués Marco Martins, Great Yarmouth: Provisional Figures, título que nos remite a un término burocrático utilizado para personas que no se encuentran en una situación legal en el país en donde trabajan, radica en su decidida no adscripción al consabido relato de impronta que estigmatiza, en lo concerniente a la utilización de recursos manidos, al marginado de la sociedad, en el caso que nos ocupa una película más direccionada a la exploración de un concreto estado anímico, personificado en la solvente figura de la actriz Beatriz Batarda, de tono febril y sucio, evidentemente nada optimista en lo referente a su exposición pues lo narrado versa principalmente sobre un visceral descenso a los infiernos.
En el caso que nos ocupa la historia nos muestra la explotación de emigrantes lusos en una ciudad obrera de Inglaterra, lúgubre marco escénico de esta apreciable obra dotada de un poderoso tono visual, donde su realismo extremo poco dado a la concesión, termina dando la sensación de estar planteado casi a modo de una historia de terror con respecto a la sofisticada elaboración de artilugios formales como el sonido y la música de Jim Williams, o la imagen, ojo a esa fotografía a cargo de João Ribeiro, que nos remiten casi a las antípodas en estética y narrativa del cine perpetrado en su día por ejemplo por un recurrente autor en estas líderes como es Ken Loach, aquí sin embargo la humillación resulta bastante más cruda que en el cine mostrado por el responsable de Hidden Agenda, aunque el mensaje sigue siendo el mismo, o eso se percibe en una primera instancia, aquí las consonancias son aún más atroces si cabe, especialmente en lo concerniente a una sociedad capitalista de índole neoliberal que pisotea sin compasión a los más humildes.
En este sentido, Great Yarmouth: Provisional Figures no siempre resulta ser una película sutil con relación a su supuesto mensaje, si lo es sin embargo en su cometido de ser un relato inquietante y oportuno, dado que en la actualidad el Reino Unido se enfrenta un nuevo régimen conservador en donde se percibe poco probable que se haga de la compasión social una prioridad política.

Valoración 0/5: 3

La Filmoteca Vasca, Donostia Kultura y el Festival de San Sebastián publican el libro «Zinema festa bat da»

El trabajo, publicado en euskera, se presenta mañana en Tabakalera dentro del Festival Literaktum y de los actos de conmemoración del 70º aniversario del Festival. El libro parte de una original y divertida premisa: una fiesta a la que asisten estrellas fallecidas que recibieron el Premio Donostia.
La escritora Katixa Agirre presentará mañana en Tabakalera, dentro del festival Literaktum, el libro Zinema festa bat da. Enkontru ezinezko bat Zinemaldiaren 70. urteurrenean. Editado en euskera por la Filmoteca Vasca y Donostia Kultura con la colaboración del Festival de San Sebastián, el número X de la Colección Nosferatu sirve para acompañar al ciclo Zinemaldia 70, que desde el pasado enero y hasta mediados de diciembre repasa los 70 años del Festival de San Sebastián con la proyección de algunos títulos importantes que pasaron por su programación.
El libro de Agirre cuenta con portada y contraportada de Irantzu Piquero y parte de una original y divertida premisa: una fiesta muy especial organizada en el Palacio Miramar para celebrar los 70 años del Festival y en la que se reúnen invitadas e invitados un tanto especiales y con dos características en común: recibieron el Premio Donostia y han fallecido.
Según promete la propia autora, en la citada fiesta “Lauren Bacall aparecerá más elegante que nunca, a Gregory Peck le costará entender la situación, Max von Sydow ha venido a bailar, Agnès Varda intentará realizar un documental y, cómo no, Bette Davis asumirá las funciones de anfitriona”. “La noche se llenará de sorpresas, disputas, borracheras y recuerdos. Al final se pondrán todos de acuerdo: el cine es una fiesta que hay que celebrar”, subraya Katixa Agirre.
Ruth Pérez de Anucita, responsable de Comunicación del Festival de San Sebastián, conversará con la autora en la presentación de mañana en el cine de Tabakalera a las 18.00 horas. La entrada es libre y las invitaciones se pueden reservar en la página web de Tabakalera. Después tendrá lugar la proyección de Passion (2008), película dirigida por Ryusuke Hamaguchi e incluida en el ciclo Nosferatu, para la que sí es necesario comprar entrada.
El pasado enero, coincidiendo con el inicio del nuevo ciclo Nosferatu, se publicó el libro Zinemaldia 1953-2022. Singularidades del Festival de Donostia / San Sebastián , editado por Donostia Kultura, Filmoteca Vasca y el Festival de San Sebastián y coordinado por Quim Casas. En los próximos días, el ciclo que repasa algunas de las películas más relevantes de la historia del Festival finalizará con tres últimas proyecciones: El caballo de dos piernas (Asbe du-pa / Two-Legged Horse, 2008), de Samira Makhmalbaf (30 de noviembre); Genpin (2010), de Naomi Kawase (7 de diciembre), y Post mortem (2010), de Pablo Larraín (14 de diciembre).

