Crónica Festival de Sitges 2019. Día 2

Paradise Hills

Paradise Hills nos sitúa es un internado de lujo del mismo nombre ubicada en una isla remota en donde familias acomodadas mandan a sus hijas para que sean entrenadas y educadas para ser mujeres perfectas al estar sometidas a un intenso tratamientos de belleza, gimnasia y dietas restringidas para tratar de eliminar todos los supuestos defectos físicos y emocionales que atesoran al entrar. Una joven llamada Uma es enviada allí pero pronto descubrirá que la residencia oculta un oscuro y terrible secreto.

En una edición en donde el nivel  medio de las producciones patrias fue bastante decente la opera prima de la joven realizadora bilbaína Alice Waddington supuso un inevitable punto de discordia o inflexión con respecto a sus compañeras de viajes. Paradise Hills dadas sus muy particulares características nace involuntariamente con una inequívoca vocación, con la duda de su voluntariedad, de ser una película de naturaleza maldita, de esas que en el momento de ver la luz, normalmente a través de certámenes cinematográficos, suele ser vilipendiada por un gran sector de la crítica festivalera pero que al cabo de los años es en parte rescatada del olvido, en algunos casos incluso reivindicadas dada su singularidad, a lo largo de estos últimos años Sitges ha presentado diversas propuesta que se ceñían a la perfección a dicha tesis, por poner solo dos ejemplos citaremos The Birthday de Eugenio Mira y el Atolladero de Oscar Aibar, ambos films comparten junto a Paradise Hills una condición de rara avis que las aleja de cualquier tipo convenciones genéricas amparadas en el convencionalismo.

Paradise Hills parte de la idea de ser de alguna manera un pastiche de referencias, las lecturas que nos llega a ofrecer devienen como infinitas, a un nivel estético y visual principalmente, en ocasiones expuesto a través de un tono inequívocamente barroco, Picnic en Hanging Rock está muy presente, también encontramos retazos de La residencia o incluso de La fuga de Logan, enmascarada argumentalmente a medio camino entre los rasgos de una distopía feminista retrofuturista y los cuentos de hadas al uso a modo de indagación fantástica en lo referido a problemáticas y rebeliones adolecentes con el empoderamiento femenino situado siempre en la trastienda del relato, a tal respecto Alice Waddington lleva muy al límite un catálogo que mezcla sin demasiadas sutilezas feminismo y ciencia-ficción. De alguna manera lo de Paradise Hills no deja de ser un desafío que dista mucho de ser redondo, más bien todo lo contrario, pese a que la intención sea loable esto no significa que el resultado final sea el adecuado, dicha valentía autoral la direcciona en muchos momentos a bordear esa peligrosa línea que separa la originalidad estética y el ridículo narrativo en un film que indaga más en lo emocional que en lo reflexivo, esto último a fin de cuentas un escollo ciertamente difícil de superar dada su nula profundidad en referencia a un desarrollo que se muestra en todo momento demasiado errático.

Valoración 0/5: 2

 

The Lodge

The Lodge nos cuenta como una joven mujer que está a punto de convertirse en madrastra se encuentra atrapada junto a los dos hijos de su prometido en una casa alejada de cualquier tipo de civilización por culpa de una fuerte nevada. Justo cuando la relación entre los tres parece que empieza a florecer y normalizarse la mujer adopta repentinamente una actitud aterradora que parece provenir del salvaje adoctrinamiento que sufrió en el pasado por parte de una secta religiosa.

Mucha expectación había suscitado en nuevo trabajo del dúo de realizadores compuesto por los austriacos Severin Fiala y Veronika Franz, en este su primera película en lengua inglesa vuelven a recurrir por temarios ya transitados en su notable opera prima Goodnight Mommy, de hecho no dejamos de estar ante una re visitación, en esta ocasión algo más direccionada al relato de terror psicológico de índole más puro pero volviendo a incidir en problemáticas y subjetivas desviaciones dentro del entorno familiar.

En The Lodge, todo vuelve a girar y transitar en torno a los infantes como entes detonantes o ejecutores de la problemática en cuestión o victimas de ella, al igual que en su anterior Goodnight Mommy en donde se prolongan obsesiones estamos ante una película de claras texturas minimalistas en torno a un trauma que da la impresión de estar diseñado y expuesto de una forma milimétrica en base a una perpetua tensión narrativa y escénica, a tal respecto su desarrollo estético es ciertamente brillante, la fotografía a cargo de Thimios Bakatakis (habitual en el cine de Yorgos Lanthimos) vuelve a situarnos en un espacio claustrofóbico, su frialdad por momentos nos remiten a imaginaros asépticos surgidos de cineastas como el propio Lanthimo o Haneke, si en la anterior película era una lujosa casa de campo alejada de cualquier atibo cercano de civilización aquí nos encontramos ante otra vivienda que por culpa de un severo temporal queda completamente aislada, un virtuosismo técnico expuesto en espacios reducidos al completo servicio de una historia expuesta de forma bastante soterrada, Severin Fiala y Veronika Franz detrás de esa admirable construcción de ambientes, de planos sostenidos, no tienen mucha prisas por desvelar sus cartas, la jugada resulta ciertamente interesante por mucho que por momentos uno tenga la ligera sensación de percibir como un exceso de manierismos se sitúan por delante de una narrativa que por momentos deviene como algo mingue en contenidos, por el contrario su gran virtud posiblemente radique en como sabe en un primer momento incomodar para después perturbar en detrimento de simplemente aterrar, de alguna manera estamos ante una película meditada y calculada y no elevada, virtud esta que conlleva el librarse del escepticismo de fundamentalistas del género de terror, la ansiedad atmosférica del entramado con el concepto de la madre intrusa, la religión y el trauma de trasfondo  juegan una baza importante al respecto erigiendo al dúo compuesto por Severin Fiala y Veronika Franz como unos muy aplicados constructores de desviaciones y psicopatías de naturaleza bastantes maquiavélicas.

Valoración 0/5: 3’5

 

Ready or Not

Durante la noche de su boda, una joven mujer recibe la invitación por parte de la rica y excéntrica familia de su nuevo marido para participar en una tradición ancestral que repentinamente se convierte en un juego letal en el que todos luchan por la supervivencia.

Incluso en un festival tan abierto en torno a dinámicas como resulta ser el de Sitges siempre es bien recibido propuestas lúdicas del tipo de Ready or Not, la única película distribuida por un gran estudio, 20th Century Fox, presente en el festival, el film de Tyler Gillett y Matt Bettinelli-Olpin deviene como un producto completamente desprejuiciado con respecto a lo que son sus verdaderos propósitos.

Situada a medio camino entre el slasher y la comedia de estética slapstick en Ready or Not, que además tiene el agradable añadido de ser producida por la intermitentemente renacida Hammer Films, todo transita a través de un ameno subtexto genérico, aquel que en ningún momento se preocupa de ir más allá de sus propios postulados, estos se basan en una multi referencia tan amena como efectiva, cogiendo como punto de partida una premisa derivada de la fundamental El malvado Zaroff de Ernest B. Schoedsack el film de los responsables de la fallida Devil’s Due no profundiza en cuestiones tales como por ejemplo la institución matrimonial, la fantasía depravada  aristocrática de dar caza al desfavorecido o el empoderamiento femenino, en Ready or Not, que se beneficia de una aplicada labor actoral a cargo de Samara Weaving, todo pasa a través de un divertimento de claras connotaciones guiñolescas, una suerte de sátira gótica que al menos tiene el beneplácito de saber equilibrar entretenimiento grotesco, con una buena dosis de gore, y una comedia negra con un ligero acento británico sin que esto último llegue a desvirtualizar el primer y en teoría fundamental concepto, por lo demás dicha fórmula deviene como perfecta a la hora de aplicar unos automatismos en donde las narrativas del todo vale se erigen como un status quo primordial a través de un producto tan distendido y afable en referencia a su comicidad con el espectador como efervescente  en la medida de ser una propuesta totalmente carente de cualquier tipo de pretensión y complejidad posible.

Valoración 0/5: 2’5

 

Il signor Diavolo

Carlo es un chico de 14 años que ha matado a otro llamado Emilio, a quien cuidaba el párroco local. El Ministro del Interior italiano quiere saber qué es exactamente lo que ha sucedido, ya que la relación entre la Iglesia y las instituciones políticas no pasa precisamente por su mejor momento. Carlo acusa al diablo de ser el responsable de lo sucedido y comenta la influencia que ha tenido sobre él una monja. El adolescente está convencido de que Emilio fue el responsable de la muerte de Paolino, su mejor amigo, dos años antes.

Uno de los puntos álgidos de esta edición del Festival de Sitges fue el reconocimiento en forma de un merecido homenaje otorgado al veterano realizador italiano Pupi Avati,  en su extensa carrera como director encontraremos indagaciones dentro del género fantástico ciertamente interesantes como Balsamus l’uomo di Satana o Le strelle nel fosso pasando por ya reconocidos clásicos como La casa dalle finestre che ridono, Zeder o la magnífica L’arcano incantatore, curiosamente y pese a una alternancia genérica en su filmografía muy visible Avati siempre ha regresado de una forma  relativamente continua al género de terror, Il nascondiglio de 2007 no dejaba de ser una interesante re visitación de temarios ya transitados con anterioridad, a sus 80 años de edad el realizador italiano continua ampliando un legado cinematográfico ciertamente notable, Il signor Diavolo basada en una novela escrita por el propio Avati y publicada el pasado año supone un nuevo acercamiento por parte del realizador de origen boloñés al género fantástico siendo una de las propuestas más coherentes y lucidas en el ámbito autoral de las vistas este año en Sitges.

No deja de tener un regusto algo amargo por lo que respecta a un servidor el paso del gran Pupi Avati por el Festival de Sitges, las dos proyecciones en pantalla grande de sus películas, Zeder y la que nos ocupa no tuvieron el beneplácito del lleno en el cine Prado por parte del público del certamen, una pena que estas oportunidades, en cierta manera únicas, de descubrir en primera persona una trayectoria pretérita de un autor tan fundamental como resulta ser Avati no figure como una opción primordial por parte de un tipo de espectador que el propio festival a lo largo de estos últimos años ha ido direccionando de forma casi forzada al evento y las inmediatez cinematográfica, en tal sentido no basta con programar, se tiene que publicitar adecuadamente ese esfuerzo realizado, de alguna manera obligar y empujar al espectador virgen al descubrimiento como tal. Sea como fuere la notable Il signor Diavolo viene a significar la certificación de una militancia que deviene como irrenunciable en su manera de entender una forma de hacer cine, ambientado en el denominado Padano gótico el film indaga a modo de supersticiones atávicas, una temática que ya estaba más o menos presente en sus anteriores L’arcano incantatore y Il nascondiglio, en Il signor Diavolo la diversidad genérica está aún más presente si cabe, desde el thriller policíaco de investigación pasando por componentes políticos, religiosos y evidentemente demoniacos, también encontramos en el relato algún que otro apunte autobiográfico en relación a esa sempiterna confrontación que anida en la fe existente y creencia, o no, del ser humano. Il signor Diavolo termina siendo como no podía ser de otra manera una película de connotaciones atemporales, dado un esteticismo que parece proveniente de otro tiempo seguramente más de uno la tildara de anacrónica, nada más lejos de la realidad pues que puede haber más actual que una irrenunciable constancia de tratados que no se detienen en echar mano a modernidades liquidas, en parte el film de Pupi Avati y su manera en general de percibir el medio cinematográfico deviene como una especie casi en extinción, en desuso, un cine tan artesanal en su definición escénica como familiar a la hora de poner en pie un proyecto que da la impresión de ir a contracorriente, su hermano Antonio y su hijo Alvise han estado presentes a la hora de dar forma a esta producción. Il signor Diavolo termina siendo un regreso al inicio de ese clasicismo gótico que curiosamente nos advierte de la proximidad del final de una carrera, claramente reflejada en una de las cintas más libres de espíritu y sinceras con respecto a su adscripción genérica de las vistas este año en el Festival de Sitges.

Valoración 0/5: 4

 

Kindred Spirits

Chloe es madre soltera, vive con su hija adolescente y mantiene una relación clandestina con su vecino Alex. La irrupción de su hermana Sadie, que regresa a casa tras una larga y misteriosa ausencia, removerá los cimientos de su vida, sobre todo, porque Sadie parece tener intenciones algo dudosas respecto a todos aquellos que se acercan a Chloe.

Kindred Spirits supuso la vuelta a Sitges de un viejo conocido del certamen como es Lucky McKee, con respecto a su nuevo trabajo tras las cámaras su inclusión en una sección como es Noves Visions es cuanto menos bastante discutible partiendo de la base que dicho apartado está en un principio destinado a obras arriesgadas en referencia a contenido y autoría, curiosamente la nueva película de Lucky McKee da la inequívoca impresión de estar situada más bien lo más lejos posible de dichos postulados.

Yendo un paso algo más allá uno intuye que si este film no hubiera estado dirigido por Lucky McKee difícilmente hubiera sido programado en Sitges poniendo nuevamente sobre la palestra esa cuestionable tesitura de como algunas selecciones están más direccionadas por el responsable que la obra en cuestión. Kindred Spirits no deja de ser un paso más en lo concerniente a la involución autoral de Lucky McKee, lejos queda aquella opera prima titulada May, un thriller psicológico en donde pese a sus carencias se podía percibir un imaginario por desarrollar bastante prometedor, The Woods, Red o las algo más desinhibidas The Woman y All Cheerleaders Die fueron trabajos transitorios que nos ponían un poco a la espera de un despegue que no se ha producido aun, a trabajos algo alimenticios como Blood Money se le une este Kindred Spirits situándonos en el punto más bajo de su carrera hasta el momento, la película no deja de ser una indigesta y estandarizada recopilación de ese concepto tan habitual en algunos films de los años 90 expuestos a modo de thriller psicológico en donde un elemento exterior se introduce en un entorno familiar para desestabilizarlo, Pacific Heights o The Hand That Rocks the Cradle son solo unos ejemplos, Kindred Spirits parte de dicha premisa, aquí el elemento distorsionador sin embargo proviene del propio núcleo familiar representado en la figura de una hermana que vuelve tras un tiempo ausente, el elemento psicótico vendrá en la medida de ver cómo esta intenta suplantar la personalidad de su sobrina. Kindred Spirits sin embargo no va más allá de dicho enunciado, su realización y rutinaria puesta en escena parece direccionada a las tv movies de sobremesa, todo resulta tan previsible como manido, no hay atisbo alguno de lo original y conceptual de aquellos primeros trabajos perpetrados por Lucky McKee, de hecho Kindred Spirits dada su más que notoria intrascendencia de forma dolorosa parece situarse en las antípodas de aquellos lejanos tratados.

Valoración 0/5: 1’5

 

Little Monsters

En Little Monsters vemos como Dave, un músico sin éxito, decide acompañar a su sobrino a una excursión del colegio tras sentirse atraído por la profesora Miss Caroline, a dicha excursión se une también una celebridad de un programa infantil. Dicho día de ocio para los niños dará un giro inesperado cuando repentinamente aparece un brote de zombies que pone sus vidas en riesgo haciendo que Dave y Miss Caroline provistos tan solo del ingenio de unos cuantos niños de guardería deban unirse para intentar salvar sus vidas.

Como no podía ser de otra manera el subgénero zombie estuvo presente en Sitges, Little Monsters de Abe Forsythe al igual que el Zombieland Ruben Fleischer también presente en el certamen años atrás y como ejemplo de dicho conclave genérico vino a cubrir de alguna manera esa cuota de cine amable direccionado a una comedia con claras texturas direccionadas a la feel-good movie o a la family friendly  final, un producto que al mismo tiempo sirve como vehículo de lucimiento a una actriz tan en alza últimamente como es Lupita Nyong’o.

A través de un análisis superficial resulta muy evidente que Little Monsters está estructurada en base a una plantilla que deviene como muy reconocible, sus mimbre plenamente detectables juegan de alguna manera sobre seguro, el espectador a los pocos minutos de metraje sabe por dónde irán los tiros, si aceptas conscientemente el juego la experiencia llegará a ser satisfactoria, en este sentido el entorno de Sitges deviene dada su innegable complacencia con este tipo de películas como perfecto para dicha simbiosis, por el contrario si lo que se busca es algo de originalidad que la aleje de una tangente preestablecida en el producto la sensación final será la de decepción o cierta intrascendencia pues el film del australiano Abe Forsythe no va más allá de los postulados arriba citados. Llegados a este punto posiblemente el grado imprimido de humor negro, de irreverencia, sea lo que salve al conjunto de esa cierta irrelevancia final, en Little Monsters la encontraremos pero de forma algo escueta, hay apuntes con especial incidencia en el personaje del popular y narcisista presentador televisivo, en el detectamos algo de corrosividad en el relato, al final la sensación de usar y tirar prevalece un referencia a una película amable en lo comedido de su tono que busca en todo momento la empatía en especial en base a su musicalidad, un tratado de claras connotaciones naif que difícilmente fallara en su propósito si se recurren en estas lideres a temas de Taylor Swift, Hanson o Neil Diamond por ejemplo, una efectividad incuestionable que terminara por nublar cualquiera otra consideración posible que vaya más allá de dicha fórmula.

Valoración 0/5: 2’5

El universo de David Lynch presente en el Festival Internacional de Cine de Gijón

Cabeza Borradora y los cortometrajes de David Lynch formaran parte de las actividades en  torno a la exposición “DAVID LYNCH, SMALL STORIES” en la sala 2 de cultura antiguo instituto.

La Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular de Gijón/Xixón y el Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón (FICX) acompañarán la exposición David Lynch, Small Stories con la proyección de The Short Films of David Lynch, una colección de cortometrajes rodados por el genial artista estadounidense, que brindan una perspectiva más amplia de su personalísimo universo. Esta colección de cortos está compuesta por las siguientes obras: Six Men Getting Sick (1966) primera pieza audiovisual de su carrera, The Alphabet (1968), The Grandmother (1970), The Amputee (1974) y Lumière & Compagnie: Premonitions Following an Evil Dead (1995).

Por otra parte, y ya fuera del espacio del CCAI, los espectadores del FICX también podrán asistir al pase especial de Cabeza borradora (Eraserhead, 1977) en lo que supondrá el estreno en España de su copia restaurada en 4K. Este seminal largometraje de Lynch, que fue la película favorita de Stanley Kubrick, contiene muchas de las ideas que desarrollaría posteriormente en los diversos campos artísticos que ha cultivado, y supone una oportunidad incomparable para establecer un primer contacto con una de las personalidades más singulares de nuestro tiempo. Un creador incomparable, en definitiva, que ha sido reconocido con el Oscar Honorífico que le fue entregado ayer en la ciudad de Los Ángeles.

La exposición David Lynch, Small Stories está organizada en colaboración con la Maison Européenne de la Photographie de París y la Galería ITEM y podrá verse en la Sala2 del Centro de Cultura Antiguo Instituto desde el próximo 15 de noviembre hasta el 26 de enero de 2020.

Crónica Festival de San Sebastián 2019. Día 6

Desamparos emocionales e hipnóticos exorcismos etnográficos

La ópera prima de la joven realizadora Belén Funes había levantado bastante expectación, no ya por tratarse de una cinta española sino por su condición de obra primeriza encuadrada dentro de la sección oficial a concurso, algo que no suele ser muy habitual en festivales como San Sebastián, La hija de un ladrón es de esas películas que sin recurrir a un obvio catálogo de miserias nos transmiten una precariedad que nos va derivando a una sucesión de otras, en el caso que nos ocupa de índole maternal pero sobre todo emocional, en la historia vemos como Sara se ha encontrado sola prácticamente toda su vida. Con 22 años de edad y un bebé al que cuidar, su deseo, más bien esperanzada utópica, es la de formar una familia junto a su hermano pequeño ahora internado en un centro de acogida y el padre de su hijo pese a la fatal total de expectativas, tanto a un nivel económico como afectivo. Su padre, tras muchos años de ausencia y al salir de la cárcel, decide reaparecer en sus vidas. La hija de un ladrón que parte a modo de re visitación y posterior continuación del corto Sara a la fuga realizado por la misma autora años atrás podría partir de la síntesis argumental de ver como el amor, o la empatía emocional no siempre resulta recíproca, el relato nos habla básicamente de como una persona se cae, se levanta y así sucesivamente, estando sola en el mundo, la historia expuesta siempre al filo del documental se ampara en parte en una puesta en escena muy deudora de los hermanos Dardenne por aquello de transitar todo momento bajo un tono en apariencia frio a través de conflictos sociales ubicados normalmente en barrios marginales.

La omnipresente  Greta Fernández (merecida Concha de Plata mejor actriz ex-aequo con la portentosa Nina Hoss) intuye al personaje casi a la perfección en el relato, a tal respecto encontraremos multitud de detalles y pequeñas observaciones, a una primera vista casi intrascendentes pero de gran importancia en la historia, es esa sutileza en dichos mimbres lo que otorga al film de Belén Funes una cualidad muy a tener en cuenta, el expresar a través de una cotidianidad o naturalidad una síntesis perfecta de lo que tendría que ser la contención emocional de un drama expuesto en base a realidades y supuestas ficciones, dicho de otra manera lo que nos cuenta La hija de un ladrón es simple, de la manera en que lo cuenta sin embargo no lo es tanto, no se recurre a una estilización dramática, por fortuna tampoco al tremendismo tan habitual en este tipo de historias, lo suyo va encaminado a una apuesta por el naturalismo duro, seco y extremadamente contemplativo, en el siempre veremos resquicios de esperanza pese a lo difícil de la coyuntura, el extraordinario plano final con que se cierra el film, que nos puede remitir perfectamente a un film con el que guarda bastantes coincidencias como es el Verano 1993 de Carla Simón, viene a representar el mejor ejemplo de todo ello, en definitiva la de una mirada humanista a cargo de una cineasta en la que se percibe una voz propia muy a tener en cuenta en el futuro.

Adiós, el regreso tras su periplo americano a su Sevilla natal de Paco Cabezas vino a cubrir esa cuota de cine comercial español, últimamente también muy direccionado al ámbito de las series televisivas, que el Festival de San Sebastián suele incluir en su Sección Oficial fuera de concurso durante estos últimos años, el responsable de Mr. Right se adentra en esta ocasión en un dramático thriller de venganzas en una historia que nos cuenta como Juan (un Mario Casas que vuelve a reunirse con el director sevillano diez años después de rodar juntos Carne de neón) es un preso en tercer grado y padre de familia que logra un permiso para asistir a la comunión de su hija en Sevilla. Después de la celebración la muerte en un principio accidental de la niña destapa todo un entramado de corrupción policial y de narcotráfico, el caso acaba en manos de Eli, una joven inspectora que tendrá que lidiar con los recelos de un sector de sus compañeros y del padre de la pequeña, que evidentemente quiere tomarse la justicia por su cuenta.

Adiós es esa clase de films cuyas intenciones comerciales son ciertamente loables, sin embargo dicho posicionamiento no termina por justificar una historia que aparte de hacer aguas en diversos frentes da la impresión de ser un mero vehículo para un lucimiento actoral bastante discutible, con ciertas texturas a la hora de abordar un tono que nos remite a una cierta sensación de prefabricación, también en lo referido a unos manierismos bastante detectables últimamente en ese cine patrio que pretende ser comercial, dicho de otra manera estamos ante un producto manufacturado en donde el continuo subrayado juega en todo momento en su contra, perpetuos planos ralentizados para resaltar los momentos de mayor dramatismo o una agresividad que da la sensación de estar impostada por poner solo dos ejemplos. No deja de ser una pena el resultado final, bastante intrascendente, a fin de cuentas los mimbres eran interesantes, escenarios reales que nos trasportan al extrarradio de una ciudad a modo de un submundo en donde casi todo está permitido expuesto con un cierto atisbo de aroma a aquel añorado cine quinqui rodado en nuestro país en los años setenta y principios de los ochenta, todo ello sin embargo son apuntes que devienen como esporádicos en referencia a una supuesta aplicación que termina sustituyendo para mal un tono de tragedia shakesperiano presente pero no ejecutado con solvencia a favor de una estridencia mal entendida provista de claras texturas que nos acaban remitiendo a una especie de videoclip de consonancias y texturas bastantes pueriles.

