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En Druk vemos como cuatro profesores se embarcan en un experimento sociológico en el que cada uno de ellos deberá mantener al mismo nivel una alta tasa de alcohol en su cuerpo durante su vida laboral diaria, intentando demostrar que de esa manera pueden mejorar en todos los aspectos de su vida. Pero las consecuencias de tan peculiar experimento les cambiarán la cotidianidad de una forma drástica.
Fue uno de los títulos más esperados de los vistos en la pasada edición del Festival de San Sebastián (Concha de Plata a la mejor interpretación masculina para sus cuatro protagonistas, Mads Mikkelsen,Thomas Bo Larsen, Magnus Millang y Lars Ranth) provenientes del tan cacareado sello Cannes, Druk el nuevo trabajo del danés Thomas Vinterberg se presenta como un relato que aborda diferentes crisis de masculinidad, una tesitura de índole existencialista que encuentra un ligero y algo transitorio acomodo en algo tan banal en apariencia como puede ser la en un principio controlada ingesta de alcohol a la hora de paliar o encontrar una especie liberación interna que es sin embargo es percibida como efímera.
Druk, el mejor trabajo con diferencia en años de Thomas Vinterberg en los últimos años, bascula por conceptos que en un principio pueden parecer algo manidos, la historia gira en torno a la idea de ahogar las penas en base a unos límites preestablecidos en el que el consumo de alcohol corre aparentemente el peligro de deja dejar de ser algo recreativo o experimental para convertirse en una adicción, en cierta manera la película podría ser perfectamente si nos basamos en su tesis en una especie de alegato contra el alcohol, sin embargo el responsable de Far from the Madding Crowd, pese que aquí rebaja ese tono de cinismo tan habitual en su cine, no es un autor muy proclive a transitar a través del puritanismo y no intenta ofrecer ningún discurso a favor o en contra de la bebida, a tal respecto no nos encontramos ante un relato que indague propiamente en el simple concepto de la borrachera sino más bien en el efecto, casi a modo de excusa o incluso de anécdota si se prefiere, de los efectos que puede provocar tal acto en unas vidas que dan la impresión de encontrarse estancadas, en cierta manera el tono del relato devendrá como ameno y cordial, con catarsis liberadora final incluida, por momentos colindante con la tragicomedia, sin embargo el mensaje se percibe desde la lejanía como bastante más profundo y amargo aun transitar peligrosamente en más de un momento por ese estigma cinematográfico de la feel-good movies en referencia a poner sobre la palestra muchas de las deficiencias existentes en la sociedad danesa y por consiguiente en la occidental en base a los altibajos que la vida puede ocasionar a un grupo de hombres que prueban como con el exceso de alcohol potencian y mejoran puntualmente habilidades laborales al mismo tiempo que evidencian de una forma más clara pasado el tiempo preceptivo las dificultades que ya existían, y que no parece tener visos de desaparecer, en sus vidas por muy de diferente manera que cada personaje lleve el exceso aquí autoimpuesto.
Menos cínica y algo más empática, y por fortuna menos demagógica, que en trabajos anteriores, el responsable de The Hunt y The Commune nos propone en Druk una ingeniosa y amena reflexión acerca de amoralidades diversas que no recurren a moralismos fáciles como aquella que nos dice cómo falsas medicinas nos pueden proporcionar de golpe supuestas felicidades. A tal respecto Vinterberg junto a su coguionista habitual Tobias Lindholm no se atreve a sumergirse en la miseria moral que parece da la sensación de retratar en un principio, también se aleja del concepto de la provocación descarada como la vista por ejemplo en The Idiots de su compatriota Lars Von Trier, lo suyo es más bien una mirada que en ocasiones parece ser algo neutra, más al estilo, salvando mucho las distancias y de una forma más comedida de La Grande Bouffe de Marco Ferreri, en ambas, cada una a su manera y su estilo, se nos habla de cómo el exceso proporciona una felicidad digamos momentánea pero no resuelve ese concepto de la insatisfacción vital tan característica en crisis adyacentes a la mediana edad, una era una especie de representación del final, la otra abraza finalmente la celebración de la vida en base a asimilar los amargos altibajos proporcionados por la vida.
A pocos días de terminar este 2020 es hora de hacer un breve balance de lo más destacado visto en este curso cinematográfico por parte de un servidor, por encima de todo y de una forma evidente el ámbito relacionado con el cine no ha sido ajeno a las consecuencias derivadas por el Covid-19, producción, distribución o la cancelación de certámenes cinematográficos, solo unos pocos pudieron ofrecer una edición presencial, junto a otros estamentos del sector se vieron drásticamente alterados a consecuencia de la pandemia, incidencia especialmente hiriente con respecto a las salas de cine, posiblemente en lo relacionado a la exhibición era algo que se venía gestando ya desde lejos pero lo cierto es que el impacto de esta excepcionalidad en donde muchas salas han tenido que bajar las persianas ha obligado de alguna manera a lo que podríamos denominar como el comienzo de la extinción de las salas de cine entendidas como tal en lo concerniente a una reconfiguración a nivel de industria y unos hábitos por parte del espectador claramente encaminado al consumo doméstico. Estas circunstancias hacen que la vida de los cines a partir de ahora sea ciertamente difusa en relación a percibir como en un futuro que parece más próximo que lejano todo este concepto estará más direccionado a excepcionalidades tales como las Filmotecas, salas tipo Phenomena o festivales de cine.
Predicciones poco halagüeñas aparte y ya en el apartado estrictamente cinematográfico señalar como curiosidad que en los dos primeros puestos encontramos a dos realizadoras estadounidenses como Kelly Reichardt y Chloé Zhao que con First Cow y Nomadland respectivamente han conseguido para bien un consenso bastante amplio y generalizado en referencia a reconocer y valorar en su justa medida unas trayectorias sustentadas hasta este momento a través de un valioso cine de claro índole independiente. Los autores plenamente consagrados han ocupado un lugar privilegiado con respecto a lo mejor de este atípico año como no podía ser de otra manera, a tal respecto el veterano Clint Eastwood con la estupenda Richard Jewell nos ofreció una apasionante reflexión acerca de ese concepto tan difuso de lo que parece y de lo que en realidad es, también autores irrenunciables a su estilo como Terrence Malick con su indagación sobre la figura de Franz Jägerstätter en A Hidden Life, Frederick Wiseman en base a su consabida mirada contemplativa, en esta ocasión en referencia a los engranajes del gobierno local de Boston expuestos en City Hall, o el portugués Pedro Costa con esa esplendido relato acerca de la misma realidad como experiencia que rompe con cualquier tipo de patrón adyacente al cine contemporáneo que es Vitalina Varela siguieron una estimulante hoja de ruta autoral ya percibida felizmente como inamovible.
El mejor cine Europeo, junto al agraciado regreso del mejor Thomas Vinterberg con Druk, vino curiosamente de la mano de dos brillantes reinterpretaciones de mitos y adaptaciones de novelas autobiográficas como fueron la fábula romántica de índole fantástico Undine del alemán Christian Petzold y el Martin Eden de Pietro Marcello. Mientras que Abel Ferrara volvía a forzar los límites de la autoexpiación con la enigmática y metafísica Siberia el autor asiático más interesante con diferencia del momento como es el japonés Kiyoshi Kurosawa demostraba nuevamente su buena mano a la hora de traspasar cualquier tipo de barreras genéricas de una forma admirable con las notables To The Ends of the Earth y Wife of a Spy, por su parte Marielle Heller con A Beautiful Day in the Neighborhood nos ofreció el mejor y más matizado biopic de la temporada. Para finalizar dos joyas a resaltar en la época del streaming como es esa magnificencia del relato adrenalítico sobre la adicción que es el Uncut Gems de los hermanos Safdie y el nuevo y magnético cuestionamiento existencialista de Charlie Kaufman expuesto en I’m Thinking of Ending Things.
Para finalizar este esquemático repaso y como viene siendo habitual en estos últimos años a continuación y como mero valor indicativo a través de visionados no regidos únicamente a partir de estrenos comerciales en nuestro país, de ahí la ausencia de algunos films ya reseñados en la lista de 2019, unas preferencias que no dejan de ser personales y lógicamente subjetivas a través de una lista de las diez + cinco mejores películas vistas por un servidor durante este atípico en todos los sentidos año 2020, ya sea a través de estrenos en salas comerciales, visionados en festivales de cine o en plataformas de streaming.
1 First Cow
First Cow nos narra la historia de un cocinero contratado por un grupo de hombres que participan en una expedición de cazadores de pieles en el territorio de Oregón en la década de 1820.También la de un misterioso inmigrante de origen chino que huye, y de la creciente amistad existente entre ambos en un territorio hostil.
2 Nomadland
En Nomadland vemos como una mujer, después de perderlo todo durante la recesión, se embarca en un viaje hacia el Oeste americano viviendo como una nómada en una caravana. Tras el colapso económico que afectó también a su ciudad en la zona rural de Nevada, Fern empaca su camioneta y se pone en camino para explorar una vida fuera de la sociedad convencional como nómada moderna.
3 A Hidden Life
Franz y Fani Jägerstätter son un feliz matrimonio que vive con sus tres hijas en su granja alpina en Sankt Radegund, Austria. Son campesinos, viven y trabajan rodeados de un impresionante paisaje montañés. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, los hombres comienzan a respaldar el nazismo, pero Franz no se deja arrastrar por la corriente mayoritaria. Se resiste a prestar juramento a Hitler y se convierte en el primer objetor de un mundo de ferviente nacionalismo y creciente ideología de odio. El amor incondicional de su esposa y su fe inquebrantable, se convertirán en sus principales aliados para afrontar las graves repercusiones que su decisión provocará.
4 Richard Jewell
Richard Jewell era un guardia de seguridad en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, el cual descubrió una mochila con explosivos en su interior y evitó un número mayor de víctimas al ayudar a evacuar el área poco antes de que se produjera el estallido. En un principio se le presentó como un héroe cuya intervención salvó vidas, pero posteriormente Jewell pasó a ser considerado el sospechoso número uno y fue investigado como presunto culpable.
5 Uncut Gems
Con las deudas amontonándose y los matones pisándole los talones, un deslenguado joyero de Nueva York lo arriesga todo con la esperanza de mantenerse a flote. Y vivo.
6 To the ends of the Earth
To the ends of the Earth nos cuenta como una joven reportera televisiva llamada Yoko experimentara la cultura de un país cuando viaja a Uzbekistán para filmar el último episodio de un programa de entretenimiento acerca de viajes.
