Trece primeras y segundas películas competirán por el Premio Kutxabank-New Directors del Zinemaldia 2022

Todos los filmes de la sección, a la que aún se sumará algún título más, optan a un galardón de 50.000 euros.
Trece producciones de quince países se disputarán el Premio Kutxabank-New Directors del Festival de San Sebastián, que celebrará su 70ª edición del 16 al 24 de septiembre. Del total de trabajos elegidos, doce son óperas primas y una es la segunda película de su autora, según han desvelado hoy en rueda de prensa el director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, y la directora de la Red Gipuzkoa de Kutxabank, Ainhoa Arruabarrena.
La directora turca Jeanne Aslan (Sorgun, 1976) y el realizador francés Paul Saintillan (Versalles, 1971) son dos de los cineastas que mostrarán su debut en New Directors. Ambos codirigen Fifi / Spare Keys, la historia de una adolescente que durante el verano entabla una relación con el hermano de una amiga.
La nicaragüense Laura Baumeister (Managua, 1983) presentará su primera película, La hija de todas las rabias, un relato sobre una niña de ocho años que sobrevive en un vertedero. El filme ha sido realizado gracias en parte al apoyo del Festival de San Sebastián, donde obtuvo, entre otros, el premio al mejor proyecto del VIII Foro de Coproducción Europa-América Latina (2019) y el Premio de la Industria WIP Latam (2021).
Por su parte, el director de la República de Moldavia Ion Borș (Chisinau, 1990), que el año pasado se alzó con el Premio de la Industria WIP Europa y el Premio WIP Europa gracias a su primer largometraje, CARBON, participará con esta comedia negra ambientada a principios de los años 90 durante la guerra de Transnistria.

La cineasta danesa Katrine Brocks (Copenhague, 1989) concursará con su primer filme de larga duración, Den Store Stilhed / The Great Silence, que trata sobre una joven novicia que recibe la incómoda visita de su hermano gemelo en el convento.
La actriz rusa afincada en Francia Dinara Drukarova (San Petersburgo, 1976) presentará su primer largometraje tras la cámara, Grand Marin. Ella misma interpreta a la protagonista, una mujer que lo deja todo para embarcar en un pesquero y poner rumbo a los mares del norte.
Asimismo, la cineasta suiza Carmen Jaquier (Ginebra, 1985) se estrenará en el largometraje con Foudre / Thunder, el retrato de la emancipación de una mujer en la Suiza de principios del siglo XX.
Jeong-sun supone el estreno como directora de Ji-hye Jeong (Busan, 1995), que ganó la competición coreana en el Festival de Jeonju con este filme sobre una mujer que inicia una relación secreta con un compañero de la fábrica en la que ambos trabajan.

El cineasta japonés Takeshi Kogahara (Nagasaki, 1982) también mostrará su debut en el largometraje bajo el título de Nagisa, la historia de amor entre un hermano y una hermana separados por la fatalidad.
Por su parte, la directora y productora Rocío Mesa (Granada, 1983) participará en New Directors con Secaderos, su primer largometraje de ficción, una historia teñida de realismo mágico que transcurre entre secaderos de tabaco.
La terna de directores formada por Masahiko Sato (Shizuoka, 1954), Yutaro Seki (Kanagawa, 1987) y Kentaro Hirase (San Francisco, 1986) se estrena con Miyamatsu to Yamashita / Roleless, que aborda las vicisitudes del operario de un teleférico que también trabaja como extra de cine.
El realizador indio Parth Saurabh (Darbhanga, 1993) presentará su primera incursión en la diercción, Pokhar Ke Dunu Paar / On Either Sides of the Pond, que sigue a una pareja que, debido a las dificultades económicas causadas por la pandemia, regresa de Delhi a su ciudad natal, donde su relación comienza a deteriorarse.
Además, el croata Josip Žuvan (Trogir, 1987) exhibirá su debut, Garbura / Carbide, protagonizada por dos amigos inseparables que tratan de preservar su amistad frente a las rencillas que mantienen sus respectivas familias.
Todos estos títulos se suman al primer largometraje de Maria Elorza (Vitoria-Gasteiz, 1988), el ya anunciado A los libros y a las mujeres canto, construido en torno a un ejército anónimo y desarmado de mujeres que cuida de los libros.

Las trece películas, a las que se sumará algún título más, optan al Premio Kutxabank-New Directors, dotado con 50.000 euros repartidos a partes iguales entre el director o directora y la distribuidora de la película en España. El Premio Kutxabank-New Directors está patrocinado por Kutxabank, colaborador oficial del Festival. El Jurado Premio Kutxabank-New Directors es el encargado de valorar y premiar estas películas. Los trabajos correspondientes a la sección de New Directors son candidatos también al Premio TCM de la Juventud, atribuido por un jurado formado por 150 estudiantes de entre 18 y 25 años.
New Directors es un ejemplo de la apuesta del Festival de San Sebastián por los nuevos talentos, pero no el único, puesto que se programan primeras y segundas obras en prácticamente todas las secciones, y también se muestran primeros trabajos en Nest, la sección competitiva de cortometrajes de estudiantes de escuelas de cine de todo el mundo. Además, el Festival lidera junto a Tabakalera y Elías Querejeta Zine Eskola el programa de apoyo a proyectos audiovisuales innovadores Ikusmira Berriak, que contempla un plan de residencias artísticas.

NEW DIRECTORS

A los libros y a las mujeres canto / To Books and Women I Sing

Maria Elorza (España)

País(es) de producción: España

Una mujer casi fue llamada Avioneta. Otra tuvo una biblioteca en el asiento trasero de su coche. Otra se fractura un dedo con los estantes rebeldes de su librería. Las cigarreras escuchan lecturas mientras trabajan. Las planchadoras recuerdan poemas. A todas ellas, les canto. Contra fuego, agua, polilla, polvo, ignorancia y fanatismo, un ejército anónimo de mujeres cuida de los libros. Es una resistencia íntima, sin épica, sin revolución, sin armas. Ópera prima.

 

CARBON

Ion Borș (República de Moldavia)

País(es) de producción: República de Moldavia – Rumanía – España

Intérpretes: Dumitru Roman, Ion Vantu, Igor Caras-Romanov, Adriana Bitca, Viorel Cornescu, Vitalie Vasilachi, Constantin Haret, Alla Dontu, Vitalie Jacota, Veaceslav Mereuta, Corneliu Tarlapan, Lidia Novicov

WIP Europa 2021

Moldavia, principios de los años 90. Dima, que trabaja como tractorista, quiere alistarse para participar en la guerra local en la frontera de Transnistria. Vasea, un veterano de la guerra de Afganistán, se une a él. De camino al frente, encuentran un cadáver carbonizado. Las autoridades les ignoran y no les ayudan a identificar el cuerpo. Dima y Vasea deciden enterrarlo según el ritual cristiano, pero pronto emprenderán un absurdo viaje con el cadáver para descubrir su identidad. Ópera prima.

 

Den Store Stilhed / The Great Silence

Katrine Brocks (Dinamarca)

País(es) de producción: Dinamarca

Intérpretes: Kristine Kujath Thorp, Elliott Crosset Hove, Karen-Lise Mynster

Alma está a punto de hacer sus votos como monja en un convento católico cuando llega Erik, el hermano del que se había distanciado. Su presencia desvela una tragedia de su pasado y ante la inminencia de la ceremonia, Alma se ve cada vez más atormentada por un trauma que resurge. Ópera prima.

 

Fifi / Spare Keys

Jeanne Aslan (Turquía), Paul Saintillan (Francia)

País(es) de producción: Francia

Intérpretes: Céleste Brunnquell, Quentin Dolmaire, Chloé Mons, Laurent Poitrenaux, Megan Northam, Shirel Nataf, François Negret

Tratando de escapar del caótico ambiente de su familia, Sophie, de 14 años, se instala en casa de Jade, una amiga que se ha marchado de vacaciones durante el verano. Pero en el hermoso y amplio apartamento que creía vacío durante todo el mes de julio, se enamora de Stéphane, de 22 años, el hermano mayor de su amiga. Stéphane se muestra comprensivo y, a condición de que no le moleste, la autoriza a volver a refugiarse allí cuando ella desee. Ópera prima.

 

Foudre / Thunder

Carmen Jaquier (Suiza)

País(es) de producción: Suiza

Intérpretes: Lilith Grasmug

Verano de 1900, Suiza. La repentina muerte de su hermana mayor obliga a Elisabeth a regresar a casa. Asfixiada por las estrictas normas del pueblo, Elisabeth se ve poco a poco forzada a rebelarse por su derecho a vivir su vida. Ópera prima.

 

Garbura / Carbide

Josip Žuvan (Croacia)

País(es) de producción: Croacia

Intérpretes: Franko Floigl, Mauro Ercegović Gracin, Ljubomir Bandović, Zdenko Jelčić, Marija Škaričić, Asja Jovanović, Ivana Rosčić

Antonio y Nikola, amigos inseparables, viven uno frente al otro y comparten su afición por la pirotecnia y los teléfonos móviles. Sus familias llevan años en conflicto por un problema de fácil solución: el agua que fluye de la casa de arriba a la de abajo. La amistad de los chicos, a punto de entrar en la pubertad, se pone a prueba en Navidad, cuando sus familias descubren secretos e intereses mucho más peligrosos, y el agua consigue que el odio de los adultos se transmita a los niños. Ópera prima.

 

Grand Marin

Dinara Drukarova (Rusia)

País(es) de producción: Francia

Intérpretes: Dinara Drukarova, Sam Louwyck, Hlynur Haraldsson, Hjörtur Jóhann Jónsson, Dylan Robert, Antonythasan Jesusthasan, Magne Havard Brekke

Lili lo abandona todo para viajar a un lugar remoto de la tierra y cumplir su sueño: pescar en el Mar del Norte. Convence a Ian, el capitán de un arrastrero llamado Rebel, para que le dé una oportunidad y le permita unirse a la tripulación. Es la única mujer a bordo, y la apodan Sparrow (gorrión), pero a pesar de su aspecto frágil, Lili oculta una voluntad inquebrantable, la cual, junto a su coraje y determinación, hace que finalmente se gane el respeto del resto. Acogida en un mundo formado por individuos a menudo desafortunados, Lili conquistará su derecho a llevar una vida diferente, a ser libre. Ópera prima.

 

Jeong-sun

Ji-hye Jeong (Corea del Sur)

País(es) de producción: Corea del Sur

Intérpretes: Kum-soon KIM, Sun-ah YOONKEUM, Hyeon-woo CHO, Yong-joon YONG

Como su nombre indica, Jeong-sun lleva una vida ordenada y se comporta con candidez pese a trabajar en una fábrica de alimentos. Young-soo, un compañero de trabajo, se acerca a ella. Mientras se conocen, disfrutan de su relación secreta y él le hace fotos indiscretas en la cama con la cámara de su móvil. De repente. los demás comienzan a mirarla de una forma inapropiada. Ópera prima.

 

La hija de todas las rabias / Daughter of Rage

Laura Baumeister (Nicaragua)

País(es) de producción: Nicaragua – México – Países Bajos – Alemania – Francia – España

Intérpretes: Ara Alejandra Medal, Virginia Sevilla Garcia, Carlos Gutiérrez, Noé Hernández, Diana Sedano

Foro de Coproducción Europa-América Latina 2019

WIP Latam 2021

En un inmenso basurero en Nicaragua, María, de ocho años, lucha por su vida siendo descuidada por su madre. Cuando mata accidentalmente a los cachorros recién nacidos que están a punto de ser vendidos, se queda sola para trabajar y vivir en una fábrica de reciclaje como castigo. María aprenderá formas de sobrevivir y aceptar este abandono, usando su fuerte voluntad y su rica imaginación. Ópera prima.

 

Miyamatsu to Yamashita / Roleless

Masahiko Sato (Japón), Yutaro Seki (Japón), Kentaro Hirase (EEUU)

País(es) de producción: Japón

Intérpretes: Teruyuki Kagawa, Noriko Nakagoshi, Kanji Tsuda

Miyamatsu, que trabaja como operario en un teleférico, es también extra de cine. A través de sus diversos personajes ha estado viviendo la vida de un extraño, interpretando solo ese papel. Finalmente, se encuentra cara a cara con su propia vida, aquella que había perdido. Ópera prima.

 

Nagisa

Takeshi Kogahara (Japón)

País(es) de producción: Japón

Intérpretes: Yuzu Aoki

Un joven que vive atormentado por la culpa de la muerte de su amada hermana se topa con su fantasma en un túnel embrujado. El hombre empieza a visitar el túnel con frecuencia y rememora el pasado. Ópera prima.

 

Pokhar ke dunu paar / On Either Sides of the Pond

Parth Saurabh (India)

País(es) de producción: India

Intérpretes: Abhinav Jha, Tanaya Khan Jha, Dheeraj Kumar

Sumit y Priyanka, una pareja a la fuga por amor, regresan a su ciudad natal debido a las dificultades económicas causadas por el confinamiento. Mientras Priyanka pretende abandonar a Sumit y volver a la casa de su conservador padre, Sumit, ajeno a ello, se dedica a dejar pasar el tiempo. Ópera prima.

 

Secaderos / Tobacco Barns

Rocío Mesa (España)

País(es) de producción: España – EEUU

Intérpretes: Vera Centenera, Ada Mar Lupiáñez, Tamara Arias, Cristina Eugenia Segura Molina, José Sáez Conejero

Un pequeño pueblo rural es el paraíso de una niña de ciudad y la jaula de una adolescente local. Dos historias paralelas que transcurren entre secaderos de tabaco durante un verano teñido de realismo mágico. Segundo largometraje de su directora.

https://youtu.be/bnU4PBTKhoI

 

 

El universo de Sitges se expande con nuevos títulos del fantástico más contemporáneo y audaz

La 55ª edición del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya despliega un nuevo avance de programación enfocado al fantástico producido en España y a las últimas novedades de género internacional. Un conjunto de títulos que marcan el camino del cine más puntero, con la mirada dirigida hacia el futuro y sin olvidar el pasado, con la iniciática TRON siempre en el horizonte.
Los cineastas Edgar Wright y Neil Marshall recibirán el Premio Máquina del Tiempo

El director, productor y guionista británico Edgar Wright recibirá el premio Máquina del Tiempo en Sitges 2022. Wright obtuvo reconocimiento mundial por primera vez con su trilogía Three Flavours Cornetto, que consta de Zombies Party, Arma fatal y Bienvenidos al fin del mundo, realizada con los actores Simon Pegg y Nick Frost, así como el productor Nira Park. Wright también coescribió, produjo y dirigió la película de 2010 Scott Pilgrim contra el mundo. Con Joe Cornish y Steven Moffat, escribió Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio de Steven Spielberg (2011). Además, creó la película de acción criminal de 2017 Baby Driver, que se convirtió en un éxito mundial de taquilla, y en 2021 dirigió y coescribió, con Krysty Wilson-Cairns, Última noche en el Soho. El mismo año también lanzó su primera película documental, The Sparks Brothers.
El prolífico director de cine de género Neil Marshall también será reconocido con una Máquina del Tiempo. Su carrera se inició hace más de veinte años con Dog Soldiers, una de las películas de terror británicas más populares de todos los tiempos, seguido por el gran éxito de taquilla -aclamado por la crítica- The Descent, que recaudó más de 50 millones de dólares con un presupuesto de solo tres millones. Marshall también es uno de los directores más solicitados de la televisión actual, puesto que dirigió dos de los episodios más épicos de Juego de tronos, los pilotos de Black Sails, Constantine y Timeless, y capítulos destacables de Hannibal y Westworld para JJ Abrams. En 2018, dirigió y produjo la lujosa nueva versión de Lost in Space para Netflix y en 2021 estrenó The Reckoning. Sitges 2022 estrenará The Lair, un retorno a los orígenes sobre una piloto que tiene que sobrevivir dentro de un búnker donde se esconden armas biológicas.

 

El mejor género español

El cine español y catalán de género aterrizará poderosamente en Sitges 2022. Entre los títulos que se podrán ver en el Festival, destaca la angustiosa y perturbadora Cerdita, el terror rural que supone el debut de Carlota Pereda después de su cortometraje homónimo ganador del Goya. La esperada As bestas, de Rodrigo Sorogoyen, un thriller oscuro e incómodo que confirma la carrera fulgurante de su director.
Sitges vivirá el estreno mundial de Irati, de Paul Urkijo, un habitual del Festival (Errementari, Dar-Dar) que presentará su mitología fantástica ambientada en la Euskadi medieval. También tendrá lugar el estreno europeo de Viejos, film de terror dirigido por Raúl Cerezo y Fernando González Gómez (La pasajera), recientemente proyectado en el Fantasia de Montreal,  vencedor de la edición Sitges Pitchbox 2016 y protagonizado por Zorion Eguileor, inolvidable personaje de El hoyo, film ganador de Sitges 2019.
Asombrosa Elisa es el nuevo film de Sadrac González (Black Hollow Cage), un thriller fantástico protagonizado por Asier Etxeandia, Ivan Massagué y Silvia Abascal, sobre una niña que quiere vengar la muerte de su madre. El debut en el largometraje de Luis Tinoco, La paradoja de Antares, también se verá en Sitges en premiere europea. Una historia de ciencia ficción sobre una científica que se enfrentará a un difícil dilema.

 

Miradas sobre el fantástico internacional 

Sitges 2022 se prepara para recibir las últimas novedades del cine de género internacional. Halloween Ends, de David Gordon Green, que se desarrolla cuatro años después de los hechos de Halloween Kills, estará en Sitges. Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) se enfrentará al mal una vez más, en esta ocasión, definitivamente. La ópera prima de Goran Stolevski, You Won’t Be Alone, llevará una buena dosis de folk-horror al Festival, ambientada en un aislado pueblo de montaña en la Macedonia del siglo XIX y protagonizada por Noomi Rapace. After Yang, la cinta de ciencia ficción futurista de Kogonada con Colin Farrell se verá en Sitges, un film delicado sobre un mundo posthumano. El thriller psicológico Resurrection, dirigido por Andrew Semans y con grandes interpretaciones de Rebecca Hall y Tim Roth, renueva el género huyendo de clichés con la historia de una mujer de éxito enfrentada a traumas del pasado.
Justin Benson y Aaron Moorhead, exponentes de la ciencia ficción de bajo presupuesto, vuelven a Sitges con Something in the Dirt, un imaginativo rompecabezas con fenómenos sobrenaturales. El futuro postapocalíptico se explora en Vesper, de Kristina Buozyte y Bruno Samper, distopía belga con una fotografía deslumbrante que construye un mundo después del colapso del ecosistema terrestre. También desde Bélgica llega Megalomaniac, cinta fantasmagórica y gore dirigida por Karim Ouelhaj, vencedora de Fantasia 2022.
El terror estará bien presente en Sitges 2022 con propuestas como la británica Enys Men, de Mark Jenkin, un estudio hipnótico e inquietante sobre la soledad. En The Tower, de Guillaume Nicloux, los habitantes de una torre de viviendas se dan cuenta que un velo negro obstruye todas las ventanas y la puerta principal del edificio. De Dinamarca llega el terror social de Speak No Evil, donde el director Christian Tafdrup ofrece una generosa cantidad de sadismo y crueldad.

 

Cine asiático, animación y documental: secciones imprescindibles

Las producciones asiáticas llegan con energías renovadas a la programación de la 55ª edición del Festival de Sitges. Desde Corea del Sur, el thriller Emergency Declaration, dirigido por Han Jae-rim, asegura toneladas de acción dentro de un avión comercial que se ve obligado a hacer un aterrizaje de emergencia. Uno de los habituales del certamen, el japonés Takashi Miike, cerrará la trilogía The Mole Song con Mole Song Final, una alocada comedia sobre un policía de incógnito que se convierte en yakuza. El taiwanés Chris Huang propone con Demigod: The Legend Begins un film fantástico de artes marciales con sorprendentes efectos visuales sobre un médico que recibe entrenamiento para convertirse en espadachín.
La sección Anima’t anuncia su película de apertura, que será Oink, encantador film holandés dirigido por Mascha Halberstad en stop-motion sobre una niña de nueve años que recibe como regalo de su abuelo un cerdito. La francesa Princesse Dragon, de Anthony Roux y Jean-Jacques Denis, sobre una niña criada por dragones que vivirá un viaje de descubrimiento, también estará en Sitges. Desde Colombia llegará La otra forma, de Diego Felipe Guzmán, una historia satírica para adultos que cuestiona los hábitos del mundo en que vivimos.
En el terreno de los documentales, el título que abrirá Sitges Documenta será Lynch/Oz, de Alexandre O. Philippe, director habitual en el Festival. La pieza explora la obsesión de David Lynch por el clásico de Victor Fleming de 1939, El mago de Oz, con su habitual montaje dinámico y testimonios de alto nivel. Mad in Belgium es un recorrido por la naturaleza extraña de un determinado cine belga que ha destacado por el riesgo y la excentricidad, con apariciones de figuras como Benoit Poelvoorde, Jan Bucquoy o Fabrice du Welz. Steve ‘Spaz’ Williams es un pionero en la animación por ordenador. Sus dinosaurios digitales de Jurassic Park transformaron Hollywood en 1993 y el documental Jurassic Punk, de Scott Leberecht, se adentra en este creador.

 

Brigadoon

La sección del Festival vuelve a apostar por los documentales en esta edición. Boris Karloff: The Man Behind the Monster, de Thomas Hamilton, explora la vida y el legado de una leyenda del cine. En su tiempo, sus películas fueron a menudo ridiculizadas por la crítica y atacadas por la censura, pero su popularidad e influencia han perdurado. El cineasta perdido, de Javier Pueyo y Valentine Iconaru, mira hacia el 2000, año en que se estrenó El celo, una cinta de terror interpretada por Lauren Bacall, Sadie Frost y Harvey Keitel. Su director, el mallorquín Antoni Aloy, tenía un futuro prometedor pero desapareció del panorama cinematográfico sin dejar rastro. Junto con el documental, se proyectará El celo. Orchestrator of Storms: The Fantastique World of Jean Rollin, de Dima Bailen y Kat Ellinger, explica la historia de una de las voces más singulares del cine francés de culto, profundamente incomprendido.
En Brigadoon tendrá lugar el estreno de los largometrajes Pussy Cake y Night of the Bastard. El primero, procedente de Argentina, está dirigido por Pablo Parés y sigue una banda femenina de rock que tendrá que enfrentarse a horrores más allá de la realidad. En el segundo, un film de Erik Boccio, un recluso luchará contra un culto sediento de sangre en una batalla contrarreloj por la supervivencia.
La actriz francesa Brigitte Lahaie recibirá el Premio Nosferatu de este año. En paralelo a su trabajo en el cine pornográfico, Lahaie participó en films de género de Jean Rollin, como Fascination y The Grapes of Death, y de Jess Franco, como Los depredadoras de la noche. Más tarde, también desarrolló pequeños papeles en Henry & June, de Philip Kaufman, o más recientemente en Calvario, de Fabrice du Welz.

 

Industria: Sitges FanPitch, Showrunners LAB, Woman in Fan y Film Financing Market
La tradicional competición de proyectos de largometraje de ficción de género fantástico, Sitges Pitchbox, ha sido rebautizada como Sitges FanPitch, para definir un nuevo enfoque en su propuesta. Los ganadores no solo tendrán acceso a los premios habituales, sino que optarán a una formación exclusiva en criterios de sostenibilidad e inclusividad.
El acceso a Sitges FanPitch ya está abierto a través de la plataforma Festhome y permanecerá disponible hasta el 22 de agosto. Sitges FanPitch prevé tres premios en forma de bolsas de viaje para acceder a mercados internacionales de género fantástico. Esta edición de Sitges FanPitch está complementada con el Showrunners LAB, un seminario de introducción y asesoramiento sobre la figura del showrunner, una pieza clave en las producciones de serie, mediante la presentación y análisis de dos modelos: el sudamericano y el español. La iniciativa invita a los cinco proyectos de serie seleccionados en la convocatoria de Sitges FanPitch a participar en este laboratorio, que cuenta con la colaboración de dos destacados showrunners: Ruth García (Paraíso, Los protegidos, Perdida, El incidente) y Federico Durán Amorocho (Mil colmillos, El páramo).
El programa Woman in Fan, dirigido a futuras productoras, directoras y guionistas del género fantástico, ya tiene destinatarias para sus becas 2022. Eva Saiz debutó en la dirección con Mujer sin hijo que obtuvo, entre otros premios, la Biznaga a la mejor dirección y mejor corto premio del público en el Festival de Málaga. Su segundo cortometraje, El pensamiento mágico, fue uno de los proyectos seleccionados por el festival de Cannes en la primera edición del Focus Script. Estibaliz Urresola Solaguren ha escrito, dirigido y producido varios cortometrajes como Adri o Polvo somos, así como el largometraje documental Voces de papel, que se estrenó en la sección Zinemira del Festival de San Sebastián. Anna Fernandez De Paco es una cineasta hispano-británica con trabajos en el ámbito del cine, el documental y las bellas artes. En su formación académica destaca el Máster en Dirección de Cine de la Sarajevo Film Academy/ Filmfactory, donde estudió tutorizada por Béla Tarr.
El próximo 11 de octubre, en el marco del Festival de Sitges, se presentará Film Financing Market, un mercado audiovisual que pondrá en contacto a inversores y productores audiovisuales, con el objetivo de convertirse en una referencia mundial. Este año se presentarán los objetivos del Mercado, las bases de participación y el calendario para su puesta en marcha en octubre de 2023. En la jornada de presentación se analizará y se reflexionará sobre las ventajas de la inversión privada en la producción de contenidos audiovisuales, así como sobre la evolución tecnológica del sector, con la colaboración del Clúster Audiovisual de Catalunya, el despacho de abogados Cuatrecasas y Triodos Bank.

 

Libros oficiales

La 55ª edición del Festival ha motivado la creación de dos publicaciones que profundizan en el universo de TRON, por un lado, y en el fantástico dirigido por mujeres, por el otro. Las dos han sido editadas por Hermenaute.
Macros ocultas. Retrofuturos y universos virtuales en la ciencia ficción a propósito de TRON. Hace cuatro décadas, TRON (Steven Lisberger, 1982) reveló un nuevo mundo.
Este libro mira atrás y reflexiona sobre lo que podría haber sido y lo que finalmente fue, lo que queda de aquella película visionaria en la cultura visual contemporánea. Coordinado por Ángel Sala y Jordi Sánchez-Navarro, Macros ocultas cuenta con aportaciones de los propios coordinadores y Asier Mensuro, Elisa McCausland, Diego Salgado, Joan J. Pons, Marta Salicrú y Ben Cardew. Ilustración de cubierta de Miki Edge.
WomanInFan. Topografía del género fantástico dirigido por mujeres. Los patrones culturales y sociales que imperan en la industria del cine han identificado tradicionalmente determinados géneros como propios de la sensibilidad femenina, confiando el liderazgo de proyectos dentro del terror, la ciencia ficción, la acción o del thriller, por ejemplo, a los hombres creadores; mientras que, por su parte, las mujeres no identifican el fantástico como un género a su alcance.
Y aunque han sido tradicionalmente rara avis, los largometrajes de género fantástico dirigidos por mujeres han surgido, sobre todo en los últimos años, dando paso a una cantera más que interesante en la cual destacan nombres como Karen Arthur, Mary Harron, Claire Denis, Marina de Van, Jennifer Lynch, Kathryn Bigelow, las hermanas Wachowski, Karyn Kusama, Anna Biller, Julia Ducournau y un largo etcétera. Libro coordinado por Mónica García Massagué con los autores Alan Jones, Diego López-Fernández, Domingo López, Heidi Honeycutt, Ángel Sala, Violeta Kovacsics y Jordi Sánchez-Navarro. Ilustración de cubierta de Nora Montesinos García.

B-Retina presenta su séptima edición con un amplio avance de programación

El pasado viernes 8 de julio, la organización del Festival de Cine Sèrie B de Cornellà B Retina, hizo pública la programación oficial confirmada hasta la fecha dentro de un acto realizado en el emblemático Castillo de Cornellà.
Sabina Pujol y Òscar Lladó, responsables del dpto. de programación del festival, fueron los maestros de ceremonia encargados de presentar inicialmente tanto el cartel oficial, como el nuevo spot oficial de la séptima edición (Ver Spot) y seguidamente, dieron a conocer los títulos confirmados hasta la fecha.
La sesión doble inaugural gratuita del día 13 de septiembre, correrá a cargo de la premier catalana Lagunas, la guarida del Diablo de Marc Carreté (2022) (Ver Tráiler) y la archi conocida Vampire’s Kiss (El Beso del Vampiro) de Robert Bierman (1988) (Ver Tráiler), primer film incluido dentro del ciclo dedicado a Nicolas Cage.
Hasta el jueves 15 de septiembre, se continuarán las sesiones dobles con entrada libre, donde se incluirá un título protagonizado por nuestro ídolo Nicolas Cage en cada una de ellas, como puede ser The Wicker Man de Neil LaBute (2006) (Ver Tráiler) o también  la grabación en directo de los podcasts dirigidos por Este Podcast Es CanonEstamos Vivas (miércoles 14 y jueves 15 de septiembre respectivamente).
Llegados al 16 de septiembre, contaremos con la presentación del exitoso libro Las 100 primeras películas de Nicolas Cage de Paco Alcázar y Torïo García (2021, Editorial Astiberri) a cargo de sus autores, en la librería Pati Blau de Cornellà de Llobregat.

