Crónica festival de Sitges 2016. Día 2

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The End

Un cazador va con su perro a dar una vuelta por el bosque y se pierde por completo, experimentando al cabo de unas horas extraños encuentros con enigmáticas criaturas.

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The End fue una de las más interesantes propuestas vistas este año dentro de la siempre rica en matices genéricos sección Noves Visions, el francés Guillaume Nicloux (L’enlèvement de Michel Houellebecq, Valley of Love) nos propone una fábula forestal de tono pesadillesco en donde somos testigos de los pensamientos y divagaciones de un hombre perdido y completamente desorientado en mitad del bosque, un personaje bajo los rasgos físicos de Gerard Depardieu (voluntariamente o no pocos actores en la actualidad como el francés representan tan ceñidamente su interpretación mediante la gesticulación de su físico como bien pudimos comprobar no hace tanto en el Welcome to New York de Abel Ferrara).

The End como bien indica su titulo transita a través de un final de recorrido vital en donde la soledad convive de forma inherente con el protagonista, una expiación expuesta a modo de introspección personal , un trayecto escenificado en la oscuridad de un bosque de contornos hostiles, en donde realidad y ensoñación transitan a través de una delgada línea que las delimita de forma muy difusa, todo ello expuesto mediante un muy definido estilo experimental, Guillaume Nicloux lanza diversas metáforas al espectador, de el en parte depende el intentar desgranarlas tras su más que sugerente visionado.

 Valoración 0/5: 3’5

 

Hell or High Water

“Hell or High Water” nos cuenta como tras la muerte de su madre, dos hermanos organizan una serie de rodos, limitándose a las agencias de un mismo banco. Tienen pocos días para evitar que la propiedad familiar sea incautada y ven como única opción de poder pagar perpetrar dichos atracos. Les perseguirá un ranger que está a punto de jubilarse que junto a su asistente están decididos a arrestarlos cueste lo que cueste.

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Hell or High Water es de esos films que sin abordar la temática fantástica por ningún lado suelen estar presente durante en estos últimos años dentro del certamen sin que nadie alce la voz de una manera airada, en esencia no hay motivo para ello, da la impresión de que exista una especie de consenso aceptado entre el público y este tipo de programación alternativa, pues a fin de cuentas estamos ante una película que si bien no es fantástica si es claramente de un genero (un árido western crepuscular con un marcado carácter de denuncia económica) que parece cohabitar sin excesivos problemas con ese marcado abanico genérico que suele estar presente últimamente en Sitges.

De hecho el británico David Mackenzie hace un par de años ya había estado presente en Sitges con otra película que tampoco incidía en el fantástico, el notable drama carcelario Starred Up, Hell or High Water da la impresión de funcionar casi a la perfección a la manera de un reloj suizo, no parece de necesitar de ningún añadido a la ecuación, ese sencillez y aparente seguridad en lo referente a su propuesta también deviene como su principal obstáculo a la hora de dar un paso más hacia adelante, hay unos personajes visiblemente arquetípicos enclavados dentro de un escenario bastante reconocible, el hoy denominado Nearwest,  una sustentación del western clásico en donde se suele incidir en una feroz dosis de realismo socio-cultural, dando la impresión de que esa referencialidad (que bebe de forma muy clara de por ejemplo el No Country for Old Men de los hermanos Coen) le reste algo de originalidad a la propuesta, pues Hell or High Water pese a una manifiesta y correcta funcionalidad esta no llega a impedir que el producto transite de una forma clara hacia una convencionalidad bastante palpable pese a la indudable austeridad de la que hace gala a lo largo de todo su metraje.

Valoración 0/5: 2’5

 

Melanie. The Girl With All the Gifts

En un futuro distópico la humanidad se ha visto asolada casi en su totalidad por un tipo de hongo que contiene un virus “zombie”. En medio de este apocalipsis total un grupo de científicos están investigando sobre una segunda generación de nacidos bajo estas circunstancias los cuales son mitad “hambrientos” mitad humanos.

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Melanie. The girl with all the gifts adaptación del best-seller homónimo de Mike Carey (quien también se ocupa del guion) era uno de los platos fuertes presentes este año en la edición del festival, el film del escoces Colm McCarthy aplica una por momentos inteligente vuelta de tuerca a la temática zombie dentro de un futuro distópico (de hecho esta no deja de ser una mera excusa argumental) para ofrecernos algo diferente a través del género de presupuesto medio-alto que solemos ver hoy en día.

Melanie. The girl with all the gifts aporta conceptos interesantes a partir de un tono parecido al visto años atrás tanto en el 28 días después de Danny Boyle como en el Children of Men de Alfonso Cuarón  pero subrayando más los elementos de la ciencia ficción discursiva y otorgando al producto un inconfundible y agradecido aroma british (el impecable diseño de producción en la recreación de un Londres post apocalíptico y continuos guiños argumentales que remiten al universo Quatermass entre otros apuntes), la película explora a si mismo cuestiones tales como los límites de la humanidad y su posible y hasta utópico relevo generacional o la ética científica expuesta en situaciones límites, todo ello sin embargo en un producto que termina siendo de clara condición híbrida (poe ejemplo las referencias al videojuego The Last of Us son muy visibles), una hibridez que por momentos le llega a pasar factura al film en lo referente a una narración que en algún momento puntual se llega a desvirtuar hacia tierra de nadie, su moralista y algo arrítmico epilogo final no deja de ser una clara muestra de esa irregularidad antes referida.

