Crónica festival Americana 2016. Día 2

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Digging for Fire

Tim (Jake Johnson) y Lee (Rosemarie DeWitt) son una de esas parejas atrapadas en su rutina. Con un bebé y las circunstancias sociales de su clase, se sienten obligados a hacer de su amor, una apariencia indispensable en el círculo en que se mueven. Pero una visita familiar y un descubrimiento harán que la pareja opte por dividirse y salir de la claustrofóbica relación durante un fin de semana. La aventura de cada uno por separado en busca de la felicidad y de sus miedos y de sus razones nos acercará a temas trascendentales siempre a través de la mirada ligera de su director.

La nueva película de Joe Swanberg vuelve a incidir en esas pequeñas taras emocionales que subyacen dentro de las parejas que aparentan una felicidad carente de una estabilidad emocional, una crisis matrimonial en donde se sigue a unos personajes a partir de una supuesta búsqueda de la felicidad por separados y durante el trascurso de un breve fin de semana, ya sea a través de una excusa meramente escapista, el descubrimiento de restos humanos en el jardín de la casa donde pasan unos días de relax (el) o bien a través del intento de pequeños escarceos románticos (ella).   

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Un tránsito el que recorre “Digging for Fire” que empieza a partir del cuestionamiento dentro de la propia
 pareja para acabar en una amable parábola sobre el compromiso, en este aspecto queda claro que lo mejor del nuevo film de Joe Swanberg reside parcialmente en lo referente a su trayecto y no en su finalidad (algo pueril), la narrativa de ese microcosmos del descontento llega a funcionar de manera algo dispersa y abrupta, una premisa la expuesta que incluso podríamos catalogarla como una versión alternativa y de claro calado indie del “Eyes Wide Shut” de Stanley Kubrick.

Valoración 0/5: 2


Blood Brother

Rocky Braat no tiene la estabilidad emocional que necesita. Siempre ha querido formar una familia, quizás porque la suya de tan desestructurada es casi inexistente y vive con su amigo del alma, Steve. Buscando encontrarse a sí mismo, comienza un viaje por la India sin destino concreto. Una vez allí, el azar le hará cruzarse con un orfanato de niños con SIDA y su vida cambiará radicalmente. Enganchado a sus afectos, sintiéndose útil y pleno por una vez en su vida, Rocky luchará para sacar a los niños adelante. Pero la pobreza y la enfermedad que sufren harán que la situación sea cruda y desesperada en muchos momentos. Una película dura y tierna que nos acerca a aquellos que sin haberlo planificado destina su vida a ayudar a los demás.

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Dentro de la nueva sección (Americana DOCS) y en la jornada solidaria del festival se rescató “Blood Brother“, opera prima de Steve Hoover, presentada en el Festival de Sundance de 2013 en donde ganó los premios al mejor documental y el premio del público. Difícil el poder discernir de un forma ecuánime los atributos de un film en donde la propia naturaleza del producto va más allá de lo que es su calidad, un retrato crudo y desgarrador, de los que a priori ya esperas que te conmuevan desde un principio. “Blood Brother” huye del prototípico film-denuncia, básicamente nos encontramos ante un diario personal de alguien que decide abandonar su vida acomodada en Estados Unidos para establecerse en la India, donde conoce a un grupo de niños infectados con el VIH Sida. “Blood Brother” funciona como un perfecto retrato de la muestra del poder del amor desinteresado hacia las personas más desfavorecidas, la pregunta viene dada en saber si el retrato que nos ofrece el documental de su protagonista resulta acertado o no, y aquí me remito a lo arriba comentado, en cierta manera el personaje de Rocky Braat convive dentro de una especie de anonimato autoimpuesto, sus motivaciones parecen alejarse por completo del idealismo o la rebeldía, y posiblemente aquí resida la grandeza del documental, en la falta de un discurso propio de tono reivindicativo, una exposición está que los héroes anónimos no suelen necesitar.