Actividad Gratuita
Y llegados al viernes 16 de septiembre, comenzará el festival en su formato físico con títulos dentro de su Sección Oficial tan remarcables como:
HOUSEWIFE ALIEN VS GAY ZOMBIE de Andreas Samuelson (2017)
Premier nacional Ver Tráiler
Su director tardó tres años para completar esta comedia con marujas alienígenas y zombis gays, repleta de guiños a los fans del género y diálogos delirantes.
THE STYLIST de Jill Gevargizian (2020) Ver Tráiler
Debut de la cineasta Jill Gevargizian donde recupera la historia de su corto de 2016 con el mismo título, y experiencia propia como peluquera, para ampliar el tormento de su protagonista: peluquera de día… coleccionista de cueros cabelludos de noche.
BLACK MADONNA de Adrià Torres y Gerard Capmany (2022)
Premier mundial Ver Tráiler
A modo de falso documental true crime, el debut de sus directores reconstruye de manera genial los hechos ocurridos a una pareja en crisis por los misteriosos bosques de Montserrat. Folk horror local con espacio también para el humor.
CAROUSHELL 2 de Steve Rudzinski (2021)
Premier nacional Ver Tráiler
Duke ha vuelto y mejora la primera entrega en prácticamente todos los aspectos posibles. Nuestro unicornio de feria preferido, conocerá en esta segunda parte a sus creadores así como el conocimiento de su paternidad.
Además, contaremos también con las siguientes sesiones especiales:
CUTRECON vs B-RETINA: Batalla cinematográfica entre el Festival Invitado Cutrecon de Madrid y el Festival B-Retina, con las proyecciones de Puma-Man de Alberto De Martino (1980) Ver Tráiler VS Sgt. Kabukiman NYPD de Lloyd Kaufman, Michael Herz (1990) Ver Tráiler
Viernes 16/09/2022
Puma-Man: Otra ocasión de ver al gran Donald Pleasance, el cual dijo que Puma-Man fue la peor película de su carrera; bueno, Donald tiene varias joyas dignas de comentar. No importa, Puma-Man es otra  de esas reinterpretaciones a la italiana con muy poco presupuesto pero mucho ¿arte?
Sgt. Kabukiman NYPD:  Uno de nuestros superhéroes favoritos. Esta joya de Troma es un no parar: tiros, ninjas, peleas, humor finísimo, malos muy malos y los mejores superpoderes para combatirlos.
Viaje al más allá con la presencia de Sebastià d’Arbó y presentación del libro Viaje al más allá (Editorial Applehead).
Sesión matinal gratuita – sábado 17/09/2022
Sesión homenaje a Sebastià d’Arbó con la proyección del largometraje debut de su trilogía sobre la parapsicología y lo oculto. Film de referencia que plasmó fenómenos como los exorcismos, fenómenos paranormales, espiritismo y experiencias aterradoras. Y gracias a Applehead Team se presentará el libro 40 años de Viaje al más allá, una obra de referencia que contiene la reedición del libro La verdadera historia del Viaje al más allá, escrito por el propio D’Arbó en 1987, y, por otra parte, el homenaje de Diego Peñalver a la película.
Para finalizar, el domingo 18 de septiembre contará con su tradicional Sesión Matinal Gratuita Infantil y por la tarde, como colofón, nuestro aclamado Concurso Internacional de Cortometrajes, con un galardón de 500 euros para la obra ganadora.

Fernando Franco, Mikel Gurrea, Pilar Palomero y Jaime Rosales competirán por la Concha de Oro en la 70ª edición del Festival de San Sebastián

También formaran parte de la Sección Oficial la proyección especial de ‘El sostre groc (El techo amarillo)’, de Isabel Coixet, y la participación fuera de concurso de la serie ‘Apagón’, dirigida por Rodrigo Sorogoyen, Raúl Arévalo, Isa Campo, Alberto Rodríguez e Isaki Lacuesta.

El Velódromo acogerá tres estrenos mundiales: ‘Rainbow’, de Paco León; ‘Sintiéndolo mucho’, de Fernando León de Aranoa, y ‘Black is Beltza II: Ainhoa’, de Fermin Muguruza.

La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas ha acogido hoy el anuncio de 18 títulos de producción española (quince largometrajes, dos cortos y una serie de televisión) que podrán verse en la Sección Oficial y en las secciones New Directors, Zabaltegi-Tabakalera, Perlak y Velódromo de la 70ª edición del Festival de San Sebastián, que se desarrollará entre el 16 y el 24 de septiembre.
Fernando Franco (Sevilla, 1976) regresa a la competición oficial de San Sebastián con su tercer largometraje, La consagración de la primavera, tras ser reconocido con el Premio Especial del Jurado y la Concha de Plata para la actriz Marian Álvarez por La herida (2013) y ser seleccionado como proyección especial con Morir (2017). La consagración de la primavera narra el encuentro entre una chica de 18 años (Valèria Sorolla) y un joven con parálisis cerebral (Telmo Irureta).
Suro es el debut de Mikel Gurrea (San Sebastián, 1985) en el largometraje, después de que su corto Heltzear fuera estrenado el año pasado en el Festival de Venecia y programado en Zabaltegi-Tabakalera. Protagonizado por Vicky Luengo y Pol López, que encarnan a una pareja que se muda al campo, Suro es el primer proyecto de las residencias de Ikusmira Berriak que compite por la Concha de Oro.
La maternal es la segunda película de Pilar Palomero (Zaragoza, 1980) tras obtener el Goya a la mejor película, a la mejor dirección novel y al mejor guión original por su largometraje de debut, Las niñas (Made in Spain 2020, tras su paso por Berlín y Málaga). Palomero se centra en una adolescente de 14 años (Carla Quílez) y su proceso para aprender a ser madre.
Jaime Rosales (Barcelona, 1970) también regresa a la competición oficial de San Sebastián después de que Tiro en la cabeza (2008) fuera galardonada con el Premio Fipresci y de presentar varias de sus películas en Made in Spain y en Perlak (Petra, 2018). En Girasoles silvestres Anna Castillo encarna a una madre en busca de una vida mejor.

Una producción española será una proyección especial de la Sección Oficial: El sostre groc (El techo amarillo), una no ficción dirigida por Isabel Coixet (Barcelona, 1962) en torno a los abusos sexuales cometidos en el Aula de Teatro de Lleida entre 2001 y 2008. San Sebastián fue el escenario del debut de Coixet como directora, con Demasiado viejo para morir joven (New Directors 1988).
Fuera de concurso participará la serie de Movistar Plus+ Apagón, compuesta por cinco capítulos dirigidos por Rodrigo Sorogoyen, Raúl Arévalo, Isa Campo, Alberto Rodríguez e Isaki Lacuesta, que tiene como punto de partida una tormenta solar que provoca un corte general del suministro de energía.
Además, Alberto Rodríguez presentará también en San Sebastián la película de inauguración, la ya anunciada Modelo 77.

Maria Elorza, en New Directors
La sección New Directors, dedicada a primeras y segundas películas, acogerá A los libros y a las mujeres canto, de Maria Elorza. Elorza (Vitoria-Gasteiz, 1988), cuyos primeros cortometrajes como parte del colectivo Las chicas de Pasaik, Gure Hormek (Zabaltegi-Tabakalera, 2016) y La chica de la luz (Velódromo, 2016), se estrenaron en San Sebastián, y autora también de los multipremiados cortometrajes Ancora Lucciole (2018) y Quebrantos (2020), presentará su primer largometraje en el Festival, construido en torno a un ejército anónimo y desarmado de mujeres que cuida de los libros.

Elena López Riera, Carlota Pereda, Lur Olaizola y Estibaliz Urresola, en Zabaltegi-Tabakalera
La sección Zabaltegi-Tabakalera acogerá la presentación de otro proyecto de las residencias de Ikusmira Berriak, El agua, de Elena López Riera, que fue seleccionado en la pasada Quincena de Realizadores de Cannes. Asimismo, se programará Cerdita, el debut de Carlota Pereda, que se estrenó en el Festival de Sundance. También forman parte de la sección dos cortometrajes del programa Kimuak: Hirugarren koadernoa, de Lur Olaizola, que participará fuera de concurso después de su estreno en Cinéma du Réel, y Cuerdas, de Estibaliz Urresola, que se proyectará tras su paso por la Semana de la Crítica de Cannes.

Isaki Lacuesta, Rodrigo Sorogoyen y Oriol Paulo, en Perlak
La sección Perlak acogerá Un año, una noche, de Isaki Lacuesta, que compitió en la Berlinale, y As Bestas, de Rodrigo Sorogoyen, tras su paso por el Festival de Cannes. Ambos aspiran al Premio del Público Ciudad de Donostia / San Sebastián.
Además, clausurará la sección fuera de concurso Los renglones torcidos de Dios, la adaptación de la novela homónima de Torcuato Luca de Tena, firmada por Oriol Paulo y protagonizada por Bárbara Lennie y Eduard Fernández.

 

Paco León, Fernando León de Aranoa y Fermin Muguruza, en el Velódromo
El Velódromo, una sala con una pantalla de 400 metros cuadrados acondicionada para casi 3.000 espectadores, acogerá los estrenos de Rainbow, la mirada de Paco León sobre el clásico El mago de Oz, con Dora Postigo, Carmen Maura y Carmen Machi; Sintiéndolo mucho, el documental de Fernando León de Aranoa sobre Joaquín Sabina, y la última película de animación de Fermin Muguruza, Black is Beltza II: Ainhoa, cuya primera parte clausuró Zinemira en 2018.

SECCIÓN OFICIAL – A competición
Girasoles silvestres / Wild Flowers
Jaime Rosales (España)
País(es) de producción: España – Francia
Intérpretes: Anna Castillo, Oriol Pla, Quim Àvila, Lluís Marquès, Manolo Solo, Carolina Yuste
Julia, una joven de 22 años y madre de dos niños, se enamora de Óscar, un chico conflictivo con el que comienza una relación. A medida que pasan tiempo juntos, Julia empezará a plantearse si Óscar es la persona que realmente necesita a su lado, lo que la llevará a iniciar un viaje personal en busca de su felicidad y la de su familia.
La Consagración de la Primavera / The Rite of Spring
Fernando Franco (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Valèria Sorolla, Telmo Irureta, Emma Suárez
Laura acaba de llegar a Madrid para estudiar en la Universidad. Una noche, por casualidad, conoce a David, un chico con parálisis cerebral. La relación con él y con su madre proporcionará a Laura el impulso necesario para superar complejos e inseguridades y encarar con confianza una nueva etapa. Una historia sobre ese momento vital en el que todo es posible y sobre cómo los encuentros más inesperados pueden ser determinantes para tu vida.
La Maternal

Pilar Palomero (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Carla Quilez, Ángela Cervantes, Jordan Angel Dumes
Carla tiene 14 años y es una joven desafiante y rebelde. Vive en un viejo restaurante de carretera en las afueras de un pueblo con su joven madre soltera mientras falta a clase y pasa las horas con su amigo Efraín. Cuando la asistenta social se da cuenta de que está embarazada de cinco meses, Carla ingresa en ‘La Maternal’, un centro para madres menores de edad donde comparte su día a día con otras jóvenes como ella. Juntas con sus bebés, se enfrentarán a este nuevo mundo de adultos para el que no les ha dado tiempo a prepararse.
Suro
Mikel Gurrea (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Vicky Luengo, Pol López, Ilyass El Ouahdani
Ikusmira Berriak 2013
Helena e Ivan se proponen construir una nueva vida en los bosques de alcornoques, pero sus diferentes puntos de vista sobre cómo vivir en la tierra emergen, desafiando su futuro como pareja.
SECCIÓN OFICIAL – Fuera de concurso
Apagón / Offworld

Rodrigo Sorogoyen (España), Raúl Arévalo (España), Isa Campo (España), Alberto Rodríguez (España), Isaki Lacuesta (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Luis Callejo, Ainhoa Santamaría, Melina Matthews, Patricia López Arnaiz, Zoé Arnao, Miquel Fernández, Jesús Carroza, María Vázquez, Naira Lleó
Fuera de concurso
Una tormenta solar impacta en la Tierra causando un apagón generalizado. En esa nueva realidad se desarrollan cinco historias de personajes que luchan por adaptarse a un mundo sin electricidad, ni telecomunicaciones, ni medios de transporte, en el que tienen que enfrentarse a sus necesidades, instintos y miedos más básicos.
Modelo 77 / Prison 77

Alberto Rodríguez (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Miguel Herrán, Javier Gutiérrez, Jesús Carroza, Fernando Tejero, Catalina Sopelana, Xavi Sáez
Inauguración
Fuera de concurso
Cárcel Modelo. Barcelona, 1977. Manuel, un joven contable, encarcelado y pendiente de juicio por cometer un desfalco, se enfrenta a una posible pena de entre 6 y 8 años, un castigo desproporcionado para el delito cometido. Pronto, junto a su compañero de celda, Pino, se une a COPEL, un colectivo de presos que luchará por los derechos de los presos comunes y la amnistía. Se inicia una guerra por la libertad que hará tambalearse al sistema penitenciario español. Si las cosas están cambiando fuera, dentro también tendrán que hacerlo. Una historia de amistad, solidaridad y libertad, inspirada en hechos reales. 
SECCIÓN OFICIAL – Proyecciones especiales
El Sostre Groc (El Techo Amarillo)

Isabel Coixet (España)
País(es) de producción: España
Proyecciones especiales
En 2018 un grupo de nueve mujeres presentaron una denuncia contra dos de sus profesores del Aula de Teatro de Lleida por abusos sexuales ocurridos entre los años 2001 y 2008, cuando eran unas adolescentes. Fue demasiado tarde. Por miedo, por vergüenza, porque tardaron mucho tiempo en entender y digerir lo que había pasado, la denuncia llegó cuando el caso ya había prescrito y se archivó. Lo que no sabían es que a pesar de que el caso había prescrito, sus testimonios estaban abriendo una puerta en la que, tal vez,  no todo estaba perdido.
NEW DIRECTORS
A LOS LIBROS Y A LAS MUJERES CANTO / TO BOOKS AND WOMEN I SING
Maria Elorza (España)
País(es) de producción: España
Una mujer casi fue llamada ‘Avioneta’. Otra tuvo una biblioteca en el asiento trasero de su coche. Otra se fractura un dedo con los estantes rebeldes de su librería. Las cigarreras escuchan lecturas mientras trabajan. Las planchadoras recuerdan poemas. A todas ellas, les canto. Contra fuego, agua, polilla, polvo, ignorancia y fanatismo, un ejército anónimo de mujeres cuida de los libros. Es una resistencia íntima, sin épica, sin revolución, sin armas.
ZABALTEGI-TABAKALERA
CERDITA / PIGGY
Carlota Pereda (España)
País(es) de producción: España – Francia
Intérpretes: Laura Galán, Richard Holmes, Carmen Machi, Claudia Salas, Irene Ferreiro, Camille Aguilar, José Pastor, Pilar Castro, Julián Valcárcel, Fernando Delgado-Hierro, Chema del Barco
Durante el sofocante verano extremeño, un misterioso desconocido llega al pueblo de Sara y secuestra a las chicas que la acosan a diario. Y ella lo ha visto todo. Solo Sara puede salvar a las chicas pero, ¿debería hacerlo?
Cuerdas / Chords (Cortometraje)

Estibaliz Urresola Solaguren (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Begoña Suarez, Miguel Garcés, Xanti Aguirrezabalaga, Jone Laspiur
La coral de mujeres a la que pertenece Rita está a punto de disolverse porque han perdido la subvención municipal que les permitía mantener el local de ensayo. Ahora el grupo tiene que decidir si acepta o no el patrocinio de una de las empresas que más contamina en el valle.
El agua / The Water

Elena López Riera (España)
País(es) de producción: Suiza – Francia – España
Intérpretes: Luna Pamies, Bárbara Lennie, Nieve de Medina, Alberto Olmo, Irene Pellicer, Nayara García, Lidia María Cánovas, Pascual Valero
Ikusmira Berriak 2018
Es verano en un pequeño pueblo del sureste de España. Una tormenta amenaza con volver a desbordar el río que lo atraviesa. Una vieja creencia popular afirma que algunas mujeres están predestinadas a desaparecer con cada nueva inundación porque tienen «el agua adentro». Ana vive con su madre y con su abuela en una casa a la que el resto del pueblo mira con suspicacia. En medio de la atmósfera eléctrica que precede a la lluvia, Ana conoce a José a la vez que lucha por aventar a los fantasmas.
Hirugarren koadernoa / Third Notebook (Cortometraje)

Lur Olaizola (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Ana Torrent
Fuera de concurso
Una actriz y una cineasta ensayan un guion cinematográfico. El guion recoge fragmentos del diario que María Dolores González Katarain, Yoyes, escribió durante su exilio en México entre 1980 y 1985, tras haber abandonado ETA. A medida que el guion progresa, destellos y referencias a otras mujeres afloran entre las palabras de Yoyes: Ulrike Meinhof, Simone de Beauvoir, Rocío Díazescobar, Alexandra Kollontai, Tina Modotti. Mientras tanto, afuera oscurece.
PERLAK
Los renglones torcidos de Dios / God’s Crooked Lines

Oriol Paulo (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Bárbara Lennie, Federico Aguado, Loreto Mauleón, Eduard Fernández, Pablo Derqui, Javier Beltrán, Adelfa Calvo
Clausura fuera de concurso
Alice, investigadora privada, ingresa en un hospital psiquiátrico simulando una paranoia para recabar pruebas del caso en el que trabaja: la muerte de un interno en circunstancias poco claras. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentará en su encierro superará sus expectativas y pondrá en duda su propia cordura. Un mundo desconocido y apasionante se mostrará ante sus ojos. El curso que tomarán los acontecimientos la hará pasar de detective a sospechosa en un juego de pistas maestro, en el que nada es lo que parece.
As bestas / The Beasts

Rodrigo Sorogoyen (España)
País(es) de producción: España – Francia
Intérpretes: Denis Ménochet, Marina Foïs, Luis Zahera, Diego Anido, Marie Colomb
Antoine y Olga son una pareja francesa que se instaló hace tiempo en una aldea del interior de Galicia. Allí llevan una vida tranquila, aunque su convivencia con los lugareños no es tan idílica como desearían. Un conflicto con sus vecinos, los hermanos Anta, hará que la tensión crezca en la aldea hasta alcanzar un punto de no retorno.
Un año, una noche / One Year, One Night

Isaki Lacuesta (España)
País(es) de producción: España – Francia
Intérpretes: Nahuel Pérez Biscayart, Noémie Merlant, Quim Gutiérrez, Alba Guilera, Natalia de Molina, C. Tangana
Ramón y Céline son una joven pareja que se encuentra en el local Bataclan de París la noche del 13 de noviembre de 2015. Durante el asalto terrorista, ambos logran, cada uno por su lado, entrar en el camerino de los músicos y refugiarse allí. Al salir ya no son los mismos. Y no saben si podrán volver a serlo…
VELÓDROMO
Black is Beltza II: Ainhoa

Fermin Muguruza (España)
País(es) de producción: España
Ainhoa nace de milagro en La Paz (Bolivia) tras la muerte, en atentado parapolicial, de su madre Amanda. Crece en Cuba y en 1988, a los 21 años, viaja al País Vasco para conocer la tierra de su padre Manex. En pleno conflicto represivo, conoce a Josune, una periodista comprometida, y su cuadrilla de amigas y amigos. Cuando uno de estos muere por sobredosis de heroína, Ainhoa y Josune parten en un viaje iniciático que las llevará por el Líbano, Afganistán y la ciudad de Marsella. Son los últimos años de la Guerra Fría y ambas se adentrarán en el oscuro mundo de las redes de narcotráfico y sus estrechos vínculos con las tramas políticas.
Rainbow

Paco León (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Dora Postigo, Carmen Maura, Carmen Machi, Luis Bermejo, Ayax Pedrosa, Wekaforé Jibril
Dora es una adolescente con un talento extraordinario para la música y una energía interior difícil de contener. Tras una fuerte discusión con su padre el día de su cumpleaños, Dora se marcha de casa en compañía de su perro Totó y comienza un viaje en busca de su madre, a la que no ha conocido porque desapareció cuando ella era un bebé. Por el camino va haciendo nuevos amigos con los que se embarca en un road trip rumbo a Ciudad Capital, pero también se enfrenta a peligrosos enemigos que tratan de impedir por todos los medios que descubra el misterio de su pasado. Pero la vitalidad y la magia de Dora le ayudan a llegar al final de su viaje, que es el principio de otro.
SINTIÉNDOLO MUCHO / FEELING IT

FERNANDO LEÓN DE ARANOA (España)
País(es) de producción: España – México
Retrato de Joaquín Sabina sin bombín, hecho a muy pocos centímetros de su piel, con nocturnidad y alevosía, por su amigo, el cineasta Fernando León de Aranoa. Un relato como su voz, áspero, directo y sin ecualizar, que cuenta sin atenuantes la intimidad del artista, sus bambalinas, su cara B. Que comienza cuando baja del escenario, que le acompaña en lo cotidiano, y así en lo inesperado: en la risa y en el drama. Sintiéndolo mucho es el resultado de trece años de rodaje juntos, y recorre todos los escenarios de Joaquín Sabina, públicos y privados, luminosos y ocultos. Un paseo por las claves de su vida y de su trabajo: por lo que le mueve, por lo que le inspira, por lo que le duele, desarrollado siempre a partir de situaciones vivas, compartidas, entre músico y cineasta. 

 

Programación online del Atlàntida Film Fest 2022

 

«After Blue», de Bertrand Mandico.

En su duodécima edición, que se celebrará entre el 24 de julio y el 24 de agosto, la programación online del festival de Filmin presenta más de 100 títulos.
Después de dar a conocer, la semana pasada, la programación de la edición en Palma de su festival de cine, Filmin presenta hoy su edición online, que se celebrará en la plataforma entre el 24 de julio y el 24 de agosto. Atlàntida Film Fest 2022 ofrecerá a lo largo del mes más de 100 títulos sin estreno comercial en nuestro país, que incluyen 48 estrenos absolutos en España. Una vez más, Europa -su identidad, sus gentes, sus problemas y sus retos de futuro- será el eje principal que articulará las diferentes películas del festival.

UNA NUEVA SECCIÓN OFICIAL
La gran novedad de la presente edición es que por primera vez Atlàntida Film Fest incluirá una Sección Oficial a competición, dotada con un premio de 10.000 euros a la distribución, y que tiene como leit motiv los dilemas y conflictos a los que deben hacer frente las nuevas generaciones. 13 serán los largometrajes a concurso: el debut en la dirección del conocido actor barcelonés Francesc Cuéllar, con el drama metacinematográfico «Jusqu’ici, tout va»; el vibrante thriller psicológico «Heartbeast», debut de la finlandesa Aino Suni; el thriller histórico «Bruno Reidal, confesión de un asesino», de Vincent Le Port; la última ganadora del Premio César a la Mejor Ópera Prima, «Magnetic Beats», de Vincent Maël Cardona, y «Softie», de Samuel Theis, ganadora de la úlitma edición del D’A Film Fest. A ellas se suman la italiana «Una femmina, código de silencio», de Francesco Costabile; la suiza «Soul of a Beast», de Lorenz Merz, doblemente premiada al Festival de Locarno; la ucraniana «Rhino», de Oleg Sentsov; la polaca «Other People», de Aleksandra Terpinska; la franco-kosovar «La colina donde rugen las leonas», de Luàna Bajrami, el frenético thriller «Runner», de Andrius Blazevicius o la aclamada «Farha», en la que somos testigos de la Guerra entre Israel y Palestina a través de los ojos de una adolescente. La sección oficial a competición la completa una película de animación que viene de conquistar Cannes y Annecy, «Los secretos de mí padre» de Vera Belmont y Xavier Picard. Estas películas optarán al premio de la sección que otorgará un jurado compuesto por Leticia Dolera, Eneko Sagardoy, Nacho Vigalondo y los jóvenes estudiantes Mateu Bibiloni, Paula Martín y Sophi Burgüer. Además entre estos títulos se fallará también el Premio del Público, que deciden los espectadores de Filmin con sus votos en la plataforma, y el Premio de la Crítica, organizado en colaboración con la Asociación Catalana de la Crítica y la Escritura Cinematográfica (ACCEC).

FUENTE INAGOTABLE DE PROPUESTAS
El resto de la programación se divide en 10 secciones temáticas que vertebran el festival. En Atlàntida Literary, por ejemplo, resuenan los nombres de Patricia Highsmith, protagonista del documental «Amando  a Highsmith»; Milan Kundera, objeto de estudio en «Kundera: De la broma a la insignificancia»; Marguerite Duras, objeto de deseo de «Quiero hablar sobre Duras», la última película de Claire Simon; o Marcel Proust, autor de la obra de teatro que ensayan los actores de «Guermantes», de Christophe Honoré, antes de que el Covid-19 les obligue a cambiar de planes.

En Atlàntida Premiere recuperamos algunos de los grandes títulos del cine de autor de la temporada, avalados por su paso previo por algunos de los mayores festivales del mundo. Encontramos obras como «After Blue», la última alucinación del singular Bertrand Mandico, autor de la película de culto «The Wild Boys»; «Atlantide», de Yuri Ascarani, fascinante retrato generacional de los jóvenes que pululan por los canales de Venecia con sus flamantes lanchas; «Earwig», la última obra de la reina del cine fantástico europeo, Lucile Hadzihalilovic, Premio Especial del Jurado en el último Festival de San Sebastián; la durísima «Animals» de Nabil Ben Yadir, sobre el primer crimen homófobo registrado jurídicamente en Bélgica; o «Kung Fu Zohra», de Mabrouk El Mechri («JCVD»), que responde con humor y artes marciales a la violencia machista.

«Kung Fu Zohra», de Mabrouk El Mechri.

De la sección Domestic, centrada en títulos que reflexionan sobre el impacto de la sociedad y el sistema en la vida íntima de las personas, destacan la película basada en hechos reales «A Change of Heart», sobre el romance inesperado entre una mujer próxima a la extrema derecha francesa y un inmigrante iraní; «America Latina», de los hermanos D’Innocenzo, controvertida pelicula que compitió en Sección Oficial en el Festival de Venecia; «Brighton 4th», gran triunfadora, con tres premios, en el Festival de Tribeca; o «Rose», drama sobre la vejez protagonizado por Françoise Fabian, la actriz de «Mi noche con Maud» (Eric Rohmer, 1969).

Las nuevas generaciones son de nuevo protagonistas de la sección Fábulas generacionales y sus realidades, donde destacan «Pequeño cuerpo», la mejor ópera prima del año en Italia, dirigida por Laura Samani; «Hacia mi nombre», documental sobre la transexualidad masculina producido por Elliot Page; «Una revolución pornográfica», sobre una productora suiza de cine porno feminista; o las películas españolas «Fail Better», «La amiga de mi amiga», «Miss Futuro», «Tener tiempo»«Valldaura: A Quarentine Cabin» y el corto «Matar a la madre». Además, el festival recupera en versión remasterizada una de las películas europeas clave de la década de los 80: «Yo, Cristina F.», oscura mirada al mundo de la heroína en el Berlín de los años 70 dirigida por Uli Edel.

«Pequeño cuerpo», de Laura Samani.

El cineasta ucraniano Sergei Loznitsa será uno de los protagonistas de la duodécima edición de Atlàntida Film Fest. El festival le dedica una retrospectiva que incluye once de sus títulos, entre ellos el documental «Mr. Landsbergis», que es además una de las propuestas más interesantes de la sección Memoria histórica. En ella encontramos nombres como los de Kornél Mundruczó, autor de «Evolution», obra casi experimental sobre las heridas de la II Guerra Mundial en el interior de Europa; Carolina Astudillo, directora de «Canción a una dama en la sombra», drama epistolar sobre el bando republicano en la Guerra Civil; Tomasz Wolski, quien en «1970» mezcla archivo y animación con marionetas para recrear la violenta respuesta del gobierno de su país a una manifestación; o Dziga Vertov, uno de los padres del cine soviético, de quien se rescatan en edición remasterizada dos películas.

En la sección Controversia, que incluye títulos llamados a generar debate, encontramos «Copilot», sobre la vida previa a los atentados de uno de los terroristas responsables del 11-S; «Our Men», con Louise Garrel como protagonista, drama que refleja cómo es la vida de las esposas de los legionarios en los campamentos militares; «Tralala», musical de los hermanos Larrieu protagonizado por Mathieu Amalric; o la sátira excéntrica «Bloody Oranges», de Jean-Cristophe Meurisse.

La ganadora del Festival de Karlovy Vary, «As Far As I Can Walk», es una de las propuestas destacadas de la sección Conflictos del siglo XXI, donde los espectadores podrán descubrir también el Mejor Documental del último Festival de Berlín, «Diarios de Myanmar». La crisis de los refugiados, la guerra de Ucrania o el conflicto entre Israel y Palestina son otros de los grandes temas que abordan las películas de esta sección.

Finalmente, el mejor cine balear de la temporada se dará cita en la sección Balearics.

Todas las películas de Atlàntida Film Fest estarán disponibles en Filmin del 24 de julio al 24 de agosto sin coste añadido para los suscriptores.

