Fantasia, web dedicada al cine, críticas y análisis de películas, series de televisión, festivales, noticias, libros, Dvd & Bluray, merchandising y todo lo que rodea al séptimo arte
La Inglaterra rural de 1865. Katherine vive angustiada por culpa de su matrimonio con un hombre amargado al que no quiere y que le dobla la edad y de su fría y despiadada familia. Cuando se embarca en un apasionado idilio con un joven trabajador de la finca de su marido, en su interior se desata una fuerza tan poderosa que nada le impedirá conseguir lo que desea.
Presentada a modo de premier europea tras su paso por el festival de Toronto Lady Macbeth se presentó en San Sebastián dentro de la sección oficial a competición como una pulcra adaptación de la novela rusa “Lady Macbeth en Mtsensk” escrita por Nikolái Leskov en 1865, opera prima a cargo del realizador británico William Oldroyd, acabando convirtiéndose en uno de los films que en determinados círculos más se lamentó el que no estuviera más presente de alguna forma en lo que fue el palmarés de la presente edición ( Premio FIPRESCI), Lady Macbeth tiene la virtud de alejarse en parte y de forma algo consiente del preciosismo y el academismo escénico tan habitual en las adaptaciones melodramáticos de época llevadas al cine últimamente, sin llegar a renunciar en las virtudes que suelen anidar dentro un relato de contornos clasicistas, William Oldroyd autor proveniente del mundo del teatro hace valer un dominio en la composición del plano muy calculado al mismo tiempo que una mesurada utilización del espacio escénico, una plasmación está casi de contornos minimalistas representados en base a una serie de planos calculados minuciosamente de forma milimétricamente simétrica como un mero dispositivo formal, todo ello ubicado en los interiores de la mansión rural en donde acontece la acción, un escenario asfixiante de tono oscuro y crudo, una cuadratura técnica bastante elaborada que curiosamente choca abruptamente con el convulso desorden interior y emocional que sufre la protagonista principal del film, un conflicto de intereses este que sin embargo no resta méritos a la susodicha plasmación visual otorgada por parte de Oldroyd, aquí muy reforzada con un acertado uso de los elementos de vestuario, sin embargo finalmente resulta muy notorio que todo este dispositivo escénico-visual de sitúa muy por delante de lo que es la narrativa utilizada en el desarrollo de los personajes.
La británica Lady Macbeth nos habla a través del drama psicológico de transformaciones, no acontecidas de una digamos forma natural sino más bien forzadas a terminar rompiendo con las normas preestablecidas desde un inicio, una trasformación el de un personaje en un principio inocente que empieza sufriendo una opresión por parte de una sociedad de claros contornos patriarcales y machistas en la Inglaterra del siglo XIX para terminar convirtiéndose curiosamente en una opresora o más bien dicho en una especie de femme fatale de época, derivado todo a través de una tensión dramática de contornos casi hitchockianos en lo relativo a su argumento y que termina manifestándose a modo casi de ejercicio de tono, y en cierta manera de reivindicación, feminista, una exposición está en donde la monstruosidad adquirida da paso a la supervivencia posterior para finalmente dejar en un segundo término la cuestionable moral de los hechos, un juicio ético que en parte parece quedar omitido en un primer instante para dar paso a un estado de casi de rebelión o liberación con la curiosa particularidad de no llegar en ningún momento a posicionarse en lo referente a la ambigüedad de los actos acometidos por parte de la protagonista.
Mención aparte seria el destacar el muy matizado trabajo realizado por parte de la actriz Florence Pugh, un gran activo dentro del film, una interpretación poseedora de un gran impacto físico-emotivo en lo relativo a la dramatización de la propia historia, algo que termina ajustándose muy bien al tono malsano que William Oldroyd llega a otorgar en la puesta en escena del relato, un rol interpretativo este que parece quedar a medio camino entre la despreocupada libertaría y una perversa fémina que transita a través de la locura y lo maquiavélico, unos matices estos que va adoptando conforme va avanzando la trama, consiguiendo sobrevivir en un principio para más tarde entregarse a vivir una pasión que finalmente desembocara en obsesión , aunque algo carente de trascendencia Lady Macbeth termina siendo una por momentos aplicada historia de pasiones llevada al límite, teniendo como principal virtud el aplicar un adecuado rigor estético a través de un estilo en apariencia tan sobrio como frío, algo que en ningún momento parece llegar a entrar en conflicto en lo referente a lo que es el ritmo narrativo con que William Oldroyd dota a la película.
Fue una de las propuestas más estimulantes vistas en la pasada edición del festival de San Sebastián dentro de la sección Nuev@s Director@s, María (y los demás) opera prima tras su cortometraje Pablo: la familia a cargo de Nely Reguera y protagonizada por la ganadora del Goya por su papel en Magical Girl Bárbara Lennieda da conocer su tráiler final que podéis ver a final de página junto a su póster oficial. La película cuyo estreno comercial está previsto para el próximo 7 de diciembre versa a través de las dudas de índole generacional expuestos en el film en modo de una agradable y muy disfrutable comedia dramática.
En María (y los demás) vemos como desde que murió su madre cuando ella tenía 15 años, María ha cuidado de su padre y de sus hermanos. Responsable y controladora, siempre ha sido el pilar de la familia, y se siente orgullosa de ello. Por eso, cuando su padre se enamora repentinamente de su enfermera y anuncia su inminente compromiso, María siente que su vida se desmorona. Con 35 años y sin novio a la vista, deberá atreverse a cambiar su destino.
La película está protagonizada por Bárbara Lennie, José Ángel Egido, Pablo Derqui, Vito Sanz, Julián Villagrán, María Vázquez y Rocío León.
Una mañana en París. Un puñado de adolescentes de diversa procedencia. Cada uno de ellos comienza a ejecutar una extraña danza en el laberinto del metro y las calles de la capital. Parecen seguir un plan. Sus gestos son precisos, casi peligrosos. Se reúnen en el mismo lugar, unos grandes almacenes, a la hora del cierre. París entra en erupción. La noche comienza…
No estaría de más antes de entrar en materia con respecto a Nocturama hacer un pequeño inciso a modo de reflexión acerca del recibimiento especialmente en festivales a un cierto tipo de cine (del cual el film de Bertrand Bonello es un claro integrante) por parte un muy amplio sector de la crítica, ya en la pasada edición del festival de San Sebastián ocurrió esta anómala conducta con películas como High-Rise y en menor medida con el Evolution de Lucile Hadzihalilovic, en este mismo año se vio en Cannes con propuestas como por ejemplo The Neon Demon de Nicolas Winding Refn o Personal Shopper de Olivier Assayas, una serie de films que se salen de un lenguaje y unas coordenadas cinematográficas digamos habituales y en donde una gran parte de esa crítica que acude a certámenes se ve imposibilitada a la hora de asimilar dichos conceptos de una forma instantánea, derivando todo ello en un comportamiento por parte de dicho colectivo aparte de equivocado totalmente desubicado en lo referente a lo que es su apreciación, llegando incluso a la descalificación en muchos casos a la hora de valorar según que películas, no se trata de que guste o no la película en cuestión, faltaría más, sino de intentar adecuar una mirada crítica más acorde y actual o una apreciación cuanto menos más ecuánime, curiosamente muchos de estos films son reivindicados al cabo de muy poco tiempo poniendo de manifiesto el lamentable estado actual de la crítica cinematográfica, un sector este claramente incapacitado a la hora de valorar propuestas que se salen de una tangente temática al uso, un posicionamiento este que en realidad siempre ha estado ahí, lo realmente preocupante es ver como esa nueva crítica o relevo generacional esta tan mal o peor posicionado que la antigua guardia.
Evidentemente Nocturama del francés Bertrand Bonello (Tiresia, L’Apollonide, Saint Laurent) aparte de ser uno de los platos fuertes de la sección oficial del festival de San Sebastián de este año causo una cierta y por momentos algo absurda polémica (sin ir más lejos un conocido crítico no dudo en calificarla en las redes sociales como una película “para tontos”), un film rebotado por su no inclusión en el festival de Cannes debido a lo incómodo y poco adecuado de su premisa, el film no indaga en el extremismo islámico sino más bien en el análisis más puramente psicológico y abstracto del concepto del terrorismo como tal y toda su complejidad moral, una exposición de la revolución a un nivel puramente sociológico, poco sabemos de las motivaciones del acto por parte de los que lo acometen, lo suponemos..un posible hastió y negación global frente a una sociedad que vive a través de un capitalismo voraz, Bertrand Bonello lejos de banalizar con el tema transita a través de la ambigüedad del mundo en el que parecen vivir sus protagonistas, muy visible en su segunda parte, de un tono más inquietante y metafórico si se quiere aunque también algo más irregular en lo concerniente a sus conexiones temáticas, y en donde vemos como los protagonistas entran en un estado de continua espera que por momentos parece interminable, horas atravesadas por una sensación de vacío en ese encierro dentro del centro comercial que sirve a la vez como clara y diáfana alegoría acerca de un lugar destinado al lujo que deseamos pero que no estamos a su alcance, un pensamiento este que curiosamente colisiona frontalmente con el supuesto concepto contestatario del acto cometido por los jóvenes.
Nocturama tampoco tiene la intención de emitir un mensaje o un juicio claro, el film transita básicamente a través de un sentimiento que parece generalizado dentro de un sector de la sociedad actual, Bertrand Bonello no se muestra interesado en juzgar los actos acometidos, no esconde un mensaje oculto alguno dentro de la película, si acaso expone un sinfín de preguntas que lanza al aire pero que ni siquiera sus poderosas y sugerentes imágenes tienen la necesidad de llegar a responder, más bien se nos muestra las contradicciones de dicho comportamiento y todo lo que lo rodea, incluso en lo referente a su conclusión final, el absurdo como concepto expuesto y direccionado más en el cómo que en el porqué, hay una primera parte en la película rodada de forma prodigiosa, dotada de poderosas imágenes y notables largos planos secuencia, aquella en donde los jóvenes protagonistas recorren la ciudad de Paris, un movimiento continuo, ese frenético ritmo físico define a la perfección el estado de indefensión del propio escenario. Nocturama es un portentoso ejercicio de valentía creativa, tan reflexivo como perturbador, una de esas películas en donde se expone a través de lo explícito pero también de lo sutil, de los contrastes y de la ambigüedad formal, de una actualidad en definitiva en donde una nueva sociedad virtual compuesta por un sector de la juventud de hoy en día puede anhelar el mismo deseo de consumismo como de realizar una acción contestataria extrema por muy estremecedor que todo ello nos pueda llegar a parecer.
Neil Jordan es quizás el cineasta irlandés más relevante de su generación. Con más de treinta años de carrera, Jordan posee una extensa filmografía que abarca los más diversos géneros, del «fantastique» al «thriller», pasando por la tragicomedia y el melodrama, sin que por ello se pierdan unas señas de identidad en las que se mezclan aspectos como la identidad y la historia irlandesa, la ambigüedad sexual o la violencia soterrada. A medio camino entre el cine independiente y el fasto hollywoodiense, Neil Jordan es un realizador con una cosmogonía propia no solo por la visión personal que subyace en cada una de sus historias, sino también porque nos permite vislumbrar el complejo equilibrio entre el cine de su Irlanda natal y las obligaciones adquiridas al filmar en los Estados Unidos. En el presente volumen recorremos toda su obra fílmica, tanto cinematográfica como televisiva, e incluimos un anexo dedicado a su faceta de novelista; con ello pretendemos dar una visión global de un artista que reclamaba merecer por fin un estudio completo en lengua castellana.
Autor; Jordi Ardid, Marta Giráldez, Editorial; Ediciones Cátedra, Colección: Signo e imagen, Páginas; 328
El cineasta danés Ole Bornedal que irrumpió con fuerza en el panorama cinematográfico europeo a principios de los noventa con su estimable Nattevagten (Nightwatch) no ha terminado de tener una carrera del todo fructífera en relación a sus posteriores trabajos como director, su último film estrenado en España fue su segunda incursión (después del remake de su opera prima) en Estados Unidos, la decepcionante cinta de terror The Possession, una vez de vuelta a su país de origen y después de obtener un relativo éxito critico en la serie televisiva 1864 nos llega un primer tráiler que podéis ver a final de página de su nuevo trabajo como realizador titulado Small Town Killers, una a priori prometedora comedia criminal negra que tiene previsto su estreno comercial en Dinamarca para el próximo 12 de enero.
Small Town Killers nos explica como en Jutlandia, dos artesanos y amigos están hartos de sus anodinos matrimonios, y sueñan con una vida en solitario en la que poder gastar el dinero negro que tienen ahorrado. Pero los divorcios son caros. Un día, estando borrachos, contratan a un asesino ruso para que acabe con sus esposas; sin embargo, los dos amigos han subestimado a sus esposas, y de pronto son sus cabezas las que tienen una recompensa.
La película está protagonizada por Ulrich Thomsen, Nicolas Bro, Lene Maria Christensen, Mia Lyhne, Søren Malling, Birthe Neumann y Ole Thestrup.
Una chica que se pasa todo el día de juerga en juerga (Anne Hathaway) descubre que tiene una misteriosa conexión con un monstruo gigantesco que está provocando el caos en el otro extremo del globo.
Dentro de la sección oficial del festival de San Sebastián pero fuera de concurso se pudo ver el nuevo trabajo del realizador cántabro Nacho Vigalondo Colossal, su primera película 100% extranjera, un film por momentos inclasificable a nivel genérico pero plenamente consecuente con un imaginario propio que el director español que ya había plasmado en anteriores trabajos suyos, posiblemente una película en donde de una manera más clara quedan reflejadas sus principales virtudes pero también sus evidentes derivas e incluso carencias. Si en Extraterrestre Vigalondo utilizaba una invasión extraterrestre como excusa a la hora de transitar a través de una comedia de tono romántico-absurdo en Colossal tampoco veremos los monstruos que uno espera ver en un film de esta supuesta premisa, aquí se utiliza el concepto del Kaiju-eiga como una simple lectura genérica a modo de concepto-excusa para adentrarse en el posicionamiento de una mujer dentro de una particular sociedad, partiendo de la base de que cuando la protagonista se desmadra o emborracha un gigantesco monstruo mata gente en Seúl, una premisa expuesta como punta de partida a la hora de abordar lo que ocurre cuando las cosas se tuercen y derivan en la crisis existencial de una treintañera o la dificultad de esta a la hora de crecer emocionalmente en el momento de su vida en que percibe un contundente breakdown emocional, un personaje intentando recuperar el control de su vida expuesto a través de un catálogo anómalo, bizarro, extravagante, tan incuestionablemente original como por momentos absurdo.
En Colossal Nacho Vigalondo nos vuelve a contar una historia en donde los personajes nuevamente son lo más importante de ella, una película dotada de un onanismo (que no pedantería desde mi punto de vista) fílmico muy propio, con todo lo que ello comporta, tanto en lo bueno como en lo no tanto, Nacho Vigalondo es un cineasta que pese a manejar una amplísima amalgama genérica tiene las ideas muy claras a la hora de no incidir en temáticas y lugares comunes, asume riesgos creativos con ligera gracia, aquí nos ofrece su peculiar visión de lo que él cree que es una película de kaiju, evidentemente quien espere un tratamiento convencional de la temática Colossal no le dará la claves supuestamente esperadas. Hay interesantes apuntes en la película entre tanta disparidad formal, por momentos vemos como aflora un inteligente uso de espacios y medios de exposición, por ejemplo sólo llegamos a ver a las criaturas a través de dispositivos, ya sean pantallas de televisión, portátiles o teléfonos móviles etc, pero lo que realmente valida una propuesta de las características de Colossal es en como esta abraza el concepto de la demencia y el riesgo formal como pocos cineastas se atreven a hacerlo hoy en día, ese camino escogido con firmeza y determinación por parte de Vigalondo denota una particular inteligencia a la hora de dar salida a tanta referencia cinefilia de serie B y tono extravagante.
Pese a sus evidentes imperfecciones, especialmente en lo referente a su descompensada y algo errática narrativa Colossal también posee la indudable virtud de abordar, a través de un tono que en parte la emparenta al cine indie americano, temas en apariencia supuestamente complejos, a través de esa hilaridad argumental se intenta transitar en lo referente a un supuesto mensaje de naturaleza metafórica, Nacho Vigalondo intenta transitar a través de vías no muy comunes (aunque posiblemente desarrolladas de forma algo irregular hay mucha capas narrativas que invitan a reflexiones interesantes dentro de la películas, maltrato psicológico, machismo, alcoholismo, adicciones, traumas de infancia que marcan irremediablemente nuestra vida ) siendo un realizador que no deja de ser una “rara avis” dentro del actual panorama cinematográfico español e incluso internacional, Colossal es puro funambulismo creativo no apto para todo los paladares, pero en mi opinión infinitamente superior en muchos conceptos a productos supuestamente mainstream dirigidos por directores españoles sin ningún ápice de talento y encumbrados de forma generalizada por campañas invasivas televisivas, un autor que en definitiva y pese a transitar por muchos momentos a través de la cuerda floja se apoya en lo extravagante para ofrecernos un tipo de cine libre de restricciones, algo que se tendría que valorar en su justa medida y más viendo los tiempos de extrema sequía creativa existentes a hoy en día .