Valoración 0/5: 3


People Places Things

Will está absorto en la fiesta de aniversario de sus hijas cuando descubre a su mujer poniéndole los cuernos con un invitado. Ella decide dejarlo, ya que las expectativas en su vida no se han cumplido a su lado. Él, tan aburrido como buena persona, mirará de rehacerse, volverse a enamorar, tener la capacidad de perdonarla y sobre todo encontrar el tiempo y la dedicación suficientes para poder disfrutar más y mejor de sus dos hijas.

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People, Places, Things” fue la encargada de inaugurar el festival, una película que podríamos catalogarla como un claro y definido prototipo o exponente de la comedia indie norteamericana más actual, un tipo de film de tono sobradamente amable, alejada de tesis transcendentales a la hora de discernir el desarrollo de sus personajes, una tesitura esta que en cierta manera le obliga a transitar hacia una argumentación algo despreocupada pero que suele dar como resultado el contentar a prácticamente a todos tras su visionado. La película de James C. Strouse versa en un principio sobre las relaciones humanas de pareja, sus rupturas, el comienzo de una nueva pero de una manera algo dispersa, pues “People, Places, Things” no es solo un film de relaciones sentimentales, básicamente asistimos a como un hombre ha de afrontar una nueva situación vital, paternidad, trabajo y por supuesto las relaciones románticas a las que se enfrenta, en este aspecto el principal activo del film recae sobre Jemaine Clement, uno de los creadores de “Flight of the Conchords“, actor y director que hemos visto recientemente en la sátira vampírica “What We Do in the Shadows“, sin su empatía actoral sería prácticamente imposible que “People, Places, Things” llegara a funcionar en lo referente a
 su cometido, un film en definitiva que es plenamente consciente de sus propias limitaciones, una simplicidad desarrollada en base a ingeniosos diálogos que la deriva a un producto tan liviano por momentos como ingenioso en su finalidad.

Valoración 0/5: 3


The Overnight

The Overnight nos explica la historia de una pareja recién llegada a Los Ángeles junto a su hijo. Obsesionados con disponer lo más rápidamente posible de una vida social de la que enorgullecerse y de conocer a nuevos amigos, no dudarán en aceptar la invitación de su nuevo vecino, Jason Schwartzmann, a una velada en su lujosa casa. Pero lo que en principio parecía una invitación inocente les llevará a pasar una noche de lo más bizarra con el matrimonio vecino.

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The Overnight” de Patrick Brice (autor del curioso y estimulante found-footage “Creep” con la que comparte muchos puntos de semejanza a pesar del cambio de registro genérico) se mueve dentro del terreno de la comedia sexual de equívocos, un humor que orbita a través de la sutileza y muy especialmente de la incomodidad, una incomodidad aunque en clave de terror que ya estaba presente en el anterior trabajo de Patrick Brice, en “The Overnight”se contextualiza desde su inicio su hasta cierto punto esquemática
 historia de una forma muy rápida, sin embargo puede llegar a resultar algo complicado que un film de estas características permanezca con nosotros mucho más tiempo después de lo que es su visionado, pues estamos ante un producto que se rige en función básicamente de sus gags y de la comicidad que se le quiera otorgar por parte del espectador a sus personajes.

La inseguridad de la pareja con el trasfondo del tema swinger como supuesta terapia de choque y elemento solucionador, o la necesidad imperiosa de establecer un lazo de comunicación con personas en un principio no muy afines a tu propia personalidad, son solo algunas cuestiones que lanza al aire “The Overnight“, un film que termina teniendo como principal virtud el huir de una manera consiente de ese humor zafio o fácilmente frívolo que dada la premisa de la película era bastante fácil en incurrir, a favor de un tono más liviano o sugerido, algo que le da un cierto sentido a lo que es su propia narrativa, colocando a Patrick Brice como un director aun en desarrollo pero poseedor de un discurso lo suficientemente interesante como para seguirle la pista en un futuro.

Valoración 0/5: 2’5