“Don’t Breathe” review

Trailer-de-No-respires-lo-nuevo-de-Fede-Alvarez_landscape

Unos jóvenes ladrones creen haber encontrado la oportunidad de cometer el robo perfecto. Su objetivo será un ciego solitario, poseedor de millones de dólares ocultos. Pero tan pronto como entran en su casa serán conscientes de su error, pues se encontrarán atrapados y luchando por sobrevivir contra un psicópata con sus propios y temibles secretos.

El subgénero de la invasión domestica tan prolífico en estos últimos tiempos desde varias vertientes pero con una clara base que se remonta a clásicos como por ejemplo Wait Until Dark (Terence Young, 1967) o Blind Terror (Richard Fleischer, 1971), películas estas que encuentran su ubicación genérica ya sea direccionadas a través del thriller o mayoritariamente del terror, una corriente que ha contado este año con dos piezas muy a tener en cuenta, por un lado el Hush de Mike Flanagan que lejos de innovar en algo dentro de un subgénero ya de por sí bastante limitado y encorsetado nos ofrecía un aplicado ejercicio de estilo escénico especialmente elogiable dado su limitadísimo presupuesto y por otro lado tenemos este Don’t Breathe del uruguayo Fede Álvarez, trabajo de nuevo coescrito junto a Rodo Sayagues y producida por el tótem del género Sam Raimi, una conseguida por momentos vuelta de tuerca a un temario de premisa muy sencilla y ejecución de manual en donde destaca unos recursos técnicos utilizados con acierto a la hora de crear un in crescendo en lo relativo a la consabida tensión y suspense embadurnada en esta ocasión a través de una atmósfera opresiva.

144409Fede Álvarez ya había mostrado buenas maneras como director al salir bastante airoso en la actualización de la nueva versión de Evil Dead, un trabajo este que ya indicaba un sobrado conocimiento por parte del realizador de los engranajes prototípicos del género y sobre todo como el saber ubicarlos dentro de un nuevo contexto en este caso temporal, en Don’t Breathe pervierte con acierto de alguna manera el concepto home invasión, una vuelta a los roles en donde el cazador, en este caso invasor, queda atrapado por la que en teoría era su supuesta víctima, un notable Stephen Lang, personaje este reforzado con una ceguera como signo de engañosa debilidad, posiblemente se llegue a echar en falta una mayor ambigüedad moral en los personajes, se enfatizar demasiado en el carácter digamos justificable con respecto a la acción de los tres invasores de una manera poco sutil, vemos como Rocky, la chica del grupo, como se ve de alguna forma casi forzada por razones familiares al atraco como casi su única vía de salida, o las dudas morales y carácter sensato de Alex, personajes que sirven en cierta manera de contrapunto al de Money, rol ya con claros signos de estereotipo del macarra delincuente.

tw-26764Don’t Breathe destaca especialmente por recuperar el tono de producciones que acometían un tipo de horror sólido y consecuente, engranajes muy parecidos a multitud de films rodados en los setenta, películas en donde se utilizaban con acierto el uso del espacio cerrado, casi como única localización en la película a la hora de producir angustia en el espectador, aquí reforzadas en base a un aplicado montaje y una contundente utilización del sonido como ente en continuo estado de amenaza, complementada a si mismo con una aplicadísima banda sonora a cargo de Roque Baños, un trabajo en donde lo referencial esta insertado sin llegar a molestar, entre los muchos guiños que observamos sobresale el ofrecido al Cujo de Lewis Teague,  un conjunto de aciertos en definitiva que sin embargo se ven algo lastrados en la narrativa del último tercio del film, curiosamente esa inverosímil vuelta de tuerca en su argumento entorpece en algo el conseguido tono minimalista orquestado hasta ese momento otorgándole una falsa y desmedida grandilocuencia argumental, algo por otra parte bastante visible en el cine de terror de hoy en día.

De alguna manera en Don’t Breathe vale la máxima del virtuosismo y la funcionalidad del realizador, aquella en que en realidad no es obligatorio el inventar nada nuevo si los resortes con los que trabajas consiguen verse en pantalla con relativa solvencia sin incidir en lo repetitivo o manido, Fede Alvarez mueve muy bien con la cámara y sabe cómo jugar con el espectador en base a un ejercicio de inmersión a través de una cinta de factura técnica impecable, fundamentos estos básicos y esenciales de lo que se tendría que considerar como el buen cine de terror comercial.

Valoración 0/5:3

posters no respires 2