Americana 2018 Día 3. Menashe/Dina/The Endless

Menashe

En una comunidad judía ultraortodoxa de Brooklyn, un viudo lucha por la custodia de su hijo. Realizada en su totalidad dentro de una comunidad judía y protagonizada, por tanto, por un actor no profesional, Menashe Lustig, la cinta explora de modo íntimo la naturaleza de la fe y el precio de la paternidad.

El debut en la ficción de Joshua Weinstein tras una amplia experiencia dentro del formato documental vino de la mano de Menashe, film que nos narra una historia de claro tono universal, las vicisitudes siempre de un índole problemático de un padre viudo a la hora de poder hacerse cargo de su único hijo, aunque más que una crónica de características humanas lo que nos termina mostrando Menashe es la inmersión con algún que otro retazo critico en una comunidad tan hermética en lo referente a reglas como es la ortodoxa judía residente en Brooklyn.

En Menashe somos testigos siempre dentro de una narrativa que colinda de forma algo tímida en su uso con el género documental, sensación esta acrecentada al estar hablada en su casi totalidad en idish y estar protagonizada en su gran mayoría por actores no profesionales, dicha exposición se sustenta en ver como esa aparente critica a un determinado colectivo está fundamentada principalmente a través de la apropiación de una mirada de un público no afín a dicha estructura religiosa, posiblemente este sea el principal mérito de una película de las características de Menashe a parte de su honesta adscripción a la hora de mostrarnos una loable y determinada cotidianidad, en este aspecto la mirada ofrecida por Joshua Weinstein no se detiene en ningún momento en juzgar estrictas leyes, preceptos o determinados personajes y si en exponer un equilibrio de tales conceptos expuestos a través de contrastes de tonos claroscuros, tan hermética es la comunidad y reglas ancestrales establecidas por dicha conclave ultra ortodoxo (empeñado en volver a casar al protagonista a toda costa como norma sine qua non para volver a hacerse cargo de su hijo) como incapaz e inoperante ante tal labor de dicho personaje por mucha empatía que desprenda su loable intención de seguir una independencia emocional. Posiblemente la mejor escena existente en Menashe venga dada en lo relativo a esa mecánica de las relaciones, en ella vemos como nuestro protagonista se abre emocionalmente (la única vez que lo vemos hacer de forma honesta) ante unos compañeros de trabajo de origen latino, ese momento intimo lejos de la estructura férrea en la que convive describe a la perfección y lejos del tono liviano existente en el relato los anhelos de un individuo por encauzar una segunda oportunidad a través de una propia confesión redentora.

 Valoración 0/5: 2’5

Dina

Describe la poco convencional historia de amor entre Dina Buno y Scott Levin, una pareja de recién casados pero complicada por sus respectivas circunstancias. Scott tiene el síndrome de Asperger y huye del contacto físico, desde dar la mano a Dina hasta mantener relaciones sexuales. A su vez, Dina aún cicatriza física y emocionalmente relaciones pasadas: sobrevivió a su primer marido, y casi murió a manos de su anterior novio.

Otro de los documentales vistos este año dentro de la sección DOCS fue Dina, trabajo que venía avalado con el premio al mejor documental en el festival de Sundance de 2017, el segundo trabajo tras las cámaras del dueto formado por Antonio Santini y Dan Sickles tras su estimable retrato transgénero Mala Mala circunvala la crónica diaria de una relación que con respecto a la mirada del público deviene como no convencional, tan inusual ante nuestros ojos dada su naturaleza como afectiva y empática en la mejor utilización de tales términos.

Dina se mueve principalmente a través de retrato cotidiano, en como solventar los problemas habituales de una relación sentimental, al igual que el anterior trabajo de sus autores estamos antes un día a día de personas que en un principio no entran dentro de los parámetros dictados por la sociedad como normales, sin embargo el trazo narrativo impuesto por Antonio Santini y Dan Sickles se aleja conscientemente de la mirada exterior (la nuestra) y la fija en el ámbito doméstico y cotidiano de los propios protagonistas, no se trata solo de hacernos partícipes de una crónica que se basa principalmente en la escucha y la mirada sino en la exposición de una relación que como cualquier otra está llena de obstáculos, no tanto por la naturaleza de sus personajes, ya plenamente asumida por ellos mismos y si en la sinceridad de unas relaciones alejadas de la perfección, el con graves problemas a la hora de desenvolverse en los momentos más íntimos y ella teniendo que lidiar con las heridas afectivas de un pasado especialmente duro. Dina termina convirtiéndose en la quintaesencia de lo que consideramos como relato verité, con sus ventajas e inconvenientes que todo ello puede conllevar, a partir de ese posicionamiento plagado de dramas, toques humorísticos y momentos incomodos se establece la esperada comicidad de quien esta visionando como principal cualidad de un relato que termina poniendo a la misma altura a personajes y espectadores, todo un logro se mire como se mire.

Valoración 0/5: 3

The Endless

Años atrás, los hermanos Justin y Aaron lograron escapar de la secta donde se habían criado. Ahora, malviven en un apartamento de Los Ángeles, hasta que un día reciben una cinta de vídeo de aquella secta, y a Aaron le entran las dudas de si deberían volver al campamento del que huyeron.

La nueva película del dueto formado por Justin Benson y Aaron Moorhead fue una de las propuestas más sorprendentes vistas este año tanto en el pasado Festival de Sitges como en el Americana 2018, una película que empieza a modo de thriller sobre sectas para ir mutando poco a poco hacia un sugerente tratado de horror cósmico en clave sci-fi, a medio camino entre el cine de Val Lewton y la literatura de H. P. Lovecraft planteándonos en su final varias reflexiones sobre la relaciones afectivas y como llevarlas que por momento parece derivarnos al cine de Richard Linklater, por increíble que parezca dicha amalgama genérica por momentos logra funcionar de un modo ciertamente sorprendente. Todo el cine realizado por Justin Benson y Aaron Moorhead hasta la fecha ha dado la sensación de querer abarcar mucho más de lo que realmente puede conceptuarlo, algo que ya era muy visible en sus anteriores Resolución y Spring, en The Endless esta percepción se incrementa y es incluso más notoria, evidentemente tal mixtura genérica y de conceptos varios terminan derivando en una leve irregularidad en lo relativo a su narrativa pero hay un intento por parte de sus autores ciertamente elogiable en querer ampararse solamente en la imagen y la palabra y no en el artificio genérico más común a la hora de contarnos una historia fantástica, se sugiere más que se matiza, posiblemente la precariedad de la que parte tenga algo de culpa en todo esto pero no deja de ser meritorio la honestidad en proponer un discurso muy fiel y deudor a ciertas coordenadas del cine de género y como amparándose a través de todo ello ofrecernos una mirada muy personal.

The Endless con todas las derivas que puede atesorar representa a la perfección el mejor y más honesto cine independiente de género que a día de hoy podemos ver, aquel que no le tiembla el pulso a la hora de ofrecer un discurso y una mirada personal, la decisión de los propios directores de ser los protagonistas del film no es casual, más bien se trata de una declaración de intereses, un posicionamiento que en parte que demuestra lo irreductible de tan estimulante propuesta.

Valoración 0/5: 3’5