7 City Hall
El Ayuntamiento de la ciudad de Boston toca todos los aspectos de nuestra vida. A veces no somos conscientes de lo importante que son la policía, los bomberos, la sanidad, las reuniones de veteranos, la ayuda a los mayores, los parques, las licencias para actividades profesionales, la información sobre natalidad y mortalidad, así como cientos de actividades en las que participan los habitantes de Boston. «City Hall» muestra cómo el Ayuntamiento de Boston ofrece esos servicios.
8 Siberia
En Siberia vemos como Clint es un hombre destrozado que quiere estar solo y que se ha retirado a vivir a una remota cabaña de montaña situada en una zona invernal donde espera encontrar serenidad. Pero incluso en su relativo aislamiento no parece encontrar la paz ni escapar de sus propios demonios. En una noche fatídica, para poder enfrentarse a sí mismo, se verá obligado a comenzar un viaje en un trineo de perros al mundo que una vez conoció. Será un viaje a través de los sueños, la memoria y la imaginación en un intento de encontrar su verdadera naturaleza.
9 A Beautiful Day in the Neighborhood
El periodista Lloyd Vogel recibe el encargo de la revista para la que escribe de indagar en la figura de Fred Rogers. La empatía, amabilidad y decencia de Fred desarman a Vogel y le obligan a examinar su propia vida.
10 Undine
Ondina es historiadora y da conferencias sobre el desarrollo urbano de Berlín. Pero cuando su amante la abandona, el antiguo mito se apodera de ella. Solo le queda matar al hombre que la ha traicionado y regresar a las aguas.
Bonus track
11 I’m Thinking of Ending Things
Un atajo imprevisto provoca que una mujer, en plena búsqueda de un modo de romper con su novio, tenga que reconsiderar toda su vida.
12 Wife of a Spy
Japón, 1940. La noche anterior al estallido de la Segunda Guerra Mundial, el comerciante local Yusaku Fukuhara siente que las cosas van en una dirección inquietante. Deja a su esposa Satoko en casa y viaja a Manchuria con su sobrino. Allí, Yusaku es testigo casual de un acto bárbaro y decide tomar medidas para revelarlo al mundo. Tras un malentendido inicial, su esposa, cuando descubre las verdaderas intenciones de su marido, hará lo impensable para garantizar su seguridad y su felicidad.
13 Vitalina Varela
Vitalina Varela es una mujer de 55 años procedente de Cabo Verde que llega a Lisboa tres días después de celebrar el funeral de su marido, que tiempo atrás emigró. Ha estado esperando este momento durante más de 25 años.
14 Dwelling in the Fuchun Mountains
Dwelling in the Fuchun Mountains narra la vida de una familia durante un año en la ciudad de Fuyang, al sudeste del país (lugar de nacimiento del cineasta), y se centra en los problemas de cuatro hermanos para hacerse cargo de su madre, que sufre demencia.
15 Martin Eden
La historia nos cuenta como Martin Eden es un chico de pueblo que se gana la vida trabajando como marinero. Un día, Martin consigue salvar la vida de Arthur Morse, un joven de clase alta que vive en San Francisco. Como agradecimiento, Arthur invita a Martin a su hogar y, poco a poco, le va introduciendo en su propio estilo de vida. El joven ve esto como una oportunidad para convertirse, finalmente, en escritor y trata de aprovechar al máximo el tiempo entre lujos. Martin recibirá un impulso inesperado cuando conozca a Ruth, una joven de la que se enamora al instante.
Suspiria (Dario Argento, 1977) no solo es una obra extraordinaria del cine de horror, también es una joya de la historia del cine. Suspiria creó un mundo ajeno a las convenciones imperantes en su género, ajeno a las reglas del cine de su tiempo, a la racionalidad dominante en nuestra cultura; un mundo de intensidades, colores táctiles, emociones puramente visuales… Suspiria es obra del genio de Dario Argento, en colaboración con Daria Nicolodi; sin embargo, a través de las páginas de Pedraza, descubrimos que tanto Suspiria como la trilogía de la que forma parte —Inferno (1980) y La madre del mal (2007) fueron dándose forma a sí mismas, como en un crisol alquímico, forjando su propio imaginario.
En Suspiria. Las ministras del mal, Pilar Pedraza investiga sobre el proceso de creación del filme, sobre sus fuentes y avatares, e indaga en la mitología que sustenta la trilogía: tres películas, tres madres, tres ciudades, tres moradas del mal. Más allá de Suspiria, el tiempo ha ido agrandando la sombra de las madres hasta llegar a nuestros días, con la nueva versión recientemente dirigida por Luca Guadagnino, con la que se cierran las páginas del libro, pero no la fascinación que nos transmite Dario Argento.
La autora.
PILAR PEDRAZA. A lo largo de su carrera, Pilar Pedraza (Toledo, 1951) ha compaginado la investigación y la escritura, la docencia universitaria y la creación. En su obra encontramos cuentos, novelas, columnas, artículos, ensayos, ediciones críticas y traducciones. Como escritora de ficción, es autora de una extensa obra, de entre la que cabe citar Las joyas de la serpiente, La fase del rubí, La pequeña pasión, Paisaje con reptiles, Piel de Sátiro, Arcano 13, La perra de Alejandría, Lobas de Tesalia, Mystic Topaz, El amante germano, Pánikas o Eros ha muerto. Como investigadora, destacan sus ensayos sobre películas, como Metrópolis o La mujer pantera; sobre directores, como Agustí Villaronga, Federico Fellini o Jean Cocteau, publicado en esta misma editorial; y sobre la construcción de lo femenino en Occidente a través de la literatura y el cine fantástico, con obras como La bella, enigma y pesadilla, Máquinas de amar, Espectra o Brujas, sapos y aquelarres. Su trabajo la ha hecho merecedora de diversos premios como el Ciudad de Valencia, Ignotus, Nocte, Sheridan Le Fanu, Gabriel, Celsius o el Golem Honorífico a toda su trayectoria.
Curioso cuanto menos como la saga John Wick ha influenciado durante estos últimos años el cine de acción, dos de sus responsables, el guionista Derek Kolstad y David Leitch, director de la primera entrega de la franquicia interpretada por Keanu Reeves vuelven a reunirse, este último como productor, en Nobody, film cuyo primer tráiler acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su póster oficial. La película, con una historia que nos remite en algo al A History of Violence de David Cronenberg tendrá un estreno simultáneo en cines de Estados Unidos y España previsto para el próximo 26 de febrero de 2021. Estando protagonizada con el cada vez más en alza Bob Odenkirk, el film cuenta tras las cámaras con Ilya Naishuller, responsable en 2015 de aquel entretenido espectáculo pirotécnico con texturas de videojuego titulado Hardcore Henry.
En Nobody vemos como Hutch Mansell, es un padre de familia que aguanta con resignación los duros golpes que la vida le ocasiona. Una noche, cuando dos extraños entran a robar en su casa Hutch toma la decisión de no actuar y no tratar de defenderse ni a él mismo ni a su familia, convencido de que así evitará que la situación se complique. Tras el ataque, su hija adolescente no oculta su decepción ante tal actitud, del mismo modo el incidente hace que su esposa Becca se aleja todavía más de él. Todas las secuelas del hecho sirven de detonante para que Hutch estalle y libere de algún modo la rabia que ha ido acumulado durante años, hecho que le hará recorrer un violento camino en el que saldrán a la luz oscuros secretos y habilidades que ni él mismo era consiente que las tenía. Para más inri deberá salvar a su familia, de un peligroso criminal intentando asegurar de ese modo de que en el futuro nadie vuelva a subestimarle.
La película con guion de Derek Kolstad está protagonizada por Bob Odenkirk, Connie Nielsen, Christopher Lloyd, Paul Essiembre, J.P. Manoux, Humberly González, Gage Munroe, Kristen Harris, Erik Athavale, Neven Pajkic, Araya Mengesha, Megan Best, Boris Gulyarin, Destini Boldt, Paisley Cadorath, Jim Kirby, Stephanie Sy, Sharon Bajer y Frederick Allen.
Fue una de las películas más destacadas, y de las que más disparidad de opiniones cosecho dejando a muy pocos indiferentes, presentes en la sección oficial a concurso en la pasada edición del Festival de San Sebastián, un film que un principio tenían que haber estado en el cancelado Cannes 2020, Passion simple, (critica aquí) el nuevo trabajo de cineasta libanesa Danielle Arbid tras Peur de rien estrena un primer tráiler subtitulado al inglés que podéis ver a final de página junto a su póster oficial. La película, adaptación de la novela homónima de la escritora Annie Ernaux que transita a través del concepto del amor fou, aún sin fecha de salida en España tiene previsto su estreno comercial en Francia para el próximo 6 de enero.
En Passion simple vemos como un hombre y una mujer se conocen por casualidad. Él es un diplomático ruso, más joven que ella y casado, y ella es profesora e investigadora. Poco a poco sus sentimientos irán creciendo.
La película con guion adaptado por parte de la propia Danielle Arbid está protagonizada por Laetitia Dosch, Sergei Polunin, Caroline Ducey, Grégoire Colin, Slimane Dazi, Tibo Vandenborre, Shahira Fahmy, Arnaud de Montlivaut y Lou-Teymour Thion.
Tres chicas, que han sido inseparables desde niñas, invocan el espíritu de Kandisha, una criatura vengativa e inquietante que se encuentra en las leyendas marroquíes. Lo que solo pretendía ser un juego se convierte en una pesadilla cuando las relaciones cercanas del trío comienzan a desaparecer en circunstancias cada vez más trágicas.
Alexandre Bustillo y Julien Maury volvían a Sitges con su nuevo trabajo titulado Kandisha, una película que supone el regreso de los realizadores galos a su país de origen después de un más que traumático paso por tierras estadounidenses, un trayecto este último plagado de varios proyectos cancelados y un film tan impersonal como carente de cualquier tipo de autoría como resulto ser Leatherface.