Esta es la programación completa de la edición online de Atlàntida Film Fest 2022:
SECCIÓN OFICIAL A COMPETICIÓN
“Heartbeast”, de Aino Suni (Alemania, Finlandia, Francia, 2022)
“Una femmina: código de silencio”, de Francesco Costabile (Italia, 2022)
“Magnetic Beats”, de Vincent Maël Cardona (Francia, 2021)
“Farha”, de Darin J. Sallam (Jordania, 2022)
“Rhino”, de Oleg Sentsov (Ucrania, 2021)
“Jusqu’ici tout va”, de Francesc Cuéllar (España, 2022)
“Soulf of a Beast”, de Lorenz Merz (Suiza, 2021)
“Runner”, de Andrius Blazevicius (Lituania, 2021)
“Softie”, de Samuel Theis (Francia, 2021)
“Bruno Reidal: Confesión de un asesino”, de Vincent Le Port (Francia, 2021)
“Other People”, de Aleksandra Terpinska (Polonia, 2021)
“Las colinas donde rugen las leonas”, de Luàna Bajrami (Francia, 2021)
“Los secretos de mi padre”, de Vera Belmont y Xavier Picard (Francia, Bélgica, 2020)
ATLÀNTIDA PREMIERE
“Animals”, de Nabil Ben Yadir (Bélgica, Francia, 2021)
“Earwig”, de Lucile Hadzihalilovic (Reino Unido, Francia, Bélgica, 2021)
“The Score”, de Malachi Smyth (Reino Unido, 2022)
“Kung Fu Zohra”, de Mabrouk El Mechri (Francia, 2022)
“Cop Secret”, de Hannes Þór Halldórsson (Islandia, 2021)
“She Will”, de Charlotte Colbert (Reino Unido, 2021)
“After Blue”, de Bertrand Mandico (Francia, 2021)
“Atlantide”, de Yuri Ancarani (Italia, Francia, Estados Unidos, Qatar, 2021)
“99 Moons”, de Jan Gassmann (Suiza, 2022)
“Girl Picture”, de Alli Haapasalo (Finlandia, 2022)
ATLÀNTIDA LITERARY
“Amando a Highsmith”, de Eva Vitija-Scheidegger (Suiza, Alemania, 2022)
“Quiero hablar sobre Duras”, de Claire Simon (Francia, 2021)
“Kundera: De la broma a la insignificancia, de Milos Smídmajer (Rep. Checa, 2021)
“Los Emigrantes”, de Erik Poppe (Suecia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Noruega, 2021)
“Guermantes” de Christophe Honoré (Francia, 2021)
“La fiebre de Petrov”, de Kirill Serebrennikov (Rusia, Francia, Suiza, Alemania, 2021)
“The Timekeepers of Eternity”, de Aristotelis Maragkos (Grecia, Reino Unido, 2021)
DOMESTIC
“A Change Of Heart”, de Jérémie Elkaïm (Francia, 2021)
“América Latina”, de Damiano y Fabio D’Innocenzo (Italia, Francia, 2021)
“Rose”, de Aurélie Saada (Francia, 2021)
“El paraíso del pavo real”, de Laura Bispuri (Italia, Alemania, 2021)
“The Dawn”, de Dalibor Matanic (Croacia, 2021)
“Inventory”, de Darko Sinko (Eslovenia, 2021)
“Brighton 4th”, de Levan Koguashvili (Georgia, Rusia, 2021)
“La vida me sienta bien”, de Al Hadi Ulad-Mohand (Marruecos, Francia, 2021)
“Cinema Sabaya”, de Orit Fouks Rotem (Israel, 2021)
“Marina y Ulay: Sin final previsto”, de Kasper Bech Dyg (Dinamarca, 2021)
“Passion”, de Maja Borg (Suecia, España, 2021)
FÁBULAS GENERACIONALES Y SUS REALIDADES
“Pequeño cuerpo”, de Laura Samani (Italia, Francia, Eslovenia, 2021)
“Theo y las metamorfosis”, de Damien Odoul (Francia, Suiza, 2021)
“Miss Osaka”, de Daniel Dencik (Dinamarca, Noruega, Japón, 2021)
“Miss Futuro”, de Antonio Morales (España, 2021)
“Brotherhood”, de Francesco Montagner (Italia, Rep. Checa, 2021)
“Just Animals”, de Saila Kivelä y Vesa Kuosmanen (Finlandia, 2022)
“Hacia mi nombre”, de Bassetti Nicolò (Italia, 2022)
“Una revolución pornográfica”, de Patrick Muroni (Suiza, 2022)
“Fail Better”, de Eva Garrido (España, 2022)
«La amiga de mi amiga» (Zaida Carmona, 2022)
“Futura”, de Pietro Marcello, Francesco Munzi y Alice Rohrwacher (Italia, 2021)
“Tener tiempo”, de Mario Alejandro Arias, Gabriela Alonso Martínez y Nicolás Martin Ruiz (España, 2021)
“Valldaura: A Quarentine Cabin”, de Manuel Logar (España, 2022)
“Yo, Cristina F.”, de Uli Edel (RFA, 1981)
«Matar a la madre» (Corto), de Omar Ayuso (España, 2022)
MEMORIA HISTÓRICA
“Evolution”, de Kornél Mundruczó (Hungría, 2021)
“Broken Keys”, de Jimmy Keyrouz (Líbano, Francia, Estados Unidos, Chipre, 2021)
“El tesoro de su juventud”, de Bruce Weber (Estados Unidos, 2021)
“La travesía”, de Florence Miailhe (Francia, Rep. Checa, Alemania)
“Canción a una dama en la sombra”, de Carolina Astudillo (España, 2021)
“Mr. Landsbergis”, de Sergei Loznitsa (Lituania, Holanda, 2021)
“1970”, de Tomasz Wolski (Polonia, 2021)
“The History of the Civil War”, de Dziga Vertov y Nikolai Izvolov (URSS, 1922)
“Anniversary of the Revolution”, de Dziga Vertov (URSS, 1918)
CONTROVERSIA
“Our Men”, de Rachel Lang (Bélgica, Francia, 2021)
“Copilot”, de Anne Zohra Berrached (Alemania, Francia, 2021)
“Un policía desaparece”, de Frédéric Videau (Francia, 2022)
“The Staff Room”, de Sonja Tarokic (Croacia, 2021)
“Tralala”, de Arnaud y Jean Marie Larrieu (Francia, 2021)
“Milagro”, de Bogdan George Apetri (Rumanía, Rep. Checa, Letonia, 2021)
“Bloody Oranges”, de Jean-Christophe Meurisse (Francia, 2021)
CONFLICTOS DEL SIGLO XXI
“Diarios de Myanmar”, de The Myanmar Film Collective (Myanmar – Birmania, 2022)
“Honorable Men”, de Roni Aboulafia (Israel, 2020)
“Trincheras”, de Loup Bureau (Francia, 2021)
“The First 54 Years”, de Avi Mograbi (Israel, Francia, Finlandia, Alemania, 2021)
“La lluvia incesante”, de Alina Gorlova (Ucrania, 2020)
“The Devil’s Drivers”, de Daniel Carsenty y Mohammed Abugeth (Francia, Alemania, Líban, Palestina, Qatar, Israel, 2021)
“Europa”, de Haider Rashid (Irak, Italia, Kuwait, 2021)
“Europe”, de Philip Scheffner (Alemania, 2022)
“La Guerra de Miguel”, de Eliane Raheb (Líbano, Alemania, España, 2021)
“As Far As I Can Walk”, de Stefan Arsenijevic (Serbia, Francia, Luxemburgo, Bulgaria, Lituania, 2021)
“Fear”, de Ivaylo Hristov (Bulgaria, 2020)
“Tropic of Violence”, de Manuel Schapira (Francia, 2022)
BALEARICS
“Álbum Pere Joan”, de Emili Manzao y Claire Roquigny (España, 2022)
“Pedra i oli”, de Àlex Dioscórides (España, 2022)
“Petricor”, de Victoria Morell (España, 2022)
“Margalida”, de Constança Amengual y Francesca Mas (España, 2022)
“Gota entre gotas”, de Jaume Rodríguez (España, 2022)
“Si Talía fuera ciega”, de Antonio Gil Aparicio (España, 2021)
“Judit” (Cortometraje), de Ana Gago (España, 2022)
“Vacua” (C), de Margalida Adrover (España, 2022)
“Pedis Possessió” (C), de Aina Climent (España, 2021)
“Pregunta” (C), de Toni Sastre y Biel Jordà (España, 2022)
“El nido” (C), de David Ordinas (Espala, 2022)
FOCO SERGEI LOZNITSA
“Blokada” (2006)
“My Joy” (2010)
“Maidan” (2014)
“El último imperio” (2015)
“Austerlitz” (2016)
“Donbass” (2018)
“The Trial” (2018)
“Victory Day” (2018)
“State Funeral” (2019)
“Babi Yar. Context” (2021)
“Mr. Landsbergis” (2021)

 

«Modelo 77» de Alberto Rodríguez, inaugurará la 70ª edición del Festival de San Sebastián

Protagonizada por Miguel Herrán y Javier Gutiérrez, entre otros intérpretes, la película se proyectará fuera de concurso el día 16 de septiembre.
El nuevo largometraje del cineasta sevillano Alberto Rodríguez, Modelo 77, inaugurará fuera de concurso la 70ª edición del Festival de San Sebastián. Se trata de un thriller ambientado en la España de la Transición política y protagonizado por Miguel Herrán y Javier Gutiérrez, entre otros intérpretes. El filme, la quinta participación de su director en la Sección Oficial, se proyectará tras la gala de inauguración que el Auditorio Kursaal acogerá el 16 de septiembre.
Inspirada en hechos reales, la película es una historia de amistad, solidaridad y libertad. La acción comienza en la cárcel Modelo de Barcelona, donde Manuel (Miguel Herrán), un joven contable a la espera de juicio por desfalco, se enfrenta a una pena de entre 6 y 8 años, un castigo desproporcionado para el delito cometido. Junto a Pino (Javier Gutiérrez), su compañero de celda, se une a un grupo de presos comunes que lucha por sus derechos y por la amnistía en los albores de la democracia en España tras 40 años de dictadura.

Alberto Rodríguez (Sevilla, 1971) debutó con El factor Pilgrim (2000), largometraje codirigido junto a Santi Amodeo con el que visitó el Festival de San Sebastián por primera vez y ganó una mención especial en New Directors. Con El traje / The Suit (2002) repitió, ya en solitario, en el mismo apartado y su debut en la Sección Oficial fue 7 vírgenes / 7 virgins (2005), con la que el actor Juan José Ballesta obtuvo la Concha de Plata al mejor actor. Le siguieron After (2009), nominada a tres premios Goya, y Grupo 7 / Unit 7 (2012), proyectada en Made in Spain y candidata al Goya en 16 categorías.

El director regresó a la competición oficial de San Sebastián con La isla mínima / Marshland (2014), que antes de alzarse con 10 premios Goya obtuvo la Concha de Plata al mejor actor para Javier Gutiérrez y el Premio del Jurado a la mejor fotografía para Álex Catalán. Después volvió a concursar con El hombre de las mil caras / Smoke and Mirrors (2016), que brindó a Eduard Fernández la Concha de Plata, y presentó la serie La peste / The Plague (2017) en la Sección Oficial fuera de concurso.
Modelo 77 / Prison 77
Alberto Rodríguez (España)
País(es) de producción: España
Intérpretes: Miguel Herrán, Javier Gutiérrez, Jesús Carroza, Fernando Tejero, Catalina Sopelana, Xavi Sáez
Inauguración
Fuera de concurso
Cárcel Modelo. Barcelona, 1977. Manuel, un joven contable, encarcelado y pendiente de juicio por cometer un desfalco, se enfrenta a una posible pena de entre 6 y 8 años, un castigo desproporcionado para el delito cometido. Pronto, junto a su compañero de celda, Pino, se une a COPEL, un colectivo de presos que luchará por los derechos de los presos comunes y la amnistía. Se inicia una guerra por la libertad que hará tambalearse al sistema penitenciario español. Si las cosas están cambiando fuera, dentro también tendrán que hacerlo. Una historia de amistad, solidaridad y libertad, inspirada en hechos reales. 

 

El Festival de San Sebastián inaugura en Tabakalera su gran exposición del 70 aniversario

Hasta el 24 de septiembre se puede visitar ‘Imagina un Festival’, que a través de una veintena de pantallas muestra cientos de vídeos que suman más de 150 minutos de contenido.
El Festival de San Sebastián, que celebrará su 70ª edición del 16 al 24 de septiembre, ha inaugurado hoy en el Centro Internacional de Cultura Contemporánea-Tabakalera, sede del certamen, una gran exposición para celebrar su aniversario. Coorganizada por Tabakalera en colaboración con el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación Foral de Gipuzkoa, la muestra Imagina un Festival está planteada como un homenaje a la industria del cine, a los medios de comunicación, a las salas de proyección, a la propia ciudad y, por supuesto, al público que abarrota las salas edición tras edición.
Desde hoy y hasta el 24 de septiembre, la exposición mostrará a través de varias instalaciones audiovisuales repartidas en distintos espacios públicos de Tabakalera los principales hitos de la historia del Festival, presentado “como una obra colectiva en la que todas las personas somos protagonistas”, según el concepto de Carlos Rodríguez y Asun Lasarte, de Morgancrea, la productora que ha comisariado una exposición que mediante una veintena de pantallas muestra cientos de vídeos que suman más de 150 minutos de contenido.
Junto a quienes han diseñado la exposición han participado en la presentación de hoy el director del Festival, José Luis Rebordinos, y la directora de Tabakalera, Edurne Ormazabal, así como el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, y el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, en representación de las instituciones colaboradoras.

¡Sigue la alfombra roja!
Presente en el Festival desde sus inicios, la alfombra roja ejerce de guía en una exposición a la que se puede acceder desde la entrada principal de la plaza de las Cigarreras o desde el acceso inferior de la plaza Nestor Basterretxea. En total, se han utilizado más de 200 metros de alfombra que, a ratos suspendida sobre las cabezas de quienes visiten la exposición, marcará un camino que se puede transitar de diversas formas en distintos puntos del espacio público de Tabakalera.
Si se accede a la Plaza de la planta 0 por la plaza Nestor Basterretxea la primera instalación que se puede visitar se compone de ocho pantallas dedicadas al Público. Por un lado, propone un recorrido por el ambiente de la alfombra roja y los cines en distintas etapas del Festival y, por otro, muestra la selección de fotografías que la ciudadanía ha enviado expresamente a la exposición atendiendo a la llamada del certamen: son instantáneas y selfis con nombre y apellidos que las personas asiduas al Festival se sacaron en su día junto a distintas estrellas y personalidades.
Las escaleras que conducen a la primera planta desembocan en la instalación Media, centrada en el papel de los medios de comunicación que han contribuido a la difusión internacional del Festival y a preservar su memoria a través de escritos, entrevistas, fotografías y audiovisuales. Como si de un gran libro o periódico se tratara, dos grandes pantallas verticales reproducen una selección de imágenes, titulares y declaraciones de algunos de los personajes más relevantes que han pasado por San Sebastián en estos 70 años.

Sin abandonar la primera planta, un largo pasillo adquiere la forma de Photocall, presidido por una pantalla gigante de 24 x 4 metros sobre la que se reproducen las imágenes lanzadas simultáneamente desde cinco proyectores. Se trata de un espacio mágico por cuya alfombra roja se puede pasear y contemplar a más de 800 personalidades que han visitado el Festival durante siete décadas. Los contenidos de este túnel del tiempo se presentan de modo cronológico, de forma que, situados a cierta distancia, el público podrá ver simultáneamente y en movimiento a Gloria Swanson, Kirk Douglas, Audrey Hepburn, Harrison Ford, Bette Davis, Robin Williams y Brad Pitt, entre muchos otros.
Por último, al fondo del pasillo una cortina da acceso a la última estancia, denominada Zinea y concebida como una gran sala de cine en la que distintas pantallas sincronizadas permiten recordar los instantes más icónicos de la historia del Festival.
Por un lado, a la izquierda se sitúan tres grandes pantallas que proyectan de modo aleatorio momentos inolvidables: desde las multitudinarias acogidas a Sophia Loren, Liz Taylor, Bette Davis, Denzel Washington o Bradley Cooper, al paseo de John Travolta por la Concha, los estrenos de Star Wars y La máscara del zorro, o la sorpresa que se llevó Penélope Cruz antes de recibir su Premio Donostia de manos de Bono (U2).

Por otra parte, dos cubos suspendidos en el centro de la sala hacen un guiño al Kursaal de Rafael Moneo y proyectan en sus distintas caras imágenes relacionadas con ocho temas entre los que figuran las salas de cine de la ciudad, los jurados del Festival, sus premios, la organización o los nuevos talentos.
Finalmente, hay dos proyecciones que muestran cómo ha evolucionado la concha, principal distintivo gráfico del certamen, y una animación de los carteles oficiales de las 70 ediciones, así como una mediateca que a través de dos pantallas táctiles permite navegar por la historia del Festival descubriendo o rememorando reportajes, entrevistas, entregas de premios, personajes y películas.

Talleres infantiles, visitas guiadas y un concurso
En torno a la exposición se han organizado talleres infantiles (para niñas y niños de 3 a 6 años y de 7 a 11) los miércoles y jueves por la mañana y los sábados por la tarde, y visitas guiadas dirigidas al público adulto, los martes por la tarde y los domingos por la mañana. Las personas que estén interesadas en las actividades, que son de carácter gratuito, podrán inscribirse a través de las páginas web del Festival y de Tabakalera. Además, quienes visiten la exposición podrán participar en un concurso de preguntas vinculadas a los contenidos de la muestra. Entre las respuestas acertadas se sortearán entradas para la 70ª edición del Festival y objetos de merchandising.
La exposición permanecerá abierta todos los días, de lunes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas.
La exposición ‘Vive le cinéma!’, a partir del viernes
Además de colaborar en la organización de Imagina un Festival, Tabakalera se volcará con el 70º aniversario a través de otra exposición, Vive le cinéma!, que abrirá sus puertas este viernes 8 de julio. En ella se mostrarán instalaciones artísticas firmadas por cuatro cineastas internacionales: Jia Zhang-ke, Lemohang Jeremiah Mosese, Isaki Lacuesta y Dea Kulumbegashvili, los dos últimos ganadores de tres Conchas de Oro.

 

La actriz Macarena Gómez es la protagonista del cartel de la Semana de Terror 2022

La actriz Macarena Gómez será durante los próximos meses la imagen oficial de la 33ª Semana de Cine Fantástico de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, que tendrá lugar entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre.
Una ilustración protagonizada por Macarena, realizada por el dibujante Carlos Fdez (Penrider), es la imagen de la Semana 2022, en la que también tiene un protagonismo especial una araña, símbolo del festival desde sus comienzos.
La coordinación y el diseño del cartel han corrido a cargo de Arteuparte Estudio.
Macarena Gómez, convertida en los últimos años en una de las actrices más representativas del fantástico español gracias a películas como Platillos volantes (Óscar Aibar, 2013), Las brujas de Zugarramurdi (Álex de la Iglesia, 2013) o Pieles (Eduardo Casanova, 2017), ha visitado la Semana con películas como Dagon (Stuart Gordon, 2001), uno de sus primeros trabajos, o Musarañas (Esteban Roel y Juanfer Andrés), que inauguró la edición de 2014.
En palabras de Carlos Fdez: «Para realizar este trabajo buscábamos algo inquietante. Tras varias pruebas nos decidimos por un impactante plano frontal en el que la mirada de Macarena directa al espectador aportara toda la fuerza a la ilustración».
Macarena Gómez
Desde que debutara como actriz hace 20 años, Macarena Gómez ha participado en más de 80 proyectos entre cine, televisión y teatro por los que ha recibido casi medio centenar de premios y nominaciones, incluyendo la nominación a Mejor Actriz en los premios Goya por su papel en Musarañas.
Lleva 12 temporadas siendo una de las protagonistas de «La que se avecina» (2007-), una de las series más exitosas de España, y recientemente ha protagonizado la serie de HBO «30 monedas» (2020-), con la que volvió a ponerse a las órdenes de Álex de la Iglesia tras Las brujas de Zugarramundi y cuya 2ª temporada se encuentra rodando.
Carlos Fdez (penrider.com)
Nacido en Madrid en 1980, sin realizar estudios oficiales en Bellas Artes aprendió a dibujar haciendo algunos cursos de ilustración y cómic en la Escuela Superior de Dibujo Profesional de Madrid (ESDIP) y sobre todo de manera autodidacta invirtiendo muchas horas.
Obtenida cierta visibilidad y ayudado por las redes sociales, ha participado en diferentes exposiciones colectivas, culminando en 2020 con su primera exposición individual en Haven Gallery en Nueva York.
Especializado en el dibujo a lápiz, su trabajo trata de describir atmósferas misteriosas a través de delicados degradados, con una visión trágica del mundo y una temática surrealista a través de la cual representa sueños, sentimientos y emociones. Le interesa la soledad de los incomprendidos, ama la naturaleza, los animales y el espacio exterior.
Siempre intenta contar una pequeña historia con un final abierto a diferentes interpretaciones para involucrar al espectador.

 

Exposición homenaje a Luis Gasca en la Semana de Terror de 2022

KOLDO MITXELENA Kulturunea (KMK) y Donostia Kultura / Semana de Terror, con la colaboración del Festival de Cine, organizan la exposición LUIS GASCA: Cómics y cine, que estará abierta entre el 8 de septiembre y el 8 de noviembre en Okendo Kultur Etxea.
Luis Gasca (Donostia / San Sebastián, 1933-2021), figura fundamental del cómic y el cine españoles, editor, historiador, guionista y coleccionista, director del Festival de Cine (siempre recordado por ser el responsable del estreno europeo en el Zinemaldia en 1977 de La guerra de las galaxias), apasionado de la imagen, dedicó gran parte de su vida al mundo del tebeo.
La exposición, comisariada por Asier Mensuro y Álvaro Pons, pretende rendir homenaje a la trayectoria profesional y vital de Gasca, parte de cuyo legado se encuentra en KOLDO MITXELENA Kulturunea (KMK).

 

La editorial Hermenaute publicará para la Semana un libro sobre el canibalismo en el cine

Hermenaute editará para la Semana una publicación escrita por Antonio José Navarro dedicada al canibalismo en el cine, que tendrá su reflejo en la programación de la Semana de 2022.
El periodista y escritor cinematográfico Antonio José Navarro, que ha colaborado en las publicaciones de la Semana desde hace años, entre otras como coordinador del libro colectivo American Gothic. El cine de terror USA 1968-1980 (2007) y autor de Líbranos del mal. Un estudio cultural del cine de posesiones demoníacas y exorcismos (2021), editado por Hermenaute para la Semana del año pasado, se adentra en este ensayo en cómo el cine fantástico se ha acercado al canibalismo a lo largo de su historia.

El Festival de San Sebastián otorgará un Premio Donostia a David Cronenberg

El director y guionista canadiense recibirá la distinción durante una gala en el Teatro Victoria Eugenia tras la que se proyectará ‘Crimes of the Future’, su nuevo largometraje.
El director y guionista canadiense David Cronenberg (Toronto, 1943) recibirá un Premio Donostia de la 70ª edición del Festival de Sebastián, que reconocerá con su máxima distinción honorífica la carrera de uno de los cineastas más singulares del último medio siglo. El 21 de septiembre el Teatro Victoria Eugenia acogerá la ceremonia de entrega del galardón, tras la que se proyectará Crimes of the Future (2022), el largometraje protagonizado por Viggo Mortensen, Léa Seydoux y Kristen Stewart que concursó en el último Festival de Cannes.
Maestro del horror biológico, de las atmósferas turbadoras y de un universo tan personal como intransferible, Cronenberg ha dirigido una veintena de largometrajes entre los que destacan obras convertidas en clásicos de géneros como la ciencia ficción, el terror, el drama psicológico o el thriller. También es autor de numerosos trabajos para televisión.
En 2004 el Festival de San Sebastián proyectó Crash (1996) en el marco de la retrospectiva Incorrect@s y tres años después Cronenberg visitó San Sebastián por primera y única vez hasta la fecha para inaugurar la Sección Oficial a concurso con Eastern Promises (Promesas del Este, 2007). El canadiense se suma así al listado de directoras y directores que también han recibido el Premio Donostia, entre quienes destacan Francis Ford Coppola, Woody Allen, Oliver Stone, Agnès Varda, Hirokazu Koreeda y Costa-Gavras.
Hijo de una pianista y de un escritor, David Cronenberg creció entre libros y cómics que cimentaron su interés por la cultura y el cine. Autodidacta, sus primeros trabajos fueron cortos como Transfer (1966) y From the Drain (1967), a los que siguieron sus primeros largometrajes, de corte experimental, Stereo (1969) y Crimes of the Future (1970), cuyo título coincide con el de su película más reciente. En estas obras primerizas podían rastrearse ya los rasgos de una filmografía marcada por temas como la enfermedad, la violencia, el sexo, el cuerpo o la experimentación científica.

Esta última está muy presente en la primera etapa de su obra, por ejemplo, en Shivers (Vinieron de dentro de…, 1975), Rabid (Rabia, 1977) o The Brood (Cromosoma 3, 1979), en las que conviven parásitos asesinos, plagas violentas y terapias fallidas para tratar psicópatas. También firmó encargos como Fast Company (1979), una película sobre carreras de coches, aunque los títulos que forjaron su prestigio como autor dentro del cine de género más radical fueron Scanners (1981), sobre un grupo de personas con mortales poderes mentales, y Videodrome (1983), una de las cimas de la estética de la Nueva Carne. Tras narrar en The Fly (La mosca, 1986) la asfixiante historia de un científico que se transforma en insecto, contó con Jeremy Irons para protagonizar dos de sus siguientes películas: Dead Ringers (Inseparables, 1988), en la que el actor se desdobló para encarnar a unos atormentados ginecólogos gemelos, y M. Butterfly (1993), el ambiguo romance entre una misteriosa diva de la ópera y un diplomático francés en la China de los años 60.
Cronenberg ha llevado a la pantalla novelas de escritores tan icónicos como Stephen King —The Dead Zone (La zona muerta, 1983)—, William Burroughs —The Naked Lunch (El almuerzo desnudo, 1991), quizá su mayor obra de culto— y J.G. Ballard, a quien adaptó en Crash (1996), que analizaba la excitación sexual de varios personajes al sufrir accidentes automovilísticos y que obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes. Tras adentrarse en la realidad virtual con eXistenZ (1999) y asomarse a los abismos de la enfermedad mental en Spider (2002), el cineasta canadiense inauguró una etapa en su filmografía en la que el fantástico dejó de ser el ingrediente principal de su cine, hasta que ahora, 20 años después, acaba de estrenar Crimes of the Future (2022), una revisión o compendio de sus antiguas obsesiones que será Proyección Premio Donostia en la 70ª edición del Festival de San Sebastián.
Esta última película supone su cuarta colaboración con el actor Viggo Mortensen, con quien primero rodó A History of Violence (Una historia de violencia, 2005), un thriller sobre un hombre marcado por un intrigante pasado. Los otros filmes son Eastern Promises (Promesas del Este, 2007), una inmersión en el infierno de la mafia rusa de Londres, y A Dangerous Method (Un método peligroso, 2011), en la que Mortensen interpretaba a Sigmund Freud. Los dos últimos títulos anteriores a Crimes of the Future fueron Cosmopolis (2012), adaptación de la novela de Don DeLillo, y Maps to the Stars (2014), una ácida reflexión sobre la fama.

En ambos trabajos participó Robert Pattinson, uno de los últimos en sumarse a la amplia nómina de estrellas con las que David Cronenberg ha trabajado a lo largo de su dilatada carrera y en la que destacan, entre otras, Juliette Binoche –otro de los Premios Donostia de esta edición–, Gabriel Byrne, Willem Dafoe, Geena Davis, Michael Fassbender, Ralph Fiennes, Jeff Goldblum, Ed Harris, Holly Hunter, William Hurt, Keira Knightley, Jude Law, Jennifer Jason Leigh, Miranda Richardson, Martin Sheen, James Spader, Christopher Walken, Naomi Watts, Peter Weller y James Woods.
David Cronenberg también ha intervenido como actor en películas de otros cineastas como, por ejemplo, en Nightbreed (Razas de noche, 1990, Clive Barker), To Die For (Todo por un sueño, 1995, Gus Van Sant), Extreme Measures (Al cruzar el límite, 1996, Michael Apted) y Falling (2020), a cuyo director, Viggo Mortensen, felicitó a través de un vídeo cuando recibió en el Kursaal el Premio Donostia en 2020. Además, ha sido distinguido con la Orden de Canadá y es Oficial de la Orden de las Artes y las Letras y Caballero de la Legión de Honor francesas. En 2014 publicó su primera novela, Consumed: A Novel (Consumidos).
Crimes of the Future

David Cronenberg (Canadá)
País(es) de producción: Canadá – Grecia
Intérpretes: Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart, Scott Speedman, Welket Bungué
A medida que la especie humana se adapta a un entorno sintético, el cuerpo sufre nuevas transformaciones y mutaciones. Saul Tenser (Viggo Mortensen), célebre artista de performance, muestra públicamente la metamorfosis de sus órganos en actuaciones vanguardistas con su compañera Caprice (Léa Seydoux). Timlin (Kristen Stewart), una investigadora del Registro Nacional de Órganos, sigue obsesivamente sus movimientos, y es entonces cuando se descubre a un misterioso grupo… Su misión: utilizar la notoriedad de Saul para arrojar luz sobre la siguiente fase de la evolución humana.

