Americana 2018 Día 5. Jane/ Gemini/The Rider/ Lemon

Jane

Usando una gran cantidad de material inédito, la película se centra en las investigaciones de la conocida primatóloga Jane Goodall, su trabajo de campo, su relación con su marido y cámara Hugo van Lawick y los chimpancés a los que estudió.

Cerrando la sección Docs de esta edición del Americana se pudo ver el último trabajo de un director de renombre dentro del género documental como es Brett Morgen, responsable entre otros de trabajos tan conocidos dentro de dicho medio como por ejemplo On the Ropes, The Kid Stays in the Picture o Kurt Cobain: Montage of Heck, ahora con la inestimable y omnipresente presencia de Philip Glass orquestando la banda sonora presenta Jane, una laboriosa recreación de la labor de investigación llevada a cabo durante varias décadas por la Dra. Jane Goodall en la investigación del comportamiento de los chimpancés.

De alguna manera Jane en su propósito de ofrecernos un retrato íntimo y a la vez didáctico en sus propias enseñanzas juega sobre seguro al contar con varios ases en la manga que son ciertamente difícil de obviar, tener como director con un especialista del medio como es Brett Morgen o tener como principal valedor a National Geographic y sobre todo la naturaleza de la historia narrada hacen que en cierta manera este relato contado en primera persona adquiera un acercamiento que aún lejos de sorprender en lo referente a sus postulados estén provistos de una belleza formal bastante absorbente de cara al espectador, o lo que es lo mismo el comprobar como un documental cimentado en lo más manual logra una garantía refrendada después de su visionado. Una base que encontramos en los cerca de más de 100 horas de material inédito hasta hoy día entre los que se encuentran principalmente los archivos registrados por Hugo Van Lawick, esa selección de archivos preexistente que nos son narrado con la voz en off de la propia Jane Goodall sirven en muchos momentos para dar lugar a la propia reflexión de la protagonista siéndonos narrados de forma tan convencional como lucida, un posicionamiento que sirve como perfecto ejemplo de saber anteponerse al característico documento que transita a través del biopic o de la investigación de rigor para ofrecernos un relato que de alguna manera funciona de forma dual en lo referente a su narrativa, el personal y el supuestamente publico cimentado y esto es lo más importante del asunto en cuestión a modo de ineludible legado para generaciones venideras.

Valoración 0/5: 3

 

Gemini

Un crimen atroz pone a prueba la compleja relación entre una tenaz asistente personal y su jefe, una estrella de Hollywood. Mientras la asistente viaja por Los Ángeles para desentrañar el misterio, la actriz debe tratar con un determinado policía. Al mismo tiempo, se cuestiona profundamente sobre aspectos como la amistad, la verdad y la fama.

La nueva película del realizador Aaron Katz (Quiet City, Cold Weather, Land Ho!) nos trasporta a ese Hollywood de bambalinas tantas veces reflejado en el celuloide en donde fugaces y emergentes estrellas del mundo del cine son engullidas entre flashes y aspiraciones a una efímera fama que en algún momento se les puede volver en contra, un asesinato por resolver y una investigación en primera persona de la principal sospechosa del crimen nos trasportará a un escenario que circunvala sin ningún tipo de pudor un noir de serie B tan atípico en su estructura como por momentos sugerente en lo concerniente a su narración.

Gemini es básicamente un film que se estructura a través de referencias cinematográficas que se sirve de mecanismos genéricos plenamente reconocibles pare exponerlos de manera tan artificial como arbitraria en una trama en donde el  MacGuffin argumental es demasiado visible, en este contexto podríamos aseverar que Gemini es un thriller a contracorriente, especialmente visible al ofrecernos un relato de dobles lecturas. Hay una parte en la película de Aaron Katz que nos remite claramente al género negro perpetrado en los años 80 y 90 por autores como Abel Ferrara o Olivier Assayas por ejemplo , aderezando al máximo una puesta en escena en donde neones y una música electrónica algo intrusiva se sirven para ofrecernos un envoltorio por momentos sugerente, un tono visual ciertamente atrayente que se sitúa algo por encima de una narrativa expuesta que va de más a menos conforma avanza metraje, su algo tramposa vuelta de tuerca final es posiblemente el principal indicio de todo ello, sin embargo y volviendo a esa referida doble lectura antes comentada Gemini encuentras sus mejores momentos a la hora de exponer esas relaciones de poder dentro de un mundo plagado de vacuidad y falsas apariencias, un castillo de naipes que se derriba de forma vertiginosa según avanza el film en referencia a esos intereses casi mercantilistas por el que se mueve la protagonista principal, también y como apunte a destacar también hay un sugerente juego meta expuesto de forma algo peculiar, ese cine dentro del cine también sugiere una acida critica de ese  sistema cambiante a conveniencia y egoísmo, un escenario por el que transitan unos personajes que dan la impresión de estar anclados en una continua deriva existencial.