Viendo como está trascurriendo su trayectoria posiblemente sea el momento idóneo de intentar saber posicionar con una mayor perspectiva y ecuanimidad el lugar ocupado por Alexandre Bustillo y Julien Maury dentro del género fantástico europeo pues en cierta manera pertenecen a esa clase de autores que parecen no haber cumplido del todo las expectativas iniciales atribuidas a su opera prima, o más bien se han visto incapacitados a la hora de satisfacer el ruido mediático generado en su debut. Es evidente que À l’intérieur marca de alguna manera un punto álgido de aquella tendencia fílmica denominada extremismo francés, una película sin embargo más direccionada a ser aplaudida y etiquetada en base al concepto por el que se movía que por sus propios méritos cinematográficos. Sea como fuera los posteriores trabajos de Alexandre Bustillo y Julien Maury no han estado sustentados a través de esa atribuida autoría de talante rompedor que a su manera redefiniera conceptos dentro del fantástico como si se percibe de algún modo en la trayectoria de su compatriota Pascal Laugier estando más cerca en espíritu a Alexandre Aja en lo concerniente a recurrir a la referencia, e incluso en ocasiones a trabajos de claro carácter alimenticio, como se ha demostrado en sus películas posteriores Livide, posiblemente su mejor película realizada hasta la fecha, Aux yeux des vivants y Leatherface. Kandisha pertenece de una forma evidente a este grupo de trabajos expuesto aquí en base a una entretenida y funcional reinterpretación narrativa del Candyman de Bernard Rose. Un film competente en base a una cuidada factura técnica pero intrascendente más allá de ser un mero entretenimiento genérico de unas claras y nada disimuladas texturas comerciales que transita a través de un terror urbano con espíritu vengativo de por medio situado escénicamente en las periferias de los barrios humildes de las grandes ciudades a la hora de indagar en la parte ancestral y exótica de la leyenda maldita siempre dentro de un contexto de realismo social. La película de Alexandre Bustillo y Julien Maury, que ya tienen un nuevo film listo titulado The Deep House, se aparta por consiguiente de ese supuesto tono trasgresor que algunos quisieron ver en À l’intérieur, a tal respecto posiblemente lo mejor de Kandisha radique en ser conciente de sus propias limitaciones siendo un producto de terror tópico, sencillo y directo, alejado de supuestas pretenciosidades nacidas bajo el amparo de unas expectativas tan elevadas como mal interpretadas en su momento.
Valoración 0/5: 2
May the Devil Take You Too
Dos años después de escapar del demonio, Alfie y Nara tratan de rehacer sus vidas. Pero la primera sigue atormentada por la culpa y sufre visiones extrañas. En realidad, el tormento está muy lejos de haber terminado, ya que una entidad ávida de almas acecha todos sus pasos.
Podríamos aseverar a estas alturas que el realizador indonesio Timo Tjahjanto es todo un referente en lo concerniente al cine de género proveniente de Asia, la curiosa Macabre fue su primera toma de contacto con el terror, tras sus correctas participaciones en las colectivas The ABCs of Death y V/H/S/2 en 2018 presento en Sitges por partida doble The Night Comes for Us y May the Devil Take You, esta última una cinta de terror satánico y posesiones expuesta a modo de una efectiva catarata de jump scares cuya segunda parte, fiel en estilo y espíritu a la primera, estuvo presente este año en el certamen catalán.
Ya habíamos hecho referencia en anteriores crónicas de esta edición de como el cine de horror proveniente de Indonesia ocupo este año en Sitges un lugar bastante privilegiado en referencia a las cinematografías asiáticas que transita a través del terror, junto a Impetigore y The Queen of Black Magic el film de Timo Tjahjanto se erigió como uno de los más incisivos en esa cada vez más complicada tarea de intentar satisfacer las exigencias del actual fandom del fantástico. En tal sentido May the Devil Take You Too sigue las mismas directrices que su antecesora, si acaso amplifica aún más los conceptos antes mostrados en base a ser ese tipo de cine que en ningún momento quiere disimular las que son sus referencias, en este caso y de forma muy evidente las dos primeras partes de la saga Evil Dead de Sam Raimi, aquí mostrado en base a una acción escenificada primordialmente a través de un espacio cerrado en donde sus habitantes ocasionales son sistemáticamente atacados por una deidad de índole demoníaco en relación a la continua exposición de un terror visceral expuesto a modo de tren de la bruja permitiéndose el lujo Timo Tjahjanto incluso de apuntar en la historia ciertas texturas del folklore asiático, un producto afín de cuentas en donde no parece llegar a ser un déficit, de ahí su gran virtud, el seguir por unas rutas genéricas percibidas y desarrolladas como muy prestablecidas.
Valoración 0/5: 3
Tin Can
Mientras el planeta sucumbe a una plaga mortal, una parasitóloga queda encerrada en una cámara de suspensión vital. Al despertar, halla a los herederos de la Tierra y, para sobrevivir, deberá acabar con los últimos vestigios de su propia especie.
Hace un par de años el joven realizador canadiense Seth A. Smith presento en Sitges la interesante The Crescent, historia de fantasmas de trazo vanguardista y estructura algo arty anclada en un limbo temporal que nos remitía fugazmente a texturas propias de la fundamental The Twilight Zone, con Tin Can, su tercer trabajo tras las cámaras, presente en la sección Panorama Fantàstic cambia casi por completo de rumbo y tono a la hora de ofrecernos un modesto y curioso relato minimalista de ciencia ficción.
Tin Can nace de la necesidad perentoria de ese concepto de intentar rentabilizar al máximo la falta de recurso con algo de imaginación y talento, de hecho el film parece dar la impresión de estar vertebrado en base a dos mediometrajes, esto no resta interés a una propuesta en apariencia interesante pero algo irregular en referencia a su narrativa. Tras una presentación en donde una pandemia de difícil control amenaza con destruir la humanidad, que nos pone solo de forma aparente en situación, llega una primera parte, posiblemente la más interesante de la película, en donde se nos muestra un confinamiento extremo que toma referencias a conceptos claustrofóbicos vistos en películas como por ejemplo el Buried de Rodrigo Cortés o Cube de Vincenzo Natali, este segmento de la historia de un claro tono minimalista, al igual que las películas comentadas, como mandan los cánones basa su principal razón de ser mediante la incertidumbre de su narrativa, en tal aspecto hacemos un viaje casi en paralelo a la protagonista en lo concerniente a saber el porqué de tal situación, hasta ese momento la película función relativamente bien dadas su modesta pero aplicada estructura, la parte más discutible del film de Seth A. Smith posiblemente venga en lo relativo a una parte final en donde se cambia casi por completo de tono, la supuesta fuga al exterior motivara las respuestas pertinentes a las interrogantes anteriores utilizando de forma algo discutible el recurso del flashback temporal, artificio este que hace entrar al relato en una especie de agujero de gusano más direccionado al drama que al fantástico propiamente dicho, una tesitura genérica que nos lleva a preguntarnos si realmente era necesario tales recursos narrativos a la hora de contar una historia en apariencia bastante simple, un déficit que en parte también ya era percibida en su anterior The Crescent. En tal respecto, y sin que sirva como un mal endémico pues Seth A. Smith sigue percibiéndose como un interesante realizador aún por pulir, parece bastante claro que Tin Can, pese a ciertos hallazgos concernientes a la utilización de recursos escénicos bastantes ingeniosos, pertenece a ese tipo de películas que funcionan mucho mejor planteando preguntas que respondiéndolas.
Valoración 0/5: 2’5
Saint-Narcisse
El fetiche de Dominic es… él mismo. Nada le excita más que su reflejo. Por eso, descubrir que tiene un hermano gemelo, criado en un monasterio remoto por un sacerdote depravado, le causa una gran turbación. El destino vuelve a juntar a los dos jóvenes, y su relación fraternal se retuerce entre el sexo, la venganza y la redención.
Por alguna razón que escapa a mi entendimiento el realizador canadiense Bruce LaBruce se ha convertido en estos últimos años en una figura muy recurrente dentro del Festival de Sitges, posiblemente debido a ser un autor que tenga la costumbre de tomar referencias de ciertos conceptos de la serie B a la hora de redefinir una autoría lindante con lo underground, sea como fuera Saint-Narcisse su último trabajo tras las cámaras estuvo presente en Sitges aportando una buena dosis de esa característica tan particular que atesoran ciertas filmografías que suelen transitar a través de la irreverencia autoral.
Encuadrado como no podía ser de otra manera dentro de la sección Noves Visions Bruce LaBruce, por aquello del elemento fantástico, entro en Sitges con aquella demencial L.A. Zombie en donde se mezclaban sin apenas pudor el gore con el porno gay, como ha declarado en diversas entrevistas el cine porno, tan presente en toda su trayectoria, ha sido utilizada en la gran mayoría de ocasiones en sus películas a modo de herramienta subversiva política, Saint-Narcisse sigue moviéndose por unos patrones similares a anteriores trabajos suyos sin embargo el tono de extravagancia da la impresión de ser algo más depurado y por lo tanto menos agresivo como lo demuestra que en el pasado Festival de Cine de Venecia fuera, aun en secciones paralelas, galardonado. No se trata de un adocenamiento y si más de una evolución hacia un discurso y una narrativa percibida como más depurada, a tal respecto la irreverencia que encontramos en Saint-Narcisse, su proyecto más ambicioso realizado hasta la fecha contando con un presupuesto de 2 millones de dólares, cifra que evidentemente no lo mueve fuera de unos parámetros de cine independiente de nivel bajo, esta direccionada principalmente a ser una crítica al concepto tradicional de la familia y la iglesia, esta última expuesta como ente material que imposibilita búsqueda del yo interior, en esta ocasión el discurso resulta bastante más matizado sin llegar a recurrir a ese artificio morboso algo repetitivo e innecesario que normalmente suele utilizar el responsable de The Misandrists. Saint-Narcisse, que atesora curiosos apuntes acerca de la dualidad del individuo, recrea el mito del narciso bajo un prisma que parece mirar al cine de los años 70 en base a una amalgama genérica diversa en donde predomina el thriller mostrado en base a una curiosa ambientación gótica aquí expuesta a través de recursos simbólicos muy estéticos . Bruce LaBruce vuelve a echar mano a la exploitation en la medida de ser posiblemente el tipo de cine más directo a la hora de intentar exponer una incorreción política de lo que está sucediendo, también en lo concerniente a reformular el concepto del supuesto valor del shock dentro del relato, en esta ocasión mostrado de una forma algo menos abrupta e incoherente que de costumbre.
Valoración 0/5: 2
Spookies
Un avejentado alquimista colecciona en su mansión maléfica todo tipo de monstruos: zombies, gnomos, arañas, alienígenas, muppets y viejos fantasmas. En tal circunstancia aprovecha la incidental visita de un grupo de parejas imbéciles, para sacrificarlos y revivir a su esposa que ha estado durmiendo los últimos setenta años.
Dentro de la sección Seven Chance han ido apareciendo en estos últimos años una serie de películas que aprovechando su salida en formato digital reivindican en cierta manera aquel cine de género consumista recurrente en los video clubs de los años ochenta, films que por diferentes motivos han quedado casi enterrados en el anonimato en las últimas décadas siendo muchas de ellas auténticas desconocidas para el nuevo fandom del fantástico, si en la pasada edición del festival muchos pudieron descubrir por primera vez la notable Dream Demon de Harley Cokeliss en esta ocasión el turno es para un divertimiento tan desprejuiciado como Spookies.