«Don’t Worry Darling» review

Alice  y Jack tienen la suerte de vivir en la comunidad idealizada de Victoria, una ciudad experimental creada por una compañía en donde los hombres que trabajan para el «Proyecto Victoria», de alto secreto, viven con sus familias. Pero cuando empiezan a aparecer grietas en su idílica vida, exponiendo destellos de algo mucho más siniestro que se esconde bajo la atractiva fachada, Alice no puede evitar cuestionarse exactamente qué están haciendo en Victoria, y por qué.
Presente, previo paso por Venecia, en la pasada edición del Festival de San Sebastián dentro de una sección como Perlas, proclive a ciertas concesiones de cara al evento, la nueva película como realizadora de Olivia Wilde, Don’t Worry Darling, viene a engrosar ese grupo de películas, que son más forma que fondo, que tratan temas supuestamente muy actuales desde una perspectiva de género, lo hace a través de una mirada que no se percibe como original y ni siquiera militante, en su vertiente sociopolítico, de echo y puestos a ser algo maliciosos cualquiera diría que todo el entramado polémico, lindante a conceptos propios de la prensa rosa con despidos desmentidos o exposición de audios privados entre otras cosas, que ha rodeado a la película antes de su estreno parece estar concebido para que no se hable de las carencias y la  obviedad de un producto ideado en un principio como bastante ambicioso que en su función de thriller psicológico no logra ser ni la mitad de perturbador de lo que pretende ser.
Aunque muy posiblemente la principal falla que se pueda encontrar en Don’t Worry Darling sea en lo concerniente a su condición de discutible pieza de entretenimiento que palidece por completo en su intento de ser algo parecido a una feroz distopía sobre la masculinidad tóxica y el patriarcado, expuesta aquí a partir de la creación de un universo artificial en donde se anhela un mundo idílico e ideal, comparado con un concepto bastante similar visto en la novela The Stepford Wives de Ira Levin y su apreciable adaptación al cine a cargo de Bryan Forbes en el año 1975, o incluso ya puestos y adentrándonos en el terreno de las comparativas, igualmente deficitaria con respecto a supuestas alegorías antisistema que señalan al audiovisual norteamericano como mal endémico, si la cotejamos con una película de hace 25 años que incidía en un mismo temario, como por ejemplo, The Truman Show de Peter Weir.
Lástima que esas nociones a priori tan interesantes, en donde se intuyen y cuestionan los cimientos del imaginario yanqui como modelo de vida promocionado por una sociedad de consumo derivativa a la paranoia post-11S, termine siendo poco más que una simple fábula poco trascendente provista de un enunciado narrativo sin un desarrollo percibido como lógico, teniendo la sensación final de estar ante un entramado atropellado y reiterativo, en lo relativo a subrayar la artificiosidad de un universo, aderezado con una parte final que bordea involuntariamente, y de forma bastante peligrosa, la serie B genérica de tono más cáustico.

Valoración 0/5: 1’5

«As bestas» review

Antoine y Olga son una pareja francesa que se instaló hace tiempo en una aldea del interior de Galicia. Allí llevan una vida tranquila, aunque su convivencia con los lugareños no es tan idílica como desearían. Un conflicto con sus vecinos, los hermanos Anta, hará que la tensión crezca en la aldea hasta alcanzar un punto de no retorno.
Previo paso por Cannes el Festival de San Sebastián presentó dentro de la sección Perlas una de las mejores películas españolas de este prolífico 2022, fecundo año en cuanto al número de nombres consagrados, no tanto en lo concerniente a la excelsa calidad de los trabajos. Una de las cumbres del cine español de este año se mire por donde se mire, es el nuevo trabajo tras las cámaras de Rodrigo Sorogoyen,  As bestas, una suerte de versión genérica del Alcarrás de Carla Simón, que recurre a conceptos propios de ese tensional thriller rural de continuas replicas y malestares, por momentos derivativos del western, visto en obras como Straw Dogs de Sam Peckinpah o la reivindicable The BackWoods de Koldo Serra, a la hora de estructurar un relato ubicado en la Galicia caníbal, en donde predomina un duro clima de zozobra a raíz de una disputa de índole personal que con el paso del tiempo irá a más.
El cine de Rodrigo Sorogoyen se ha caracterizado en gran parte en presentar en casi todas sus películas una masculinidad tóxica normalmente mostrada a través de la visión de un antihéroe, As bestas, título que hace referencia a la fiesta denominada como ‘A Rapa das Bestas’ originaria de la aldea gallega de Sabucedo, en donde varios hombres tienen que inmovilizar a caballos salvajes desparasitarlos y marcarlos, no es ni mucho menos ajena a dicha radiografía sobre personalidades que terminan siendo representadas como complejas. El eje central de la película, la disputa abocada a modo de preludio y posterior materialización de la violencia, será expuesta a través de dos concepciones totalmente antagónicas del espacio vital, como modelos de vida adyacentes a un nivel cultural y evidentemente territorial, con relación al asentado desde tiempos remotos y al recién llegado, curiosamente desde perspectivas invertidas de lo que podemos concebir en un primer momento, la venta urgente y la utópica escapada de los primeros y la conservación y mejora ecológica de lo poco que se conserva por parte del segundo.
Lástima que llegados a un determinado momento de metraje el responsable de El reino decide hacer dos películas de una, sus 137 minutos de duración terminan siendo propicios en tal cometido, vertebrando la trama entre diferentes nociones de lo masculino y lo femenino, del personaje de Denis Ménochet pasamos al de la extraordinaria Marina Foïs, con referencia a cómo afrontar una problemática, algo que termina por adherir al tramo final una fuerte carga de trascendencia dramática al relato de género entendido como tal. Por fortuna, y como mal menor en este apartado, aquí no se atisba impostura por ningún lado, aunque sí una considerable y algo contraproducente arritmia narrativa. Con todo, los primeros noventa minutos de As bestas suponen, con diferencia, el punto más alto de la trayectoria de Sorogoyen.