Se ha hecho esperar, a solo un mes de su estreno norteamericano (23 de diciembre) acaba de ver la luz de mano de Paramount Pictures un primer tráiler que podéis ver a final de página junto a su póster oficial de Silence la esperada nueva película de Martin Scorsese. El film, un drama histórico- religioso esta co-escrito por el mismo Scorsese junto a Jay Cocks basándose en la novela homónima de Shusaku Endo ya adaptada al cine en 1971 a cargo de Masahiro Shinoda. Silence tiene previsto su estreno en España para el próximo 5 de enero de 2017.
Silence nos sitúa en la segunda mitad del siglo XVII. Dos jesuitas portugueses viajan a Japón en busca de su mentor, un misionero jesuita quien de quien se tiene constancia de haber cometido apostasía después ser perseguido y torturado, habiendo renunciado a su fe. Ellos mismos vivirán el suplicio y la violencia con que los japoneses reciben a los cristianos.
La película está protagonizada por Liam Neeson, Andrew Garfield, Adam Driver, Ciarán Hinds, Tadanobu Asano, Shinya Tsukamoto, Ryô Kase, Sabu (AKA Hiroyuki Tanaka), Nana Komatsu, Yôsuke Kubozuka, Yoshi Oida, Issei Ogata y Ten Miyazawa.
El pintor Youngsoo se entera de que su novia, Minjung, se tomó unas copas con otro hombre y se peleó con él. Esa noche discuten y Minjung sale de casa, diciendo que no deberían verse durante algún tiempo. Al día siguiente, Youngsoo va en su busca, pero no consigue encontrarla. Mientras tanto, en Yeonnam, donde él vive, Minjung, o una mujer que es idéntica a ella, tiene citas con distintos hombres. Youngsoo vaga por las calles y lucha consigo mismo, que es lo mismo que luchar contra el mundo.
Hong Sang-soo pudo por fin pudo desembarcar dentro de la sección oficial (merecido premio al Mejor director) del festival de San Sebastián, autor muy asiduo a otro certámenes de categoría A el director coreano presento a concurso la amarga comedia sentimental Yourself and Yours, un film que se erige como un nuevo e inequívoco bastión dentro de su característica narrativa cinematográfica, aquella en la que a través de la distancia parece no llegar a contar gran cosa cuando en realidad es todo lo contrario.
Hong Sang-soo, todo un maestro a la hora de estructurar sus películas, nos vuelve a introducir en ese pequeño resquicio temático tan característico suyo a través del punto de vista de las relaciones sentimentales de pareja, en Yourself and Yours volvemos a encontrarnos con claros elementos identidarios plenamente reconocibles en toda su obra, alcohol, jóvenes reunidos en un bar alrededor de una mesa, conversaciones de cama, un director de cine y un imperecedero y continuo dialogo a través de un muy característico estilo deudor que parece provenir por momentos de la Nouvelle Vague, como si de un bucle creativo se tratase la obra del realizador coreano vuelve una y otra vez en lo referente a su particular mirada acerca del individuo y su inherente indecisión a la hora de afrontar una relación amorosa-afectiva, todo ello expuesto en modo casi de referencia lúdica, estructurando la escritura de sus relatos en plena consonancia con la percepción de la acción que tienen sus personajes, un estilo este en donde la repetición y las continuas variantes narrativas juegan un papel fundamental. Podemos encontrar estas coordenadas entre otras muchas en la relación de amor-odio del protagonista hacia su supuesta amante que veíamos en The Day a Pig Fell into the Well, también en la certeza o no del amor ubicado a través de la pasión que tiene el personaje principal con respecto a sus dos amantes en The Turning Gate, o en esa relación sentimental que es a la vez autodestruida y regenerada sistemáticamente en Yourself and Yours con la figura de la mujer expuesta de forma epicéntrica en la historia en lo referente a la génesis por el que fluctúa todo su cine y en como esta figura llega a manejar todos los tiempos de una relación, un papel este que es de vital importancia el destacar habida cuenta del contexto social existente en una sociedad tan paternalista y a la vez tan machista como es la coreana.
Posiblemente Yourself and Yours no sea el mejor trabajo de Hong Sang-soo, lo cierto que el listón de su cine se sitúa por méritos propios en un posicionamiento cada vez más alto y por lo tanto más difícil de alcanzar o igualar, algo lejos de poseer el tono tan laberíntico como por ejemplo Tale of Cinema o de adecuarse a unos contornos tan cíclicos y atemporales como en su anterior y magnifica Right Now, Wrong Then, a Hong Sang-soo le basta con muy poco a la hora de construir una serie de fascinantes laberintos argumentales partiendo de la más absoluta cotidianidad en lo relativo al tránsito en donde se posicionan sus personajes, Yourself and Yours evidentemente no es una excepción a esta regla, en base al alcoholismo que sufre la protagonista principal del film vemos como esta llega a desdoblar su propia personalidad en función de estar sobria o borracha, a partir de aquí vemos la capacidad que tiene la necesidad del amor, de sentirse querido para poder reinventarse a modo de curiosa reflexión acerca de lo que solemos exigir a nuestra pareja, las repeticiones y las autoimpuestas segundas oportunidades se añade un elemento tratado en la película como primordial, la propia identidad como vehículo de escapatoria a la hora de afrontar la realidad, e incluso como simple retórica respecto a la posibilidad del verdadero conocimiento del otro yo en referencia a esa otra personalidad subyacente en ciertos individuos. Hong Sang-Soo mantiene con pulso firme un film en apariencia trivial, como casi todo su cine, muy cercano al tono genérico de una comedia de conflictos internos que se precie, pero que se revela como algo mucho más complejo y ambiguo a la vez que sutil, muy visible en su poética escena final, pocos autores de la talla de Hong Sang-sooo ofrecen una visión tan certeramente pesimista a la vez que humorística acerca de nuestra imposibilidad para el amor, Yourself and Yours vuelve a ser una nueva muestra de todo ello.
En plena vorágine a causa del actual estreno de Arrival nos llega el tráiler final, que podéis ver a final de página junto a su póster oficial, de otro film que transita a través de la llegada de alienígenas a la tierra, Attraction (Prityazhenie) película rusa de elevado presupuesto que sin embargo parece situarse de una manera clara más cerca del tono liviano y de puro entretenimiento de películas tipo Independence Day que del film de Denis Villeneuve. Attraction, dirigida y escrita por Fedor Bondarchuk, responsable del ambicioso díptico de ciencia ficción The Inhabited Island 2008-2009 basado en la novela homónima de Arkadi y Borís Strugatski y del drama histórico–bélico Stalingrado 2013 tiene previsto su estreno comercial en Rusia en cines e IMAX 3D para el próximo 26 de enero de 2017.
Attraction nos cuenta como sobre Moscú es derribada una nave alienígena de origen extraterrestre. Esto hace que la mayor parte de la capital quede acordonada, para evacuación a los residentes locales y para que un equipo del Ministerio de Defensa, trate de ponerse en contacto con los llamados «invitados»…
La película está protagonizada por Oleg Menshikov, Rinal Mukhametov, Irina Starshenbaum y Alexander Petrov.
El sexo y el amor pueden resultar frágiles en ciertas regiones donde existen fuertes valores familiares, hipocresía, homofobia y machismo. Una misteriosa joven está convencida de que algo sobrenatural podría ser la respuesta a todos sus problemas…
Era uno de los platos fuertes del cine latinoamericano de este año, vista dentro de la sección Horizontes Latinos del festival de San Sebastián tras su merecido premio al Mejor Director en el pasado festival de Venecia, el mejicano Amat Escalante (Sangre, Heli ) presentaba la esperada La región salvaje, una rompedora y muy particular incursión dentro del género fantástico que transita a través de la cruda realidad mexicana, una realidad esta que según palabras del propio autor ya superó de alguna forma a la ficción, por lo que en parte se ve obligado en buscar respuestas en un ámbito alejado del imaginario social de hoy en día, una película provista de una narrativa que bascula a través de ese realismo cotidiano en donde lo fantástico entra en escena a modo de hibrido genérico, una inusual exploración de nuevos territorios temáticos por parte de uno de los principales talentos del llamado nuevo cine mexicano, en un trabajo en donde sobresale la enorme capacidad del realizador a la hora de construir atmósferas malsanas y en donde se confirma a través de este trabajo una madurez fílmica bastante palpable.
La región salvaje utiliza al igual que lo hacía años atrás el Possession de Andrzej Zulawski (con la que guarda unos inequívocos y muy interesantes puntos de conexión siendo nada casual que en sus créditos finales la película este dedicada al cineasta polaco fallecido a principios de año) la metáfora social incrustada dentro del género fantástico para incidir el devenir en esta ocasión del relato de un país en pleno proceso de autodestrucción moral, un conclave territorial plagado de carencias afectivas e incluso sexuales, en el film todo esto llega a ser expuesto de una casi manera alienante, como de un autoral cuento de sci-fi sexual se tratase Amat Escalante prescinde en algo en esta ocasión del hiperrealismo tan característico visto en anteriores trabajos suyos para exponer en claro modo genérico las pulsaciones más primarias del ser humano dentro de un contexto determinado, un monstruo de tentáculos fálicos venido del espacio (con claras e inequívocas conexiones fisiológicas que la derivan al Hentai ) es utilizado como ente liberador y al mismo tiempo castigador de los males de una sociedad visiblemente enferma en lo concerniente a su moral, un ente alienígena que de alguna manera logra despertar los instintos de sus visitantes hasta convertirlos en un supuesto bastión de una hipotética nueva sociedad, una interacción esta que en cierta manera obliga a ese colectivo a enfrentarse libres de prejuicios a su violencia en este caso sexual en su encuentro con el alienígena, la primigenia idea del sexo como necesidad perentoria a la hora de encontrar la felicidad, en cierta manera ese elemento fantástico es tratado en el film a modo de simbiosis canalizadora existente entre realidad y ficción, la hipocresía, homofobia, misoginia o machismo son síntomas inequívocos de la oscura realidad mexicana de hoy en día, una reflexión acerca del mal aquí vistos a través de un doble juego de espejos en donde el realismo social de la urbe y las personas que lo habitan choca frontalmente con el elemento fantástico e incluso fabulario del bosque como un escenario clave en la historia.
La región salvaje se aleja conscientemente de la película de terror al uso que podemos conocer como tal, lo suyo no es llegar a asustar sino a intentar inquietar a través de la reflexión a la que llegamos mediante el elemento de tono metafórico, es por ello que posiblemente llegue a transitar en lo referente a un inequívoco realismo sucio y en función de una puesta en escena turbadora y atmosférica, una arriesgada y fascinante obra de infinitas lecturas ya sea a un nivel meramente social de tono costumbrista o como simple vehículo para la libre interpretación del espectador en lo referente a su vinculación como obra dramática, en la película asistimos como viene siendo habitual en el cine de Amat Escalante a una mirada que siempre suele recaer en el interior de sus personajes, a través de ellos nos adentramos en el acto de la contemplación como acción inherente a la hora de mostrar los momentos fragilidad existentes en las convulsas relaciones humanas de sus protagonistas. La región salvaje al igual que la muy explícita Tenemos la carne de Emiliano Rocha Mínter deviene como una película clave, fiel representante de esa nueva hornada de jóvenes cineastas que empiezan a emerger en el panorama cinematográfico de Latinoamérica con una fuerza inusitada, y muy especialmente el proveniente de Méjico, un tipo de cine provisto de un catálogo de imágenes nuevas y situaciones ambiguas y sorprendentes en lo referente a su desarrollo narrativo, para el que suscribe esto una de las películas más arriesgadas y rompedoras del presente curso.
Basada en el libro Mediator 150 mg., de Irène Frachon. En el hospital donde trabaja, en Brest (Francia), una especialista en pulmón descubre una conexión directa entre una serie de muertes sospechosas y un medicamento aprobado por el estado. La especialista lucha por su cuenta para que la verdad salga a la luz. Es la historia de Irène Frachon, que destapó el escándalo Mediator.
La película que sirvió como inauguración en el festival de San Sebastián vino de la mano de la actriz y cineasta francesa Emmanuelle Bercot, autora de la anterior y en mi opinión bastante más entonada La tête haute, en La fille de Brest la realizadora se adentra en una nueva muestra de esa retórica acerca de la sempiterna batalla existente entre David contra Goliat, un film que se adentra en los recovecos del cine como posible herramienta de denuncia social expuesto aquí a través de un suceso real acontecido o mejor dicho, el partir a través de una plasmación en donde nos volvemos a encontrar ante la misma historia vista ya quizás en demasiadas ocasiones tanto en la grande como en la pequeña pantalla, en donde vemos a una mujer (la neumóloga Irène Frachon originaria de la localidad bretona de Brest) luchar en solitario contra el sistema, aquí representada en una fallida propuesta cinematográfica que empieza a modo de investigación médica para posteriormente discurrir a través de una denuncia erróneamente ejecutada en lo referente a lo que es su propia tesis, dando cierta sensación de estar el producto más direccionado en esta ocasión en lo referente a las peripecias del grandilocuente personaje principal , una apuesta argumental esta en donde curiosamente tampoco se llega a profundizar de una manera adecuada y convincente.
De alguna manera el punto más a destacar que vemos en La fille de Brest recae en el muy competente trabajo interpretativo a cargo de la actriz danesa Sidse Babett Knudsen (una de las mejores actrices del actual cine europeo, vista por un público mainstream en series de televisión tales como Borgen o la reciente Westworld, aunque su enormidad como interprete quizás adquiera su momento más álgido en la excelente The Duke of Burgundy de Peter Strickland), una interpretación esta que en parte salva al producto de una difícil papeleta al caracterizar con fundamento a un personaje revestido de un trazado excesivamente visceral y explícito en lo referente a lo que es su plasmación, todo ello posiblemente debido a una errónea percepción por parte de la directora de intentar llegar a empatizar con el personaje mediante dicho tratamiento de claros contornos maniqueos, consiguiendo seguramente un efecto contrario al deseado. Sin embargo La fille de Brest denota una falta de riesgo cinematográfico bastante evidente, dando cierta impresión de que se llega a profundizar o indagar en la problemática aquí expuesta de una manera muy convencional algo que la deriva a una carencia absoluta de sutileza en lo referente al subrayado de su narrativa, con una continua sensación de déjà vu, se cumple con cierto rigor en su faceta técnica en base a un ritmo excesivamente sostenido pero sin apenas sorpresas visuales en su haber, saliendo a flote aquella máxima que se basa en que el espectador siempre parece ir un paso por delante de todo lo que se nos va exponiendo, Emmanuelle Bercot para más inri patina sobremanera al querer dotar al conjunto de un supuesto efecto vérité en la historia, aquí representado entre otras cosas por unas crudas imágenes de tono muy explícito dentro del quirófano que llegan a tener una muy difícil justificación a la hora de intentar equipararlas a ese encorsetamiento social en el que parece querer sustentarse la película.
En cierta manera en La fille de Brest hay un visible intento de aproximación temática al cine de Ken Loach, un ligero acercamiento que habla y que de alguna manera quiere introducirnos en esa lucha de minorías contra estamentos, sin embargo sus resultados finales terminan direccionándolo inequívocamente y posiblemente de una forma no deseada por parte de Emmanuelle Bercot a una serie de esquemas más cercanos a ese tipo de cine supuestamente comprometido proveniente en su gran mayoría de Estados Unidos (en donde podríamos catalogar perfectamente como máximo exponente a la nefasta Erin Brockovich de Steven Soderbergh), un tipo de propuestas estas en donde se suele priorizar y enfatizar más la victoria individual y moral de una heroína que previamente ha estado dispuesta a pagar un peaje necesario para poder llegar a hacer justicia a cualquier otro tipo de disección global en lo concerniente a lo que tendría que ser su supuesto discurso social.
Tras haber proclamado “larga vida a la Nueva Carne” en ‘Videodrome’ (1983), David Cronenberg decidió que había llegado la hora de adaptar un relato corto de George Langelaan para culminar su película mutante por excelencia: ‘La mosca’ (The Fly). El trigésimo aniversario de ‘La mosca’ en 2016 nos proporciona la excusa para explorar algunas de las mutaciones más significativas del género de terror a la largo de su historia. En este volumen, el lector viajará por el tiempo de la mano de científicos locos, excéntricos profesores, tipos de dudosa moralidad, bichos y monstruos de diversa índole, desafortunados conejillos de indias, dementes de grado superior y diversos insensatos jugando a ser dioses, que de una forma u otra han participado de las mutaciones más increíbles jamás contadas.
La presente edición ha contado con artículos de Jordi Puigdomènech, Rafael Dalmau, Albert Galera, Manel Calpe, Sergi Sanmartí, Fausto Fernández, Gerard Fossas, Javier Rueda, Israel Paredes, Jaume Claver, David Izquierdo y Quim Crusellas.
Autor; VV.AA, Coordinado por Albert Galera, Editorial; Hermenaute; Páginas; 254
Carter es una solitaria joven que es contratada como cuidadora de una antigua y misteriosa mansión en Manhattan. Pasa la inmensa mayoría de sus horas en soledad y desde ese momento seremos testigos de su descenso al infierno de la locura.