No suele ser una buena señal en referencia a su calidad que en estos últimos tiempos una película clausure un certamen cinematográfico, The Burnt Orange Heresy fue la encargada de hacerlo en el pasado Festival de Venecia, en San Sebastián su presencia vino dada por el Premio Donostia de uno de sus protagonistas principales, el veterano Donald Sutherland, así pues el segundo trabajo tras las cámaras del realizador italiano Giuseppe Capotondi parte de una serie de coyunturas en un principio muy poco halagüeñas, The Burnt Orange Heresy, adaptación de la novela de Charles Willeford, nos cuenta como el crítico de arte James Figueras, nada que ver por fortuna con el veterano critico catalán, se siente atraído por una turista estadounidense llamada Berenice Hollis. En pleno idilio ambos viajan al paradisíaco lago de Como para visitar a un poderoso coleccionista de arte llamado Cassidy. Este les revela que es el mecenas del famoso pintor Jerome Debney proponiéndoles indagar y recabar información en su oculta y misteriosa obra.

Últimamente son muchas películas que de algún modo han realizado curiosos acercamientos y estudios acerca del mundo del arte, a su mercado y sus críticos a través de una  mirada nada complaciente, por poner solo dos ejemplos uno sería The Square de Ruben Östlund, película con el que comparte protagonista principal, un ajustado Claes Bang, y en clave fantástica la fallida Velvet Buzzsaw de Dan Gilroy, con respecto al film de Giuseppe Capotondi sin embargo sus semejanzas devienen como parciales al estar ante una obra de connotaciones genérica algo duales, en dicha aseveración convendría resaltar que pese a ser un producto entretenido e incluso interesante en su primer tercio por según que apuntes que meditan acerca del arte pese a una cierta verborrea por momentos algo indigesta, un tramo en donde se nos presenta a unos personajes que actúan según lo que les dicta el entorno en el que se mueven, por otra parte hay una segunda parte en la película que sin embarga resulta mucho menos interesante, su algo forzado y caprichoso viraje al noir artístico, o más bien al thriller al uso la hacen bastante predecible en lo concerniente a su narrativa, en tal respecto tanto como indagación autoral o como propuesta comercial The Burnt Orange Heresy da la impresión de quedarse en tierra de nadie, más afortunada en una parcela que en otra siempre nos quedara el consuelo de su presencia actoral, porque bien pensado el film de Giuseppe Capotondi deviene como un perfecto vehículo de lucimiento de dicho tratado artístico, curiosamente y de forma algo contradictoria con actores como el gran  Donald Sutherland que no requieren de esa especie de ese vehículo de promoción, lo suyo es simplemente llenar en el buen sentido de la palabra la pantalla con su sola presencia.

Siguiendo al igual que en días anteriores por ese interesante transito visto este año en la sección Zabaltegi Tabakalera en donde directores no afines al género fantástico nos dan su particular visión en este caso de elementos característicos del género de terror el turno en esta ocasión recayó en el nuevo trabajo tras las cámaras de francés Bertrand Bonello titulado Zombi Child, el responsable de la notable  Nocturama al igual de algunos compañeros suyos, Claire Denis por ejemplo, tiene la virtud de apropiarse de un género concreto para a través de el desarrollar un discurso de connotaciones plenamente de autorales. Zombi Child representa a la perfección ese relato dual que al final termina uniéndose, la película nos trasporta en un primer momento a la Haití del año 1962. Allí vemos a un hombre vuelve de entre los muertos para trabajar en las infernales plantaciones de azúcar. 55 años después en la segunda narrativa vemos como una joven haitiana les dice a sus amigas un secreto familiar, sin saber que esto llevará a una de ellas a cometer un error de trágicas consecuencias. Ni que decir tiene que la abstracción etnográfica que anida en Zombi Child la aparta por completo de lo entendible por algunos como el terror clásico por mucho que la fundamental I Walked With a Zombie de Jacques Tourneur a modo iconográfico está muy presente en el relato, a tal respecto no deja de ser algo curioso las referencias y puntos de partidas utilizados por el realizador francés al comprobar como en otras de sus películas centradas en universos de adolescentes conspirativos como era Nocturama cogía conceptos muy reconocibles de otro de los puntales principales del cine de zombies como es George A Romero.

Zombi Child nos cuenta básicamente como de alguna u otra manera el pasado siempre vuelve a la actualidad, su narrativa se bifurca no solo en referencia a sub tramas diversas sino también el referido a temarios como la teen movie femenina de connotaciones iniciáticas, el cine de zombies o la exploración reflexiva de la cultura francesa desde una perspectiva meramente ancestral en referencia a mitos y realidades diversos, el gran logro viene en la mediada de ver como tal amalgama no llega a desvirtuar al relato, más bien todo lo contrario al encontrarnos con una propuesta plagada de hallazgos, posiblemente donde mejor salga parada es en su exposición acerca de cómo perciben el mundo dos culturas económicamente y socialmente enfrentadas en base a entrecruzamientos y sus continuos contrastes en donde un vínculo de unión fantástico actúa a modo de viaducto a la hora de explorar diversas puertas de las imaginarias vistas en una de las propuestas más validas e interesantes existente dentro de un subgénero enclavado dentro de otro como es el referido a ese otro cine de género tan rico en matices e interpretaciones.

Crónica Festival de San Sebastián 2019. Día 5

Extravagancias autorales y convergentes derivas sociales

Pacified, ópera prima del estadounidense Paxton Winters, se erigió como la gran triunfadora de esta edición del Festival de San Sebastián, Concha de Oro y premios para Mejor Actor, un medido Bukassa Kabengele y Fotografía, un film que nos es narrado bajo la mirada de una chica de 13 años llamada Tati, en la acción situada en los turbulentos días posteriores a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro vemos como a la joven en cuestión le cuesta conectar con un distanciado padre llamado Jaca que acaba de salir de la cárcel tras una larga condena. Padre e hija se verán obligados de alguna manera a abrirse camino en medio de una feroz confrontación entre la policía y las bandas criminales que operan en la comunidad, algo que amenazara con desbaratar sus esperanzas de futuro.  De un aspecto técnico ciertamente impoluto, sigue rondándome en la cabeza ese impresionante plano ascendente sobre las escaleras de la favela, con producción a cargo entre otros del conocido Darren Aronofsky y por aquello de estar comandada por gente apartada o no afín a las fronteras que el film nos sitúa Pacified parte de unas bases que pretenden de inicio no ser convencionales aunque al final en parte lo sea en según qué discutibles manierismos expuestos en su tramo final, la principal referencia al film la podemos encontrar en películas tales como Ciudad de Dios o Tropa de élite, en tal aspecto el punto de partida y posterior desarrollo es similar, su desarrollo sin embargo intenta alejarse algo pese a que el retrato de ese microcosmos social de desfavorecidos en base a unos protagonistas imposibilitados de salir de esa especie de hormiguero ubicado en el corazón de las favelas parezca en un principio idéntico al de sus congéneres. El film de Paxton Winters tiene al menos la virtud de no recrease en la miseria, por fortuna tampoco la juzga, o al menos no de una manera gratuita dando la impresión de estar ante un relato más focalizado en la humanidad de los protagonistas que en la violencia criminal del entorno en el que subsisten, de igual manera nos asistimos a discursos alegóricos en torno a la denuncia entendida como tal, el tono, bastante ameno, transcurre a través de una especie de thriller de connotaciones melodramáticas, en el detectamos una reflexión acerca de la familia como núcleo social motivador, también del anhelo de este por conquistar una libertad, una quimera a fin de cuentas, cuyo final queda escenificado con cierto aplomo en cómo llegar a sobrevivir de una manera u otra a un entorno que deviene como hostil.

Otras de las películas a competición en el día de hoy fue Thalasso del francés Guillaume Nicloux, posiblemente y por lo que respecta a un servidor estemos ante el film meme del certamen en esta edición. Orquestada a modo de una suerte de secuela de la anterior L’enlèvement de Michel Houellebecq el responsable de la notable The End nos sumerge en un dialogo, ubicado en un centro de talasoterapia de rehabilitación física que no mental, entre dos personajes bajo los rasgos del escritor Michel Houllebecq y del actor Gerard Depardieu, en tal interactuación dialogada sin embargo encontramos pese a su presencia un casi nula reflexión que tenga algo de profundidad de temarios que dan la impresión de abarcar como el arte, la política o la religión en detrimento de una caricaturización de ambas figuras. Un servidor por mucho que rebusque no termina de encontrar una justificación sólida que le dé un sentido al producto en cuestión, posiblemente todo radique en ser un simple ejercicio de naturaleza excéntrica en donde dos personajes se ríen de sí mismos, a tal respecto el tramo más ameno de esta incalificable obra lo encontremos en referencia a su inicio, en el vemos las primeras interactuaciones de Michel Houllebecq y Gerard Depardieu, el encuentro entre ellos en ese ámbito tan peculiar como es esa clínica/spa, que por momentos más que sanar da la impresión de asemejarse a sesiones de tortura, provoca un curioso contraste, por momentos a modo de deconstrucción, tan ridícula como hilarante, en el percibimos retazos de slapstick y ligeros apuntes que nos remiten a los primeros trabajos de Woody Allen y hasta a un leve espíritu que nos recuerda a imaginarios provenientes de Jacques Tati, el problema viene dado en la medida de que dicho chiste deja de tener gracia a los quince minutos de metraje haciendo acto de aparición el agotamiento, una vez llegados a este punto dicha dupla cómica se torna en bases a sus maneras muy cuestionable por no decir ininteligible en referencia a su análisis, tanto como su inclusión en la Sección Oficial a competición.

Thalasso mucho más esperpéntica que graciosa a fin de cuentas no deja de ser una broma de muy poca trascendencia, ni en lo positivo ni en lo negativo de su enjuiciamiento, la sensación final es de estar ante un absurdo comedido en base a una comicidad de todo el entramado orquestado por sus responsables, los de delante de la cámara y el de atrás, lástima que dicha intención, que podrá gustar más o menos, no lleve a ningún sito en concreto que llegue a justificar su existencia como tal mas allá de su propio egocentrismo autocomplaciente.

Patrick cerraba las proyecciones de las películas de la sección oficial a concurso que se pudieron ver en la jornada de hoy dentro del Zinemaldia, la opera prima del realizador portugués Gonçalo Waddington volvía a incidir como muchas de las película vistas en esta edición en derivas familiares provocadas por hechos traumáticos, en el caso que nos ocupa centrado en las fatales consecuencias que puede provocar el abuso infantil al cabo de un tiempo, en el film vemos como Mário es un niño de 8 años supuestamente raptado en el interior de Portugal en la primavera del año 1999, 12 años después reaparece en una prisión de París bajo el nombre de Patrick. Las cuestiones pronto irán apareciendo en el relato con preguntas tales cómo dónde pasó los últimos 12 años de su vida. Un relato de clara textura inenarrable en donde parece que se cuenta muy poco, Patrick que podría equipararse a ese otro tipo de películas de terror social tan habituales en el imaginario fílmico de por ejemplo Michael Haneke es un film que da la impresión de bascular principalmente a través de un tormento interior, el referido a la colisión o conflicto entre dos identidades dentro de una misma persona, el de una víctima y la problemática construcción de lo que debería ser su vida adulta, el film orquestado por el hasta ahora actor, dramaturgo y guionista  Gonçalo Waddington apuesta fuerte por una narrativa tan sugerente como desconcertante y en parte fallida aunque no desprovistas de apuntes interesantes ubicado en una historia que no muestra prácticamente nada siendo el espectador el que en parte se vea obligado a rellenar huecos, decisión esta tan compleja en referencia a su ejecución como parcialmente discutible en la medida de lo voluntariamente aséptica que es en prácticamente todas sus facetas, tantas narrativas como escénicas , expuestas todas ellas sin apenas florituras estilísticas, en dicho entramado nos encontramos ante una película que lastra una muy evidente morosidad, especialmente palpable en la parte central del relato, el transito estará expuesto a través de esa supuesta radiografía de un enigma a modo de reflexión sobre el posible origen del mal en el ser humano, el resultado final tendrá la misma tesitura que el origen, tanto uno como el otro plagado de unos silencios que devienen como ciertamente estremecedores.

Dentro de esas primeras y segundas oportunidades autorales qué surgen de una sección tan interesante como resulta ser Nuevos Directores la cinta española Las letras de Jordi, opera prima de la joven Maider Fernández Iriarte, vino a cubrir esa cuota tan necesaria dentro del cine patrio que indaga desde la base en la empatía expuesta a través de un aplicado tono autoral, en el documental vemos como Jordi nació hace 51 años con una severa parálisis cerebral. Sin embargo, no se considera una persona enferma. A pesar de no poder hablar, intenta charlar a través de su tabla de cartón. Cuando tenía 21 años sintió que Dios le hablaba por primera vez. Sin embargo, hoy, tras dejar por fuerza mayor su hogar y a sus padres y tener que mudarse a una residencia, no siente dicha presencia. Las letras de Jordi transita a través de ir desvelando a modo de un diario íntimas confesiones y reflexiones, a tal respecto la relación que se entabla entre la joven realizadora y el protagonista principal de la cinta deviene como una especie de paradigma comunicativo, una fórmula perfecta la encontrada, que es adecuada y que les permite el poder entablar un dialogo al poder situarse ambos a un mismo nivel de comunicación, a partir de ahí hará acto de presencia la sencillez a la hora de ir desarrollando una historia posiblemente demasiado primaria que por fortuna huye de la grandilocuencia y que no va más allá de dicho enunciado, el de la honestidad de una confesión, por momentos una tosca divagación, pero también el referido a una recepción, tampoco es que le haga falta bastante más la verdad y mucho menos que su intención sea el expandir temario, Maider Fernández Iriarte en parte adopta una posición en base a la escucha entendida como tal, del mismo modo hace participe al espectador de todo ello, un tratado en definitiva sobre la comprensión expuesta de forma tan sencilla como honesta en referencia a lo que es, o pretende ser, su principal dictado.

Con más de cien títulos en su haber no deja de ser algo curiosa la evolución que ha tenido la carrera cinematográfica de Takashi Miike en estas últimas décadas, más sorprendente aún si cabe ha sido su aceptación y posterior tránsito por los festivales de cine, el director nipón empezó a darse a conocer en territorio patrio en el año 1999 con Audition, por aquel entonces el Festival de Sitges sufría una confusión de identidades genéricas brutal, la Semana de Terror de San Sebastián curiosamente capitaneando por Luis Rebordinos por aquel entonces estuvo más avispado a la hora de programar dicho título, por entonces el japonés era un autor de naturaleza trasgresora, en parte lo sigue siendo aunque de forma algo distinta, con títulos como por ejemplo The City of Lost Souls, Visitor Q, Ichi the Killer o la saga Dead or Alive en la medida de ofrecer un tipo de cine que se caracterizaba principalmente por una ausencia total de esquemas preconcebidos, con el paso de los años y un ritmo de producción desmesurado Takashi Miike se convirtió en una especie de hijo putativo de Sitges, en cada edición estaba presente con más de un título llegando incluso a rodar una película en la localidad catalana, la algo indigesta JoJo’s Bizarre Adventure: Diamond is Unbreakable, una vez reducida en algo su proclive hiperactividad Takashi Miike sigue sin hacerle ascos a ningún tipo de trabajo, sin embargo va depurando su discurso dando la impresión de no tener la imperiosa necesidad de llamar la atención, de provocar en definitiva, sus trabajos dejan de ser un coto privado destinados a festivales de género, a tal respecto a nadie sorprendió que su First Love estuviera presente en la Quincena de Realizadores del pasado Festival de Cannes, también estuvo presente en San Sebastián dentro de la sección Zabaltegui en un certamen que al igual que aquel lejano 1999 ahora está dirigido por Rebordinos, curiosamente el círculo se cierra de alguna manera.

First Love nos cuenta como un joven boxeador que atraviesa una mala racha durante el transcurso de una noche se encuentra inesperadamente con el primer gran amor de su vida ahora convertida en una prostituta adicta a la droga que pese a sus circunstancias personales sigue manteniendo una mente inocente. La chica sin embargo se encuentra inmersa en una compleja trama relacionada con el tráfico de drogas que la convierte en el objetivo de varias personas. Siempre he sido de la opinión que las películas orquestadas por Takashi Miike, indiscutiblemente uno de los mejores artesanos que ha dado el cine oriental en mucho tiempo, más que analizarlas concienzudamente merecen ser simplemente disfrutadas, First Love, al igual que la también reciente The Forest of Love de Sion Sono, no deja de ser un compendio autoral marca de la casa que recoge lo mejor y en parte lo peor de dicha ecuación, su irregularidad narrativa convertida en un clímax de creatividad continuo que representa a la perfección lo que viene a ser su coreografía cinematográfica, evidentemente tan multigenérica como disfrutable, posiblemente si se tuviera que elegir una sola catalogación genérica del film este sería la de ser una especie de desprejuiciado slapstick criminal que tiene la virtud de esquivar uno de los males endémicos de muchos films de Takashi Miike, la de agotar al espectador en base a su dilatado frenesí, por lo demás el cajón de sastre deviene como inabarcable, solo cogiendo lo positivo, que no es poco, el disfrute está plenamente asegurado.

Retrospectiva Yasujirô Ozu en Filmoteca de Catalunya

Filmoteca de Catalunya y Fundación Japón organizan este otoño una ambiciosa retrospectiva dedicada al maestro del cine japonés Yasujirô Ozu (1903-1963), una de las más amplias que se han proyectado hasta ahora en España. La retrospectiva estará compuesta por una selección de dieciocho películas que abarcan prácticamente toda su carrera, desde sus primeros trabajos en el cine mudo, como Gakusei romansu: Wakaki hi (1929), a sus últimos films, Kohayagawa-ke no aki (1961), que también sería su última colaboración con la actriz Setsuko Hara, y Sanma no aji (1962).

Yasujirô Ozu es conocido por ser el gran cineasta de lo cotidiano y, junto a Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi, uno de los tres maestros del cine japonés clásico más reconocidos internacionalmente. La influencia de su filmografía, compuesta por cincuenta y tres películas, en los cineastas tanto de su generación como de generaciones posteriores, japoneses o de otras nacionalidades, se debe a su particular estilo a la hora de retratar con una mirada poética la cotidianidad de las relaciones sociales. Esta retrospectiva busca reivindicar la figura de un director único a la vez que permitir al público disfrutar de sus obras, desde las más conocidas a aquellas de las que apenas han tenido oportunidad de ver, en una pantalla de cine.

 

Fechas: Del 1 de noviembre al 15 de diciembre de 2019.

Lugar: Filmoteca de Catalunya (Plaça Salvador Seguí, 1-9. 08001 Barcelona).

Entradas: 4€. Reducida: 3€. Para más información visite la web de Filmoteca de Catalunya.

 

Películas y fechas de proyección:

Días de juventud (Wakaki hi, 1929) 103’

La primera película conservada de Ozu es una comedia en la que dos compañeros de universidad se enamoran de la misma chica durante un viaje. Un ejemplo de las comedias ligeras que Ozu rodó al principio de su carrera.

Fechas: miércoles 4 de diciembre y viernes 6 de diciembre.

 

Suspendí, pero… (Rakudai wa shitakeredo, 1930) 64’

Otra de las cintas mudas de Ozu conservadas, en este caso del subgénero gakusei-mono. Esta tragicomedia gira en torno a un estudiante que, pese a todos sus intentos, no puede superar los exámenes que aseguran su permanencia en la universidad.
Fechas: sábado 16 de noviembre a las 22.00h (Sala Chomón) y viernes 22 de noviembre a las 17.00h (Sala Chomón). Con presentación por confirmar el sábado 16 y acompañamiento musical a cargo de DJ Javier Verdes ambos días.

 

He nacido, pero… (Umarete wa mita keredo, 1932) 91’

Ozu comienza a recoger en sus comedias temas más sociales, en este caso el traslado de la familia Yoshii a la periferia de la ciudad le permite seguir su día a día en el hogar de la familia, en el del jefe del padre, la escuela, la oficina y un descampado cercano. Una historia sencilla que volvería a visitar treinta años después en Ohayô.
Fechas: domingo 3 de noviembre a las 19.45h (Sala Laya) y miércoles 6 de noviembre a las 18.30h (Sala Laya). Con el acompañamiento musical de Anahit Simonian.
Historia de un vecindario (Nagaya Shinshiroku, 1947) 72’

La llegada de un niño que no encuentra a su familia a un distrito humilde del Tokio de posguerra permite a Ozu retratar a los habitantes de este barrio y sus condiciones de vida. La primera película de Ozu tras el fin de la II Guerra Mundial es también la primera película sonora de Ozu que se recoge en la retrospectiva.
Fechas: jueves 28 de noviembre a las 17.00h (Sala Chomón), con presentación de Susana Pérez Soler, y domingo 1 de diciembre.

 

Una gallina en el viento (Kaze no naka no mendori, 1948) 84’

Tokiko, interpretada por la actriz y directora Kinuyo Tanaka, intenta sobrevivir con un niño pequeño a su cargo en el Tokio de posguerra mientras espera la repatriación de su marido. Las dificultades económicas le llevan a tomar una decisión dramática, prostituirse para sobrevivir. Al volver su marido de la guerra Ozu nos muestra la pérdida de la inocencia de estos personajes.

Fechas: domingo 24 de noviembre a las 16.30h (Sala Laya), con presentación por confirmar, y sábado 30 de noviembre las 21.30h (Sala Laya).

 

Primavera tardía (Banshun, 1949) 108’

Adaptación de una novela a cargo de uno de sus colaboradores habituales, el guionista Kôgo Noda, Ozu nos presenta la historia de Noriko, interpretada por la mítica Setsuko Hara en la primera de sus seis colaboraciones con Ozu, que, siendo la única hija del profesor Shukichi Somiya, interpretado por Chishû Ryû, permanece sin casarse en el hogar paterno para no dejar solo a su padre. Un drama de gente corriente que parece reivindicar los ritos y valores tradicionales entre un padre y una hija, y una de las grandes obras maestras del cine japonés en la que Ozu se muestra en pleno dominio de su estilo como director.

Fechas: viernes 8 de noviembre a las 22.00h (Sala Chomón) y domingo 10 de noviembre 19.30h (Sala Laya).

 

Las hermanas Munekata (Munekata kyôdai, 1950) 112’

Mariko vive en casa de su hermana mayor, Setsuko (Kinuyo Tanaka), que está infelizmente casada, pero a la que sus ideas tradicionales le impiden abandonar la relación. Mariko, en cambio, de ideas más avanzadas, interviene intentando reunir a su hermana con el que ha sido el amor de su vida, pero del que ella también está secretamente enamorada. Un drama escrito por Ozu y Noda en el que se ven confrontadas viejas y nuevas ideas.

Fechas: jueves 21 de noviembre a las 21.30h (Sala Laya), con presentación por confirmar, y martes 26 de noviembre a las 20.00h (Sala Chomón).

 

El comienzo del verano (Bakushû, 1951) 125’

Noriko (Setsuko Hara) vive en la casa familiar en Kamakura junto a sus padres y la familia de su hermano. Tres generaciones bajo el mismo techo y la insistencia en la búsqueda de un marido para Noriko sirven a Ozu para reflexionar sobre las diferencias entre la generación de los padres y la de Noriko, que reclama libertad para decidir su futuro.
Fechas: miércoles 6 de noviembre a las 20.00h (Sala Chomón) y jueves 7 de noviembre a las 21.30h (Sala Laya).

 

El sabor del té verde con arroz (Ochazuke no aji, 1952) 116’

Dos conflictos protagonizan este drama en el que Ozu se vuelve a fijar en la vida de la gente corriente, el que se les presenta a una pareja en crisis, sin hijos, y de procedencia muy diferente, y el de la sobrina de estos, una joven que se niega a aceptar un tradicional matrimonio concertado.

Fechas: miércoles 11 de diciembre y sábado 14 de diciembre.