El rescate o la proyección de una película de las características de Spookies atesora una doble lectura con respecto al espectador ya algo veterano y el digamos recién llegado, por una parte una de un claro índole nostálgico con respecto al primero en base a recuperar aquellas series B disponibles en formato doméstico que marcaron a toda una generación, no ya por la valía de las películas en sí mismo sino por ese concepto material de poder tener la potestad por primera vez en tu vida de elegir un film para poder verlo en tu casa el día y la hora que quisieras, evidentemente dicho privilegio direcciono a un nutrido grupo de aficionados al descubrimiento casi arqueológico de un tipo de cine de género fantástico de serie B nacido específicamente para dicho mercado, en tal sentido Spookies formaría parte de él, en el otro apartado vendría la reflexión de índole ya menos emotiva que se detenga en lo concerniente a como hoy en día asimilamos un producto de estas características al ser inconcebible el poder llegar a realizarlas en el presente llegando a la conclusión de que el entretenimiento base sin ningún tipo de pretensión tal como lo concebían aquellas películas en la actualidad, incluso en el escalafón más bajo que podamos encontrar en cualquier opera prima de tono independiente, está más concebido a intentar mostrar de forma sistemática algo más que un simple divertimento genérico. Con respecto a intentar desgranar las virtudes y defectos de Spookies estamos ante esa clase de películas que necesitan de muy poca explicación al estar concebida básicamente para ser disfrutada más que analizada, la película se sitúa solo un escalón por encima de cualquier producción Troma de la época, de hecho estamos ante un film realizado en base el descarte de otro, solo así se puede legar a entender tanto la triple nómina de directores que la conforman, Genie Joseph, Thomas Doran y Brendan Faulkner, como al caos narrativo del que se sustenta, inexplicable infanticidio al principio del relato incluido. Con esa agradable exaltación hacia el maquillaje artesanal y las referencias ineludibles a lo que por aquel entonces estaba de moda en el fantástico, desde el Evil Dead de Sam Raimi al Michael Jackson’s Thriller de John Landis, Spookies dada su honestidad fue un acertado broche final al certamen en el vetusto pero entrañable cine Prado por parte de un servidor, una nueva edición de un Festival de Sitges que pese a todas las dificultades habidas y por haber ha decidido seguir adelante un año más. A tal respecto gracias por el esfuerzo.
Valoración 0/5: 3
Palmares
Secció Oficial Fantàstic a competició
Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Length Film Possessor Uncut(Brandon Cronenberg)
Premi especial del jurat / Premio especial del jurado / Special Jury Prize La nuée de/by Just Philippot
Millor direcció / Mejor dirección / Best Direction (sponsored by Moritz)
Brandon Cronenberg (Possessor Uncut)
Menció a la direcció/ Mención a la dirección / Mention to the Direction Natalie Erika James (Relic)
Millor interpretació masculina / Mejor interpretación masculina / Best Actor (sponsored by Vilamòbil)
Grégoire Ludig & David Marsais (Mandibules)
Millor interpretació femenina / Mejor interpretación femenina / Best Actress (sponsored by So de Tardor)
Suliane Brahim (La nuée)
Menció a la interpretació femenina / Mención a la interpretación femenina / Mention to the Best Actress Marin Ireland (The Dark and The Wicked)
Millor guió / Mejor guion / Best Screenplay (sponsored by Fundació «la Caixa» & CaixaBank)
Márk Bodzsár, Juli Jakab & István Tasnádi (Comrade Drakulich)
Millors efectes especials / Mejores efectos especiales / Best Special Effects (sponsored by Kelonik & Antaviana)
Maks Naporowski, Filip Jan Rymsza, Dariush Derakhshani (Mosquito State)
Millor fotografia / Mejor fotografía / Best Photography Tristan Nyby (The Dark and The Wicked)
Millor música / Mejor música / Best Music Bingen Mendizábal & Koldo Uriarte (Baby)
Gran Premi del públic a la millor pel·lícula / Gran Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture (sponsored by La Vanguardia) La vampira de Barcelona(Lluís Danés)
Millor curtmetratge de gènere fantàstic / Mejor cortometraje de género Fantástico / Best Fantastic Genre Short Film (sponsored by Fotogramas) The Luggage(Yi-fen Tsai)
Menció al curtmetratge / Mención al cortometraje / Mention to the Short Film Rutina: La prohibición(SAM)
Panorama Fantàstic
Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Film Tailgate (Bumperkleef) de Lodewijk Crijns
Focus Asia
Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Film
Menció a la pel·lícula / Mención a la película / Mention to the Film El elemento enigmático (Alejandro Fadel)
Millor direcció / Mejor dirección / Best Direction Laura Casabé (Los que vuelven)
Millor curt Noves Visions Petit Format / Mejor corto Noves Visions Petit Format / Best Noves Visions Petit Format Short Luz Distante – Parte 1, Les desventurades (Santiago Reale)
Midnight X-treme Premi del públic a la millor pel·lícula / Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture The Queen of Black Magic (Kimo Stamboel)
Sitges Documenta Premi a la millor pel·lícula / Premio a la mejor película / Award Best Motion Picture Ivan, O Terrível (Mario Abbade)
Blood Window Premi Blood Window / Premio Blood Window / Blood Window Award Marea alta (High Tide) de/by Verónica Chen
Jurat de la Crítica Premi de la Crítica José Luis Guarner / Premio de la Crítica José Luis Guarner / José Luis Guarner Critic’s Award Teddy(Ludovic Boukherma & Zoran Boukherma)
Premi Citizen Kane a la direcció revelació / Premio Citizen Kane a la dirección revelación / Citizen Kane Award for Best New Direction Jonathan Cuartas (My Heart Can’t Beat Unless You Tell It To)
Méliès d’Argent Premi al Millor Curtmetratge /Premio al Mejor Cortometraje / Award for Best Short Film Dar-dar de Paul Urkijo
Premi a la Millor Pel·lícula/ Premio a la Mejor Película / Award for Best Feature Film Le dernier voyage de Paul W.R de Romain Quirot
Carnet JOVE Premi Jurat Carnet Jove al millor llargmetratge de gènere fantàstic / Premio Jurado Carnet Jove al mejor largometraje de género fantástico / Carnet Jove Award for Best Fantasy Genre Feature Film She Dies Tomorrow(Amy Seimetz)
Premi al millor llargmetratge d’animació / Premio al mejor largometraje de animación / Award for Best Animated Feature Film Seven Days War (Yuta Murano)
Premi al millor curtmetratge d’animació / Premio al mejor cortometraje de animación / Award for Best Animated Short Film Red Rover(Astrid Goldmisth)
Brigadoon Premi Brigadoon Paul Naschy / Premio Brigadoon Paul Naschy / Paul Naschy Brigadoon Award Horrorscope(Pol Diggler)
Fue la gran triunfadora del Midnight Madness del pasado Festival de Toronto, Shadow in the Cloud, cuyo primer tráiler acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su póster oficial, parece tomar referencias argumentales entre otras de aquel relato corto de Richard Matheson titulado Nightmare at 20000 Feet adaptado de forma magistral en la fundamental The Twilight Zone, o a un nivel escénico al episodio dirigido por Steven Spielberg para la serie Amazing Stories The Mission interpretado por un joven Kevin Costner. Shadow in the Cloud dirigida por Roseanne Liang (My Wedding and Other Secrets) tendrá en Estados Unidos un estreno comercial en VOD previsto para el 1 de enero de 2021.
En Shadow in the Cloud vemos como el capitán de un avión B-17 descubre que en su nave viajan una serie de espectros malignos que harán todo lo posible por robar unos documentos secretos que lleva a bordo. En mitad de una peligrosa misión en plena Segunda Guerra Mundial una joven artillera tendrá que hacer frente a la amenaza sobrenatural que está a bordo del avión en el que viaja.
La película con guion Max Landis está protagonizada por Chloë Grace Moretz, Nick Robinson, Callan Mulvey, Taylor John Smith, Beulah Koale, Byron Coll, Benedict Wall y Joe Witkowski.
Jeremiasz Angust es un arquitecto de éxito que dirigiéndose al aeropuerto de Tokyo pierde su vuelo a causa de una misteriosa joven, Texel Textor, que lo aborda de repente. Los dos personajes iniciarán una conversación que irá enrareciéndose hasta convertirse en algo siniestro y criminal.
El realizador catalán Kike Maíllo vino a confirmar con su competente Cosmética del enemigo su buena mano con los géneros ya comprobados en anteriores trabajos suyos como aquella fantasía robótica de ciencia ficción titulada Eva, presente como inauguración en Sitges 2011, o el aplicado thriller patrio Toro, con Cosmética del enemigo, su proyecto más internacional y ambicioso realizado hasta la fecha, Maíllo se adentra en ese algo pantanoso terreno de las adaptaciones literarias populares contemporáneas.
Partiendo de la base de la exitosa novela homónima de la escritora belga Amélie Nothomb publicada en 2001 Cosmética del enemigo película transcurre básicamente a través de ese concepto de características tan teatrales existente en base a la confrontación dialéctica entre dos únicos y antagonistas personajes, dicho duelo con respecto al texto original difiere de forma lógica al estar sustentando bajo paramentos y conceptos de índole más cinematográficos, especialmente en referencia a la incorporación de más espacios escénicos a la trama, la mayoría de ellos mostrados en forma de flashbacks en base a continuos saltos narrativos y temporales. Como buen thriller psicológico que es en donde evidentemente nos encontraremos tarde o temprano con los consabidos giros argumentales Cosmética del enemigo nos muestra a través de ese duelo verbal mal avenido ya desde un principio, y que conforma avanza la trama se vuelve más oscuro, comportamientos en un principio de naturaleza oculta como la culpa que genera la aparición de fantasmas del pasado, aquellos males que se intentan de alguna manera tapar con respecto a los demás pero que aquí terminan, debido a esa fricción dialéctica, saliendo al exterior. El film de Kike Maíllo, posiblemente la película española presente en el certamen con más posibilidades comerciales con respecto al mercado foráneo, pese a moverse de forma funcional por unos inequívocos parámetros del thriller entendido como convencional se beneficia de un buen uso escénico en referencia a ese amplio aeropuerto que pese a su amplitud geométrica viene a representar a la perfección en base a sus texturas asépticas e impersonales la idea del no-lugar, un espacio grande que deviene como pequeño para el protagonista, a la postre una pequeña caja de ratón que nos viene a decir como por muchos viajes y huidas que intentemos tomar el subconsciente siempre ira un paso por delante de nosotros, disyuntiva casi emparentada a la sufrida por el personaje de la notable The machinist de Brad Anderson, aquí expuesta a modo de un trauma que siempre acompañara al protagonista en forma de un autoengaño de ineludible poder autodestructivo.