Mickey Keating en poco más de tres años se ha establecido como un cineasta bastante afín y activo en lo referente al género de terror actual, no solo en lo relativo a su vertiente como director sino también en la de guionista e incluso en la de productor de sus propios trabajos, si sus anteriores Ritual y Pod no dejaban de ser leves esbozos de naturaleza poco convincente en lo concerniente a sus postulados, en Darling da un ligero golpe de timón en estilo y temática y nos ofrece un thriller psicológico con elementos de terror con la premisa del aislamiento expuesto tanto a nivel psíquico como físico, algo que la direcciona inequívocamente y de manera poco disimulada a films referencia en dichas líderes como pueden llegar a ser el Repulsión de Roman Polanski o el The Shining de Stranley Kubrick, todo ello barnizado con un estilo de características algo arty y marcado tono alucinatorio, de connotaciones casi experimentales, su fotografía en blanco y negro y un ligero trazo críptico en lo concerniente a su narración así lo atestigua. El riesgo formal asumido por Mickey Keating en Darling es indudable aunque esto no siempre es garantía de éxito, podríamos aseverar sin riego a equivocarnos que nos encontramos ante un producto en donde prima más los que son sus loables y valientes intenciones que lo que termina siendo su resultado final.
Uno de los mayores problemas a la hora de enfrentarnos a un film de las características de Darling reside en su muy endeble guion, no hay una narración argumental valida en lo referente a su desarrollo, estamos ante esa clase de productos en donde cualquier excusa vale para un propósito final, en este caso dado tanto por su inverosimilitud en lo concerniente a varios aspectos de su historia (realmente hay una necesidad real de una cuidadora en la casa) como por la poca profundidad en lo referente a su historia y personajes, tampoco la ambivalencia que quiere dotar Mickey Keating al conjunto llega a ser de un nivel satisfactorio, para crear o sugerir una duda (en este caso lo referente a si realmente la protagonista llega a estar desequilibrada por ella misma o por causa de la casa) se requiere de una consistencia evolutiva por parte del personaje principal (uno de los puntos positivos de Darling es la esforzada interpretación de Lauren Ashley Carter, rostro muy reconocible dentro del género actual) algo que no ocurre principalmente por el tono casi episódico que llega a emplear Mickey Keating a la historia, un irregular lienzo estilístico en donde se llega a abusar en algo del fotograma abrupto como mero vehículo gratuito a la hora de intentar perturbar al espectador.
Darling termina convirtiéndose de una manera clara en un producto fallido por su no posicionamiento estructural, aun así tiene la ligera virtud de pertenecer a esa clase de películas de muy bajo presupuesto que se apartan del consabido trazo convencional genérico en lo referente a lo que son sus propuestas, films como I Am a Ghost o The House on Pine Street (bastantes más superiores al film de nos ocupa) nos recuerdan que aún existen sendas a explorar dentro del género de terror, del talento de su director depende que el riego final asumido sea reconocido para bien, Mickey Keating y su Darling de una forma evidente se queda a medio camino, aun así estamos ante un director inquieto y de naturaleza evolutiva, la relativa buena acogida de su último film en los pasado festivales de Sundance y Sitges de Carnage Park (un nuevo cambio de registro) parece confirmar un nuevo paso adelante por parte de un autor que no convendría perder de vista en un futuro.
Valoración 0/5:2’5
The Eyes of my Mother
Un forastero llega a una apacible granja. Ahí viven Francisca y su madre, una cirujana de origen portugués que enseña a su hija los secretos de la anatomía. La inesperada visita terminará en tragedia y traumatizará, a la par que despertará la curiosidad, de la pequeña Francisca.
El director neoyorkino Nicolas Pesce presento en MolinsTerror una de las películas más esperadas después de las buenas sensaciones y criticas de las que venía precedida tras su premiere en el pasado festival de Sundance y poder verse hace bien poco en Sitges, la estilizada The Eyes of my Mother nos ofrece una particular y muy estimulante visión de horror gótico a través de una mirada autoral tan fascinante como atípica.
Rodada en portugués e inglés y provista de una imponente fotografía en blanco y negro The Eyes of My Mother transita básicamente a través de una pesadilla de contornos minimalistas, su apuesta es tan clara en este sentido que puede jugarle alguna que otra mala pasada como por ejemplo ejercer una cierta sensación de estar más ante un cuidado mediometraje que voluntariamente obvia el profundizar en lo referente de los personajes secundarios, sin embargo la opera prima de Nicolas Pesce (27 años) no llega a desperdiciar ni una sola de sus imágenes, cuidando al máximo todas sus costuras, una pequeña y cuidada pieza de orfebrería de síntesis genérica muy ambivalente, su supuesta catalogación podría ser la de una piece arty de horror de tono malsano, de hecho la historia que nos es contada no es nueva, si lo es en la manera que lo hace, a raíz de un hecho traumático la pequeña Francisca queda marcada en lo psicológico, a partir de ese momento su dañado imaginario anidara a través de una locura de la que ella no parece ser plenamente consciente. The Eyes of my Mother es una de las propuestas más interesantes del presente curso, una apuesta atípica que basa su principal potencial en que su incuestionable buen gusto a un nivel estrictamente técnico y audiovisual no entra en ningún momento en conflicto en lo concerniente al tono retorcido y enfermizo que nos llega a exponer.
Valoración 0/5: 4
K-Shop
Salah regenta una tienda de kebabs junto a su padre, en medio de una transitada calle donde por las noches se reúnen los jóvenes para beber. El padre de Salah se verá envuelto en un fatídico accidente y él solo deberá a tirar hacia adelante con el negocio. Noche tras noche deberá aguantar un desfile de xenófobos, borrachos y especímenes de lo más variopintos, finalmente Salah deberá decidir si poner fin a esta situación o aguantar todo tipo de vejaciones.
La 35 edición del festival de cine de terror de Molins de Rei volvió a proyectar una ópera prima (un denominador común bastante frecuente en el certamen que hay que agradecer) dentro de su sección oficial, K-Shop puesta de largo en la dirección del británico Dan Pringle nos sitúa dentro del subgénero de justicieros con un claro trasfondo de crítica social partiendo como detonante esa Inglaterra de clase moral baja en donde todo tipo de borrachos, racistas y celebridades surgidos de los reality televisivos parecen erigirse como un nuevo status dentro de la actual sociedad. En K-Shop, una especie de versión british del Falling Down de Joel Schumacher con claras reminiscencias al imaginario de Sweeney Todd, hay poco lugar para la ironía o el humor negro a modo de comedia de horror (una lástima, esa tienda de kebabs que de alguna manera absorbe ese extracto de la sociedad para devolverlo en forma de comida podría haber funcionado bien en lo referente a tal concepto), posiblemente Dan Pringle se tome demasiado en serio el discurso moral de una película en donde sus dos horas de duración resultan algo largas, un déficit este especialmente visible en lo referente a varias sub tramas que son expuestas pero ni siquiera desarrolladas, también hay un abuso y reiteración de escenas documentales en donde vemos el desvarió moral que acontece en las calles de la urbe. Aun así K-Shop parte de una premisa al menos interesante, intenta esgrimir apuntes curiosos (esa referencia a Henry Kissinger, o ese retrato de indefensión del inmigrante dentro de una sociedad que lo rechaza), lástima que finalmente solo sean ligeros retazos expuestos en un film al que le cuesta sobre manera encontrar un timing adecuado tanto en lo referente a su narrativa como a la hora de plasmar un discurso.
El realizador irlandés Jim Sheridan, responsable de títulos tan conocidos en los noventa como My Left Foot, In the Name of the Father o The Boxer (aunque un servidor sigue teniendo una especial predilección por la extraordinaria The Field) vuelve después de su algo desafortunada incursión dentro del fantástico con Dream House al terreno de las adaptaciones literarias con cierto pedigrí, The Secret Scripture, cuyo primer tráiler oficial podéis ver a final de página, está basada en la novela homónima de Sebastian Barry. Un film, un elegante drama de época, que tuvo su premier mundial en el pasado festival de Toronto.
The Secret Scripture nos cuenta como Roseanne McNulty está a punto de cumplir cien años, pero no conoce su edad con certeza, nadie la conoce. Roseanne se enfrenta a un futuro también incierto puesto que el Hospital de Roscommon, en el que ha pasado la mayor parte de su vida adulta, va a ser cerrado. Durante las semanas previas a este acontecimiento perturbador, Roseanne conversa con su psiquiatra, el doctor Grene. La vida de Roseanne, reflejada en la bruma de la memoria y del recuerdo, se convierte en un recorrido por la historia secreta de Irlanda.
La película está protagonizada por Rooney Mara, Vanessa Redgrave, Theo James, Eric Bana, Aidan Turner, Jack Reynor, Susan Lynch, Omar Sharif Jr., Tom Vaughan-Lawlor, Pauline McLynn, Elva Trill, John Connors, Nika McGuigan, Laurence O’Fuarain y Antony Acheampong.
“Under the Shadow” nos sitúa en el Tehrán de 1988, cuando la guerra entre Irán e Iraq llega a su octavo año, una madre y su hija son lentamente separadas por las campañas de bombardeos a la ciudad. Mientras intentan sobrevivir juntas al terror un misterioso espíritu maligno las empieza a acechar en su apartamento..
Uno de los films que más expectación ha ido generando tras su paso por el circuito de festivales de genero durante este año fue la iraní Under the Shadow, la opera prima a cargo Babak Anvari coproducida entre Reino Unido, Qatar y Jordania tiene la virtud de exponer un compendio hacia el terror que queda equilibrado de manera notable a medio camino entre la clara alegoría socio-política y el relato folclórico tradicional de tono sobrenatural.
A la hora de hablar de Under the Shadow se le ha remitido de forma constante al Babadook de Jennifer Kent, lo cierto de que aparte de partir de una premisa bastante parecida, una joven madre e hijo-a aislados ante una amenaza sobrenatural la mirada de ambas es bastante diferente, si la cinta australiana se direccionaba más hacia el trauma psicológico aquí nos encontramos ante un drama doméstico de contornos casi intimistas revestido de cuento de terror que contextualiza su acción durante la guerra Irán-Irak. Babak Anvari indudablemente sabe cómo generar atmósferas opresivas, ya sea a través del uso depurado de las claves del género o como espejo de las asfixias sociales representadas en el film en base a fracturas de las sociedad iraní de la época, sin embargo hay momentos en que uno tiene la clara sensación de que Under the Shadow entra en un claro conflicto a la hora de asimilar o conjugar ambas percepciones, se agradece que ese denominado tren de la bruja funcione a modo de vehículo hacia la inquietud como funcional elemento genérico, por el contrario uno echa en falta un mayor grado de sutileza en lo referente a exponer su supuesta metáfora ideológica, hay tramos en el film en donde quizás no hacía falta poner con tanto énfasis el acento, aun así Under the Shadow por su condición de relato de puro terror de clara naturaleza bicéfala deviene como una de las óperas primas más vigorosa y estimulante del presente año.
Valoración 0/5: 3’5
Tear Me Apart
Abandonados por la sociedad surgida del colapso de la civilización tal y como la conocemos, dos hermanos (Frazer Alexander i Alfie Stewart) es ver forzados a vivir por su cuenta y riesgo en medio de un Cronwall desierto y salvaje. A pesar de que el mayor (Alexander) intenta mantener un cierto grado de humanidad en su supervivencia, el menos (Stewart) cae en el canibalismo atacando a los viajeros solitarios y devorándolos para sobrevivir. Hasta que Molly (Jennie Eggleton) apareció en sus vidas, no habían conocido a ninguna mujer, cosa que lleva sus instintos masculinos básicos y sus emociones afectivas al límite.
La ópera prima del realizador Alex Lightman Tear Me Apart nos sitúa en un escenario post-apocalíptico para ofrecernos un producto que se aleja del survival de acción al uso bastante habitual en este tipo de films para adentrarse en un drama de tono minimalista provisto de un trazado narrativo algo lento que aborda básicamente una serie de cuestiones éticas que han de afrontar una serie de personajes ubicados dentro de un escenario extremo, en cierta manera la premisa de la que parte Tear Me Apart no es muy diferente a la de Z for Zachariah de Craig Zobel o de The Survivalist de Stephen Fingleton, tres únicos personajes que se debaten entre luchar por intentar conservar la poca humanidad que parece quedarles o dejarse llevar por sus instintos más básicos (en este caso representado en el film por la necesidad de recurrir al canibalismo), todo ello aderezado con algún que otro toque filosofal en su argumento que remiten a claros ecos de Adán y Eva en lo concerniente su conclusión, eso sí desarrollado a un nivel bastante más modesto en lo referente a lo que son sus recursos económicos y en donde las por momentos loables y esforzadas intenciones que denota a la hora de intentar crear un discurso propio a cargo de de Alex Lightman sirven para salvar en parte la extrema modestia en la que se fundamenta un producto de las características de Tear Me Apart.
Valoración 0/5: 2
Lake Bodom
La peor pesadilla de un campista se hizo realidad en el lago Bodom en 1960, cuando cuatro adolescentes fueron apuñalados hasta la muerte mientras dormían en su tienda de campaña. Ahora, cincuenta años más tarde, otro grupo de campistas revivirán aquellos hechos…
El finlandés Taneli Mustonen presento en TerrorMolins el slasher Lake Bodom, un film con y en cierta manera para adolescentes que se adentra en dicho subgénero con esa peculiar visión del concepto tan característica en este tipo de películas proveniente de los países nórdicos, una transmutación territorial de la temática que no deja de ser algo curiosa a la hora de compararla al partir de una génesis con unos claros fundamentos y denominación de origen norteamericano. Lamentablemente esa mirada solo conseguimos apreciarla parcialmente en lo referente a sus formas y no en su contenido, paradójicamente Taneli Mustonen en Lake Bodom parece querer salirse de la tangente de esa previsibilidad ofreciéndonos un par de vueltas de tuerca en su argumento a la hora de intentar dentro de lo posible sorprender a la audiencia, sin embargo estos giros en su trama aparte de llegar algo tarde se acercan más a una cierta incredulidad especialmente visible por su falta de credibilidad que al efecto sorpresa en sí mismo, dando la sensación de estar ante un producto que en líneas generales denota ser muy errático y en donde para más inri cuando intenta abordar de manera muy breve y mediante unos repetitivos flashbacks algún que otro elemento dramático en su historia como el bullying lo hace de forma muy desacertada en lo concernientes a lo que son sus formas.
Miles Grissom tiene un pánico irracional a la muerte. Por ello ofrece una recompensa monetaria bastante suculenta para quien le dé una prueba irrefutable de si tras la muerte hay algo más, o si de lo contrario una vez se acaba nuestra vida no hay un siguiente paso.
Segundo trabajo tras las cámaras del dueto formado por Jesse Holland y Andy Mitton responsables hace unos años del muy curioso y nada despreciable found footage YellowBrickRoad, en We Go On nos ofrecen una por momentos muy peculiar ghost story narrada de forma poco convencional. We Go On es puro cine independiente low cost en toda su esencia, un film que en cierta manera funciona como dos películas dentro de una, tenemos una primera parte que nos es expuesta casi a modo de thriller psicológico de tono obsesivo en donde vemos como traumas y fobias de varias índole transitan a modo de eje argumental en lo referente a su historia, y una segunda parte de tono mucho más genérico y por lo tanto más explícita en lo referente a su contenido, que bebe de forma nada disimulada del concepto argumental visto en The Sixth Sense de M. Night Shyamalan. We Go On tiene la particular virtud de intentar explicar una historia que aunque ya vista en multitud de ocasiones en la gran pantalla no es contada aquí desde una perspectiva algo original, una virtud esta que al mismo tiempo consigue que sus evidentes carencias (presupuestarias o interpretativas principalmente) queden situadas en un segundo término.
https://youtu.be/VURXPtrH7aA
Valoración 0/5: 3
The Unseen
Bob sufre una extraña enfermedad por la cual escoge alejarse de su mujer e hija. Pero cuando su hija se vea envuelta en un secuestro, Bob deberá volver a su pueblo y hacer frente la cruda verdad, pues es portador de una enfermedad que lo está haciendo desaparecer lentamente. Para salvar a su hija será capaz de todo y nada ni nadie podrán detenerlo.
La ópera prima del realizador Geoff Redknap revisita el personaje clásico del hombre invisible pero otorgándole aquí un cariz genérico que puede llegar a confundir por momentos al aficionado del fantástico predispuesto a una visión algo diferente de la que finalmente vemos en el film. Básicamente porque en The Unseen nos encontramos ante drama familiar en donde se incide mucho en una traumática relación paterno filiar, de hecho el elemento fantástico de la invisibilidad (abordada aquí casi a modo de enfermedad degenerativa y principal causa de dicha ruptura familiar) no deja de ser una mera excusa argumental a la hora de abordar un drama de relaciones con alguna que otra endeble deriva que la direcciona ocasionalmente hacia el thriller. The Unseen termina siendo una esforzada película con cierto aroma al cine de los ochenta, poseedora de un acabado técnico bastante pulido y aceptable dado su bajo presupuesto pero que por momentos se ve claramente afectada en su narrativamente por una indecisión genérica a la hora de abordar según que tramos de su historia, una carencia esta que por momentos llega a ser bastante visible.
https://youtu.be/HDJT8sQfF0E
Valoración 0/5: 2
Let Her Out
Tras sufrir un accidente, Helen comenzara a sufrir pesadillas, pequeñas pérdidas de memoria y alucinaciones. Después de una visita al doctor, este le detecta que tienen un tumor benigno que no es otra cosa que restos de su gemela. Este descubrimiento no hará sino que volver más paranoica a Helen que cada vez estará más convencida que su gemela nonata esta junto a ella.
