Los nuevos extraterrestres (Juan Piquer Simón, 1983). Int.: Ian Sera, Nina Ferrer, Emil Linder, Susana Bequer. España, Francia. 35 mm. Color. 80’
Hermano del espacio (Fratello dello spazio, Mario Gariazzo, 1988). Int.: Martin Balsam, Agostina Belli, Silvia Tortosa, William Berger. España, Italia. 35 mm. Color. 89’
«Los extraterrestres visitaron Madrid en los ochenta y «Sala:B» lo demuestra con esta sesión doble de cine de barrio tardío y alienígena.
Juan Piquer Simón, un habitual de esta sala, empezó a dirigir Los nuevos extraterrestres en los bosques de Rascafría, donde iba a estrellarse un meteorito lleno de huevos alienígenas. Las primeras secuencias, con efectos visuales artesanales y una excelente fotografía neblinosa de Juan Mariné, anuncian una peli de miedo, un slasher rural con monstruos del espacio exterior que podría definirse como el cruce entre Alien y Mil gritos tiene la noche (Juan Piquer Simón, 1982). Pero en mitad de rodaje se cuela otro meteorito, el taquillazo del E.T. de Spielberg, y el distribuidor americano se emperra en añadir una trama de amistad infantil con marciano para explotarla mejor. Muy a su pesar, Piquer Simón se ve obligado a introducir dos nuevos personajes: Tommy, el niño, y Trompy, el extraterrestre, que provocan en la película un extraño caso de bipolaridad. Escenas terroríficas conviven así con muñecos de ojos tiernos y gesto pasmado, muertes violentas con stop-motion de juguete. El resultado no fue el ideal, pero sin duda es una de las películas fantásticas más imprevisibles del director valenciano, que reproducía –involuntariamente– el mismo dilema que dio origen al célebre E.T.: una película para niños rodada como una de terror.
A continuación, en Hermano del espacio veremos aterrizar unas cápsulas espaciales en suelo estadounidense, aunque gran parte del rodaje de esta coproducción transcurrió entre la iglesia de Torrelaguna y Robledo de Chavela. El director Mario Gariazzo (Roy Garret) y el productor José Frade reunieron aquí un reparto internacional, con nombres como Martin Balsam, William Berger, Silvia Tortosa, Agostina Belli, Eduardo Fajardo, Rafaela Aparicio y hasta León Klimovsky, que hace un cameo. El proyecto no se contentaba con explotar E.T., subían la apuesta con las escenas más espectaculares de Encuentros en la tercera fase –a mitad de precio– y con la incorporación de una telépata y un sacerdote que aportan atrevidas lecturas parapsi-católicas. Aseguran además haberse basado en el mítico caso de Roswell, adelantándose a Expediente X y el boom del fenómeno OVNI de los 90.
La exposición “Madrid, escenario de cine fantástico”, comisariada por Víctor Matellano e itinerante por toda la Comunidad de Madrid hasta final de año, nos ha dado la pista para programar estos dos títulos insondables de ciencia-ficción con aires madrileños». (Álex Mendíbil)
Duración total aproximada de la sesión: 200’
Presentación a cargo de Victor Matellano, cineasta y comisario de la exposición “Madrid, escenario de cine fantástico”, y Álex Mendíbil, comisario de «Sala:B»














secundarios de la talla de Judy Davis o Anthony LaPaglia. A través de dichos postulados Nitram también podría servir como interesante punto de debate en relación a la legitimidad moral que pueden llegar atesorar según qué miradas cinematográficas que apelan a luctuosos hechos reales, en dicho sentido Justin Kurzel se pone, y en parte nos pone, en la piel del asesino adelantándose a la masacre acaecida en Port Arthur, Tasmania, en donde en el año 1996 murieron 35 personas y acabaron heridas otras 23.





















Avec amour et acharnement / Both Sides of the Blade (Fuego)













ajeno que en vez de restar autoria da la impresión de enriquecer ese particular imaginario a través de un relato situado a media camino entre la fábula lúgubre y la ensoñación, el cine, que como suele ser preceptivo transita nuevamente por universos atormentados y enigmáticos, de la responsable de Innocence vuelve a orbitar pues en base a universos femeninos que dan la sensación de estar en constante peligro en donde ese statu quo en el imaginario de Hadzihalilovic que es la perdida de inocencia deviene como forzada de forma no natural, especialmente en infantes, empujados en la mayoría de ocasiones a través de un estado casi narcótico, siendo manipulados por misteriosos mayores que ejercen autoridad sobre el menor en base a intenciones percibidas como poco claras, de hecho en este sentido las tres películas de la realizadora francesa podrían ser interpretadas a tal respecto perfectamente casi como de una trilogía temática se tratase. Aquí el relato, nuevamente sin apenas diálogos, es percibido incluso como algo más críptico que los anteriores trabajos de su directora, en cierta manera estamos ante un tipo de cine que prioriza por encima de todo el componente sensitivo a la hora de proponer difusas lecturas, el espectador que acepte dicho reto ha de refugiarse más en la atmosfera de las imágenes, magistral fotografía a cargo de Jonathan Ricquebourg, que en buscar la racionalidad a una historia contada en base a una narrativa en donde no resulta fácil aplicar una lógica explicativa a según qué determinados imaginarios oníricos, en este sentido quien busque una interpretación fácil a esos dientes de hielo o a ese succionador de saliva seguramente se estrelle contra un muro difícilmente franqueable .