Los neones de «Tron» iluminan Sitges 2022

Las nuevas propuestas de Dario Argento, Quentin Dupieux o Peter Strickland integran una Sección Oficial que acoge el género más diverso e innovador
En la actual era de la hiperconexión y los metaversos, el Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya mira atrás y se adentra en los mundos virtuales y deslumbrantes de Tron (Steven Lisberger, 1982) para celebrar su cuadragésimo aniversario. Visionario y pionero, el film protagonizado por Jeff Bridges inspira el cartel de la 55ª edición del certamen e invita a un viaje al otro lado de la pantalla. Del 6 al 16 de octubre, Sitges volverá a ser el epicentro del cine de género y la cita anual indispensable para todos sus fans.
El cartel de esta edición ha sido elaborado, un año más, por la agencia China. Sobre el proceso creativo que han desarrollado, comentan: “Para los que vamos teniendo una edad, es muy especial poder trabajar alrededor de un clásico de nuestra infancia y de la ciencia ficción como Tron, una obra más actual que nunca con palabras como metaverso o realidad virtual colándose en casi cualquier conversación. Tomando como inspiración el universo gráfico en el cual Kevin Flynn se ve atrapado al penetrar en los circuitos de su ordenador, vimos la oportunidad de recuperar el gran icono del festival y, por primera vez, cederle todo el protagonismo. Realidad virtual y Sitges, fusionados en una imagen concebida desde el digital y para el digital. Para diseñarla, hemos apostado por el artista visual barcelonés Sergi Delgado quien, con su estilo minimalista, jugó y exploró con efectos ópticos hasta encontrar el equilibrio entre la sencillez y rotundidad que todo cartel necesita y el desorden de unas líneas distorsionadas e inmersivas que, de cerca, te invitan a entrar literalmente en el leit motiv de esta edición.
Sitges 2022 avanza los primeros títulos confirmados dentro de su programación de Sección Oficial. Películas predominantemente europeas que aportan diferentes miradas al fantástico de directores con gran recorrido y habituales de Sitges, como Dario Argento, Quentin Dupieux o Peter Strickland, junto con nombres que despuntan como Hanna Bergholm o Léa Mysius.

El maestro Dario Argento vuelve una década después de su último trabajo Drácula 3D con Occhiali Neri (Dark Glasses), sobre una joven invidente que, con la ayuda de un niño chino, intenta acabar con un asesino en serie. El cineasta italiano despliega su universo sangriento inimitable en un film interpretado por Ilenia Pastorelli y Asia Argento, y que supone el reencuentro con uno de los imprescindibles del terror.
El rey francés del absurdo, Quentin Dupieux, presentará sus dos últimas películas en Sitges 2022. Incroyable mais vrais, con un reparto formado por Alain Chabat, Léa Drucker, Anaïs Demoustier y Benoît Magimel, es una divertida y excéntrica comedia sobre un matrimonio y el misterioso sótano de su nueva vivienda, que llega al Festival después de su paso por Berlín. Con Fumer fait tousser, Dupieux propone una sátira del cine de superhéroes, con tortugas demoníacas, que se presentó en Cannes en sección oficial fuera de concurso y que vuelve a contar con Anaïs Demoustier y Alain Chabat, a los cuales se unen Adèle Exarchopoulos, Vincent Lacoste y Benoît Poelvoorde.
Otro clásico de Sitges es Peter Strickland. El nuevo trabajo del director británico, Flux Gourmet, se centra en un colectivo gastronómico, sus inquietudes artísticas y luchas de poder, mientras exploran el concepto de “cocina sónica”. Asa Butterfield y Gwendoline Christie son los protagonistas de esta propuesta al mismo tiempo delirante e inquietante.
De Finlandia llega Hatching, la ópera prima de Hanna Bergholm, una historia de terror familiar, arriesgada y sorprendente, con criatura monstruosa incluida. Una combinación de coming-of-age y body horror que tuvo su presentación mundial a Sundance, donde Bergholm se reveló como una de las promesas más sólidas del género.
Otro debut femenino destacado es Les cinq diables, de Léa Mysius, guionista habitual de cineastas como Claire Denis, Jacques Audiard o Arnaud Desplechin. Presentada en la Quincena de Realizadores de Cannes, el film se sitúa a medio camino entre el thriller y el drama con toques fantásticos; una historia familiar al pie de los Alpes sobre una niña con una sensibilidad olfativa extraordinaria y protagonizada por Adèle Exarchopoulos y Daphne Patakia.

El director gallego Alberto Vázquez presentará en Sitges Unicorn Wars, largometraje de animación antibelicista de coproducción francesa que ha competido recientemente en la sección oficial del festival de Annecy. Vázquez, ganador de tres premios Goya, reflexiona en el film sobre el origen de los conflictos bélicos a través de la historia de una guerra ancestral entre oseznos y unicornios.
Coupez!, la película inaugural de Cannes 2022, también estará en el Festival. Michel Hazanavicius dirige el remake de One Cut of the Dead -la sorprendente comedia de zombis japonesa que supuso todo un fenómeno en Sitges 2018- manteniendo su espíritu festivo y meta, con Romain Duris y Bérénice Bejo.
Vuelve el thriller a Órbita
La 55ª edición del Festival recupera Órbita, la sección dedicada al thriller, que toma fuerzas renovadas y presenta un adelanto de dos títulos procedentes de Corea del Sur, una de las cinematografías más poderosas actualmente.
Hunt, el debut en la dirección de Lee Jung-jae -protagonista de El juego del calamar– es un frenético thriller de espías ambientado en la Corea del Sur de los años 80. Acción criminal de violencia desbordante que aterrizará en Sitges después de verse en Cannes en sección oficial fuera de concurso.
Lee Sang-yong firma The Roundup, la secuela de Ciudad sin ley (Kang Yoon-sung, 2017). La película coreana más taquillera del año, que ha logrado cifras pre-pandémicas, es un thriller de acción criminal protagonizado por Ma Dong-seok, popular por sus papeles en Train to Busan o Eternals.
Industria: Sitges Fanlab y Woman in Fan
El programa del Festival de Sitges para la visibilización y la incorporación de la mujer creadora en la cinematografía fantástica presenta una convocatoria para la realización de un corto-teaser.
Woman in Fan propone con este concurso la creación de una pieza para su circulación en el mercado audiovisual. Así pues, el corto teaser tiene que servir como muestra de una idea de largometraje de corte fantástico.
El programa amplía de este modo su campo de actuación hasta la producción cinematográfica para apoyar al trabajo de las cineastas dentro de la industria del género fantástico.
La Comisión de evaluación seleccionará diez proyectos entre todos los presentados de los cuales habrá un ganador. Los nueve finalistas y el proyecto ganador tendrán derecho a participar en varias formaciones del Sitges Fanlab durante la 55ª edición del certamen. Además, la cineasta ganadora dispondrá de un presupuesto de 10.000 euros, que serán destinados íntegramente a la producción del corto-teaser ganador, con el apoyo del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya en las funciones de producción del proyecto. La presentación del proyecto se realizará dentro del marco de la edición correspondiente del Festival.

 

El Festival de San Sebastián dedicará una retrospectiva al director francés Claude Sautet

En la 70ª edición se inaugurará una nueva colección de libros editados en colaboración con Filmoteca Vasca y el primer número tratará sobre el cineasta galo.
El Festival de San Sebastián dedicará una retrospectiva, con la colaboración de Filmoteca Vasca, al director y guiónista francés Claude Sautet (1924-2000), autor de películas tan celebradas como Classe tous risques (A todo riesgo, 1960), Les choses de la vie (Las cosas de la vida, 1970) y Max et les ferrailleurs (Max y los chatarreros, 1971). Conocido por sus colaboraciones con artistas como Romy Schneider, Michel Piccoli o Emmanuelle Béart, Sautet se situó en una cierta encrucijada en la historia del cine francés: no pertenecía a la generación de los realizadores de posguerra ni formó parte de la Nouvelle Vague.
Nacido en Montrouge en 1924 y fallecido en París en 2000, Sautet comenzó en la industria del cine en 1950 como ayudante de dirección y trabajó en una docena de filmes entre comedias y relatos criminales realizados por André Cerf, Edouard Molinaro y Richard Pottier. Su película más importante como asistente fue la última en la que desempeñó esta función, Les yeux sans visage (Los ojos sin rostro, 1960), influyente película de Georges Franju en cuyo guión también participó.
Antes había dirigido su primer filme, Bonjour sourire! (1956), una comedia musical bien alejada de lo que luego desarrolló en el grueso de su filmografía. La peculiaridad es que estuvo protagonizada por Henri Salvador, importante cantante y guitarrista que cultivó el jazz, la bossa nova, la chanson y el rock’n’roll.
Los primeros intereses del Sautet director se deslizaron hacia el polar, género al que aportó Classe tous risques (A todo riesgo, 1960), protagonizada por uno de los actores más representativos del género, Lino Ventura, y basado en una novela de otro nombre crucial para la literatura y el cine policíaco francés, José Giovanni. Un año antes, Sautet ya había coincidido con Ventura en otro polar, Le Fauve est lâché (La fiera anda suelta, 1959), en el que firmó el guión y parece ser que rodó algunas secuencias, aunque la película está acreditada a Maurice Labro en solitario. Eran los tiempos de la eclosión de la Nouvelle Vague y aunque Sautet no formó parte del movimiento, ahí estaba Jean-Paul Belmondo encarnando a un delincuente en A todo riesgo como lo había hecho en À bout de souffle (Al final de la escapada, 1960), de Jean-Luc Godard.
Sautet siguió vinculado al cine criminal y a José Giovanni al participar en el guión de Symphonie pour un massacre (Ronda de crímenes, 1963), de Jacques Deray, y en varios filmes policíacos más. Alternó su faceta como guiónista para otros con la realización y escritura de sus propias películas, siempre dentro del género, como en su nuevo encuentro con Lino Ventura en L’Arme à gauche (Armas para el Caribe , 1965), esta vez con soporte literario del estadounidense Charles Williams.
Y con el cambio de década Sautet inauguró la etapa más fecunda y popular de su carrera gracias al impulso de Romy Schneider y Michel Piccoli, una de las mejores parejas del cine francés de los primeros años 70. Sus colaboraciones con el infalible tándem interpretativo fueron Les choses de la vie (Las cosas de la vida, 1970), donde ambos fueron vértices de un triángulo amoroso, y Max et les ferrailleurs (Max y los chatarreros, 1971), una incursión distinta en el policíaco con Piccoli-Schneider atrayéndose y rechazándose en los papeles de un policía y una prostituta. Yves Montand se unió al grupo a partir de César et Rosalie (Ella, yo y el otro, 1972), con Schneider, yVincent, François, Paul et les autres… (Tres amigos, sus mujeres y… los otros, 1974), con Piccoli.
El éxito de esta especie de díptico sobre las crisis sentimentales y existenciales de diversos personajes de mediana edad marcó un nuevo tono en la obra de Sautet. El drama se volvió más oscuro en Mado (1976), su último filme con Piccoli; Une histoire simple (Una vida de mujer, 1978), la última colaboración con Schneider, y Garçon! (1983), el último con Montand. Todas son películas centradas en desencuentros y reencuentros amorosos, en la idea de agarrarse a una última oportunidad.
Sautet realizó también un drama centrado en la rehabilitación emocional y familiar de un drogadicto, Un mauvais fils (1980), y una comedia romántica bien distinta, Quelques jours avec moi (1988), interpretada por Sandrine Bonnaire y Daniel Auteuil, además de devolverle el favor a Giovanni escribiéndole el guión de Mon ami le traître.
Después encontró en Emmanuelle Béart a una nueva actriz con la que se sintió tan seguro como con Schneider. Con ella realizó sus dos últimos filmes, Un coeur en hiver (Un corazón de invierno, 1992) y Nelly et Mr. Arnaud (Nelly y el Sr. Arnaud, 1995), dramas delicados sobre triángulos amorosos y atracciones inesperadas.
Su último trabajo se encuadró en el Collectif de Cinéastes Pour les Sans-Papiers, colectivo formado por 200 directores, productores, exhibidores y distribuidores franceses –entre ellos Sautet, Bertrand Tavernier, Jacques Audiard, Sólveig Anspach, Catherine Corsini, Laurent Cantet, Philippe Garrel, Lola Doillon y Alain Bergala– que firmaron un manifiesto en forma de cortometraje en apoyo a todos los inmigrantes ilegales en Francia, Nous, sans-papiers de France (1997).
En la 70ª edición del Festival, que tendrá lugar del 16 al 24 de septiembre, se inaugurará una línea de libros de cine editados en colaboración con Filmoteca Vasca y cuyo primer número estará dedicado a Claude Sautet. Esta nueva etapa se abre tras la finalización de la fructífera colección de publicaciones que en los últimos años el Festival de San Sebastián ha coeditado junto a Filmoteca Española.

 

Terry Gilliam, Premio Luis Buñuel de la 50ª edición del Festival Internacional de Cine de Huesca

EL GALARDÓN DESTACA UNA DE LAS TRAYECTORIAS MÁS DESTACADAS DEL SÉPTIMO ARTE CON RECONOCIMIENTOS EN CANNES, BERLÍN, VENECIA, LOS GLOBOS DE ORO Y LOS PREMIOS OSCAR.
EL INTEGRANTE ORIGINAL DE LOS MONTY PYTHON Y AUTOR DE OBRAS COMO BRAZIL, 12 MONOS, MIEDO Y ASCO EN LAS VEGAS O LOS CABALLEOS DE LA MESA CUADRADA Y SUS LOCOS SEGUIDORES ESTARÁ EN HUESCA PARA RECOGER EL GALARDÓN EL MIÉRCOLES 15 DE JUNIO.
 El Festival Internacional de Cine de Huesca concederá el Premio Luis Buñuel de su 50ª edición al director, guionista, actor y productor Terry Gilliam. El cineasta nominado al Premio Oscar estará presente en la capital altoaragonesa el miércoles 15 de junio para recibir este tributo a toda su trayectoria; una carrera donde aparecen películas que forman ya parte de la historia del cine como Brazil, El rey pescador, 12 monos, Miedo y asco en Las Vegas, Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores o Las aventuras del Barón Munchausen. Una filmografía que “posee un lenguaje cinematográfico con una clara seña de identidad y donde además el cortometraje siempre ha estado presente. No puede haber mejor nombre para este galardón y más en nuestras ‘bodas de oro’” explica Rubén Moreno, director de la cita oscense que celebra este importante aniversario del 10 al 18 de junio.
El Teatro Olimpia será la sede que acogerá la gala homenaje a la figura del cineasta de nacionalidad británica aunque nacido en Estados Unidos; una velada que culminará con la proyección de su último largometraje tras las cámaras: El hombre que mató a Don Quijote. Basada en la obra cumbre de Miguel de Cervantes, este proyecto forjó una leyenda a su alrededor tras más de dos décadas de producción y varios rodajes que se vieron interrumpidos por todo tipo de incidencias inesperadas; una historia que dio lugar incluso a su propio documental. El largometraje finalmente llegaría a la gran pantalla en 2018 cuando tuvo su premier mundial en el Festival de Cannes; protagonizado por los nominados al Oscar Jonathan Pryce y Adam Driver, el reparto acumula importantes nombres del audiovisual español como Jordi Mollá, Rossy de Palma, Óscar Jaenada o Sergi López y obtuvo también dos Premios Goya (Mejor direccion de producción y Mejor maquillaje y peluquería).
El nombre de Terry Gilliam pasa así a engrosar el imponente palmarés de personalidades que atesoran el Premio Luis Buñuel, estrellas del celuloide como Bertrand Tavernier, Marisa Paredes, Stephen Frears, Carlos Saura, Ángela Molina, Jean-Claude Carrière, Costa-Gavras, Álex de la Iglesia, Gonzalo Suárez, los hermanos Taviani o Isabel Coixet, entre muchos otros, son sólo algunos de los más recientes.
UN CINE CON SELLO DE IDENTIDAD
Terry Gilliam (Minnesota, 1939) es un cineasta en el más amplio sentido de la palabra: director, guionista, actor, productor y animador. Nacido en Estados Unidos y nacionalizado británico en la década de los 60, Gilliam fue uno de los miembros originales de los Monty Python, grupo humorístico clave en la escena anglosajona de los 60 y los 70. Su pasión por el séptimo arte despertó con nombres como Georges Mélies, Walt Disney o Stanley Kubrick.
Tras haber mostrado su talento en el mundo de la televisión, el cortometraje sería su puerta de entrada para el séptimo arte, Storytime y Miracle of Flight darían paso a su debut en el largometraje junto a su compañero de los Monty Python, Terry Jones. Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (1975) se ha consagrado a lo largo de los años como un título clásico y una de las mejores comedias de todos los tiempos.
Gilliam probaría suerte tras las cámaras en solitario con La bestia del reino (1977) y Los héroes del tiempo (1981); un periodo donde también participaría como actor y guionista en un título icónico como La vida de Brian, Terry Jones sería en este caso el director de esta comedia ambientada en tiempos de Jesucristo. Jones y Gilliam volverían a unirse en la dirección en 1983 para rodar El sentido de la vida, pero el reconocimiento unánime de la industria le llegaría en solitario con Brazil (1985), una sátira que lograría dos nominaciones a los Oscar, una de ellas para el propio cineasta por el Mejor Guion Original.
A finales de los 80 cerraría la que se conoce como su “trilogía de la imaginación” con Las aventuras del Barón Munchausen; una cinta rodada en Belchite (Aragón) y aplaudida unánimemente por la crítica especializada, que lograría cuatro nominaciones a los Premios Oscar y se llevaría tres premios BAFTA.
La década de los 90 arrancaría con El rey pescador (1991), una cinta protagonizada por Jeff Bridges y Robin Williams, que le daría a este último un Globo de Oro y una nominación al Oscar por su interpretación. La película presentada en el Festival de Venecia, obtendría allí el León de Plata para el propio Gilliam como mejor director. Cuatro años más tarde llegaría 12 Monos, otro rotundo éxito seleccionado en Berlín; un largometraje donde de nuevo brillan grandes estrellas de Hollywood como Bruce Willis o Brad Pitt, de hecho este último conseguiría el espaldarazo definitivo para su carrera por parte de la crítica con un Globo de Oro y siendo nominado a los Oscar. El decenio lo cierra con Miedo y asco en Las Vegas para la que cuenta con Johnny Depp y Benicio del Toro, un título de culto que le llevó a competir por la Palma de Oro en Cannes.
El arranque del nuevo siglo coincide con el desarrollo y malogrado rodaje de El hombre que mató a Don Quijote, una revisión de la obra más popular de Cervantes que sufre todo tipo de problemas y vicisitudes durante su preparación, para ser finalmente cancelada y dar lugar a un documental sobre su frustrado proceso de creación.
El secreto de los Hermanos Grimm y Tideland suponen su regreso tras las cámaras, antes de adentrarse en otro proyecto plagado de dificultades: El imaginario del Doctor Parnassus. El último trabajo como actor de Heath Ledger, una película que el interprete del Joker en El Caballero Oscuro dejó inconclusa tras su fallecimiento y el propio Terry pensó en cancelar, finalmente optaría por completar el metraje con el fichaje de otros tres actores para completar el personaje (Jude Law, Johnny Depp y Colin Farrell).
Las últimas películas del multipremiado cineasta son The Wholly Family, ganador del Premio del Cine Europeo al Mejor Cortometraje en 2011; The Zero Theorem, presentada en Venecia, y El hombre que mató a Don Quijote, el proyecto que finalmente rodó en España y vio la luz en el Festival de Cannes.

La Seminci recordará a Bardem y Pasolini en su 67 edición

La Semana Internacional de Cine de Valladolid rendirá un homenaje especial a dos grandes del cine, Juan Antonio Bardem y Pier Paolo Pasolini, en el centenario de su nacimiento este año 2022. 
El festival recordará la figura de los cineastas con el ciclo Pasolini/Bardem: 100 años. Dos faros del cine europeo, que incluirá una selección de sus títulos más significativos y que podrán verse en la próxima 67 edición del 22 al 29 de octubre.
Bardem y Pasolini fueron coetáneos y compartieron lazos unidos por el neorrealismo italiano, movimiento de gran trascendencia a nivel mundial, y con especial influencia en el cine español. Junto a Pasolini grandes nombres como Visconti, De Sica o Fellini,  ejemplos del movimiento italiano. Y junto a Bardem otros cineastas que recogían esa influencia como Nieves Conde o Berlanga. Todos ellos con un elemento común, el contenido social de sus obras que muestran la realidad de la época.
Pier Paolo Pasolini es considerado uno de los cineastas y poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Su figura ha estado vinculada a nuestro festival desde sus comienzos. Fue protagonista de la ponencia ‘La espiritualidad del cine de Pasolini’ en el año 1976, como complemento a la proyección de Teorema, inédita en España, y que fue rescatada por el festival para homenajear el cineasta asesinado un año antes. En 1985 se le rinde tributo de nuevo en el décimo aniversario de su muerte, en la conocida como ‘Noche Pier Paolo Pasolini’, la madrugada del 1 al 2 de noviembre, con proyecciones y diversas actividades dedicadas al director durante ocho horas consecutivas y con gran afluencia de público.
En esta ocasión SEMINCI quiere conmemorar el centenario de su nacimiento con la proyección de seis de sus largometrajes: Mamma Roma (1962), El evangelio según Mateo (1964), Pajaritos y pajarracos (1966), Teorema (1968), Los cuentos de Canterbury (1972), y Saló, o los 120 días de Sodoma (1975).
La trayectoria de Juan Antonio Bardem destaca por su visión comprometida e innovadora que se refleja en los más de veinte títulos que componen su filmografía, sin olvidar su faceta como guionista y productor.
Su carrera profesional fue reconocida con galardones como la Medalla de Oro de las Bellas Artes, que se le concedió en 1986, y recibió la Espiga de Oro especial de SEMINCI en 1987 donde también fue miembro del Jurado Internacional en 1993.  Además recibió el Goya de Honor por toda su carrera cinematográfica en 2002, año en el que falleció con 80 años.
SEMINCI recordará su figura con la proyección de los siguientes títulos:  Esa pareja feliz (1951), Muerte de un ciclista (1955), Calle Mayor (1956),  Nunca pasa nada (1963),  A las cinco de la tarde (1961), y El puente (1976).

Juliette Binoche protagoniza el cartel oficial de la 70 edición del festival de San Sebastián

La actriz francesa recibirá el Premio Donostia en una gala que incluirá la proyección de ‘Avec amour et acharnement (Fuego)’, película dirigida por Claire Denis.
La compañía donostiarra Dimensión ha diseñado el póster a partir de un retrato de la fotógrafa Brigitte Lacombe.
La colección de carteles de este año es un homenaje a la mirada y a todas las formas de mirar la vida y el cine.
Juliette Binoche, una de las actrices europeas más internacionales, protagoniza el cartel oficial de la 70 edición del Festival de San Sebastián, que se celebrará del 16 al 24 de septiembre. Ganadora de un Óscar por su trabajo en The English Patient (El paciente inglés, Anthony Minghella, 1996), la intérprete francesa visitará la ciudad por cuarta vez para recibir uno de los Premios Donostia de este año en reconocimiento a una dilatada carrera en la que ha encarnado a cerca de 75 personajes, desde heroínas poderosas a seres frágiles, pasando por personajes históricos, roles dramáticos y papeles cómicos.
La ceremonia de entrega del galardón tendrá lugar en el Auditorio Kursaal y contará con la Proyección Premio Donostia de Avec amour et acharnement / Both Sides of the Blade (Fuego, 2022), película con la que Claire Denis ganó el Oso de Plata a la Mejor dirección en el último Festival de Berlín y que cuenta en su elenco con Vincent Lindon, Grégoire Colin y la propia Binoche.
La compañía donostiarra Dimensión, encargada de elaborar los carteles de este año, ha empleado un retrato de Juliette Binoche captado por la fotógrafa Brigitte Lacombe para crear el póster oficial de la 70 edición en el que destaca el nombre de la actriz. Nacida en Francia y afincada en Nueva York, Lacombe ha realizado icónicos e íntimos retratos de algunos célebres artistas, figuras de la política e intelectuales de todo el mundo, al tiempo que ha documentado rodajes de cineastas como Wes Anderson, Sofia Coppola, Federico Fellini, Michael Haneke, Lynne Ramsay, Martin Scorsese, Quentin Tarantino y Steven Spielberg, entre otros.

 

Zinemira, la sección dedicada al cine vasco, tendrá por primera vez su propio cartel dentro de una colección de imágenes que pretenden ser “un homenaje a la mirada” y “a todas las formas de mirar la vida y el cine”. Según recuerda Guille Viglione, responsable de Dimensión, “el cine es una forma de mirar, el director construye una realidad filtrada por su mirada, el espectador ensancha su visión del mundo y los intérpretes miran a cámara para transmitir la esencia de su personaje”.

“En estos tiempos dispersos, cuantas más cosas pretendemos ver, menos tiempo nos queda para observar.  Así que podemos afirmar que detener la mirada en algo, es apreciarlo. Observar, capturar los detalles, desmenuzar con los ojos, no sólo involucra a la vista, también al sentimiento”, apuntan desde Dimensión, compañía independiente que “desde 1988 cree en la combinación de la estrategia, la creatividad y la tecnología para provocar mejoras en la sociedad y generar negocio” para sus clientes.

Tras dar sus primeros pasos en el teatro y formarse como actriz en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, Juliette Binoche (París, 1964) debutó en el cine con Liberty Belle (Pascal Kané, 1983), a la que siguieron algunos papeles en obras de cineastas como Jean-Luc Godard (Je vous salue, Marie / Yo te saludo, María, 1985), Jacques Doillon (La vie de famille, Sección Oficial, 1985) o André Techiné (Rendez-vous / La cita, 1985), con quien volvió a coincidir años más tarde en Alice et Martin (Alice y Martin, 1998). La icónica Mauvais sang (Mala sangre, 1986) supuso su primera colaboración con Leos Carax, a cuyas órdenes también filmó Les amants du Pont-Neuf (Los amantes del Pont-Neuf, 1991).
Desde los inicios de su carrera ha alternado títulos rodados en francés con otros muchos realizados en inglés como las adaptaciones literarias de The Unbearable Lightness of Being (La insoportable levedad del ser, Philip Kaufman, 1988), Wuthering Heights (Cumbres borrascosas, Peter Kosminsky, 1992) o Damage (Herida, Louis Malle, 1992), en las que actuó con Daniel Day-Lewis, Ralph Fiennes y Jeremy Irons, respectivamente. Otras figuras con las que ha compartido reparto durante su carrera son Mathieu Amalric, Daniel Auteuil, Judi Dench, Steve Carell, Catherine Deneuve, Johnny Depp, Ethan Hawke, Mathieu Kassovitz, Samuel L. Jackson, Denis Lavant, Olivier Martinez, Clive Owen y Robert Pattinson.

Binoche encarnó a una mujer en duelo en la película que inauguró la célebre trilogía de Krzysztof Kieslowski, Trois couleurs: Bleu (Tres colores: Azul, Zabaltegi, 1994), por cuyo trabajo recibió el Premio a la Mejor actriz en el Festival de Venecia y un Premio César, distinción a la que ha optado en nueve ocasiones más. También fue la novelista George Sand en Les enfants du siècle (Confesiones íntimas de una mujer, Diane Kurys, 1999). Pero el reconocimiento internacional masivo le llegó gracias a su inolvidable personaje de enfermera en The English Patient (El paciente inglés, 1996), que le proporcionó el Óscar a la Mejor actriz de reparto y el Premio a la mejor actriz en el Festival de Berlín.
Ha trabajado al mando de cineastas europeos como Jean-Paul Rappeneau, que clausuró fuera de concurso la Sección Oficial del Festival de San Sebastián con Le hussard sur le toit (El húsar en el tejado, 1995); Chantal Akerman (Un divan à New York / Romance en Nueva York, 1996), Patrice Leconte (La veuve de Saint-Pierre / La viuda de Saint-Pierre, 2000), Lasse Hallström (Chocolat, 2000), John Boorman (Country of My Skull / Un país en África, 2004) y Michael Haneke, con quien ha rodado dos obras fundamentales: Code inconnu: Récit incomplet de divers voyages (Código desconocido, 2000) y Caché (Escondido, 2005). En 2002, además, protagonizó Décalage horaire (Jet Lag, Danièle Thompson), filme con el que visitó San Sebastián por primera vez para clausurar la Sección Oficial fuera de competición.

Otros títulos destacados de su filmografía incluyen Mary (Abel Ferrara, Perlak, 2005), Le voyage du ballon rouge (El vuelo del globo rojo, Hou Hsiao-Hsien, 2007), Disengagement (Amos Gitai, 2007) y Shirin (Abbas Kiarostami, 2008), con cuyo director volvió a trabajar en Copie conforme (Copia certificada, 2010), una historia de amor ambientada en la Toscana que le valió el Premio a la Mejor actriz en el Festival de Cannes.
Juliette Binoche ha compaginado papeles en grandes superproducciones de acción como Godzilla (Gareth Edwards, 2014) o Ghost in the Shell (Ghost in the Shell: el alma de la máquina, Rupert Sanders, 2017) con trabajos para autores de la talla de David Cronenberg (Cosmópolis, 2012), Isabel Coixet (Nadie quiere la noche, 2015) o Bruno Dumont, con quien ha actuado en Ma Loute (La alta sociedad, 2016) y Camille Claudel 1915 (2013), en la que encarnó a la reconocida escultora Camille Claudel. También son frecuentes sus incursiones con el cineasta Olivier Assayas, que la ha dirigido en L’heure d’été (Las horas del verano, Perlak, 2008), Clouds of Sils Maria (Viaje a Sils Maria, 2014) y Doubles vies (Dobles vidas, 2018).

En 2018 la actriz regresó a San Sebastián para presentar dos películas que compitieron en la Sección Oficial: Vision (Viaje a Nara / Vision), un relato místico de Naomi Kawase, y High Life, una nueva colaboración con Claire Denis enmarcada en el género de la ciencia ficción que obtuvo el Premio Fipresci. Junto a esta directora, con quien ya había rodado Un beau soleil intérieur (Un sol interior, 2017), ha trabajado recientemente en una película que compitió en la última Berlinale, Avec amour et acharnement (Fuego, 2022), la historia de un triángulo amoroso que Binoche forma junto a Vincent Lindon y Grégoire Colin. Será la Proyección Premio Donostia que acogerá el Auditorio Kursaal tras la gala en la que la actriz recibirá el galardón.
Entre sus últimos trabajos también figuran La vérité (La verdad, Perlak, 2019), de Hirokazu Koreeda, con quien la actriz viajó a San Sebastián por tercera vez, y Ouistreham (En un muelle de Normandía, Emmanuel Carrère, 2021), que el año pasado participó en Perlak y se alzó con el Premio del Público Ciudad de Donostia / San Sebastián a la mejor película europea.