De la mano de la productora canadiense Black Fawn Films (Bite, Antisocial, The Drownsman) nos llegó la muy explícita Let Her Out, otro modesto film que se adentra de lleno en el subgénero del denominado body horror movie de la mano del realizador Cody Calahan (Antisocial 1 y 2), una película que aborda la premisa del desdoblamiento de la personalidad (muy a la manera de La Mitad Oscura de Stephen King) a través de ese supuesto e infernal gemelo onírico expuesto en el film desde una perspectiva de claro tono feminista y dotada de una generosa dosis de gore, algo que en cierta manera hacen que el producto sea relativamente disfrutable en lo referente a su total carencia de sutileza en su historia o en no llegar a caer en una posible concesión a la hora de intentar ironizar de alguna manera con su argumento, en Let Her Out no hay lugar para dobles lectura o posibles metáforas, la película no deja de ser una serie B de trayecto muy directo y agresivo, dotada de una saturada visualización provista de una gran cantidad de luz de neón en su puesta en escena, pero también y por muchos momentos muy deslavazada narrativamente y poco compacta en lo que es su conjunto, paradójicamente es ahí en esa deriva cuando de alguna forma la película llega a funcionar como un mero y simple disfrute fan a modo y consonancia con el desvarió mental que sufre la protagonista.
Ryota vive en el pasado, en sus momentos de gloria como premiado autor. Tras divorciarse, gasta en las carreras todo el dinero que gana como detective privado y no puede pagar la pensión alimenticia de su hijo. Tras la muerte de su padre, trata de retomar las riendas de su vida y hacerse un hueco en la de su hijo. Un inesperado tifón obligará a toda la familia a pasar la noche juntos en casa de la abuela y les dará la oportunidad de reencontrarse.
La nueva película de Hirokazu Kore-eda, un habitual del certamen Donostiarra, volvió a estar presente un año más dentro de la sección Perlas del festival de San Sebastián tras su paso por Cannes hace unos meses, After the Storm vuelve a incidir en el temario costumbrista de estilo y tono sereno tan característico en el director nipón, en esta ocasión a través de una particular reflexión acerca de la felicidad por parte de una familia desestructurada, todo ello expuesto mediante el choque cultural entre el viejo y el nuevo Japón con todo lo que ello puede conllevar, no llegar a ser una tesis nada gratuita el comparar el cine de Kore-eda con el de los maestros Yasujiro Ozu y Mikio Naruse, todas son perspectivas cinematográficas que salvando las lógicas distancias entre ellas parecen a primera vista transitar sobre un mismo tipo de esquema o temario en lo referente a su construcción cuando en realidad cada vez nos hablan lo hacen de algo completamente diferente a lo que anteriormente habían expuesto.
Hirokazu Kore-eda logra en After the Storm mantener a fuego lento una narración que parece transitar en lo relativo a la melancolía adyacente en la historia de una familia con evidentes problemas afectivos que se reúne casualmente y de manera algo forzada en casa de la abuela a causa de un tifón, una situación está que fuerza al refugio actuando este como claro ente afectivo en donde las relaciones paternofliales llegan a su más plena intensidad durante el cenit del fenómeno meteorológico como modo de entender y orientar unas transitorias vidas que parecen estar salpicadas de pequeñas epifanías sobre el devenir de sus propia existencia a través de un tratado acerca de la complejidad y los subtextos existentes en toda actividad cotidiana que se precie, pero muy especialmente en el retrato de ausencia de un ser allegado, ya sea por fallecimiento o por un simple imperativo a la hora de seguir formando parte de la vida familiar como le ocurre a nuestro protagonista.
Aquí el tratado que nos propone Kore-eda vuelve a funcionar en base a una serie de simpáticos y amenos diálogos en donde llega a ser del todo imprescindible una predisposición concienzuda en llegar a confiar a todo tipo de comunicación en lo referente a los diálogos de sus personajes, la premisa de la que parte y discurre la narración sigue siendo la misma vista en anteriores trabajos suyos, transitar en base a una sencillez y sutileza en lo referente a un argumento que nos deriva finalmente hacia lo emotivo casi sin darnos cuenta, esa profundidad emocional de la que está dotada la película adquiere una importancia muy a tener en cuenta, básicamente porque After the Storm no es el mejor trabajo de Hirokazu Kore-eda, esta parece situarse un peldaño por debajo con respecto por ejemplo a Still walking o Our Little Sister, en el film vemos claramente cómo se alargan innecesariamente algunas subtramas que parecen no conducir a ninguna parte, sin embargo pese a tener uno la sensación de estar ante un trabajo algo menor por parte de su director el film a la hora de argumentar su historia denota sobradamente el talento y conocimiento de un creador que posee una capacidad innata a la hora de crear momentos íntimos a través de la sutileza y sencillez, una incuestionable habilidad que ya quisieran para ellos muchos directores que sustentan sus trabajos a través de las pautas más comunes de la comedia dramática, porque a fin de cuentas estamos ante un autor que sigue siendo muy fiel a la exposición de sus retratos, en donde no llega a deformar en ningún momento la virtud que mejor llega a caracterizarle como autor, el reflejo de la honestidad plasmada en la cotidianidad vista a través de la crónica costumbrista de una familia cualquiera.
Del 11 al 20 de noviembre está teniendo lugar la 35 edición del festival de Cine de Terror de Molins de Rei, uno de los certámenes de género fantástico más veteranos del país que ha fundamentado sus señas de identidad durante todos estos años en su conocido maratón de 12 horas. En estos últimos años ha habido una voluntad muy palpable por parte del festival de intentar crecer dentro de sus limitadas posibilidades (continua, seguramente para bien, siendo un pequeño evento que funciona en base al entusiasmo casi desinteresado de quienes lo organizan). Entre otras cosas TerrrorMolins ha pasado en estos últimos años a ser miembro de la Federación Europea de Festivales de Cine Fantástico o de tener una sección de largometrajes a competición, del mismo modo en la presente edición se han incrementado los días de duración del certamen a nueve y aprovechando el leitmotiv (mutaciones) de este año y acompañado con las proyecciones de las películas The Fly de David Cronenberg coincidiendo con su 30 aniversario y The Man with the X-ray Eyes de Roger Corman el festival ha tenido para bien el editar su primer libro oficial Puede ser contagioso. Las mutaciones en el cine de género. Una edición la de este año también tiene la novedad de contar con una inauguración y clausura propias, si el próximo viernes 18 se proyectara a modo de cierre el The Neon Demon de Nicolas Winding Refn la apertura de este año corrió a cargo del debut en la dirección de Kurro González La madriguera.
Debido a un suceso trágico, Carlos, un escritor de éxito, pierde las ganas de escribir y se encierra en casa, pero la editorial insiste en que cumpla su contrato. Al verse incapaz de salir de esa situación, su editor decide enviarle a Caterina, una joven ayudante que admira su trabajo. Su presencia hace que Carlos recupere cierto orden, y le empuja a realizar verdaderos esfuerzos para superar los miedos que le paralizan. Carlos ve en Caterina la oportunidad de concluir su novela, y no está dispuesto a dejarla marchar… Nunca.
Hace bien poco hablábamos de Pet segundo trabajo tras las cámaras de Carles Torrens a propósito de su reciente pase por el festival de Sitges, en la presentación previa a la proyección este a modo de curiosa advertencia alertaba al público de no tomarse excesivamente en serio la historia de iban presenciar, posiblemente debido a su muy juguetón guion, La madriguera al igual que el film de Torrens parte de una premisa bastante parecida, el secuestro o rapto expuesto a modo de thriller psicológico bajo una escenificación de claro trazado minimalista, una premisa llevada a cabo en multitud de ocasiones a la gran pantalla y cuya piedra angular seguramente sea la magnífica The Collector de William Wyler. La referencia antes citada al film de Carles Torrens con respecto a La madriguera viene dada en base al posicionamiento diametralmente opuesto entre ambas pese a partir de una premisa casi idéntica, si Pet incidía en el consabido juego entre el gato y el ratón aderezado con un curioso cambio de roles en lo referente a sus personajes la opera prima de Kurro González se decanta más hacia la exposición del retrato de un perfil psicológico en su vertiente más puramente dramática.
No deja de ser meritoria la muy modesta en medios apuesta llevada a cabo por Kurro González y Francisco Conde (actor principal, guionista y productor) en La madriguera un film en donde se apuesta por un retrato de personajes que transitan a través del miedo heredado a través de un hecho traumáticoy como este actúa como percutor de conductas desviadas, sin embargo es algo visible que en la película hay un conflicto evidente entre su clara apuesta por la dramatización de sus personajes y el generar tensión a través de sus actos, ese posicionamiento en tierra de nadie entre el drama y el thriller en donde se sitúa por momentos La madriguera es muy visible en una narración algo irregular que le cuesta encontrar el ritmo adecuado especialmente en su primera parte. Aun así y pese alguna que otra deriva más La madriguera tiene la particularidad y la ligera virtud y en cierta manera su propia razón de ser en no ser una película al uso de secuestros que incida en lo manido de su trama, algo que la direcciona en la actualidad en ser casi un producto de naturaleza algo atípica, hay una voluntad muy manifiesta en sus responsables en retratar perfiles y comportamientos psicológicos y situarlos en base al uso de un acertado espacio escénico de tono opresivo en detrimento de caer en la tentación de adentrarse en lo gratuito del golpe de efecto argumental , algo muy característico en este tipo de películas, de hecho en las escasas escenas en donde aparece una inevitable violencia se huye conscientemente de visualizar lo explicito, toda una declaración de intereses que de alguna manera e independientemente de su resultado final siempre es un posicionamiento que se llega a agradecer.
Primer avance en forma de tráiler que podéis ver a final de página junto a su póster oficial del documental Beware the Slenderman. A través de la HBO Documentary Films y dirigido por Irene Taylor Brodsky que según sus propias palabras el documental refleja no sólo en el efecto que Internet tiene en nuestras acciones en la vida real, sino también la forma en la que la era digital satura hasta límites insospechados la imaginación y el comportamiento de nuestros hijos. Beware the Slenderman que tuvo su premier mundial el pasado mes de marzo en el Festival South by Southwest se estrenará el próximo 23 de enero de 2017.
Beware the Slenderman nos contará los orígenes de este terrorífico mito de forma alargada que carece de rasgos faciales con un rostro solamente blanco surgido a través de Internet en el año 2009 en donde apareció por primera vez en un concurso de personajes paranormales en el portal Something Awful y cuya popularidad ha ido en aumento desde aquel momento. De hecho, ya se rumorea la preparación de una película en Hollywood sobre el personaje, pero este documental se centra en el terrorífico caso real de Morgan Geyser y Anissa Weier, dos niñas que en 2014 decidieron apuñalar hasta en 19 ocasiones a una compañera de clase por según ellas la influencia de Slenderman, después del incidente las chicas fueron encontradas a kilómetros del cuerpo, vagando en pleno bosque en busca de la supuesta mansión de Slenderman.
Cuando misteriosas naves espaciales aterrizan en diferentes lugares del planeta, un equipo de élite liderado por la experta lingüista Louise Banks (Amy Adams) es reclutado para investigar. Mientras la especie humana se encuentra al borde de una guerra global, Banks y su equipo buscan respuestas a contrarreloj, y para encontrarlas, Banks correrá un riesgo que podría amenazar su vida y posiblemente a la humanidad.
Había la sensación (algo infundada) de que la primera incursión de Denis Villeneuve en el cine de ciencia ficción podía servirle a modo de preparatoria con vistas al rodaje de la muy ambiciosa Blade Runner 2 a modo de una especie de primera toma de contacto dentro de un género como el fantástico que antes no había abordado, algo en parte que no tendría que ser motivo de duda por parte de un público escéptico, solo hace falta detenerse de forma muy breve en la asimilación de géneros llevado a cabo por Villeneuve en sus últimos trabajos como por ejemplo Enemy, Prisoners o Sicario para darse cuenta de que su cine no transita solo a través de una única vía en lo referente a conceptos genéricos, Arrival, drama adulto de ciencia ficción en donde prima lo cerebral y emocional está basada en la adaptación algo libre del relato corto de ciencia ficción especulativa “The Story of Your Life” del escritor Ted Chiang, un film que se pudo ver con anterioridad en el festival de Venecia y que clausuro este año la sección Perlas del festival de San Sebastián. Arrival no solo es posiblemente la mejor película vista este año por lo que respecta a un servidor sino que además pone el listón muy alto, quizás demasiado, en lo referente a los futuros trabajos del director franco-canadiense.
Arrival protagonizada por una incuestionable Amy Adams no deja de ser un rotundo triunfo como concepto genérico, ciencia ficción de primer nivel provista de ambiciosas y múltiples tesis, en un film en donde el epílogo se erige como algo primordial al moldear y darle un sentido a todo lo antes expuesto, una reflexión acerca de los límites del conocimiento humano que quizás llegue a cometer el ligero error de apoyarse en una vasta sobreexposición de los hechos que acontecen en una película de naturaleza fascinante, que no nos habla de invasiones extraterrestres sino de reflexiones transcendentales a través de ellas, a medio camino entre el drama psicológico y la ciencia ficción de tono minimalista y tesis existencialista el film está plagado al mismo tiempo de un variado catálogo de ecos y destellos que nos remiten al cine de Stanley Kubrick, el film nos plantea la celebración de la comunicación como herramienta de claro sostén político-social, indagando de la misma manera en su repercusión a través de la moral y de la futura existencia de la humanidad en base a la exposición de diferentes conceptos como los científicos, lingüísticos o filosóficos.
Denis Villeneuve (maestro a la hora de crear ambientes perturbadores a través del sonido, ojo a esa resolución musical a cargo de Johan Jóhannsson en la primera incursión en la nave extraterrestre) tiene aparte la virtud de contar con la inestimable ayuda del guionista Eric Heisserer de no llegar a perder la noción de la verosimilitud del relato en ningún momento de la narración, llegando a basar su poderosa solidez narrativa en la fuerza que le otorga las propias imágenes en relación a algo tan básico como son los sentidos. Inevitablemente viendo un film de las características de Arrival surgen de una forma espontánea un catálogo de referencias comparativas que nos direccionan al momento no sin razón al cine de Terrence Malick y al Interstellar de Christopher Nolan, evidentemente hay una clara conexión en lo relativo al trazado mesiánico y místico que fundamenta el imaginario del cine de Malick, pero también existe una clara similitud con Interstellar, si Nolan en ella indagaba en diversas teorías cuánticas y el concepto de la relatividad Villeneuve nos habla del poder de la lingüística y una nueva percepción que podemos tener del tiempo, en este caso los parentescos van más direccionado en lo referente a su personaje principal, el retrato de Amy Adams que vemos en Arrival se asemeja al interpretado por Jessica Chastain en Interstellar, a la ecuación podríamos sumarle perfectamente el de Eleanor Arroway protagonizado por Jodie Foster en el Contact de Robert Zemeckis, todos ellos son personajes solitarios por algún u otro motivo, que nos sirven de guía a través del relato a la hora de afrontar unas experiencia de claro tono intimista que basculan en lo referente a su enfrentamiento hacia lo desconocido, personajes dotados de un inherente coraje a la hora de lanzarse a un vacío lleno de interrogantes que al inicio, al igual que ellas, no comprendemos y que intentamos buscarle un sentido. Arrival deviene como una fascinante obra destinada no solo a ser la mejor película de vista en este 2016 sino también a ser una pieza clave y referencial a la hora de entender la evolución de la ciencia ficción en el cine de un futuro inmediato.
Para algunos el cine es la gran fábrica de la fantasía. Para otros, por el contrario, el cine es una verdad repetida veinticuatro veces por segundo. Quién sabe. Quizá todos tengan parte de razón, quizá el cine sea ese lugar, tan parecido a los mitos antiguos, donde la verdad y la acción se hacen una. ¿Y qué mejor caldo de cultivo para las leyendas urbanas? El mundo del cine ha sabido crear y recrear sus propios mitos de celuloide de manera inmejorable y con ellos ha abordado todos los géneros: los hay cómicos, trágicos y tragicómicos; los hay auténticamente terroríficos y, por supuesto, los hay con una gran X para los mayores de dieciocho.
Héctor Sánchez ha investigado y nos relata las mejores leyendas urbanas, bulos y demás malentendidos relacionados con las grandes figuras y películas de la historia del cine. Todos estos episodios están narrados con un preciso conocimiento hasta de los más mínimos (y a veces escabrosos) detalles, pero también con el humor que requiere la ocasión, y David Sánchez ilustra cada una de las historias de forma incomparable.
De modo que el lector se encontrará con muertos en pleno rodaje (pero de los que no se levantan) y con actores que renacen de sus cenizas e incluso de sus tumbas; secretas adicciones y también inverosímiles habilidades sexuales de las que abren las puertas de Hollywood; mafiosos de los de verdad que entran y salen de escena junto con grandes presidentes que consiguen también su papel; sesiones de maquillaje literalmente letales y películas que bien se ganaron el apelativo de malditas; duelos de directores (cuando no peleas en el barro) y escaramuzas de grandes divas sin escrúpulos; falsos rodajes y también, por supuesto, rodajes en falso; tórridas imágenes subliminales escondidas en los más tiernos largometrajes, e incluso orgías con enanos… Un alucinante recorrido por la historia secreta y paralela del séptimo arte. Bienvenidos a la otra verdad del cine.
