“Colossal” review

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Una chica que se pasa todo el día de juerga en juerga (Anne Hathaway) descubre que tiene una misteriosa conexión con un monstruo gigantesco que está provocando el caos en el otro extremo del globo.

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Dentro de la sección oficial del festival de San Sebastián pero fuera de concurso se pudo ver el nuevo trabajo del realizador cántabro Nacho Vigalondo  Colossal, su primera película 100% extranjera, un film por momentos inclasificable a nivel genérico pero plenamente consecuente con un imaginario propio que el director español que ya había plasmado en anteriores trabajos suyos, posiblemente una película en donde de una manera más clara quedan reflejadas sus principales virtudes pero también sus evidentes derivas e incluso carencias. Si en Extraterrestre Vigalondo utilizaba una invasión extraterrestre como excusa a la hora de transitar a través de una comedia de tono romántico-absurdo en Colossal tampoco veremos los monstruos que uno espera ver en un film de esta supuesta premisa, aquí se utiliza el concepto del Kaiju-eiga como una simple lectura genérica a modo de concepto-excusa para adentrarse en el posicionamiento de una mujer dentro de una particular sociedad, partiendo de la base de que cuando la protagonista se desmadra o emborracha un gigantesco monstruo mata gente en Seúl, una premisa expuesta como punta de partida a la hora de abordar lo que ocurre cuando las cosas se tuercen y derivan en la crisis existencial de una treintañera o la dificultad de esta a la hora de crecer emocionalmente en el momento de su vida en que percibe un contundente breakdown emocional, un personaje intentando recuperar el control de su vida expuesto a través de un catálogo anómalo, bizarro, extravagante, tan incuestionablemente original como por momentos absurdo.

colossal_02En Colossal Nacho Vigalondo nos vuelve a contar una historia en donde los personajes nuevamente son lo más importante de ella, una película dotada de un onanismo (que no pedantería desde mi punto de vista) fílmico muy propio, con todo lo que ello comporta, tanto en lo bueno como en lo no tanto, Nacho Vigalondo es un cineasta que pese a manejar una amplísima amalgama genérica tiene las ideas muy claras a la hora de no incidir en temáticas y lugares comunes, asume riesgos creativos con ligera gracia, aquí nos ofrece su peculiar visión de lo que él cree que es una película de kaiju, evidentemente quien espere un tratamiento convencional de la temática Colossal no le dará la claves supuestamente esperadas. Hay interesantes apuntes en la película entre tanta disparidad formal, por momentos vemos como aflora un inteligente uso de espacios y medios de exposición, por ejemplo sólo llegamos a ver a las criaturas a través de dispositivos, ya sean pantallas de televisión, portátiles o teléfonos móviles etc, pero lo que realmente valida una propuesta de las características de Colossal es en como esta abraza el concepto de la demencia y el riesgo formal como pocos cineastas se atreven a hacerlo hoy en día, ese camino escogido con firmeza y determinación por parte de Vigalondo denota una particular inteligencia a la hora de dar salida a tanta referencia cinefilia de serie B y tono extravagante.

Pese a sus evidentes imperfecciones, especialmente en lo referente a su descompensada y algo errática narrativa Colossal también posee la indudable virtud de abordar, a través de un tono que en parte la emparenta al cine indie americano, temas en apariencia supuestamente complejos, a través de esa hilaridad argumental se intenta transitar en lo referente a un supuesto mensaje de naturaleza metafórica, Nacho Vigalondo intenta transitar a través de vías no muy comunes (aunque posiblemente desarrolladas de forma algo irregular hay mucha capas narrativas que invitan a reflexiones  interesantes dentro de la películas, maltrato psicológico, machismo, alcoholismo, adicciones, traumas de infancia que marcan irremediablemente nuestra vida ) siendo un realizador que no deja de ser una “rara avis” dentro del actual panorama cinematográfico español e incluso internacional, Colossal es puro funambulismo creativo no apto para todo los paladares, pero en mi opinión infinitamente superior en muchos conceptos a productos supuestamente mainstream dirigidos por directores españoles sin ningún ápice de talento y encumbrados de forma generalizada por campañas invasivas televisivas, un autor que en definitiva y pese a transitar por muchos momentos a través de la cuerda floja se apoya en lo extravagante para ofrecernos un tipo de cine libre de restricciones, algo que se tendría que valorar en su justa medida y más viendo los tiempos de extrema sequía creativa existentes a hoy en día .

Valoración 0/5: 3

 

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