La fotógrafa francesa Brigitte Lacombe es conocida por su faceta de influyente y reveladora retratista. Ha mostrado su trabajo en salas y revistas de todo el mundo y sus monografías incluyen Lacombe Anima / Persona (2008) y Lacombe Cinema/ Theater (2001). Durante cuatro décadas, su cámara ha captado a grandes artistas, estrellas, representantes de la política e intelectuales. Entre otros galardones, ha logrado el Premio Eisenstaedt en la categoría de fotografía de viaje (2000) y ha sido reconocida con el Premio Lucie en el ámbito del retrato y la fotografía de viajes (2012), así como con el premio a toda su carrera otorgado por el Art Directors club Hall of Fame (2010).
Además, se ocupó de la foto fija en rodajes de películas tan icónicas como All President’s Men (Todos los hombres del presidente, Alan J. Pakula, 1976), Il Casanova di Federico Fellini (Casanova, Federico Fellini, 1976) y Close Encounters of the Third Kind (Encuentros en la tercera fase, Steven Spielberg, 1977). También ha documentado el trabajo de cineastas como Wes Anderson, Sofia Coppola, Alejandro González Iñárritu, Michael Haneke, Spike Jonze, Bennett Miller, Mike Nichols, Lynne Ramsay, Martin Scorsese y Quentin Tarantino, entre muchos otros nombres.
PROYECCIONES PREMIOS DONOSTIA
 Avec amour et acharnement / Both Sides of the Blade (Fuego)
Claire Denis (Francia)
País(es) de producción: Francia
Intérpretes: Juliette Binoche, Vincent Lindon, Grégoire Colin
Cuando se conocieron, Sara vivía con François, el mejor amigo de Jean. Ahora, Jean y Sara se quieren y viven juntos desde hace 10 años. Un día, Sara ve a François por la calle. Él no se da cuenta, pero a ella le invade la sensación de que su vida podría cambiar repentinamente. Al mismo tiempo, François retoma el contacto con Jean por primera vez en años y le propone volver a trabajar juntos. Desde ese momento, todos perderán el control.

Presentación de la exposición que celebrará el 70 aniversario del Festival de San Sebastián

La ciudadanía podrá enviar fotografías realizadas durante estas siete décadas para que formen parte de una de las instalaciones.
Tabakalera acogerá la muestra ‘Imagina un Festival’ desde el 4 de julio y hasta el 24 de septiembre, última jornada de la edición del certamen.
El Festival de San Sebastián y el Centro Internacional de Cultura Contemporánea-Tabakalera han organizado una exposición en colaboración con el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación Foral de Gipuzkoa para celebrar los 70 años del certamen. Comisariada por el estudio Morgancrea, Imagina un Festival se celebrará del 4 de julio al 24 de septiembre en instalaciones repartidas por Tabakalera con el objetivo de rendir homenaje a la industria, a los medios de comunicación, a la ciudad y, muy especialmente, al público, principal artífice del éxito del Festival durante estas siete décadas.
Alfred Hitchcock presentando Vertigo (VértigoDe entre los muertos, 1958) en el Victoria Eugenia; Harrison Ford y Carrie Fisher en el estreno europeo de Star Wars ( La guerra de las galaxias, George Lucas, 1977); John Travolta paseando por la playa de la Concha en 1983; Bette Davis en su estelar rueda de prensa de 1989; el cantante Bono de U2 entregando el Premio Donostia a Penélope Cruz por sorpresa en 2019… Son sólo algunos de los instantes icónicos que forman parte del imaginario del Festival y que junto a muchos otros estarán presentes en una exposición audiovisual que, además, mostrará también las fotografías que la ciudadanía ha ido tomando edición tras edición.
A tal efecto, el Festival ha habilitado un canal online para que quien lo desee remita sus recuerdos personales en forma de fotografías: un selfi junto a un famoso actor, la firma de un autógrafo en la alfombra roja, alguna directora capturada mientras pasea por la ciudad… Cualquier instantánea es susceptible de ser enviada a los comisarios de la exposición, que realizarán una selección de las imágenes para incluirlas en las pantallas de un espacio de la muestra centrado en el público.
LA EXPOSICIÓN
Concebida como homenaje al público, a la industria, a los medios de comunicación y a la ciudad de San Sebastián, Imagina un Festival se desarrollará en varios espacios de Tabakalera repartidos entre la Plaza de la planta baja y el primer piso. La exposición no se concentrará en el interior de una sala, sino que saldrá al encuentro del visitante en diferentes zonas abiertas del edificio, en sintonía con el carácter popular del certamen donostiarra, conocido por su condición de festival de público.
Para recordar sus principales hitos, la muestra utilizará algunas de las señas de identidad del certamen, de modo que el centro se verá salpicado de elementos que recordarán los aspectos más lúdicos del evento, como el photocall, el Diario del Festival, las salas de cine o la alfombra roja, que tendrá un protagonismo especial. La exposición Imagina un Festival tendrá un fuerte componente audiovisual y sus contenidos podrán ser disfrutados gracias a un gran despliegue de pantallas y dispositivos digitales.
La firma encargada de idear y comisariar la muestra es Morgancrea, cuyos responsables, Carlos Rodríguez y Asun Lasarte, aseguran que la principal idea ha sido rendir “un homenaje a todas las personas, entidades e instituciones que han hecho posible el Festival”. “En primer lugar, significa un reconocimiento al público, que es una de las señas de identidad de San Sebastián frente a otros grandes festivales internacionales, pero también a los medios de comunicación, gracias a los que disponemos de un magnífico archivo audiovisual, y a la propia ciudad: a sus comercios, su hostelería, sus salas de cine, a las instituciones, empresas y colectivos que han apoyado y hecho posible esta aventura de 70 años. En definitiva, queremos presentar el Festival como una obra colectiva en la que todas las personas somos protagonistas”, sostienen.
El Festival de San Sebastián y Tabakalera han organizado la exposición en colaboración con el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación de Gipuzkoa. Además de colaborar en la organización de Imagina un Festival, Tabakalera se volcará con el 70 aniversario a través de otra exposición, Vive le cinéma!, que abrirá sus puertas el próximo 8 de julio. En ella se mostrarán instalaciones artísticas firmadas por cuatro cineastas internacionales: Jia Zhang-ke, Lemohang Jeremiah Mosese, Isaki Lacuesta y Dea Kulumbegashvili, los dos últimos ganadores de tres Conchas de Oro.
CÓMO ENVIAR TUS FOTOS A LA EXPOSICIÓN ‘IMAGINA UN FESTIVAL’
¿Quieres formar parte de la exposición del 70 aniversario del Festival de San Sebastián?
Envíanos tus selfis o fotografías junto a cineastas, intérpretes o guionistas tomadas durante el Festival, ya sea en la alfombra roja, en el exterior del Hotel María Cristina o en cualquier otro punto de la ciudad.
¿Tienes algún familiar que guarde fotos que se hizo en otras épocas del Zinemaldia? Pídele que las desempolve y que nos las envíe en formato digital.
Entre todas las fotografías enviadas se efectuará una selección que formará parte de Imagina un Festival, la exposición del 70 aniversario del Festival que tendrá lugar en el Centro Internacional de Cultura Contemporánea-Tabakalera de San Sebastián entre el 4 de julio y el 24 de septiembre de 2022.
Las primeras 500 personas que envíen sus fotos recibirán una entrada doble para una sesión del Velódromo.
Pincha aquí y participa enviando tus fotos al Festival .

https://youtu.be/KgZihJElaOI

El Marché du Film -Festival de Cannes y el Festival de Sitges presentan el cartel del FANTASTIC 7 del que será madrina Ana Lily Amirpour

El Sitges – Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya, en colaboración con el el Marché du Film – Festival de Cannes y el Director de Asuntos Internacionales del INCAA Bernardo Bergeret – vuelve a Cannes este año con la 4ª edición de Fantastic 7.

Lanzado en 2019, Fantastic 7 está diseñado para fomentar a los cineastas emergentes y conectarlos con potenciales socios comerciales en Cannes para obtener financiación y oportunidades de coproducción. Cada año, siete festivales de primera categoría -dedicados a, o con una fuerte tradición de, destacar el cine de género y los talentos- seleccionan siete proyectos de género para ser exhibidos en el Marché du Film.

Estos prometedores proyectos -que se encuentran en distintas fases de postproducción o han sido recientemente completados- son presentados y lanzados por los cineastas ante un público de inversores, distribuidores o agentes de ventas que podrían ayudar a que sus proyectos despeguen y lleguen a un público más amplio.

Al reunir nuevas obras de género de todo el mundo, Fantastic 7 también arroja luz sobre las nuevas tendencias e influencias del cine de género, al tiempo que demuestra el poder de la creatividad y la expresión cultural.

La cineasta estadounidense-iraní Ana Lily Amirpour -cuya alucinante película Mona Lisa & The Blood Moon inauguró el Festival de Sitges 2021- ha sido nombrada oficialmente madrina del evento Fantastic 7 de este año. La edición de 2022 acogerá a los siguientes siete festivales y sus selecciones:

Sitges – Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya
VENUS
Director: Jaume Balagueró
País: España
Sinopsis: Una historia de terror sobrenatural ambientada en un entorno urbano de supervivencia con elementos de brujería moderna.

Festival Internacional de Cine Fantástico de Bucheon
SEOUL HORROR STORY
Director
: Kim Hyunjin
País: Corea
Sinopsis: Varias historias de fantasmas, ambientadas en Seúl, que tratan diferentes horrores de la vida cotidiana.

Festival Internacional de Cine de El Cairo
THE PORTAL
Director
: Chadi Abo
País: Francia/Siria
Sinopsis: En una zona de guerra, una niña reza por la salvación. Un poder cósmico viene a ayudarla. A partir de ahora, Sara resucitará a los niños muertos.

Festival Internacional de Cine en Guadalajara
LA MALA MADRE
Director: Alicia Albares
País: España
Sinopsis: Victoria, una periodista que ha escrito un libro muy polémico sobre la maternidad, se despierta en una casa sin recuerdos. Ángel, un médico, le dice que ha tenido un accidente de coche en el que ha muerto su hija. La presencia de una mujer embarazada la ayudará a descubrir la verdad.

SXSW South by Southwest Film Festival
MOSHARI
Director: Nuhash Humayun
País: Bangladesh
Sinopsis: Cuando unas criaturas sedientas de sangre se han apoderado del mundo, los únicos supervivientes se encuentran en el sur de Asia: dos hermanas se ven obligadas a meterse en una red de mosquitos (moshari) sólo para sobrevivir, pero primero deben sobrevivir la una a la otra.

Festival Internacional de Cine de Toronto
NATURALEZA OSCURA
Director
: Berkley Brady
País: Métis, Canadá
Sinopsis: Un grupo de terapeutas se ve obligado a enfrentarse a los monstruos de su pasado cuando un retiro de fin de semana aislado en las Rocosas canadienses pone a prueba no sólo su resistencia emocional, sino su capacidad de supervivencia.

Festival Internacional de Cine de Nueva Zelanda
THE CAGE
Director: Paul Campion
País: Nueva Zelanda
Sinopsis: Un cliente y el personal cautivos en una tienda de electrónica doméstica deben escapar de un fanático que pretende utilizarlos como sacrificios humanos para invocar a una malvada deidad interestelar.

La sesión de pitching de Fantastic 7 tendrá lugar el domingo 22 de mayo (12h00 – 14h00) en Cannes y estará abierta a todos los participantes del Marché du Film previa presentación de su acreditación. (El evento también se retransmitirá en directo en la plataforma Marché du Film Online).

«Déjà vu» rescata dos títulos del cine clásico japonés: Kinuyo Tanaka. 21º Festival Internacional de Cine de Las Palmas

«Déjà vu» rescata dos títulos de la obra de uno de los rostros más conocidos del cine clásico japonés: Kinuyo Tanaka.
Durante la vigésima primera edición del Festival se proyectarán La luna se levanta y Forever a Woman, obras de la conocida actriz y cineasta del país asiático que serán introducidas por Ia experta en cine nipón, Irene González-López.
El camino de Ana Mariscal, contará con la presencia de su hijo, David García, que charlará con el público junto a la experta en directoras de cine español, Virginia Guarinos. La sección rescata del olvido otros cuatro títulos dirigidos por Mohammad Reza Aslani, Adolfas Mekas, Helma Sanders-Brahms y Wojciech Jerzy.
El Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria recupera en «Déjà vu» dos obras de uno de los rostros más conocidos del cine clásico japonés, Kinuyo Tanaka. Concretamente, durante la vigésima primera edición de la cita cinematográfica se proyectarán La luna se levanta y Forever a Woman, películas que serán introducidas por la experta en cine nipón, Irene González-López. A estos títulos se sumarán otros cinco de diferentes autores, entre ellos la española El camino, de Ana Mariscal, para conformar la sección que, tal y como asegura su programadora, Gloria Benito, busca cada año “dar luz a ciertas filmografías para que no caigan en el olvido”.

Con más de 200 trabajos cinematográficos a sus espaldas a lo largo de más medio siglo de una carrera profesional que arrancó cuando tenía tan solo 14 años, Tanaka Kinuyo (1909-1975) logró convertirse en una de las mejores actrices de la historia de Japón. Asimismo, fue también la primera mujer de su país en adentrarse en el mundo de la dirección de largometrajes de ficción que, según destaca González-López, se centran especialmente en personajes femeninos fuertes.

En total, entre 1953 y 1962, la directora realizó seis películas entre las que se encuentran Love Letter (Koibumi, 1953), La luna se levanta (Tsuki Wa Noborinu, 1955) y Forever a Woman (Chubusa Yo Eien Nare, 1955). El Festival, precisamente, ‘desempolvará’ en «Déjà vu» estas dos últimas. La primera se proyectará el próximo domingo 24 de abril, a las 17:00 horas, en la sala 5 de Cinesa El Muelle. En este drama familiar protagonizado por tres hermanas que viven junto a su padre, la actriz muestra una clara influencia de muchos de los cineastas con los que trabajó como Ozu Yasujirō. El film también se podrá disfrutar el sábado 30, a las 12:00 horas, en la sala 9 del citado cine.

En la misma sala y a la misma hora, tan solo un día después, el lunes 25, se llevará a cabo la reproducción de Forever a Woman (1955, 110 min.), donde se narran los últimos años de la poeta Nakajo Fumiko, fallecida cuando tenía 32 años a causa de un cáncer de mama. Con esta obra, que también se proyectará el domingo 1 de mayo al mediodía en la sala 5 de Cinesa el Muelle, Kinuyo Tanaka aborda desde un enfoque pionero un tema tan delicado como es la enfermedad en una obra considerada por muchos como la mejor de la cineasta. Así lo cuenta Irene González-López, la profesora de estudios japoneses en Birkbeck, Universidad de Londres e investigadora asociada del Centro de Investigación de Cultura Visual y Material de la Universidad de Kingston que se encargará de introducir ambos títulos de Tanaka antes de su proyección en el Festival.
Además de estos dos trabajos, entre la selección de películas que integran este 2022 «Déjà vu», se encuentran también otros cinco títulos que, como adelanta Gloria Benito, son “mayoritariamente desconocidos” por el público. Algunos de ellos, de hecho, son inéditos en España y, en su mayor parte, se trata del estreno de estas versiones restauradas digitalmente en el territorio nacional.

La primera que llegará este viernes 22 de abril a las 18:00 horas a la sala 5 del cine de la capital grancanaria será Germany Pale Mother/ Alemania, madre pálida (1980, 151 min.). Se trata de una producción dirigida por Helma Sanders-Brahms en la que narra con su propia voz en off la experiencia de su madre durante el Tercer Reich. Un trabajo que se postuló como un claro ejemplo del cine feminista de esa generación y que estuvo nominado al Oso de Oro del Festival Internacional de Cine de Berlín el año de su estreno. La película contará con otro pase en la misma sala el domingo 24, a las 20:00 horas.

Hallelujah the Hills (1963, 88 min.), la disparatada comedia de Adolfas Mekas, hermano de Jonas Mekas, será otra de las joyas rescatadas durante el Festival que se proyectará a las 20:00 horas del sábado 23 en la sala 6 y el jueves 28, a las diez de la noche, en la sala 5 del citado cine. Tras pasar por la sección de críticos del Festival de Cannes y el Festival de Cine de Montreal, este largometraje se hizo con la Vela de Plata del Festival de Locarno en 1963, antes de su debut ese mismo año en Estados Unidos en el Primer Festival de Cine de Nueva York que se llevó a cabo en el Lincoln Center.

Otra comedia, El sanatorio de la clepsidra (1973, 124 min.), considerada una de las películas más importantes de la historia del cine polaco dirigida por Wojciech Jerzy Has, adentrará a los espectadores en las aventuras surrealistas de un hombre que busca a su padre en uno de estos centros de salud mental. La película ganó en 1973 el Premio del Jurado del Festival de Cannes donde también fue nominada a la Palma de Oro. Un año más tarde, obtuvo el galardón al mejor diseño de producción en el Festival de Cine Polaco. En Las Palmas de Gran Canaria podrá disfrutarse de su visionado en dos pases en Cinesa El Muelle. El primero, tendrá lugar el lunes 25, a las 22:00 horas, en la sala 7; mientras que el domingo 1 de mayo, la proyección pondrá el punto y final a la programación de «Déjà vu» a las seis de la tarde en la sala 8.

El camino (1964, 91 min.) de Ana Mariscal es otra de las obras programadas para la sección. En ella, la cineasta pionera en España adapta la novela homónima de Delibes con una estética muy cercana al neorrealismo italiano. La nueva versión restaurada ha pasado recientemente por grandes festivales internacionales como el de Cannes, donde fue presentada en la sección de Clásicos el año pasado. Este 2022 recala en la cita cinematográfica de la capital grancanaria, donde se proyectará por primera vez el martes 26, a las 17:00 horas, en la sala 11 de los cines ubicados junto al parque Santa Catalina. Acto seguido, se celebrará un coloquio con David García Rodríguez, hijo de la directora; y Virginia Guarinos, profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, experta en directoras de cine español. La obra contará con un segundo pase previsto para el jueves 28, a las 20:30 horas, en la sala 7.

También el martes 26, pero a las 22:00 horas en la sala 11 de Cinesa El Muelle, se proyectará el thriller familiar The Chess Game of the Wind (1976, 93 min.), dirigido por el iraní Mohammad Reza Aslani en 1976 que, tras recibir duras críticas, tan solo se exhibió dos veces en el país natal del realizador. La película, que fue restaurada en París después de ser encontrada en una tienda de chatarra en 2014 tras varios años desaparecida, volverá a proyectarse en el Festival el jueves 28, a las seis de la tarde, en la sala 8.

Estos son los siete títulos de «Déjà vu» 2022:

Deutschland bleiche mutter/ Germany Pale Mother de Helma Sanders-Brahms (Alemania, 1980, 151 min.)
 
El camino/ The Path de Ana Mariscal (España, 1964, 91 min.)
 
Hallelujah the Hills de Adolfas Mekas (Estados Unidos, 1963, 88 min.)
 
Sanatorium Pod Klepsydra/ The Hourglass Snatorium de Wojciech Jerzy Has
(Polonia, 1973, 124 min.)
 
Shathranj- E Baad/ Chess Game of the Wind de Mohammad Reza Aslani (Irán, 1976, 93 min.)
 
Chubusa Yo Eien Nare/ Forever a Woman aka The Eternal Breasts de Kinuyo Tanaka (Japón, 1955, 110 min.)
 
Tsuki Wa Noburinu/ The Moon Has Risen/ La luna se levanta de Kinuyo Tanaka (Japón, 1955, 102 min.)

 

Gaspar Noé presentará Vortex en la sección Panorama del 21º Festival Internacional de Cine de Las Palmas

Gaspar Noé visitará la ciudad para presentar la polémica Vortex en una cita que contará con los últimos trabajos de Apichatpong Weerasethakul, Hong Sangsoo, Miguel Gomes y Maureen Fazendeiro, Panah Panahi y del equipo de cineastas Pietro Marcello, Francesco Munzi y Alice Rohrwacher.
Las Palmas de Gran Canaria ofrecerá una colección de obras exquisitas en el apartado Panorama de la vigésima primera edición de su Festival de Cine. La sección “llega nutrida de maestría fílmica y nombres ilustres” confirma el programador José Cabrera en el texto sobre el capítulo del festival referido a títulos señalados en el circuito de festivales.

Así, la cita cinematográfica grancanaria contará con los trabajos más recientes de autores como Apichatpong Weerasethakul, Hong Sangsoo, Miguel Gomes, en tándem con Maureen Fazendeiro; Panah Panahi, el equipo formado por Pietro Marcello, Francesco Munzi y Alice Rohrwacher; y Gaspar Noé que visitará la ciudad precisamente para presentar Vortex, película que mostró en Cannes, Mar del Plata y San Sebastián.

La concurrencia de cineastas como estos —un ganador de la Palma de Oro de Cannes (Apichatpong Weerasethakul); un ganador de tres Osos de Plata de Berlín (Hong Sangsoo); el ganador de un Oso de Oro, también de la Berlinale (Miguel Gomes) o el multipremiado y reconocido Gaspar Noé, con numerosos premios en Cannes y en grandes festivales— y de realizadores que recientemente han sido laureados como Panah Panahi, Mejor Película del Festival de Londres y Mejor Película en Mar del Plata, entre otros, por Jadde Khaki, con la que también llega a Las Palmas de Gran Canaria; Maureen Fazendeiro corresponsable de la dirección de Diários de Otsoga que le ha reportado un premio en la dirección, junto a Gomes, en Mar del Plata, y el trío de directores italianos Pietro Marcello, Francesco Munzi y Alice Rohrwacher de los que se mostrará Futura, película seleccionada por Cannes, hacen de este apartado un esencial del Festival, según el programador “una arteria principal” del mismo o (….)“Una forma de no perder el contacto con viejos conocidos y de dar la bienvenida a nuevas voces”.

Porque si algo subraya José Cabrera al referirse a la selección es el haber logrado sumar a esta nómina de cineastas en una sección que cuenta con una dificultad en sus requisitos: que las obras no hayan sido estrenadas en salas comerciales. Una complejidad que este año se ha saldado sin ausencias destacadas.

Así, Panorama no solo mostrará Vortex del autor franco argentino Gaspar Noé, título seleccionado por Cannes y Mar del Plata que se hizo con el premio a la mejor película de Zabaltegi, el apartado más arriesgado del festival donostiarra, sino que contará con la presencia del director. Efectivamente, Noé, un autor radical y extremo, firma de títulos como Irreversible o Clímax, presentará en las salas de Cinesa Centro Comercial El Muelle su última producción, una reflexión sobre la muerte, a través de la representación en pantalla dividida de una pareja de ancianos en declive.
Y del abismo de la decrepitud, al ahora de tres jóvenes que comparten la rutina del hogar en la portuguesa Diários de Otsoga, un diario invertido que retrocede en el tiempo. El filme, premiado en Mar del Plata, ha pasado por Cannes, Karlovy Vary, Sevilla y Busan. Al llegar a Las Palmas de Gran Canaria se convierte en el reencuentro del público de lpafilmfestival con Miguel Gomes (Lady Harimaguada de Plata 2012 por Tabú) que, en esta ocasión, codirige la cinta junto a Maureen Fazendeiro.
Panorama también mostrará Memoria, una nueva experiencia sensorial de Apichatpong Weerasethakul. La película, Premio del Jurado en Cannes, certamen que no deja escapar ninguna obra del que lograra su Palma de Oro en 2010 por Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas, cuenta con un amplio recorrido en festivales. Los sonidos que sorprenden a Jessica (Tilda Swinton), una escocesa en Colombia, la llevan a iniciar un viaje a la Amazonía colombiana en una exploración sobre la memoria que va más allá de lo personal.

La poesía del surcoreano Hong Sangsoo vuelve a Las Palmas de Gran Canaria. Su trabajo In front of your Face / Dangsin-eolgul-apeseo, último por el momento, sigue explorando el universo femenino y lo hace a través de los secretos que guarda una mujer que regresa a Corea del Sur. La protagonista, residente en Estados Unidos, se instala en la casa de su hermana con el pretexto de ver a su sobrino y con el firme propósito de mirar al presente: In front of your face.
Panorama, asimismo, mostrará la ópera prima de Panah Panahi, hijo del cineasta iraní Jafar Panahi: Jadde Khaki / Hit the Road.  La mejor película de los festivales de Londres y de Mar del Plata tiene como punto de partida un viaje hacia un destino incierto. La ruta en coche que emprende la familia, el parloteo incesante del hijo pequeño y el silencio del mayor, prometen ternura y momentos agridulces a los espectadores del Festival de Cine grancanario, lo mismo que sucedió en citas como la Quincena de Realizadores de Cannes, Viena o Valladolid, además de las mencionadas Londres y Mar del Plata.
La sexta película de la selección Futura de Pietro Marcello, Francesco Munzi y Alice Rohrwacher es prácticamente un trabajo de investigación, una idea del futuro que esperan los jóvenes italianos. A través de una serie de entrevistas realizadas a jóvenes y adolescentes de entre 15 y 20 años, los cineastas comparten los miedos, las expectativas y los anhelos de la juventud italiana.

«Nosferatu» inaugurará el 21º Festival Internacional de Cine de Las Palmas

El Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria inaugurará su vigésima primera edición con una proyección especial de Nosferatu, el gran éxito de Friedrich Wilhelm Murnau, cuya premiere tuvo lugar el 4 de marzo de 1922.
El icónico vampiro iluminará la sala acompañado de la música en directo del laudista holandés afincado en Brooklyn Jozef Van Wissem. Además, formará parte de las películas de cine mudo que, con acordes de diferentes formaciones, integran el exitoso apartado del festival: Camera Obscura y será el protagonista absoluto del cartel de la edición, una versión en la que los tres monos sabios son sustituidos por tres vampiros. Todo, dentro de la conmemoración del centenario del estreno de la obra en Berlín.
El título se integrará en la selección de obras que componen la segunda edición de Camera Obscura, proyecciones de cine mudo y música en directo que, en 2022, pivotará en torno a la fundación del cine documental con la selección de otros dos títulos que también cumplen cien años y que se mostrarán en un programa doble: Nanuk, el esquimal de Robert Flaherty y uno de los 23 noticiarios Kino-Pravda de Dziga Vertov, Elizaveta Svilova y Mikhail Kaufman lanzados en junio de 1922, concretamente el número 13. En estos casos el Festival ha contado con la implicación del maestro Jonay Armas que saldrá acompañado por Carolina Rodríguez y Juan Carlos Trujillo.

Camera Obscura, además, recupera La pasión de Juana de Arco, estrenada por Carl Theodor Dreyer en 1928, y la mostrará con registro sonoro del experto en instrumentos históricos Carlos Oramas, quien asumirá la responsabilidad junto a Adrián Linares y Diego Pérez.

Según lo avanzado, el sello Camera Obscura será el encargado de abrir oficialmente el Festival de Cine. «El primer vampiro de la historia del cine (…)», según recoge en el catálogo el escritor y crítico Jesús Palacios, «(…) Un filme erótico-ocultista-espiritista», palabras de su productor, Albin Grau, que también recoge Palacios en la publicación, no solo abrirá el encuentro cinematográfico, sino también el apartado Camera Obscura.

El 22 de abril, la música la pondrá el compositor e intérprete de laúd Jozef Van Wissen, un habitual de salas de rock de Nueva York. Este músico cuyo aspecto se asemeja al de un lord del metal no solo experimenta con sus acordes y libera al laúd de ataduras y corsés, sino que invita al oyente a salir de los estándares musicales a los que está habituado.

Los vínculos de Van Wissem con el cine y el arte son variados. Este autor que ha trabajado junto a Jim Jarmush poniendo banda sonora a algunas de sus películas o acompañando al cineasta en su faceta como músico –juntos tienen tres discos editados-, también cuenta con un premio a la Mejor Banda Sonora del Festival de Cannes por la película Only Lovers Left Alive (2013). El compositor, además, ha compuesto piezas para determinadas obras de arte en colaboración con la National Gallery y el museo Hermitage.

El segundo pase de Nosferatu, adaptación libre (y no reconocida como tal) de la novela Drácula de Bram Stoker llegará con los músicos del International Bach Festival Canarias que recrearán la música original que Murnau encargó a Hans Erdmann para la película. El cineasta, con formación musical, consciente de la importancia de este aspecto como determinante del éxito de su trabajo, insistió en el papel de la música como apoyo a los efectos dramáticos del filme, un recurso sinfónico que para el Festival de Cine asumirá la formación del IBF.

 

Otros títulos de Camera Obscura

Camera Obscura llevará al espectador por otros dos títulos fundamentales que también cumplen su primer centenario. Nanuk, el esquimal y Kino-Pravda (cine verdad).

El primero, firmado por Robert Flaherty, padre del cine documental, y el segundo, una de las 23 piezas informativas realizadas por Dziga Vertov, Elizaveta Svilova y Mikhail Kaufman.

