“The Stanford Prison Experiment” review

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Película basada en una historia real que tuvo lugar en 1971, cuando el profesor de Stanford Dr. Philip Zimbardo creó lo que se convirtió en uno de los experimentos sociales más impactantes y famosos de todos los tiempos: en unos días fue capaz de convertir a un grupo de ciudadanos de clase media en gente sádica por un lado y víctimas sumisas por otro.

The Stanford Prison Experiment” es la tercera aproximación en celuloide del famoso estudio psicológico universitario acontecido en el verano de 1971 en la universidad de Stanford, si en el film alemán basado en el libro “The Black Box” de Mario Giordiano y dirigido por Oliver Hirschbiegel “Das Experiment” (2001) y su posterior remake estadounidense “The Experiment” (2010) se apoyaban en el caso real para acabar desenvolupando una suerte de drama de suspense con contornos de thriller de tono algo pueril en su tramo final, “The Stanford Prison Experiment” es de una forma clara la que expone de manera más fidedigna y detallada el suceso acontecido.

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Aunque claro el llegar en último lugar en un periodo de tiempo relativamente corto supone un ligero hándicap a la hora de valorar la relativa exclusividad del relato, no tendría que ser así pero es algo inherente en la apreciación que puede haber por parte del espectador, “The Stanford Prison Experiment” pese a ser claramente superior a sus predecesoras no acaba de ser redonda en sus propósitos, si hace bien poco hablábamos de como “Experimenter” el reciente biopic sobre el psicólogo Stanley Milgram perpetrado por Michael Almereyda no terminaba de explorar de una manera convincente todas las enormes posibilidades de la historia, Kyle Patrick Álvarez tampoco llega a profundizar con suficiente acierto sobre tan apasionante estudio social y sus posteriores consecuencias y reflexiones,
 “The Stanford Prison Experiment” es una película filmada de manera pulcra, incluso por momentos de forma elegante pese a su bajo presupuesto, con un acertado uso del espacio escénico de tono claustrofóbico, interpretada de manera muy acertada por casi todo el casting, pero fracasa a la hora de reflexionar y analizar con solvencia sobre los comportamientos que afloran en los personajes dentro de la situación a los que han sido sometidos, sumisión, abuso de poder, vulnerabilidad, etc.

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El film de Kyle Patrick Álvarez da la impresión de que solo pone cierto énfasis en mostrarnos los hechos-comportamientos y poca cosa más, no se profundiza más allá de los actos mencionados, no deja de ser sintomático como lo más interesante a la hora de discernir sobre el alegato por parte de los propios personajes acontezca en base a entrevistas después del experimento y que podemos ver de una forma muy escueta durante los títulos de crédito finales, en este aspecto creo que el gran lastre existente en “The Stanford Prison Experiment” es el retrato algo difuso que vemos del doctor Phil Zimbardo interpretado por Billy Crudup, retrato por cierto nada complaciente pese a participación del mismo Zimbardo en el proyecto, teóricamente y tal como está estructurado el film a él le corresponde discernir acerca del lento desfase psicológico de las cobayas humanas que controla a través de cámaras de video, dando como resultado la extrapolación de la impresionabilidad y la obediencia de los sujetos cuando a estos se le proporciona una ideología legitimadora, sin embargo este en teoría rol que tendría que ser primordial se presenta lleno de dudas y muy falto de matices, básicamente solo se plantea el debate entre la protección de sus estudiantes o la de su investigación, cuestiones tales como la supuesta falta de ética y las barreras existentes en los límites del método científico quedan muy diluidos en el film, apenas son esbozados. “The Stanford Prison Experiment” termina convirtiéndose en un paradigma de como mostrar con cierto aplomo matices de tono realista en su puesta en escénica pero sin llegar a adecuar de una forma concisa ese microcontexto de la sociedad que se ve reflejado en los actos y comportamientos de los que vamos siendo testigos a lo largo del metraje.
 

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Valoración 0/5:2’5