Valoración 0/5: 2’5
Inmortal
Ana llega a Buenos Aires tras la muerte de su padre. A través de su viuda descubre que un científico llamado Benedetti fue contratado por una misteriosa fundación, para la que está desarrollado un mundo paralelo que permitiría que los vivos y los muertos entren en contacto.
Algo arrinconada por el impacto que tuvo en el festival Historia de lo oculto, Inmortal de Fernando Spiner (Aballay, el hombre sin miedo, La sonámbula) fue otra de las producciones de género argentinas presentes este año en Sitges, un drama fantástico que indaga en ese difícil imaginario que intenta recrear la difícil coexistencia mental, aquí física gracias al elemento fantástico científico, entre vivos y muertos.
Inmortal, presentada en el festival como riguroso estreno mundial, transita a través de dimensiones paralelas partiendo de una premisa en un principio interesante, un simple ascensor actúa como umbral entre el mundo real y un reducto artificial en donde los muertos de alguna manera se materializan pudiendo interactuar con ellos, dicho espacio escénico viene a estar representado en las antípodas de por ejemplo la ampulosidad colorista vista en el imaginario creado por Richard Matheson y Vincent Ward en What dreams may come, puestos a buscar algunas similitudes por aquello de las realidades alternativas a un nivel visual y salvando las distancias pues ambos ejemplos no pueden ser más antagonistas entre ellos ese universo de los llamados residentes visto en Inmortal se asemeja en algo a aquel segundo plano terrenal recreado en la serie Fringe, ambos espacios devienen como asépticos y mortecinos con un predomínate filtro amarillo que actúa a modo de tamiz a la hora de mostrar la carencia vital de los que lo habitan. El problema con Inmortal posiblemente venga en relación a un choque percibido como abrupto en referencia a no saber calibrar del todo bien sus facetas genéricas, un servidor tiene la intuición de estar esencialmente ante un drama en donde predomina en todo momento un muy acentuado realismo que entra en una continua fricción con un elemento fantástico aquí mostrado con demasiada incredulidad, este de alguna manera ha de ser la posibilidad, o la llave narrativa, a la hora de mostrarnos un melodrama que intenta explorar las relaciones filiales en base a la búsqueda de una afectividad que fue carente en vida, sin embargo la sensación final es que la fantasía o la fantasmagoría del relato no deja de ser solo una mera excusa expuesta con bastante aparatosidad, lamentablemente tan mal desarrollada como la visualización mostrada en la película con respecto a ese difuso vínculo existente entre ambos universos.
Valoración 0/5: 2
Impetigore
Confinada en la cabina del peaje donde trabaja, Maya observa cómo un coche se para, y un hombre desciende y se dirige hacia ella machete en mano. La única que le puede ayudar es su amiga Dini, pero está lejos. El susto inicial dará paso a un viaje a un pueblo selvático, en el que Maya y Dini buscarán respuestas, pero lo único que encontrarán serán las suspicacias de sus habitantes.
Algo sorprendente como en un año en donde el cine proveniente de Japón, Corea de sur o Hong Kong tuvo una presencia casi residual en Sitges fuera un país como Indonesia el que tuviera la presencia más fiel y destacada, en referencia básicamente al reciclaje de conceptos genéricos, en lo concerniente al terror asiático presente en esta edición del certamen, trabajos como The Queen of Black Magic de Kimo Stamboel, May the Devil Take You Too de Timo Tjahjanto o el Impetigore de Joko Anwar que nos ocupa mostraron y dieron buena cuenta del buen momento de dicho país en lo concerniente a un terror que sin renunciar a señas de identidades propias es perfectamente exportable a otras latitudes.
Joko Anwar, también guionista de la antes comentada y también presente en el festival The Queen of Black Magic, no es un recién llegado al género, suyas son aportaciones direccionadas en mayor o menor medida al fantástico como por ejemplo The Forbidden Door (2009), Modus Anomali (2012) o Satan’s Slaves (2017) entre otras, con Impetigore, ejercicio de terror tan funcional como recomendable, se adentra en el subgénero de la maldición aldeana en base a un relato de fantasmas vengativos con cierto aroma al folk horror local, un film que funciona principalmente en lo relativo a su malsana atmosfera rural. Con una primera escena muy efectiva a tal respecto Joko Anwar va al grano y necesita de muy poco tiempo a la hora de atraer a ese espectador poco exigente dispuesto a pasar un buen rato con un relato que le prometa no salir de determinadas coordenadas genéricas, en tal respecto Impetigore sale bien parada en base a la agraciada fusión de tropos de géneros clásicos con elementos de la historia y la cultura de su país de origen. Posiblemente los elementos que vertebra de la trama de Impetigore no sean novedosos y atesoren una cierta sobre explicación en algunos tramos de la historia, Joko Anwar sin embargo en referencia a esa ausencia de originalidad lo compensa con un estilo cercano al buen artesano del genero aportando aquí pequeños detalles y acotaciones a la hora de generar una tensión adicional al relato en lo concerniente por ejemplo a establecer una confrontación entre diferentes miradas y percepciones de la realidad, las modernas provenientes de las grandes ciudades en relación a las dos protagonistas principales y la tradicional, adyacente a un ámbito rural de tono amenazador anclado en supersticiones del pasado.
Valoración 0/5: 3
Citizen K
Es un rostro único, impenetrable. Es también un artista con múltiples caras. Takeshi Kitano encarna el nuevo cine japonés, el arquetipo del yakuza despiadado, pero también es un subversivo artista visual, un desatado comediante de televisión, un atizador de la conservadora sociedad japonesa.
Suele ser ya una norma casi habitual que figure algún trabajo documental dentro de esa sección tan interesante que es Seven Chances, este año la elección recayó en un habitual de Sitges y del formato de la no ficción como es Yves Montmayeur. Si en anteriores trabajos, la mayoría vistos en el festival, el francés disecciono figuras y corrientes cinematográficas como Takashi Miike (Electric Yakuza, Go to Hell!), Hayao Miyazaki y la Ghibli (Ghibli et le mystère Miyazaki), el nuevo cine fantástico español (Viva la muerte! Autopsie du nouveau cinéma fantastique espagnol), Guy Maddin (The 1000 Eyes of Dr Maddin) o la imagen de la mujer asiática en el cine de acción (Dragon Girls! Les amazones pop asiatiques), en esta ocasión su mirada recayó en esa figura de contornos casi poliédricos que es Takeshi Kitano.
Curioso y algo contradictorio el recibimiento que ha tenido en nuestro país la obra de Takeshi Kitano, como viene siendo habitual los primeros ecos de su cine vinieron tarde y de forma algo atropellada, fue en el año 1993 en donde por primera vez se pudo ver en un festival patrio, curiosamente en Sitges, una película suya, en esta ocasión Sonatine, a continuación vino un prestigio tan merecido como algo desmedido dentro de ese curioso y ambivalente ámbito de festivales y circuitos de exhibición en V.O con películas fundamentales a la postre en su carrera como fueron Hana-bi, El verano de Kikujiro, Dolls o Zatoichi, esa especie de beneplácito desapareció del día a la noche en el momento que el director japonés entra en un proceso de autocrítica autoral extrema y nada complaciente, primero con una trilogía del absurdo compuesta por Takeshis’, Glory to the Filmmaker! y Achilles and the Tortoise y después con una oscura y desencantada vuelta al subgénero yakuza con la magistral trilogía Outrage. A tal respecto Citizen K no deja de funcionar a modo de un apéndice algo funcional, al igual que en anteriores trabajos de Yves Montmayeur, todos ellos de poco más de una hora de duración, más que el estudio de una trayectoria completa entendida como tal el documental queda supeditado en referencia básicamente a una entrevista concedida por el propio Kitano, alrededor de ella habrá diferentes apuntes interesantes sobre las reflexiones lanzadas por el propio artista hacia su obra, sin embargo la sensación final será la de estar ante un documento en donde resulta más interesante el propio artista en cuestión, con muchas facetas aún desconocido para el público occidental, que la de un trabajo percibido como algo mecanizado e incompleto en referencia a su supuesta didáctica, en tal sentido Yves Montmayeur sabe indagar en aspectos poco comunes del material que maneja pero tiene más de un problema a la hora de saber cómo exponerlos sin otorgar una cierta sensación de estar ante un documental más concebido y direccionado a ser una especie de apéndice de naturaleza inacabada que indaga en recovecos poco transitados que en el propio estudio completo de la obra de un artista.
Valoración 0/5: 2’5
The Superdeep
1984, en el Círculo Ártico. Ubicado a 12.000 metros bajo el suelo, el Kola Superdeep es el mayor laboratorio secreto de la Unión Soviética. Unos meses después de su inauguración, diversos científicos registran allí voces y gritos de origen desconocido. El laboratorio es clausurado, enviando a un equipo de investigación liderado por Anna para averiguar qué se esconde exactamente en el pozo más profundo del planeta.
El cine de terror proveniente de Rusia que indaga en el concepto de la visita alienígena tuvo una doble presencia este año en Sitges, ambas películas situadas en los años ochenta, y nada complacientes con la precariedad del régimen de aquella época, se apropian de alguna manera de conocidos arquetipos narrativos provenientes del cine de género estadounidense, si por una parte la notable Sputnik de Egor Abramenko nos plantea en base a un estimulante ejercicio de terror y ciencia ficción una curiosa y hasta cierto punto interesante apropiación del concepto del astronauta en cuyo regreso a la tierra trae algo aparentemente peligroso en su interior, The Superdeep se presenta como otra variación más, de naturaleza bastante más tosca, en referencia al monstruo o alienígena que es despertado de su letargo por parte de la indagación científica del ser humano.
The Superdeep se presentó en Sitges como primicia mundial aunque la sensación que a un servidor le quedo fue más bien la de estar ante una especie de work in progress en donde es muy fácil percibir su condición de subproducto que a duras penas llega al nivel de una prototípica serie B. Tampoco fue de gran ayuda que la película presentada en Sitges fuera a través de una copia doblada al inglés de una forma excesivamente estridente, casi teatral, rozando en ocasiones y de forma involuntaria el tono caricaturesco. Posiblemente estemos en un momento del fantástico en base a su saturación en que ya no valga la sola referencia a clásicos a la hora de justificar un producto, en tal aspecto The Superdeep queda vertebrada básicamente en función al desarrollo de conceptos vistos en clásicos como Alien, The Thing y otros muchos, dicha digamos pleitesía también podría ser aplicable en este caso a la utilización de unos efectos especiales casi artesanales en donde predomina el látex a lo digital, expuestos en base a un look ochentero a semejanza de títulos pretéritos, sin embargo dichos artilugios no disimulan una aproximación que deviene como bastarda y farragosa en lo relativo a intentar escanear estándares genéricos provenientes del cine USA sin saber a ciencia cierta cuál es su propia naturaleza, aquí principalmente en lo concerniente a no saber hace mínimamente verosímil lo inverosímil. Para más inri a The Superdeep le falta acción y gore y le sobra bastante metraje, razón de más para intuir que sus responsables han intentado elevar la mirada muy por encima de unas posibilidades reales que dada la modestia, muy mal disimulada del producto, apenas logra elevarse a pocos metros de ras de tierra.