LAS HISTORIAS DE ESTE LIBRO
El inimitable Charlie Chaplin • Buster Keaton, prohibido reír • Bela Lugosi, las mentiras de un vampiro • Un pequeño ahorcado en El mago de Oz • Clark Gable, un paseo por la acera de enfrente • Errol Flynn, no disparen al pianista • Lo que no se dijo en Casablanca • James Dean, una vampira y la venganza del Pequeño Bastardo • Psicosis, el secreto mejor guardado • Los Kennedy las prefieren rubias • Bette Davis vs. Joan Crawford: duelo de arpías • Un mortal baño dorado La redención de John Ford • Walt Disney, una biografía alternativa • Jayne Mansfield, la rubia que perdió la cabeza por Satán • La semilla de Charles Manson Una odisea en el plató • Una cabeza de caballo para la eternidad • Por favor, que alguien llame a un exorcista • Bruce Lee, el ocaso del Dragón• La profecía, el número del Demonio • Groucho, discúlpenle si no se levanta • El mayor secreto de una galaxia muy, muy lejana • Poltergeist, los espíritus ya están aquí • Jamie Lee Curtis, ¿ha sido niña o niño? • Blade Runner y el riesgo de anunciarse en Los Ángeles en 2019 • Bienvenidos al depravado mundo de Disney • ¿Monopatines que no necesitan ruedas? ¡Qué fuerte, Doc! • Woody Allen, yo soy mi suegro • Y la ganadora es… Marisa Tomei. O no • Brandon Lee, la caída del Cuervo • El misterioso maletín de Pulp Fiction • La verdad que se esconde en Fargo
Autor; Héctor Sánchez y David Sánchez, Editorial; ERRATA NATURAE; Páginas; 304
Londres, 1880. Una serie de asesinatos sacuden el ya de por sí peligroso distrito de Limehouse, y los vecinos comienzan a conjeturar que tan monstruosos crímenes solo pueden ser obra del Golem. Desesperada, la policía pone al experimentado detective Kildare al frente de la investigación.
Juan Carlos Medina fue el encargado de clausurar la presente edición del festival de Sitges, después de su muy válida opera prima Insensibles 2012 (otra estimulante revisitación en clave fantástica de la guerra civil española) presento la película The Limehouse Golem, su primer trabajo en lengua inglesa que adapta la prestigiosa novela de Peter Ayckroyd Dan Leno and the Limehouse Golem, un film que fundamenta prácticamente sus únicas virtudes en un esforzado diseño de producción a la hora de recrear una lúgubre atmosfera ubicada en el Londres de finales del siglo XIX.
The Limehouse Golem tiene básicamente su razón de ser como un producto de naturaleza algo atípica dado los tiempos que corren, un thriller de época victoriana con ciertas reminiscencias góticas que bebe de la trama detectivesca y que incorpora en su narrativa conceptos genéricos y reverenciales tales como Jack el destripador, el golem, el mítico monstruo surgido de la mitología judía o que su protagonista se llame Lizzie Borden, una premisa en definitiva que no es algo muy habitual de ver hoy en día en el cine, sin embargo este envoltorio ciertamente atractivo expuesto a medio camino entre lo romántico y lo barroco se queda solo en eso, un enunciado provisto de una factura y una puesta en escena ciertamente impecables que no llega a disimular un muy torpe guion a cargo de Jane Goldman que denota una previsibilidad bastante manifiesta a la hora de abordar su conclusión, una película que en definitiva se sitúa en unos barómetros en lo referente a su valía artística bastante limitada, un ejercicio correcto pero desprovisto de esa substancia necesaria a la hora de llegar a trascender.
Valoración 0/5: 2
Voyage of Time
“Voyage of Time” es un documental existencialista sobre la naturaleza, un apasionante recorrido por la historia de la vida, desde su creación hasta día de hoy, con imágenes entre otra muchas cosas más de medusas, embriones de cocodrilo, nebulosas, un enorme cañón en Utah y Ganímedes, la luna de Júpiter.
Terrence Malick dirige su mirada al inicio de los tiempos con el documental Voyage of Time, una exploración de connotaciones más estéticas que informativas y en donde la visión de clara naturaleza poética y cósmica por parte del director norteamericano nos sitúa en una especie de tratado por momentos algo pretencioso acerca de la historia de la vida, que en cierta manera incluso se puede ver como un apéndice documentado y onírico de sus The Tree of Life, To the Wonder y Knight of Cups.
Posiblemente el mayor problema de Voyage of Time radique en la decisión de guiarnos a través de unas palabras que no llegan a estar en a la supuesta altura y trascendencia de sus imágenes ni tampoco del poder hipnótico de sus sonidos dando cierta sensación de que dicho texto hablado existe como un mero anexo o adorno más dentro un hiperbólico decorado, pero también hay un grave problema de fondo en el documental que llega a ser por momentos muy visible a lo largo de todo su metraje, en el podemos apreciar como Terrence Malick lejos de conformarse con ofrecernos un documental de naturaleza sugerente aspira a abarcar todo el concepto de la existencia como tal, con todo lo que ello implica a la hora de situarse en las antípodas de ese sostén narrativo que explora el cine como síntesis de la emoción, es quizás por esta cuestión por lo que los seguidores incondicionales al cine de Terrence Malick se puedan sentir algo decepcionados ante un producto de las características de Voyage of Time, situándose de alguna forma como película- antítesis de la propia inventiva de su autor, ofreciéndonos en esta ocasión un film más diseñado para un público de naturaleza más contemplativo que asociativa, posiblemente desde otra mirada autoral Voyage of Time encontraría de alguna manera su razón de ser, sin embargo proviniendo de alguien como Malick esta denota una falta y una pérdida de ambigüedad en favor de generar un vacío conceptual ciertamente decepcionante por tratarse de quien se trata.
Valoración 0/5: 2’5
Dearest Sister
Nok abandona su aldea en dirección a la gran ciudad. Allí se instala en casa de su prima Ana, recluida a causa de una extraña enfermedad que la está dejando ciega y que también la enfrenta a violentos encuentros sobrenaturales, tras los cuales farfulla una serie de números que anticipan los boletos ganadores de la lotería. ¿Será capaz Nok de enriquecerse a costa del tormento de su prima?
Toda una estimulante sorpresa resulto ser la película Dearest Sister vista en la sección Noves Visions, un film proveniente de una cinematografía prácticamente inexistente como es la de Laos, y que para más inri está dirigido por una mujer, Mattie Do, la primera fémina en dirigir una película en dicho país con su anterior opera prima Chanthaly (2013).
Dearest Sister transita a través del drama mundano de connotaciones realistas en donde nos adentramos en una especie de terror de claro trazado psicológico a través de un hecho fantástico que nos es expuesto en el film casi a modo de MacGuffin. Mattie Do parece más interesada en mostrarnos ese devenir dramático en sus personajes ubicados y reflejados dentro de un significado cultural especifico que en desarrollar ese elemento de género de una forma convencional, y es aquí en donde Dearest Sister valiéndose de una mirada de claro tono femenino gana enteros y en cierta manera su propia razón de ser en lo referente a su condición de producto que nos da una visión genérica un tanto inusual a través de una inquietante narrativa que conjuga historias de fantasmas clásicos fusionados con el folklore local de Laos para ofrecernos un cuento de naturaleza impredecible y por lo tanto especialmente espeluznante en lo referente a sus expectativas, debajo de esta ghost story nos encontramos ante una interesante exploración de esa intersección entre la cultura occidental y la de Laos, en la películas podemos ver diversos apuntes tales como por ejemplo la complejidad social existente en el hecho de como los hombres blancos se casan con mujeres de Laos o los efectos de la participación empresarial europea en el país. Un terror el expuesto en Dearest Sister plagado de múltiples capas a la hora de abordar y plantearnos una inquietud o un suspense expuestos en el film de una forma tan original como inusual dentro del actual panorama de cine de género.
Valoración 0/5: 3
Arrival
Cuando misteriosas naves espaciales aterrizan en diferentes lugares del planeta, un equipo de élite liderado por la experta lingüista Louise Banks (Amy Adams) es reclutado para investigar. Mientras la especie humana se encuentra al borde de una guerra global, Banks y su equipo buscan respuestas a contrarreloj, y para encontrarlas, Banks correrá un riesgo que podría amenazar su vida y posiblemente a la humanidad.
Había la sensación (algo infundada) de que la primera incursión de Denis Villeneuve en el cine de ciencia ficción podía servirle a modo de preparatoria con vistas al rodaje de la muy ambiciosa Blade Runner 2 como una primera toma de contacto dentro del género fantástico, Arrival, drama adulto de ciencia ficción y adaptación algo libre del relato corto “The Story of Your Life” del escritor Ted Chiang que se pudo ver con anterioridad en los festivales de Venecia y San Sebastián no solo es posiblemente la mejor película vista este año por lo que respecta a un servidor sino que además pone el listón muy alto, quizás demasiado, en lo referente a los futuros trabajos del director franco-canadiense.
Arrival protagonizada por una incuestionable Amy Adams no deja de ser un rotundo triunfo como concepto genérico, ciencia ficción de primer nivel provista de ambiciosas y múltiples tesis, una película fascinante que no nos habla de invasiones extraterrestres sino de reflexiones transcendentales a través de ellas, a medio camino entre el drama psicológico y la ciencia ficción de tono minimalista y tesis existencialista plagado al mismo tiempo de un variado catálogo de ecos al cine de Kubrick el film nos plantea la celebración de la comunicación como herramienta de claro sostén político-social, indagando de la misma manera en su repercusión a través de la moral y la futura existencial de la humanidad. Denis Villeneuve (maestro a la hora de crear ambientes perturbadores a través del sonido, ojo a esa resolución musical a cargo de Johan Jóhannsson en la primera incursión en la nave extraterrestre) tiene aparte la virtud de no llegar a perder la noción de verosimilitud del relato en ningún momento de la narración, basando su poderosa solidez en la fuerza que otorga las imágenes en relación a los sentidos. Más adelante y con vistas a su futuro estreno comercial el próximo mes de noviembre hablaremos con más detenimiento de esta fascinante obra destinada no solo a ser la mejor película de vista en este 2016 sino a ser una pieza clave y referencial a la hora de entender la evolución de la ciencia ficción en el cine en un futuro.
Valoración 0/5: 4’5
Yoga Hosers
“Yoga Hosers” se centra en dos jóvenes de 15 años de edad, Colleen Collete y Colleen McKenzie que tienen como principales pasiones el yoga y sus móviles y que suelen trabajar después de la escuela en una tienda llamada EH-2-Zed. Las dos chicas despiertan de manera accidental un antiguo mal enterrado bajo la tienda en que trabajan y libera un ejército de monstruos, las Colleen tendrán que unir sus fuerzas con un legendario hombre cazador de Montreal llamado Guy Lapointe para acabar con el enemigo.
Kevin Smith, el antiguo niño mimado del cine independiente norteamericano presento su última película Yoga Hosers, segunda parte de la llamada True North Trilogy, una inclasificable y descontrolada comedia particular y familiar, concepto este entendido no en lo referente al público que va destinado la película sino en el hecho de estar hecho en familia, muy al estilo del inefable Robert Rodriguez con su saga Spy Kids, Yoga Hosers entra de lleno en ese tipo de cine que da la sensación de que los únicos que se divirtieron con ella fueron los que la hicieron.
Reconozco que nunca he sido un entusiasta del cine de Kevin Smith, ese globo que se desinflo a partir de Dogma ¿alguien se acuerda de ese film?, aunque he de decir que sus anteriores Red State y Tusk me parecieron muy defendibles, dos films que guste o no de esa mirada autoral expuesta por su director reflejaban un interesante intento a la hora de explorar nuevos territorios genéricos. Yoga Hosers se sitúa a medio camino entre un descalabro artístico de difícil justificación y un lúdico y despreocupado paréntesis a modo de atrevida broma tontorrona por parte de Kevin Smith, es harto complicado el tomarse con un mínimo de rigor el intentar desgranar una película de estas características, puede llegar a entenderse parcialmente como una especie de mirada ácida que ridiculiza en parte a la generación snapchat, o una mastodóntica hibridación de conceptos levada su máxima expresión, sea como sea el resultado final que nos ofrece la película está más cerca de la charlotada infantiloide que de cualquier tipo de crítica social en forma de comedia bizarra. Si finalmente uno quiere adentrarse en el imaginario reverencial y underground de Kevin Smith es mucho mejor ver su show televisivo Comic Book Men, mucho más accesible y sobre todo interesante que el despropósito que supone Yoga Hosers como película.
Valoración 0/5: 1
Prevenge
Ruth está embarazada de siete meses y, como todas las madres, siente una conexión total con su bebé. Pero en su caso hallamos una particularidad: el niño nonato insta a la mujer a matar a todo aquel que se interpone en su camino.
Prevenge, opera prima como directora de la actriz británica Alice Lowe, conocida por esto lares por protagonizar Sightseers de Ben Wheatley, que también se encarga del guion y de la interpretación fue la encargada de clausurar este año la sección Noves Visions (Mencion especial del jurado), una película que transita a modo de versión algo corrosiva del Baby Blood de Alain Robak, una conjugación entre el humor negro y el terror que por momentos funciona de forma liviana en base a un humor algo extraño (que nadie espere ver una versión nonata en clave de terror de Look Who’s Talking) en donde conforme avanza su argumento deviene como algo mucho más oscuro y amargo de lo que en un principio pueda parecer. Prevenge, película modesta donde las haya (11 escasos días de rodaje) posiblemente y en contra de la opinión de muchos que la pudieron ver en Sitges tiene como concepto valido su firme apuesta por lo políticamente corrosivo pero con la habilidad de no llegar a excederse en dicha materia en ningún momento, una película en donde el humor intenta tener algo de trasfondo, esa desmitificación acerca de la maternidad que en su conclusión queda de alguna manera justificada argumentalmente sirve de perfecto ejemplo de todo ello en un film que dada su propia modestia de claro producto de espíritu independiente cumple a la perfección en lo referente a lo que son sus intenciones.
Valoración 0/5: 2’5
Palmares
Sección Oficial Fantàstic Sitges 49ª
Premio Mejor Película: SWISS ARMY MAN, de Daniels
Premio Especial del Jurado: LA AUTOPSIA DE JANE DOE (THE AUTOPSY OF JANE DOE),de André Øvredal
Premio Mejor Dirección (patrocinado por Gas Natural Fenosa): Yeong Sang-ho, por TRAIN TO BUSAN
Premio Mejor Interpretación Femenina: Sennia Nanua, por MELANIE. THE GIRL WITH ALL THE GIFTS
Premio Mejor Interpretación Masculina (patrocinado por Autolica – Mercedes Benz): Daniel Radcliffe, por SWISS ARMY MAN
Premio Mejor Guión: Jeremy Slater, por PET
Premio Mejores Efectos Especiales: Jung Hwang-su, por TRAIN TO BUSAN
Premio Mejor Fotografía: Hong Kyung-pyo, por EL EXTRAÑO (THE WAILING)
Gran Premio del Público (patrocinado por La Vanguardia): THE HANDMAIDEN, de Park Chan-wook
Premio Mejor Cortometraje Sección Oficial Fantàstic
CURVE, de Tim Egan
Mención especial a LIMBO, de Konstantina Kotzamani
Premio José Luis Guarner (Jurado de la Crítica)
THE NEON DEMON, de Nicolas Winding-Refn
Premio Citizen Kane a la Mejor Dirección Novel
Julia Ducournau, por GRAVE (CRUDO)
Premio Jurado Carnet Jove a la Mejor Película
GRAVE (CRUDO),de Julia Ducournau
Menciones especiales a THE LURE, d’Agnieszka Smoczynska y SWISS ARMY MAN, de Daniels
Noves Visions ONE
UNDER THE SHADOW, de Babak Anvari
Mención especial a PREVENGE, de Alice Lowe
Noves Visions PLUS
A DRAGON ARRIVES, de Mani Haghighi
Mención especial a ARE WE NOT CATS, de Xander Robin
Premio Mejor Cortometraje Noves Visions Pequeño Formato: LA FEMME ET LE TGV, de Timo Von Gunten
Panorama Fantàstic
I AM NOT A SERIAL KILLER, de Billy O’Brien
Òrbita
LO CHIAMAVANO JEEG ROBOT, de Gabriele Mainetti
Focus Àsia
EL EXTRAÑO (THE WAILING),de Na Hong-jin
Mención especial a DEAREST SISTER, de Mattie Do
Anima’t
Premio Mejor Película: YOUR NAME, de Makoto Shinkai
Premio Mejor Cortometraje: DARREL, de Marc Briones y Alan Carabantes
Midnight X-Treme
IT STAINS THE SANDS RED, de Colin Minihan
Brigadoon
ARCANA, de Jerónimo Rocha
Méliès d’Argent
Premio Mejor Película Europea SOFC 49: GRAVE (CRUDO),de Julia Ducournau
Premio Mejor Cortometraje Europeo SOFC 49: DAWN OF THE DEAF, de Rob Savage
Blood Window
1974, de Victor Dryere
Premis SGAE Nova Autoria
Premio Mejor Guión: EN LA AZOTEA, de Miguel Casanova y Damià Serra
Premio Mejor Direcció-Realització: CABEZA DE ORQUÍDEA, de Violeta Blasco, Germán Andrés López, Carlotta Napolitano, Angélica Sánchez y Claudia Zegarra
Premio Mejor Música Original: ROGER, de Jan Fité
Premio IV Laboratorio de Escritura de Guión Cinematográfico: LOS INVITADOS, de Carla Guimarães
Presentada en la pasada edición del festival de Berlín (Premio del Jurado y Fipresci) la nueva película del realizador bosnio Danis Tanovic Death in Sarajevo nos presenta un primer tráiler subtitulado al inglés que podéis ver junto a su póster oficial a final de página. Aún pendiente de estreno su anterior Tigers, film- denuncia visto en San Sebastián hace ya dos años, Danis Tanovic vuelve a incidir en este caso partiendo de la obra teatral Hotel Europe del filósofo Bernard-Henri Lévy en la memoria histórica y sus posteriores consecuencias basándose en los acontecimientos violentos perpetrados por Europa.
