Crónica festival de San Sebastián 2016. Día 4

logo_967

Lady Macbeth

La Inglaterra rural de 1865. Katherine vive angustiada por culpa de su matrimonio con un hombre amargado al que no quiere y que le dobla la edad y de su fría y despiadada familia. Cuando se embarca en un apasionado idilio con un joven trabajador de la finca de su marido, en su interior se desata una fuerza tan poderosa que nada le impedirá conseguir lo que desea.

ladymacbeth_01

Pulcra adaptación de la novela rusa “Lady Macbeth en Mtsensk” escrita por Nikolái Leskov en 1865 a cargo del realizador británico William Oldroyd, siendo uno de los films que en determinados círculos más se lamentó que no estuviera presente en el palmarés de la presente edición, Lady Macbeth tiene la gran virtud de alejarse de forma consiente de preciosismo y el academismo escénico tan habitual en las adaptaciones de época llevadas al cine, William Oldroyd en cambio hace valer un dominio en la composición del plano muy calculado, casi de contornos minimalistas, de tono oscuro y crudo, sin embargo la plasmación visual otorgada muy reforzada con el acertado uso de los elementos de vestuario va muy por delante de la narrativa utilizada en el desarrollo de sus personajes.

Lady Macbeth nos habla de transformaciones, no acontecidas de forma natural sino más bien forzadas dadas las circunstancias, la de un personaje que empieza sufriendo una opresión y que termina convirtiéndose en una opresora o más bien dicho en una especie de femme fatale de época, derivado todo a través de una tensión dramática de contornos casi hitchockianos que termina manifestándose como un ejercicio feminista en donde la monstruosidad adquirida da paso a la supervivencia y la cuestionable moral de los hechos queda omitida para dar paso a un estado de rebelión y liberación con la particularidad de huir de la ambigüedad de los actos acometidos.

Valoración 0/5: 3

 

Playground

Último día de colegio en una pequeña ciudad polaca. Es la última oportunidad para Gabrysia, de 12 años, de declararse a un compañero de clase. Gabrysia organiza una cita secreta y chantajea al objeto de su amor para que se presente. Pero lo que se esperaba que fuera una charla íntima se descontrola y conduce a un final inesperado. La película, más allá de plantear una pregunta obvia —¿qué se esconde tras los crímenes cometidos por niños?—, cuestiona si somos realmente capaces de encontrar una respuesta.

plac_zabaw-157318476-large

Playground opera prima del polaco Bartosz M. Kowalski cubrió la cuota de polémica en esta edición del festival, un film que transita acerca de la violencia en nuestra sociedad, ubicado más concretamente en el inicio de la adolescencia, una polémica que vino dada por la crudeza de una última escena de cerca de diez minuto duración rodada en un plano fijo desde la distancia, algo que provoco que durante dicha secuencia se produjera una huida bastante importante por parte del público en su pase en el Kursaal, produciéndose incluso algún que otro improperio hacia a los responsables de la película, una apuesta valiente y coherente por parte del festival el programarla en contraposición con una actitud por parte de ese sector de público ciertamente lamentable, algo retrograda e incluso gratuita, curiosamente algo que independientemente de la calidad del film este no posee.

Bartosz M. Kowalski en Playground intenta indagar sin conseguirlo en los motivos de la crueldad en los niños en el retrato de tres personajes adolescentes, expone dicha tesis en base a un enfoque extremadamente frío que bebe sin disimulo de una atmósfera realista de tono malsano muy al estilo de Michael Haneke pero expuesta sin ninguna posible reflexión sobre el trasfondo real de la problemática, no creo como se comentó de forma bastante generalizada que Playground anide en lo referente a la provocación o la gratuidad sobre lo que expone, simplemente estamos ante un producto bastante torpe, incapaz de articular sobre su propia argumentación e imposibilitado al mismo tiempo en poder actuar supuestamente como un golpe seco dirigido hacia nuestra propia conciencia.

Valoración 0/5: 2

 

A Taste of Ink

Vincent no ha vivido ni un tercio de su vida, pero ya se ha tatuado la mitad de su cuerpo y ha enronquecido su voz con su banda post-hardcore. Desde que murió su madre, divide su tiempo entre su trabajo haciendo piercings, con el que no es feliz, y su padre pescadero, que está intentando empezar una nueva vida con una mujer más joven. Y eso le está volviendo loco.

667x375_comptetesblessures_1600x900

A Taste of Ink ópera prima del francés Morgan Simon presentada en la sección  Nuev@s Director@s (mención especial del jurado) nos cuenta el devenir de unas relaciones paternas filiar y como la aparición de un tercer personaje en la ecuación sirve como detonante clave  a la hora de exponer la necesidad o la imposibilidad de una carencia afectiva requerida por parte de uno de los protagonista, una afectividad que solo encuentra a modo de liberación y de manera casi catártica en los conciertos de música rock en los que actúa. Morgan Simon pese alguna que otra carencia narrativa expuestas en A Taste of Ink maneja con cierta solvencia un retrato actual de una juventud rebelde y sobre todo desorientada dentro de un entorno determinado, una frustración generacional que busca de forma irremediable una figura paterna en la que confiar contada en la película en forma de paradoja costumbrista, aquella en donde vemos como el protagonista es capaz de realizarse plenamente delante de un micrófono ante una gran audiencia, pero que no puede ni siquiera expresarse de manera normal delante de su propio padre.