En un futuro próximo, las temperaturas han alcanzado nuevas e insoportables cotas. Casi toda la fauna se ha extinguido, cientos de millones de personas se han convertido en refugiados climáticos y las reservas de petróleo, carbón y gas se han agotado. A medida que la misteriosa Luna Roja se acerca peligrosamente a la Tierra, solo un hombre puede salvar el mundo: su nombre es Paul W.R.
En estos últimos tiempos los estrenos mundiales vistos en festivales de cine como el de Sitges no eran precisamente una garantía de calidad con respecto al producto en cuestión, digamos que era más bien todo lo contrario, en su gran mayoría solían ser películas que no habían podido encontrado una oportunidad mejor en otros certámenes de un mayor empaque publicitario teniendo que acudir a certámenes de una segunda línea de flotación para su promoción, a tal respecto Sitges con sus inconvenientes y sus ventajas lo es. Este año en el certamen hubo un número mayor de estrenos mundiales menos malos de lo habitual, la coyuntura que provoco la suspensión de muchos festivales previos a Sitges propiciaron un cupo mayor de lo habitual elevando tímidamente la calidad de muchos trabajos que veían por primera vez la luz en una pantalla de cine como resulto ser la curiosa opera prima del francés Romain Quirot titulada The Last Journey of Paul W. R.
The Last Journey of Paul W. R. fue otras de las interesantes óperas primas francesas vistas este año en Sitges, un film que tiene la parcial virtud de aproximarse con cierta originalidad a la temática de los últimos días del apocalipsis y como el ser humano se tiene que enfrentar a ello, en la mayoría de los casos este concepto ha estado expuesto en diversas películas a través de una premisa en donde por medio de un Macguffin predominaba una especie de cuenta contrarreloj como se podía ver en la apreciable Miracle Mile de Steve De Jarnatt, en otras muchas como por ejemplo la australiana These Final Hours de Zak Hilditch, la canadiense Last Night de Don McKellar o la más autoral 4:44 Last Day on Earth de Abel Ferrara el mal era ya irreversible y la disyuntiva de los protagonista se desarrollaba en la medida de cómo aprovechar y afrontar de forma algo lúdica las últimas horas de su existencia antes de producirse el cataclismo. The Last Journey of Paul W. R. coge de forma parcial ambos conceptos pero a través de una mirada totalmente diferente a lo anterior colindando de forma muy recurrente con lo poético y muy especialmente con lo reflexivo en base a la advertencia que intenta exponer. La acción, con ciertas texturas derivativas al comic y muy especialmente al Métal Hurlant en referencia a su estética, toma conceptos de forma tímida de la ciencia ficción apocalíptica y desértica al uso para jugar y revertir dichos código y clichés que aquí serán expuestos a modo de fábula intimista de un tono inevitablemente fatalista en donde el mensaje de índole ecológico, aquel que nos dice una vez más que la humanidad está destruyendo poco a poco el mundo, está muy presente, a tal respecto y de forma algo afortunada Romain Quirot sale relativamente airoso de ese farragoso subrayado tan habitual en este tipo de películas de claro tono concienciador.
Valoración 0/5: 2’5
Mosquito State
Agosto de 2007. Aislado en su austero ático con vistas a Central Park, el analista de datos de Wall Street Richard Boca ve patrones siniestros. Sus modelos informáticos se están comportando de manera errática, igual que los enjambres de mosquitos que se reproducen en su apartamento, una plaga que ayuda a su derrumbe psicológico.
El cineasta polaco-estadounidense Filip Jan Rymsza conocido principalmente por ser responsable de la restauración de ese film perdido e inacabado que es The Other Side of the Wind de Orson Welles presento a concurso la cinta Mosquito State, film que desato, como ocurrió semanas antes en el Festival Venecia, una en parte muy comprensible disparidad de opiniones con respecto a lo que fue su acogida.
Evidentemente con el visionado de Mosquito State como buen relato de índole kafkiano que pretende ser a un servidor le vino a la mente retazos muy evidentes del cine de David Cronenberg, su narrativa nos deriva a un progresivo y degenerativo descenso en picado a estados mentales y físicos cada vez más alterados como bien pudimos ver en la fundamental The Fly del director canadiense, a través de ello somos testigos de cómo su protagonista, un Beau Knapp que está más cercano al Nicolas Cage de Vampire’s Kiss que al Jeff Goldblum del film de Cronenberg , utiliza una obsesión de tono enfermizo hacia los insectos que invaden su lujoso apartamento para crear a partir de su comportamiento un modelo analítico tan alternativo como sofisticado a la hora de intentar predecir los mercados financieros. La película, de una muy recargada caligrafía visual, sin embargo actúa más en lo relativo a ser una especie de alegoría retorcida que nos retrata masculinidades en crisis que fluctúan con respecto a un declive capitalista que está a punto de hacer acto de aparición, en concreto el shock financiero del año 2008, a tal respecto el film de Filip Jan Rymsza se acerca más al concepto expuesto en el American Psycho de Mary Harron que al de cualquier otro apartado derivado de un apocalipsis orgánico. La metáfora o fábula física en relación a los mosquitos y su conexión con la sangre humana en lo relativo a la asociación del insecto con la enfermedad no termina de estar adecuada a un relato posiblemente demasiado ambicioso en referencia a sus postulados, terminando por estar ante una historia algo difusa, viniendo a representar ese tipo de relato que te quieren explicar demasiadas cosas pero que ninguna de ellas terminan por llegar a buen puerto. En todo caso dicho desplome acaba percibiéndose como más social que físico en lo concerniente a mostrarnos el final de una era de capitalismo feroz, o por lo menos de las cosas y comportamientos tal y como se entendían hasta un determinado momento. Lástima que el exceso de simbolismos, en cierta manera muy evidentes pero muy poco conceptuados e incapacitados a la hora de fusionar y desarrollar ideas, termine por desbaratar una analogía o metáfora que da la sensación de no atreverse a ir hasta el final de su en un principio atrayente enunciado.
Valoración 0/5: 3
Historia de lo oculto
Faltan 60 minutos para la última transmisión de Midnight, el programa de periodismo más famoso de la televisión. Esta noche es Adrian Marcato, quien podría exponer una conspiración que vincula al Gobierno con un Aquelarre real.
Por fortuna en los festivales de cine y por increíble que parezca aún existe un pequeño resquicio para el descubrimiento de obras en apariencia desconocidas que suponen en base a su ingenio e imaginación toda una sorpresa no prevista para el espectador, este atípico año y posiblemente debido a la ausencia de películas evento Sitges tuvo que recurrir casi por obligación a incidir en pequeñas producciones de las cuales muchas atesoraban suficientes atributos artísticos como para ser resaltadas y otorgarles ese adjetivo tan mal utilizado hoy en día de descubrimiento, en ese aspecto la argentina Historia de lo oculto fue indiscutiblemente una de esas sorpresas agradables que para bien cogieron desprevenidos a la mayoría de espectadores presentes en el certamen.
Posiblemente el mayor acierto de la película de Cristian Ponce resida en el hecho de como a estas alturas en donde parece estar ya todo inventado o transitado dentro del fantástico surja un talento que intente exponer un relato que pese a las evidentes referencia que atesora huye conscientemente de ciertos códigos preestablecidos dentro del género para ir de alguna manera por libre. Historia de lo oculto en tal aspecto constituye toda una extrañeza que huye de lo preestablecido para tomar un muy atípico y sugerente camino, partiendo del modelo del docudrama a modo de programa televisivo de investigación de índole fantástico narrado en tiempo real, como vimos en la seminal Ghostwatch de Lesley Manning, veremos a distintos personajes deambular alrededor de secretos y revelaciones a cual más misteriosas, también percibiremos desde la distancia en lo concernientes a una formas de índole casi retro-futurista otra película fundamental que indagaba en el thriller psicológico persecutorio como era Invasión de Hugo Santiago Muchnik. El film de Cristian Ponce tiene la particularidad de no solo proponernos una trama periodística de índole conspiratorio, será la inclusión del elemento fantástico y esotérico en la trama lo que otorgue a Historia de lo oculto una peculiar particularidad y posiblemente la etiqueta de película de culto en un futuro no muy lejano pues atributos los tiene de sobra para ello. Esa relación entre el satanismo y el poder de unas ocultas élites que están a punto de tomar el mando institucional nos son mostradas a través de esos programas de TV en blanco y negro típicos de los años 70 de forma inteligente en base a situaciones distorsionadas de la realidad en donde cualquier coincidencia por pequeña que sea con la del pasado no resulta ser baladí. En base su amalgama genérica de periodismo, ocultismo, distopía retro futurista e incluso retazos del folk horror, mezcla de conceptos que evidentemente pueden producir algo de confusión a una trama que posiblemente necesite de más de un visionado para su completo entendimiento, Historia de lo oculto, que termina estando más enfocada en relación a la palabra que en la acción propiamente dicha, acaba siendo un film que pese a su modestia atesora como principal virtud eso cada vez más complicado de ver dentro del género fantástico que es una originalidad, que por momentos deviene como desconcertante, que sabe sacar el máximo recurso posible en lo relativo a su innegable creatividad.
Valoración 0/5: 4
Viy
Un joven sacerdote debe pasar tres noches velando el cadáver de una bruja. Durante ese tiempo, toda clase de horrores pondrán a prueba su fe y su cordura.
Dentro de los clásicos vistos este año en Sitges la cinta Rusa Viy de Georgi Kropachyov y Konstantin Yershov tuvo un muy agradecido acomodo dentro de la sección Seven Chances, un film que no deja de ser una rara avis dentro del contexto histórico del fantástico europeo y que viene a representar, y en parte a paliar, el desconocimiento de una gran parte de público hacia el cine de género ruso de los años 60 y 70, más activo en lo relativo a su faceta de ciencia ficción que la de un terror aquí planteado desde una mirada hacia un folclore local que se emparentaba de alguna manera a las producciones góticas que se estaban realizando ese mismo periodo de tiempo en otras cinematografías.