 

Cuentos de Tokio (Tôkyô Monogatari, 1953) 135’

Unos abuelos viajan a Tokio para conocer a sus nietos. Decepcionados por el trato que reciben de sus hijos, que viven según unos valores que les son ajenos y que les hacen ser vistos como un estorbo, se dan cuenta de que no están hechos para adaptarse a la vida de la gran ciudad. Protagonizada por Setsuko Hara, de nuevo interpretando un personaje llamado Noriko, y Chishû Ryû, y con colaboración en el guion de Kôgo Noda, Tôkyô monogatari quizá sea la película más conocida de Ozu y, sin duda, una de sus obras maestras que podremos ver en esta retrospectiva en todo su esplendor gracias
a una nueva copia.

Fechas: sábado 7 de diciembre y miércoles 11 de diciembre.

 

Primavera precoz (Sôshun, 1956) 144’

Ozu se vuelve a fijar en la vida de la clase media trabajadora retratando el día a día de un oficinista y su esposa, en plena crisis de pareja tras la pérdida de su hijo. Ozu quería retratar en esta película el drama propio de este tipo de personajes pero a su vez lanzar un mensaje positivo, a veces existen las segundas oportunidades.
Fechas: viernes 13 de diciembre y sábado 15 de diciembre.

 

Crepúsculo en Tokio (Tôkyô boshoku, 1957) 141’

Quizá sea una de las películas de madurez menos conocidas de Ozu, y, en ocasiones, ha sido injustamente tratada tanto por la crítica y como por el público. El motivo quizá sea que en Crepúsculo en Tokio Ozu nos cuenta con gran elegancia una historia algo más oscura de lo habitual, la historia de una familia desestructurada, el drama en la vida de dos hermanas abandonadas por su madre.

Fechas: miércoles 27 de noviembre a las 20.00h (Sala Chomón), con presentación de Mar Rosàs, y viernes 29 de noviembre a las 21.30h (Sala Laya).

 

Flores de equinoccio (Higanbana, 1958) 120’

La primera película de Ozu rodada en color es también otra de sus obras más conocidas. Ozu adapta una novela de Ton Satomi en la que la familia protagonista, los Hirayama, viven el conflicto de unos valores cambiantes. De nuevo dos generaciones enfrentadas, la de un padre que quiere controlar la vida de sus hijas y la de éstas que rechazan el matrimonio concertado y reclaman la libre elección de sus parejas.
Fechas: martes 5 de noviembre a las 20.00h (Sala Chomón) y viernes 15 de noviembre a las 17.00h (Sala Chomón) con presentación de Marcel-lí Joan y Esteve Riambau.
Buenos días (Ohayô, 1959) 94’

La huelga de silencio de unos niños para conseguir que sus padres les compren una TV sirve de excusa a Ozu para retratar la vida diaria de un barrio en las afueras de Tokio. Ozu rueda con delicadeza una historia similar a la que nos contaba en Umarete wa mita keredo casi treinta años antes.

Fechas: sábado 2 de noviembre a las 19.45h (Sala Chomón) y jueves 7 de noviembre a las 18.30h (Sala Laya).

 

La hierba errante (Ukigusa, 1959) 119’

Ozu regresa a estos personajes que ya rodó en 1934, un actor itinerante visita junto a su compañía el pueblo donde vive una antigua amante y el hijo que tuvieron juntos. El deseo de este viejo actor por recuperar el tiempo perdido genera todo tipo de respuestas entre los miembros de su troupe, especialmente en la primera actriz, su actual pareja, que buscará venganza usando a otras de las actrices, interpretada por una joven Ayako Wakao, para seducir al hijo del veterano actor.

Fechas: viernes 13 de diciembre y sábado 14 de diciembre.

 

Otoño tardío (Akibiyori, 1960) 129’

De nuevo Ozu hace uso de una novela de Ton Satomi para tratar el tema de las obligaciones familiares y el conflicto entre tradición y modernidad en la sociedad japonesa de la época. En esta ocasión es Ayako (Yôko Tsukasa), la única hija de una madre viuda interpretada por Setsuko Hara, la que rechaza los intentos de los amigos de su fallecido padre por buscarle marido para poder continuar cuidando de su madre. Otra de las obras maestras de Ozu.

Fechas: jueves 14 de noviembre a las 17.00h (Sala Chomón) y jueves 21 de noviembre a las 17.00h (Sala Chomón) con presentación de Lluís Anyó.
El otoño de la familia Kohayagawa (Kohayagawa-ke no aki, 1961) 103’

La que sería la última colaboración entre Yasujirô Ozu y Setsuko Hara nos traslada a Kioto y a Osaka para hablarnos de nuevo de cómo los tiempos estaban cambiando para el Japón tradicional. Manbei Kohayagawa, dueño de una kura de sake, desea lo mejor para sus tres hijas, en situaciones muy diferentes: la mayor, Akiko, hija política, es la viuda de su único hijo varón, Noriko, la pequeña, está soltera y vive con Akiko, mientras que Fumiko, casada con un empleado de la bodega, vive con su padre.
Fechas: viernes 1 de noviembre a las 19.30h (Sala Chomón) y sábado 9 de noviembre a las 19.30h (Sala Chomón).

 

El sabor del sake (Sanma no aji, 1962) 113’

El que sería el último film de Ozu, y uno de sus mejores trabajos, utiliza como hilo conductor los preparativos de la boda de la única hija de la familia Hirayama para hablarnos de las complejas relaciones de un padre viudo, de nuevo Chishû Ryû, con sus tres hijos y con sus viejos amigos. Elogio a los pequeños placeres de la vida, incluso en el otoño de ésta.

Fechas: martes 12 de noviembre a las 18.30h (Sala Laya), con presentación de Marta Peris, y viernes 15 de noviembre a las 22.00h (Sala Chomón).

Más información sobre horarios y actividades asociadas en la web de Filmoteca de Catalunya.

Crónica Festival de Sitges 2019. Día 1

El año Netflix

Del 3 al 13 de octubre tuvo lugar una nueva edición del Festival de Sitges, antes de entrar en materia de lo más destacado visto este año a la hora de hacer un balance general de lo que ha sido esta 52 edición no estaría de más el detenerse brevemente a reflexionar sobre los objetivos que el propio certamen de alguna manera se ha autoimpuesto en ir cumpliendo en mayor o menor medida año tras año, posiblemente que Sitges, cuyo desmesurado gigantismo es una etiqueta o una catalogación de la que no está dispuesta desprenderse voluntariamente, como festival que pone especial énfasis en los objetivos tiene un problema que deviene como endémico, posiblemente en las dos anteriores ediciones en referencia a programación e invitados se llegó a tocar techo, la tesitura llega en el momento de plantearse como paliar un déficit que tarde o temprano por razones lógicas ha de terminar apareciendo, este año la programación bajo un escalón con respecto a ediciones pasadas, la ausencia de grandes nombres consagrados en la pantalla y fuera de ella hizo que no hubiera grandes películas en una programación tan correcta como plana por no decir levemente adocenada, casi obligado al descubrimiento de nuevos autores y tendencias a raíz de como las majors año tras año a excepción de Venecia sigue obviando su catálogo por completo a festivales europeos, a tal respecto sangrante ha sido el boicot de Warner a Sitges, un leitmotiv dedicado a Mad Max que quedo bastante deslucido y en donde ni siquiera se tuvo la opción de proyectar la película en pantalla grande, las razones que originaron tal actitud igual tendría que ser el propio certamen quien las explicaras, sea como fuera el festival este año tuvo que recurrir de alguna manera a esa nueva vía que es Netflix a la hora de equilibrar contenidos, a tal respecto dicha decisión da lugar a un debate al menos interesante, por un lado dicha opción a propiciado el poder tener acceso a nombres como Patrick Wilson o Aaron Paul por ejemplo, también la oportunidad de ver en pantalla grande películas destinadas solo a un visionado doméstico, por el contrario surge la cuestión de la conveniencia de proyectar trabajos que al día siguiente estarán disponibles en cualquier hogar, en tal medida la función del festival de ofrecer la primicia queda totalmente anulada en beneficio del evento como tal.

Sitges como gigantesco cajón de sastre temático que es tiene sus inconvenientes y ventajas, a tal respecto cada espectador puede diseñarse un festival a su propia medida, lo mejor volvió a estar centrado en apartados paralelos, la función de un certamen cinematográfico de dar oportunidad a descubrir un cine pretérito es digno de elogio, por fortuna en Sitges aún existe un pequeño resquicio en este apartado, la sección Seven Chance, Pupi Avati o la oportunidad de redescubrir algunos trabajos del fundamental King Hu y en menor medida Andrezj Zulawski o volver a ver en pantalla grande la portentosa Crash de David Cronemberg  justifican la existencia de un evento cinematográfico como tal, la pedagogía ofrecida por un buen número de documentales vistos este año también tendría que ser motivo de celebración por parte del aficionado. En lo positivo y a diferencia de otros años el nivel de producciones de nuestro país fue notable, del mismo modo se redujo el número de película dando la oportunidad de más pases de según qué películas, también agraciada fue la decisión de ver como films importantes provenientes de San Sebastián como The Lighthouse, Zombi Child o The Wild Goose Lake salieron afortunadamente del gueto de ser solo proyectadas el último día del Festival. Por el contra Sitges sigue adoleciendo de una estabilidad en sus actividades secundarias a mejorar tales como los esquemáticos e incluso ridículos en duración Q&A o una mayor rigor en lo que respecta a la equiparación y coherencia de secciones que sepan guiar al espectador.

Sitges 2020 vuelve a tener su hoja de ruta marcada en onomásticas que homenajearan clásicos como La noche del cazador de Charles Laughton o La máscara del demonio de Mario Bava, también habrá lugar para un simposio en donde expertos debatirán hacia dónde va el cine fantástico. A continuación y como viene siendo norma en estos últimos años a modo de post crónica iremos detallando los más de cincuenta títulos vistos este año en Sitges, en algunos de ellos aprovechando su estreno comercial, salida al ámbito doméstico o simplemente debido a la importancia que creemos que poseen nos detendremos más adelante de una manera algo más extensa y minuciosa en la medida de poder analizarlos con una mayor ecuanimidad.

 

Code 8

En un futuro donde las autoridades persiguen a aquellos que son “diferentes”, un joven con superpoderes no tiene más remedio que aceptar la oferta de un criminal que quiere sacar provecho de sus habilidades, aunque ello signifique arriesgarse a llamar la atención de las fuerzas del orden.

Esta edición en lo relativo a proyecciones dentro de su sección oficial, y situándonos en el emblemático cine Retiro, abrió el fuego la cinta norteamericana Code 8 del joven realizador canadiense Jeff Chan, el film viene a ser una adaptación del corto del mismo título creado por el mismo autor en el año 2016, un relato que nos sitúa en un futuro próximo a modo de distopia, obra de naturaleza en apariencia bicéfala situada a medio camino entre la ciencia ficción, la acción y un cierto trazo social, en tal respecto encontramos ligeras semejanzas con la primera X-Men de Bryan Singer a la hora de ver como se parte de una premisa en donde un sector de la sociedad se ve obligada a quedar recluida en el ámbito social y laboral al ser diferente del resto por fuerzas del estado.

Lo mejor que se puede decir de un producto de las características de Code 8 es su innegable falta de pretensiones, algo evidente en un film en el que se detecta un esmero por entretener al espectador, llegados a un punto el apunte social de denuncia  muy presente en su enunciado y en la presentación de los personajes pasa a un segundo plano casi imperceptible  a favor de subtramas algo liquidas direccionadas principalmente al espectáculo de contornos pueriles, por consiguiente el film de Jeff Chan cumple en parte con el propósito de entretener al respetable en base a una historia de narcotraficantes y policías, de buenos y malos en definitiva, aderezada con unos correctos efectos visuales pero poco más, la sensación final es la de ser un film de textura algo intranscendente en su conjunto, en este caso de bien poco sirve tener un envoltorio atrayente en un principio, ese retrato de una sociedad distópica en donde libertades y privacidad son suprimidas a la fuerza por un poder estatal que arrincona al diferente, si al final se recurre a estereotipos genéricos manidos mil veces, la sensación en este caso, de una corrección bastante simple, no da lugar a encontrar en el producto ningún tipo de resquicio posible a la hora de buscar una trascendencia que le aparte de ciertos convencionalismos ya vistos con demasiada frecuencia con anterioridad.

Valoración 0/5: 2

 

In the Tall Grass

In the Tall Grass nos cuenta como dos hermanos se adentran en un inmenso campo de hierba tras escuchar el grito de auxilio de un niño. Cuando Becky y Cal se encuentran en mitad del campo quedarán atrapados por una fuerza siniestra que rápidamente les desorienta y les separa. Aislados del mundo y sin posibilidad de escapar del control del campo, pronto descubren que lo único peor que estar perdido es ser encontrado.

En un año en donde la producción Netflix estuvo muy presente en el festival In the Tall Grass, film a cargo de un habitual del certamen como es Vincenzo Natali, fue la encargada de inaugurar la presente edición, no es la primera vez que el gigante del streaming adapta a Stephen King, en esta ocasión con un relato escrito a cuatro manos en el año 2012 junto a su hijo Joe Hill, películas como 1922 de Zak Hilditch o El juego de Gerald de Mike Flanagan habían sido aproximaciones al universo del escritor de Maine bastantes aplicadas al contexto de dicho imaginario, In the Tall Grass sigue de alguna manera esa senda de corrección en un film de texturas laberínticas que curiosamente retoma constantes ya vistas en los primeros trabajos del realizador canadiense, concretamente en lo referido a una especie de reverso luminoso de su seminal Cube.

No deja de ser en cierta manera alentador el ver como Netflix está reclutando a directores que con anterioridad habían dejado una interesante impronta en el género fantástico con sus primeros trabajos pero que de alguna manera se habían quedado varados en referencia a seguir mostrando dicho discurso, en apenas unas semanas de diferencia Netflix ha estrenado nuevos trabajos de directores cuyos inicios habían sido tan prometedores como es el caso del propio Vincenzo Natali, Brad Anderson o Jim Mickle, a tal respecto recordemos que el responsable de Cube llevaba desde el año 2013 sin realizar un trabajo para la gran pantalla viviendo hasta la actualidad de alimenticios trabajos televisivos. In the Tall Grass supone pues un regreso en parte afortunado por parte de un realizador que siempre ha mostrado ser un narrador bastante aplicado, para más inri estamos ante un producto de un empaque técnico en referencia a su diseño de producción muy a tener en cuenta con un especial tino en referencia a su composición de encuadre, si una cosa es evidente es la sobrada solvencia de los directores arriba citados en estas líderes. Aun así In the Tall Grass queda algo alejada de ser una película perfecta, especialmente en referencia a esa llamada credibilidad fantástica de como contar una historia y que esta llegue a ser coherente, el estar rompiendo reglas continuamente a través de su narrativa acerca de quien está vivo o muerto, en que tiempo y espacio nos encontramos etc resta una evolución solida al relato direccionado al espectador a cierta confusión que inevitablemente lleva a un desinterés por lo que está presenciando. Con todo In the Tall Grass termina siendo un producto digno y en parte meritorio plagado de interesantes pinceladas expuestas tanto a un nivel genérico como social/familiar que nos devuelve a un autor cuyo supuesto talento es merecedor de no estar enclaustrado durante tanto periodo de tiempo.

Valoración 0/5: 2’5

 

Bloodline

Para Evan (Seann William Scott) la familia es lo más importante. Todo aquel que amenaza con destruir la paz que reina entre él, su mujer y su hijo recién nacido descubre este hecho por las malas. Por desgracia para Evan, las cosas se complican cuando sus tendencias violencias comprometen sus actos, convirtiendo su vida en un baño de sangre.

La ópera prima del estadounidense Henry Jacobson se adentra en la psique de un asesino en serie, a tal respecto una película como Bloodline, que no disimula en ningún momento su condición de slasher aderezado con ligeras pinceladas de humor negro, forma parte de ese grupo de films en donde el relato esta contado desde dentro, o sea desde la perspectiva del propio asesino, aquí bajos los rasgos de un actor como es Seann William Scott tan poco dado a estos papeles, salvando distancias y tono entre otros muchos ejemplos siempre pongo como referencia en estos casos al Maniac de William Lustig. Evidentemente el psicópata que nos muestra Bloodline intenta salirse de la tangente y ser algo peculiar mostrado a través de diversos y algo toscos flashbacks en donde se nos intenta poner al tanto del origen de dicha problemática, la particularidad en esta caso viene en la medida de ver como el asesino en serie no coge a sus víctimas al azar sino que intenta castigar al que él cree merecedor de sus actos, la enfatización del espectador hacia el psycho-killer se erige pues como condición sin ecuanon al ser guiados dentro de un relato en donde  llegados a un determinado punto la similitudes a la serie televisiva Dexter devienen como muy evidentes. De hecho el film de Henry Jacobson tiene el dudoso beneplácito de pese a no ser original intentar al menos ser efectiva, del mismo modo el film está plagado de ligeros formulismos referenciales no solo direccionadas a la conocida serie televisiva sino inspirados en imaginarios surgidos de películas de Brian De Palma o Dario Argento por ejemplo, las referencias sin embargo son expuestas de forma muy  liviana por no decir torpes, tanto como sus previsibles pistas y giros argumentales en una película cuya síntesis queda perfectamente y de forma muy predecible plasmada en su título por aquello de ver como la familia que mata unida permanece inquebrantable en su unión.

Valoración 0/5: 2

 

3 From Hell

Otis, Baby y Spaulding han logrado sobrevivir de alguna manera a una tormenta de balas. Su recuperación «satánica» les lleva directamente a prisión, de donde escapan sin demasiados problemas. Una vez fuera conocerán a un cuarto miembro, Foxy, que comparte sus peculiares virtudes, y con el cual volverán a desatar el caos allá por donde pasan.

En una edición en donde los nombres consagrados en esto del cine fantástico escasearon de una forma muy notoria Rob Zombie fue uno de los pocos autores reconocibles en base a una trayectoria referenciada por parte de los fans del género que estuvo presente en este Sitges 2019, con 3 From Hell vuelve a transitar por manierismos habituales en un ejercicio tan consecuente en lo autoral como algo caprichoso en referencia a no intentar indagar de forma voluntaria fuera de unos lugares y contextos que devienen como extremadamente comunes.

El nuevo trabajo de Rob Zombie tras las cámaras viene a ser el paradigma de la reescritura cinematográfica en base a una radicalidad que en parte se contradice a sí misma, por una parte los mimbres característicos de siempre están muy presentes, como en su anterior 31 son inconfundibles como marca de la casa, con especial atención a lo políticamente incorrecto a modo de una subversiva violencia extrema aplicado todo ello a un contexto social actual, por otro lado tenemos una repetición sistemática de dichas referencias, mirándolo bien 3 From Hell podría ser perfectamente la misma película que The Devil’s Rejects, más que una continuación como tal deviene como un anexo suplementario añadido catorce años después, el problema viene dado en la medida que si analizamos las dos películas como una obra unitaria incluso añadiendo los lugares comunes vistos también en 31 llegamos a un momento en que la repetición de conceptos causa un cierto y lógico agotamiento. Posiblemente Rob Zombie tras ese sumun autoral que es The Lords of Salem haya decidido por voluntad propia quedarse en ese universo que da la impresión de no tener ningún tipo de remedio o solución, transitar por vías de índole infernal ya preconcebidas al ser consiente de no poder trascender más allá del trabajo arriba citado, este posicionamiento no tiene por qué ser algo negativo forzosamente, la película aunque juegue con las cartas marcadas no deja de ser un regreso realizado con cierto brío, su parte final nos remite claramente a retazos del cine de Sam Peckinpah  y en especial a su fundamental Grupo salvaje a modo de un salvaje aquelarre contra la falsa corrección y las buenas maneras, a su modo y en definitiva, un tipo de cine que transita orgulloso a través del dogma cinematográfico entendido como tal, algo que por repetitivo en una trayectoria no deja de tener una valía muy a tener en cuenta en unos tiempo en donde la innovación no ejerce en la mayoría de casos como tal.

Valoración 0/5: 3

 

Fractured

Mientras viajan a través del país, Ray (Worthington), su mujer y su hija hacen una parada en una zona de descanso y la niña tropieza, rompiéndose el brazo. Los tres ponen rumbo al hospital y, tras varias horas de trayecto, por fin logran que su hija sea atendida. Agotado, Ray se queda dormido esperando a los resultados sobre la gravedad de las lesiones. Cuando despierta, nadie del hospital recuerda haber visto a su familia, ni existen datos de que alguna vez hayan ingresado en él.

Otras de las producciones Netflix que este año estuvieron presentes en Sitges fue el último trabajo tras las cámaras de Brad Anderson titulado Fractured, un film que curiosamente y al igual en parte que el In the Tall Grass de Vincenzo Natali viene a ser una aplicada re visitación de tránsitos anteriores orquestados por el propio autor, en este determinado caso Fractured no deja una hija putativa de una de sus cimas creativas como fue aquella pesadilla de tintes kafkianos titulada The Machinist .

Volviendo a incidir en semejanzas no deja de ser una pena que al igual que el canadiense Vincenzo Natali Brad Anderson haya estado estos últimos años recluido en trabajos televisivos de muy poco empaque, un autor tan válido como resulta ser el responsable de Session 9 merece de más oportunidades en el ámbito cinematográfico, Anderson es esa clase de realizadores que una vez concluida su trayectoria y repasando lo que ha sido su filmografía nos daremos cuenta de lo gran y solvente artesano que fue, un sólido narrador con especial buena mano a la hora de indagar en el suspense psicológico. Fractured representa a la perfección dicha tesis, un aplicado y entretenido thriller con inequívocos retazos hitchcockianos, de narrativa juguetona y provista de ligeros apuntes a modo de crítica al sistema sanitario estadounidense, en tal sentido Brad Anderson, con la ayuda de un solvente Sam Worthington, pese a lo manido del material del que dispone le sabe sacar provecho en la medida de saber mantener una narrativa direccionada a mantener la tensión durante prácticamente todo el metraje, a un servidor le gustaría añadir un inciso en lo concerniente a cierto recibimiento excesivamente negativo del film por parte de un nutrido grupo de críticos y espectadores haciendo especial hincapié en cómo han detectado la trampa argumental desde prácticamente el inicio del film señalándolo como una mera repetición de esquemas vistos con demasiada frecuencia con anterioridad, en tal cuestión Fractured es un perfecto paradigma en unos tiempos en donde mayoritariamente analizar películas parece sintetizado en catalogarlas como buenas o malas sin apenas contextualizar la propuesta en cuestión, posiblemente en dicha contextualización del producto Fractured, por mucho que las revelaciones sean predecibles, encuentre su muy válida razón de ser, pues a fin de cuentas en un cierto tipo de cine en donde lo más importante y en parte su razón de ser radica en lo relativo a lo que es su trayecto y no tanto en su destino final como muchos de forma insistente parecen estar empecinados en recalcar en una obra que bien merece ser mirada con una visión algo más ecuánime.

Valoración 0/5: 3

 

Once Upon a Time in London

El hampa británico no se entendería sin las figuras de dos de sus gángsters más importantes: Billy Hill y Jack “Spot” Comer. Once upon a Time in London relata el auge y la caída de ese imperio criminal, que duró tres décadas.

La inauguración de la sección Orbita estuvo a cargo de otro viejo conocido del certamen como es el realizador británico Simon Rumley, el responsable de cintas independientes tan notables como The Living and the Dead o Red White & Blue cambia en esta ocasión de tercio y temática a la hora de presentarnos un fresco histórico gansteril ambientado en los bajos fondos de la capital británica. Once Upon a Time in London arrastra el pesado lastre de no saber medir con ecuanimidad su algo desmedida ambición, dicho de otra manera estamos ante esa clase de productos que quieren abarcar más de lo que en realidad está a su disposición especialmente en lo referido a un nivel presupuestario pero también en lo narrativo de su impronta, hay momentos en lo que uno tiene la sensación de percibir como Simon Rumley que parece tener ciertas urgencias por contar todo y no dejarse nada en el tintero derivando en serios problemas a la hora de estructurar adecuadamente personajes y sub tramas, el tono final es la de cierta intrascendencia y manufacturación por lo confuso y en parte precipitación de su desarrollo poniendo de manifiesto como algunos realizadores se mueven mucho mejor planteando y desarrollando historias de ambivalencias modestas, producciones en su mayoría de cáliz independiente, que en grandes empresas en donde encuentran multitud de dificultades a la hora de poder domarlas con una cierta solvencia.