Valoración 0/5: 2’5

 

Porto

Jake (Anton Yelchin) y Mati (Lucie Lucas) son dos extraños en la ciudad portuguesa de Porto que una vez tuvieron una breve conexión. El misterio en torno a los momentos que compartieron permanece, y en la búsqueda a través de sus recuerdos, reviven las profundidades de una noche sin inhibiciones.

porto

Porto de Gabe Klinger y con Jim Jarmusch en calidad de productor ejecutivo fue una de las propuestas más interesantes que se pudieron ver este año dentro de la sección Nuev@s Realizador@s, film que bebe en conceptos del Antes del amanecer de Richard Linklater, una melancólica y triste historia de amor acerca de un breve romance furtivo fundido en tiempos y espacios a través de la percepción de dos miradas, Porto es uno de esos film en donde la atemporalidad está plenamente presente a lo largo de todo su metraje, estando estructurada no solo en lo concerniente a una narrativa no convencional sino también a través de distintos formatos cinematográficos, hay un evidente trabajo de experimentación por parte de Gabe Klinger a la hora de exponer esa fractura emocional a partir de un romance que nace por casualidad y que aunque breve deja un poso en el inconsciente de los protagonistas difícil de disipar, Porto termina funcionando como una experiencia sentimental vital vivida por parte de los protagonistas a modo casi de ensoñación, un posicionamiento formal que no deja de ser toda una declaración de intereses por parte de un director del que habrá que estar muy atento en todo lo que nos depare en un futuro próximo.

Valoración 0/5: 3’5

 

Colossal

Una chica que se pasa todo el día de juerga en juerga (Anne Hathaway) descubre que tiene una misteriosa conexión con un monstruo gigantesco que está provocando el caos en el otro extremo del globo.

colossal1

Dentro de la sección oficial pero fuera de concurso se pudo ver el nuevo trabajo de Nacho Vigalondo Colossal, película por momentos inclasificable a nivel genérico pero plenamente consecuente con el imaginario que el director español que ya había plasmado en anteriores trabajos suyos, posiblemente una película en donde de una manera más clara quedan reflejadas sus principales virtudes pero también sus evidentes carencias. Si en Extraterrestre Vigalondo utilizaba una invasión extraterrestre como excusa a la hora de transitar a través de una comedia de tono romántico-absurdo en Colossal tampoco veremos los monstruos que uno espera ver en un film de esta supuesta premisa, aquí se utiliza el Kaiju-eiga como una simple lectura de género acerca del posicionamiento de la mujer dentro de la sociedad, lo que ocurre cuando las cosas se tuercen y que derivan en la crisis existencial de una treintañera o la dificultad de esta a la hora de crecer emocionalmente a través de un catálogo anómalo, bizarro, extravagante  e incuestionablemente original.

Pese a sus evidentes imperfecciones, especialmente en lo referente a su descompensada y algo errática narrativa Colossal posee la virtud de abordar sin ningún tipo de complejos y de una forma original temas supuestamente complejos, Nacho Vigalondo no deja de ser un “rara avis” dentro del actual panorama cinematográfico, capaz de asumir de manera consiente un riego en lo referente a sus propuestas, Colossal es puro funambulismo creativo no apto para todo los paladares pero en mi opinión infinitamente superior en muchos conceptos a productos supuestamente mainstream dirigidos por directores españoles sin ningún ápice de talento y encumbrados de forma generalizada por campañas invasivas televisivas.

Valoración 0/5: 3

 

Bigas X Bigas

Bigas Luna era, por encima de todas las cosas, un narrador de imágenes, tanto cinematográficas como pictóricas. Este voyerismo tan intrínseco en él cultivó un inmenso deseo por hacer una película verista: rodar a alguien sin guión y sin ningún tipo de parafernalia, mostrando al personaje en toda su pureza. Probablemente esto fue lo que le impulsó a captar la realidad que le rodeaba mediante un vídeo-diario. Un cuadro formado por diferentes escenas únicas de su vida. Más de 500 cintas, diversos vídeos, textos pictóricos y archivos de audio por los que desfilan escenas familiares, reflexiones íntimas y charlas cómplices con actores y amigos. Bigas x Bigas es una película verista experimental que pretende abrirnos una ventana a esos momentos. Un viaje a través de sus vivencias y reflexiones en el que Bigas se desmonta a sí mismo mostrando su yo más íntimo y personal no sólo como artista, sino como ser humano.

bigas_x_bigas-353932603-large

Decepción podría ser la palabra adecuada por parte de un servidor ante el visionado del documental Bigas X Bigas, posiblemente la causa principal fue debido a las erróneas características que uno creía otorgarle al producto en cuestión, pues no estamos ante un trabajo que analice con detenimiento la trayectoria de Bigas Luna sino más bien nos encontramos ante una suerte de anecdotario acerca de sus gustos, ideas, recuerdos o vivencias, una especie de diario personal interesante en su supuesta tesis pero totalmente descoordinada y muy dispersa en lo referente a su exposición. Uno personalmente piensa que el resumen de las más de 600 horas recogidas en esta especie de videodiario de los últimos años en la vida del artista catalán podían haber dado para mucho más, evidentemente encontramos referencias básicas a esas obsesiones que hacían tan particular a Bigas Luna, el sexo, la leche materna, el ajo..pero poco más, un retrato en definitiva que anida a través de lo más cercano y familiar pero que al mismo tiempo pone de manifiesto la imperiosa necesidad de que algún día se llegue a realizar un trabajo que indague con más detenimiento en la vida y obra de un autor ciertamente irrepetible.

Valoración 0/5: 1’5