Valoración 0/5: 3

 

The Rider

En The Rider vemos como Brady, que fue una de las estrellas del rodeo y un talentoso entrenador de caballos, sufre un accidente que le incapacita para volver a montar. Cuando vuelve a casa se da cuenta de que lo único que quiere hacer es montar a caballo y participar en rodeos, lo que le frustra bastante. En un intento por retomar el control de su vida, Brady emprende un viaje en busca de una nueva identidad y del significado de lo que es ser un hombre en el corazón de América.

La clausura del Americana 2018 vino de la mano de la realizadora de origen china-americana Chloé Zhao con The Rider, uno de los mejores films vistos este año en el certamen, el nuevo trabajo de la responsable de Songs My Brothers Taught Me nos traslada al retrato de la figura del cowboy y por ende a lo que podemos entender como un western moderno, un relato que transita básicamente a través de una frustración a modo de docudrama de claro índole intimista acerca de un hombre que intenta redefinirse a sí mismo, unos sueños truncados en donde dicho personaje en cierta forma se ve incapacitado a la hora de poder seguir con los dictámenes de lo que hasta ese momento había sido su propia vida, una actividad, en este caso los rodeos, de difícil extrapolación a otras facetas vitales de su día a día.

La mayor virtud que reside en The Rider la podemos encontrar en lo referente a su propia estética, Chloé Zhao valiéndose de un relato de clara naturaleza crepuscular se adentra en lo meramente contemplativo de una historia en donde la imagen, con el bello paisaje de Dakota del Sur siempre omnipresente,  se sitúa en todo momento por delante de la palabra, en lo relativo a ese aspecto es harto evidente de que nos encontramos ante un film construido a través de texturas, sonido, música y fotografía juegan a favor de un relato de apariencia áspera que termina convirtiéndose en conmovedora a través de su propia lírica De alguna manera Chloé Zhao se vale del tono documental (sensación acrecentada ante un reparto de actores no profesionales que se interpretan a sí mismos) que impregna casi todo el relato a la hora de trasportarnos a una especie de ética del perdedor relacionada y conectada en multitud de ocasiones con una inconfundible esencia de western clásico de tono crepuscular. The Rider termina convirtiéndose en un relato tan adorable como desolador, una vuelta de turca al retrato tradicional de la masculinidad que se aleja de dicho estereotipo a través de lo meramente emocional en lo concerniente a un logrado equilibrio entre realismo y lirismo que termina deviniendo como ciertamente notable, de esas historias en definitiva en donde lo más aparentemente mínimo se trasforma en algo mucho más amplio y minucioso.

Valoración 0/5: 3’5

 

Lemon

A sus 40, Isaac Lachmann es un hombre inmovilizado por su mediocridad, un personaje irritante que tiene una forma de relacionarse con un entorno completamente desconcertante y absurdo. Su carrera no progresa, y su novia de los últimos 10 años le acaba de abandonar.

Hablando recientemente en estas crónicas del Americana 2018 de la muy válida The Stange Ones constataba esas apuestas loables por parte del festival en ofrecer productos de un indudable riego autoral que se aparten de alguna forma de ese tono y pautas algo convencionales por el que se suele moverse con relativa frecuencia últimamente el actual cine independiente norteamericano, Lemon opera prima de Janicza Bravo entra plenamente en dicha ecuación aunque a diferencia del film más arriba comentado sus resultados tienden ser de una forma clara bastante más cuestionables.

Pese esa aparente anomalía por el que se mueve un film de las características de Lemon hay un objetivo en ella que deviene como meridianamente claro en referencia a sus propósitos, básicamente estamos ante un relato que busca incomodar al espectador a través del absurdo de personajes y situaciones, evidentemente eso no constituye un gran mérito en sí mismo si no hay una finalidad del relato que justifique dicho trayecto, dicho de otra forma, hay un grave problema no en las formas pero si en el fondo, es en ese propósito en donde esta historia de este perdedor cuarentón no encuentra su principal razón de ser como comedia pues no hace gracia en prácticamente ningún momento de su metraje, uno se pregunta si realmente ese era el propósito de Janicza Bravo, el crear algo diferente que se aparte conscientemente de postulados al uso, logrado supuestamente este propósito sin embargo  no basta con ser aparentemente original si el guion da la continua impresión de ser una colección de escenas repletas de incoherencias, un catálogo de situaciones sin un propósito aparente que lo justifique de alguna manera. Lemon termina convirtiéndose en un hermano menor y algo más complaciente de productos como por ejemplo el The Greasy Strangler de Jim Hosking o la reciente Kuso de Flying Lotus, en el film de Janicza Bravo no encontraremos rastros de la escatología que impregnaban dichas película, por el contrario sí que comparten con ellas una alarmante ausencia de una estructura narrativa que otorgue algo de solidez al relato en cuestión.

Valoración 0/5: 2