Valoración 0/5:3’5

 

Crónica Festival de San Sebastián 2022 (ll)

Perlas
Posiblemente la existencia e importancia de una sección de las características de Perlas, y sus actuales fundamentos, se deba principalmente a ese sempiterno equilibrio de apartados que suele aglutinar un Festival como el de San Sebastián con relación a tendencias, autorías y diversas políticas de visionados. En estos últimos años, la naturaleza de Perlas se ha percibido como demasiado previsible con respecto a nombres y a una cierta servidumbre por parte del festival a según qué distribuidoras patrias, al final todo esto seguramente no deje de ser un mal menor a modo de agradecida concesión, pues la máxima de cualquier certamen que se precie tiene que ser la de guiar al espectador a través de su secciones e indicarles qué tipo de cine y diversos conceptos van a poder encontrarse en cada uno de los apartados, en relación con eso no hay nada que objetar, pues un servidor no tiene ninguna duda al respecto de que hoy por hoy el Zinemaldia cumple a rajatabla con tal función didáctica.
Uno de esos nombres fijos antes mencionados es el del japonés Hirokazu Koreeda que presentaba este año en Perlas, previo paso por Cannes, Broker, película rodada en Corea y hablada en el idioma de dicho país, lo que no deja de ser un nuevo paso en ese llamado autoexilio evolutivo de un autor que da la impresión de seguir transitando por un mismo temario, pero dirigido ahora hacia una parcela más globalizadora en referencia a la territorialidad de sus trabajos. A través de una road movie de tono encubierto, Koreeda vuelve a reincidir en eso tan característico de su cine que es el exceso de tramas paralelas, algunas de ellas demasiado intrascendentes, que al final, acabando en un previsible e inalterable tratado de empatía hacia sus personajes, en su gran mayoría pertenecientes a un núcleo familiar disfuncional. Puestos a indagar en esas reconocibles capas emocionales, se echa de menos un trazo sin tanta transparencia y más profundo, presente en anteriores películas suyas, como por ejemplo Nadie sabe o la reivindicable Air Doll. A tal respecto el posicionamiento sigue siendo similar e incluso plenamente reconocible con relación a lo que son sus intenciones, aunque las formas, en lo concerniente a su actual tejido complaciente, parecen encontrarse en espíritu cada vez más alejadas con respecto a aquellos primeros trabajos. En una sección como Perlas, proclive a ciertas concesiones de cara al evento, la presencia de la nueva película de Olivia Wilde, Don’t Worry Darling, se pudo entender como normal. Una discutible pieza de entretenimiento que palidece en su intento de ser una feroz distopía sobre la masculinidad tóxica y el patriarcado, expuesta aquí a partir de la creación de un universo artificial supuestamente idílico, comparado con un concepto bastante similar visto en la novela The Stepford Wives de Ira Levin y su apreciable adaptación al cine a cargo de Bryan Forbes en el año 1975, o incluso ya puestos en el terreno de las comparativas, igualmente deficitaria si nos adentramos en supuestas alegorías antisistema que señalan al audiovisual norteamericano como mal endémico, en comparación con una película de hace 25 años, como por ejemplo, The Truman Show de Peter Weir. Lástima que esas nociones tan interesantes, en donde se intuyen y cuestionan los cimientos del imaginario yanqui como modelo de vida promocionado por la sociedad de consumo, termine siendo poco más que una simple fábula poco trascendente provista de un enunciado narrativo sin un desarrollo percibido como lógico, teniendo la sensación final de estar ante un entramado tan atropellado como una parte final que bordea involuntariamente, y de forma algo peligrosa, la serie B genérica más cáustica.
Otra de las películas que parecían desde un principio encontrar un lógico acomodo en Perlas fue el nuevo trabajo tras las cámaras de Santiago Mitre, Argentina, 1985, película política que reconstruye un importante acontecimiento histórico desde un posicionamiento muy inteligente, dada su inequívoca vocación de cine clásico popular de juicios con ligeras texturas de telefilm, como parcialmente cuestionable con relación a una cierta complacencia que apela a la emoción de cara a una galería ávida de triunfalismos idealistas y democráticos; algo completamente lícito, pues no se atisba en el relato ningún trazo oportunista, si no fuera por una cierta extrañeza al comprobar el anterior bagaje de su responsable en lo concerniente al revisionismo de clichés asociados al cine político visto por ejemplo en su anterior y notable La cordillera, film bastante más dotado de rigor y complejidad que el que nos ocupa. Por su parte, Un beau matin de Mia Hansen-Løve también indaga respecto al concepto de la emotividad, pero a través de una perspectiva totalmente distinta. La responsable de L’avenir traza un relato afectivo de tintes autobiográficos percibido como muy fiel a su propio imaginario, especialmente en relación con algo que se le suele dar bastante bien en lo que concierne a ir mostrando a través de pequeños matices una historia que se desarrolla de forma progresiva, sin apenas detenerse en la autocomplacencia o el aspaviento emocional. Aquí todo queda relacionado en función de un desorden emocional y un continuo estado de indeterminación por parte de la protagonista, percibido a través de una doble vertiente, la amorosa y la familiar, que derivan respectivamente en dependencias afectivas y filiales. Un cine de autenticidad que hacen de su modestia y moderación su mejor arma.
Otra presencia que suele ser preceptiva cada año en Perlas es la ganadora de la Palma de Oro de Cannes, en tal sentido seis años después de The Square, Ruben Östlund repetía comparecencia en San Sebastián con Triangle of Sadness, film segmentado en tres partes que viene a ser la quintaescencia de un autor con respecto a esa indagación marca de la casa, y de origen casi patológico, que retrata a través de la mirada del enfant terrible las miserias del primer mundo, aquí focalizada principalmente en los ambivalentes papeles jerárquicos de las clases sociales, en modo satírico y grotesco. Desafortunadamente el cine del realizador sueco, supuestamente malintencionado, tiene la innegable virtud de atesorar un gran sentido de la observación, que sin embargo no se ve correspondido con respecto a una exposición de brocha gorda, intuida por momentos como muy simplista, que parece estar bastante más preocupada en entretener a un público cómplice, entregado al gag de tono caricaturesco, que en desarrollar las interesantes reflexiones o el análisis político que se