Valoración 0/5: 1’5

Supernovas. Una historia feminista de la ciencia ficción audiovisual

Un viaje feminista por la ciencia ficción en el cine, el cómic, la televisión o la ilustración. Un libro que propone la mejor radiografía hasta la fecha de uno de los géneros más en boga de la actualidad.
Una supernova es una explosión estelar tan poderosa que, aunque te anotara a continuación su magnitud, tu cerebro ni siquiera podría imaginarla. Simplemente piensa que una sola supernova es tan luminosa como toda una galaxia. Y sus efectos pueden constatarse, incluso a simple vista, en lugares de la esfera celeste donde antes nadie había detectado nada. La actual explosión del movimiento feminista tiene, desde luego, algo de supernova: extraordinariamente potente, amplia y capaz tanto de iluminar la realidad como de alumbrar nuevas realidades.
En este sentido, las reivindicaciones feministas de los últimos años han logrado arrojar otra luz sobre la literatura de ciencia ficción, rescatando así a autoras, tendencias y sensibilidades que parecían haber sido devoradas por el agujero negro de los discursos tradicionalmente dominantes. Pero ¿ha ocurrido lo mismo con la cultura audiovisual? ¿Se ha producido asimismo en este tipo de relatos una misión de rescate exitosa? Creemos que aún no, creemos que en el ámbito del cine, la televisión, los videojuegos, el cómic, la ilustración y otros medios aún queda mucho por hacer y muchos enfoques inéditos que proponer y recuperar. Hay una infinidad de artistas y trabajos que han sido decisivos para forjar los motivos más icónicos de la ciencia ficción, pero no han tenido hasta ahora un justo reconocimiento.
Por todo ello, este ensayo aspira a interpretar y contextualizar todas esas aportaciones a través de un recorrido histórico en el que la perspectiva de género y el eco de las sucesivas olas del feminismo son claves para articular un discurso crítico e inspirador en torno a las imágenes. Un viaje espacio-temporal y discursivo que nos lleva de Barbarella a Imperator Furiosa, de Thea von Harbou a Scarlett Johansson, de Margaret Brundage a Mōto Hagio y de la teniente Ripley a la Mayor Kusanagi, sin olvidar, por supuesto, otras propuestas de corte estrictamente independiente y experimental. Supernovas es una revisión feminista de la ciencia ficción audiovisual producida hasta la fecha en todo el mundo, un libro capaz de demostrar, una vez más, el potencial del género para subvertir los paradigmas establecidos de lo real.
Autor; Diego Salgado y Elisa McCausland, Editorial: ERRATA NATURAE, Colección: Fuera de colección, Páginas: 456

Crónica Festival de San Sebastián 2019. Día 4

Sectas y afortunados tránsitos por el fantástico alternativo

En una edición con una nutrida representación de mujeres realizadoras The Other Lamb de la polaca Malgorzata Szumowska nos introducía en un tema tan espinoso como de plena actualidad, posiblemente esto último más en el imaginario friccionado colectivo que en el real, el referido a las sectas de apariencia religiosas en donde por alienación forzada se llegan a someter  a las mujeres, la película nos cuenta como Selah es una chica nacida en el seno de una secta conocida con El Rebaño, sus integrantes, mujeres y niñas, viven en un recinto situado en mitad del bosque dirigidas por un hombre conocido como el Pastor. Selah, a punto de entrar en plena adolescencia comienza a establecer un vínculo con Sarah, una esposa marginada que se muestra cada vez más escéptica con respecto a las directrices del Pastor. Malgorzata Szumowska que ya había mostrado buenas maneras en sus anteriores Body y Mug nos sumerge en esta ocasión en una pesadilla que deviene principalmente como estilística, dicho de otra manera nos encontramos ante un auténtico deleite visual en base a un ejercicio de estilo ciertamente admirable, grandes panorámicas, utilización del sonido como ente perturbador, inspirados encuadres etc, el gran lastre lo encontramos en lo concerniente a su narrativa, está en realidad apenas existe y lo poco que detectamos de ella llega a ser intrascendente, que Malgorzata Szumowska a lo largo de su carrera ha incidido con cierta rebeldía en normas y convicciones sociales es harto evidente, sin embargo en The Other Lamb, cercana a la distopía mental de El cuento de la criada, su acercamiento a cuestiones tales como el heteropatriarcado y el empoderamiento resultan bastante pueriles por no decir previsibles, tanto como las analogías existentes en referencia a la primera menstruación de la protagonista principal y la sangre derramada de los animales por poner solo un ejemplo, metáforas en definitivas muy manidas e hijas putativas de los tiempos del Metoo en lo concerniente a su propia contradicción, un lastre demasiado pesado que no logra disimular su estilismo preciosista.

Otras de las películas a competición en esta jornada fue el nuevo trabajo tras las cámaras del siempre interesante José Luis Torres Leiva, utilizando como título un pasaje de un poema escrito por Cesare Pavese en Vendrá la muerte y tendrá tus ojos vemos como dos mujeres que han compartido toda una vida juntas se ven enfrentadas a la hora de asumir la enfermedad terminal de una de ellas. Este nuevo trabajo del responsable de El cielo, la tierra y la lluvia devino como una de las cimas autorales más altas de las vistas este año en San Sebastián, la osadía del festival en este aspecto es digna de elogio al programar una película de contenido y desarrollo tan poco convencional, evidentemente el tono del relato y la forma de ser en definitiva del cineasta no es un plato para todos los gustos en referencia a su dictado y a un ejercicio que puede llegar a generar cierto agobio para el espectador no predispuesto en estas líderes, Vendrá la muerte y tendrá tus ojos se aleja pues de la pomposidad para adentrarse en cómo cada ser humano se enfrenta a sus propios miedos, o de cómo llegar a poder asumir dicha disyuntiva vital, en el relato escenificado por la llegada de una muerte inminente, cineasta chileno al contrario que por ejemplo el Morir de Fernando Franco con el que guarda más de una similitud argumental se decanta en esta ocasión por situaciones bastantes más sugeridas que explicadas como tales, en cierta manera Vendrá la muerte y tendrá tus ojos es un poema sobre la muerte, o varios dadas sus ramificaciones narrativas, del mismo modo no deja de ser un relato que continuamente está transitando a través de la ensoñación, este da la impresión de estar expuesto a modo de fábula moral acerca del amor y la muerte, su tono por momentos casi fantasmagórico pueden direccionarnos a imaginarios surgidos de la mente de Apichatpong Weerasethakul en base a esas historias en donde sus imágenes y lo que hay detrás de ellas están continuamente dialogando acerca de cómo poder transmitir emociones al espectador.

Si ha habido una sección que ha ido creciendo en interés en estos últimos años dentro del festival esa ha sido sin lugar a dudas Zabaltegi-Tabakalera, la sección más abiertas en contenidos e inevitablemente más variada en temáticas, afortunadamente no se trata de un simple cajón de sastre en donde casi todo puede tener cabida, en ese aspecto cumple a la perfección con una selección de títulos que encuadrados dentro de un apartado guía al espectador sobre qué tipo de títulos se puede llegar a encontrar, dentro de Zabaltegi-Tabakalera este año se pudieron ver una serie de films que a su manera transitan a través de imaginarios fantásticos, de Senegal y con el Gran Premio del Jurado del pasado Festival de Cannes bajo el brazo nos llegó Atlantique de Mati Diop, la película nos cuenta como Ada es una joven de 17 años que está enamorada de Souleimane, un joven trabajador de la construcción. Una noche, Souleimane y sus compañeros desaparecen en el mar. Poco después, regresan en forma de espectros para atormentar a su antiguo capataz que les adeuda una gran cantidad de dinero tomando para ello posesión de las novias que dejaron atrás. Atlantique ubicada en una zona costera de Dakar y desarrollada entre la vigilia y el sueño es una cinta tan interesante en lo que intenta explicar cómo irregular en como lo intenta hacer, tiene la virtud y la originalidad de apartarse del tipo de películas que se mueven de forma convencional por el cine de denuncia social, el relato de Mati Diop anida a través de ello, nos muestra la desazón de una juventud condenada a la pobreza cuya única fuga posible consiste en hacerse a la mar, sin embargo recurre a una especie de lirismo fantástico a la hora de narrar diversas parábolas sobre la inmigración y la pérdida de un ser querido en referencia a la metamorfosis de las jóvenes marcada por la pérdida de esos seres queridos, a tal respecto Dakar nos es mostrada como una ciudad taciturna y fantasmal en donde el océano se traga a los desdichados protagonistas, también hay sitio para exponer diversos retazos de la cultura y folclore local, a tal respecto y al igual que otra película presentada en esta sección como es la notable Zombi Child de Bertrand Bonello su aproximación e indagación temática a la fundamental I Walked with a Zombie de Jacques Tourneur resulta ciertamente interesante, sin embargo el conjunto global deviene como excesivamente heterogéneo en las algo innecesarias idas y venidas de un desarrollo que reclama un atrevimiento formal algo más notorio, con todo en Atlantique en base a esos registros líricos tan bien aprovechados aunque irregulares se percibe una interesante voz autoral muy propia de la cual habrá que estar muy atentos y prestar la debida atención en un futuro.

Como quien no quiere la cosa otras de las películas vistas en la sección Zabaltegi-Tabakalera en la jornada de hoy transitaron por ese otro cine fantástico muy dado en autores no afines al género, el realizador franco-canadiense Denis Côté podría ser perfectamente uno de ellos y su Répertoire des villes disparues sería su visión más cercana de realizar una película de terror, evidentemente el resultado final es bastante Sui géneris siendo una de las propuestas más ambiguas e interesantes del presente curso en lo concerniente a ese género fantástico autoral. En Répertoire des villes disparues que toma solo como punta de partido la novela de Laurence Olivier del mismo título vemos como Simon Dubé muere en un extraño accidente de coche que tiene lugar en un pequeño y remoto pueblo de Quebec de apenas 215 habitantes. Ante tal hecho los habitantes del pueblo procuran no hablar sobre las circunstancias de la tragedia. Mientras la gente trata de digerir la desgracia, una serie de personas desconocidas comienzan a aparecer por el pueblo de forma inesperada. A la hora de buscar alguna aproximación que nos situé por tan peculiar y por momentos hipnótico relato la referencia más cercana la podemos encontrar tanto en la película de Robin Campillo Les revenants como en su posterior traslación a la pequeña pantalla, sin embargo esta coincidencia argumental solo es ejecutada como un punto de partida, Répertoire des villes disparues podría partir de la tesis de como un pueblo comienza a convertirse en algo fantasmagórico, no en relación a ninguna maldición digamos ancestral, por el contrario el elemento social está integrado en el relato de una forma muy sutil, Denis Côté que se vale continuamente del fuera de campo de alguna manera nos habla de la desconfianza al desconocido algo que deriva inevitablemente en xenofobia en la medida hablar acerca de cuerpos olvidados que de una forma inesperada necesitan de ser visibles. Digno de mención en este film de narrativa elíptica que en todo momento sabe situarse a medio camino entre el realismo social y lo sobrenatural es el referido a su tono formal, en unos tiempos en donde el virus Netflix de la digitalización pone en evidencia, especialmente según que visionados en pantalla grande, la autentificación casi artesanal de la imagen cinematográfica como tal está muy presente en Répertoire des villes disparues, la fotografía granulosa en 16mm o la particularidad del uso del sonido en el relato vienen a ser otros añadidos a tener en cuenta de una de las películas más peculiares e indescifrables en el buen sentido de la palabra de este 2019.

Dentro de la sección Perlas en esta jornada el turno recayó en una de las películas patrias más importantes del año, con el merecidísimo Premio del jurado de la sección Un Certain Regard del pasado Festival de Cannes  O que arde supone un paso adelante, sino ya la confirmación definitiva, de uno de los talentos más validos surgidos en estos últimos años en nuestra filmografía. En la película vemos como Amador sale de la prisión tras cumplir condena por haber provocado un incendio. Regresa a su casa, una aldea perdida de las montañas donde volverá a convivir con su madre Benedicta. Sus vidas vuelven a trascurrir a un ritmo sosegado en consonancia con la naturaleza que les rodea hasta que todo cambia cuando un nuevo fuego hace acto de aparición. O que arde se enmarca dentro de ese tipo de cine en donde lo meramente contemplativo es su principal razón de ser, el tono deviene como semidocumental, a tal respecto la fotografía a cargo de Mauro Herce, del cual siempre remito a revisar su monumental trabajo en Dead slow ahead, deviene como clave a la hora de mostrarnos una historia narrada principalmente en base a la imagen, no solo en referencia un hipnótico inicio que parece colindar con lo fantasmagórico sino también en lo referido a ver un modo de vida que da la impresión de estar en vías de extinción, el poder de esas imágenes nos lleva a contemplar la imposibilidad del protagonista principal de poder purgar pecados del pasado, el responsable de Mimosas a través de cierto atavismo parece hablarnos principalmente del regreso y posterior comportamiento a un ámbito escénico concreto, las montañas de Lugo, la imposibilidad de volver a ser aceptado en relación a un relato que incide principalmente en la contemplación rural, a partir de este dictado los matices expuestos son infinitos, hay una frase en la película que podría definir a la perfección su síntesis, en un momento dado la madre de Amador en referencia a la expansión descontrolada de las raíces del eucaliptos le dice a su hijo Si causan sufrimiento es que ellos sufren, a tal respecto pocas veces una realidad antropológica quedo tan bien narrada y retratada por una de las voces de nuestro cine con más personalidad de la actualidad.

Crónica Festival de San Sebastián 2019. Día 3

De oscuras trastiendas sociales y metacinematográficas

El segundo largometraje como directora de la alemana Ina Weisse, para un servidor la mejor película a competición este año, vino a representar uno de los puntos álgidos del certamen en referencia a la calidad de las propuestas vistas en esta edición dentro de la sección oficial, en The Audition vemos como Anna (una espléndida Nina Hoss, merecida Concha de Plata a la mejor actriz, que este año hace doblete en papeles que indagan en derivas maternas con la también notable Pelican Blood) enseña violín en una escuela de música para jóvenes talentos en Berlín. En contra del criterio de sus colegas, la profesora aprueba el ingreso de un joven llamado Alexander en el que detecta un notable talento. Le instruye con gran dedicación y afecto, y pronto le dedica más atención que a su propio hijo de diez años provocando una colisión afectiva familiar. En The Audition prácticamente todo esta soterrado, el film de alguna manera se enmarca a través de una narrativa que inevitablemente nos remite al cine de Michael Haneke, sin embargo el tono deviene como bastante más sutil en referencia a su representación, cuestiones tales como la culpa, la insatisfacción personal están muy presente en un trama que hace de la inseguridad (ojo a esa escena premonitoria en el restaurante de la protagonista con su ex pareja y que nos pone sobre aviso de lo que estar por llegar) una patología de la paranoia interna, en este aspecto el notable trabajo de Ina Weisse es ciertamente admirable a la hora de mostrarnos una tensión latente a través de una puesta en escena que nunca llega a eclosionar pero que sin embargo a la larga tendrá unas consecuencias tan inquietantes como desgarradoras. Como certero análisis visto a través de un prisma familiar que indaga en la hondura psicológica The Audition de alguna manera encuentra su mejor virtud en lo extremadamente austera y rigurosa que resulta ser a la hora de circunvalar un entorno determinado a dicho imaginario personal que deviene como quebradizo, la enfermedad mental de la protagonista principal está ligada inevitablemente a un sistema social, cultural y económico que da la impresión de imponer el éxito por encina de cualquier otro tipo de cuestión, el ultimo y magistral plano de la cinta no deja de ser una síntesis perfecta de todo lo que se nos ha explicado con anterioridad, a tal respecto no hay lugar a la hora de emitir juicios sobre según qué actos de los que hemos sido testigos, tampoco diálogos que sobre expliquen la terrible disociación que nos es mostrada.

Otras de la película vistas en esta tercera jornada que competían por la Concha de Oro fue la interesante cinta proveniente de Kazajstán  A Dark-Dark Man del realizador Adilkhan Yerzhanov, película en donde somos testigos de cómo un niño es asesinado en un recóndito pueblo kazajo. El joven detective asignado al caso quiere terminar la investigación cuanto antes al comprobar que policía local al parecer ya ha encontrado al autor. Pero cuando una periodista llega desde la ciudad para informar sobre el caso todo empezara a desmoronarse. En esta quintaesencia del thriller local que es A Dark-Dark Man se parte de inicio de premisas muy conocidas dentro del noir teniendo su principal particularidad en referencia a su ubicación, las áridas e interminables estepas, dicho escenario, omnipresente a lo largo de todo el metraje, juega un papel fundamental  a la hora de presentar un relato que deviene su status quo como bucéfalo, por un lado su inequívoca estructura clásica, un protagonista engullido por una espiral corrupta de la cual quiere desprenderse a modo de redención conforme avanza la trama, también se detecta en el film reminiscencias dialécticas en su narrativa a autores claves del presente como pueden ser por ejemplo Takeshi Kitano o Bong Joon-ho, por otra parte asistimos a un trabajo inequívocamente autoral, en tal sentido a Adilkhan Yerzhanov que tiene tiempo incluso de transitar a través de un humor que parece mirar sin pudor a imaginarios provenientes del cine de Jacques Tati no parece importarle mucho ni el ritmo ni el tempo narrativo de la película, esto puede suponer para el espectador no predispuesto un inconveniente de difícil escollo, al igual que el farragoso día a día de sus protagonistas en A Dark-Dark Man el tiempo parece estar suspendido en un limbo, a tal respecto la mirada del cineasta deviene como clave, de alguna manera la apuesta es arriesgada y por consiguiente digna de elogio, el estilo en esta ocasión siempre quedara situado por delante de convencionalismos genéricos en una cinta de naturaleza atrevida que nos habla principalmente de esa sempiterna colisión adyacente en la inocencia y en una culpabilidad moral casi viral dentro de una sociedad en donde la corrupción anida en un sistema que genera por igual víctimas y verdugos y en donde no parece haber resquicios intermedios posibles como comprueba de forma fatalista el atribulado protagonista del relato.

Después de ganar hace un par de años la Concha de Oro con The Disaster Artist James Franco que nuevamente está detrás y delante de la cámara volvía a San Sebastián con otra cinta que indaga en la trastienda del mundo del cine, Zeroville basada en la novela de Steve Ericsson publicada en 2007 nos sitúa en el año 1969, en dicho escenario somos testigos de las andanzas de Ike Jerome, un estudiante que llega a Hollywood obsesionado con entrar en la industria del cine, paulatinamente al tiempo que va consiguiendo su propósito se va introduciéndose poco a poco en una espiral de sexo y drogas. Zeroville representa ese tipo de películas de difícil catalogación que últimamente el Festival de San Sebastián va incluyendo en su sección oficial a concurso y que de alguna manera intentan salirse de una tangente genérica y estructural existente en la gran mayoría de los films seleccionados, si el pasado año fue la notable In Fabric de Peter Strickland en esta edición dicho reclamo recayó de alguna manera en Zeroville, la pregunta que vendría a colación en este caso sería la referida a que si el fondo justifica los medios, en referencia al film de James Franco indudablemente no pues estamos ante una de los peores trabajos vistos este año en el certamen. Expuesto a modo de pastiche y juego cinéfilo, Zeroville intenta generar una reflexión sobre la cinefilia llevada al límite, un film que empieza por causar una cierta curiosidad por lo insólito de su naturaleza a contra corriente, sin embargo la broma dura bien poco hasta llegar a convertirse en una especie de chiste deslavazado pasado de rosca, imposible de unir con un mínimo de coherencia, el conjunto final deviene con muy poca gracia bordeando por momento lo irritante.

A través de un tono alucinógeno que uno percibe como voluntario Zeroville tiene al menos la particularidad de ampararse en la referencia y devoción cinéfila de su marciano protagonista, las citas y personajes que van desfilando son innumerables, desde Liz Taylor y Montgomery Clift en Un lugar en el sol hasta de George Steven, John Milius, Francis Ford Coppola y su Apocalipsis Now, un joven Spielberg, una trasunta co-protagonista surgida bajo los rasgos de nuestra Soledad Miranda y multitud de transposiciones cinéfilas que van desde La pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer hasta el The Holy Mountain de Alejandro Jodorowsky, el mensaje final que viene a ser algo parecido a como el poder del cine es utilizado a modo de materia transformadora de nuestra existencia, curiosamente dicho tratado representa a la perfección el paradigma de cómo pese a la radicalidad del conjunto no significa que forzosamente estemos ante un producto brillante u original, más bien al contrario, la sensación final es la de estar presenciando un chiste sofisticado que en realidad no lo es, eso si la película que ha permanecido oculta desde su rodaje en 2014 gozara en un futuro de ese estatus de obra maldita, de difícil acceso para el gran púbico, tan maldita que tuvo que ser retirada por parte del festival de la sección a concurso por haber tenido un inesperado estreno comercial una semana antes en Rusia.

La odisea de los giles el último trabajo tras las cámaras de Sebastián Borensztein vino a certificar esa clase de películas cuya presencia en festivales de cine como el de San Sebastián no necesita de muchas explicaciones, un tipo de film que da la sensación de no molestar a nadie, tampoco llega a trascender, por fortuna no es tampoco su propósito, de clara textura comercial sin que tal termine sea peyorativo es la clase de trabajos que evoca al espectador a la evasión lúdica, pensándolo bien es de agradecer estos respiros coyunturales entre la omnipresencia de infinidad de propuestas de calado trascendente que suelen poblar los certámenes cinematográficos. La odisea de los giles basada en la novela La noche de la usina nos sitúa en la Provincia de Buenos Aires a fines del año 2001. Un grupo de amigos pierden todo el dinero que había logrado reunir para reflotar una vieja cooperativa agrícola. Al poco tiempo, descubren con asombro como sus ahorros se perdieron por una estafa realizada por un abogado y un gerente de banco que contaban con información necesaria de la crisis financiera que se iba a desencadenar en el país. Puestos al día de la situación el grupo de vecinos decide organizarse y armar un minucioso plan con el objetivo de recuperar lo que les pertenece. El film de Sebastián Borensztein que ha venido a ser la gran apuesta comercial de la temporada para el cine argentino tiene la particularidad de abordad un tema tan espinoso como fue el corralito con bastante ligereza, una película revanchista, por momentos colindando con el slapstick criminal, pero de claro tono buenista y calado agradable en donde se recurre a la consabida hibridación genérica en esta clase de relatos, comedia con giros inesperados posiblemente con alguna que otra caricatura exagerada evitable, momentos puntúales de tragedia y algún que otro ramalazo de épica emocional en un producto que no engaña a nadie en referencia a sus postulados, a tal respecto en todo momento dado su tono bufo y ameno se busca la complicidad del espectador, de alguna manera sin existir tal propósito difícil seria justificar su existencia como tal.

Dentro de ese gran cajón de sastre temático que parece haberse convertido en estos últimos años la sección Perlas y presentada en la Quincena de Realizadores del pasado Festival de Cannes se pudo ver en esta tercera jornada del festival la cinta francesa Alice et le maire de Nicolas Pariser, un relato que nos traslada  a la ciudad de Lyon, el alcalde Paul Théraneau se encuentra en una posición algo delicada, tras pasar 30 años en política se empieza a quedar sin ideas y siente que sufre una especie de vacío existencial. Para superar esta coyuntura decide contratar a una brillante filósofa, la joven Alice Heinmann. Entre ambos se desarrollara un diálogo en el que sus respectivas personalidades se cuestionaran. Alice et le maire es de esas películas que parecen destinadas a la reflexión posterior y que transita a través del ámbito político en referencia a sus diversos idearios, en tal aspecto podríamos catalogar la cinta de Nicolas Pariser como un film en donde por encima de todo predomina una digamos arriesgada apuesta por el realismo llevado hasta las últimas consecuencias con todo lo que ello puede acarrear en lo bueno y lo malo, tiene la cualidad de hacerlo de forma algo original, de echo el relato no deja de ser una especie de continuo y por momentos ameno dialogo en base a reafirmar y cuestionar al mismo tiempo el posicionamientos de sus dos protagonistas principales, unos ajustados Fabrie Luchini y Anaïs Demoustier, en base a la supuesta profundidad de los diálogos, a partir de ahí la idea se percibe como un ejercicio que intenta construir una relación en particular de dos personajes en principio muy opuestos hablando únicamente de política. Posiblemente el gran lastre que un servidor detecta en la película viene dado en la medida de tener la sensación de ver como este temario tan interesante llega a eclipsar la verdadera entidad que se le supone a los personajes, en tal sentidos dichos personajes incluso los más secundarios deben tener sus motivos y se les da cancha a la hora de poder justificarse sin embargo la sensación final es de quedarse de alguna manera en tierra de nadie pese al loable intento de indagar en un temario tan interesante a priori en referencia a su didáctica como complicado de llevar al cine sin llegar a recurrir en los consabidos maniqueísmos.

