Crónica Sitges 2014.Día 3

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I Origins

Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo conduce a un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia.

Mike Cahill volvía al festival de Sitges después de que tres años atrás presentara la estimulante sci-fi independiente  “Another earth“. Con “I Origins” vuelve a incidir en el  drama intimista con la ciencia ficción como trasfondo pero dirigiéndonos hacia el debate entre ciencia y espiritualidad o el misticismo versus ciencia partiendo de la base de que el ojo es en definitiva la demostración irrevocable de la evolución de nuestra especie, enunciado este que se ve algo diluido al sustentarse todo ello sobre un drama romántico algo insustancial.

Mike Cahill da un paso adelante con respecto a su opera prima, dispone de más medios y su discurso es en apariencia más ambicioso, es evidente que pese a que la película sigue siendo independiente se pierde algo de fuerza con respecto a su trabajo anterior, da la impresión de ser más un producto diseñado para el gran espectador, aquel al que se le tiene que subrayar ciertos aspectos de la trama llegando a ser algo previsible en su desarrollo. Aun asi “I Origins” tiene la virtud de no caer en la pedantería de su discurso huyendo del ensayo new age y ofrecernos un apasionado discurso entre la ciencia y la fe a través de un trabajo reflexivo que pocas veces vemos en el cine actual.

Valoración 0/5:3’5

 La Distancia

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Un artista confinado en una central térmica de Siberia encarga a tres enanos con poderes sobrenaturales que planifiquen y roben algo que denomina “la distancia”.

El nuevo trabajo de Sergio Caballero (codirector y responsable visual del Sónar) tras “Finisterre” aterrizo en Sitges dispuesto a llenar de excentricidad la gigantesca pantalla del Auditori, lo cierto es que no resulta especialmente fácil poder hablar de esta película rodada íntegramente en la estepa siberiana en donde tres enanos con poderes de telequinesia reciben la misión de encontrar un objeto denominado  “La distancia” que se encuentra alrededor de una central térmica destartalada. En “La Distancia” asistimos a un catálogo de imágenes inconexas con toques de humor surrealista pero de claro carácter subversivo en donde la ciencia ficción y la irrealidad se dan la mano en un producto que si bien es original deviene en una película freak en lo referente a lo marciano de su propuesta y en donde nada de su argumento, o casi nada, queda explicado. Si el objetivo de Sergio Caballero que se refería a su film como una mezcla de “Tarkovsky y “Kung-Fu Panda” era no dejar al espectador indiferente al  explicarnos una historia en donde prima la intención y quedando al mismo tiempo prohibida la indiferencia por parte del espectador el objetivo queda cumplido de sobras.

Valoración 0/5:2’5

 The Guest

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Los Peterson siguen llorando el fallecimiento de su hijo Caleb en Afganistán. En pleno duelo, David (Dan Stevens,) irrumpe en el hogar familiar y conquista a cada uno de sus miembros hasta que uno de ellos comienza a intuir que David no es quien parece ser.

Los años setenta y ochenta, épocas doradas de más de una generación de espectadores  están siendo objeto por una especie  de resurgimiento de claro tono nostálgico, una tendencia que va claramente en aumento y en la que el dúo formado por Adam Wingard (director) y Simon Barrett se suman con esta “The Guest“, film que contiene todos los ingredientes para que el público de un festival como el de Sitges salga pletórico y satisfecho tras su visionado.

No se le puede negar una cierta coherencia a Adam Wingard en su filmografía, si en “You’re Next” reinventaba y al mismo tiempo oxigenaba el slasher ochentero de las home invasión, en “The Guest“vuelve a incidir en invasiones caseras pero desde la premisa del action movie del icónico héroe musculoso de los años ochenta con claras pinceladas de humor negro y colindando al mismo tiempo con un cine de John Carpenter  como por ejemplo “Asalto a la Comisaría del Distrito 13“,si a todo esto le añadimos la electrónica banda sonora compuesta por Steve Moore que le da una tonalidad de perfecta armonía a la escenas la película funciona a las mil maravillas como puro entretenimiento de consumo inmediato y altamente disfrutable. La proyección esta película en el día que parecía que el festival homenajeaba de alguna manera a la productora Cannon con la proyección de dos documentales que analizaban su trayectoria no parecía hecha al azar, eso si  “The Guest” no deja de ser un entretenido juego orquestado por Adam Wingard& Simon Barrett  que supone la confirmación de su enorme talento a la hora de recrear tendencias cinéfilas, un juego a la postre en el que solo lo disfrutas plenamente si entras en él.