perciben en un cine que da la impresión de estar en un continuo regocijo de sí mismo. Dos fueron los documentales musicales que se pudieron ver este año en San Sebastián, por una parte el extraordinario Meet Me in the Bathroom presente en la sección Zabaltegi-Tabakalera y por otra, el no menos interesante y exuberante retrato multimedia Moonage Daydream, a cargo de Brett Morgen (Kurt Cobain: Montage of Heck 2015), acertado trabajo de no ficción, que prescinde de la prototípica historia cronológica, que termina siendo tan camaleónico en sus formas como fue el propio David Bowie, indiscutiblemente uno de los artistas musicales más poliédrico e influyente de todos los tiempos. La única pena que le produce a un servidor el visionado de este meritorio documental, de generosa sobrecarga sensorial expuesta casi a modo de viaje lisérgico que obvia recursos y clichés característicos del género, es no tener ocasión de poder verlo en formato IMAX con sus 48 canciones remasterizadas, por lo demás todo bien, cualquier tipo de pleitesía al genio en forma de trabajo audiovisual es por descontado bienvenido.
Tras su paso por Venecia, Alejandro González Iñárritu, con el respaldo de Netflix, desembarcaba en Donostia con la determinación de llegar a lo más alto con Bardo, propuesta tan desmesurada y ambiciosa como discutible, que toma referencias y puntos de partida de, por ejemplo, y por aquello de ponernos algo en contexto, el 8 ½  o Amarcord de Fellini o el Synecdoche, New York de Charlie Kaufman, a la hora de hablarnos del propio pasado del autor bajo la fórmula del todo vale. Película en la que a lo largo de sus casi tres horas de duración nos deja claro que el alter ego de Iñárritu es el epicentro neurálgico de una historia que transita a modo de biografía emocional por los límites de la realidad y los sueños, el resultado final termina siendo más un indigesto muestrario de onirismo que una lúcida disección de las heridas de un país como México. Un relato que fracasa estrepitosamente a partir de un intento de autocomplacencia más direccionado finalmente al exceso efectista, e incluso narcisista, en lugar de intentar exponer algún halo de verdad a través de unas imágenes percibidas como inertes. En las antípodas de sus formas y su correspondiente contenido, y por aquello de intentar contextualizar un poco, según qué nuevas autorías ególatras con otras mucho más sólidas y pretéritas de una película de Iñárritu, se presentó la última película de los hermanos Dardenne, Tori et Lokita, cine en apariencia sencillo, pero construido sobre la base de la emoción y no las ínfulas. Aunque la fórmula pueda parecer en un principio la misma de siempre, en los Dardenne se percibe una interesante evolución hacia lo pesimista con referencia a un cine social que va bastante más allá de su propio enunciado, aquí la historia de dos jóvenes inmigrantes africanos enfrentados a la maldad de un sistema adyacente a esa Europa del bienestar que alimenta de forma soterrada la delincuencia y la explotación. Cine ético y digno construido desde el silencio que no busca la complicidad en su función de detenerse más en las miradas que en los gestos, cuyo cometido es hacernos ver desde otra perspectiva, y a través de una solvencia y precisión suficientemente contrastada, la realidad de una oscuridad social que nos rodea en nuestro día a día.
Recuperando tres títulos patrios dejados en el tintero en nuestra anterior crónica, Perlas presentó posiblemente las dos mejores películas españolas de este prolífico 2022, en cuanto a nombres consagrados, por un lado, una de las cumbres del cine español de este año se mire por donde se mire, es el nuevo trabajo tras las cámaras de Rodrigo Sorogoyen,  As bestas, película que recurre a conceptos propios de ese tensional thriller rural, por momentos derivativos del western, visto en obras como Straw Dogs de Sam Peckinpah o la reivindicable The BackWoods de Koldo Serra, a la hora de estructurar un relato ubicado en la Galicia caníbal, en donde predomina un duro clima de zozobra a raíz de una disputa de índole personal que con el paso del tiempo irá a más. Lástima que llegados a un determinado momento de metraje el responsable de El reino decide hacer dos películas en una vertebrando la trama entre diferentes nociones de lo masculino y lo femenino, algo que termina por adherir al tramo final una fuerte carga de trascendencia dramática al relato de género. Por fortuna aquí no se atisba impostura en ningún lado, aunque sí una considerable arritmia narrativa. Con todo, los primeros noventa minutos de As bestas suponen, con diferencia, el punto más alto de la trayectoria de Sorogoyen. Por otro lado, tras su paso por la Berlinale de Un año, una noche, basado en el libro Paz, amor y Death metal, de Ramón González, Isaki Lacuesta explora la experiencia del superviviente a través de las consecuencias emocionales acaecidas tras el atentado terrorista en el local Bataclan de París, lo hace, y en parte, esa es su gran virtud, pues evita el trazo sensacionalista, a través del camino menos complaciente y tremendista posible a la hora de estructurar un dispositivo narrativo deconstruido en distintos tiempos. En tal sentido Un año, una noche, como drama psicológico unitario que es, no deja de ser un meritorio tratado acerca de la descomposición de una pareja y esa huella indiscernible, que posiblemente acompañe en mayor o menor medida siempre, derivada de un hecho traumático que habla principalmente del miedo en todas sus representaciones, a través de lo sugerido en donde se nos sitúa en distintas fases de ese estado mental como el duelo inicial, la fatídica memoria y finalmente la tan ansiada catarsis. Otra película que de alguna manera también habla sobre los oscuros resquicios de la memoria fue Los renglones torcidos de Dios de Oriol Paulo, película que parte de una premisa similar a la fundamental Shock Corridor de Samuel Fuller, y que vino a cubrir esa cuota de comercialidad, a veces tan necesaria, por aquello de los equilibrios temáticos, en los certámenes de cine. Una ostentosa adaptación de la popular novela de Luca de Tena, que en su traslación en imágenes carece de un orden que pueda ser percibido como lógico y verosímil, con relación a algo que posiblemente funcione a un nivel literario, pero no a uno cinematográfico. Película plagada de un excesivo número de giros argumentales y puntos de vista divergentes que parece prescindir de cualquier posibilidad de lo real a favor del concepto reiterante de lo delirante, con todas las connotaciones que pueda atesorar para bien, pero sobre todo para mal en el caso que nos ocupa, tal término.