En ambos casos el ambiente sonoro lo pondrá Jonay Armas, un virtuoso que, tal y como asegura en el catálogo, afronta el encargo con «un distanciamiento y afecto diferente» porque como explica «esta no es la banda sonora original de la película, sino un comentario que hacemos un siglo más tarde, desde una sensibilidad y una mirada marcada por nuestra contemporaneidad». Carolina Rodríguez y Juan Carlos Trujillo acompañarán a Armas en la encomienda.

De esta forma, el programa doble que mostrará Nanuk, el esquimal, una obra preservada en el National Film Registry y considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y que, retomando las palabras del autor, pretendía «mostrar el antiguo carácter majestuoso de estas personas mientras ello aún fuera posible, antes de que el hombre blanco destruyera no sólo su cultura, sino también el pueblo mismo»; y Kino-Pravda Nº 13, el número especial de la “revista filmada” de Vertov, un número «especial, más largo y ambicioso que las ediciones anteriores, concebido para celebrar el quinto aniversario de la revolución de octubre del 17», señala Antonio Weinrichter en el catálogo de la edición, proponen, en el marco del festival, una celebración de la fundación del cine documental o, como apunta el músico Jonay Armas, «dos formas antagónicas de aproximación a la forma del documental».
Por otro lado, el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria mostrará una versión restaurada por L. Gaumont bajo el auspicio del CNC francés de La pasión de Juana de Arco, una obra exquisita, según la crítica, «una sinfonía de rostros en primer plano pautada con intertítulos», señala Luis Miranda en el catálogo del 21º Festival, que se presentará en Camera Obscura junto a la música de Carlos Oramas, experto en instrumentos históricos de cuerda que saldrá a escena en formato trío. Oramas al frente de la iorba y el laúd renancentista), Adrián Linares, con el violín barroco, y Diego Pérez, a cargo del violoncello barroco.

 

 

El Festival de Cine Fantástico de Bilbao homenaje el 90 aniversario de Frankenstein

Frankenstein es el protagonista de la nueva imagen de FANT: cartel, logo y spot del Festival, así como del ciclo PreFANT. FANT se celebrará del 6 al 14 de mayo y en esta nueva edición, vuelven las sedes y los horarios que en 2020 y 2021 hubo que reducir para cumplir con las restricciones sanitarias del momento.
El Festival de Cine Fantástico – FANT, que organiza el Ayuntamiento de Bilbao, celebrará su nueva edición del 6 al 14 de mayo. La edición 28 recupera la normalidad prepandemia y, así, esta próxima entrega que arranca en mayo, recupera todos sus horarios y sedes y dará la bienvenida de nuevo a invitados e invitadas internacionales.
Además, en esta ocasión, el Festival ha elegido rendir homenaje a un clásico indiscutible del cine de terror, Frankenstein, ya que, en este 2022, se celebra el 90 aniversario del estreno en el Estado de la película que el monstruo protagoniza.
Este personaje de ficción que apareció por primera vez en la novela homónima de Mary Shelley y que ha pasado, indudablemente, a formar parte de la cultura popular, es el protagonista de la imagen de la edición 28 de FANT. Así, Frankenstein protagoniza el cartel, el nuevo logo y el spot del Festival de terror.
CARTEL Y LOGO
Para la realización de la sesión fotográfica del cartel, en el que Frankenstein es el protagonista absoluto, se ha utilizado la máscara oficial de Trick or Treat Studios y Universal Studios, que, esculpida por Justin Mabry, se basa en el increíble maquillaje realizado por Jack Pierce y en la máscara que usó Boris Karloff en el film “El doctor Frankenstein”, de James Whale (1931).
En cuanto al logo de FANT, éste también recoge la figura del personaje, que puede observarse en la “T” final. Hasta el momento, esa letra era tomada por una estaca, en referencia a la manera más tradicional de acabar con un vampiro; a partir de ahora, la “T” recoge el perfil de Frankenstein.
FANT presentará próximamente su nuevo spot que también gira en torno a la figura y a la creación de Frankenstein.
El homenaje a Frankenstein de FANT 2022 va aún más allá y el monstruo también está presente en PreFANT, el ciclo aperitivo de FANT, que programará “Frankenstein” y “La novia de Frankensteinel 24 de marzo y el 7 de abril, respectivamente, en los cines Gólem – Alhóndiga.

«Código emperador» de Jorge Coira inaugurará el 25 Festival de Málaga

El Palacio de Deportes José María Martín Carpena acogerá la gala de inauguración y la proyección de la película el 18 de marzo.
El 18 de marzo comienza la 25 edición del Festival de Málaga y lo hará de una manera muy especial. Por primera vez, el certamen traslada su gala de inauguración al Palacio de Deportes José María Martín Carpena, con el objetivo de acoger a más público en una fecha tan especial. Y tras la gala, llegará el momento de la película inaugural, que será Código emperador, dirigida por Jorge Coira y protagonizada por Luis Tosar.

Código emperador
, producida por Vaca Films, es un thriller de intriga inspirado en la cara más oculta de la realidad social y política española. El filme nos introduce en “una unidad especial del Centro Nacional de Inteligencia, conformada por varios agentes. Uno de ellos es Juan, un agente que está en proceso de crisis personal, ideológica y profesional”, explica Luis Tosar. “En principio están encargados de velar por la seguridad nacional. Y en medio de toda esta investigación se ven inmersos en una serie de acontecimientos que no tienen tanto que ver con la seguridad nacional como con salvaguardar la imagen de la patria”, añade el actor, ganador de tres Premios Goya.

Luis Tosar (Maixabel, Quien a hierro mata) está acompañado por Alexandra Masangkay (El hoyo, 1898: Los últimos de Filipinas), Georgina Amorós (Élite), Laura Domínguez (La catedral del mar, Amar es para siempre), Miguel Rellán (Vergüenza, Tiempo después), María Botto (Malnazidos), Arón Piper (Élite, El desorden que dejas), Denís Gómez (El vecino) y Santi Prego (Mientras dure la guerra), entre otros.

Con guion de Jorge Guerricaechevarría y ambientada en las altas esferas del poder y el espionaje, Código emperador está dirigida por Jorge Coira, director de la multipremiada Hierro, cuyas dos temporadas han sido un éxito de crítica y público y ha sido galardonada como Mejor Serie de Ficción en los Premios Forqué.

En Código emperador, Jorge Coira se adentra en las mecánicas del poder en la sombra, revelando a través de la ficción una reconocible realidad de la España reciente: “En los últimos años han empezado a salir con cierta frecuencia noticias sobre esos mundos oscuros, las denominadas ‘cloacas del Estado’. Queríamos investigar y adentrarnos en ese terreno para poder hablar sobre eso que está ocurriendo y que es opaco y está escondido…”, explica el director.

“Nuestro objetivo ha sido meternos a fondo en los entresijos del poder: en los del poder económico, en el empresarial, político, del show business y del mundo del deporte…”, comenta su productora Emma Lustres.

La nueva película de Vaca Films bebe de la realidad para sumergirnos en los recovecos de un sistema en el que las apariencias son engañosas, la mentira está a la orden del día y el chantaje es la mejor moneda de cambio. La información y la desinformación, la verdad y el engaño, el bien y el mal… términos que, en ocasiones, se tocan, se cruzan y conviven hasta confundir sus límites.

Su rodaje se ha desarrollado en ciudades como Bilbao, Madrid, A Coruña, Budapest y Ciudad de Panamá. Código emperador es una producción de Vaca Films (Hasta el cielo, El desorden que dejas, La Unidad, Quien a hierro mata, El niño, Celda 211) y Proyecto Emperador AIE, en coproducción con la compañía francesa Playtime, con la participación de RTVE, Netflix, TVG y que cuenta con el apoyo de ICAA (Ministerio de Cultura), Agadic y Programa Media.

Código emperador llegará a los cines el 18 de marzo de 2022 distribuida por A Contracorriente Films. La distribución internacional corre a cargo de Netflix.

Sinopsis.- Juan trabaja para los servicios secretos; con el fin de tener acceso al chalet de una pareja implicada en el tráfico de armas se acerca a Wendy, la asistenta filipina que vive en la casa y establece con ella una relación que se irá volviendo cada vez mas compleja. En paralelo, Juan realiza otros trabajos “no oficiales” para proteger los intereses de las élites más poderosas del país, que ahora han puesto sus ojos en Ángel Gonzalez, un político aparentemente anodino cuyos trapos sucios deberá buscar o “inventar” con la ayuda de Marta, la hija de un reconocido actor.

Biofilmografía del director

Jorge Coira es director, guionista y montador de cine y televisión. Tras iniciar su carrera profesional a finales de los 90 como director de series de ficción (Mareas vivas, Terra de Miranda, As leis de Celavella, El comisario, Padre Casares, Pelotas y Sé quién eres, entre otras), en 2004 estrenó su primer largometraje, El año de la garrapata. Su siguiente película, 18 comidas (2010), recibió numerosos premios, fue seleccionada en más de 30 festivales internacionales y fue estrenada en salas en más de 10 países de todo el mundo.

En 2016, se alza con el Goya a Mejor Montaje por su trabajo en El desconocido, de Dani de la Torre, con quién también colabora en La sombra de la ley, también como montador.

Su último trabajo ha sido la multipremiada serie Hierro, producida por Movistar+, el canal Arte France, Portocabo y Atlantique, cuyas dos temporadas han sido un éxito de crítica y público y ha sido reconocida en los Premios Forqué 2021 como Mejor Serie de Ficción.

Crónica Festival de Sitges 2021. Día 10

De épicas oscuras y apocalipsis navideños

Prisoners of the Ghostland estuvo presente en Sitges 2021 a modo de ese tipo de eventos anunciados con demasiada antelación que levantan una inusitada expectación entre el fandom en referencia a la unión de dos de sus principales artífices que parecía de buenas a primeras protagonistas de un crossover cinematográfico de complicada ejecución, por un lado el realizador japonés Sion Sono y por otro ese subgénero actoral en sí mismo llamado Nicolas Cage. Prisoners of the Ghostland nos sitúa en la traicionera frontera de la ciudad de Samurai Town, en ella vemos como un ladrón de bancos sin escrúpulos es liberado de la cárcel por un poderoso señor de la guerra conocido como The Governor para que encuentre a Bernice, su nieta adoptiva, que desaparecido repentinamente sin dejar rastro. Para garantizar que cumpla su palabra, el ladrón es obligado a llevar puesto un traje de cuero que se autodestruirá en un periodo de cinco días si no logra su objetivo. En esta carrera contrarreloj buscará no sólo encontrar a la chica, sino también redimirse de sus pecados.

A Prisoners of the Ghostland le viene como anillo al dedo esa máxima a la que el crítico Diego Salgado se refería con respecto a la decepcionante versión de El callejón de las almas perdidas a cargo de Guillermo del Toro (crítica aquí) llamada síndrome del falso amigo, aquella que por defecto lleva a pensar de un inicio que la unión de un artista raro con otro de un rango parecido tiende a sumar conceptos pero que sin embargo suele derivar en una mezcla de tono acrítico que a veces anula todo el potencial subversivo percibido en un primer momento de tal ensamblaje, a tal respecto Prisoners of the Ghostland fracasa de forma estrepitosa en lo relativo a su cometido de intentar mostrarnos una película que pese a ser extravagante, en lo concerniente a esa indigesta unión genérica de katanas y pistolas narrado a modo de una versión apócrifa del Escape from New York de John Carpenter, termina siendo tan previsible como aburrida en referencia a una narrativa percibida sorprendentemente como plana, o sea todo lo contrario de los postulados de los que parecía partir de un inicio. Lejos parecen quedar esos tiempos en donde Sion Sono parecía coger el relevo, a través de una vertiente bastante más autoral, de su compatriota Takashi Miike en lo relativo a ofrecer un numeroso grupo de trabajos provistos de una creatividad y una inusitada energía que daban la sensación de estar libres de cualquier tipo de ataduras en referencia a su vertiente más conceptual como por ejemplo vimos en las notables Suicide Club (2001), Love Exposure (2008), Cold Fish (2010), Guilty of Romance (2011), The Whispering Star o Tag (2015) entre otras muchas. En Prisoners of the Ghostland, al igual que en trabajos suyos recientes como pueden ser Tokyo Tribe (2014) o la serie televisiva Tokyo Vampire Hotel (2017), la sensación que desprende Sion Sono es la estar sustituyendo la subversión de antaño por la de un desbarajuste fílmico de complicada justificación, también de una forma muy clara la de estar ejerciendo ca modo de un simple artesano en un producción de encargo que pese a no disimular en absoluto su condición de ser un alocado pastiche genérico en donde predominan el caos y la excentricidad apenas podemos intuir en él una mínima lógica interna que sea remotamente interesante en referencia a una película en donde curiosamente parece ser bastante más interesante su descripción que lo que termina siendo su ejecución.

La comedia negra británica Silent Night (Mejor guion y Premio del Público) fue otra las varias muestras presentes este año en Sitges que de alguna manera se podrían englobar dentro de ese grupo de relatos que abordan en mayor o menor medida un tipo de cine que dado los tiempos actuales podríamos denominar por varias razones como coronavírico. Silent Night nos muestra cómo mientras el mundo se enfrenta al apocalipsis, un grupo de viejos amigos se reúne para celebrar la Navidad en una idílica casa de campo en Reino Unido. Incomodados por la idea de la inevitable destrucción de la humanidad, deciden afrontar la situación con tranquilidad, abriendo otra botella de Prosecco y continuando con la celebración. Pero, por mucho que quieran fingir normalidad, tarde o temprano, tendrán que hacer frente a la idea de que es su última noche.

Por muchos que algunos hallan querido ver un prodigio de originalidad en la premisa argumental de la opera prima de la realizadora británica Camille Griffin varias han sido las propuestas que abordaban con anterioridad el cómo hacer frente a las ultimas horas de la humanidad por parte del individuo, para ponernos un poco en contexto citaremos entre otras a la australiana These Final Hours (2014) en donde los protagonistas parecen estar obsesionados con celebrar una última gran fiesta antes del anunciado fin del mundo, también potentes alegorías llevadas a cabo por autores consagrados como Abel Ferrara( 4:44 Last Day on Earth 2011) o Lars von Trier (Melancholia 2011), la también reflexiva y reivindicable Last Night (Don McKellar 1988) o la extraordinaria Miracle Mile (Steve De Jarnatt 1988), en todas ellas la génesis de la historia partía del concepto de cómo afrontar un apocalipsis final que ya ha estado ratificado por la ciencia, Silent Night parte de un inicio de esos mismos postulados aunque su dialéctica no resulte ni mucho menos tan interesante en comparación con los ejemplos antes citados.

Partiendo de un inicio que parece satirizar mediante un tono próximo al cinismo esas prototípicas comedias británicas sobre reuniones navideñas, y que nos remiten en un primer momento al Peter’s Friends de Kenneth Branagh, Silent Night modulada en base a ser una fábula apocalíptica que intenta indagar en el retrato generacional nos plantea una curiosa reflexión acerca como aceptar lo inevitable en lo concerniente a la propagación colectiva del miedo como último recurso a la hora de combatir la soledad, sin embargo llegado el momento de desarrollar otros discursos de un índole más metafórico la película de Camille Griffin se muestra muy poca concisa con respecto por ejemplo a exponer un discurso político-ambientalista que termina resultando muy poco sutil en lo relativo a cuestiones tales como las veladas críticas al actual gobierno británico, las dudas sobre según que aseveración científicas o las responsabilidades de los padres con respecto a sus hijos, todo ello expuesto en lo relativo al retrato que se hace de esas clases sociales privilegiadas que en su momento poco hicieron para frenar una problemática aquí mostrada ya como inevitable, representada en la película a través del retrato de unos protagonistas, menores incluidos, muy poco dados a atesorar cualquier tipo de empatía para con el espectador, tan poca como la que en ocasiones nos muestra Camille Griffin a la hora de exponer la previa de un apocalipsis bajo dictados, en su mayoría de índole ecologistas, percibidos como demasiados descompensados.

Presentada dentro de la sección Noves Visions el debut en el largometraje del realizador de origen finlandés Alex Noyer Sound of Violence supone una nueva inmersión o vuelta de tuerca en ese subgénero que da la sensación de ser tan poco proclive a la originalidad como resulta ser el slasher, aquí expuesto a través de una historia que nos cuenta como un asesino crea música en base a la ejecución de sus homicidios. En Sound of Violence somos testigos de cómo Alexis recuperó el oído durante el brutal asesinato de su familia cuando tenía diez años. Esta experiencia visceral despierta sus habilidades sinestésicas, empujándola a un oscuro camino de descubrimiento. Indagando con nuevos sonidos y ante la temida posibilidad de volver a perder el oído, Alexis intensifica la búsqueda de nuevas sensaciones a través de horripilantes experimentos de sonido.

Sound of Violence en cierta forma se aparta de esos consabidos relatos sobre asesinos en serie en la medida de ofrecernos una historia intuida inicialmente como algo diferente, orbitando principalmente a través de ese concepto que nos dice como algunas personas manejan el trauma sufrido de muy distintas maneras de las percibidas como normales, a tal respecto y partiendo de esa máxima que dice que los que han sufrido un severo trauma personal pasan a hacer daño a otros la opera prima de Alex Noyer opta de un inicio en lo referente a su narrativa por ese tipo de relato de psicokillers que es contado desde el interior, o sea desde el punto de vista del asesino, algo que en un principio otorga una muy interesante subjetividad a la historia que aquí sin embargo se ve algo lastrada en base a un desarrollo algo superficial de según qué tramas, dando la sensación de que Alex Noyer parece estar más preocupado por mostrar la supuesta originalidad y metodología de los asesinatos que escenifica, por momentos colindantes con el torture porn dada la innata capacidad de infligir sufrimiento a la víctima, que en indagar y explicar con detenimiento la auténtica razón que los motiva. A tal respecto prácticamente todo lo transitado en Sound of Violence nos sugiere una cierta indecisión en lo relativo a estar diseñada en base a su condición de thriller psicológico expuesto a modo de drama real, también en lo concerniente a ser una pieza de género relativamente cercana al hoy denominado terror elevado, la película, dada sus características, puede ser perfectamente cualquiera de ambos conceptos aunque un servidor acaba teniendo la impresión de que el responsable de la obra no termina siendo fiel, por indecisión o falta de atributos, a ninguna de ambas ópticas cinematográficas. A Alex Noyer sin embargo se le percibe un tipo de ingenio que esperemos que en un futuro sepa modular de una forma más lograda que en Sound of Violence, película que trata sobre la percepción de la música y los sonidos y que curiosamente da la impresión de carecer de un crescendo dramático consistente.

Como hemos venido señalando en crónicas de pasadas ediciones de festivales como San Sebastián o Sitges durante estos últimos tiempos la elección de una película a la hora de clausurar un certamen se ha ido convirtiendo de un privilegio destinado a ser un evento de relativo eco mediático a una coyuntura problemática y algo molesta de cara a los organizadores en referencia a poder encontrar un último film que sea consistente y que de por concluido una edición. Por diferentes motivos y como algo ya casi generalizado dentro del circuito de festivales de cine en la actualidad dicha proyección ha terminado siendo una de las que menos repercusión mediática tiene de cara al exterior. Sitges evidentemente no es ajeno a una disyuntiva que de forma algo afortunada este año ha sabido sortear con acierto a la hora de elegir una película que de alguna manera de sentido ya no solo al evento en cuestión, al fin de fiesta, sino incluso a la existencia y la razón de ser de los festivales de cine hoy en día en lo relativo a ofrecer la oportunidad al espectador de poder ver en pantalla grande un producto que de forma sorprendente seguramente no tendrá la ocasión de volver a ver al no estrenarse comercialmente en nuestro país. The Green Knight nos cuenta como tras enfrentarse al temible Caballero Verde, Sir Gawain, el temerario y testarudo sobrino del Rey Arturo, se embarca en un viaje alucinado e iniciático donde se enfrentará con fantasmas, gigantes, ladrones y otros peligros que acechan en una Bretaña mágica.

No deja de ser una buena noticia que un autor de las características de David Lowery, que volvía a Sitges después de estar presente hace unos años con A Ghost Story, tenga la oportunidad, de la mano en esta ocasión de A24, de reconfigurar y contar una historia contextualizada desde una mirada autoral de uno de los cuentos más populares que indagan sobre las leyendas del Rey Arturo. A modo de una rara avis ubicada dentro del actual panorama cinematográfico The Green Knight supone una fascinante deconstrucción, desde el respeto pero sobre todo también desde el conocimiento de la base de la que parte, del camino del supuesto héroe expuesto aquí a través de un portentoso viaje visual que parece codificar cada uno de sus detalles y que nos deriva a coordenadas de la leyenda artúrica de tono ambiguo, rico en los relativo a sus múltiples interpretaciones y en base a una serie de simbolismos que van desde las referencias a la religión, el destino final del hombre y el sentido del valor y la moral que anida en dicho concepto, dando como resultado una obra única en referencia a estar ante un relato de claro índole fantástico que es intuido a través de su génesis como los de antaño pero percibido al mismo tiempo como parcialmente remodelado en base a como exponer según que determinadas tendencias narrativas y estilísticas entendidas como actuales y que otorgan aquí un sentido alternativo al consabido relato épico.

En cierta manera la única pega que un servidor le puedo poner a una película tan interesante en lo relativo a su concepción como resulta ser The Green Knigh viene dado en lo concerniente a algo ajena a ella en referencia a su filtración el pasado verano en la redes, algo que evidentemente, y más en los tiempos que corren, no ayudan en absoluto a que determinados títulos terminen llegando de una manera u otra a las salas comerciales de nuestro país. Como mal menor Sitges tuvo para bien concluir esta edición 2021 dando la oportunidad al espectador de poder experimentar su visionado en pantalla grande, algo que nos llega a plantear la incómoda interrogante de quién sabe si en un futuro no muy lejano los festivales de cine, junto a Filmotecas o salas especializadas como por ejemplo el Phenomena de Barcelona, terminaran siendo el último bastión posible a modo de reducto de lo audiovisual a la hora de poder ver y disfrutar el visionado de películas en una sala de cine.

 

Palmarés

SECCIÓN OFICIAL FANTÀSTIC A COMPETICIÓN:

 Mejor película
Lamb (Valdimar Johánnsson)

Premio especial del jurado
After Blue (Bertrand Mandico)

Millor direcció
(sponsored by Moritz)
Justin Kurzel (Nitram)

Mención a película
The Innocents (Eskil Vogt)

Mención especial a ópera prima
Ex-aequo:
The Blazing World (Carlson Young)
The Execution (Lado Kvataniya)

Mejor interpretación masculina
(sponsored by Vilamòbil)
Ex-aequo:
Caleb Landry Jones (Nitram)
Franz Rogowski (Luzifer)

Mejor interpretación femenina
(sponsored by So de Tardor)
Ex-aequo:
Noomi Rapace (Lamb)
Susanne Jensen (Luzifer)
Mejor guion
Silent Night (Camille Griffin)

Mejores efectos especiales
(sponsored by Kelonik & Antaviana)
Mad God (Phil Tippett)

Mejor fotografía
(sponsored by Lavazza)
Limbo (Cheng Siu Keung)

Mejor música
(sponsored by Primavera Sound)
Daniele Luppi (Mona Lisa and the Blood Moon)

NOVES VISIONS

Mejor película
El apego (Valentín Javier Diment)

Mención a la película
2551.01 (Norbert Pfaffenbichler)

Mejor dirección
Anita Rocha da Silveira (Medusa)

Mejor corto Noves Visions Petit Format
Brutalia, Days of Labor (Manolis Mavris)

 

SITGES DOCUMENTA

Premio a la mejor película
Inferno Rosso. Joe d’Amato Sulla Via Dell’Ecccesso (Manlio Gomarasca, Massimiliano Zanin)

 

BLOOD WINDOW

Premio Blood Window
A nuvem rosa (Iuli Gerbase)

 

JURADO DE LA CRÍTICA

Premio de la Crítica José Luis Guarner
Ex-aequo:
After Blue (Bertrand Mandico)
Mad God (Phil Tippett)

Premio Citizen Kane a la dirección revelación
Valdimar Johánnsson (Lamb)
Premio de la crítica al Mejor cortometraje de Sección Oficial
(sponsored by Fotogramas)
Los huesos (Cristóbal León y Joaquín Cociña)

 

MÉLIÈS D’ARGENT

Premio al Mejor Cortometraje
T’es morte Hélène (Michiel Blanchart)

Premio a la Mejor Película
Tres (Juanjo Giménez)

 

CARNET JOVE

Premio Jurado Carnet Jove al mejor largometraje de género fantástico
Mona Lisa and the Blood Moon (Ana Lily Amirpour)
Premio al mejor largometraje de animación
Cryptozoo (Dash Shaw)

Premio al mejor cortometraje de animación
Other Half (Lina Kalcheva)

 

BRIGADOON

Premio Brigadoon Paul Naschy
Unheimlich (Fabio Colonna)

Mención especial del Jurado a
Viewers : 1 (Daigo Hariya y Yosuke Kobayashi)

 

PREMIOS SGAE NOVA AUTORIA

Mejor dirección
La caída del vencejo (Gonzalo Quincoces)

Mejor guión
Goodnight Mr. Ted (Nicolás Solé)

Mejor música original
Goodnight Mr. Ted (Gonçal Perales)

PREMIOS DEL PÚBLICO

Mejor Película Sección Oficial Fantàstic a Competició
Silent Night (Camille Griffin)

Mejor Película Panorama Fantàstic
Jacinto (Javi Camino)
Mejor Película Midnight X-Treme
The Great Yokai War (Takashi Miike)

Mejor Película Focus Àsia
Beyond the Infinite Two Minutes (Junta Yamaguchi)

 

Crónica Festival de Sitges 2021. Día 9

Imaginarios exacerbados y la reconfiguración del espacio fílmico a través de la no ficción

No es la primera vez que el realizador australiano Justin Kurzel se detiene en la indagación de la crónica negra acaecida en su país de origen, tras una etapa intermedia con trabajos de un calibre comercial elevado como por ejemplo Macbeth (2015) o Assassin’s Creed (1016) Kurzel vuelve a la carga a la hora de sondear esa cruda trastienda periférica convertida en campo de abono como antecedente previo a la masacre. Nitram nos sitúa en la Australia de mediados de los noventa, Nitram es un joven que vive en casa de sus padres, allí pasa su tiempo entre la soledad y la frustración. Cuando ofrece sus servicios como jardinero conoce a Helen, una heredera marginada que vive sola con sus animales. Juntos, construyen una vida al margen de todo. Cuando repentinamente Helen desaparece trágicamente, la cólera y la soledad de Nitram vuelven a hacer acto de aparición. En ese momento, comienza un largo descenso a los infiernos.

De forma clara debido a su temática y su territorialidad Nitram nos deriva en un primer momento a la áspera opera prima de Justin Kurzel Snowtown, sin embargo el tono de ambas difiere ostensiblemente en relación a unas narrativas percibidas por momentos como divergentes, de ese tono vérité colindante casi con el documental visto en Snowtown pasamos a una película como Nitram que da la sensación de estar al servicio de una muy competente labor actoral, a tal respecto el nuevo trabajo tras las cámaras de Justin Kurzel se rigüe principalmente por ser una película de actores en donde destacan tanto Caleb Landry Jones (Premio al Mejor actor en Cannes 2021) y Essie Davis como secundarios de la talla de Judy Davis o Anthony LaPaglia. A través de dichos postulados Nitram también podría servir como interesante punto de debate en relación a la legitimidad moral que pueden llegar atesorar según qué miradas cinematográficas que apelan a luctuosos hechos reales, en dicho sentido Justin Kurzel se pone, y en parte nos pone, en la piel del asesino adelantándose a la masacre acaecida en Port Arthur, Tasmania, en donde 1996, donde murieron 35 personas.

Como relato que gira principalmente alrededor de la exclusión y la locura posiblemente no estemos ante una historia en donde se intuya una comprensión por el monstruo y si más bien ante una que parece buscar, de forma algo mecánica, respuestas sobre que parcela de la sociedad se puede llevar la porción de responsabilidad correspondiente ante tal fallida, desde el propio hogar, en lo concerniente a una madre e índole castrador, o a un nivel más institucionalizado, representada en la película a través de esa larga escena/denuncia, totalmente arrítmica aplicada al conjunto del relato, en donde vemos como el protagonista, carente de cualquier tipo de autocontrol, consigue sin ningún tipo de traba legal todo un arsenal de armas. Por fortuna en Nitram, que en realidad lo basa todo a una mirada desarrollada alrededor de una serie de eventos direccionados en todo momento a una espiral cuesta abajo como preludio a la tormenta, no se percibe un tono moralizante funcionando relativamente bien en base a su condición de exploración reflexiva de la enfermedad mental aquí expuesta  en forma de drama y como a partir de ello se puede llegar a confeccionar una suerte de radiografía sobre la barbarie. En tal aspecto lo explícito visto en Snowtown se convierte aquí en un continuo fuera de campo que en sus momentos determinantes opta por la elipsis pese que en ambos relatos este muy presente y predomine ese tono agobiante e incómodo que parece encontrar en la Australia profunda un escenario perfecto y proclive a la aparición de vorágines de índole destructivas.

Si en la anterior crónica de este Sitges 2021 hablábamos del realizador Rodney Ascher a propósito de A Glitch in the Matrix es momento para detenernos en otras de las figuras más destacadas del actual panorama documental que analizar diferentes vertientes relacionadas con el séptimo arte a través de la no ficción como es Alexandre O. Philippe, autor cuya presencia en Sitges se ha convertido en habitual como bien lo atestigua que todos sus trabajos, desde su debut en 2010, han sido seleccionados de forma sistemática por parte del festival. The Taking, el nuevo documental de Alexandre O. Philippe examina de forma pormenorizada la representación de Monument Valley en el cine y la publicidad desde La diligencia de John Ford. ¿Cómo llegó esa tierra soberana de los navajos a encarnar la fantasía del viejo oeste y por qué sigue teniendo un significado mítico en la psique global?