Como esplendida fabula folklórica que es Viy, que bien mirado podría figurar perfectamente como un capitulo bastardo del fundamental El Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki, un servidor sigue siendo de la opinión que su desbordante fantasmagoría final, clara deudora del imaginario artesanal de Ray Harryhausen, viene a representar uno de los momentos cumbre en lo concerniente al fantástico europeo. La película de Georgi Kropachyov y Konstantin Yershov adapta de forma bastante fiel según algunas fuentes un cuento corto del escritor de origen ucraniano Nikolai Gogol que vio la luz por vez primera el año 1835 incluido en una recopilación de relatos titulada Migorod. Viy, sustentada en base a una leyenda ucraniana, que curiosamente sirvió de inspiración a Mario Bava a la hora de realizar su icónica Black Sunday , viene a representar de forma meridiana la representación de la fantasía popular aplicada en su traslación a la gran pantalla al prestigio cultural asociado al nombre de Nikolai Gogol, el resultado termina siendo una película modesta en medios aunque no en relación a su desbordante faceta creativa, un cuento de brujas en un principio más cercana al divertimento fantástico, dado en gran medida a sus ligeros apuntes livianos de humor, e incluso en lo relativo a una velada crítica al autoritarismo feudal extrapolable a otros ámbitos sociales de la época, que a una narrativa gótica proveniente de la Europa occidental percibida como más adulta y menos fabularía en lo concerniente a un tono más oscuro y sexualizado. Viy viene a ser esa clase de películas que dada su naturaleza inclasificable de cuento de hadas perverso con un antihéroe como protagonista principal atesora una meritoria atmósfera irreal y onírica, pasando a engrosar la lista de aquellos films que por desgracia no tuvieron ni referentes ni continuidad, películas que terminaron siendo una especie de islotes que sin embargo atesoraban una identidad formal muy propia destinada con el paso del tiempo a ser redescubiertas y reivindicadas en su justa medida.
Valoración 0/5: 4’5
The Education of Fredrick Fitzell
Con un trabajo corporativo, pareja estable y una madre enferma, el encuentro casual de Fred con un hombre de su juventud resulta en recuerdos aterradores. Poco a poco, va desentrañando un misterio oculto durante años sobre una niña desaparecida, una droga llamada Mercury y una criatura aterradora, que le ha acompañado en cada paso del camino. Pasado, presente y futuro se van cruzando, y Fred comienza a explorar las vidas posibles que podría llevar. ¿Cuál elegiría?
Ocho años han pasado para el realizador canadiense Christopher MacBride volviera a ponerse detrás de las cámaras tras debutar en 2012 con The Conspiracy, uno de los mejores y más interesantes mockumentarys realizados en los últimos años, con este estimulante primer trabajo en la ficción titulado The Education of Fredrick Fitzell MacBride se adentra en un drama existencial de tono onírico y fantástico que transita a través de diversas realidades paralelas y la posibilidad de poder incidir y reflexionar a través de ellas.
The Education of Fredrick Fitzell bascula principalmente en base a ese concepto que todo mortal hemos tenido en algún momento de nuestras vidas en mayor o menor medida, el preguntarnos, ya con un bagaje extenso en lo relativo a nuestra existencia, a nosotros mismos que derroteros hubieran trancurrido por nuestras vidas de haber tomado decisiones diferentes a las finalmente elegidas, Christopher MacBride partiendo de esa premisa argumental ofrece un drama con texturas de thriller alucinógeno de un claro tono existencial, el elemento fantástico para que el protagonista se adentre en estas dobles o triples realidades estará causado o representado por mediación de una droga de diseño conocida como Mercurio que permite de alguna manera ampliar la mente y su conciencia a los personajes que decidieron tomarla tanto en el pasado como en el presente, un apunte argumental que nos remite a la siempre reivindicable Jacob’s Ladder de Adrian Lyne con respecto al concepto de supuestas vidas vividas con posibilidad de poder reconfigurarlas. En estos últimos años a la hora de enfrentarnos a relatos que manipulan el espacio tiempo siempre ha habido un temor, al menos en lo que concierne a un servidor, a la hora de enfrentarte a un relato que es consciente de su naturaleza criptica y que necesite seguramente de más de un visionado para poder entender del todo bien esas narrativas laberínticas que forman parte de la historia, como ejemplo con respecto a esta tesis me viene por ejemplo a la cabeza películas como el Endorphine de André Turpin o el Donnie Darko de Richard Kelly, afortunadamente la intención de Christopher MacBride con respecto a The Education of Fredrick Fitzell es la de no aturdir al espectador por mucho que la física cuántica esté muy presente en un relato que más que detenerse en explorar las posibilidades materiales de alterar todas las vidas que podría tener un ser humano, o en las consabidas segundas oportunidades, indaga en la reflexión casi intimista de alguien que atesora el don de ser consciente de todas y cada una de las realidades creadas a partir de lo que han sido sus propias decisiones, un film que decide detenerse más en lo emotivo que en lo laberintico exponiendo la ambivalencia de esa percepción que solemos tener de lo entendible como realidad.
Este libro exprime hasta la última gota del devenir bajo el sol naciente de las criaturas sedientas de sangre, así como de la llegada al país de otros mitos de la fantasía occidental. Comenzando por protovampiros autóctonos, como ciertos tipos de yokai y demonios chupa-sangre de la tradición oral y del kabuki, se extiende sobre la aclimatación de la imaginería occidental que irrumpió desde finales del siglo XIX, llegando hasta la representación del mito en tiempos modernos, donde coexistirá el vampiro de patrón draculiano con otros de formas originales de lo más inesperado. Un viaje a través de las leyendas, relatos, novelas, cine, manga y televisión, que incluye ilustraciones y textos inéditos de los primeros años de la presencia del príncipe de las tinieblas en Japón.
Autor: Daniel Aguilar, Editorial: SATORI EDICIONES C.B., Páginas: 292
Más vale tarde que nunca, si los continuos retrasos derivados por la crisis sanitaria lo permiten será el próximo 18 de diciembre la fecha elegida para el estreno en España de la nueva película del realizador italiano Pietro Marcello titulada Martin Eden, film que de la mano de Wanda Films presenta un primer tráiler y poster español que podéis ver a final de página. Martin Eden, Copa Volpi al mejor actor (Luca Marinelli) en el Festival de Venecia y ganadora del Premio a la Mejor Película en la edición de 2019 del Festival de Sevilla, supone la adaptación de la novela autobiográfica del escritor estadounidense Jack London publicada en 1909 que aquí el responsable de la notable Bella e perduta hace cambiar de ubicación de la California original del texto al Nápoles de finales del siglo XIX.
La historia nos cuenta como Martin Eden es un chico de pueblo que se gana la vida trabajando como marinero. Un día, Martin consigue salvar la vida de Arthur Morse, un joven de clase alta que vive en San Francisco. Como agradecimiento, Arthur invita a Martin a su hogar y, poco a poco, le va introduciendo en su propio estilo de vida. El joven ve esto como una oportunidad para convertirse, finalmente, en escritor y trata de aprovechar al máximo el tiempo entre lujos. Martin recibirá un impulso inesperado cuando conozca a Ruth, una joven de la que se enamora al instante.
La película con guion adaptado por parte del propio Pietro Marcello junto a Maurizio Braucci está protagonizada por Luca Marinelli, Carlo Cecchi, Jessica Cressy, Denise Sardisco, Vincenzo Nemolato, Carmen Pommella, Autilia Ranieri, Marco Leonardi, Savino Paparella, Elisabetta Valgoi, Pietro Ragusa, Giustiniano Alpi, Anna Patierno, Vincenza Modica, Gaetano Bruno, Maurizio Donadoni, Chiara Francini, Aniello Arena, Giuseppe Iuliano, Peppe Maggio, Franco Pinelli, Lana Vlady, Diego Sepe, Sergio Longobardi y Giordano Bruno Guerri.
Wendy y sus hermanos conocen a un extraño chico llamado Peter, que los lleva a su isla, un mundo sin adultos, en el que los juegos de infancia duran eternamente. Perdida en una isla misteriosa donde el tiempo y el envejecimiento se han detenido, Wendy debe luchar para salvar a su familia, su libertad y al espíritu alegre de la juventud, del peligro mortal de crecer.
Han tenido que pasar ocho años para que Benh Zeitlin volviera a ponerse detrás de las cámaras tras su alabada y premiada opera prima Beasts of the Southern Wild, razón de más para que Wendy fuera una de las películas más esperadas de esta edición del Festival de Sitges, un film en donde se vuelve a reincidir en una muy particular reformulación del imaginario infantil, un concepto artístico que con tan solo dos trabajos realizados por parte de Zeitlin parece haberse ya convertido en todo un rasgo autoral marca de la casa plenamente identificativo.
Posiblemente el gran déficit que podemos encontrar en una película de las características de Wendy venga dado en la medida de percibir por parte del espectador como un discurso, o una determinada mirada narrativa y formal, apenas ha evolucionado a lo largo de ocho años, en cierta manera Wendy de sustenta en base a postulados casi idénticos a los mostrados en Beasts of the Southern Wild, el problema sin embargo radica en comprobar como en una funcionaba, en parte dado lo novedoso de la propuesta, y en otra no, por consiguiente la repetición de la jugada termina siendo percibida como claramente fallida. Con una estética similar al estilo Terence Malick y bajo el concepto de reformular el cuento de Peter Pan en Wendy se vuelve a incidir en simbolismos varios adyacentes al imaginario de los niños, en esta mirada del infante ante la disyuntiva del crecimiento Benh Zeitlin vuelve a apostar por una narrativa en donde predomina básicamente lo visual y lo pretendidamente trascendental del mensaje en lo referido a apartarnos de lo cotidiano para trasportarnos a una segunda realidad supuestamente más idílica provista múltiples elementos fantásticos expuestos en base a una mirada tan emotiva como melancólica, especialmente visible en lo concerniente a una música que se empeña en remarcar en base a subrayados, en forma de continuos in crescendos, la supuesta importancia de una historia en donde solo se percibe, desde la lejanía, ligeros apuntes novedosos al mito como por ejemplo el concepto del feminismo en el liderazgo de un grupo, lamentablemente dicha apuesta por la poética de las imágenes deviene como difusa, con cierta textura a capricho lírico y en el peor de los casos con la sensación de estar contada a través de una concepción autoral en donde parece predominar la impostura de una reflexión, que a diferencia de la opera prima de su autor, no logra ser todo lo majestuosa que en un principio pretender creer ser.