Como colofón de esta jornada uno de los platos fuertes de la sección Perlas y posiblemente del Festival fue Parasite, el premiado y excelente film de Bong Joon-ho que transita en la ocupación de un determinado espacio escénico a modo de alegoría social, curiosamente una premisa que permite un interesante dialogo interno con otras de las cintas vistas en esta edición como fue la mexicana Mano de obra de David Zonana, en la película que nos ocupa vemos como una familia humilde que están sin trabajo aprovecha la coyuntura de ver como su hijo mayor empieza a dar clases particulares en casa de una familia burguesa, las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan a tener una extraña interrelación. Después de un periplo fuera de sus fronteras con trabajos interesantes pero posiblemente demasiado ampulosos como Snow PiercerOkja Bong Joon-ho vuelve a lo que mejor se le da, producciones austeras rodadas en su Corea del Sur natal que inciden en un cine social que no recurre al cliché, a tal respecto Parasite pertenece por derecho propio a ese selecto grupo de obras creadas por su autor como Memories of Murder o Mother. El nuevo trabajo tras las cámaras de Bong Joon-ho tiene la inequívoca virtud de estar sorprendiendo continuamente al espectador, una fábula domestica mostrada a modo de sitcom con retazos a imaginarios de Hitchcock, Buñuel, al The Housemaid de Kim Ki-young o el The Servant de Joseph Losey, con una utilización del espacio fílmico ciertamente admirable Parasite, tan heterodoxa como estimulante sin caer en ningún momento en el esperpento, es una obra inclasificable en el buen sentido de la palabra, al igual que en los anteriores trabajos arriba citados tiene la virtud en como sabe exponer su ambivalencia genérica, partiendo de unas bases que la emparentan al cine fantástico que anida a través del sustrato social en referencia a la alienación de clases, el film sin pertenecer a un género concreto utiliza varios, podemos percibir en el relato como en un principio la comedia negra de tono liviano con la que empieza se va convirtiendo paulatinamente y a raíz de la subsistencia de sus protagonistas en algo que anida a través del drama familiar, la monstruosa parábola social que nos es mostrada y con la que se cierra el film sin embargo podría pertenecer perfectamente al cine de terror en esta historia de connotaciones laberínticas acerca de oprimidos y opresores, todos ellos trasuntos de una sociedad que parece abocada a la propia autodestrucción.

Peter Strickland, presencia y Q&A en Terror Molins de «Berberian Sound Studio»

Sessión retrospectiva leitmotiv La Mirada Surrealista

Entre las numerosas actividades de esta 38.ª edición, destaca con fuerza la proyección especial del film británico BERBERIAN SOUND STUDIO (2012), incluido en la retrospectiva «La mirada surrealista». Esta sesión se celebrará el viernes 15 de noviembre a las 19,45h y será presentada, nada más y nada menos, que por su propio director y guionista: el prestigioso Peter Strickland. En solo siete años, BERBERIAN SOUND STUDIO se ha convertido en todo un título de culto dentro del género, generando numerosos incondicionales en todo el planeta. El cineasta inglés, uno de los grandes invitados de esta edición del Terror Molins, también protagonizará un debate posterior con los asistentes a la proyección, mediante un Q&A que se prevé fascinante. Strickland es uno de los cineastas analizados en el libro «La mirada surrealista», la nueva publicación oficial del festival. Es un gran honor dar la bienvenida a nuestro festival a uno de los cineastas más interesantes del cine actual.

Título original: Berberian Sound Studio
Año: 2012
Duración: 92 min.
País: Reino Unido
Dirección: Peter Strickland
Guion: Peter Strickland
Música: Broadcast
Fotografía: Nicholas D. Knowland
Reparto: Toby Jones, Tonia Sotiropoulou, Cosimo Fusco, Susanna Cappellaro, Layla Amir, Eugenia Caruso, Hilda Péter, Chiara D’Anna, Katalin Ladik, Guido Adorni, Lara Parmiani, Antonio Mancino, Suzy Kendall, Salvatore LI Causi, Fatma Mohamed, Zsuzsanna Buksi
Productora: Illuminations Films / Warp X

Sinopsis: En la década de los setenta, el Berberian Sound Studio fue el estudio de postproducción de sonido más barato y sórdido de toda Italia; por él pasaron las películas más perturbadoras. Gilderoy, un tímido ingeniero inglés experto en sonido, viaja a Italia para encargarse de mezclar el último «giallo» de Santini, el gran maestro del cine de intriga, pero pronto se verá atrapado en un mundo prohibido poblado por actores maniáticos, donde los caprichos artísticos y la burocracia más absurda marcan el día a día.

Premios
2012: Festival de Locarno: Sección oficial de largometrajes a concurso
2012: Festival de Sitges: Sección oficial largometrajes a concurso
2012: British Independent Film Awards: Mejor director y mejor actor (Toby Jones)
2013: BAFICI: Mejor película

Crónica Festival de San Sebastián 2019. Día 2

Encrucijadas maternas y atrincheramiento histórico social

En este recién estrenado otoño han surgido dos películas con la ciencia ficción y la carrera espacial de fondo en donde se han tratado complejas relaciones y vínculos parento-filial, si en la magnífica Ad Astra de James Gray se incide en una ruptura no afectiva dependiente entre un padre y un hijo en Proxima de la realizadora francesa  Alice Winocour se transita a través de las dificultades emocionales de una mujer a la hora de delimitar las fronteras existentes entre su responsabilidad materna y su carrera profesional, la semejanza entre ambas cintas sin embargo las encontramos tan solo con el punto de partida arriba citado, si en el film del responsable de The Lost City of Z la ciencia ficción deviene como fundamental en un relato que mira sin complejos al El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad en Proxima el elemento genérico no deja de ser algo parecido a una excusa argumental a la hora de desarrollar un discurso que transita a través de tintes existencialista/conflictivo, en la historia vemos como Sarah (una notable Eva Green en una edición en donde las interpretaciones femeninas fueron de un nivel muy alto) es una astronauta de origen francés que se integra en base a un duro entrenamiento en la Agencia Espacial Europea. Ella la única mujer dentro del exigente programa. Vive sola con su hija de siete años Stella. Sarah se siente culpable por no poder pasar más tiempo con su hija. Cuando Sarah es elegida para formar parte de la tripulación de una misión espacial de un año de duración llamada Proxima, se produce un conflicto moral en la relación entre madre e hija.

Proxima nos habla de un dilema interno, una íntima radiografía de una dificultad laboral y doméstica, dicha encrucijada moral esta relatada de una forma ciertamente pausada en la medida de poder ofrecernos un lienzo tan detallista como austero, no estamos ante un film de narrativa lenta como puede parecer en un primer instante sino más bien profundo. De un tonó tan realista que por momentos se acerca al trazo documental el tercer trabajo tras las cámaras de Alice Winocour tiene la virtud de saber indagar con cierto aplomo a través de un retrato y un universo plenamente femenino sin que este llegue a estar acoplado forzosamente a ningún tipo de militarismo de género, algo que hoy en día y viendo las coyunturas sociales actuales aplicadas al arte es ciertamente digno de elogio.

Otras de las películas encuadradas dentro de la sección oficial a concurso que se pudieron ver en esta segunda jornada del festival fue la cinta mexicana Mano de obra, film en donde vemos como un grupo de albañiles trabajan construyendo una lujosa casa situada en las inmediaciones de la Ciudad de México. Tras la muerte en un accidente laboral del hermano de uno de los obreros, este se entera que su cuñada, ahora viuda, no recibirá ningún tipo de indemnización por parte del dueño de la casa. El grupo de obreros buscará justicia por la nula compensación recibida por parte del dueño de la casa. En una edición en donde han predominado trabajos que incidían en la desigualdad social como por ejemplo las notables Parasite de Bong Joon-ho o Atlantique de Mati Diop la opera prima del mejicano David Zonana Mano de obra, deviene como una milimétrica alegoría de una desesperación sin vías de solución, no solo se limita a retratar en un claro formato realite una desigualdad que deriva en abuso y posterior revancha sino que se ampara a través de metáforas reducidas ubicadas en un escenario de clara estructura minimalista en una historia circular que de una forma atroz siempre nos devuelve al punto de origen, de alguna manera Mano de obra mediante una acertada y meritoria economía de medios viene a representar el reverso políticamente incorrecto del cine social perpetrado por Kenneth Loach, el cine de ambos autores se sustenta a través de mostrarnos la degradación de tratados sociales, sin embargo la rigurosidad y austeridad formal con una especial incidencia en el plano secuencia de Mano de obra se distancia afortunadamente del tremendismo del veterano realizador británico a la hora de intentar construir unas narrativas morales que no pretenden en ningún momento incidir en el subrayado que intenta aleccionar a través de una injusticia social, David Zonana se decanta en aplicar diversas metáfora de claro índole contradictorias direccionada para la ocasión hacia un escepticismo que la deriva por momentos al cine de Buñuel por aquello de encontrar en la más absoluta marginalidad parábolas que anidan a través de la picaresca más descarnada. Inexplicablemente el film de David Zonana no tuvo presencia en el palmarés de festival, una ocasión perdida en este aspecto a la hora de reivindicar una de las obras más arriesgadas y sorprendentes de las vistas este año dentro de la sección oficial.

La segunda cinta española presentada a concurso al igual que el film de Alejandro Amenabar nos sitúa en medio del conflicto de la Guerra civil española, La trinchera infinita, cinta que vino a certificar como los autores de Loreak y Handía Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga van perfeccionado sus films es indiscutiblemente su mejor trabajo realizado hasta la fecha, la historia vuelve a situarnos en los inicios de la Guerra Civil, en un pequeño pueblo andaluz Higinio y Rosa son una pareja de recién casados (unos competentes Antonio de la Torre y Belén Cuesta), el un republicano que al verse amenazado tendrá que buscar un refugio que le salve de una muerte que parece segura, con ayuda de su mujer decidirá utilizar un agujero cavado en su propia casa como escondite provisional, un encierro que sin embargo se prolongará durante más de 30 años. Curiosamente la narrativa de La trinchera infinita tiene un inicio que poco tiene que ver con prácticamente lo que será su desarrollo posterior, un comienzo tan tenso como dinámico en modo escénico, dicha tensión y angustia estarán presente a lo largo del todo el metraje aunque su representación en la pantalla se volverá inevitablemente más minimalista en base a que estaremos presenciando la triste odisea de un recluido, un encerramiento que deviene tan físico como mental, a tal respecto La trinchera infinita coge como base y referencia para que nos hagamos una idea el concepto ya visto en el segmento The Pianist de Roman Polanski, aquel en donde vemos al protagonista recluido de manera clandestina en un apartamento de Varsovia durante un largo periodo de tiempo ante la invasión nazi.

La trinchera infinita que se ve algo lastrada por una duración algo excesiva sin embargo parte de la dificultad de mostrarnos 30 años de la vida de una persona, su mirada al ser subjetiva será la que nos guie en referencia a una existencia que deviene en sombras. Posiblemente una de las mayores virtudes de este drama sobre el miedo y su consiguiente y forzada alienación la encontremos en la medida de presenciar cómo no se utiliza en ningún momento su trasfondo histórico político de una manera digamos frívola en base a simbolismos que hubieran desvirtuado la génesis principal de un relato que nos muestra con cierto aplomo las trágicas consecuencias que se derivan de la pérdida de la libertad.

Tres años después de presentar Your Name Makoto Shinkai volvía a San Sebastián para presentar su último trabajo como director, en Weathering With You el director nipón vuelve de alguna manera a repetir esquemas ya vistos en anteriores películas suyas, en cierta manera es como si se hubiera ideado un relato pensado para satisfacer a los espectadores que quedaron encandilados con su anterior filme. Weathering With You a través de un romance adolescente con elementos sobrenaturales nos explica como un estudiante de secundaria que se muda a Tokio. Allí conocerá a una joven llamada Akina Amano, una chica con el misterioso poder de poder manipular y controlar el clima a su antojo no sin padecer graves consecuencias ante tal acto. La historia que nos cuenta Makoto Shinkai vuelve a transitar a través de un particular e inequívoco imaginario propio, en cierta manera aquello del dominio de un estilo concreto queda bastante patente en el film, posiblemente el problema venga dado en la medida de ver como el listón estaba demasiado alto, en tal medida es evidente que Weathering With You pese a poseer una narración algo más depurada con respecto a anteriores trabajos de su autor adolece de una cohesión narrativa que si detectábamos en su anterior trabajo, el cine de Makoto Shinkai siempre se ha estructurado en base a un temario formado por dialécticas que transitan a través de la amistad, la aventura urbana, el romance o la diferencias entre clases sociales, en este último trabajo y en plena era Greta Thunberg además se presta especial atención casi a modo de leitmotiv a la crisis medioambiental, son tantas las vías y personajes en el relato que llegados a un punto Makoto Shinkai da la impresión de perder un poco el rumbo a la hora de indagar con profundidad en algunas de dichas ramificaciones temáticas, algo que de manera puntual hace que el espectador pueda perder algo de interés en un producto que en cierta manera resulta ser todo lo que prometía ser, pero absolutamente nada más, con todo aquí entraríamos en ese eterno dilema de saber contextualizar de una forma adecuada una obra en apariencia algo menor por parte de uno de los autores más validos e importantes de la actual animación japonesa.

La película de la jornada proveniente de la sección Perlas vino de la mano de Steven Soderbergh con The Laundromat, el director estadounidense que hace ya algún tiempo declaro su intención de abandonar el mundo del cine sigue afortunadamente sin cumplir su palabra, posiblemente en la extensa filmografía de Soderbergh no encontremos ninguna obra maestra pero del mismo modo raro será en mayor o menor medida que algunas de sus películas carezcan de interés, últimamente al responsable de Sex, Lies and Videotape le ha dado por la experimentación de formatos y géneros, Unsane, High Flying Bird por poner los últimos ejemplos. Algo ciertamente admirable en un autor con un bagaje tan largo. Pensándolo bien la carrera de Soderbergh siempre se ha regido por el no encasillamiento de estructuras preconcebidas solo que ahora dicha tendencia no muestra disimulo alguno a la hora de ser llevada a la práctica, The Laundromat no es un film que se base en la experimentación como tal sin embargo es un producto que al menos intenta ser original en lo referente a su dictado. La película basada en hechos reales transita a través de los llamados «papeles de Panamá», un escándalo que salió a la luz a raíz de una investigación periodística en el año 2017 en la que tras un filtración de un despacho de abogados se desveló que importantes personalidad mundiales tenían patrimonio no declarado en bancos de Panamá a modo de paraíso fiscal.

Un servidor sin llegar a ser un entendido en finanzas llega a comprender perfectamente como la película nos dice que el sistema financiero es una podredumbre, de raíz irónica pero también pedagógica The Laundromat tiene la virtud de ser tan liviana y entretenida como didáctica utilizando el camino de la sátira en vez del consabido drama político, a tal respecto Steven Soderbergh  llega a emplear una vasta infinidad de herramientas cinematográficas que están a su disposición para denunciar la avaricia de la cual se sustenta del sistema capitalista actual, llegados a un punto poco importa tener una sensación final de intrascendencia y cierta indulgencia debido a un tono que en varios momentos roza lo caricaturesco, lo importante en este caso más que la finalidad en sí misma es un trayecto que curiosamente deviene como ameno, aquel que queda a medio camino entre la comedia y la tragedia, esta última expuesta solo entre bastidores, a la hora de relatarnos un hecho ciertamente doloroso.

 

Pere Portabella recibirá el Giraldillo de Honor del Festival de Cine Europeo de Sevilla

El Festival reconoce la magnífica trayectoria del cineasta catalán, un nombre clave del cine español en su labor de productor de clásicos como ‘Viridiana’, ‘Los golfos’ y ‘El cochecito’, y director de una filmografía poética y rompedora en la que destacan títulos como ‘Vampir-Cuadecuc’, ‘Die Stille vor Bach (El silencio antes de Bach)’ y ‘El sopar (1974-2018)’.

El Festival de Sevilla ha anunciado el ganador del Giraldillo de Honor de su 16 edición, el director Pere Portabella. El certamen ha decidido otorgar su premio honorífico a esta figura clave del cine español, un realizador, guionista y productor que, durante más de 60 años, ha cabalgado entre la vanguardia artística y la militancia política para convertirse en un imprescindible de nuestra historia cinematográfica.

Portabella (Barcelona, 1929) es un autor fuera de toda convención que ha desarrollado una obra en paralelo a su propia biografía, la de un creador libre, forjado en la lucha antifranquista, parlamentario y senador a lo largo de décadas y, a la vez, productor de algunos filmes esenciales de nuestra cinematografía, como ‘Viridiana‘, de Buñuel, ‘El cochecito’, de Marco Ferreri y con guion del mítico Rafael Azcona, y ‘Los golfos‘, de Carlos Saura. Clásicos que se proyectarán en copias restauradas durante el Festival junto con tres grandes películas de su autoría.

En constante diálogo con otras artes como la música y la pintura, el de Portabella es un cine visionario, adelantado a su tiempo y transgresor, que transita entre el surrealismo, la verdad documental y la poesía. Así lo demuestran títulos como ‘Vampir- Cuadecuc‘ (1971), ‘Die Stille vor Bach (El silencio antes de Bach)’ (2007) y ‘El sopar (1974-2018)’ que también se podrán ver en esta edición.

https://youtu.be/wmzYUq2Jwl8

Crónica Festival de San Sebastián 2019. Día 1

Asentamiento coyuntural

Del 20 al 28 de septiembre tuvo lugar la 67 edición del Festival de San Sebastián, una nueva edición del veterano certamen donostiarra que puso de manifiesto una consolidación del modelo liderado en estos últimos años por el equipo capitaneado por José Luis Rebordinos. A la hora de hacer un balance general de esta pasada edición esta pasa en parte por admitir un mal endémico de difícil solución que viene arrastrando el certamen durante bastante tiempo, el estar en la cola en referencia a su catalogación de festival de clase A con respecto a sus semejantes, dicha coyuntura ha propiciado que San Sebastián siempre haya adolecido de una estabilidad a la hora de programar una sección oficial a concurso demasiada supeditada a encontrar limitados resquicios en la medida de contraprogramar con ciertas garantías a otros certámenes, por fortuna el Zinemaldia parece haber encontrado en estos últimos años una vía algo alternativa a la hora de tener cierta legitimidad en encontrar contenidos interesantes provenientes del Festival de Toronto, posiblemente no es la más perfecta solución pero si la única posible ha día de hoy y seguramente en el futuro.

Como certamen de claro índole popular San Sebastián pasa por la aceptación de esta coyuntura que deviene casi como ineludible, llegados a este punto el muy evidente salto cualitativo existente entre la sección oficial y las secciones paralelas se percibe como muy notorio en referencia a su calidad, dicho de otro modo el mejor cine y en parte el más coherente provine de apartados tan bien estructurados como Horizontes Latinos, Zabaltegi, New Directors y evidentemente Perlas, secciones asentadas y bien direccionadas a la hora de guiar a público y prensa sobre qué tipo de cine va a visionar. Mención aparte y ciertamente digno de elogio es la labor del festival en referencia a las retrospectivas y sus respectivas publicaciones, la de este año dedicada al realizador mexicano Roberto Gavaldón cumplió con creces esa labor hoy casi extinta y tan pedagógica que han de asumir casi por obligatoriedad los certámenes cinematográficos en la medida de direccionar una mirada a cinematografías ya pretéritas.

A continuación y como viene siendo habitual en estos ultimo años dentro del portal iremos desgranando a modo de crónica diaria todo lo más importante visto en esta 67 edición del Festival de San Sebastián.

 

Día 1, de memorias histórico social y purgatorios estilísticos

Blackbird remake de la cinta danesa Stille hjerte fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a esta nueva edición del Zinemaldia en lo referente a la sección oficial a concurso, en el nuevo film de un autor tan todoterreno como es Roger Michell vemos como una mujer bajo los rasgos interpretativos de Susan Sarandon sufre esclerosis lateral amiotrófica en fase terminal decide voluntariamente acabar con su sufrimiento por medio de la eutanasia con la ayuda y aprobación de su marido. Sin embargo tal decisión traerá una serie de conflictos familiares pasados que parecían estar enterrados. Blackbird en base a un espacio escénico que parece remitirnos al teatro clásico podría catalogarse como una especie de continuación familiar y algo más dramatizada de aquel Peter’s Friends de Kenneth Branagh estructurado a modo de relato coral ubicado en las consabidas comidas familiares, campo abonado este a discusiones grupales que fuerzan mediante un trazo muy poco sutil un lucimiento actoral que termina deviniendo como previsible pues a fin de cuentas en Blackbird pese a su indudable corrección todo parece estar impregnado en base a una manipulación emotiva direccionada al espectador poco prevenido en estas líderes, algo que termina anulando cualquier tipo de inquietud autoral por parte del responsable de Notting Hill, en su lugar asistimos a una representación algo manida sobre la eutanasia dentro del seno de una familia acomodada de clase media en donde predomina por encima de cualquier otro activo el lucimiento actoral orquestado para la ocasión en base a figuras que devienen como estereotípicas, lástima que un tema tan delicado y complejo de cierta sensación de transitar en lo concerniente a la no originalidad a través de carriles narrativos muy preestablecidos, como consuelo nos queda que al menos Roger Michell tiene el detalle de no caer ni en la militancia ni en el tremendismo dramático alternado con una ligera lucidez momentos de reflexión emocional con otros en donde un humor algo desinhibido liberan un trazo que en gran parte del metraje se vislumbra como excesivamente calculado.

La segunda película a competición de esta primera jornada del Zinemaldia fue la esperada cinta española Mientras dure la guerra, trabajo en donde el hoy algo denostado Alejandro Amenábar vuelve después de varios años a rodar en territorio patrio, lo hace a través de una mirada histórica ubicada en el verano del año 1936 durante los primeros días de la Guerra Civil española, relato que nos es ofrecido a través del posicionamiento y la perspectiva del filósofo vasco Miguel de Unamuno ante el conflicto que se avecina, una determinación que en un primer momento decide al apoyar públicamente una sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país, dicha mirada nos es expuesta a modo de mosaico provisto de personajes que devienen ciertamente como arquetípicos, ellos de alguna manera representan en la cinta el imperecedero estigma de las dos Españas ya muy visibles en los preámbulo de la Guerra Civil, por un lado la ambivalencia y vaivenes ideológicos según se desarrolla los acontecimiento de Miguel de Unamuno, por otro los a entender de un servidos algo caricaturizados y por momentos grotescos Franco y Millán Astray, personajes que nos dictan una confrontación moral e ideológica de difícil solución. De algún modo el nuevo trabajo tras las cámaras del responsable de Tesis se sitúa en un territorio que da la impresión de buscar en todo momento una neutralidad que de alguna manera parece condenada a mutar en conciliación, a tal respecto posiblemente el mayor activo de Mientras dure la guerra radique en la puesta en contexto de dicho discurso, afortunadamente desprovisto de maniqueos coyunturales y grandilocuencia pueril, el resultado final se atisba como un  esforzado retrato de reversos sociales e ideológicos tanto del pasado como del presente, algunos mejor expuesto que otros pero cuya actitud final se sitúa pese a ciertas aristas muy por encima de los últimos trabajos realizados por Alejandro Amenábar.

