El ejercicio ha sido provechoso, Señor. Palabras sobre el cine

El ejercicio fue provechoso para Serge Daney. Fue el ejercicio de hacer cuerpo a cuerpo con el cine, al punto de esfumar la línea divisoria entre cine y vida. Así es la ciencia, así es el amor. Desde 1998 hasta fines de 1991, poco antes de su muerte, Serge Daney recorrió esa línea, como una soga, en este diario personal, iluminado e íntimo, poblado de preguntas y de hipótesis. ¿Qué es el cine? ¿Cuáles son sus poderes y sus condiciones de supervivencia? Dónde está, para qué nos sirve, de qué puede salvarnos. Daney no mide ni calcula, no se reserva ni una sola carta. Por un lado, el plano como bloque entrelazado de imagen y tiempo, que secuestra y olvida y sigue solo; el don de habitar los intersticios del plano, de hacer arqueología de la imagen; el oficio de los encadenamientos y las relaciones, el viaje y la caminata; el enigma de una historia siempre anterior a cualquier título de crédito; el milagro de los niños huérfanos adoptados por el cine, de los niños del cine (no son ángeles, tan solo no han vivido lo suficiente); la densidad de la experiencia y la filiación, la desposesión y la memoria; la existencia del otro. Por otro lado, la avaricia previsible del guion; el espasmo del turismo y el clisé, la afasia; el presente como publicidad, la señal que sustituye al signo, los medios expertos en colocarnos en el medio, sin antes ni después; la empresa estéril del “yo”, a ultranza. Es decir, los atroces y los intratables, los aprendices de brujo, frente a los amables servidores de la ley. Daney contra la tiranía de la militancia, la bandera y el rol. Daney emancipado, suelto y aparte. Daney sobre la soga, con sus ojos-antena, su vara de zahorí, su extraordinaria delgadez, su intransigencia física. No le sale mentir, no le sale pesar, no le sale una sola reverencia. Está salido de sí, ha aprendido a temblar, a querer a John Wayne, a ir hacia allí a mirar, lo que sea. El cuerpo está arrasado de mirar. A Daney jamás le importó ser visto..

El autor

Serge Daney. Viajero incansable, amante de las postales, el tenis, los mapas y los diccionarios, caminante y crítico cinematográfico, Serge Daney nació en París y murió a los cuarenta y ocho años. Fue redactor en jefe de Cahiers du cinéma, director de la sección de cine del diario Libération y fundador de la revista Trafic. Su artículos están recopilados en La Rampe (1983); Ciné-journal (1986); Le Salaire du zappeur (1988); Devant la recrudescence des vols de sac à main (1991); L’Exercice a été profitable, Monsieur (1993); Persévérance (1994); L’Amateur de tennis (1994); Itinéraire d’un ciné-fils (1999); La maison cinéma et le monde/1. Le Temps de Cahiers (1962-1981), 2001; La maison cinéma et le monde/2. Les Années Libé (1981/1985), 2002; La maison cinéma et le monde/3. Les Années Libé (1986/1991), 2012; y La maison cinéma et le monde/4. Le moment Trafic (1991-1992), 2015.

Con El ejercicio ha sido provechoso, Señor, Shangrila prosigue la construcción de su Biblioteca Daney, que incluye ya Perseverancia (2015), El salario del zapeador (2016) y El tenista amateur – Del cine al tenis (y viceversa) (2016), así como Trafic 37. Serge Daney, después, con (2016), el monográfico que la revista que fundó, Trafic, le dedicó a su escritura y a su obra.

Autor; Serge Daney, Editorial: Shangrila Ediciones, Páginas; 290