 

Nuevos Directores
New Directors, una de las secciones que más sentido tiene en un festival de las características del Zinemaldia, presentó, como suele ser habitual en estos últimos años, un interesante muestrario de nuevas autorías, algunas de ellas muy a tener en cuenta en un futuro no muy lejano, como por ejemplo la vista en Foudre, ópera prima de la realizadora suiza Carmen Jaquier, que nos plantea cómo algunos tabúes del pasado siguen estando de alguna manera vigentes hoy en día con respecto a pasiones emocionales y sexuales que no pueden expresarse de forma libre, pues en un principio van contra la norma dictada. En la película, que nos sitúa en el verano de 1900 en una aldea en los Alpes suizos, vemos como una adolescente ha de regresar a un entorno rural familiar debido a la repentina muerte de su hermana mayor. A través de una atmosfera de tono opresivo asistimos a esa consabida confrontación antagónica entre los valores conservadores, adyacentes al cristianismo hermético, y una mentalidad joven, y aún virginal, que todavía no ha sucumbido a dicho dogma opresivo, narrado a través de un relato que recurre al misticismo visual a la hora de mostrar el emocional descubrimiento de alguien que se siente amado por primera vez, y la libertad que todo ello puede otorgar. Por su parte, desde una cinematografía tan exigua en títulos como es la nicaragüense, se proyectó la primera película de ficción dirigida por una mujer de dicho país, La hija de todas las rabias de Laura Baumeister, que recurre al relato fábula con relación a ese imaginario infantil tan proclive al escapismo onírico del concepto de la miseria y la pobreza extrema, vistos a través de unos ojos inocentes, aquí con una fábrica de reciclaje de basura como principal escenario. Representación de un realismo mágico, muy en consonancia con el Beasts of the Southern Wild de Benh Zeitlin, por aquello de ponernos un poco en contexto, que a través de ese a veces pantanoso terreno del miserabilismo, nos muestra cómo lo bello se abre camino entre lo feo, a partir de un mundo propio que el infante logra crear.
Empieza a ser habitual que nuevas autorías provenientes del territorio asiático empiecen a incidir en problemáticas colindantes a personas de una cierta edad pertenecientes a unas sociedades plagadas de prejuicios, si el pasado año, y también dentro de la sección New Directors, la china Gull (crítica aquí) nos mostraba el viacrucis social que tenía que afrontar una mujer de 61 años víctima de una violación, la coreana Jeong-sun no deja de ser una muestra casi coetánea que nos muestra un caso bastante similar, en esta ocasión sobre la filtración de unas fotos indiscretas pertenecientes a una mujer de más de cincuenta años. A tal respecto, la ópera prima de Jeong Ji-hye sigue al pie de la letra un cine que se ampara en postulados de denuncia social referidos a estigmas morales ocasionados por la actual exposición en redes de la intimidad, en este caso ubicado en el ámbito laboral, con la particularidad de exponer como la estabilidad de una persona de una cierta edad se derrumba de forma repentina con el concepto de la vergüenza como tema central. Lástima que se perciba una autoría de laboratorio en lo concerniente a una narrativa de ritmo farragoso respecto a su intención de mostrarnos una cotidianidad que retrasa hasta lo indecible la llegada del asunto central de la historia. Por su parte Fifi, ganadora del Premio Nuevos directores, se centra en ese concepto recurrente, que al cine francés se le suele dar tan bien, que trata la llegada de la madurez en la edad juvenil, ubicada evidentemente en verano. El relato urdido por Jeanne Aslan y Paul Saintillan nos plantea una sencilla y fluida historia sobre el significado de los vínculos y el crecimiento emocional, también la referida a la brecha social que separa dos mundos distintos dentro de la adolescencia a un nivel socioeconómico, a través de un relato finiquitado como es preceptivo al final del periodo estival, una vez que se imponga la fría perspectiva ocasionada por la distancia y el tiempo. Película ingeniosa en su cometido en mostrar cómo se supera una etapa vital y complicada de la vida, teniendo la gran virtud de salir bastante airosa del temido coming of age festivalero.
