“Berberian Sound Studio” review

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En la década de los setenta, el Berberian Sound Studio fue el estudio de postproducción de sonido más barato y sórdido de toda Italia, por el que solamente las películas más perturbadoras han procesado y editado sus mezclas de sonido en este lugar. Gilderoy, un tímido ingeniero de sonido residente en el Reino Unido, viaja a Italia para encargarse de mezclar el último giallo de Santini, el gran maestro del género; Gilderooy pronto se verá atrapado en un mundo prohibido poblado por actores maniáticos donde los caprichos artísticos y la burocracia más absurda marcan el día a día.

Pocos directores con tan solo tres films en su haber han llegado a transmitir una visión tan personal y contundente en lo referente a su valor autoral como el británico Peter Strickland, entre su muy válida opera prima “Katali Varga” y su última y excelente “The Duke of Burgundy” nos encontramos con “Berberian Sound Studio“, film de contornos enigmáticos en donde a través de una orquestada y apabullante sonorización fílmica se nos muestra un complejo tratado de la arquitectura del horror a un nivel puramente imaginario en la evolución de un personaje de connotaciones bastantes complejas ya de por sí, una historia que transita mediante una obsesión que nace a través de una colisión mental, a medio camino entre la reverencia al giallo y un universo, sobre todo en su parte final, que nos remite en su tonalidad al David Lynch más oscuro “Berberian Sound Studio” supone una de las grandes joyas más semiocultas que nos ha dado el cine europeo en estos últimos años.

berberian_sound_studio_3Cuando hablamos de reverenciar al giallo nos encontramos que Peter Strickland a diferencia de Hélène Cattet y Bruno Forzani (con sus también muy interesantes y fundamentales “Amer” y “L’étrange couleur des larmes de ton corps“) nos da un enfoque mucho más intelectualizado, mas propio sí que quiere utilizar dicho termino y que la sitúa un paso por adelante en lo concerniente a repetir una estética en concreto o homenajear conceptos puramente genéricos. En “Berberian Sound Studio” vemos como un ingeniero de sonido inglés, un hombre tímido de contornos dóciles y de pocas palabras (un magistral Toby Jones cuya interpretación resulta muestra clave a la hora de transmitir esa fragilidad mental) se traslada a Italia para mezclar el sonido de una violenta película de terror titulada “Il vortice equestre”, conforme va trabajando en un film cuyas imágenes nunca llegamos a ver, solo lo imaginamos en nuestra mente pero que nos va siendo narrado a través de un lenguaje puramente metacinematográfico somos testigos de la colisión de dos mundos completamente opuestos, dos imaginarios antagónicos no solo a un nivel geográfico sino claramente mental, nuestro protagonista a partir de ese momento emprende un viaje hacia los rincones más inhóspitos de la mente humana, un viaje en el que se enfatiza principalmente en lo que es su propio trayecto y no la finalidad en el derrumbe psicológico a que se ve abocado nuestro protagonista, de echo su narración no deja de ser una mera excusa, de la misma manera el film también logra funcionar como un acertado tratado acerca de la influencia y su poder hipnótico o (más bien sonoro en el caso que nos ocupa) del cine como ente desestabilizador sobre los que forman parte de su propia creación como ya nos contó hace años Iván Zulueta en la gran “Arrebato“, el tramo final de “Berberian Sound Studio” llega a romper todos los esquemas y convencionalismos que hasta ese momento podíamos llegar a intuir levemente, deslizándose por unos terrenos oníricos y surrealistas, situándose lejos de un mensaje de calado críptico y claramente deudora de una abstracción formal que bebe de fuentes más arriba comentada.

Peter Strickland demuestra ser un autor singular y único, un ingeniero al servicio de la imagen y el sonido cuyas principales referencias podemos encontrar en el cine de los sesenta y setenta, poseedor de un imaginario rico en todo tipo de matices (la utilización que hace de la elipsis en el film o a cómo llega a usar el encuadre y el color para mostrarnos el estado de ánimo de los diferente personajes que vemos es solo uno de los muchos ejemplos que podemos encontrarnos en la película). “Berberian Sound Studio” termina convirtiéndose en una de la más ambigua y sugerentes aportaciones a la metaficción que el cine ha dado en los últimos años, su poder de fascinación a través de la experiencia sensorial que nos es ofrecida la convierten en una pieza única y sitúa de paso a Peter Strickland como una de las voces más interesante y a tener más en cuenta en el actual panorama cinematográfico.

Valoración 0/5:4’5

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