Dentro de ese cajón de sastre de películas que podríamos denominar como importantes vistas en otros certámenes la sección Perlas abrió este año el fuego con Seberg, funcional biopic que nos muestra un periodo temporal en que la actriz francesa e icono estético y cultural de los 60 Jean Seberg  se vio envuelta en el tumultuoso movimiento por los derechos civiles a finales de dicha década en Los Ángeles, su relación con el activista de los derechos civiles Hakim Jamal la convirtió en un blanco perfecto por parte del FBI a la hora de interrumpir y desacreditar el movimiento del Black Power. La cinta dirigida por el australiano Benedict Andrews alcanzo el nivel cualitativo más bajo visto este año dentro de la sección Perlas, posiblemente un servidor piensa que su inclusión en San Sebastián vino supeditada por la presencia de Kristen Stewart en la alfombra roja en el certamen donostiarra. Seberg con una sensación muy notoria a telefilm intranscendente es de esos trabajos que amparándose en una muy interesante coartada cinéfila desaprovecha por completo los mimbres e ideas prometedoras de las que parte, ya no en referencia a centrarse en un escueto periodo temporal sino en no saber adecuar equitativamente un material que en un principio daba para bastante más que el pasa de puntillas sobre varias narrativas que no terminan de ensamblarse de manera correcta mediante una esforzada obsesión por una verosimilitud de dudosa ejecución, a tal respecto un servidor hubiera preferido un retrato algo más personificado de una figura que resulto ser tan vulnerable como lo fue Jean Seberg, los arquetípicos personajes agentes del FBI,  las tensiones raciales de la época o una confusa militancia feminista lastran de convencionalismos una propuesta que seguramente habría salido ganando si se hubiera centrado en un retrato algo más unitario, con solo escarbar con algo más de profundidad en el turbulento episodio del rodaje de la Saint Joan de Otto Preminger ya se hubiera justificado el intento.

De Francia y con el Premio del Jurado otorgado en el pasado Festival de Cannes en su haber nos llegó Les Misérables de Ladj Ly, película que nos sitúa en el año 1993 a través de las vivencias de una brigada anticriminal compuesta por tres personajes que han de operar en la problemática zona de Montfermeil. Les Misérables que evidentemente no adapta la obra de Victor Hugo pero sí que en parte esta inspirada podría situarse formalmente a medio camino entre la magnífica Ley 627 de Bertrand Tavernier, la no menos notable Training Day de Antoine Fuqua o incluso El odio de Matthieu Kassovitz . Con una narrativa contada casi en tiempo real el nuevo trabajo del responsable del curiosísimo documental À voix haute – La force de la parole contornea a través del film de denuncia social contado casi a modo de falso documental, de forma involuntaria o no el film de Ladj Ly que parece hablarnos básicamente de un hostigamiento en un lugar aislado y marginal parece sentirse bastante más cómodo en el espectáculo de la confrontación policial delictiva que en la indagación de una problemática social de denuncia o discurso político, dicha disyuntiva tiende a contrarrestar un supuesto mensaje o dictado moral, sin embargo los beneficios de este aplicado ejercicio vendrá en la medida de saber crear con inusitada soltura un clima en base a un ritmo narrativo bien direccionado a curiosamente una evasión fílmica que entra en continua confrontación con una supuesta credibilidad a la hora de retratar el conflictivo extrarradio parisino. De una visualización poderosa Les Misérables solo parece hacer aguas en un tercer acto en donde se da pie al subrayado moral, un mal menor para una cinta que se erige en uno de los más enérgicos thrillers policiales en lo que llevamos de año.

Una de las películas dentro de la sección Perlas que mayor expectación habían levantado este año fue el nuevo trabajo de Robert Eggers The Lighthouse (Premio FIPRESCI de la Quincena de realizadores en el pasado festival de Cannes), tras el éxito de su opera prima The Witch el realizador estadounidense da un paso adelante en eso tan complicado en el mundo del cine que es superar expectativas con un segundo trabajo, a tal respecto The Lighthouse cumple a la perfección con dicho tratado a través de una pieza cinematográfica que deviene como un apabullante e hipnótico ejercicio de estilo que rehúye cualquier tipo de tendencias liquidas dentro del actual cine de género fantástico para ofrecernos casi una pieza de orfebrería en base a la construcción de un propio lenguaje autoral. Ambientada a finales del siglo XIX en un único escenario y dos únicos personajes (sobresalientes una vez más Willem Dafoe y Robert Pattinson en un duelo descarnado a través de dos masculinidades bien distintas) The Lighthouse nos cuenta un infernal purgatorio a modo de drama de época de tendencias shakespeareanas malsanas, un tipo de cine que muy posiblemente los puristas del género fantástico acusen erróneamente de ser demasiado pretenciosa en referencia a su dictado. Que la imagen como tal vaya siempre por delante de la narrativa más que un déficit tiene que ser un beneficio si está bien aplicado, a tal respecto Robert Eggers evoca a clásicos autores como Murnau, Stanley Kubrick o incluso Béla Tarr aderezado con ligeros tonos proveniente de imaginarios propios de Melville, Lovecraft o Poe, referencias que tan solo como punto de inspiración estética en una propuesta de atmósfera ominosa que rozando lo experimental queda situado entre un sucio realismo desvirtuado y lo pesadillesco en base a la creación a modo de lienzo tenebrista de imágenes de impacto en dónde el crescendo narrativo deviene como un inquietante caldo de cultivo a la hora de mostrar una degradación moral y física. The Lighthouse termina convirtiéndose por méritos propios como una de las propuestas más radicales y fascinantes de los últimos años en un trabajo en el que volveremos de forma algo más detenida con motivo de su proximo estreno comercial.

Como colofón de esta primera jornada y con motivo del merecido homenaje al realizador de origen griego Costa-Gavras se pudo ver su último trabajo tras las cámaras titulado Adults in the Room, adaptación del libro escrito por el ex-Ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis durante la crisis griega del año 2015. Adults in the Room viene a ser una vuelta de tuerca algo deslucida de las constantes temáticas que mejor ha sabido manejar el responsable de Music Box años atrás, si en trabajos anteriores como por ejemplo Z., État de siège o Missing Costa-Gavras hacía gala de un tipo de cine comprometido políticamente ciertamente admirable en forma y fondo en Adults in the Room dicha cualidades temáticas se ven bastantes deslucidas en la medida de exponer un relato de mensaje bastante unitario, de alguna manera es como si el director de origen griego le comprara sin apenas pestañear el discurso a Yanis Varoufakis sin detenerse a explorar una posible confrontación ideológica a través de una mirada digamos neutra, no se trata de dictar un posicionamiento positivo o negativo de dos entidades pero si de intentar homologar tendencias de una forma algo más ecuánime, dicha aseveración no significa forzosamente que estemos ante una historia de tintes militantes pero si de una mirada que deviene como unidireccional y algo manipuladora y por lo tanto deslucida en su conjunto final. Lo que cuenta Adults in the Room en parte es interesante aunque no tanto en la manera en cómo lo hace, la sensación final es estar ante un relato plagado de un simplismo populista que transita peligrosamente en lo maniqueo, una búsqueda forzada a través de un ejercicio de empatía que siempre parece bordear la propaganda, de poco sirve que el film levante el vuelo en su tramo final en base a una teatralización del conflicto a modo de sátira que atesora algo de originalidad, el trazo de brocha gorda exhibido en los anteriores cien minutos terminan siendo un lastre de muy difícil escoyo para el espectador.

Primer tráiler de «El Hoyo» de Galder Gaztelu-Urrutia

Tras su triunfal paso por el pasado Festival de Toronto dentro de la sección Midnight Madness en donde se alzó con el con el premio del público y a punto de tener su premier española en el inminente Festival de Sitges que está a punto de comenzar nos llega un primer adelanto en forma de tráiler y póster oficial, que podéis ver a final de página, de la opera prima de Galder Gaztelu-Urrutia titulada El Hoyo, film de ciencia ficción cuyos derechos de exhibición ya pertenecen a Netflix y cuyo argumento nos remite en un principio de una manera bastante clara al Cube de Vincenzo Natali.

El Hoyo nos sitúa en un futuro que deviene como distópico. La historia nos ubica en un espacio misterioso en donde parece existir dos personas por nivel, un número desconocido de niveles y una sola plataforma con comida para todos ellos. ¿Eres de los que piensan demasiado cuando están arriba? ¿O de los que no tienen agallas cuando están abajo?, una situación en donde parece claro que cuanto más arriba estés, más oportunidades de sobrevivir tendrás.

La película con guion de David Desola y Pedro Rivero y música a cargo de Aránzazu Calleja está protagonizada por Ivan Massagué, Antonia San Juan, Algis Arlauskas, Alexandra Masangkay, Eric Goode, Emilio Buale, Miriam Martín, Zorion Agileor y Óscar Oliver.

De lo Fantástico y lo Inadmisible

Lo maravilloso, lo sobrenatural, lo extraordinario, o como apunta este libro en su título, lo fantástico y lo inadmisible, son solo algunas de las categorías con las que intentamos emplazar una de nuestras condiciones más universales: el ser humano frente al misterio.

Sea cual sea su etiqueta hoy, se trata de un fenómeno transversal que ha ido permeando prácticamente todas las áreas de la cultura. Desde los clásicos más reconocibles de la literatura y la cinematografía (Shelley, Lovecraft, Pratchett, etc.), hasta las novedades más periféricas del videojuego o de la realidad virtual (Aventuras gráficas, Survival Horror, etc.).

Este libro, aborda en sus siete capítulos temáticos (cine, televisión, videojuegos, ilustración, literatura, Historia y educación), y de la mano de una amplia diversidad de autores/as, estas cuestiones, así como otras modalidades de expresión e interconexión de lo fantástico y lo inadmisible, con el arte y el audiovisual contemporáneo. Un recorrido al que sumar, entre otros muchos temas, las huellas japonesas de los fantasmas Yokai y los monstruos Kaiju Eiga (Godzilla, Gojira); las fábulas cinematográficas de Harryhausen o del Giallo italiano; la estampa feminista y queer de la brujería posmoderna (The Craft, The Spell); o las tribulaciones “superheroicas” que aterrizan desde el cómic hasta nuestras pantallas (Daredevil, The Punisher, etc.).

El autor

Mario-Paul Martínez Fabre es profesor, investigador y coordinador del Área de Estética y Teoría de las Artes en el Grado de Comunicación Audiovisual de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Directivo del Grupo de Investigación Massiva. Profesor en el Master Universitario en Proyecto e Investigación en Arte y en el Máster MUECA en Estudios Culturales y Artes Visuales de Bellas Artes de Altea. Fue profesor en Ciudad de la Luz. Escribe sobre arte y nuevas tecnologías en Artes y Letras del diario Información. Publica en Arte Política e Identidad, MHJ Journal, Play Life o Croma. También co-dirige la empresa de gestión cultural Mayday GC y, como artista, creativo gráfico y profesional de motion graphics en agencias como Dogmamoda y Marino & Galen. Ha dirigido, participado en Technarte, La Noche en Blanco, Inclusiva-Media Lab Prado, Entornos Futuros, Seminario de Posproducción y Arte Digital, Festival Internacional de Videoclips FIVECC, etc. La Fundación BilbaoArte, Sabadell, Aguaclara o el IVAM han exhibido sus trabajos.

Fran Mateu (Elche, 1981). Doctorando en Filosofía y Letras, Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas y Diplomado en Dirección Cinematográfica. Ha participado en distintas antologías de relatos de género fantástico. Ha dirigido los cortometrajes “Historia Muerta” (2011), “Hidden Devil” (2017) y “Hell West” (2018), con proyecciones y premios en diversos festivales nacionales e internacionales. En 2013 fundó el Festival Internacional de Cine Fantástico de Elche – FANTA ELX.

Autor; V.V.A.A., Coord: Mario-Paul Martínez y Fran Mateu, Editorial: Cinestesia. Miguel Herrero Herrero, Páginas: 372

La alfombra roja de Sitges 2019, a punto para dar la bienvenida a las estrellas del fantástico

Los invitados del Festival desfilarán por 20 red carpets y participarán en los Sitges Encounters de la Carpa Noray en el Hotel Meliá Sitges. El Festival también rendirá homenaje a ocho figuras destacadas del cine fantástico y entregará el Gran Premio Honorífico a Sam Neill y el Premio Honorífico a toda una carrera a Luis Gasca

Directores como Vincenzo Natali, Pupi Avati o Gerardo Herrero, actores como Sam Neill, Patrick Wilson, Maribel Verdú, Aaron Paul y Nikolaj Coster-Waldau, o encuentros únicos con Asia Argento, Glen Danzig o Charles Band, son solo algunos de los nombres destacados que estarán en el centro de todas las miradas durante once días en la sede del Festival. El Hotel Meliá Sitges será el escenario principal por donde directoras y directores, actrices y actores, y profesionales de la industria protagonizarán las 20 red carpets, los Sitges Encounters y una decena de homenajes que tiene preparados el Festival para su 52ª edición.


Jueves, 3 de octubre

17:30h – RED CARPET – Inauguración – IN THE TALL GRASS (EN LA HIERBA ALTA). Vincenzo Natali (director), Patrick Wilson (actor), Steve Hoban (productor). REALITY. Alex Ibáñez (director), Lydia Bosch (actriz)

+ Premio Màquina del Temps. Patrick Wilson (actor)

+ Jurado Oficial Fantàstic: Anurag Kashyap (director), Alan Jones (crítico y escritor especializado en fantástico), Mary Jo Markey (montadora), Nancy Bishop (directora de casting)


Viernes, 4 de octubre

15.45h – RED CARPET – SUICIDE TOURIST. Jonas Alexander Arnby (director), Nikolaj Coster-Waldau (actor), Rasmus Birch (guionista), Niels Thastum (director de fotografía), Mikkel Hess (compositor), Eva Jakobsen (productora), Katrin Pors (productora)

17h – SITGES ENCOUNTERS – Glenn Danzig (músico y director)

20.00h – RED CARPET – THE LODGE. Severin Fiala (director), Veronika Franz (directora)

22.15h – RED CARPET – PARADISE HILLS. Alice Waddington (directora), Adrián Guerra (productor), Núria Valls (productora)


Sábado, 5 de octubre

17h – SITGES ENCOUNTERS – Charles Band (director, guionista y productor)

19.45h – RED CARPET – VENTAJAS DE VIAJAR EN TREN. Aritz Moreno (director), Juan Gordon (productor), Merry Colomer (productora), Leire Apellániz (productora), Belén Cuesta (actriz), Javier Botet (actor), Luis Tosar (actor), Ernesto Alterio (actor), Macarena Garcia (actriz), Javier Godino (actor), Stéphane Mangin (actriz), Pilar Benito (productora executiva)

00.30h – RED CARPET – Charles Band + RABID. Jen Soska (directora), Silvia Soska (directora) + INFECCIÓN. Flavio Pedota (director), Rubén Guevara (actor), Eduardo R. Servello (director de fotografía), Francisco Bugallo (diseño de producción) + SHED OF THE DEAD. Nick Lean (productor) + LOVE BITE. Charles De Lauzirika (director), Carlee Baker (actriz)

+ Premio Màquina del Temps. Charles Band (director, guionista y productor)


Domingo, 6 de octubre

11.30h – SITGES ENCOUNTERS – Asia Argento (directora y actriz)

13.30h – RED CARPET – Pupi Avati + THE NEST. Roberto De Feo (director), Edoardo Rossi (actor), Francesca Cavallin (actriz), Justin Korovkin (actor), Ginevra Francesconi (actriz), Gabriele Falseta (actor), Davide Novelli (productor)

+ Premio Nosferatu. Pupi Avati (director)

18.15h – RED CARPET – THE ROOM. Christian Volckman (director), Olga Kurylenko (actriz)

22.15h – RED CARPET – GALA MÉLIÈS – Asia Argento + LUX AETERNA. Gaspar Noé (director)  

+ Méliès Career Award. Asia Argento (actriz y directora)


Lunes, 7 de octubre

18.00h – RED CARPET – Javier Botet + NORMAN. Gigi Romero (directora) + AMIGO. Óscar Martin (director), Elena Muñoz (productora), Javier Botet (actor), David Pareja (actor)

+ Premio Màquina del Temps. Javier Botet (actor)

19.45h – RED CARPET – Maribel Verdú + EL ASESINO DE LOS CAPRICHOS. Gerardo Herrero (director), Mariela Besuievsky (productora), Maribel Verdú (actriz), Aura Garrido (actriz), Daniel Grao (actor)

+ Premio Màquina del Temps. Maribel Verdú (actriz)


Martes, 8 de octubre

20.15h – RED CARPET EL HOYO. Galder Gaztelu-Urrutia (director), Ivan Massagué (actor), Antonia San Juan (actriz), Emilio Buale (actor), David Matamoros (productor), Carlos Juárez (productor), Ángeles Hernández (productora), Raquel Perea (productora)


Miércoles, 9 de octubre

14.00h – RED CARPET – HER BLUE SKY. Tatsuyuki Nagai (director), Mari Okada (guionista), Masayoshi Tanaka (diseño de personajes), Genki Kawamura (producción), Ryo Yoshizawa (actor de voz), Riho Yoshioka (actor de voz)


Jueves, 10 de octubre

17.30h – RED CARPET – Blood Red Carpet. Claudia Trujillo (actriz), David Solans (actor), Pol Monen (actor), Mireia Oriol (actriz)

19.30h – RED CARPET – LEGADO EN LOS HUESOS. Fernando González Molina (director), Marta Etura (actriz), Imanol Arias (actor), Francesc Orella (actor), Mercedes Gamero (productora), Adrián Guerra (productor), Núria Valls (productora), Peter Nadermann (productor), Rosa Pérez (productora), Carolina Guillamas (productora)


Viernes, 11 de octubre

18.15h – RED CARPET – CUERDAS. José Luis Montesinos (director), Arturo Mendiz (productor), Paula Del Río (actriz), Miguel Ángel Jenner (actor), Carles Pastor (productor), Marc Zumbach (director de fotografía), Jordi Aguilar (actor), Iakes Blesa (guionista)

20.45h – Premio Honorífico a toda una carrera. Luis Gasca. (*Cinema Prado)

22.15h – RED CARPET – COLOR OUT OF SPACE. Richard Stanley (director), Josh Waller (productor)


Sábado, 12 de octubre

16h – SITGES ENCOUNTERS – Sam Neill (actor)

16.45h – RED CARPET – EL CAMINO: A BREAKING BAD MOVIE. Aaron Paul (actor)

20.00h – RED CARPET – CLOENDA – Sam Neill + THE VIGIL. Keith Thomas (director), Adam Margules (productor)

+ Gran Premio Honorífico. Sam Neill (actor)

+ Jurado Oficial Fantàstic: Anurag Kashyap (director), Alan Jones (crítico y escritor especializado en fantástico), Mary Jo Markey (montadora), Nancy Bishop (directora de casting)

Stephen King según Netflix, tráiler de «In the Tall Grass»

Si hace bien poco hablábamos de la producción Netflix In the Shadow of the Moon ahora es turno de otra película surgida bajo el amparo del gigante del streaming como es In the Tall Grass, adaptación de la novela escrita por Stephen King y Joe Hill cuyo primer avance en forma de tráiler acaba de ver la luz y podéis ver a final de página junto a su póster oficial. Tras las cámaras un viejo conocido del género fantástico como es el canadiense Vincenzo Natali que tras aquella algo decepcionante Haunter (2013) se ha dedicado básicamente al medio televisivo. In the Tall Grass estará disponible en Netflix a partir del próximo 4 de octubre previo pase por el Festival de Sitges en donde será la película inaugural.

In the Tall Grass nos cuenta como dos hermanos se adentran en un inmenso campo de hierba tras escuchar el grito de auxilio de un niño. Cuando Becky y Cal se encuentran en mitad del campo quedarán atrapados por una fuerza siniestra que rápidamente les desorienta y les separa. Aislados del mundo y sin posibilidad de escapar del control del campo, pronto descubren que lo único peor que estar perdido es ser encontrado.

La película con guion adaptado a cargo del propio Vincenzo Natali está protagonizada por Patrick Wilson, Laysla De Oliveira, Harrison Gilbertson, Rachel Wilson, Will Buie Jr., Tiffany Helm y Avery Whitted.

 

La innovación en realidad virtual se consolida en Sitges Cocoon

En la sección VR 360, tecnología punta y cine se unen para sumergir al espectador a otra realidad fantástica, con las mejores experiencias XR del año 

Sitges sigue apostando por las nuevas tecnologías y por tercer año consecutivo contará con una sección oficial a competición dedicada exclusivamente a experiencias de realidad virtual, procedentes de todo el mundo. El público podrá disfrutar de forma ininterrumpida y gratuita de 20 piezas a competición, que valorará un prestigioso jurado especialista en el género.

Los mejores contenidos inmersivos XR se volverán a encontrar un año más en el espacio VR Cine del Centre Cultural Miramar de Sitges. Un total de 20 piezas internacionales conforman la sección oficial a competición de este año, que gracias a la tecnología Samsung, HTC-Vive y Oculus transportarán al público a un mundo sorprendente de experiencias de realidad virtual donde el terror, la ciencia ficción, la fantasía, la animación y el experimental se convertirán por un rato en el único compañero de viaje. Los espectadores de Sitges Cocoon dispondrán, previa recogida de entrada y reserva de hora, de 60 minutos para elegir una o varias piezas en competición.

Como cada año, la sección contará con una amplia variedad de géneros y propuestas para todos los gustos, aguante y edades. Desde experiencias de animación para todos los públicos como Bonfire y Crow: The Legend, de la prestigiosa productora norteamericana Baoba Studios y dirigidas por el experto en animación 3D, Eric Darnel (Antz), o el apasionante Gloomy Eyes de Fernando Maldonado y Jorge Tereso, una historia de amor juvenil con un zombie adolescente de protagonista y con Colin Farrell de narrador. En el apartado de ciencia ficción, tres propuestas espectaculares: Mechanical Souls de la directora Gaëlle Mourre y 7 Lives de Jan Kounen (Dobermann), dos piezas en la línea de Black Mirror y Live Stream by YUKI <3 de Tsung-Han TSAI, una divertida y punzante sátira taiwanesa sobre el arma de doble filo que pueden ser las redes sociales.

El terror también tendrá su lugar preferente en la realidad virtual, reservado solo para un público valiente dispuesto a adentrarse en la fantasmagórica e intensa experiencia japonesa Ghost Reality de Hajime Ohata, participar del thriller interactivo Pagan Peak VR de Ioulia Isserlis y Max Sacker, dejarse llevar por la hipnótica experiencia turca Floodplain de Deniz Tortum, el misterio interactivo de Kobold de Max Sacker, la siniestra tortura australiana en primera persona de Guy Norris, The Peeler, o descubrir la premiere mundial en Sitges Cocoon de la taiwanesa Vicious Circle de Chun-Yu LAI. Y hablando de experiencias sorprendentes y difíciles de olvidar, destacar también la nueva peripecia que mezcla stop motion y CGI, Gymnasia, de Chris Lavis y Maciek Szczerbowski, de la productora vanguardista Felix & Paul Studios; Ghost in the Shell: Ghost Chaser de Hiroaki Higashi, la nueva entrega de la saga producida por Production I.G.; y Ray Sparks, la secuela de Ray, de los españoles Rafael Pavon y Roberto Romero.

Un jurado internacional formado por Isadora García (profesora e investigadora académica de la Universitat Internacional de Catalunya, ganadora del primer premio de los XXX Premis CAC 2018 a la investigación sobre comunicación audiovisual), Albert Pintó (director de Matar a Dios, película ganadora del premio del público en Sitges 2017 y de la película de terror pendiente de estrenarse, Malasaña32) y Daniel Cohen (fan del cine de género desde adolescente y director del Festival Europeo de Cine Fantástico de Estrasburgo) serán los encargados de decidir cuál de las 20 experiencias XR a competición será la ganadora de la edición de este año.