Valoración 0/5:3’5

 Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films

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¿Qué tendrá la Cannon para inspirar no uno, sino dos documentales? La respuesta es fácil: cinefilia sin complejos, descaro y dos cerebros, Menahem Golam y Yoram Globus, más grandes que la vida. Electric Boogaloo analiza las demenciales estrategias publicitarias con que la productora sacudió los cimientos de Hollywood.

Es una pena que Mark Hartley comentara en Sitges que este sería su último documental, algo que domina a la perfección, y que a partir de ahora se centraría en la ficción (el precedente de su remake de “Patrick” no es precisamente muy halagüeño), con “Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films” Hartley sigue el esquema de sus notables  Machete Maidens Unleashed!” que analizaba las producciones rodadas en  Filipinas entre los años 60 y 70 y “Not Quite Hollywood” dedicado sobre el exploitation australiano, en Electric Boogaloo se nos cuenta el devenir de la productora Cannon a través del estudio de la trayectoria de dicha compañía, auge y caída, contado de manera rigurosa haciendo hincapié las partes más oscuras de la productora pero al mismo tiempo divertida, enfatizando su lado más freak y logrando con esto que el espectador logre  empatizar de inmediato con lo que está viendo en la pantalla como ocurría con sus trabajos anteriores, un perfecto trabajo donde el ejercicio nostálgico se pone por delante a la hora de juzgar la calidad artística del producto en la que se basa dicho estudio.

Valoración 0/5:4

 Housebound

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Si uno descubriera que la casa donde vive está encantada, su primer impulso sería mudarse. Pero, ¿qué ocurre si la ley te impide abandonar el hogar? Eso es lo que le sucede a Kylie, una delincuente temperamental que cumple su sentencia en arresto domiciliario, compartiendo penurias, escalofríos y risas con su madre y con un espíritu de lo más molesto.

Desde Nueva Zelanda nos llegaba el debut en la gran pantalla de Gerard Johnstone con este “Housebound” que combina con acierto el difícil hibrido entre la comedia y el terror, no es fácil encontrar ese equilibrio de géneros y que ninguno de ellos salga dañado o en un segundo plano, de echo este film es ideal para todos aquellos que le aburren las películas de fantasmas y busquen algo más liviano y fresco sin prácticamente ningún tipo de pretensiones. En  Housebound vemos como medida que va avanzando la historia, el terror da paso al misterio y al thriller llegando a un final donde el gore nos remite en algo a cierto cine que veíamos en los ochenta.

Gerard Johnstone consigue jugar muy bien con los géneros  consiguiendo una mezcla de géneros muy homogénea pero posiblemente lo mejor de este film sea ese humor neozelandés tan característico, esa variación cafre del humor british que tanto nos gusta.

Valoración 0/5:3

The Go-Go Boys: The Inside Story of Cannon Films

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“Cuando uno quiere hacer cine tiene que estar dispuesto a matar a su tía y llevarse su dinero”, dice Menahem Golan en este espléndido documental sobre los dos primos israelíes que pusieron patas arriba la industria de Hollywood con más de 300 títulos producidos. The Go-Go Boys relata el auge y caída de Cannon Films, sus éxitos más memorables y la ruptura, profesional y personal, de sus dos fundadores.

En esta edición del Sitges 2014 el festival quiso sumarse al reconocimiento que se ha empezado a producir en los últimos años hacia la productora Cannon proyectando dos documentales sobre la misma, “Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films” y el que nos ocupa, diferentes entre sí pero perfectamente complementarios entre ellos. “The Go-Go Boys: The Inside Story of Cannon Films” se centra más en la trayectoria cronológica de sus dos responsables Menahem Golan y Yoram Globus, siendo un proyecto auspiciado por ellos mismos, contándonos en base a entrevistas e imágenes de archivo sus inicios en su Israel natal hasta llegar a su retiro a día de hoy, posiblemente su falta de hegemonía y en ocasiones la falta de una mirada más imparcial le coloca  un peldaño por debajo de “Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films“. Al final el factor nostálgico se adueña de la función en este interesante documental que termina con la imagen de nuestros dos protagonistas en una sala de cine disfrutando de una película con las pertinentes palomitas y refresco a su lado (Menahem Golan moriría pocos meses después) dejando un halo de tristeza en el espectador pues al fin y al cabo la Cannon no deja de ser la crónica de un fracaso, recordemos que el estudio produjo trabajos a gente como Jean-Luc Godard, John Cassavetes o Barbet Schroeder, la crónica de la búsqueda de una quimera a la hora de conquistar un Hollywood que nunca les acepto.

Valoración 0/5:3