Dirigida a tres bandas por Masahiko Sato, Yutaro Seki y Kentaro Hirase, e interpretada por Teruyuki Kagawa, uno de los rostros más perturbadores que ha dado el cine nipón en estos últimos años, y del cual Kiyoshi Kurosawa ha sabido sacar un generoso provecho, la japonesa Miyamatsu to Yamashita/ Roleless fue otra de las estimulantes sorpresas vistas este año en New Directors, cinta que nos plantea interesantes reflexiones con relación al significado y el sentido de la naturaleza fílmica. Película ovni de tono pausado e inteligente en lo concerniente a su utilización de la elipsis, que coloca al espectador en un continuo desconcierto a la hora de discernir qué es realidad y qué es ficción. La historia nos presenta a un hombre de apariencia gris, que trabaja como extra en todas las películas en las que puede, y que está empeñado en morir de forma sistemática en esa simulación no real, evidentemente detrás de todo ello anida un trauma sobre la no identidad en relación con un relato en donde se atisban fragmentos de lo que fue una vida pretérita, aquí visualizados en forma de papeles vacíos que pueden representar el no querer asumir un pasado, muy a semejanza del protagonista de Memento de Christopher Nolan. Por su parte Chevalier Noir nos retrata el periplo de la juventud de Teherán a través de una historia que parte del concepto del drama familiar intergeneracional, a partir de dicho enunciado la película del debutante Emad Aleebrahim-Dehkordi nos muestra el día a día de dos hermanos que se enfrentan, cada uno a su manera, al continuo estado de limbo en el que parece encontrarse su generación. Chevalier Noir representa a la perfección ese cine de tesis orquestado por autores formados cinematográficamente lejos de su país de origen que deciden volver a sus orígenes realizando trabajos que, pese a su corrección, a la hora de mostrar un enfoque realista de las contradicciones actuales de la sociedad iraní, recurren a una serie de símbolos visuales y subrayados narrativos demasiados evidentes.  Una mirada, la de Ali Abbasi en la decepcionante Holy Spider, sería otro buen ejemplo de ello, que pese a estar en un principio amparada en lo autóctono, termina apelando a un trazo de índole mucho más globalizador e incluso industrial. A tal respecto un servidor, puesto a elegir, echa en falta aquel cine autoral iraní de los años noventa, en donde realizadores como, por ejemplo Abbas Kiarostami o Mohsen Makhmalbaf, nos ofrecían unas miradas mucho más personalizadas y sólidas, y lo que es aún más importante, más arriesgadas.
Las secuelas sociales y emocionales que subyacen en territorios en donde ha ocurrido algún conflicto bélico también suele ser un temario bastante recurrente dentro de la sección New Directors, referente a eso, Carbon, del realizador moldavo Ion Borş, se fundamenta sobre el absurdo y el sinsentido causado durante la posguerra. Situada en la Moldavia del año 1992 a pocos días de celebrarse el primer aniversario de su independencia de la Unión Soviética, la película nos ofrece una mirada con una ironía de tono casi berlanguiano de la transición, una suerte de road movie en donde los dos personajes principales intentan dar una digna sepultura al cuerpo carbonizado de un desconocido. La metáfora final contra el nuevo sistema burocrático terminará siendo tan liviana en su desarrollo, con un estilo cómico derivado de la desventura, como predecible y poco trascendente a la hora de dar a conocer un determinado contexto y su correspondiente trasfondo. Mucho más interesante y compleja con relación a las raíces de la disidencia resulta ser la ópera prima del croata Josip Zuvan Garbura, una alegoría mucho más sutil, en esta ocasión el escenario también deviene como hostil, ya no solo por la herencia recibida del conflicto armado, sino también por los protagonistas, dos familias vecinas cuyas rencillas se cimentan y agrandan a través del anecdotario a lo personal,  donde subyace un desequilibrio que genera una inevitable tensión y filtración del odio que irá en aumento conforme avance la trama. Las diferentes visiones que anidan en la sociedad croata, principalmente con respecto a la tradición y supuesta modernidad, quedarán expuestas a través de la mirada de dos niños, perspectiva que rehúye por fortuna cualquier directriz derivada del coming-of-age al uso, estando más dirigida a mostrarnos cómo la toxicidad heredada generacionalmente intenta invadir territorios reservados en un principio para la inocencia.
ZabaltegiTabakalera
Una sección completamente abierta a diversos formatos y temáticas suele correr el peligro de convertirse en una especie de cajón de sastre, si no se sabe adecuar con cierto rigor lo que es su selección, a tal respecto Zabaltegi-Tabakalera en estos últimos años se ha convertido en un apartado tan interesante con relación a las propuestas exhibidas, como algo errática con respecto a la presencia de según qué tipo de concesiones poco dadas al riesgo o a la experimentación. En Piaffe, ópera prima de la realizadora alemana Ann Orense, al menos se puede atisbar una cierta valentía y arrojo en lo concerniente a su condición de artificio fílmico, expuesto a través de tonos eróticos y sensoriales que cuestionan conceptos sobre la naturaleza de la sexualidad, a pesar de un osado planteamiento inicial, termina siendo bastante más simple de lo que pueda aparentar en un principio. Piaffe gira en torno a la sempiterna búsqueda de una identidad que finalmente consigue materializarse, muy a la manera del Dogs Don’t Wear Pants de J-P Valkeapäa, gracias al fetichismo y al sometimiento derivado de ello, aquí semejante a la relación existente entre un jinete y un caballo; el problema viene dado por cómo dichos artilugios, de claras y muy evidentes