España, años 50. Montse (Macarena Gómez) ya no es joven, ha perdido su juventud cuidando de su hermana pequeña, encerradas en un siniestro piso del centro de Madrid. Su madre murió en el parto de la pequeña (Nadia de Santiago), y el padre (Luis Tosar) no pudo soportarlo. Huyó cobardemente dejándolas solas. Obligada a ser padre, madre y hermana mayor, Montse se esconde de la vida, entre cuatro paredes, alimentando un temperamento obsesivo y desequilibrado: padece de agorafobia, y no puede dar un paso fuera de casa. Ella no entiende lo que le sucede, y el sufrimiento que esa extraña enfermedad le genera la obliga a refugiarse en un mundo de Padrenuestros y Avemarías. Montse trabaja de costurera y el único eslabón que la une con la realidad es la niña, una niña que está dejando de serlo. Un día, esa cadena se rompe: Carlos (Hugo Silva) un vecino joven e irresponsable, tiene la desgracia de caerse por las escaleras, buscando ayuda en la única puerta a la que ha sido capaz de arrastrarse. Montse le recoge. Alguien ha entrado en la madriguera de las musarañas….
«Musarañas«, el film apadrinado por Álex de la Iglesia y dirigido por los noveles Juanfer Andrés y Esteban Roel, que llega a nuestros cines este 25 de diciembre, fue unos de los platos fuertes de la pasada edición del festival de Sitges, a medio camino entre el drama traumático y el humor negro, la cinta llega a colindar por momentos en su narración con el «Misery» de Rob Reiner, logrando llegar en sus últimos veinticinco minutos a una generosa espiral de dosis de gore algo extraña, de tono muy “granguiñolescas, que remiten de manera notoria y clara al cine de Álex de la Iglesia, consiguiendo que al final el producto se emparente más hacia lo visceral que lo psicológico.
De hecho esa parte final algo alocada de «Musarañas» rompe en algo la temática en la que se sustenta su principal tesis argumental, un costumbrismo oscuro, tema bastante recurrente en cierto tipo de cine patrio como por ejemplo «El Crimen de Cuenca» de Pilar Miró, la reivindicable «Una vela para el Diablo» de Eugenio Martín o el infravalorado último trabajo de Narciso Ibáñez Serrador, la tv movie «La Culpa«, por citar solo algunas, a partir de este enunciado Juanfer Andrés y Esteban Roel logran manejar bien uso del espacio, un escenario reducido que contribuye a crear una atmósfera malsana y claustrofóbica, acercándola por momentos a cierta tendencia de cine Polanskiano, acrecentándola con el oscurantismo y afán religioso mal entendido y llevado al extremo, tema recurrente y propio que calza a la perfección con la españa profunda de la posguerra.
Lástima que la película no termine de aprovechar del todo la oportunidad de profundizar más en esa premisa, en ese ambiente claustrofóbico y opresivo en el que vive enclaustrada el personaje de Montse (magnifica Macarena Gómez, personaje de gran profundidad psicológica, adecuadamente sobreactuada para el papel, posiblemente sea uno de los puntos más logrados de la película, actuación que transita siempre en el límite de lo grotesco pero sin perder la credibilidad, no así el personaje de la hermana, interpretado por Nadia de Santiago, poco creíble y poseedora de múltiples tics, algo propio de jóvenes actores provenientes de la televisión ). Sin embargo «Musarañas» adolece de una linealidad correcta en su propuesta, no siempre se nos presenta de una manera equilibrada esa línea argumental antes mencionada, derivándola hacia una cierta irregularidad, el mix genérico presenciado, drama algo costumbrista, retazos de comedia o gore en su tramo final, no termina de cohesionar de forma correcta.
Aun con sus defectos «Musarañas» es un elogiable ejercicio de estilo llevado por momentos con cierta pericia por parte de sus directores, pero sobre todo la película es un loable intento de generar un cierto tipo de cine de género que cada día escasea más en el actual y deteriorado panorama cinematográfico español, tan importante como que referentes del cine fantástico del país (Álex de la Iglesia a través de su productora Pokeepsie Films) apadrinen a nuevos directores y apoyen esta clase de proyectos que lamentablemente parecen encontrarse en vías de desaparición, ya solo por esta premisa merece la pena detenerse en propuestas de esta índole.
Valoración 0/5:3’5