Death in Sarajevo nos sitúa en el hotel Europa, uno de los más grandes de Sarajevo, van a recibir a una delegación de diplomáticos europeos para conmemorar el centenario del atentado que inició la Primera Guerra Mundial. En las cocinas se prepara una huelga de los trabajadores, que llevan dos meses sin cobrar. Mientras tanto, una periodista filma un programa de televisión en la azotea y un hombre, que podría formar parte (o no) de la delegación, ensaya un discurso en su habitación.
La película está protagonizada por Snezana Markovic, Izudin Bajrovic, Vedrana Seksan, Muhamed Hadzovic, Faketa Salihbegovic, Edin Avdagic Koja, Jacques Weber y Aleksandar Seksan.
Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar.
Posiblemente si ha habido una película este año que haya generado un mayor debate acerca de su supuesta valía artística esta ha sido sin lugar a dudas The Neon Demon, el nuevo film de Nicolas Winding Refn que al igual que su anterior y por lo respecta a un servidor su mejor película hasta la fecha Only God Forgives fue vilipendiada en la pasado edición del festival de Cannes por parte de la prensa, algo que en parte se veía venir si uno conoce mínimamente los parámetros críticos que suele haber en el festival francés, un colectivo que parece seguir empeñado en direccionar la carrera de Nicolas Winding Refn en base a un film como Drive, incapaces de darse cuenta que este trabajo no deja de ser una anomalía (muy comprensible) en la trayectoria del director danés.
En cierta manera Sitges si que supo apreciar de algún modo los paramentos visuales y estéticos en los que se fundamenta la creatividad cinematográfica de Nicolas Winding Refn muy presentes en The Neon Demon (premio de la crítica), pedir algo más dentro del palmarés oficial con Mick Garris y Brian Yuzna como jurado quizás hubiese sido algo excesivo aunque para nada extraño, no hace falta ser ningún genio para darse cuenta de que el cine de Nicolas Winding Refn es mucho más afín en concepto a un certamen como el de Sitges que a cualquier otro festival de categoría A. The Neon Demon es un muy perverso y macabro cuento de hadas adulto, expuesto en forma de deslumbrante viaje visual acerca de la corrupción de la inocencia en base a los cánones actuales de la belleza y que sirve al mismo tiempo como una clara metáfora a modo de reflexión sobre el carácter efímero de tal concepto, un viaje pausado y de clara espiral onírica hacia lo más oscuro que anida dentro del ser humano y en donde como viene siendo habitual en su director la metáfora y estética van cogidas de la mano en una película en donde se acrecienta la sensación por parte de Nicolas Winding Refn de un alejamiento cada vez más palpable con respecto a un naturalismo estructural, un posicionamiento que aquí vuelve a apostar por una estilización radical de la narración visual y sonora en clara contraposición a cualquier otra forma de elaboración con respecto a la construcción del relato, The Neon Demon sublima la realidad y posee al mismo tiempo un catálogo de imágenes crudas, estilizadas e hipnóticas que se regodean y devoran entre ellas mismas, muy a semejanza de esas modelos completamente obsesionadas por ser las más bellas del lugar. The Neon Demon no es un producto de estética vacua y mensaje superficial como sistemáticamente sus detractores se empeñan en afirmar de forma muy repetitiva, todo lo contrario, estamos ante un film que termina siendo un inmejorable vehículo por parte de un director que en esta ocasión ha podido modelar a su pleno antojo para poder dar rienda suelta a sus mejores habilidades como autor, un autor en donde la imagen como primigenia expresión artística deviene como totalmente primordial.
Valoración 0/5: 4
Operation Avalanche
Estamos en 1967, y la Guerra Fría está caliente, caliente, con la carrera espacial como punta de lanza. La CIA cree que un espía ruso se ha infiltrado en la NASA para sabotear el programa Apollo, y tienen la “brillante” idea de mandar a unos agentes del departamento de audiovisual para que se hagan pasar por documentalistas y desenmascaren al topo. Lo que descubrirán, sin embargo, será algo mucho peor.
Segunda película como director del norteamericano Matt Johnson tras su muy estimable The Dirties, un film en donde se exponía una muy curiosa perspectiva alrededor del bullying aplicado al cine como herramienta disociativa, en Operation Avalanche vuelve a incidir en el falso documental o en el supuesto metraje encontrado denominado found footage aunque posiblemente la catalogación de mockumentary sea más acorde con el film, en esta ocasión en base a una interesante por momentos premisa acerca de la hipótesis desarrollada según la cual el hombre nunca llegó a la Luna.
Hablando hace bien poco a propósito de Blair Witch señalábamos el claro agotamiento formal del recurso del found footage aplicado a un cierto tipo de cine de terror, un género que en estos últimos años se ido agotando hasta límites insospechados dicho recurso cinematográfico, afortunadamente hay otros géneros aun no explotados de forma tan masiva como el antes citado, Matt Johnson al igual que en su anterior The Dirties utiliza tal recurso en esta ocasión para adentrarse en la fabulación de un hecho real a través de un tono conspirativo y en base a un concepto casi de leyenda urbana a medio camino entre el thriller, el cine de espías y unos apuntes de comedia intermitentemente incrustados, curiosamente lo mejor que funciona en Operation Avalanche es ese ensamblaje genérico que en ningún momento da la sensación de chirriar, aparte hay un trabajo de referencias (plasmando perfectamente en el clima social y de paranoia reinante a finales de los 60 e incidiendo en la mitología con una curiosa e impagable aparición de Stanley Kubrick )y un manejo de recursos por parte de Matt Johnson muy a tener en cuenta (alternando notablemente el formato de grabación de tono granulado con imágenes de archivo), lástima que a la película le falte un paso, esa sensación de producto de lujoso e interesante envoltorio pero cuyo estructura interior no acaba de funcionar en toda su plenitud, aquí muy visible en lo referente un argumento que llegados a un punto se agota incapaz de mantener el ritmo narrativo aplicado hasta ese momento. Aun con estas evidentes derivas Operation Avalanche es un producto de lo más disfrutable, pero sobre todo nos encontramos ante un autor de talento inquieto y lo que es más importante dotado de un ingenio que a falta de pulir otras facetas se muestra a día de hoy de lo más prometedor en un futuro esperemos que no muy lejano.
Valoración 0/5: 3’5
Without Name
Eric es un topógrafo que no está pasando por el mejor de los momentos: su matrimonio está fracturado, y su hijo apenas le reconoce. Quizá por eso, no duda en aceptar el encargo de un misterioso cliente. En medio del bosque, Eric está a punto de descubrir un secreto que nadie quiere reconocer.
La arriesgada cinta irlandesa Without Name, opera prima de realizador Lorcan Finnegan presentada en Noves Visions volvió a ser (como viene siendo costumbre dentro de dicha sección) una perfecta muestra de ese tipo de películas de costuras genéricas visiblemente ambivalentes, en donde su puesta en escena a través de la creación de una atmosfera y ambiente de raíz densa y su utilización del sonido devienen como herramientas claves a la hora de construir un relato de claro tono metafísico.
Without Name nos habla básicamente de una metamorfosis, o de cómo intentar generar tensión a través de ella, una cinta que transita en los parámetros de un supuesto terror ecológico aquí representado bajo la apariencia de un bosque en donde vemos como este se alimenta de la ansiedad vital del protagonista, un hombre de mediana edad que está atravesando una crisis familiar y social bastante aguda, es en su contacto con la naturaleza cuando esta devenga como un ente de connotaciones evolutivas. Without Name termina siendo una película muy poco dada a racionalizar una narración digamos convencional, de ritmo extremadamente plausible Lorcan Finnegan nos propone un discurso de naturaleza muy ambigua, quizás demasiada, un tipo de cine en donde lo estrictamente sensorial cobra una vital importancia a la hora de desgranar las bases en las que supuestamente se sustenta. Uno tiene la sensación final de estar ante una película atractiva pero que no acaba de posicionarse de una manera clara con respecto a lo que son sus intenciones, evidentemente no es un film de terror al uso, más bien todo lo contrario, Lorcan Finnegan parece querer explicarnos una historia contada de algún modo al revés en donde el elemento fantástico actúa a modo de resolución ante los problemas reales ya desde un principio, lástima que en su trayecto Without Name opte por una narrativa de tono demasiado ambiguo, algo difusa y de muy difícil digestión para según qué públicos, algo que en cierta manera la lastra a un conclave excesivamente minoritario e incluso excluyente a la hora de poder abordarla de una forma más direccionada a la racionalidad.
Valoración 0/5: 3
Three
Durante una noche confluyen diversas historias en un hospital: un sospechoso detenido que se niega a declarar ante la policía, un hombre que afronta una operación crucial, un hombre que ha quedado malparado tras una operación, un jubilado con ganas de escapar por el hospital, etc. Una doctora es testigo y partícipe de todas estas historias.
Esta edición del festival de Sitges ha tenido para bien el volver a contar con dos películas de la mítica Milkyway, por un lado la estimable Trivisa dirigida a tres bandas por Jevons Au, Vicky Wong, Frank Hui, y por otro el film que aquí nos ocupa, Three, la vuelta del maestro Johnnie To al thriller de acción, aunque en este caso una acción muy estilizada y algo esporádica (de echo solo visible en una única escena, eso sí, majestuosa) todo ello adornado con un peculiar y esporádico tono de tragicomedia que impregna todo el relato.
No deja de ser curioso el hype festivalero (en Sitges siempre muy presente) que a según qué realizadores se les suele otorgar de manera algo caprichosa, hará unos diez años había una necesidad casi perentoria de colocar a Johnnie To en un primerísimo plano, films como Breaking news, Election,Exiled o Mad Detective entre otras lo justificaban de una forma muy lógica, sin embargo en los últimos años esta corriente crítica de reivindicación y elogio se ha ido misteriosamente apagando, también es verdad que el director hongkonés no ha incidido mucho en el thriller en estos últimos tiempos pero no deja de ser curioso que sus magníficas Vengeance y Drug War no hayan tenido un mayor eco, todo esto viene a colación con la escasa repercusión (prácticamente ha pasado desapercibida) que ha tenido en Sitges una película como Three, quien lo hubiera dicho hace diez años.., evidentemente un autor de la talla de Johnnie To está muy por encima de estas estúpidas corrientes hype de festivales, Three posiblemente sea un título algo menor en la carrera de To, aunque claro una obra menor dentro de su filmografía, algo que no impide que seguramente estemos ante el mejor film hongkonés del año.
Three no deja de ser una laboriosa pieza de orfebrería cinematográfica, Johnnie To nos propone un juego en el que se van colocando todas sus fichas de forma parsimoniosa hasta llegar a ese instante final en el que todas ellas quedan perfectamente alineadas, en un film ubicado en un único escenario (al igual que en su anterior y magnifica Office), planteándonos una virtuosa construcción del espacio casi a semejanza de una obra teatral, y utilizando el exterior casi como un concepto de abstracción no presente dentro de la acción propiamente dicha. Three es una película hecha con oficio por parte de un maestro que en esta ocasión parece sustentarse en un argumento algo clásico en donde la tensión es el combustible de una narrativa que busca de ese instante tan característico en las películas de su director, visible en Three en la majestuosa escena del tiroteo final rodada con una maestría al alcance de muy pocos realizadores.
Valoración 0/5: 4
Le complexe de Frankenstein
Desde sus orígenes a la revolución digital, el cine siempre ha creado monstruos. Le Complexe de Frankenstein es un viaje a lo largo de un siglo de imaginación. Con suculentas entrevistas y con material exclusivo de películas como Gremlins o Parque Jurásico, el documental explora el inquebrantable vínculo entre las criaturas y sus creadores, auténticos doctores Frankenstein del séptimo arte.
Otro de los documentales que se pudieron ver este año en Sitges fue Le complexe de Frankenstein a cargo de Gilles Penso y Alexandre Poncet que anteriormente ya habían incidido en el documental cinematográfico con su reverencial y en mi opinión más conseguida Ray Harryhausen: Special Effects Titan. Le complexe de Frankenstein es un ameno trabajo de manual explicativo, relativamente disfrutable, en donde nos narra la creación cronológica de los monstruos más representativos en la historia del cine y por ende la evolución del maquillaje y del efecto especial dentro del fantástico, desde sus inicios hasta día de hoy con la irrupción y asentamiento del efecto digital dentro de la industria. Posiblemente el mayor problema de un documental de estas características sea que aborda un temario tan extenso que a uno le queda la sensación de haber asistido a solo una parte de dicho tratado, como ejemplo demostrativo me remito a la nómina de entrevistados que aparecen en Le complexe de Frankenstein, aunque algo generosa en número insuficiente pues evidentemente faltan nombre importantes (sin ir más lejos no vemos en ningún momento a Tom Savini entre otras muchas ausencias), teniendo uno al final una cierta impresión de estar más antes una especie de esbozo convencional de tono algo liviano en lo referente a su exposición más que ante un trabajo de estructura concluyente.
Valoración 0/5: 2
La región salvaje
El sexo y el amor pueden resultar frágiles en ciertas regiones donde existen fuertes valores familiares, hipocresía, homofobia y machismo. Una misteriosa joven está convencida de que algo sobrenatural podría ser la respuesta a todos sus problemas…
Tras su merecido premio como Mejor Director en el reciente festival de Venecia y su pase por el festival de San Sebastián el mejicano Amat Escalante presentaba la esperada La región salvaje, una rompedora y muy particular incursión en el género fantástico que transita a través de la realidad mexicana por parte de uno de los principales talentos del llamado nuevo cine latinoamericano.
La región salvaje utiliza al igual que lo hacia Possession de Andrzej Zulawski (con la que guarda unos inequívocos y muy interesantes puntos de conexión) la metáfora social dentro del género fantástico para incidir el devenir en esta ocasión del relato de un país en pleno proceso de autodestrucción moral, un conclave territorial plagado de carencias afectivas y sexuales, en el film todo esto llega a ser expuesto de una manera alienante, como casi de una autoral sci-fi sexual se tratase Amat Escalante prescinde en esta ocasión del hiperrealismo tan característico visto en anteriores trabajos suyos para exponer en modo genérico las pulsaciones más primarias del ser humano dentro de un contexto determinado, un monstruo de tentáculos fálicos venido del espacio es utilizado como ente liberador y al mismo tiempo castigador de los males de una sociedad visiblemente enferma, la hipocresía, homofobia, misoginia o machismo son síntomas inequívocos de la oscura realidad mexicana de hoy en día, aquí vistos a través de un doble juego de espejos en donde el realismo social de la urbe choca frontalmente con el elemento fantástico e incluso fabulario del bosque, más adelante y con más tiempo volveremos a hablar con más detenimiento de esta arriesgada y fascinante obra, para el que suscribe esto una de las películas más ambiguas y rompedoras del presente curso.
Valoración 0/5: 4
The Stakelander
La pesadilla de Stake Land sigue en esta secuela, escrita por el mismo guionista que la original. Tras la desaparición de su mentor, Martin debe seguir su lucha por la supervivencia en una América salvaje y llena de vampiros. Nada detendrá al protagonista, decidido a encontrar al único hombre que puede ayudarle a obtener la venganza que tanto desea.
Desangelada continuación del título vampírico de cierto culto titulado Stake Land (2010) a cargo de Jim Mickle, un curioso film en donde se abordaba la temática del vampiro como concepto de plaga desde una visión post-apocalíptica de curioso tono contemplativo poseedor de unos atípicos apuntes sociales –religiosos poco habituales en este tipo de películas, The Stakelander sigue en parte el enunciado de esta premisa aunque sin la misma que frescura y soltura que su predecesora, de echo uno tiene la sensación de estar ante una película que solo tiene su principal razón de ser como un concepto continuista no desarrollado de forma convincente de su original, y poco más, no basta con aplicar una fórmula que en parte funciono (solo a un nivel meramente minoritario dicho sea de paso), se requiere de algo más, la sensación de estar ante un producto rutinario, por momentos aburrido (lo peor que le puede pasar a un producto de estas características) e incluso de naturaleza inesperada está presente a lo largo de todo el metraje de una película que deviene como algo completamente innecesario.
