“Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films” review

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¿Qué tendrá la Cannon para inspirar no uno, sino dos documentales? La respuesta es fácil: cinefilia sin complejos, descaro y dos cerebros, Menahem Golam y Yoram Globus, más grandes que la vida. Electric Boogaloo analiza las demenciales estrategias publicitarias con que la productora sacudió los cimientos de Hollywood.

Mark Hartley con tan solo tres documentales en su haber parece haberse convertido por méritos propios en el cronista por excelencia en el ámbito del documental de la cinefilia más despreocupada, aquella destinada a ser valorada de manera especial por el ávido consumidor de las cinematografías más singulares habidas y por haber, si en “Machete Maidens Unleashed!” se analizaba y diseccionaba las producciones rodadas en  Filipinas entre los años 60 y 70, en la excelente “Not Quite Hollywood” se desgranaba todo lo referente a el exploitation australiano, ahora le toca el turno a este “Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films” en donde se nos cuenta el devenir de la productora Cannon a través del estudio y la trayectoria de dicha compañía, auge y caída, consecuencias, etc, todo contado de manera rigurosa y haciendo hincapié al mismo tiempo en las partes más oscuras del devenir de esta peculiar productora, la visión que nos llega a ofrecer Mark Hartley en los tres documentales oscila a partir de una perspectiva de un claro carácter reivindicativo y tono lúdico-festivo, pero al mismo tiempo mostrado todo con un indudable acierto a través de una acertada radiografía en donde el paso del tiempo ayuda a valorar en su justa medida la valoración que empezamos a tener de dichas tendencias cinéfilas-geográficas, y que gracias también a la rigurosidad mostrada apartir del arsenal de imágenes que se nos llega a ofrecer se consigue adquirir un producto tan valioso como indiscutible.

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Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films” logra cimentar de alguna manera su gran virtud en obviar la mera crónica tal cual, aquí se potencia todo en base a un rico anecdotario de testimonios, tan ameno como disfrutable, se informa y se logra entrener a la audiencia, en un trabajo donde se percibe de una manera bastante clara ese enfermizo entusiasmo
 adyacente por parte de Menahem Golam y Yoram Globus mostrado aquí por una serie de comportamientos que los hace capaces de no llevar jamás a los empresarios a dar su brazo a torcer a la hora de seguir adelante con su objetivo, fuese cual fuese la circunstancia o problema ante la que se encontrasen o la deuda que tuviesen que afrontar, todo ello guiado desde una temeridad que a la larga tuvo sus funestas consecuencias. El documental aunque siga cierto orden cronológico en su narración adquiere su mejor beneplácito cuando se llega a informar sobre una película o vicisitud, se nos cuentan algunas anécdotas y curiosidades varias sin necesidad de saber mucho de ella misma, se potencia el anecdotario por encima del análisis más propiamente dicho. Gracias a estas anécdotas sabremos de los vericuetos y el talento empresarial de Menahem Golam y Yoram Globus para vender una película solo con un poster en su haber de un film que aún no existe, mostrándonos su lado más freak y despreocupado y logrando con esto que el espectador en alguna medida logre empatizar de inmediato con lo que está viendo en la pantalla, algo que ya ocurría con los trabajos anteriores de Hartley, todo en base a un muestrario de claro tono despreocupado y carácter naif, un perfecto trabajo en definitiva donde el ejercicio nostálgico se pone por delante a la hora de juzgar la calidad artística del producto en la que se basa dicho estudio.

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Quizás la única pega que se le puede achacar a este extraordinario documental
  es la omisión existente de modo completista al impacto que se produjo en los ochenta en el consumo casero del VHS, fenómeno este en el que la Cannon tuvo un papel bastante destacado, para un estudio global y pormenorizado de dicha tendencia y posteriores consecuencias no estaría de más echar un vistazo a otro notable documental que estudia la influencia de este formato en la época de los ochenta y su repercusión a posteriori (“Rewind This!” Josh Johnson 2013).

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Al final y pese a su tono liviano por el que trascurre “Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films” curiosamente se termina dejando una especie de halo de tristeza en el espectador, no solo por el subrayado nostálgico de una época que no volverá, un tiempo en que la manera de entender y hacer cine sería impensable a día de hoy, pues al fin y al cabo la Cannon no deja de ser la crónica de un fracaso anunciado, visto aquí y a día de hoy desde una visión reivindicativa pero fracaso al fin del cabo, recordemos que el estudio también produjo trabajos a gente como Jean-Luc Godard, John Cassavetes o Barbet Schroeder, la crónica de la búsqueda de una quimera a la hora de conquistar desde varios frentes un Hollywood que nunca les acepto, todo ello unido a una especie de fatalidad que acompaño a la compañía hasta su final, Mark Hartley en el pasado  festival de Sitges comentaba a este respecto que si solo una de las grandes apuestas de la productora “Cobra“, “Superman IV” o “Masters del Universo“(sonoros fracasos que a la postre precipitaros su caída) hubieran triunfado en taquilla ahora posiblemente aun existiría la Cannon.

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Para finalizar comentar a modo informativo dos trabajos que sirven al mismo tiempo como perfectos anexos a “Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films“, por un lado “The Go-Go Boys: The Inside Story of Cannon Films“, documental oficial por decirlo de alguna manera en dónde si se incluyen las entrevistas a Menahem Golan y Yoram Globus, al primero a los pocos meses antes de su fallecimiento, y que lejos de ser un producto complaciente dadas sus circunstancias se convierten un perfecto complemento al documental que aquí nos ocupa, haciendo especial hincapié en el uso de la biografía de carácter más personal de nuestros dos protagonistas, y por otro lado una recomendación en papel impreso que también sirve como perfecto acompañamiento a dicho estudio, el libro Cannon Films a cargo de los chicos de Applehead Team Creaciones donde se desglosa de una manera tan liviana como entretenida la vida y milagros de la compañía. Una productora donde la utopía, los sueños y una perfecta
  contextualización de los hechos acaecidos nos son mostrados por parte de Mark Hartley de una manera brillante en este tan obligado de visionar como necesario documental.

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