“Ex Libris: The New York Public Library” review

Ex Libris: The New York Public Library lleva al espectador a la trastienda de una de las más grandes instituciones de conocimiento del mundo. La película examina cómo esta legendaria institución ha seguido con sus actividades habituales adaptándose a la vez a la revolución digital. Ex libris: The New York Public Library muestra que las bibliotecas informan y educan de múltiples formas: libros, conciertos, conferencias, clases y mucho más. Esta biblioteca se esfuerza en inspirar el estudio del conocimiento avanzado y fortalecer a la comunidad.

Durante las pasadas crónicas del festival de San Sebastián hemos estado comentando las indudables virtudes que conlleva tener una sección potenciada de forma acertada en estos dos últimos años como Zabaltegi-Tabakalera, un reducto consecuentemente libre de miradas y tendencias genéricas, un rico apartado a modo de cajón de sastre heterogéneo en donde el último trabajo de un indiscutible referente en el documental como es el veterano Frederick Wiseman se encargó de clausurar dicha sección encontrando en él un lógico y muy consecuente acomodo como no podía ser de otra manera.

En la monumental y humanista en conceptos Ex Libris: The New York Public Library el estadounidense Frederick Wiseman a sus 87 años de edad y como lucido retratista de un entorno temporal y territorial determinado nos ofrece una apabullante y exhaustiva visita guiada por el interior de la biblioteca pública de Nueva York, su funcionamiento expuesto desde dentro, evidentemente tratándose de su autor este recorrido no es para nada superfluo o convencional en lo referente a propósitos, más bien todo lo contrario, pero siempre dentro de una coordenadas muy propias y plenamente reconocibles, al igual que en su anterior National Gallery estamos ante una inmersión del funcionamiento desde dentro de una institución sin ánimo de lucro, de clara vocación aglutinadora que no solo se dedica a la lectura o al mero almacenamiento de libros, a través de sus salas esta búsqueda del saber está representada por vertientes tan distintas pero al final tan hermanadas como puede ser el apartado a la investigación o el potenciar el mero estimulo del arte en lo referente a toda una diversidad de vertientes tales como el activismo cultural, vecinal e incluso político, una institución de origen burgués hoy al servicio comunitario, en lo concerniente a este apartado hay un espacial énfasis en mostrarnos  numerosas reuniones administrativas que dictaminan un proceder a tal respecto, un trabajo tan exhaustivo que por momentos resulta agotador en lo concerniente a su intensidad,  un énfasis que hace que sus más de tres horas de duración (resumen de 150 horas de grabación) se nos hagan al final algo insuficientes no en contenido y si en simetría.

La biblioteca pública de Nueva York se erige de esta manera como escenario en el documental de una precisa disección de sus órganos internos, como experimentado documentalista que es Wiseman nos hace participes de tal actividad, y lo hace como no podía ser de otra manera desde una distancia que se nos antoja muy cercana, su cámara en ningún momento incide en lo que se nos muestra, no juzga ni intercede a través de una visión individual, no existe un discurso como tal, y si lo hubiera este se ampararía en lo más estrictamente democrático a la hora de hilvanar el testimonio coral que anida en el interior de dicho organismo, tan solo nos expone un retrato a través de la observación, de como esta legendaria institución cultural actúa a modo de mapa interactivo del conocimiento, como se adapta a los nuevos tiempo en esa función formativa, no es un recurso institucional y si en cierta manera una obligación el dar la máxima accesibilidad a la cultura más allá de su primigenio apartado literato, en este aspecto si una cosa deja clara un documental de las características de Ex Libris: The New York Public Library es la ineludible función de dicho organismo a la hora de ser una herramienta clave a la hora de batallar a través de su fomentación al acceso de información para las clases más desfavorecidas, Frederick Wiseman nos viene a decir a través de sus imágenes creadas en el valor existente que anida en el conocimiento a modo herramienta de progreso en constante evolución. En unos días en donde se vulgariza hasta extremos insospechados la coletilla de cine necesario una obra tan medida y épica en lo referente a sus postulados como resulta ser Ex Libris: The New York Public Library valida por completo y sin que sirva de precedente dicha afirmación.

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