concomitancias “arty”, dinamitan por completo el concepto de una narrativa que termina siendo esclava de ser hilarante, aunque de forma involuntaria. Por su parte Mutzenbacher, de la documentalista Ruth Beckermann, nos sitúa en una audición para hombres de entre 16 y 99 años ubicada en una antigua fábrica adornada para la ocasión con un sofá rosa en donde se requiere de la voluntad del entrevistado para comprometerse abiertamente con el tema y el lenguaje de las palabras escritas en una página en donde se reproducen textos de la escandalosa novela publicada anónimamente en 1906 Josefine Mutzenbacher. Mutzenbacher gira en torno a un contexto documental de prueba, en donde asistimos a una perspectiva masculina de un polémico texto, de cómo este siempre cambia de perspectiva cuando se lee en voz alta, aquí a partir de una exploración diversa y en parte inteligente con respecto a cómo perciben los hombres esa extrema sexualidad, curiosamente en unos tiempos en donde parece que ciertos conceptos tradicionales de la masculinidad se hallan en una crisis de identidad.
Curiosamente este año en Zabaltegi-Tabakalera lo más interesante vino en forma de cortos y mediometrajes, la mayoría de ellos a cargo de autorías de prestigio, como por ejemplo la de Peter Strickland, que este mismo año presentaba en el pasado Festival de Berlín ese maravilloso desvarío que es Flux Gourmet. En Blank Narcissus (Passion of the Swamp), que evoca intencionadamente al cine de Michael Powell, se nos narra en apenas 12 minutos un ejercicio de rememoración mediante la voz en off de un veterano director de cine porno que contempla de forma pretérita una antigua relación amorosa con uno de sus actores. Ejercicio de planteamiento sencillo que basa principalmente su razón de ser en lo manierista y atmosférico de un trabajo en donde se perciben un abrupto contraste entre la imagen y el sonido expuesto a través de una dialéctica intuida como juguetona que cuestiona según qué tipo de límites, todo ello a propósito del posicionamiento de un cineasta cuyo estilo continua siendo inalterable, pese a atisbarse en sus últimos trabajos una inquieta búsqueda a la hora de intentar experimentar nuevas vías narrativas. Por su parte, el extraordinario cortometraje A Short Story nos trae de vuelta cuatro años después de Long Day’s Journey Into Night de Bi Gan el tono más esteta a través de una sucesión de imágenes expuestas a modo de hipnótica fábula gatuna que es plenamente fiel al sugerente imaginario de su autor. Un relato que en unos escasos 15 minutos de duración nos propone, respecto a la inequívoca condición de prestidigitador visual de Bi Gan, un sinfín de fascinantes subtramas visuales de talante surrealista que requieren de una aplicada labor de descifrado por parte del espectador.
Para dar por finalizada esta doble crónica de todo lo visto en el Zinemaldia 2022, dos películas que tuvieron un acomodo en sesiones especiales del festival. Por un lado y con motivo del Premio Donostia otorgado a la actriz Juliette Binoche,  presente en el film de ese indiscutible referente que es Claire Denis, que este mismo año cuenta también en su haber con la notable Stars at Noon, presentó Avec amour et acharnement, película que adapta una novela de la escritora francesa Christine Angot, y que representa a la perfección el ideario fílmico de una autora excepcional que maneja como nadie un cine plagado de impulsos y poco proclive a la explicación fácil para el espectador, y eso para los fieles seguidores, no deja de ser un auténtico festín. Película adulta e incorruptible que recurre a una corporalidad aquí expuesta a través de una perversa elipsis que se desdobla a modo de un estado mental que deconstruye un romance a tres. Una historia alejada de cualquier tipo de convencionalismos que indaga en las relaciones emocionales como algo complejo, ambiguo y contradictorio con respecto al pensamiento pasional e irracional que deriva del deseo. Por su parte y dentro de ese evento denominado Película Sorpresa, Blonde de Andrew Dominik, que adapta de forma inteligente una novela escrita en el año 2000 por Joyce Carol Oates, y expone a modo de producto kamikaze una historia que transita por el reverso oscuro del biopic al uso, respecto a una visión personalizada, por la escritora y el cineasta, del personaje de Marilyn Monroe / Norma Jeane. A través de un loable trabajo técnico, en donde se mezclan tonos, atmósferas y formatos, se desmitifica el sueño americano y al mito en forma de pesadilla, funcionando incluso como una suerte de fantasía de rescate, resuelta en una media hora final que linda con conceptos propios del cine de terror. En realidad, aquí no hay ningún tipo de relato de auge y caída, tampoco un tratado sobre el poder destructivo ocasionado por la fama, pues la herida se percibe desde un principio, y sí un tremebundo retrato sobre la angustia y el abismo a la hora de ofrecernos la representación de una realidad que sabe expresar bien lo que fue la fragilidad de un icono popular.