Colaboraciones, instalaciones y talleres

El Festival cuenta por primera vez con una colaboración fantástica para todos los amantes de la realidad virtual. Gracias a VRrOOm, una innovadora plataforma de VOD para contenidos de VR, creada por Louis Cacciuttolo, y al Festival Europeo de Cine Fantástico de Estrasburgo, algunos de los contenidos seleccionados a competición este año en el Festival de Estrasburgo se podrán ver de forma gratuita del 4 al 8 de octubre en el Centre Cultural Miramar, incluyendo la esperada Star Wars Vader Immortal, con tecnología Oculus Quest. Y a partir del 12 de octubre hasta el 22 de noviembre también se podrá ver en la plataforma VRrOOm una selección conjunta entre festivales de forma totalmente gratuita y desde cualquier rincón del planeta.

Además de la tecnología Samsung que acompaña la sección desde sus orígenes, este año Sitges Cocoon contará con equipos Oculus y HTC VIVE para hacer crecer la experiencia inmersiva y descubrir al público las infinitas posibilidades que ofrece el XR en la actualidad. Gracias a la productora barcelonesa Ekisolid, fundada por David Herrero, este año habrá dos simuladores de experiencias interactivas, únicos y personalizados para Sitges: por un lado, The Lost Idol, una cinta de correr desde donde el público tendrá que escapar de los peligros de una selva virtual –con detalles y guiños al Festival– al más puro estilo de Indiana Jones. Y por la otra, Mad Run XR, inspirada en el mundo post-apocalíptico de Mad Max, donde el participante, al volante de un Dodge Challenger tendrá que conseguir las últimas gotas de gasolina en un mundo apocalíptico, antes de que sea demasiado tarde. En este caso, la habilidad tendrá premio. El usuario que consiga la mejor puntuación ganará una entrada doble para la clausura del Festival. Ambas instalaciones serán totalmente gratuitas, con acceso por orden de llegada y estarán ubicadas en la planta baja del Centre Cultural Miramar.

El Festival sigue apostando por el futuro de las nuevas tecnologías y los contenidos XR ligados al cine. Por este motivo, Sitges Cocoon este año formará parte de las Industry Talks del Festival, con la organización de 3 conferencias dedicadas a la realidad virtual el viernes, 11 de octubre. The ESCAC XR Experience, proyecto impulsado por el flamante laboratorio de VR que el ESCAC estrenó hace unos meses, nos hablarán de una experiencia interactiva muy sensorial que ya pudieron mostrar en el Sónar+D. En Stories of the Future _ Storytelling, innovació & tecnologies emergents, Marta Ordeig, una apasionada emprendedora que ha llevado sus ideas y talleres hasta Silicon Valley explorará la relación entre las teconologías emergentes, la narración de cuentos y cómo interactúan para diseñar el futuro. Y Roberto Romero y Rafael Pavón, figuras del sector muy respetadas a nivel internacional cerrarán el apartado de conferencias sobre realidad virtual con Més enllà de Ray, donde explicarán los secretos que hay detrás de su última creación, Ray Sparks, la versión interactiva de su anterior experiencia, Ray, que en 2017 consiguió una mención especial en el Festival.

Programación Sitges Cocoon 2019 a competición

7 Lives Francia, Luxemburgo y Bélgica, 2019. Dirección: Jan Kounen, 20’

A Memory of the wind Corea del Sur, 2019. Dirección: Park Heungsik, 19’

Ayahuasca – Kosmik Journey Francia y Luxemburgo, 2019. Direcció: Jan Kounen, 18’

Bonfire EEUU, 2019. Dirección: Eric Darnell, 18’

Conscious Existence Alemania, 2018. Dirección: Marc Zimmermann, 12’

Crow: The Legend EUA, 2018. Dirección: Eric Darnell, 22’

Floodplain Turquía, 2018. Dirección: Deniz Tortum, 13’

Ghost in the Shell: Ghost Chaser Japón, 2018. Dirección: Hiroaki Higashi, 8’

Ghost Reality Japó, 2018. Dirección: Hajime Ohata, 15’

Gloomy Eyes Francia, Argentina, Taiwán y EEUU, 2019. Dirección: Jorge Tereso i Fernando Maldonado, 15’

Gymnasia Canadá, 2019. Dirección: Chris Lavis and Maciek Szczerbowkski, 6’

Heart of Darkness Australia, 2019. Dirección: Stuart Campbell, 13’

Kobold VR Experience Alemania, 2018. Dirección: Max Sacker, 20-30’

Live Stream from YUKI <3 Taiwán, 2018. Dirección: Tsung-Han TSAI, 12’

Mad Run XR España, 2019. Dirección: David Herrero, 4’

Mechanical Souls Francia, Taiwán, 2019. Dirección: Gaëlle Mourre, 17’

Pagan Peak VR Alemania, 2019. Dirección: Ioulia Isserlis i Max Sacker, 45’

Ray Sparks España, 2019. Dirección: Rafael Pavon, 10’

The Peeler Australia, 2018. Dirección: Harrison Norris , 5’

Vicious Circle Taiwán, 2019. Dirección: Chun-Yu LAI, 17’

Prime tráiler para «In the Shadow of the Moon», lo nuevo de Jim Mickle

Netflix sigue reclutando directores interesantes para sus proyectos, el turno ahora es para Jim Mickle, realizador que ya había mostrado buena mano en el género negro con la estimable Cold in July, en su último trabajo tras las cámaras titulado In the Shadow of the Moon, cuyo primer tráiler y póster oficial podéis ver a final de página, reincide en el thriller en esta ocasión aderezado con algún que otro elemento de ciencia ficción. In the Shadow of the Moon estará disponible en Netflix el próximo viernes 27 de septiembre.

In the Shadow of the Moon nos sitúa en el año 1988, el oficial de la policía de Filadelfia Thomas Lockhart, ansioso por convertirse en detective, comienza a seguirle la pista a un asesino en serie que misteriosamente resurge cada nueve años. Cuando los crímenes del asesino empiezan a desafiar cualquier explicación científica, la obsesión por descubrir la verdad amenaza con destruir su carrera, su familia y, posiblemente, su cordura.

La película con guion a cargo de Gregory Weidman y Geoffrey Tock está protagonizada por Boyd Holbrook, Cleopatra Coleman, Michael C. Hall, Bokeem Woodbine, Sarah Dugdale, Rudi Dharmalingam, Gabrielle Graham, Julia Knope, Billy Otis, Divan Meyer, Ryan Allen, David MacInnis, Jhonattan Ardila, Yahsmin Daviault, Trisha Blair, Jay Yoo, Bobby Daniels, Tadhg McMahon, Adrian Griffin, Martha Girvin, Blaine McKenzie, Juan Carlos Velis, Naya Guzman, Stuart Dowling, Sandra Battaglin, Quincy Kirkwood, Joé Arias y Colton Royce.

El cineasta italiano Franco Piavoli tendrá su primera retrospectiva en España la 57 edición del FICX

El Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón tiene como uno de sus objetivos principales servir como plataforma de conocimiento para autores que, por diversos motivos, han permanecido inéditos para el público asturiano y español a lo largo del tiempo. En este sentido, una de las propuestas más destacadas de la 57ª Edición es el homenaje dedicado al cineasta transalpino Franco Piavoli en colaboración con la Filmoteca Española.

Franco Piavoli es una de esas voces que atesora un universo propio e inconfundible en sus más de cincuenta años de carrera artística. Glosado por directores tan relevantes como Ermanno Olmi, Bernardo Bertolucci o Andrei Tarkovski que se refirió a El planeta azul como “un poema, un concierto, un viaje hacia el Universo, la naturaleza y la vida. Una mirada auténticamente única.”

Piavoli ha desarrollado casi todo su trabajo en las cercanías de su localidad natal de Pozzolengo, a las orillas del Lago de Garda. Desde este bucólico emplazamiento, se ha convertido en un testigo de excepción que ha trascendido el impresionante paisaje del Piamonte hasta hacer de él una metáfora universal, llevando a sus espectadores desde el origen de la vida hasta los confines de lo desconocido, mostrando un retazo del ciclo eterno de nacimiento, muerte y resurrección. Una obra, en definitiva, que habla como pocas de la relación de nuestra especie con todo lo que le rodea.

Forjado en el medio fotográfico, en el que se mantuvo durante muchas décadas, la carrera cinematográfica del realizador transalpino ha sido plasmada en festivales como Venecia (Premio FEDIC en 1996 para Voces en el tiempo), Locarno o Cinema du Reel… hasta llegar a Gijón, donde el público español tendrá la primera ocasión de ver una amplia retrospectiva de su impresionante labor, de ser testigos de una mirada que perdura en la memoria de todo espectador que se acerca a ella.

El compendio de la obra de Piavoli que traerá el #57FICX estará formada por cuatro largometrajes: El planeta azul (Il pianeta azurro, 1982), Nostos: El retorno (Nostos: Il ritorno, 1989), Voces en el tiempo (Voci nel tempo, 1996) y Al primer soplo de viento (Al primo soffio di vento, 2002) y por cuatro cortometrajes: Emigranti (1963), Evasi (1964), L’orto di Flora (2009) y Festa (2016). Estas obras han sido seleccionadas y conjuntadas por el propio Franco Piavoli y por Martín Cuesta (curador de la retrospectiva y miembro del departamento de programación del FICX) en exclusividad para la muestra gijonesa, forjando así una oportunidad única de acercarse a uno de los creadores de imágenes más singulares de la última mitad del Siglo XX y principios del XXI.

Con posterioridad a su paso por Gijón, este homenaje cinematográfico podrá ser visto por diferentes espectadores de otros territorios al ser exhibida en la Filmoteca Española, el Centro Galego de Artes da imaxe (CGAI) y en la Filmoteca del Institut Valencià de Cultura (IVAC).

El otro lado de la invisibilidad, tráiler de «L’angle mort»

Seguimos con algunos de los adelantos de algunas de las películas que se podrán ver en la próxima edición del Festival de Sitges, turno en esta ocasión para el nuevo trabajo tras las cámaras del dúo formado por Patrick-Mario Bernard y Pierre Trividic responsables de la notable L’autre 2008 (Copa Volpi a Mejor actriz en el Festival de Venecia), L’angle mort (Blind Spot título internacional), film cuyo primer tráiler y póster oficial podéis ver a final de página y que parte de una premisa argumental de tono fantástico pero expuesto desde un enfoque claramente realista.

En L’angle mort vemos como Dominick tiene el don de volverse invisible, pero eso no hace su vida mejor. De hecho, oculta el poder incluso a sus seres queridos, como si fuera una enfermedad. Cada vez le resulta más complicado mantener el control de su habilidad, y eso pone en jaque sus relaciones y su estabilidad. Durante el proceso, un día su propio poder se escapa de su control, con terribles consecuencias al mismo tiempo que conoce a otro chico que casualmente comparte su misma habilidad y al que parece aterrorizarle la idea de poder perderlo.

La película que se estrena en cines de Francia el próximo 16 de octubre cuenta con un guion de los propios Patrick-Mario Bernard y Pierre Trividic estando protagonizada por Jean-Christophe Folly, Isabelle Carré, Golshifteh Farahani, Sami Ameziane, Le Comte de Bouderbala, Claudia Tagbo, Tella Kpomahou y Peter Bonke.

Historia del Cine: Teorías, estética, géneros

Este manual ofrece la doble perspectiva de aprender y disfrutar del cine, desde la convicción de que, al igual que las novelas, los poemas, las pinturas o las obras musicales, las películas son obras artísticas y, por tanto, el conocimiento sobre el cine es hoy un componente fundamental en la cultura de cualquier ciudadano. Está concebido como ayuda al lector para conocer, reflexionar, sugerir visiona-dos y, en definitiva, mostrarle todo aquello que resulta indispensable para «saber de cine» ; resume lo esencial y proporciona esquemas para una visión global del hecho cinematográfico. Obra amena y bien estructurada, se acompaña de textos complementarios, numerosas fotografías, comentarios sobre un centenar de películas, filmografía específica y una bibliografía completa para ulteriores profundizaciones. Varias decenas de universidades españolas y latinoamericanas han tenido este texto como libro de referencia a lo largo de los últimos años. Aparece ahora en una nueva edición que actualiza y amplía los contenidos proyectando la Historia del Cine hacia el Audiovisual digital.
El autor
José Luis Sánchez Noriega, es doctor en Ciencias de la Información y profesor titular de Historia del Cine y del Audiovisual en el departamento de Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense. Articulista en revistas especializadas y crítico de cine, es autor de varios libros sobre cine.
Autor; José Luis Sánchez Noriega, Editorial: Grupo Anaya Publicaciones Generales Libros Singulares (Ls), Páginas: 704

Existencia perturbadora, primer tráiler de «Suicide Tourist»

Fue en el año 2014 cuando el realizador danés Jonas Alexander Arnby debuto con aquel interesante drama adolecente con elementos fantásticos titulado When Animals Dream, cinco años más tarde nos llega su segundo trabajos tras las cámaras en donde vuelve al igual que en su primer film a coger como base un libro de Rasmus Birch, Suicide Tourist (Selvmordsturisten en original), thriller de investigación cuyo primer avance en forma de tráiler oficial vía Cine maldito podéis ver a final de página, tendrá su premier mundial dentro de unas semanas en el Festival de Sitges en donde estará presente su protagonista principal, el cada vez más popular Nikolaj Coster-Waldau.

Suicide Tourist nos muestra como Max, un detective que trabaja para un agencia de seguros, está investigando la desaparición de Arthur. La tarea le lleva a un viaje largo y misterioso en el clandestino Hotel Aurora, una institución secreta especializada en elaborar fantasías suicidas asistidas. En medio de una crisis existencial, Max comienza a cuestionarse su propia percepción de la realidad… ¿y si la muerte es la única salida del hotel?

La película que se estrenará en cines de Dinamarca el próximo 21 de noviembre cuenta con un guion de Rasmus Birch estando protagonizada por Kate Ashfield, Nikolaj Coster-Waldau, Robert Aramayo, Tuva Novotny, Jan Bijvoet, Sonja Richter, Kaya Wilkins, Peder Pedersen, Johanna Wokalek, Vibeke Hastrup, Solbjorg Hojfeldt, Slimane Dazi, Mette Lysdahl, Anders Mossling, Lorraine Hilton, Christine Albeck Børge y Per Egil Aske.

«The Lighthouse», «Lux Aeterna» y «El Camino: una película de Breaking Bad» últimas novedades de Sitges 2019

Las visitas de Aaron Paul y Nikolaj Coster-Waldau –dos rostros muy populares entre los seriéfilos– se suman a la lista de invitados al certamen. La actriz Asia Argento recibirá el Premio Méliès, que otorga la Federación Europea de Festivales de Cine Fantástico. The Vigil’, la electrizante ópera prima de Keith Thomas, ambientada en una comunidad judía ortodoxa, clausurará el Festival.

Las mil caras del fantástico se desplegarán en Sitges 2019. El Festival, que se celebrará del 3 al 13 de octubre, tiene a punto una programación que es punta de lanza del cine de género mundial. Una propuesta atrevida, dinámica y amplia de miras que incorpora las últimas tendencias y las combina con los realizadores consolidados, ofreciendo un mapa completo del fantástico en su presente, pasado y futuro.

El nuevo trabajo de Robert Eggers (The Witch), la aclamada The Lighthouse, se une a la Sección Oficial Fantàstic (fuera de competición) en Sitges 2019. El director, que revolucionó el género con su primer largometraje, transporta al espectador a una pequeña isla en alta mar –en Maine, a principios del siglo XX– donde los dos únicos protagonistas, un veterano farero (Willem Dafoe) y un joven ayudante (Robert Pattinson) deben convivir durante cuatro semanas, con todo lo que esto conlleva.

También en Sección Oficial (fuera de competición), y solo un año después de ganar el premio a la mejor película en Sitges 2018 con Climax, Gaspar Noé vuelve al Festival con una sorpresa para todos sus seguidores. En Lux Aeterna –un mediometraje de 50 minutos protagonizado por Béatrice Dalle y Charlotte Gainsbourg– el cineasta francés presenta una película ensayo sobre el respeto de las creencias, el trabajo de actor y el arte de la dirección con un final, como siempre, sorprendente.

Sitges será el escenario perfecto para el estreno europeo de El Camino: una película de Breaking Bad. Escrita y dirigida por el creador de la serie Breaking Bad, Vince Gilligan, el film es un contenido original de Netflix que sigue las andanzas de un fugitivo Jesse Pinkman (Aaron Paul) mientras huye de sus captores, de la ley y de su pasado, justo después de caer el telón de la serie. Los fans podrán conocer de primera mano todos los detalles de esta flamante película surgida por sorpresa, en el Q&A con Aaron Paul que tendrá lugar después de la proyección.

El universo de las series contará también con otra cara bien conocida en Sitges 2019. Nikolaj Coster-Waldau, el popular Jaime Lannister de Juego de Tronos, visitará el Festival para presentar la première mundial de Suicide Tourist, la nueva película de Jonas Alexander Arnby (director de Cuando despierta la bestia).

Sitges 2019 pondrá su punto y final el sábado 12 de octubre con The Vigil, una terrorífica propuesta dirigida por el debutante Keith Tomas y ambientada en una comunidad judía ortodoxa en Brooklyn. Un final redondo a once días en los que Sitges se convierte en capital mundial del cine fantástico.

The Vigil

El mejor escaparate del fantástico en la Sección Oficial

La Sección Oficial Fantàstic a competición un año más promete grandes títulos y sorpresas. El equipo de la conmovedora El himno del corazón regresa con una sorprendente historia llena de romance y anhelos juveniles. En Her Blue Sky, el director japonés Tatsuyuki Nagai nos habla de reencuentros, viajes en el tiempo y amores. En Corporate Animals, el director de Creep, Patrick Brice, orquesta una comedia negrísima encabezada por una Demi Moore maravillosamente odiable, donde las tensiones laborales derivan, literalmente, en canibalismo. También en After Midnight, de Jeremy Gardner (que también protagoniza y firma el guion) y Christian Stella (responsable a su turno de la fotografía), los códigos de la comedia romántica son dinamitados con gracia en esta cinta de monstruos y rupturas dolorosas sin solucionar.

El thriller y el terror tendrán también un espacio destacado en la sección. Swallow, el film de Carlo Mirabella-Davis construye un oscuro thriller en torno al cuerpo, a partir de un trastorno que conducirá a la protagonista a una transformación difícil de digerir. Inspirada en una carrera que se celebra cada año en Japón, Samurai Marathon, dirigida por Bernard Rose, derrocha acción, épica e intriga, entre samuráis, señores feudales y ninjas infiltrados. Y en Les particules (Particles), la producción franco-suiza dirigida por Blaise Harrison, queda claro que estar en plena adolescencia y a la vez rodeado del mayor acelerador de partículas del mundo no es la mejor opción para atravesar esa edad tan compleja.

Casi una década después de Mirages, Talal Selhami regresa con Achoura, una historia de miedo a caballo entre Francia y el folclore marroquí. El miedo también se podrá oler en la Turquía distópica de Orçun Behram con The Antenna, donde el Gobierno pone en marcha un nuevo sistema de comunicación para tener controlados a todos los habitantes del país; y en la segunda película de Katrin Gebbe, Pelican Blood, ambientada en Alemania, donde la idílica vida de una madre soltera, interpretada sólidamente por Nina Hoss, cambia repentinamente cuando su segunda hija pasa de ser tímida y encantadora a ser peligrosa e incontrolable.

Pelican Blood

El reverso melancólico y antiespectacular de las cintas de superhéroes también tiene un espacio en la Sección Oficial. En L’angle mort (Blind Spot), de Patrick-Mario Bernard y Pierre Trividic, Dominick tiene el don de volverse invisible, pero eso no hace su vida mejor. Y para cerrar novedades de la Sección Oficial Fantàstic, dos interesantes adaptaciones de cortos a largometraje. Por un lado, The Cleansing Hour, donde el director Damien LeVeck y el co-guionista Aaron Horwitz adaptan su corto original en una pieza de demonios y exorcismos entre milenials y emprendedores. Y fuera de competición se proyectará Code 8, adaptación al largometraje del corto homónimo dirigido por Jeff Chan en 2016.

Acción, thriller y universos propios en Òrbita y Noves Visions

Una de las grandes sorpresas de esta edición en Noves Visions será la visita y master class de Glenn Danzig, el mito del punk rock que consuma finalmente su amor por el cine de terror haciendo su debut en la dirección con Verotika, una antología que adapta tres historias que Danzig publicó primero en forma de cómic. Relatos violentos y de alto voltaje erótico, surgidos de la mente de un auténtico apasionado del género. No tan sorpresa pero siempre una buena noticia para el Festival, por tercer año consecutivo, el grupo teatral Gekidan Shinkansen, dirigidos por Takuji Izumi y por Hidenori Inoue en la dirección de escena, presentará en Sitges la adaptación audiovisual de sus espectaculares actualizaciones del kabuki, en Siren in the Shadows. Y otra esperadísima sesión especial, en este caso de la Sección Òrbita, The Wild Goose Lake, de Diao Yinan, una película de ritmo frenético y de formas estilizadas que en la platea del pasado Festival de Cannes, Quentin Tarantino se puso en pie para aplaudir.

The Wild Goose Lake

El cine de acción y el thriller tienen desde hace unos años, en la Sección Órbita, un peso importante dentro del Festival. A las películas ya anunciadas como Huachicolero (The Gasoline Thieves), Charlie Says o The Gangster, the Cop, the Devil, se añade a la sección oficial la historia de bandas clandestinas que organizan duelos de muerte reales en Guns Akimbo, de Jason Lei Howden, y el extremo opuesto de The Mute, de Bartosz Konopka, donde la violencia y el odio se sitúan en la Edad Media con dos caballeros que viajan hasta unas tierras paganas situadas en las montañas con la intención de cristianizar a su gente.

En el universo propio dentro del fantástico que ha creado Noves Visions, la programación de este año viene cargada de propuestas atrevidas y diferentes. De la mano de los productores de Bullhead y del director de Peaky Blinders, Tim Mielants, llega Patrick, un retrato tragicómico de un hombre peculiar que vive con sus padres en un camping naturista. Daniel Hui presenta Demons, una sátira de terror, sobre el poder, el arte y la violencia sistémica que esconde la sociedad. We Are Little Zombies, de Makoto Nagahisa, es la historia (de colorismo alucinado) de cuatro chavales en busca de sus emociones. En Koko-di Koko-da, de Johannes Nyholm, tres psicópatas extravagantes dispuestos a terminar con una pareja de novios, una y otra vez, un loop que parece la versi&oacu te;n macabra de Atrapado en el tiempo. En Mope, Lucas Hayne,dramatiza en forma de comedia extrema uno de los episodios más sórdidos, delirantes y trágicos de la historia de la pornografía. Jeffrey McHale se adentra con You Don’t Nomi en la intrahistoria de la película de Paul Verhoeven, Showgirls, analizando su culto e icónico poder de fascinación. Bertrand Bonello resucita la poética de Jacques Tourneur en Zombi Child para ahondar en una Francia en la que retumban los fantasmas del pasado colonialista. Con Starfish, A. T. White se presenta como una nueva voz, única y fascinante. Xavier Bröhm presenta un viaje faustiano a través de la noche en O Beautiful Night. Y Rob Grantconsigueun cruce de comedia negra con El cuchillo en el agua en su film Harpoon.

En Sitges Documenta se proyectará Hail Satan?, de Penny Lane, una crónica del extraordinario auge de uno de los movimientos religiosos más controvertidos de la historia de los Estados Unidos. Hail Satan? documenta la historia del Templo Satánico, desde sus exiguos inicios en los medios, a la multiplicación de adeptos. Divertida, provocadora y fascinante, la película se adentra en un grupo a menudo incomprendido.