De alguna manera una de las cosas más interesante que podemos llegar a apreciar en la trayectoria de Alexandre O. Philippe es comprobar la muy interesante evolución de sus trabajos, si en un primer lugar documentales como The People vs. George Lucas (2021), The Life and Times of Paul the Psychic Octopus (2012), o incluso ese difuso estudio sobre la cultura zombie que es Doc of the Dead (2014), partían casi de la expansión de una simple anécdota en la posterior y notable 78/52 se puede llegar a apreciar un importante salto cualitativo en base a presentar una disección en toda la regla a la hora de impartir una pulcra lección en lo referente al análisis formal de una determinada  secuencia y película, también interesantes resultan sus siguientes Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist y Memory: The Origins of Alien en lo relativo a presentarnos un estudio alternativo que opta por vías no trilladas que indagan en el origen y la creación de dos películas fundacionales de las que prácticamente se ha dicho de todo como son los trabajos de William Friedkin y Ridley Scott.

En The Taking, posiblemente el mejor documental en esencia visto en este Sitges 2021 junto al Woodlands Dark and Days Bewitched: A History of Folk Horror de Kier-La Janisse , Alexandre O. Philippe cambia el análisis de una película por el de un espacio cinematográfico, en este caso el referido a Monument Valley, será a través de la exploración de dicho paisaje en donde se llegue a reflexionar, mediante la voz en off a cargo de anónimos eruditos en la materia solo identificados visualmente en los créditos finales del documental, sobre la importancia de un género tan fundamental en la historia del cine como es el western y como en base a la rememoración de dicho concepto genérico se puede llegar a enfrentar lo entendible como mito y verdad. Como interesante ensayo documental que intenta abordar las representaciones que ha tenido Monument Valley en el cine, la publicidad o la política The Taking incide de forma primordial en ese imaginario asociado al western clásico y su significado en la cultura popular, lastima sin embargo que los 76 minutos de duración del documental se queden algo cortos a la hora de intentar hacer justicia a todas las ideas que Alexandre O.  Philippe nos quiere llegar a plantear, entre ellas algunas tan estimulantes como por ejemplo la relacionada a la creación de mitos y el correspondiente autoengaño estadounidense existente en dicha mirada.

Dentro del nutrido número de documentales vistos este año en Sitges también hubo un pequeño resquicio para ese tipo de trabajos que lejos del trazo reflexivo sobre la materia por la que transitan terminan estando más direccionado a ser un producto básicamente destinado a satisfacer la curiosidad informativa del fan, el objeto de exposición en esta ocasión es la miniserie televisiva de principio de los 90 It a cargo de Tommy Lee Wallace. Pennywise: The Story of IT nos cuenta como treinta años después de su estreno en televisión, la primera adaptación oficial de It forma parte ya del imaginario popular. La miniserie dirigida por Tommy Lee Wallace presentó en sociedad a Pennywise, una de las creaciones más terroríficas de Stephen King. Un documental que repasa la creación y el legado de la miniserie con abundantes imágenes inéditas y con la presencia de Tim Curry, el mismísimo Pennywise.

En realidad existe muy poco misterio alrededor de los fundamentos que atesora un trabajo de las características de Pennywise: The Story of IT, posiblemente su función solo consista en exponer un material hasta ahora inexistente de cara al fan, a tal respecto este estudio sobre la gestación, realización y posterior repercusión de la miniserie basada en la popular novela de Stephen King da la impresión de ir en todo momento con piloto automático en base a su naturaleza de ser un ejercicio completista destinado y concebido por el aficionado que no oculta su condición de ser algo parecido a un lujoso extra de una edición doméstica que arroja una valiosa información para aquellos que estén interesados en ella, en el encontraremos casi toda las referencias disponibles de aquella producción provisto de un generoso catálogo de entrevistas, en realidad solo se echa en falta el testimonio de Stephen King,  de todos los implicado en el proyecto. Lástima para los que buscamos algo más de trasfondo en este tipo de trabajos que el documental de Chris Griffiths pase de putillas por cuestiones tales como matizar hoy en día en su justa medida el auténtico significado de esa nostalgia cinematográfica revisionista que dada su condición suele elevar un producto por encima de su calidad real y como a partir de dicha evocación pasamos por un espacio cada vez más corto de tiempo a la hora tanto de infravalorar un producto como de enervarlo. Posiblemente esta y otras reflexiones, también la referida a contextualizar de forma algo más extensa el tiempo, la percepción y su repercusión del ámbito televisivo en el momento en que vio la luz la serie, darían lugar a un documental alternativo más direccionado a un tono que analizara con más minuciosidad el fascinante fenómeno intergeneracional, y la percepción derivada de todo ello, aplicada al fandom.

De esa vasta y por momentos inacabable cosecha procedente del festival de Sundance llego a Sitges el nuevo trabajo de los realizadores Kentucker Audley y Albert Birney Strawberry Mansion, un cambio de timón temático por parte de los responsables de la divertida Sylvio (2017) que nos sitúan en un sueño febril  de tono retrofuturista y color acaramelado a través de una historia de supuesto índole existencialista. En Strawberry Mansion vemos como en un futuro no muy lejano, un Estado que controla cada movimiento de la ciudadanía realiza lo que se denomina «auditorías de ensueño» para recolectar impuestos a costa del inconsciente del cerebro. El respetable agente del Gobierno James Preble viaja a una remota granja para realizar una auditoría de los suelos de Arabella “Bella” Isadora, una artista algo excéntrica ya entrada en años. Allí descubre una enorme colección de VHS en la que Bella almacena los sueños de cientos de personas. En uno de ellos Preble contempla un secreto que le ofrece una última posibilidad de amar, así como también de no perder la esperanza de escapar de su tétrico mundo.

Hay cosas ciertamente interesantes en Strawberry Mansion que nos deriva a un imaginario de tono alucinógeno en base a la extraña visión que hace del American way of life a través de una historia provista de un surrealismo sobrio que carga contra un supuesto control gubernamental. En la película encontramos momentos ciertamente imaginativos y retorcidos creados a través de una animación stop-motion en donde podemos encontrar a ratas parlantes de tamaño real que navegan en un barco pirata y todo tipo de extrañas imágenes deformadas que otorga al producto la sensación final de estar ante una especie de muestrario de arte pop estilístico convertido de manera algo forzada en largometraje, lo cual no deja de ser una buena idea siempre que en la propuesta exista un núcleo narrativo emocional empático para con la audiencia. Sin embargo todos los personajes, y sus acciones, de Strawberry Mansion eligen de alguna manera interpretar sus roles a modo de cifras percibidas como estoicas y arquetípicas que se deslizan a través de la película como si estuvieran en una especie de estado de sueño permanente, lo cual hace que el film, y todo lo que cuenta, se sienta aún menos anclado a la realidad. El resultado es un ejercicio de estilo algo autoindulgente que termina siendo farragoso en lo relativo a su desarrollo, como si en el relato en cuestión se percibiera un generoso muestrario de ideas y conceptos sin un fin claro en referencia a cómo llegar a plasmarlo, no otorgando el tipo de sentimiento que un servidor podía intuir de un principio de una película cuya premisa prometía ser un sugerente cruce temático del Black Mirror de Charlie Brooker, Paprika de Satoshi Kon o La science des rêves de Michel Gondry. Puestos a pedir a un servidor le hubiera gustado una versión algo más punzante de un relato que termina siendo relativamente audaz en lo relacionado a su génesis pero bastante inerte en lo concerniente a tomarse al pie de la letra el concepto de cine expuesto a modo de fábrica de sueños de tono bienintencionado.

Mucha expectación había generado en según que determinados círculos el segundo largometraje del francés Bertrand Mandico tras su reconocida Les garçons sauvages (mejor película de 2018 según Cahiers du Cinema), After Blue, cuya premier mundial tuvo una lógica acogida en el pasado Festival de Locarno (Premio FIPRESCI), nos trasporta a una cinematografía cada vez más extinta de muy complicada catalogación genérica en lo relacionado a poner a prueba la paciencia de un tipo concreto de espectador que si consigue entrar en dicho entramado narrativo se verá recompensado de sobras con una de las propuestas más estimulantes e inclasificables de este 2021. After Blue nos sitúa en un futuro lejano a través de un planeta salvaje en donde solo las mujeres pueden sobrevivir en medio de una particular flora y fauna. La solitaria adolescente Roxy libera a una criminal que estaba enterrada en la arena. Una vez libre, la mujer vuelve a sembrar el terror y la muerte. Roxy y su madre, Zora, serán consideradas por este hecho responsables,  algo que hará que se les exilia de su comunidad y se les condena a localizar a la asesina. Así, comienzan un peligroso periplo por los territorios fantásticos y fantasmales de su sucio paraíso.

Según palabras del propio Bertrand Mandico After Blue nace del propósito de ensalzar y en parte reconfigurar la presencia de la mujer en el cine tomando como principales conceptos su papel en géneros como el western, también en lo relacionado a la crueldad existente en los cuentos de hadas clásicos y al lirismo que a veces atesora la ciencia ficción, dicho posicionamiento no deja de ser expuesto a través de una mirada bastante particular pues en After Blue las referencias a los géneros cinematográficos que aborda se alejan de esa estigmatización que suelen sufrir de forma tan habitual por ejemplo el western o la ciencia ficción. Para ponernos algo en contexto al igual que en el cine perpetrado por Hélène Cattet y Bruno Forzani Bertrand Mandico se muestra totalmente irreductible a la hora de crear un imaginario, aquí mostrado a modo de una especie de anti paraíso poblado únicamente por mujeres, percibido como único y expuesto a medio camino entre lo poético y lo cruel sin llegar a atesorar ninguna concesión a convencionalismos genéricos, en el podemos intuir, apelando a cierta estética de los años setenta, a conceptos propios del western post-apocalíptico provistos del delirio visual de por ejemplo el Fando y Lis y La montaña sagrada de Alejandro Jodorowsky, o componentes surrealistas de tono kitsch, cutres a propósito, relativamente semejantes por poner otro ejemplo al Flash Gordon de Mike Hodges. Ante tales referentes After Blue como relato que desafía en todo momento la zona de confort del espectador pude ser interpretado entre otras muchas cosas a modo de grotesca fabula que transita sobre la naturaleza salvaje de las mujeres, todo ello expuesto a través de una película provista de claras connotaciones catárticas dada su poca disimulada tendencia al exceso otorgando a Bertrand Mandico y su cine esa etiqueta, cada vez más difícil de encontrar hoy en día, de autor único y de culto que recicla y se apropia de conceptos ajenos a cual más dispares para hacerlos suyos en base a una de las miradas más sugerentes y relevantes surgidas en estos últimos años en el actual panorama de cine europeo de autor.

 

Crónica Festival de Sitges 2021. Día 8

Sugerentes elipsis sobre la fe y aparatosas propuestas situadas en el  Swinging London

Fue indiscutiblemente uno de los platos fuertes de este Sitges 2021, curiosamente Edgar Wright estuvo presente por partida doble en esta edición del festival, junto a Last Night in Soho también se pudo ver su documental The Sparks Brothers, notable trabajo que repasa la trayectoria artística de los hermanos Mael cuya presencia en Sitges, por aquello de ser un documental de índole musical, de forma algo sorprendente no sorprendió en exceso ni genero interrogantes más allá de ser una de esas difusas colaboraciones entre distintos eventos culturales, en esta ocasión la referida al Primavera Sound, en Last Night in Soho, que si tenía una justificada presencia genérica en el certamen, vemos como una joven apasionada por la moda tiene la habilidad de poder entrar en la década de 1960, lugar donde se encuentra con su ídolo, un atractivo aspirante a cantante. Pero el Londres de los sesenta no es lo que parece, y el tiempo comenzará a desmoronarse con sombrías consecuencias al presenciar en uno de sus viajes al pasado un terrible acontecimiento.

Si algo queda meridianamente claro en el séptimo largometrajes de Edgar Wright es su inequívoca condición de aglutinador de referentes culturales de índole pop, en esta ocasión expuestos a través de una lujosa re visitación fantástica al Swinging London de muy generoso diseño de producción que termina derivándonos en su parte final a contornos genéricos propios del Giallo. En Last Night in Soho poco importa que el elemento fantástico del relato apenas sea mínimamente razonado o justificado, aquí lo que parece realmente importante es operar todo el entramado argumental a través de las múltiples referencias cinefilias que parece ofrecer el relato, en tal sentido como apuesta arriesgada que es la película de Edgar Wright termina siendo un producto bastante irregular en lo relativo a su resolución final, atrayente en primera instancia gracias a la construcción del lujoso imaginario por los que habitan sus personajes pero insatisfactorio en lo concerniente a un cómputo global que no logra ir más allá en referencia a lo que es su propia narrativa. De esta manera los personajes Last Night in Soho, como en la gran mayoría de películas de Edgar Wright, parecen adolecer de la complejidad necesaria por mucho que el camino elegido para la ocasión no vaya  más allá de ser un simple thriller que deriva en un tono angustioso en su tramo final, en la trastienda y oculto tras su aparatosa exhibición formal quedaran entre otras muchas interesantes digresiones solo formuladas de forma superficial como por ejemplo esa desviada mirada femenina ocasionada a raíz del abuso del hombre, su condición de objeto y la impunidad ocasionada por dicha situación con la que se suelen truncar los sueños.

Rodney Ascher puede considerarse como uno de esos sospechosos habituales cuyos nuevos trabajos siempre suelen ser en mayor o menor medida bastante susceptibles de estar presentes en Sitges, aunque a través de enfoques  totalmente distintos, Ascher se une a autores como Alexandre O. Philippe, cuyo magnífico documental The Taking abordaremos en la próxima crónica, o Mark Hartley que en estos últimos años han enriquecido y en parte amplificado los debates expuestos en un formato en un principio tan hermético como puede llegar a ser el de la no ficción. A Glitch in the Matrix cuestiona ¿Qué pasa si vivimos en una simulación y el mundo tal como lo conocemos no es real? Rodney Ascher utiliza un discurso de Philip K. Dick para sumergirse en el agujero del conejo de la ciencia, la filosofía y la teoría de la conspiración. En la exploración de lo indemostrable, la película utiliza entrevistas con personas reales envueltas en avatares digitales y una amplia gama de voces, tanto de expertos como de aficionados.

La sensación final que otorga A Glitch in the Matrix es la de estar ante un trabajo, como ya ocurrió con la fallida The Nightmare (2015), que no termina de satisfacer del todo las infinitas posibilidades de la que parece estar estructurada la sugerente premisa que nos plantea de un inicio, a diferencia de Room 237 (2012) A Glitch in the Matrix no se centra en diseccionar una sola película a la hora plantear delirantes teorías alrededor de ella, aunque estas últimas si terminan de estar presentes  en lo relativo a las reflexiones lanzadas aquí sobre la simulación y la manipulación de nuestra realidad por parte de un variopinto grupo de testimonios. Sin embargo si podemos encontrar más de una similitud con el estudio que se hacía del clásico de Stanley Kubrick a la hora de establecer una serie de conexiones entre ambos trabajos que dan la impresión llegado a un determinado punto de no tomarse demasiado en serio su muy disperso discurso.

El mensaje en A Glitch in the Matrix representa en cierta manera, a través de un tono que puede percibirse perfectamente como tragicómico, una especie de desesperada búsqueda humana de lo entendible como la lógica y el orden de nuestro día a día, también, y casi a modo de anexo narrativo muy poco cohesionado al relato que incluso nos deriva al True Crime, al riesgo que puede llegar a ocasionar el estar convencido de que el mundo en que vives es una simulación pensando que según qué peligrosos actos cometidos no tendrán una consecuencia en la vida real, o sea, llegados a un determinado momento se deja de lado el análisis de la especulación para centrarse en lo ocasionado a través de ella. En tal sentido la irregularidad tonal que preside todo el metraje del documental de Rodney Ascher posiblemente termine encontrando sus mejores momentos cuando se le otorga el testimonio a los que siempre han sido los auténticos eruditos de dicha temática, autores que a lo largo de los años y través de la ficción han sabido esgrimir las teorías más cautivadoras y sugerentes, a tal respecto las imágenes de archivo que vemos del escritor Philip K. Dick en una conferencia sobre la materia ofrecida en la localidad francesa de Metz en el año 77 nos ponen sobre aviso en lo relativo a como estos referentes literarios de alguna manera allanaron el camino y fueron la punta del iceberg a una masiva infiltración cultural sobre la percepción de una realidad que en según qué casos con el paso del tiempo y la aparición de nuevas tecnologías han terminado derivando en una peligrosa disociación mental del individuo coetáneo.

A propósito de la funcional The Exorcism of God de Alejandro Hidalgo hablábamos en una de las anteriores crónicas de este Sitges 2021 de ese subgénero tan poco proclive a la subversión como resulta ser el relacionado a historias que nos muestran exorcismos y posesiones, a tal respecto y en unos tiempos en donde el ensayo cinematográfico escrito pese a una desmedida proliferación da la sensación de estar bastante devaluado no está de más recomendar textos tan interesantes como el publicado recientemente por Hermenaute “Libranos del mal” a cargo del crítico Antonio José Navarro, libro que explora dicha temática con bastante detenimiento y acierto, el segundo trabajo tras las cámaras de Mickey Reece intenta de alguna manera abrir una vía alternativa a través de su narrativa, principalmente en lo relacionado a como son representadas e interpretadas según qué tipo de posesiones demoniacas.  En Agnes  somos testigos de cómo El perturbador comportamiento de una monja lleva a la iglesia a iniciar una investigación para decidir si se trata de un caso de posesión demoníaca. Los hombres de dios enviados al convento son un cura desencantado con la profesión y su alumno, un joven aspirante a párroco. Con unos métodos más que cuestionables, esta extraña pareja intentará averiguar si hay algo sobrenatural que domina a la monja.

De alguna manera Agnes no puede considerase tanto una película de género fantástico y si más un drama que reflexiona sobre la fe religiosa y la naturaleza de las creencias que rodea tal concepto, aquí la novedad viene dada en la medida de asistir a una abrupta elipsis a mitad de metraje que vertebra la película en dos relatos bien diferenciados entre sí, unas narrativas antagónicas que cambiaran el enfoque de manera drástica en referencia a sus formas tonales, esto evidentemente  no otorga de buenas a primeras el beneplácito a una película que intenta no transitar por caminos trillados aunque si se intuye en ella una ambición narrativa algo inusitada, en este caso más que originalidad entendida como tal Agnes crea de alguna manera cierto desconcierto hacia el espectador dada su inequívoca naturaleza de relato poco proclive a interpretaciones fáciles. Una primera parte en donde entra en acción ese supuesto elemento fantástico, en esta ocasión una supuesta posesión demoniaca, lo curioso del conjunto viene dado en la medida en que la diferencia de ambos segmentos no solo está relacionada en lo concerniente a su vertiente genérica sino también en  lo relativo a su tono, una primera parte que parece remitirnos a cualquiera de las películas de Richard Bates Jr. en base a un tipo de humor cercano a la ironía que aparece de forma puntual en una historia de índole sobrenatural, a continuación pasamos a un drama bastante más lineal y contenido en relación a unas formas que indagan en el vacío existencial y la necesidad, ante la precariedad emocional, de una doble penitencia, la monástica, la representada en la primera parte del film, y una más terrenal, la correspondiente al segundo segmento, la referida al difícil día a día de un entorno percibido como hostil. Pese a que Agnes no termina por cerrar todos los cabos que nos presenta en Mickey Reece se puede percibir una mirada inquieta en relación a un tipo de creatividad cada vez más difícil de encontrar en el actual cine independiente norteamericano.

Si en esta misma crónica nos referíamos a la opera prima de Karen Cinorre Mayday como una obra que tomaba entre sus numerosos y muy variopintos referentes el concepto de Alice in Wonderland otro debut tras las cámaras, el de la joven realizadora Carlson Young, nos trasporta a una serie de imaginarios nuevamente  deudores tanto de la obra de Lewis Carroll como también de una autora tan fundamental como es Margaret Cavendish, en esta ocasión todo expuesto de forma algo más afortunada que su predecesora al no atesorar ningún tipo de atadura genérica en su armazón. En The Blazing World vemos como desde los seis años, una mujer llamada Margaret no ha podido llegar a olvidar el traumático recuerdo de ver a su hermana ahogarse en la piscina familiar mientras sus padres tenían una acalorada discusión. Ya como adulta se desliza cada vez más hacia la locura a través de visiones oníricas, contemplando el suicidio como una opción para poder acabar con un sufrimiento que parece no poder superar. A través de una oscura épica situada entre los rincones más brumosos y aterradores de su imaginación, Margaret intentara liberarse de los demonios interiores que la empujan cada vez más cerca del abismo.

Como hemos comentado más arriba en The Blazing World, a diferencia de Mayday, el trauma, y esa transfiguración que la deriva a una realidad alternativa, es percibido como individual y no global en base a la exposición de un cuento de hadas provisto de numerosos elementos terroríficos de índole onírico y tono escapista, a través de esta premisa Carlson Young, que aquí expande a largometraje su corto homónimo de 2018, plantea un relato en donde la sensación termina siendo la de priorizar en demasía la estética por encima de cualquier otro tipo de herramienta narrativa. La impresión final, como otras muchas operas primas de hoy en día que parecen ser tendencia dentro del género, es la de estar ante un producto en lo relacionado a su génesis demasiado autoindulgente que lo juega todo a una ostentosa ornamentación cuya lectura alegórica resulta algo tosca, un poco a la manera de aquella fallida Paradise Hills de Alice Waddington, que lejos de ser original en relación a su supuesto preciosismo reincide en ese temario que utiliza la fantasía y el doble juego de espejos como un escape de las frías garras de la realidad. The Blazing World termina siendo una película que pese a su ambición se queda corta a nivel narrativo, según se mire incluso en lo visualmente, al no ir más allá de una premisa inicial que nos deriva a la consabida fantasía, que aquí fluctúa a medio camino entre el surrealismo y lo lisérgico, que actúa a modo de terapia sanadora en relación a traumas infantiles del pasado enterrados dentro de la psique humana, interesantes intenciones al fin y al cabo las llevada a cabo por parte de Carlson Young que esperemos en un futuro consigan estar asimiladas de forma más adecuada en lo relacionado a como la metáfora termina siendo aplicada a ese inabarcable imaginario psicológico que a veces suelen transitar las dañadas percepciones febriles.

Otras de las numerosas muestras presentes este año en Sitges que orbitaron de forma algo obsesiva  sobre el intento de derrumbe del patriarcado a través de una mirada de clara concepción feminista, que no femenina, fue el debut tras las cámaras de la realizadora norteamericana Karen Cinorre Mayday, cinta que explora mediante curiosos imaginarios fantásticos el intento de refugio de la mujer ante un ambiente percibido desde un inicio como hostil. La película nos muestra como Ana es transportada a un mundo onírico y peligroso en el que se une a un grupo de chicas que libran una guerra sin fin a lo largo de una escarpada costa. Aunque encuentra su propia fuerza en este estimulante mundo, no tarda en darse cuenta de que es incapaz de convertirse en la asesina que sus nuevas amigas pretenden que sea.

En los muy evidentes ecos que se detectan en Mayday a referentes culturales como por ejemplo The Wizard of Oz, Alice in Wonderland, Lord of the Flies o incluso al antiguo mito griego de las sirenas encontraremos posiblemente el punto más interesante de una cinta en donde nuevamente se intuye como más interesante el vehículo estilístico que utiliza que un discurso percibido como algo tosco con respecto a ese universo paralelo mostrado aquí como campo de batalla contra la opresión masculina. Mayday se une de alguna manera a fantasías recientes de venganzas femeninas llevadas al cine como por ejemplo Promising Young Woman o Assassination Nation en donde las reglas siguen estando en gran parte mal definidas en base a la construcción de mundos alegóricos en donde no se termina de adecuar los personajes a dicho escenario, el discurso aquí expuesto por Karen Cinorre nos derivara a un tono de índole militarista al presentarnos un espacio onírico en donde la curación es llevada a cabo a través de una suerte de purgatorio en donde las víctimas del mundo real reciben un entrenamiento de autodefensa para mujeres maltratadas físicamente y emocionalmente, allí supuestamente aprenderán las habilidades necesarias para enfrentarse a sus agresores reales. Lástima que Mayday se empeñe en mostrar de forma aparatosa, y no matizar, más atención al espectro del abuso emocional y la correspondiente violencia llevada a cabo por los propios personajes femeninos que a la exploración propiamente dicha de la curación del trauma ocasionado. Al igual que otras recientes muestras llevadas al cine de características similares el mensaje finalmente es percibido como algo líquido por mucho que su envoltorio sea intuido en una primera instancia como atrayente, que para más inri dicha narrativa es enfatizada por esa impronta supuestamente postmoderna Made in Sundance, especialmente visible en la reiterativa banda sonora a cargo de Colin Stetson, otorgando al producto una naturaleza más dada a florituras estilísticas que a una acertada lectura de los simbolismos que da la impresión que pretender explorar.

Crónica Festival de Sitges 2021. Día 7

La solvencia autoral en el thriller y difusos empoderamientos femeninos aplicados al fantástico

Era uno de los platos fuertes en lo que respecta a la animación presente este año en Sitges, Ari Folman, un autor que se toma su tiempo entre proyecto y proyecto, presento Where Is Anne Frank?, cinta de un evidente tono pedagógico que se aleja temáticamente de anteriores trabajos del realizador de origen israelí. Where Is Anne Frank? sigue los pasos de Kitty, la amiga imaginaria de Anne Frank a la que le dedicó su diario. Como una atrevida adolescente, Kitty se despierta en el futuro en el interior de la casa de Frank en Amsterdam, hecho que la llevará a embarcarse en una aventura a la hora de poder encontrar a su mejor amiga convencida de que sigue viva en algún lugar de Europa. Aunque la joven muchacha queda impresionada ante las vicisitudes del nuevo mundo, también quedará  atrapada por el legado que Anne Frank ha dejado tras de sí.

Lo primero que habría que aclarar con respecto a una cinta de las características de Where Is Anne Frank? es su condición de producto de encargo, en este caso a través de la Anne Frank Fonds Basel con motivo de reactivar de alguna manera la figura de Anna Frank especialmente en lo referido a dar a conocer a nuevas generaciones la herencia y mensaje del personaje e intentar aplicar de alguna manera su legado a problemáticas que ocurren en el mundo de hoy en día, en tal sentido en Where Is Anne Frank? no encontraremos  ni la ética ni el crudo realismo visto en Waltz with Bashir como tampoco la distópica psicodelia que nos mostraba la notable The Congress, ni tan siquiera la hibridación de formatos que atesoraban ambos trabajos. El nuevo trabajo de Ari Folman, que parte de unos claros postulados sobre la toma de conciencia moral, opta un camino alternativo en relación a la adaptación del famoso diario siendo una obra bastante terrenal a la hora de intentar articular un discurso que intenta ir algo más allá del simple recuerdo sobre la memoria del Holocausto nazi dada su naturaleza de índole didáctica. Una mirada al trauma que reflexiona sobre las políticas aplicadas a la memoria y el sentir judío a través de una película percibida como poca ambiciosa y de un fácil acceso a un público joven en referencia a una trama que de forma continua fluctúa sobre el pasado y como las huellas de su memoria siguen estando vigentes en la época actual. Película tan honesta como predecible en lo relacionado a su tesis e intenciones que tan solo puede llegar a ser ligeramente cuestionada en lo relativo a como algunos pueden llegar a interpretar como discutible la poco sutil comparación del Holocausto judío con otras crisis humanitarias del presente percibidas en el tramo final de la película.

Algo convulso ha supuesto el paso de las pocas muestras de cine Serbio que en estos últimos años han estado presentes en Sitges, la polémica presencia en 2010 de A Serbian Film marca de alguna manera una relación cuando menos problemática con respecto a dicha cinematografía y el certamen catalán, por fortuna no todo el cine proveniente de dicho país sigue unas coordenadas similares al excesivamente inflado film de Srdjan Spasojevic, Vampir, el debut en la dirección del actor Branko Tomović, que aquí también ejerce como principal protagonista, supuso otra de esa agradables sorpresas que de vez en cuando se suelen ver en una sección dada al descubrimiento alternativo como es Noves Visions. En Vampir vemos como un hombre llega a un pueblo de Serbia procedente de Londres para ocupar el cargo de sepulturero. Sin embargo, pronto comienza a tener visiones pesadillescas, los rostros de los fallecidos le persiguen, y presiente que los aldeanos tienen extrañas intenciones.