 

Palmarés

 Concha de Oro a Mejor Película: ‘Los reyes del mundo’, de Laura Mora

Concha de Plata a la Mejor Dirección: Genki Kawamura por ‘A hundred flowers’

Concha de Plata a Mejor Interpretación Principal: Carla Quílez por ‘La maternal’ y Paul Kircher por ‘Le Lycéen’

Concha de Plata a Mejor Interpretación de Reparto: Renata Lerman por ‘El suplente’

Premio Especial del Jurado: ‘Runner’ de Marian Mathias

Premio del Jurado a Mejor Guion: Dong Yun Zhou y Wang Chao por ‘A woman’

Premio del Jurado a Mejor Fotografía: Manuel Abramovich por ‘Pornomelancolía’

Premio Nuev@s Director@s: ‘Fifi’, de Jeanne Aslan y Paul Saintillan

Mención Especial Nuev@s Director»s: ‘On either sides of the pond’

Premio Horizontes: ‘Tengo sueños eléctricos’, de Valentina Maurel

Premio Zabaltegi: ‘Godland’, de Hlynur Pálmason

Premio del público: ‘Argentina 1985’, de Santiago Mitre

Premio del público a la mejor película europea: ‘As Bestas’, de Rodrigo Sorogoyen

Premio Irizar al cine vasco: ‘Maixa

Premio Nest: ‘Montaña azul’

Premio Nest (Mención especial): ‘Anabase’

 

 

 

Macros ocultas. Retrofuturos y universos virtuales en la ciencia ficción a propósito de TRON

Libro oficial del SITGES Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. Hace cuatro décadas, TRON (Steven Lisberger, 1982) reveló un nuevo mundo. Un universo en el que la electrónica y la teoría matemática de la comunicación debían hacerse seductoras para el gran público, un mundo en que palabras como bit, transmisión o código iban a formar parte del vocabulario de los espectadores cinematográficos. En este libro volvemos la vista atrás y reflexionamos sobre lo que pudo haber sido y lo que finalmente fue, lo que queda de aquella película visionaria en la cultura visual contemporánea.
Autor: Coordinado por Ángel Sala y Jordi Sánchez-Navarro, con aportaciones de los propios coordinadores y Asier Mensuro, Elisa McCausland, Diego Salgado, Joan J. Pons, Marta Salicrú y Ben Cardew. Ilustración cubierta: Miki Edge, Editorial: Hermenaute, Páginas: 260

 

El encierro de Willem Dafoe, primer tráiler de «Inside»

No deja de ser una gran noticia que uno de los mejores actores de las últimas décadas como es Willem Dafoe tenga una presencia tan prolífica en la gran pantalla alternado películas de un claro corte autoral con otras más direccionadas a lo comercial, Inside, cuyo primer tráiler vía Focus Features acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su curioso póster oficial, parece pertenecer al segundo apartado. Un minimalista thriller psicológico de encierro que supone el primer trabajo tras las cámaras del realizador Vasilis Katsoupis.
En Inside, que tiene previsto su estreno comercial en Estados Unidos para el próximo 10 de marzo de 2023, vemos como un ladrón de arte de alto nivel, llamado Nemo, tendrá que usar toda su astucia para poder sobrevivir al quedar atrapado en un lujoso ático de alta tecnología situado en Times Square de Nueva York después de que un atraco no salga como lo tenía planeado en un principio.
La película con guion a cargo de Ben Hopkins basado en una idea del propio Vasilis Katsoupis está protagonizada por Willem Dafoe, Gene Bervoets, Eliza Stuyck y Josia Krug.

Una fantasía atmosférica, tráiler de «Enys Men»

Tras las buenas sensaciones cosechadas con su primer largometraje Bait (2019 Premios BAFTA al Mejor debut) Mark Jenkin tiene ya listo su segundo trabajo tras las cámaras titulado Enys Men, film cuyo primer tráiler acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su póster oficial. Al igual que su opera prima Enys Men se fundamente en un tono experimental en esta ocasión expuesto a través de una perspectiva de género fantástico en donde predomina lo atmosférico. Tras su paso por Cannes dentro de la Quincena de Realizadores y el reciente Festival de Sitges la película tiene previsto su estreno comercial en Reino Unido para el próximo 13 de enero de 2023.
Enys Men se desarrolla en el año 1973 en una isla deshabitada situada frente a la costa de Cornualles, donde una mujer voluntaria se dedica a la observación diaria de una flor rara. Obsesionada con visiones del pasado sus observaciones darán un giro oscuro hacia lo extraño y metafísico.
La película con guion a cargo del propio Mark Jenkin está protagonizada por John Woodvine, Edward Rowe, Mary Woodvine, Isaac Woodvine, Callum Mitchell, Morgan Val Baker y Dion Star.