Valoración 0/5: 2
La nuée
Para salvar su granja de la bancarrota, una madre soltera comienza un negocio de cría de saltamontes comestibles. Pronto desarrolla una relación extraña y obsesiva con ellos.
Otra de las varias óperas primas presentes en la sección oficial a concurso este año en Sitges fue la cinta gala La nuée de Just Philippot, película que venía apadrinada con el sello de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes y que vino a confirmar el gran momento actual que parece estar atravesando el cine de género fantástico proveniente de Francia.
La nuée certifico de buenas a primeras ese tipo de cine de tono autoral presente este año en el festival que tan bien, a diferencia de otros muchos, sabe utilizar e insertar la metáfora dentro del relato, en esta ocasión la de un drama familiar con claros contornos fantásticos, a tal respecto el mensaje alegórico del film adquiere una curiosa concomitancia con los tiempos actuales del Covid 19 a la hora de mostrarnos como la mano del hombre está forzando de alguna manera a la naturaleza en base a la alteración de sus propios recursos. Si a lo largo de la historia del género fantástico el concepto de catástrofe natural y animal ha estado representada en la mayoría de ocasiones a través de una causa científica en La nuée dicha manipulación parte de unos parámetros algo distintos en base a pervertir el consabido concepto del mad doctor mostrado aquí a través de una idea de índole mucho más minimalista y realista en lo referido a una vertiente social, el de una madre soltera y la precariedad en la que se mueve, excelente interpretación a cargo de Suliane Brahim, dispuesta a todo con tal de poder salvaguardar un negocio de crías de saltamontes comestibles que viene a ser el principal sustento de su familia. La reflexión que deriva en advertencia a modo de alegoría en clave medioambiental que nos lanza Just Philippot viene dada en la medida de justificar o no una maternidad percibida como negligente a la hora de cruzar ciertos límites de responsabilidad. Esa obsesión por parte de la protagonista a la hora de alimentar de una manera muy especial a los saltamontes en base a aumentar cada vez más su producción y salvarle de la bancarrota hará que entre en escena en la parte final de la película el elemento fantástico de un modo casi bíblico-apocalíptico, y lo hace de una manera admirable en función de mostrar de una forma muy comedida e incluso realista una causa/efecto, la revolución animal hará acto de presencia de forma abrupta como fiel testigo y juez implacable en referencia a la desmedida ambición humana, este último concepto con un buen uso y sentido de la digitación, aquí expuesta casi a modo de un emotivo guiño cinéfilo a aquellas entrañables producciones de plagas de índole catastrofistas que tan bien sabia orquestaba en su día Irwin Allen.
Valoración 0/5: 4
Post Mortem
Post Mortem nos sitúa en un frío invierno de 1918, Tomás, un joven que se dedica a la fotografía post mortem, termina en un pequeño pueblo húngaro. Los extraños ruidos nocturnos, la hostilidad, las muertes misteriosas y las figuras sombrías que aparecen en sus fotografías lo impulsan a largarse cuanto antes. Pero Tomás regresa a la aldea para investigar las intenciones de los fantasmas y poder encontrar una manera de librarse de ellos.
Curiosa cuando menos la forma que tiene la producción húngara Post Mortem de introducir y exponer el horror dentro de un relato que parte en un principio de unos postulados que se sustentan en lo relativo a unas tradiciones fantasmagóricas de índole local expuestas casi a modo y semejanza de un tren de la bruja que parece propio de una película de James Wan, o lo que es aún peor, de cualquier producción media baja de la Blumhouse.
Posiblemente el que tengamos unos parámetros predeterminados en nuestra mente en referencia al fantástico haga que Post Mortem, vendida de forma algo engañosa como el primer film de terror realizado en la historia de su país, provoque una cierta incredulidad y extrañeza hacia el espectador experto en la diversidad de narrativas dentro del género a la hora percibir como está formulada. El film de Péter Bergendy viene a ser un relato de fantasmas de época supuestamente gótico que indaga en el folklore local pero que no recurre a lo sutil e insinuado, como suele ser preceptivo en estos casos, y si en lo aparatoso, a tal respecto se abusa tanto de retóricas tan habítales dentro del género de terror contemporaneo como por ejemplo el consabido y abrupto golpe de sonido o la agresión invisible grandilocuente que al final seguramente estemos ante la comedia involuntaria de este Sitges 2020. El problema viene dado en la medida que ver como esa montaña rusa pasada de vueltas que es Post Mortem no termina de ser del todo consciente, o al menos un servidor tuvo ese sensación, de su naturaleza de producto derivativo del splatstick y por consiguiente de una comedia de tono macabro en donde la presencia reiterativa del muerto esta tan presente a un nivel escénico que pierde por completo su función amenazadora, llegando incluso a satirizar involuntariamente el concepto de inmortalizar cadáveres en base a fotografiarlos y mostrarlos repetidamente en referencia al trabajo del protagonista principal. El film de Péter Bergendy, que incluso se permite el lujo de saquear una de las escenas más controvertidas del The House That Jack Built de Lars von Trier, viene a representar de forma meridiana como con una buena utilización de los efectos especiales o un apreciable sentido estético no basta si la dirección en base a su narrativa no sabe mesurar convenientemente dichos artificios, convirtiendo a la película en un Deus Ex Machina perpetuo que evidencia una total y alarmante ausencia de equilibrio en lo relativo a su forma y fondo.
Valoración 0/5: 1’5
À Meia-Noite Levarei Sua Alma
Un siniestro enterrador que se hace llamar Zé do Caixao quiere encontrar a la mujer perfecta para que su estirpe se prolongue. Para ello va secuestrando, aterrorizando y torturando a diversas mujeres.
Los clásicos presentes en la siempre interesante sección Seven Chances tuvieron una de sus representaciones con la proyección en 35 milímetros de À Meia-Noite Levarei Sua Alma de José Mojica Marins, primera incursión en el personaje Zé do Caixão por parte del icónico realizador brasileño fallecido este mismo año.
Posiblemente más importante y fundamental en referencia a poder ubicarla dentro de un específico contexto histórico que por sus propios méritos artísticosÀ Meia Noite Levarei Sua Alma fue una clara pionera en un país sin apenas tradición hasta ese momento en el género terrorífico viniendo a representar en su día una especie de respuesta, que atesoraba un cierto tono comercial irreverente y desprejuiciado, a aquella corriente tan determinante dentro del cine brasileño de la época como fue el Cinema Novo. El film de José Mojica Marins se inscribe pues dentro de ese tipo de cine en donde lo puramente artesanal, en el buen sentido de la palabra y desde todas sus vertientes posibles, se erige como motor principal del relato a la hora de paliar las muy evidentes carencias presupuestarias que en este caso dan la impresión de colindar con lo más puramente amateur, en cierta manera esta obligatoriedad fuerza a la reinvención de recursos dentro de un imaginario propio insertado y expuesto a la perfección en la creación, original y revolucionaria, de un personaje hasta aquel entonces sin precedentes dentro de la historia cine del cine de terror como fue Zé do Caixao . En À Meia-Noite Levarei Sua Alma encontraremos pocos elementos de índole sobrenatural dada su clara naturaleza de tono nihilista. Definida por algunos como un película de terror moral y materialista estamos ante una historia en donde una pequeña localidad queda sometida y atemorizada a merced de un sepulturero que en realidad se mofa de los ritos y las creencias populares, a la postre un relato de fantasmas sin fantasmas que convierten a la trasgresora y referencial obra de José Mojica Marins en la primera película que dio origen a todo un icono y referente de la cultura popular brasileña y por ende del cine fantástico mundial.
Valoración 0/5: 3’5
Come True
En Come True vemos como una adolescente de carácter rebelde vive atormentada por unos oscuros sueños que espera solucionar a través de un estudio universitario sobre dicha dolencia, una terapia que espera que la ayude a deshacerse de sus pesadillas, sin embargo dicho tratamiento se convierte en el canal de un nuevo descubrimiento bastante oscuro.
Una de las agradables sorpresas vistas este año en Sitges correspondió al segundo trabajo tras las cámaras del realizador Anthony Scott Burns titulado Come True, film que indaga en ese concepto onírico tan amplio y dado a multitud de interpretaciones como es el sueño que deriva en pesadilla y que se filtra y sobrepasa ese ámbito cotidiano entendible como realidad.
Anthony Scott Burns, que ejerce de auténtico hombre orquesta en la película y que proviene de esa cantera inagotable de jóvenes directores canadienses aquí bajo la producción ejecutiva de un autor tan recurrente en Sitges como es Vincenzo Natali, nos muestra en Come True un estimulante thriller psicológico cuya premisa inicial de tono científico se vuelve cada vez más onírica conforme se va desarrollando una trama que constituye uno de los estudios más perturbadores y magnéticos, en referencia a la ambivalencia de la mente humana, vistos este año en el festival. El concepto de la pesadilla dentro del género fantástico ha basculado mayoritariamente bajo arquetipos en donde intentar diferenciar la realidad de las pesadillas se erigía como principal motor narrativo a la hora de plantear historias dentro de ese submundo tan interesante y lleno de posibilidades. Hace unos años Rodney Ascher tras su notable Room 237 se adentraba con otro documental titulado The Nightmare, no tan conseguido como el anterior, en el estudio y seguimiento a ocho personas con respecto a la parálisis del sueño que padecían, a tal respecto Come True, que transita por vericuetos argumentales bastantes similares, expone el concepto de no dormir como claro epicentro a la hora de desencadenar de una serie de acciones de terminan derivando en viajes oníricos de tono gélido que buscan desesperadamente un halo de luz a través de la mente de una joven, una excelente Julia Sarah Stone, que padece dicha enfermedad . Un relato plagado de elipsis oníricas y expuesto a través de una oscura y preciosista puesta en escena de tono simétrico, en el nuevamente entramos en la interrogante de la tangibilidad o no del sueño, el saber a ciencia cierta que corresponde verdaderamente a la realidad y que a una ficción posiblemente orquestada a través de una mente cautiva en lo concerniente a la manipulación del sueño, tesis perfectamente mostrada en una conclusión que en base a una naturaleza supuestamente sorpresiva, y a diferencia de otras mucha películas semejantes, no modifica o reinterpreta lo anteriormente mostrado si no que reafirma y otorga más solidez al valor alegórico del relato. En Come True también existen apuntes y referencia muy palpables a otras películas importantes dentro del fantástico de estos últimos años desarrollados en base a laberintos oníricos adyacentes a la mente humana como por ejemplo el Donnie Darko de Richard Kelly o el It Follows de David Robert Mitchell, en todas ellas seremos testigos a fin de cuentas de la dolorosa imposibilidad existente en la adolescente a la hora de poder transitar por un imaginario percibido como incontrolable.