Panorama y Midnight X-Treme: amplitud de miras y mucho terror

Más de veinte títulos conforman la Sección Panorama Fantàstic y Panorama Documenta. Magos, magia negra, muertos vivientes, psicópatas, todos estos personajes y muchos más forman parte indispensable del terror más visceral que podrá verse en Sitges 2019. El público de Sitges lo sabe bien: no hay nada peor que una escapada romántica. A los protagonistas de The Beach House, de Jeffrey A. Brown, dos tortolitos universitarios, les hubiese venido de perlas esta información. El viaje de enamorados se convertirá en una carrera para la supervivencia cuando unos invitados inesperados comienzan a mostrar signos de una misteriosa infección. En Antrum, the Deadliest Film Ever Made, los directores Michael Laicini y David Amito vendrán a Sitges a presentar la película más mortal de la historia que, gr acias al negativo encontrado, está lista para su reestreno. Y el actor Federico Bal, también visitará la Sección Panoràmic Fantàstic para contar cómo en Crímenes imposibles, de Hernán Findling, el trabajo de detective y la investigación de una serie de crímenes que desafían cualquier lógica y que los medios catalogan como imposibles, no es tarea fácil.

En la cada vez más popular Midnight X-Treme, este año prácticamente se duplica el número de películas proyectadas. 23 títulos que componen la sección y en la que cabe destacar Scare Package, un vertiginoso viaje por todos los subgéneros del terror, en el que distintos talentos del fantástico más independiente se van pasando la pelota a la caza de gags sanguinolentos, desde mutaciones purulentas hasta toda clase de slashers improbables; Alone, el film de instinto de supervivencia de James Cullen Bressack, con la visita al Festival de su actriz, Yulia Klass; y Porno, una historia de adolescentes que trabajan en el cine de un pequeño pueblo de devotos cristianos y descubren una antigua película en el sótano del local, del joven director Keola Racela, que también vendrá para p resentar este hilarante e inesperado film.

Scare Package

Charles Band: premio Màquina del Temps y retrospectiva 

El director y productor norteamericano de terror, Charles Band, uno de los productores más prolíficos de la Serie B de Hollywood durante los años 80 y 90, recibirá un premio Màquina del Temps a su trayectoria, con centenares de películas de terror, ciencia ficción, fantasía y comedia. En Brigadoon 2019 se proyectarán algunos de los títulos más importantes de su filmografía, tanto de productor como de director, gracias a la colaboración de Planet Horror con el Festival: Creepozoids (1987)de David DeCoteau, donde un grupo de sobrevivientes intenta evitar las confrontaciones de la Tercera Guerra Mundial; Demonic Toys (1992), de Peter Manoogian, en la que un demonio posee a los juguetes de un depósito  y los envía a la búsqueda del alma del aún nonato bebé de una mujer; y el clásico dirigido por David Schmoeller, Puppet Master (1989), en el que unos títeres se convierten en unas pequeñas bestias asesinas. En su faceta de director se podrán ver dos clásicos de su filmografía: Head Of The Family (1989)un auténtico clan de monstruos al servicio del mal, y The Creeps (Deformed Monsters) (1997), donde unas enfurecidas criaturas que han vuelto a la vida, pero a escala reducida, harán todo lo posible por recuperar su tamaño natural.

Anima’t llega cargada de grandes maestros

Además de las ya anunciadas White Snake, Les Hirondelles de Kaboul y The Wonderland, las producciones de animación japonesas Human Lost, de Fuminori Kizaki y Ride Your Wave, de Masaaki Yuasa, se suman a la programación de Anima’t, que este año proyectará la cinta de animación minimalista y evocadora realizada completamente en solitario por Gints Zilbalodis Away, ganadora de uno de los principales premios en el pasado festival de Annecy. En sesión especial se proyectará la nueva película de Makoto Shinkai, Weathering With You, después del éxito y fenómeno de 2016, Your Name.

Ride Your Wave

Deriva en alta mar, tráiler de «Harpoon»

Posiblemente y siempre situado dentro de un reducido círculo fue aquella comedia de terror titulada Mon Ami la que dio a conocer de alguna manera al realizador canadiense Rob Grant al público, su carrera hasta el momento parece claro que ha transitado en su gran mayoría a través de la comedia de género, su último trabajo tras las cámaras lo reafirma, Harpoon, cuyo tráiler y póster oficial podéis ver a final de página parte de una premisa de claro índole minimalista en base a un solo escenario, tres únicos personaje y una serie de giros de guion que nos vuelven a llevar a ese tono sarcástica antes comentado. Harpoon estará presente en el próximo Festival de Sitges dentro de ese cajón de sastre genérico que es la sección Noves Visions estando disponible en VOD en Estados Unidos a partir del 8 de octubre.

En Harpoon vemos como a Richard se lo han comido los celos. Las sospechas de que su novia Sasha tiene un affair con su mejor amigo Jonah terminan en un ataque de ira. Así, cuando Sasha y Jonah le convencen de que es mentira, Richard hace las paces invitándoles al yate familiar. El problema es que el motor se estropea, con el trío en alta mar y la tensión por las nubes; y la película comienza a ser un cruce de comedia negra con El cuchillo en el agua.

La película con guion del propio Rob Grant y música compuesta por Charles Hamilton está protagonizada por Munro Chambers, Emily Tyra y Christopher Gray.

Una mirada al pasado, primer tráiler de «El crack cero» de José Luis Garci

Esta semana acaba de ver la luz el primer tráiler oficial, que podéis ver a final de página junto a su magnífico póster, de la nueva película de José Luis Garci El crack cero, precuela de sus anteriores El Crack y El Crack II, un film que supone el cierre de la mítica saga que el director comenzó hace 38 años. Película rodada en blanco y negro y con el que el ganador de un Oscar se vuelve a sumergir en los bajos fondos del Madrid, en esta ocasión ubicado en los años 70, retomando la historia del inspector Germán Areta: “Aunque en 2012 tomé la decisión de no volver a dirigir ni escribir guiones (…) de pronto, me ocurrió lo que a Bond: never say never again.  El motivo de mi vuelta atrás fue una larga conversación con mi querida Maite Imaz, viuda de Areta, de Alfredo Landa Areta, que así se llamaba mi amigo.  Maite –que lamentablemente tampoco está ya- me animó a cerrar la trilogía de Los Cracks.” – explica Garci sobre el porqué de esta película.

Carlos Santos protagoniza la última película de la trilogía, encarnando el papel de un joven inspector Germán Areta, el personaje que marcara un hito en la carrera del genial Alfredo Landa. La historia, que narra los inicios de aquella clásica agencia de investigación, nos permitirá asistir también al momento en que Areta ficha a El Moro, otrora interpretado por Miguel Rellán y al que en esta ocasión dará vida Miguel Ángel Muñoz, con una caracterización que nos llevará lejos de su imagen habitual.

El crack cero nos sitúa seis meses después del suicidio del afamado sastre Narciso Benavides, una misteriosa y atractiva mujer casada visita a Germán Areta, prestigioso ex policía de la Brigada Criminal y ahora detective privado, para que inicie una investigación exhaustiva sobre el “Caso Benavides”. La mujer está convencida de que el sastre, que además era su amante, fue asesinado. Aunque su instinto le dice a Areta que la gente sólo mata por amor o por dinero, irá descubriendo que hay más motivos, y más de un sospechoso, para quitar de en medio al sastre.

La película con guion del propio José Luis Garci junto a Javier Muñoz y protagonizada por Carlos Santos, Miguel Ángel Muñoz, Luisa Gavasa, Patricia Vico, Pedro Casablanc, María Cantuel, Macarena Gómez, Belén López, Raúl Mérida, Cayetana Guillén Cuervo, Luis Varela, Ramón Langa, Andoni Ferreño, Alfonso Delgado, Jacobo Dicenta, Samuel Miró, Susana Paz, Jero García y Daniel Huarte llegará a los cines de nuestro país el proximo 4 de octubre de la mano de Filmax, contando con un cartel muy especial obra del ilustrador madrileño Miguel Navia, colaborador habitual de la revista Fiat Lux, especializada en el género negro, en el que también se enclava la película. Sus ilustraciones se han publicado en medios como El País o en publicaciones de la editorial Planeta. El artista, que en 2011 publicó Gran Vía, recrea para este cartel la famosa avenida madrileña en la que tiene su sede Areta investigaciones.

El terror italiano será protagonista en Brigadoon 2019

El director de cine y guionista italiano, Pupi Avati, recibirá el Premio Nosferatu, que otorga la sección Brigadoon, en Sitges 2019

El terror de Everybloody’s End, el brutal slasher esloveno The curse of Valburga, el repaso de los 20 años de historia del FrightFest inglés, un retrato documental del cine italiano de género de los años 70 y la retrospectiva Apocalypse domani, se suman a la programación de la sección Brigadoon de Sitges 2019.

Entre los estrenos más destacados de largometrajes en Brigadoon de este año se añaden dos grandes propuestas de género: Everybloody’s End, de Claudio Lattanzi, una pieza de terror italiana de manual y el slasher esloveno The curse of Valburga, de Tomaz Gorkic, una brutal mezcla de violencia y humor que sorprenderá a todos los asistentes. Estas películas se añaden a las ya anunciadas Mirada de cristal, el giallo argentino dirigido por Ezequiel Endelman y Leandro Montejano, la cinta de terror cubana dirigida por Rudy Riverón Sánchez, ¿Eres tú, papá?y el debut en el largometraje del portugués Fernado Alle con el film apocalíptico Mutant Bast.

The curse of Valburga

Dentro del Sitges Documenta se proyectarán, entre otros, el documental FrightFest: Beneath the Dark Heart of Cinema, de Chris Collier, una pieza que hace un repaso exhaustivo de los 20 años de historia del certamen inglés. También podremos conocer la industria del cine italiano de género durante los años 70 gracias a That’s La Morte: Italian Cult Cinema and the Years of Lead, el retrato documental que hace Xavier Mendik. Y siguiendo en el mundo italiano de género, repasaremos la vida y obra del director italiano Lucio Fulci a través del documental del realizador Simone Scafidi, Fulci for Fake.

Estos documentales se suman a los tres que se anunciaron hace unas semanas George Hilton – The World Belongs to the Daring, de Daniel Camargo, centrado en el mítico actor George Hilton. También Blood & Flesh: The Reel Life & Ghastly Death of Al Adamson, de David Gregory, que repasa la vida y la obra de uno de los realizadores más reconocidos del cine exploitation norteamericano de las décadas de los sesenta y setenta: Al Adamson. Por último, Deodato Holocaust explica la historia del cineasta italiano Ruggero Deodato, convertido en “maestro del horror” gracias a su obra Holocausto caníbal (1980), calificada como el primer found footage de la historia del cine.

Deodato Holocaust

Homenajes, sesiones especiales y premios

Brigadoon homenajeará este 2019 a dos figuras españolas fundamentales para entender el cine de género. Dos realizadores que nos han dejado hace poco; el guionista y director madrileño José Luis Merino y el realizador catalán Jordi Grau. De Merino se proyectará La rebelión de los bucaneros (1972) y Tarzán en las minas del rey Salomón(1973), dos clásicos de su extensa filmografía con más de 30 títulos. De Jordi Grau, que nos dejó a finales del año pasado con 88 años, se proyectará Ceremonia sangrienta (1973) y el documental Back to the Morgue (David Gregory, 2008). Por otro lado la actriz Isabel Sarli, de la cual podremos ver sus interpretaciones en a Fuego (1972), Fiebre (1972 ) o La tentación desnuda (1966), entre otras.

Brigadoon también contará este año con la presencia del realizador vasco, Pedro Olea, que durante su Sesión Especial podremos ver las proyecciones del largo En un mundo diferente(1970) y de los cortometrajes Zonbi eguna (El día del zombi)(2016), Anabel (1964) y El parque de juegos(1963), estas dos últimas obras inéditas de su filmografía.

En un mundo diferente

El director de cine, productor y guionista italiano Pupi Avati, como ya se anunció el mes de julio, recibirá el Premio Nosferatu, que otorga la sección Brigadoon, en Sitges 2019. El cineasta ha combinado diversos géneros a lo largo de su trayectoria, como la comedia o el cine de aventuras, pero ha destacado en el terror, con títulos como La casa dalle finestre che ridono (1976) o L’arcano incantatore (1996), que se recuperan en Brigadoon. En sesión especial –fuera de esta sección– se podrá ver su nueva película Il signor diavolo.

Exploitation italiana: retrospectiva y libro oficial Apocalypse domani

La retrospectiva Apocalypse domani recogerá títulos clave de la exploitation italiana de ciencia ficción desarrollada a finales de los años 70 como SHE (Avi Nesher, 1983), Los invasores del abismo (Ruggero Deodato, 1983), Robowar (Bruno Mattei, 1988) y Rats Notte di Terrore(Bruno Mattei, 1984), entre otras. El fenómeno de este género italiano nace como consecuencia del éxito de títulos norteamericanos como Star WarsAlien o 1997: Rescate en Nueva York, pero sobretodo de las dos primeras entregas de Mad Max. Fueron productos pensados para el mercado internacional, que en algunos territorios –como España– consiguieron un enorme éxito comercial, dirigidos por veteranos del cine italiano como Enzo G. Castellari (1990, Los guerreros del BronxLos nuevos bárbaros), Joe D’Amato (Bronx lucha final), Sergio Martino (2019, tras la caída de Nueva York), Lucio Fulci (Roma año 2072: Los gladiadores) o Luigi Cozzi (Contaminación: Alien invade la Tierra).

La retrospectiva se complementará con la edición de Apocalypse domani. La década dorada de la exploitation italiana de ciencia-ficción (1977-1990), el libro oficial del Sitges 2019, que analiza el fenómeno de la exploitation italiana des de la perspectiva del género de la ciencia ficción, repasando sus precedentes, sus contenidos y el impacto que suscitaron este tipo de producciones. Un recorrido didáctico a través de sus películas más representativas, cintas que aún hoy en día cuentan con miles de fans por todo el mundo. Bajo la coordinación de Ángel Sala y firmas de críticos de cine y especialistas en el material como Manlio Gomarasca, Diego López, Jesús Palacios, Domingo López, Xavi Sánchez Pons, Lluís Rueda, Mònica Garcia i Massagué, Desirée de Fez, el lector encontrar&aacut e; el análisis de títulos centrados en ciudades distópicas, apocalipsis y cine de bandas; un mundo de fantasía que, durante una década, intentó dar al cine italiano su versión más desinhibida. Y comprometida con el fantástico.

Sitges Zombie Walk

La tradicional Sitges Zombie Walk, punto de encuentro para que zombis de todo el mundo, puedan recorrer las calles de Sitges, tendrá lugar este año el primer sábado del Festival, el 5 de octubre, y el disparo de salida irá a cargo el director y productor norteamericano de terror, Charles Band. Uno de los productores más prolíficos de la Serie B de Hollywood durante los años 80 y 90, recibirá un premio Máquina de Tiempo a su trayectoria, con centenares de películas de terror, ciencia ficción, fantasía y comedia.

Primer tráiler de «Waves», lo nuevo de Trey Edward Shults

Aquel implacable drama sobre la ruptura psíquica titulado Krisha fue indiscutiblemente uno de los debuts de 2015 más interesantes acontecido dentro del panorama cinematográfico independiente norteamericano, dos años más tarde Trey Edward Shults se adentró de lleno en el género fantástico con la apocalíptica It Comes at Night, las altas expectativas y un exceso metafórico demasiado evidente en el relato hicieron que no terminara de cuajar la propuesta del todo, Waves es su nuevo trabajo tras las cámaras, film cuyo primer avance en forma de tráiler acaba de ver la luz y podéis ver a final de página. Con producción a cargo de A24 el film, un drama emocional intergeneracional, acaba de pasar por los festivales de Telluride y Toronto cosechando criticas bastantes positivas.

Waves nos presenta a dos parejas jóvenes que navegan a través del campo de minas emocional que supone madurar y enamorarse por primera vez en ese primer momento de la vida en el que toca asumir responsabilidades.

La película que tiene previsto su estreno comercial en Estados Unidos para el próximo 1 de noviembre cuenta con un guion del propio Trey Edward Shults estando protagonizada por Sterling K. Brown, Alexa Demie, Clifton Collins Jr., Lucas Hedges, Taylor Russell, Kelvin Harrison Jr., David Garelik, Elisa Lau, Vivi Pineda, Ellen Marguerite Cullivan, Avis-Marie Barnes, Steve Heinz, Kristin Wollett, Renee Goldsberry, Krisha Fairchild y Neal Huff.

Seven Chances: en busca del fantástico perdido

La sección presentará rarezas y copias restauradas de películas de Alejandro Jodorowsky, David Cronenberg, Björk y Jesús Franco.

Seven Chances, la sección que Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya programa en colaboración con la Asociación de la Crítica y la Escritura Cinematográfica de Catalunya (ACCEC), vuelve a reivindicar la historia oculta del fantástico. Una línea de programación estrenada con éxito en 2018, haciendo valer el compromiso del Festival y de la Asociación con la divulgación y reexamen crítico de obras difíciles de ver y a menudo olvidadas en el canon del cine de género.

En este sentido, la inauguración de Seven Chances 2019 será toda una declaración de intenciones, acogiendo el estreno en Catalunya de Vaya luna de miel. Se trata de una película rodada por Jesús Franco en 1979 y que quedó inédita, perdida en la desbordante filmografía del cineasta, hasta su recuperación a principios de este año por parte de Filmoteca Española. Protagonizado por Lina Romay, habitual en sus películas, el filme es una adaptación sui generis de El escarabajo de oro de Edgar Allan Poe que mezcla sin complejos los mimbres de la comedia romántica y los del cine de aventuras. La sesión estará presentada por Álex Mendibil, autor de la primera tesis doctoral dedicada a la obra de Jesús Franco cuya investigación condujo al descubrimiento del negativo de la película en los archivos de la Filmoteca.

Vaya luna de miel

La sección también enmarcará la presentación internacional del nuevo montaje que Alejandro Jodorowsky ha realizado de The Rainbow Thief, la extravagante fábula que realizó en 1990 y que, a pesar de poseer un reparto encabezado por Omar Sharif, Peter O’Toole y Christopher Lee, tuvo una circulación muy limitada, quedando relegada hasta ahora a un lugar maldito en la trayectoria del creador chileno. Igualmente poco vista es The Juniper Tree, de Nietzchka Keene, directora estadounidense que en 1986 se desplazó a Islandia para rodar una adaptación en blanco y negro y sin edulcorantes del cuento de brujas homónimo popularizado por los hermanos Grimm. El filme está protagonizado por una jovencísima Björk, cuya presencia resultaba ya magnética mucho antes de convertirse en estrella del pop de vanguardia.

The Rainbow Thief

La flamante restauración de la versión íntegra de Crash recalará en Seven Chances. Se trata de una de las obras fundamentales de David Cronenberg, que tras ser presentada con gran polémica en el festival de Cannes en 1996, vio cómo su distribución se veía afectada por la censura en no pocos países. Supervisada personalmente por su autor, esta nueva copia sin adulterar exhibe en toda su gloria el acero y la carne maltrecha con que el cineasta canadiense llevó a la pantalla la prosa de J.G. Ballard.

Crash

Sumergiéndose aún más en las aguas profundas del género, Sitges pondrá el foco en dos perlas injustamente ignoradas. Por un lado, The Living Skeleton, de Hiroshi Matsuno, una de las contadas producciones fantásticas emprendidas en la década de los sesenta por la prestigiosa Shochiku, casa de Yasujiro Ozu y otros insignes autores japoneses. La película, que apenas ha circulado fuera de su país de origen, presenta una insólita mezcla de piratas modernos, barcos fantasma, identidades ocultas y necrofilia.

The Living Skeleton

Por el otro, Tammy & the T-Rex, delirante parodia del cine teen dirigida por Stewart Raffill -responsable de títulos como El experimento Filadelfia y Mi amigo Mac– y protagonizada por Denise Richards como enamorada de un tiranosaurio al cual le han trasplantado el cerebro de Paul Walker. Radicalmente corta da en su fallido estreno en salas para poder acceder a un público juvenil, la versión restaurada que se verá en Seven Chances recupera los gags gore que formaban parte integral de una de las propuestas más inenarrables que se verán en Sitges este año.

Tammy & the T-Rex

Por último, la “séptima ocasión” de 2019 representa la vertiente más didáctica de la sección, dando cabida a Horror Noire: A History of Black Horror, reciente documental de Xavier Neal-Burgin que reflexiona sobre la representación de la cultura afroamericana en el cine de terror. Un relato de racismo, blaxploitation y orgullo que arroja luz sobre un tema poco estudiado y que merece más atención.

Horror Noire: A History of Black Horror

Todas las películas de Seven Chances se proyectarán en la sala Casino Prado y estarán presentadas por socios y socias de la ACCEC, ofreciendo una ocasión irrepetible para descubrir y debatir sobre los tesoros de la historia perdida del fantástico.

Sin dólares no hay ataúdes. 50 ejemplos del western mediterráneo

La producción de westerns en Europa nació en España hacia 1962 como una esforzada imitación de los modelos hollywoodianos. Pero, a raíz del éxito de Por un puñado de dólares, fueron los italianos quienes remodelaron completamente el género desde una perspectiva iconoclasta que conectó enseguida con un público joven que ya no se creía a los inmaculados cowboys y sus gloriosas hazañas. ¿Qué ofrecían los casi 600 westerns rodados a orillas del Mediterráneo entre 1964 y 1978? Antihéroes de nombres tan improbables como Django, Sartana o Sabata; peripecias extremas que combinaban la violencia exacerbada con un humor cínico que nunca aclaraba quiénes eran los buenos y quiénes los malos (aunque los banqueros jamás pertenecían al primer grupo); soluciones visuales tan barrocas e hiperbólicas como los fondos musicales?; y, entre los extras, el único western realizado por una mujer y el, también único, beso en la boca entre dos feroces pistoleros.
Autor; Rafael De España, Editorial: EDITORIAL UOC, S.L., Col·lecció : FILMOGRAFÍAS ESENCIALES, Páginas: 190

La comedia humana según Roy Andersson, tráiler de «About Endlessness»

Roy Andersson sigue su particular idilio con el Festival de Venecia, si en 2014 conseguía el León de Oro a la Mejor película con Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia su último trabajo tras las cámaras titulado About Endlessness (Om det oändliga en original) acaba de alzarse en el recientemente terminado certamen italiano con el León de Plata al Mejor director. El film, cuyo primer tráiler subtitulado al inglés podéis ver a final de página junto a su póster promocional, transita a través de una historia coral en donde se explora el absurdo de la sociedad y el ser humano narrado todo ello en base a un humor absurdo.

About Endlessness está inspirada en el cuento de «Las mil y una noches«, la celebrada colección de historias de oriente medio y de historia india, la película busca ser una yuxtaposición de las distintas etapas que un ser humano atraviesa en la vida. Desde los momentos más preciosos de la existencia hasta el despertar intelectual que nos lleva a tratar de guardar la vida como un tesoro y a compartirla con aquellos a los que amamos.

La película que con unos escasos 76 minutos de duración cuenta con un guion del propio Roy Andersson estando protagonizada entre otros por Tatiana Delaunay, Ania Nova, Lotta Forsberg, Lesley Leichtweis Bernardi, Martin Serner y Stefan Karlsson.

La huida de Fabrice Du Welz, teaser tráiler de «Adoration»

Fabrice Du Welz es indiscutiblemente uno de los autores más interesante surgidos del panorama cinematográfico francés en estos últimos años, a medio camino entre proyectos más autorales como Calvaire o la fantástica Vinyan y otros de una índoles más alimenticio como Colt 45 o su última y apreciable Message from the King el realizador de origen belga ha sabido mantener hasta la fecha un equilibrio de estilos ciertamente meritorio, con Adoration, cuyo primer teaser tráiler oficial acaba de ver la luz y podéis ver a final de página, vuelve de alguna manera a un tipo de cine más personal con una película que tras su premier mundial en el pasado Festival de Locarno y una futura presencia ya confirmada en Sitges tiene previsto su estreno comercial en Francia para el próximo 22 de enero de 2020.

Adoration nos presenta a Paul, un joven solitario que casualmente conoce a Gloria, una nueva paciente en la clínica psiquiátrica donde trabaja su madre. Enamorándose locamente de esta adolescente problemática y sola, Paul después de cometer un crimen huirá con ella, intentando escapar lejos del mundo adulto.

La película con guion del propio Fabrice Du Welz junto a Vincent Tavier está protagonizada por Emmanuelle Béart, Béatrice Dalle, Benoît Poelvoorde, Laurent Lucas, Peter Van den Begin, Fantine Harduin y Thomas Gioria.