La esperada adaptación a la pantalla grande de la novela gráfica de Daniel Clowes Wilson (autor del que anteriormente ya se había llevado al cine su Ghost World de la mano de Terry Zwigoff) acaba de estrenar un primer tráiler de la mano de Fox Searchlight que podéis ver a final de página, Wilson contará con un guion del propio Daniel Clowes estando dirigido por Craig Johnson responsable de las comedias True Adolescents y The Skeleton Twins en el que será su tercer trabajo tras las cámaras, el film llegará a los cines de Estados Unidos el próximo 24 de marzo.
La película nos cuenta como tras la muerte de su padre, Wilson, más solo que nunca, se propone encontrar a su ex mujer y recuperar su relación; de ese modo descubre que tiene una hija adolescente que nació tras la ruptura de su matrimonio y que fue dada en adopción. Wilson fuerza el reencuentro con su ex mujer y su desconocida hija, pero el soñado encuentro se alejará bastante de un final feliz.
Wilson está protagonizado por Woody Harrelson, Laura Dern, Isabelle Amara, Judy Greer, Cheryl Hines, James Saito, Chris Carlson, Chelsea Anne Lawrence, Bruce Bohne, Bobby E. Erickson y Andrew Hawtrey.
Jean empieza a trabajar como ayudante de un fotógrafo obsesionado con el arte arcaico de los daguerrotipos y atormentado por la muerte de su esposa, cuya presencia aún se nota entre las sombras.
El gran Kiyoshi Kurosawa que en la sección oficial presentaba la extraordinaria Creepy estuvo por partida doble en el certamen con otro trabajo, su no menos excepcional Le Secret de la Chambre Noir (Daguerrotype) vista en la sección Noves Visions, el primer trabajo a cargo del director nipón que realiza fuera de su Japón natal (de alguna manera su mediometraje Seventh Code le sirvió de toma de control ante esta inmigración autoral) y en donde nos ofrece su trabajo posiblemente más clasista, de claro componente melodramático y poseedor de un sutil y comedido elemento fantástico expuestas a través de unas coordenadas de claras influencias Hitchcockorianas en especial de la fundamental Vertigo.
En la exquisita Daguerrotype (uno de los mejores films vistos este año en Sitges) no hay rastro de cualquier tipo de pérdida de identidad propia en el discurso autoral que nos suele proponer Kiyoshi Kurosawa, más bien da la sensación de todo lo contrario, pocas veces en los últimos años se ha podido ver en cine una ghost story de un estilo tan sutil, elegante y comedido como el que se muestra Daguerrotype, un film plagado de innumerables matices a la hora de abordar un relato en donde lo gótico y el romanticismo de connotaciones obsesivas se funden a través de un tratado narrativo que termina derivando acerca de la alienación contemporánea que sufre el ser humano expuesto en la película a modo de esa confrontación tan habitual en el cine de Kiyoshi Kurosawa que bascula entre lo fantasmagórico y lo real, aquí alcanzando cuotas tan hipnóticas como indivisibles en lo referente a la textura de ambos conceptos. Daguerrotype cobra una dimensión ciertamente turbadora a través de escenarios en apariencia comunes (un suburbio francés en la actualidad) y a la hora de plantear diversas y muy variadas dicotomías cinematográficas, en definitiva una nueva exquisitez por parte de un autor único que a cada nuevo trabajo suyo consigue sorprender en base a la exposición de estimulantes y sofisticados contrastes genéricos solo al alcance de un genio como Kiyoshi Kurosawa.
Valoración 0/5: 4
Swiss Army Man
“Swiss Army Man” nos cuenta la historia de Hank, un náufrago atrapado en una isla desierta que justo cuando ha perdido cualquier esperanza de volver a casa y encontrarse al borde del suicidio encuentra en la orilla de la playa el cadáver de Manny, un cuerpo sin vida con el que inesperadamente entabla una fuerte relación de amistad. Juntos inician una extraña aventura con la que Hank espera reencontrarse con la mujer de sus sueños.
Swiss Army Man, opera prima de Dan Kwan y Daniel Scheinert se alzó con el premio a la Mejor película y a la Mejor Interpretación Masculina para Daniel Radcliffe (aunque si dicho galardón hubiera recaído en Paul Dano a nadie le sorprendería en lo más mínimo) en la presente edición del festival de Sitges, una comedia indie con elementos anómalos en donde la anécdota escatológica de su premisa sirve como mera excusa a la hora de plantear mediante un ingenioso trazado narrativo un trasfondo emocional mucho más profundo de lo que en apariencia pueda parecer.
Es evidente que en estos últimos años ha habido una clara factura con respecto a seguidores y detractores de ese nuevo cine fantástico cada vez más presente en Sitges, en su mayoría cine independiente norteamericano muy característico del festival de Sundance que indaga en el género de manera algo conceptual, un tipo de cine tachado por algunos como hipster de manera algo despectiva, una tendencia que en parte choca de frente con respecto a ese otro tipo de cine más diáfano en lo concerniente a sus propuestas, nunca he sido partidario de la catalogación genérica, es mas siempre he sido favorable a la apertura de nuevos horizontes y nuevas formas de expresión cinematográficas dentro del fantástico, en cierta manera nunca he llegado a entender del todo el por qué no puede gustar de la misma manera tanto la última película de Rob Zombie como el cine Shane Carruth por ejemplo.
Swiss Army Man no es una historia de necrofilia, más bien transita a medio camino entre el lirismo y la ambigüedad a través de un viaje de autodescubrimiento plagado de elementos absurdos y poco convencionales, deviniendo de forma clara como claro exponente de ese tipo de cine al que me refiero más arriba, una película que incide en la aceptación y la realización personal a la que se llega a través de una relación casi fraternal, en este caso expuesto en forma de la peculiar interrelación del protagonista con un cadáver, un tratado acerca de la importancia de la vida como tal y el por qué merece la pena el seguir luchando por ella. Swiss Army Man tiene entre otros atributos un excelente empleo musical que queda fusionado de forma adecuada a una narrativa por momentos impredecible, algo que confirman a la opera prima de Dan Kwan y Daniel Scheinert como ese tipo de notables films impregnados de un realismo mágico direccionado a la reflexión social y moral de sus protagonistas, una singular y por momentos brillante propuesta en donde importa mucho más el trayecto que su propio destino.
Valoración 0/5: 3’5
Shelley
“Shelley” nos cuenta como Louise y Kasper son una pareja danesa que viven en una casa de campo en medio del bosque, lejos de la vida moderna, la tecnología e incluso la electricidad. El mayor sueño de Louise es ser madre, pero ella no tiene la capacidad de tener hijos. En su desesperación, finalmente decide hacer un pacto con su sirvienta Elena, que acepta llevar al hijo de Louise como madre de alquiler a cambio de una gran suma de dinero. Pero la vida que crece en su interior toma forma demasiado rápido y de una manera extraña, a partir de ese momento la paranoia y el horror rondarán el inminente nacimiento.
Shelley, producción danesa y opera prima Ali Abbasi es una nueva muestra del variado y muy sugerente muestrario del actual fantástico autoral proveniente de Europa, un film que se sitúa en las antípodas de lo que mucha gente pueda llegar a entender que representa el género de terror en la actualidad, es por eso que convendría (no tendría que ser así ni mucho menos) avisar al espectador despistado que no estamos ni de lejos ante una simple variante del Rosemary’s Baby de Roman Polanski, ni siquiera ante una película de terror al uso con embarazo-parto maléfico como principal premisa argumental (Baby Blood de Alain Robak, Grace de Paul Solet o la más famosa en dicha temática It’s Alive de Larry Cohen por poner solo algunos ejemplos que me viene a la cabeza a bote pronto), Shelley opta por una senda totalmente diferente, una vía rica en matices, y lejos de cualquier tipo de convencionalismos genéricos, una naturaleza arquetípica la nos muestra Ali Abbasi en su primer trabajo tras las cámaras que llegan a situar al film como una de las sorpresas más agradables del presente año.
Las principales virtudes que encontramos en Shelley podemos encontrarlas en dos apartados que aunque muy diferenciados entre sí en lo que es su percepción final se complementan casi a la perfección, por un lado asistimos al laborioso y notable trabajo técnico por parte de Ali Abbasi, haciendo especial hincapié en una dirección artística que prioriza una enrarecida atmósfera por encima de cualquier otro aspecto en el film, pues estamos ante una película que perturba e insinúa más que asusta en el sentido más chabacano de la palabra, teniendo la virtud añadida de sustentarse sobre un guion o una premisa principal muy poco sutil en su enunciado, en este aspecto es digno de alabar la notable utilización de espacios como ente opresor de sus protagonistas (esplendidas tanto Ellen Dorrit Petersen que ya habíamos visto en la excelente Blind como Cosmina Stratan), su gélida fotografía y la utilización del sonido, o la falta de él, son solo algunos de los acertados mimbres que se utilizan para incomodar al espectador dejando lo supuestamente explícito en la vertiente onírica del film, apartado este quizás utilizado de manera algo repetitiva, y por otro lado tenemos esa dualidad genérica de contornos conscientemente ambiguos que se nos plantea muy hábilmente durante la película, ¿hay realmente un elemento de índole fantástica en la historia o todo es fruto de la imaginación de algunos de los protagonistas?, en este aspecto es digno de albar la dirección que toma el film, pues aunque se sustenta sobre unas normas genéricas bastantes reconocibles la capacidad que hace gala Ali Abbasi a la hora de reinventar la historia de manera constante es del todo admirable.
El resolutivo plano final a modo de perverso cuento de horror que vemos en Shelley sirve como un inmejorable y aterrador broche de oro final al film, lejos de un posible mensaje críptico lo que nos cuenta Ali Abbasi es la doble vertiente perversa de la historia, de forma muy llana, por una parte la fantástica que ya habíamos podido intuir-sospechado en prácticamente todo el metraje del film, y por otro lado y no menos terrorífica la meramente humana, más retorcida si cabe y que se nos muestra de forma concluyente en esa última escena (aquí y salvando las lógicas distancias habidas y por haber toma como modelo referencial en su concepto esa obra maestra de Jack Clayton que es The Innocents). Shelley al igual que esa maravilla que pudimos ver el pasado año como es el Demon del malogrado Marcin Wrona pertenece por derecho propio a ese tipo de cine fantástico autoral proveniente de Europa, rico en múltiples y ambivalentes matices, tanto a un nivel metafórico como conceptual, en definitiva toda una sorpresa que nos remite a seguir con sumo interés la futura carrera como director de Ali Abbasi.
Valoración 0/5: 4
Dragon Girls! Les amazones pop asiatiques/ Plan B
Tigre y dragón presentaba una nueva imagen de la mujer asiática, guerrera e insumisa. Estas nuevas amazonas ocuparon otros territorios de la cultura pop, como el rock, los videojuegos o la moda, armadas con espadas o con guitarras eléctricas. De Pekín a Taipéi, pasando por Tokio, el realizador Yves Montmayeur ha entrevistado a algunas de las “dragon girls” más icónicas.
Muy irregular este año ha resultado el nivel medio de documentales vistos en Sitges, aunque ha habido trabajos notables como han sido De Palma, David Lynch: The Art Life, Tickled o The Sion Sono uno ha echado en falta trabajos que estaban ahí, dentro de una producción cada vez más fecunda e interesante a día de hoy y que por algún que otro motivo no se han podido verse este año en el festival. Si en la pasada edición Yves Montmayeur presento la muy estimulante The 1000 Eyes of Dr Maddin este año patino sobremanera con Dragon Girls! Les amazones pop asiatiques, insuficiente trabajo que tiene más condición de anexo que de documental como tal, un producto que apenas llega a la hora de duración en donde se nos intenta explicar el papel actual y pasado de la mujer asiática dentro de la cultura pop con especial incidencia en el cine. A Yves Montmayeur le viene grande un temario a priori tan extenso y que da para tanto, hay una falta de profundidad muy evidente pero sobre todo una errónea exposición a la hora de intentar diseccionar dicha evolución. Mucha entrevista y muy poco material de archivo, pero sobre todo una ausencia muy evidente en lo referente a los orígenes del concepto que se quiere desgranar, para más inri toda la primera parte del documental da la sensación de estar provisto de descartes del dvd de Crouching Tiger, Hidden Dragon de Ang Lee en base a las entrevistas Michelle Yeoh y Zhang Ziyi.
Valoración 0/5: 1’5
En plan B vemos como tres expertos en artes marciales se embarcan en la búsqueda de un tesoro que les permita salvar a un amigo de las garras de un gángster sin escrúpulos. Pronto se verán inmersos en una compleja conspiración que tiene como objetivo acabar con el capo de los bajos fondos berlineses.
A modo de necesario complemento al fallido documental de Yves Montmayeur se proyectó la desinhibida película alemana Plan B realizado a cuatro manos por parte de Ufuk Genç y Michael Popescu, una serie B de esforzadas artes marciales y comedia de claro tono intrascendente, un film que entra de lleno en esa especie de vorágine de revival del cine y concepto de los ochenta, en esta ocasión un modesto intento de homenajear al cine de acción de aquellos tiempos, especialmente el hongkonés, bordeando la autoparodia aunque no sabemos si de forma voluntaria o no, en un producto que solo puede llegar a ser disfrutable en cierta manera a partir de una concreta mirada bastante pusilánime con respecto a lo que se nos llega a ofrecer.
Valoración 0/5: 2
O Ornitólogo
Fernando decide enfrentarse a la naturaleza contaminada de Tras-os-Montes en busca de cigüeñas negras, una especie en vías de extinción. Mientras observa a estos animales salvajes a bordo de su canoa, vuelca debido a los rápidos.
La sección Seven Chance dio la oportunidad de poder ver el nuevo y extraordinario trabajo (su más ambicioso hasta la fecha) del realizador portugués João Pedro Rodrigues O Ornitólogo, premio al mejor director en el pasado Festival de Locarno, un film inspirado libremente en la vida de San Antonio de Padua (figura fundamental y omnipresente dentro de la sociedad y la cultura portuguesa), una de las propuestas más brillantes y radicales de las vistas este año en Sitges, todo ello bajo la apariencia de un catálogo de clara naturaleza contemplativa que transita a partes iguales entre lo inclasificable y lo fascinante a través de un viaje en donde la realidad y la espiritualidad mutan de forma insólita.
João Pedro Rodrigues, figura destacada de la hornada del nuevo cine portugués nos remite con O Ornitólogo a ese tipo de cine impregnado de belleza y sencillez de la que se suelen fundamentar las fabulas, vemos como el protagonista sufre un accidente de canoa, a partir de ese momento los contornos de civilización se irán desdibujando hasta encontrándose con la presencia de una serie de personajes a cual más extraños visiblemente entregados a un comportamiento plenamente selvático en donde tienen cabida desde peligrosos rituales paganos, animales sagrados, turistas chinas de comportamiento sectario haciendo el Camino de Santiago y otros seres de naturaleza mitológica que irán cuestionando poco a poco su propio sentido de la religiosidad. Un viaje iniciático el expuesto por parte de João Pedro Rodrigues que bascula principalmente mediante la metamorfosis y la propia necesidad de una imperiosa búsqueda de la espiritualidad, pero seguramente la mayor virtud entre otras de O Ornitólogo sea esa confusión y surrealismo notablemente impregnada de fantasía y sentido del humor con que nos es contada una historia que termina derivando al final en una lúcida reflexión acerca de nuestra propia identidad.
Valoración 0/5: 4
Terraformars
Basada en el manga homónimo creado en 2011 por la pareja creativa Yu Sasuga (guionista) y Kenichi Tachibana (dibujante). En pleno siglo XXI, la humanidad decidió empezar el proceso de terraformación de Marte, y para ello se envió una nave con musgo y cucarachas para que poblaran el planeta y generasen una atmósfera respirable por los seres humanos. Pasados 500 años, 15 personas seleccionadas entre lo peor de lo peor de la sociedad son enviadas al planeta rojo con un objetivo: eliminar a todas las cucarachas, las cuales han evolucionado hasta convertirse en humanoides con una fuerza y agilidad extrema, además de un odio visceral hacia los seres humanos. Para poder llevar a cabo la misión los 15 exterminadores recibirán una pequeña ayuda: su ADN es modificado, ganando cada uno de ellos el poder especial de un insecto determinado que les ayudará en su lucha contra las cucarachas marcianas.
La ración anual tan característica de Takashi Miike en Sitges (que presento la película aprovechando su estancia en la localidad en donde rueda su nueva película JoJo’s Bizarre Adventure: Diamond is Unbreakable) vino de la mano de Terraformars, un lujoso live action en donde adapta el manga obra de Yu Sasuga y Kenichi Tachibana.