Valoración 0/5: 3

 

Sweet, Sweet Lonely Girl

Adele debe cuidar de su rica tía Dora, víctima de una enfermedad que la recluye en su mansión. Pero la joven empieza a descuidar sus obligaciones cuando conoce a Beth, una chica de magnetismo irresistible y quizá peligroso. Esta situación precipitará a la protagonista hacia una espiral insana, que acaba tomando una forma a medio camino entre el thriller psicológico y el horror gótico.

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El muy prolífico director de origen argentino A.D Calvo presento dentro de la sección Panorama Fantàstic Sweet, Sweet Lonely Girl, thriller psicológico de terror con ciertas reminiscencias góticas que bebe sin disimulo tanto de cierto tipo del cine de Mario Bava como de producciones de los 70 como por ejemplo el Symptoms de José Ramón Larraz (film cuyo edición en Blu-ray a cargo de Mondo Macabro recomiendo encarecidamente).

El mayor problema de Sweet, Sweet Lonely Girl es que las referencias en las que intenta sustentarse están muy por encima de los resultados ofrecidos, A.D Calvo a diferencia de por ejemplo Ti West en su revisitación del terror USA  de los ochenta con The House of the Devil no logra adecuar su discurso a la fuente en cuestión, no hay una narrativa adecuada en lo referente a sus personajes, en cambio la película si denota un claro esfuerzo a la hora de recrear un escenario en donde la atmósfera de tono inquietante deviene como algo primordial. Pero posiblemente lo peor de Sweet, Sweet Lonely Girl sea que en momentos puntuales no sepa diferenciar lo que es la referencia al saqueo más simple, una parte muy notoria de su argumento bascula bajo un concepto narrativo muy notorio que ya veíamos en la extraordinaria Burnt Offerings, expuesta en el film de Dan Curtis a diferencia de la película que nos ocupa de manera tan sutil como perturbadora.

Valoración 0/5: 2

 

The Age of Shadows

Sigue las actividades de una organización independiente contra el Japón que existía en el marco del periodo colonial japonés en Corea del Sur. El grupo se hizo mundialmente conocido por el excesivo uso de la violencia para lograr la independencia de Corea.

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Muy bien le ha sentado la vuelta a su país de origen a Kim Jee-woon después de su algo decepcionante incursión en territorio norteamericano con la descafeinada The Last Stand. En The Age of Shadows, superproducción en forma de thriller de espías dentro de un contexto histórico, aparte de recobrar pulsaciones autorales que parecían en parte olvidadas asistimos a lo que debería de ser una clase magistral de planificación técnica y talento visual al alcance de muy pocos directores en la actualidad (conceptos escenificados a la perfección en la mastodóntica escena del tren), en la que posiblemente sea su película más clásica y elegante Kim Jee-woon no se limita al sentido del espectáculo tan característico suyo visto en anteriores películas suyas, en The Age of Shadows asistimos a la representación de un discurso muy particular, el de unos personajes de conducta ambivalente o el de un variado catalogo de tratados político-sociales, todo ello haciendo que de cada escenario o situación a la que asistimos se presente como un complemento muy adecuado para acompañar un relato ya de por sí bastante consistente en lo referente a su estructura. Ni siquiera un mal al parecer endémico en el actual cine surcoreano como suelen ser las largas duraciones de metraje llega a ser un impedimento para una película de las características de The Age of Shadows pues da la impresión de que no hay un solo minuto de sus 140 que le sobren.

Valoración 0/5: 4

 

La autopsia de Jane Doe

The Autopsy of Jane Doe  nos cuenta como Tommy y Austin Tilden regentan una pequeña morgue y un crematorio en Virginia. Un día, el sheriff local les entrega un cadáver, al que han apodado Jane Doe y que fue encontrado en un sótano. Pronto, padre e hijo descubrirán que el nuevo encargo no es mera rutina y que, aunque por fuera el cuerpo está intacto, el interior de Jane Doe ha sido violentamente trasteado, víctima, quizá, de una terrible fuerza ritual.

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El noruego André Ovredal tras su simpático mockumentary Trollhunter presente en Sitges hace ya algunos años debuta en los Estados Unidos con The Autopsy of Jane Doe, film de terror mortuorio ubicado en un único escenario e interpretado por unos acertados Brian Cox y Emile Hirsch, una película que logra funcionar como un inmejorable ejercicio de estilo en lo concerniente a la gestación y utilización de unos reconocibles engranajes prototípicos del género de terror, seguramente por ello  fuese la película más honesta en lo referente a su intencionalidad vista este año en el festival de Sitges.

Hoy en día cualquier película de terror que se precie con alguna que otra aspiración parece situarse en la obligación de sorprender por todos los medios al espectador ya sea a un nivel técnico o narrativo, es por eso que no deja de sorprender positivamente la naturaleza de un producto de las características de The Autopsy of Jane Doe, un film que se mueve más por su trayecto que por su finalidad, aquella máxima de intentar generar terror a través de una mirada o de una percepción expuesta desde una perspectiva casi primigenia, André Ovredal maneja a la perfección dichos mecanismos genéricos, sabe cuándo mostrar y cuando ocultar, manejando muy bien todos los tiempos y desvelándolos con ingenio. Sería una lástima juzgar The Autopsy of Jane Doe por un final algo precipitado que puede decepcionar a más de uno, estamos principalmente ante un tipo de cine que intenta recuperar su capacidad a la hora de perturbar y hacer del terror algo más que un conjunto de manierismos de genero e imágenes conceptuadas esclavas dentro de un tiempo concreto, todo ello sitúa a André Øvredal como un nombre a seguir con atención y detenimiento a partir de este momento.

Valoración 0/5: 3’5