En parte el gran problema de Terraformars es la fuerte apuesta por parte del directo nipón a la hora de adaptar un texto que a los no conocedores del manga les puede despistar sobremanera e incluso derivar en una posible saturación de contenidos, aquí no hay puentes posibles en intentar occidentalizar de alguna manera el producto, Terraformars es pura sci-fi de acción dotada de gran cantidad de CGI, a medio camino entre el Starship Troopers de Paul Verhoeven y una versión barroca y excesiva de Power rangers Terraformars convierte en parte sus nada disimulados excesos y su imposible hibridación de géneros en su principal virtud y por consiguiente en su propia razón de ser. Hace tiempo que Takashi Miike dejo esa extrema vena autoral de pocos recursos económicos con la que se dio a conocer, sigue siendo un autor que está abierto a cualquier tipo de propuestas aunque desde una perspectiva algo diferente en lo referente a sus formas, no deja de ser una evolución de estilo conceptual ahora más dirigido a otro tipo de productos, adaptando todo tipo de mangas y animes e incluso adentrándose en la reinterpretaciones de clásicos del cine japoneses ( ahí están sus muy notables 13 assassins, Harakiri y Over Your Dead Body), unos trabajos que de alguna manera siguen siendo plurales en concepto por parte de un autor tan inclasificable para lo bueno y lo no tan bueno como es Takashi Miike.
Sony UK ha lanzado un primer tráiler que podéis ver a final de página de la esperada segunda entrega de Trainspotting que vuelve a contar con Danny Boyle como director y John Hodge al frente del guion. La película que tiene previsto su estreno comercial para el próximo 27 de enero de 2017 en el Reino Unido y el 3 de febrero en Estados Unidos, en España lo hará en el mes de marzo, está parcialmente basada en la novela de Irvine Welsh titulada Porno en donde vuelve a reunir a los cuatro protagonistas originales de Trainspotting.
La novela Porno nos situaba 10 años (en la película serán 20) después de Trainspotting, tras divorciarse de su mujer y de fracasar en varios negocios, Sick Boy está en franca decadencia. Decide aceptar la oferta de su tía Paula, quien lo dejará a cargo de un pub. Pero ahí el negocio no está solamente en las bebidas: Sick Boy descubre que un grupo se reúne a follar y a filmar sus orgías en uno de los salones privados. Y que en Edimburgo hay un negocio de vídeos porno realizados en las trastiendas de los pubs. Sick Boy se pondrá, ayudado por la guapa Nikki Fuller-Smith, estudiante de cine y trabajadora del sexo, a hacer una película porno de altura. Y también incluirá en el equipo a su amigo Renton, el que los traicionó y huyó con el dinero del alijo de heroína. Aunque también se mueven por ahí Spud, el único que había recibido a escondidas su parte del dinero de la droga, y Begbie, que después de pasar unos años en la cárcel volverá a la acción aún más paranoico y furioso que antes.
La película está protagonizada por Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewen Bremner, Kelly Macdonald, Shirley Henderson, Irvine Welsh, Anjela Nedyalkova y Simon Weir.
Justine, una joven de 16 años, vive en una familia donde todo el mundo es veterinario y vegetariano. Desde su primer día en la escuela de veterinaria, Justine se desvía radicalmente de sus principios familiares y come carne. Las consecuencias no tardan en llegar y Justine empieza a desvelar su verdadera naturaleza.
El debut en la dirección de la francesa Julia Ducournau venía precedida por una muy buena acogida en la Semana de la Crítica del pasado festival de Cannes y por una campaña algo mediática por lo explícito de algunas de sus imágenes tras su reciente paso por Toronto, al final Grave deviene como una de las óperas primas más interesantes que ha dado el prolífico cine fantástico francés, algo aletargado en estos últimos tiempos, una versión cruda y algo más realista del Ginger Snaps de John Fawcett y al mismo tiempo una especie de revival de tono creativo del horror galo aunque en esta ocasión fundamentándose en una clara deriva alegórica.
Grave inquieta más que horroriza, quienes estén esperando un catálogo de escenas explicitas al uso y semejanza de por ejemplo de A l’interieur seguramente Grave le decepcionará, Julia Ducournau opta un camino muy diferente aunque igualmente intenso, y no inpidiendo de la misma manera que en la película podamos presenciar un par de escenas subidas de tono por lo que respecta a su crudeza, Grave transita principalmente a través de la metáfora, direccionado en dos vías que confluyen irremediablemente, asistimos en paralelo al despertar sexual de la protagonista, pero sobre todo a una inherente rebelión contra las pautas de comportamiento a las que nos vemos obligados a acatar por parte de la sociedad (expuestos en el film en base a las continuas y retorcidas novatadas a la que se ve sometida la protagonista en la facultad de veterinaria en la que acaba de ingresar) es ahí en donde hace acto de aparición el desorden alimentario que sufre la adolecente dando paso a un canibalismo hereditario como pulsación primigenia a la hora de exponer una especie de mecanismo de defensa de claro tono contestatario, una naturaleza carnívora que torpedea al mismo tiempo la moral de la joven Justine. En esta su opera prima de horror reflexivo Julia Ducournau pone el listón muy alto con respecto a futuros trabajos suyos, habrá que estar atentos a una expectativas que son indudablemente inmejorables.
Valoración 0/5: 3’5
I tempi felici verranno presto
Tommaso y Arturo se han escapado, buscando refugio en el bosque. Décadas más tarde, el bosque parece estar infestado de lobos, pero justo en ese lugar, Ariana descubre un extraño agujero. ¿Podrá Ariane ser la joven mencionada en la leyenda local que se cuenta en el valle? La razón por la que Ariane entró al agujero sigue siendo un misterio. Todos le añaden algo de su propia cosecha a la historia, pero concuerdan en una cosa: Ariane se encontró con el lobo.
El italiano Alessandro Comodin en I tempi felici verranno presto presento en Sitges la película posiblemente más críptica de las vistas este año dentro del certamen, aunque no por ello estemos ante un film en parte fascinante dado su propia naturaleza, evidentemente no es un tipo de cine direccionado a todos los paladares, al contrario, a semejanza del tailandés Apichatpong Weerasethakul Alessandro Comodin rompe con una narrativa convencional para adentrarse en una amalgama en donde predomina como denominador común la sensaciones más primarias como pueden ser, los gestos, la iluminación o el sonido, por el contrario el intentar encontrar un significado entre tanto entresijos argumental no es tarea fácil, la frontera entre la ficción contemplativa y el documental por la que se mueve el realizador italiano deriva en base a dos subtramas, por un lado el de dos jóvenes fugados, ubicados en medio de la naturaleza en donde van aflorando en ellos los instintos más primarios, por otra parte tenemos otra historia de un claro tono más fabulario, que intercala por momentos con el anterior, y en donde vemos a la joven Ariane, una chica residente en un pueblo que nos es introducida en el relato mediante un cuento con la figura de un lobo como ente metafórico del peligro y una abstracción que abre al mismo tiempo diversas conexiones alegóricas entre ambas historias.
En I tempi felici verranno presto subyace un impresionante trabajo de imagen, narrativa sincopada y sonido, que requiriere de un claro posicionamiento en lo referente a mantener la mente abierta lo máximo posible por parte del espectador, en esta labor esta la función de poder el apreciar en su justa medida un trabajo poseedor de un ensamblaje conceptual poco dado a la explicación teórica.
Valoración 0/5: 3
Antiporno
Kyoko es una artista de prestigio, joven y bella, que mantiene una sádica relación con su asistente… hasta que alguien grita “¡corten!”, y la personalidad de la protagonista se escinde en varias capas de delirio.
Sion Sono al igual que en la pasada edición (Tag, Love & Peace y The Virgin Psychics) y con permiso del gran Kiyoshi Kurosawa fue otro de los nombre clave de este año en Sitges, junto a The Whispering Star y el documental sobre su persona The Sion Sono pudimos ver Antiporno, una particular reinterpretación del roman porno en clara clave metalingüística.
En Antiporno Sion Sono vuelve a jugar según sus propias reglas, exponiendo un equidistante y transgresor (como no podía ser de otra manera) manifiesto artístico a modo de ensayo sobre la opresión de las mujeres en Japón a través de una velada crítica dirigida a la pornografía como concepto y a la hipocresía existente a día de hoy en la sociedad japonesas y la actual posición de la mujer con respecto a ello, discurso en el que ya incidió el director nipón aunque desde otra perspectiva completamente diferente en su anterior Tag. Una pesadilla feminista de tono onírico plagada de monólogos y vivida en primera persona a cargo de una ceñida Ami Tomite, todo ello expuesto en base a un inteligente uso del espacio escénico (al igual que en su magnífica The Whispering Star), Sion Sono vuelve a dinamitar como en él es habitual otra vez las posibles expectativas de las que parte el espectador incorporando nuevas capas narrativas conforme avanza la película de forma completamente inesperada, un imaginario tan extravagante como rico en matices ya sea a través de un onirismo extremo o de su propia y particular estética, un universo en definitiva el de Sion Sono que hacen de él un autor único que en base al exceso siempre encuentra de alguna manera una compleja lucidez, una virtud al alcance de muy pocos directores.
Valoración 0/5: 4
Tenemos la carne
Dos hermanos andan sin rumbo por una ciudad en ruinas en busca de algo de refugio y comida. Cuando entran por casualidad en uno de los pocos edificios que quedan en pie, se encuentran con un hombre muy singular. Este extraño individuo les hará una propuesta de lo más extraña y siniestra para sobrevivir al mundo exterior.
Tenemos la carne, el incendiario debut del joven Emiliano Rocha Minter (26 años) es un perfecto ejemplo del pujante nuevo cine mexicano, nombres como Carlos Reygadas, Jorge Michel Grau o Amat Escalante (no os perdáis su notable La Región Salvaje), o el beneplácito de directores ya consagrados como Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón ha servido de alguna manera para que esta nueva corriente de interesante y arriesgado cine autoral empiece a sonar con bastante fuerza, Tenemos la carne aparte de ser una extrema ópera prima nos ofrece una sugerente premisa en donde una grotesca performance hereditaria del arte y ensayo incide más sobre lo ambiguo que en lo preciso de la propuesta.
Posiblemente una gran mayoría de público y prensa que asiste con regularidad a Sitges hubiera preferido que la película que más le hubiera incomodado este año a través de lo explícito de sus imágenes hubiera sido Grave o el último film de Rob Zombie, sin embargo fue Tenemos la carne, un producto que sigue siendo de difícil digestión para un colectivo determinado como el de Sitges, más conservador y mainstream de lo que se puede pensar en un principio y no tan comprensivo con según qué tipo de cine, un producto que la organización del festival intento sacar de esa especie de bendito gueto que es la sección Noves Visiones. Tenemos la carne parte a través de una poética enfermiza en donde vemos como dos hermanos buscan cobijo en un supuesto escenario postapocalíptico, la irrupción de un tercer personaje servirá para dar entrada a todo tipo de parafilias sexuales, incesto, necrofilia y el canibalismo tendrán cabida progresivamente en un escenario en donde la naturaleza social del ser humano parece volver a unos orígenes de instintos primarios. Emiliano Rocha Minter posiciona un producto de voluntario contenido grotesco y enfermizo pero de clara y fascinante expresión evolutiva situándolo en las antípodas de la indiferencia del espectador, exponiendo una ambivalencia formal que parece incidir en el análisis alegórico de un México actual alienado en donde el director se permite a través de una cuidadísima puesta en escena el lujo de mezclar con acierto la narración más caustica con insertos experimentales. Tenemos la carne parte del objetivo de intentar remover conciencias y conceptos en el buen sentido de la palabra, esto último no es ironía, cine de riesgo y valiente que necesita de más de un visionado, a ser posible lejos de la intoxicación de ese estancado colectivo que se levanta de las butacas a media proyección incapaz de poder asimilar nuevas coordenadas cinematográficas.
Valoración 0/5: 4
El ataúd de cristal
Vestida para la ocasión con un elegante traje de noche, Amanda entra en la enorme y lujosa limusina que espera aparcada frente a su casa para llevarla a la gala en la que recogerá un premio a su trayectoria como actriz. De pronto los cristales de las ventanillas se tintan de negro, el móvil de Amanda queda deshabilitado y no puede abrir ninguna de las puertas. Y una voz, distorsionada por un filtro metalizado, le pide por favor que deje de intentar romper cualquiera de las ventanillas, va a ser imposible, eso también lo había previsto. Será mejor que asuma cuanto antes que está atrapada ahí dentro. A partir de ahora, si Amanda no quiere que pasen cosas más desagradables de lo estrictamente necesario, será mejor que durante el resto de la noche cumpla con todo lo que la voz le vaya ordenando.
Decepcionante debut por parte del director de origen vasco Haritz Zubillaga, El ataúd de cristal que se pudo ver en Sitges en rigurosa premiere mundial es un film en donde sus muy dilatados 75 minutos de duración se hacen por increíble que parezca demasiado largos. Una película que podría definirse como un cruce estilístico entre el thriller de supervivencia minimalista de un único escenario, muy al estilo del Buried de Rodrigo Cortés pero cambiando como escenario el ataúd por una lujosa limusina. El gran problema de la película es que en ningún momento llega a ser creíble la situación que nos es expuesta, lo único que podría salvar en parte un producto de las características de El ataúd de cristal es su valiente intento de hacer un tour de forcé de género arriesgado o la esforzada performance la actriz Paola Bontempi, lamentablemente sus resultados son diametralmente opuestos a sus supuestas intenciones, Haritz Zubillaga abusa de una sobre explicación en lo referente a sus diálogos, no trabaja la intriga en base a una posible sutileza, más bien todo lo contrario, El ataúd de cristal se mueve a través del pantanoso terreno de una planificación convencional cuando en teoría se partía de una base supuestamente original, para más inri en su final hay una escena fusilada del Cape Fear de Martin Scorsese, señal tan inequívoca como dolorosa de la diferencia existente entre el saqueo y la referencia.
Valoración 0/5: 1’5
Detour
Harper está convencido de que su padrastro causó el accidente que dejó a su madre en coma. Una noche de borrachera, le cuenta sus penas a Johnny, un golfo que le ofrece una solución a sus problemas: liquidar al tipo a cambio de veinte mil dólares.
El británico Christopher Smith un habitual del festival presento dentro de la sección Òrbita su último trabajo como director, Detour, film del que dijo sentirse más contento y que consideraba como el mejor de su carrera, por lo que respecta a este servidor aunque Detour tenga alguno que otro atributo a destacar está claramente un peldaño por debajo tanto de la notable Triangle como de su algo olvidada epopeya medieval Black Death o incluso de su efectiva Creep.
Detour parte desde el claro homenaje al neo-noir (de alguna manera no deja de ser una reinterpretación a modo de serie B y en clave de teen movie del clásico del mismo título dirigido por Edgar G. Ulmer en 1945), Christopher Smith utiliza una serie de estratagemas narrativas (división de tramas paralelas, pantalla partida) algo cuestionables en lo referente a su utilización y que terminan irremediablemente yendo en claro detrimento con respecto a los pobres recursos cinematográficos en los que se sustenta, agravados en esta ocasión por una elección de casting a mi modo de ver bastante errónea. Detour es un thriller que por momentos da la sensación de ser una especie de versión ramplona y algo manida del Brick de Rian Johnson, funcionando muy esporádicamente a modo de road movie criminal ligeramente entretenida en base a sus trampas narrativas pero a todas luces insuficiente en su propósito de intentar transcender de alguna manera.
Valoración 0/5: 2l
31
Cinco personas son secuestradas en los días previos a Halloween y mantenidos como rehenes en un lugar llamado Murder World. Mientras están atrapados, deben jugar un juego violento llamado 31, donde la misión es sobrevivir 12 horas contra una pandilla de payasos malvados.
La nueva película de Rob Zombie venía precedida de una cierta polémica desde su premiere el pasado mes de enero en el festival de Sundance, las mala recepción que tuvo en el certamen norteamericano ha ido creciendo cual bola de nieve hasta llegar a Sitges, es harto evidente que Rob Zombie suele dividir opiniones de forma bastante drástica, su cine no es un plato para todos los paladares, incluyendo a los supuestos expertos del género, que 31 tuviera una mala acogida en Sundance no deja de ser algo normal, que en parte también la tuviera en Sitges ya no lo es tanto, algo que obliga a una cierta reflexión en lo concerniente a la reivindicación y defenestración casi instantánea de tendencias genéricas que a día de hoy son cada vez más visibles.
Esta caro que 31 (subvencionada a través de un crowdfunding) dista mucho de ser lo mejor de Rob Zombie, posiblemente sea su trabajo más liviano en concepto hasta la fecha, aquí no hay personajes como tales, tampoco una historia, 31 es puro y duro art concept made in Zombie, de clara naturaleza ecléctica, esa fijación a la hora de recrear los 70 es muy visible en un film que transita a través de lo grotesco y el slow motion, una especie de regreso al cine de terror de iconografía perfectamente intacta y que funciona al mismo tiempo como una suerte de versión sanguinaria del The Running Man de Arnold Schwarzenegger, el problema viene a la hora de querer equipararla con The Lords of Salem (título clave del terror contemporáneo a mi entender), en 31 Zombie retrocede en conceptos y coordenadas a sus inicios como director, una película que a mi entender y pese a las carencias y derivas (casi autoimpuestas) de las que hace gala es el mejor slasher como tal del año, aparte de contar con uno de los mejores villanos vistos últimamente en una pantalla de cine (Doom-Head genialmente interpretado por Richard Brake), para otro día y con más tiempo sería conveniente reflexionar sobre lo arriba expuesto, esa manía que querer reivindicar por ejemplo cualquier slasher justito de los ochenta y renegar actualmente de un concepto tan diáfano y honesto en lo genérico como es 31 es algo que el tiempo pondrá en su justo lugar, como casi siempre suele ocurrir en estos casos.