No deja de ser digno de elogio que a estas alturas aún exista un pequeño resquicio a la hora de plantear algo de originalidad en películas que dan la sensación de estar no muy alejadas del concepto principal de la obra magna de Bram Stoker, si además la propuesta en cuestión es lo suficientemente inteligente en la medida de integrar y de alguna manera priorizar lo atmosférico a su muy escueto presupuesto nos encontramos ante uno de esos relatos en donde acertadamente se fusionan de forma nada aparatosa elementos populares, los referidos a la novela de Stoker, con otros más autóctonos, aquellos que aquí parecen estar conectados con los cuentos populares de una región concreta en donde esta escenificada la acción, en este caso en lo relativo a esas historias rurales de vampiros que se originan en la Serbia de principios del siglo XVIII. A tal respecto Vampir sin dejar de ser contundente a la hora de ser relativamente explícita en lo concerniente a mostrarnos las consecuencias físicas que atesora ser víctima de diversos miedos ancestrales y extraños rituales pertenece a ese tipo de historias que se toman su debido tiempo a la hora de crear una atmosfera de connotaciones malsanas que llegados a un determinado punto derivan en kafkianas, ese tipo de relatos ambientados en un tiempo y un lugar que son percibidos como muy específicos y que a su manera, desde la modestia de la que está fundamentada la propuesta y salvando las lógicas diferencias, da la sensación de remitirnos a referentes fundamentales en donde la sugestión venia dada a través de lo sugerido como por ejemplo el  Vampyr de Dreyer o el Carnival of Souls de Herk Harvey. En tal sentido la película de Branko Tomović como relato de terror primario que es termina siendo fiel a una serie de directrices que aparte de huir de las aparatosidades del cine contemporáneo atesora la virtud, cada vez más difícil de ver en esas óperas primas de hoy en día que intentan explicarte complejas retoricas que finalmente son incapaces de desarrollar, de ser plenamente consciente de su propia modestia y no intentar ir más allá de sus posibilidades en lo relativo a una simplicidad que aquí termina estando bien ejecutada.

Sitges durante estos últimos años ha tenido el acierto de reclutar en su programación casi como presencia fija al cineasta belga Fabrice Du Welz, a excepción de Message from the King todas sus película hasta día de hoy han estado presentes en el certamen catalán, con su nuevo trabajo tras las cámaras el responsable de magnífica Vinyan parece dar por concluida la que podría considerarse como su trilogía sobre el amor desaforado que deriva en locura, tras Alleluia y Adoration en Inexorable Fabrice Du Welz nos ofrece un thriller puro y visceral provisto de una de factura impecable. En la película somos testigos de cómo Marcel Bellmer busca desesperadamente inspiración para la novela que sigue a su bestseller “Inexorable” y se muda con su familia a la antigua mansión familiar de su esposa. Mientras se acostumbran a su nueva vida, la silueta de una joven llamada Gloria acecha alrededor de la casa. Parece fascinada por la obra literaria de Marcel y decidida a echar raíces en la familia.

En cierta manera Inexorable supone una nueva vuelta de tuerca al relato de amour fou llevado al límite que ya pudimos ver en su anterior Alleluia, la novedad viene dada en la medida de ver como Fabrice Du Welz hace apropio de un material que da la sensación de ser en una primera instancia de derribo pero que en realidad atesora en su interior un muy generoso número de segundas lecturas, a tal respecto Inexorable es un retrato sobre la descomposición que revisita ese concepto del thriller USA tan característico en los años 90 en donde la aparición de un intruso que descubre las mentiras de los otros termina por desestabilizar un núcleo familiar de engañosa apariencia sólida, películas como Fatal Attraction (Adrian Lyne 1987), The Hand that Rocks the Cradle (Curtis Hanson 1992) o Single White Female (Barbet Schroeder 1992) entre otras muchas nos mostraban como esa forzada tensión sexual podía desencadenar algo horrible. A tal respecto Inexorable da la sensación de ser una película que parece estar imbuida por un cierto grado de nostalgia cinéfila, lo es gracias al buen hacer detrás de las cámaras de Fabrice Du Welz, títulos de créditos anticuados o esa tonalidad granulada que otorga rodar en 16mm (inmenso trabajo a cargo de Manu Dacosse y Manu De Meulemeester) marcan las características y pautas de una película en donde el fondo no llega a ser tan importante como lo son las formas empleadas por Du Welz, unas formas que aquí nos remiten al concepto de lo sutil, de esa tensa calma tan característica en el thriller que preside a la tormenta, esta como mandan los patrones genéricos hará acto de aparición de forma física en el tramo final de un relato que es llevado en su conclusión al terreno de lo inevitablemente explícito. Inexorable supone un nuevo capítulo de una sugerente autoría que indaga de forma sistemáticamente en la maldad del alma humana, en la exploración de una mirada oculta situada en la trastienda, aquí mostrada a través de uno de los ejercicios de estilos más estimulantes de este 2021.

Ya hemos hablado con cierto detenimiento en anteriores crónicas de la muy forzada presencia de la mujer dentro del ámbito fantástico que en esta edición del Festival de Sitges parece haber constituido casi un leitmotiv propio, un servidor sigue siendo de la opinión que dicha iniciativa es del todo loable en lo relacionado a su intento de visibilidad, sin embargo no lo es  tanto en cómo es aplicada en lo concerniente a una serie de trabajos que dan la sensación de que su seleccionados corresponde más a un propósito de cubrir según qué tipo de cuotas que en lo relacionado a sus supuesta calidad artística. El debut en la dirección de Charlotte Colbert podría formar parte perfectamente de este grupo de películas con el añadido de estar ante un trabajo que ni siquiera parece estar demasiado preocupado en lo relativo a la interpretación de según qué mecanismos  adyacentes al cine de terror a la hora de plantear una tesis discursiva que da la sensación de estar expuesta a golpe de imposición. She Will nos cuenta como tras una mastectomía doble, Veronica Ghent viaja a una clínica situada en Escocia. Su intención es curarse de la operación, pero una vez allí descubre que para sanarse totalmente también es necesaria una meditación psicológica sobre su existencia y algunos traumas del pasado. Veronica establece un vínculo especial con Desi, una joven enfermera, y juntas descubren unas fuerzas misteriosas relacionadas con los sueños.

Sin tratar ser un purista del cine fantástico, pues un servidor nunca ha sido partidario de según qué clase de fundamentalismos aplicados al cine, She Will representa a la perfección esa clase de trabajos que se valen del fantástico en lo relativo a transitar a través de un discurso no genérico que aquí parece zambullirse en coordenadas propias del #MeToo mediante una serie de simbolismos artys nada proclives a terminar estando cohesionados a una trama, la meramente fantástica, que da la impresión de querer aferrarse de manera algo forzada a conceptos derivados del terror gótico con ciertas texturas hacia lo telúrico. Que Charlotte Colbert sea una artista multidisciplinar con una presencia destacada en museos y galerías de arte a través de trabajos que abarcan desde la fotografía, la cerámica o la escultura no significa que sea una cineasta competente en según qué líderes, She Will y ese superficial discurso, que deja otros inacabados como por ejemplo el relacionado al imaginario que se establece a raíz del aislamiento, que anida a través del empoderamiento de la mujer circunvalado en relación a la estigmatizaron de su vida personal y cómo estas se vengan mediante la excusa del elemento sobrenatural, sin embargo en realidad y aunque no lo parezca en un primer lugar estamos ante una prototípica rape and revenge que aspira a ser algo más mediante una recargada caligrafía onírica que intenta evocar a través de sus imágenes supuestas representaciones relevantes. A tal respecto She Will termina por denotar una estética ciertamente poderosa que no logra modular con acierto una narrativa que en ningún momento parecer ser consecuente a la hora de encontrar su propia identidad en lo relativo a intentar ser trascendente y percibir que en realidad no lo es.

Como hemos venido señalando en anteriores crónicas varias han sido las películas presentes en esta edición que de alguna manera han transitado a través de historias que en mayor o menor medida nos remiten a los tiempos de pandemia y las consecuencias que aún a día de hoy estamos sufriendo, a tal respecto el debut en la dirección de la realizadora brasileña Iuli Gerbase nos traslada a un escenario apocalíptico pero a través de una vertiente supuestamente controlada en donde se incide en los estragos mentales causados por un confinamiento que obliga a sus personajes a replantearse el nuevo status emocional al que están sujetos. The Pink Cloud nos muestra como Giovana y Yago son dos extraños entre los que surge algo especial tras conocerse en una fiesta. Cuando una nube tóxica invade su ciudad, ambos se ven obligados a buscar refugio sin apenas conocerse. A medida que pasan los meses y el planeta se sume en una interminable cuarentena, su relación avanza a marchas forzadas. Ante la atenta mirada del gobierno, los dos jóvenes tendrán que solucionar las diferencias que amenazan con acabar con su cordura.

The Pink Cloud viene a ser otra de esas cintas que parecen adoptar una mirada distante, casi anecdótica, en relación al elemento fantástico que sirve de motor a lo que será su narrativa, pasando a engrosar esa grupo cada vez más amplio de películas que usan el fantástico casi como mera excusa a la hora de intentar legitimar un discurso pretendidamente intelectual, en realidad a Iuli Gerbase parece importarle bien poco el motivo desencadenante, o sea el elemento genérico, no así la causa derivada en su vertiente dramática. En la película vemos como dos personas distintas han de adaptarse a una nueva situación social, a tal respecto el relato girara en base a la respuesta del ser humano ante un imprevisto, vivir de forma obligatoria dentro de cuatro paredes, que parece prolongarse por un tiempo indefinido. La fatiga emocional causada por el confinamiento que todos hemos experimentado últimamente cobra pues una especial concomitancia en un relato en donde su ficción ya no nos parece tan lejana. En The Pink Cloud existen acotaciones percibidas como interesantes, una podía ser el papel que juega el espacio físico, esas distancias en zonas cerradas, en nuestras relaciones, también como según qué tipo de dinámicas ocasionadas por la excepcionalidad van variando y evolucionando con el paso del tiempo en relación a las simetrías de poder dentro del ámbito del hogar, sin embargo el film termina derivado hacia un tono demasiado anecdótico y extenuante, cuya excesiva duración tampoco beneficia al conjunto, tanto en referencia a su condición de relato profético como especialmente en lo que respecta a una indagación en el drama intimista sobre identidades que termina siendo tan tediosa como la cuarentena que se ven abocados a sufrir sus protagonistas.

Crónica Festival de Sitges 2021. Día 6

Oscuros imaginarios de la infancia y sugerentes vacíos existenciales desincronizados

No se suele prodigar mucho en la dirección Juanjo Giménez, con tan solo un largometraje en su haber, que data del año 2003 (Nos hacemos falta), pero algo más prolífico en lo relativo a su faceta dentro del cortometraje, especialmente gracias a su premiado Timecode (2016), había bastante expectación por ver su nuevo trabajo tras las cámaras Tres, un regreso que ha valido la pena, después de las buenas críticas cosechadas tras su paso por el Festival de Venecia dentro de la sección Giornate degli Autori este drama psicológico de ambivalente elemento fantástico supuso una de las cintas patrias más estimulantes de las vistas este año en Sitges. En Tres vemos como una diseñadora de sonido pasa muchas horas sola grabando efectos, editando y mezclando. Es un refugio donde postergar las averiadas relaciones que mantiene con su ex pareja, con su anciana madre y con sus compañeros de trabajo. Aunque ella aún no lo sabe, está comenzando a desincronizarse. Como si fuera una película mal sonorizada, su cerebro ha comenzado a procesar el sonido más tarde que las imágenes.

El concepto del sonido asociado al cine en lo relativo a su conexión con la vertiente más profunda de la psique del individuo ha sido a lo largo de los años un recurso bastante común aplicado a según qué tipo de películas, tesis que ha dado lugar a diversas historias en donde dicho elemento ha actuado a modo de ente desestabilizador hacía con los personajes del relato, desde referentes indiscutibles como por ejemplo The Conversation (Francis Ford Coppola 1974), Blow Out (Brian De Palma 1981) o Berberian Sound Studio (Peter Strickland 2012) hasta pequeñas piezas a reivindicar como el magnífico episodio Sounds Like (Brad Anderson 2006 Masters of Horror Series) o la más reciente y fallida Sound of Violence (Alex Noyer 2021), vista en esta misma edición del festival, han mostrado como el sonido, o más bien su alteración, ha perturbado y desubicado diversas nociones de nuestra supuesta realidad. Tres se desarrolla a través de esos mismos parámetros narrativos, una distorsión, la imagen y el sonido son percibidos por separado por una solvente Marta Nieto, provoca la aparición de un drama personal y el correspondiente cuestionamiento existencial que conlleva, a tal respecto el mensaje queda bien claro en lo referido a mostrarnos una desincronización que puede ser percibida como dual, la física y la figurada, esta última en relación a la imposibilidad de encontrar nuestro sitio e identidad dentro de nuestro entorno más cercano. Aunque posiblemente la mayor virtud de este drama de tono identitario resida en ver como Juanjo Giménez maneja la premisa fantástica en un film que en realidad no es intuido como tal, en tal sentido todo este Macguffin que se aparta de la realidad, ese fuera de sincro, no es utilizado como mera excusa argumental a la hora de plantear otras disquisiciones derivadas hacia el melodrama, en Tres la paradoja expuesta, el sonido y su ausencia, es la principal razón de ser del relato, a partir de ello se nos mostrará el viaje vital de alguien que se ve obligada a causa de una anomalía a reformular e intentar sincronizar una demora emocional.

Era en principio uno de los platos fuertes de este Sitges 2021, al igual que la también nórdica Lamb The Innocents vino precedida de un buen recibimiento tras su presencia por las secciones paralelas del pasado Festival de Cannes, la nueva película del noruego Eskil Vogt transita a través de ese rico y amplio imaginario infantil colindante en ocasiones con una muy estimulante perspectiva fantástica. The Innocents nos cuenta como Ida, una niña de nueve años, y su familia se instalan en un barrio de los suburbios de Oslo para pasar el verano. Con su hermana, la niña trata de adaptarse a su nuevo entorno y se hace amiga de otros dos niños. Lejos de los adultos, los cuatro amigos descubren que poseen poderes sorprendentes, y los empiezan a utilizar de forma inocente.

Si existe algún temario central por el que orbita una obra tan interesante como resulta ser The Innocents es el relativo a como el concepto de la inocencia puede llegar a ser percibido a través de la mirada de los infantes, a tal respecto nos podríamos plantear la siguiente interrogación ¿puede considerarse a un niño una buena o mala persona por según qué actos realizados?, y en tal sentido es legítimo el abordar dicha interrogante ante un ser que está justo empezando a desarrollar lo que entendemos como valores morales. A tal respecto en ese particular imaginario infantil aún exento de según qué tipo de ataduras morales ha habido excelentes muestras llevadas al cine y la televisión que nos mostraban los peligros, vistos en su gran mayoría en clave fantástica, que puede acarrear una inexistente comunicación entre adultos y niños, cinco magníficos ejemplos para ponernos en contexto serian por ejemplo It’s a Good Life (James Sheldon 1961 The Twilight Zone), The Other (Robert Mulligan 1972), ¿Quién puede matar a un niño? (Narciso Ibáñez Serrador 1972) y apartándonos de una vertiente puramente fantástica las algo menos conocidas The Good Son (Joseph Ruben 1993) y la reivindicable Joshua (George Ratliff 2007), todas ellas transitaban mediante ese campo abonado que parecen recordarnos que nuestras infancias no fueron lo maravillosas que creíamos recordar ya de adultos en relación a la imaginación limitada que solemos tener de pequeños, una etapa de nuestras vidas que nos podía llevar a vivir pesadillas horribles pues seguramente estamos hablando del ciclo de nuestra existencia en el que posiblemente más miedo hayamos pasado. Eskil Vogt ya había mostrado con anterioridad muy buena mano con temas colindantes al fantástico, tanto con su notable opera prima Blind (2014) como por su guion para la no menos interesante Thelma (Joachim Trie 2017), en tal sentido The Innocents atesora un generoso batiburrillo temático de la que sale bastante bien librada, desde ecos bibliográficos que nos remiten a Stephen King a otros que nos derivan al estudio del funcionamiento de la mente infantil y las terribles consecuencias que puede acarrear que los infantes adquieran poder y por ello autonomía propia, aquí la referencia vendría de la mano de El señor de las moscas de William Golding, o la reflexión que conlleva el funcionamiento del bien y el mal y como se puede llegar a negociar según qué impulsos malvados entre los mismos infantes, todo ello trasladado a un característico escenario nórdico que aquí retrata una determinada periferia urbana en base a una historia que es percibida y mirada exclusivamente por los menores, con la intranscendente y anecdótica figura del adulto serán ellos los que tendrán que resolver sus propias problemáticas, muy al estilo de otra cruda cinta de este mismo año contada casi en tiempo real y desde una perspectiva de drama social como es Un monde de Laura Wandel.

El film de Eskil Vogt  se permite incluso el lujo de ir paulatinamente mutando sin desvariar lo que es su narrativa, del inicial thriller psicológico pasamos al terror expuesto a plena luz del día para llegar a un final que parece colindar con el imaginario de súperhéroes y el manga japonés, la similitud con el Domu de Katsuhiro Otomo no es baladí a tal respecto. The Innocents termina para bien perteneciendo a ese reducido grupo de películas en donde el concepto del horror entendido como tal parece cobrar especial relevancia en lo concerniente a lo verosímil que termina resultando la mirada turbia a esa etapa anterior a la pubertad más que al propio elemento sobrenatural que orbita alrededor de una de las películas fantásticas más estimulantes de este 2021.

Otras de las películas presentes en esta edición que nos mostraban de alguna manera la pérdida del paraíso desde una perspectiva original, aquí derivada hacia contornos arty, fue Luzifer del austriaco Peter Brunner, película que prioriza prácticamente toda su narrativa a un tono atmosférico y contemplativo en donde todo da la impresión de orbitar a través de la pregunta que nos podemos llegar a plantear en relación a dónde se encuentra realmente el Diablo. Luzifer está inspirada en un suceso real de exorcismo en donde vemos como Johannes, un hombre con el corazón de un niño, vive aislado en una cabaña alpina con su madre. El día a día está regido por rezos y rituales. Pero, de repente, la modernidad se entromete en su mundo de naturaleza y alabanza divina. Un complejo turístico amenaza con envenenar su paraíso y despertar al supuesto demonio que tiene en su interior.

Luzifer parte de inicio con ese supuesto sello de garantía que otorga la presencia de Ulrich Seidl en la producción, figura omnipresente dentro de la actual cinematografía austriaca no solo en lo relativo a la dirección de películas sino también en lo concerniente a su función de ejercer de padrino con autores como Severin Fiala, Veronika Franz o Michael Sturminger. Luzifer parte de un suceso real de la crónica negra que en realidad no deja de ser un punto de partida hacia otra cosa que va más allá de ser la simple recapitulación de un lúgubre acontecimiento, aquí la historia es percibida en base a un tono eminentemente meditativo en donde el paisaje ejerce como un personaje más en un relato que anida a través de los peligros que pueden llegar a surgir en base a una desaforada fe ciega en la religión, a través de dicho enunciado asistimos a un determinado microcosmos exístete entre una madre y un hijo (notable interpretación del cada vez más en alza Franz Rogowsky), la primera intenta llenar un generoso hueco de su interior con la religión, espacio físico y mental destinado en el pasado al alcohol y las drogas, a tal respecto la película se detiene en detallar el detonante de un conflicto que desencadenara una caída, en esta ocasión en lo relacionado a como el progreso derrumba el misticismo y la creencia en lo concerniente a una frágil inocencia sustentada sobre ella, será a partir de ahí en donde podamos intuir el énfasis que hace la historia por diferenciar lo que es la espiritualidad, que plantea preguntas, de la religión, que supuestamente nos tiene que dar respuestas. A través de la reflexión que se nos otorga en relación a ambas vertientes, que en realidad giran en base a un mismo eje en referencia a como la humanidad, aquí almas desamparadas cuya fragilidad deriva en actos extremos, intenta encontrar a Dios y rehuir del Diablo, Luzifer termina siendo partícipe de ese grupo de películas poco dado a la imparcialidad para con el público, propuesta tan arriesgada como irregular pues sus imágenes y las sensaciones que se derivan de ellas tienden a una supuesta trascendencia que puede acabar siendo percibidas por el espectador como imperceptible o no, tanto como a la propia fe que supuestamente atesorar cada persona.

No suelen ser tiempos de bonanza en lo concerniente a según qué clase de expectativas provenientes de un determinado tipo de películas que suelen ser generadas dentro de ese particular ecosistema de festivales de cine, a tal respecto lo peor, o más peyorativo, no suele llegar en relación a desmontar de buenas a primeras la expectación suscitada en un principio y si en lo relativo a lo excesivamente contraproducente que puede llegar a ser el posicionarse justo al lado contrario del inicial, a tal respecto The Medium tanto en uno como en otro sentido dio la impresión de no ser lo suficientemente bien contextualizada en su algo accidentado tránsito por Sitges. En The Medium vemos a un equipo documental en el norte de Tailandia, donde descubre a una chica cuyos comportamientos extraños parecen tener su origen en el linaje de los chamanes, la historia nos llevara a conocer a un chamán tailandés que deberá enfrentarse a una serie de posesiones y presencias paranormales que están ocurriendo en un recóndito pueblo situado al nordeste del país.

Como se ha comentado más arriba siempre hay que ser algo cauto a la hora de intentar validar un determinado tipo de expectativas generadas desde según qué ámbitos, The Medium se presentó en Sitges con la etiqueta de ser un producto galardonado y bastante taquillero tras su paso por cines de Corea del Sur y Tailandia este pasado verano, el que nombres como Na Hong-jin a cargo del guion, su excelente The Wailing sigue siendo aún el último gran título de terror dado por la cinematografía asiática durante los pasados años, o Banjong Pisanthanakun responsable de la exitosa y eficaz Shutter (2004), fueran los principales artífices del proyecto significaba de alguna manera una especie de sello de certificación genérica que otorgaba al producto un estatus en un principio a tener en cuenta, sin embargo el alarmantemente bajo nivel de las producciones de terror provenientes de Asia en estos últimos tiempos más el indagar a través de formatos poco dados a subvenciones genéricas, por muchos que algunos insistan en el revival de consistencia liquida como pudimos comprobar el pasado año con la anecdótica Host de Rob Savage, hacían cuando menos ser algo precavidos ante una película que empieza siendo rigurosa en lo relativo a su indagación a través del mockumentary  en el temario del chamanismo, posesiones y especialmente en lo referido a su función de retrato folklórico cultural de índole local, región del norte de Tailandia, que bordea tanto estructuras propias del folk horror como un nada disimulado trazo verite en relación a un realismo documental que intenta explorar diversos miedos de carácter ancestral.

El problema viene dado en no llegar a ser del todo consecuente en lo relativo a sus postulados, del sugerente mockumentary inicial pasamos sin apenas transición al found footage de tono desaforado, muy a la manera del segmento Safe Haven de Gareth Evans y Timo Tjahjanto para la colectiva V/H/S/2 por aquello de ponernos algo en contexto. A tal respecto The Medium termina siendo direccionada a fórmulas, clichés y déficits tradicionales del terror sobrenatural contemporáneo, llegados a un determinado punto termina siendo infructuoso el poder atisbar en el producto algún apunte de rigurosidad en relación a la verosimilitud del manejo de sus difusos formatos cinematográficos, de hecho el film de Banjong Pisanthanakun de haber visto la luz hace diez o quince años atrás hubiera pasado totalmente desapercibido ante el aluvión de propuestas de características similares que por aquel entonces existían. Dada la reactivación casi automática de diversos subgéneros dentro del terror a lo largo de cada cierto tiempo en cierta manera puede parecer normal el intentar vender como novedad algo que una década atrás casi desaparece dada la propia saturación de la que fue objeto, otra cosa bien distinta es anunciarla a bombo y platillo como la mejor película de terror de los últimos años cuando en realidad estamos ante un modesto producto que es plenamente consciente de su propia y muy limitada funcionalidad.

Llegado a un avanzado punto del certamen en cierta forma siempre es de agradecer el enfrentarte a propuestas como las que plantea Freaks Out, película de presupuesto generoso que aún lejos de ser liviana no atesoran en su interior una farragosa densidad discursiva a la hora de plasmar una supuesta alegoría al relato, aquí expuesto en base a un entretenido cuento de hadas en donde el concepto de la monstruosidad es interpretada a través de dos vertientes bien distintas entre sí. En Freaks Out vemos como Matilde, Cencio, Fulvio y Mario son como hermanos cuando la Segunda Guerra Mundial y los nazis golpean la Roma de 1943. La ciudad eterna es el hogar del circo en el que trabajan. Israel, el propietario del circo y casi un padre adoptivo, desaparece misteriosamente cuando intenta organizar una huida al extranjero para todos ellos. Tras su desaparición, los cuatro jóvenes vagan sin rumbo por la ciudad.

Puestos a elucubrar diversas posibilidades Freaks Out hubiera sido por distintas razones una perfecta película inaugural para este Sitges 2021, de echo en ella podemos encontrar más de una conexión temática con la elegida para tal cometido en la pasada edición como fue la hasta ahora aún inédita Malnazidos de Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro. La película Gabriele Mainetti, que con su anterior Lo chiamavano Jeeg Robot reconfiguraba de forma curiosa coordenadas  propias del cine de súperhéroes, parte de unos personajes que dada sus características parecen remitirnos a la fundamental Freaks de Tod Browning o la reivindicable serie televisiva Carnivàle (2003-2004 Daniel Knauf), sin embargo el propósito aquí difiere por completo al mostrarnos una especie de tragicomedia a modo de fábula clásica provista de una generosa aunque algo descontrolada  acumulación de elementos visuales que intenta de alguna manera reescribir la historia a través de un imaginario percibido como propio, un relato de índole ficticio más dado al trazo carismático y empático para con el espectador que a la propia originalidad de la propuesta. Posicionamiento el expuesto en esta historia que lejos de recurrir a la transgresión opta por la vía híbrida de unas coordenadas que terminan siendo tan entretenidos como a la vez excesivas en lo relativo a un desmesurado batiburrillo genérico en donde se percibe entre otros conceptos cinematográficos visuales que nos remiten a realizadores como Jean-Pierre Jeunet, Álex de la Iglesia o incluso Federico Fellini. En base a dicha estructura y con el trasfondo del nazismo en la Segunda Guerra Mundial como principal escenario la metáfora en cuestión atesora pocas sutilezas en lo concerniente a hablarnos del mundo moderno a través de un pasado aquí parcialmente reinventado mediante la fantasía, y en donde queda bastante claro que el mal no radica en la rareza o la diferencia de según qué personajes sino en algo que parece encontrarse bastante más soterrado de la superficie.

Crónica Festival de Sitges 2021. Día 5

Estimulantes relato sobrenaturales conspiranoicos y el folk horror a estudio

Halloween Kills viene a ser una otra nueva entrega de ese reducido grupo de longevas sagas del cine de terror como Friday the 13th, A Nightmare on Elm Street o The Texas Chain Saw Massacre, por citar tres bien conocidas, que cada cierto tiempo dan la impresión de reactivarse de forma casi automática según demanda popular, en cierta manera es la clase de películas que dada sus características ni siquiera parecen necesitar de un visionado previo por parte del comité de selección de Sitges a la hora de incluirla en su programación pues da la impresión que para bien, y sobre todo para mal, la película está concebida para conectar sin demasiadas dificultades con un determinado grupo de incondicionales a este tipo de sagas, pero que es ciertamente improbable que lo haga tanto con los supuestos nuevos fans como para los que en un principio no suelen ser especialmente afines a estas franquicias. Esta nueva Halloween nos sitúa minutos después de que Laurie Strode, su hija Karen y su nieta Allyson dejaran a Michael Myers ardiendo en el sótano de la casa de Laurie, esta última es trasladada al hospital con heridas graves. La familia Strode piensa que Myers ha muerto, pero el asesino más famoso de Haddonfield escapa de la trampa y vuelve a las calles para matar.

Vaya por delante por aquello de intentar contextualizar empatías que un servidor nunca ha sido un incondicional del personaje y la saga, dejando de lado el original y su primera y eficiente secuela (Halloween II 1981 Rick Rosenthal) siempre he sido más partidario de las indagaciones que de alguna manera se ha apartado del original en busca de nuevas fórmulas genéricas, como las empleadas por ejemplo por Rob Zombie en sus dos aportaciones a la franquicia, Halloween 2007 y Halloween II (H2) 2009, e incluso puestos a rizar el rizo en películas que pese a formar parte de la saga de forma supuestamente oficial no tienen ninguna conexión con el personaje como es el caso de la notable Halloween III: Season of the Witch 1982 de Tommy Lee Wallace. Todas las demás contribuciones, incluida esta nueva trilogía a cargo de David Gordon Green, se han movido de forma generalizada a través de una carencia inventiva bastante alarmante en donde todo parece anidar a través de un mecanizado resurgir que termina confluyendo y finalizando en el mismo punto en donde terminaba el film de John Carpenter, a tal respecto Halloween Kills englobado de forma clara dentro de este grupo no es mejor ni peor que sus sucedáneos, simplemente es una muestra más que tiene muy claro cuáles son sus funciones primarias sin detenerse mucho en corregir lo que son sus numerosos déficits en lo relativo a una película que da la impresión de no empezar nunca y en donde sus reiterativos flashbacks y sobreexplicaciones de brocha gorda ocupan la mayor parte del metraje. Ni siquiera llegado el momento de intentar articular un supuesto discurso pretendidamente reflexivo que vaya más allá de lo preestablecido, aquí en relación a presentarnos al personaje de Michael Myers como un mal de índole global que atenta contra la colectividad, consigue convencer dada la torpeza con que David Gordon Green lo intenta plasmar. Aunque la mayor incongruencia que atesora Halloween Kills posiblemente venga dado en relación a desmembrar de forma poco sutil un imaginario que acaba convertido en un mero guiño hacia el incondicional fan en lo concerniente a sus intenciones y lo que finalmente acaba ofreciendo, a tal respecto apelar a la nostalgia aquí aplicada a modo de statu quo solo funciona de forma parcial en lo relacionado a la revisitación del slasher entendido como tal y no tanto en lo referido a una aparición casi anecdótica del personaje de Jamie Lee Curtis o el cambio, apenas imperceptible, de un par de notas musicales de la icónica banda sonora a cargo de John Carpenter.

Dentro de esa siempre interesante sección que es Noves Visions, que en los últimos años se ha convertido en una especie de cajón de sastre temático poco dado a la catalogación consecuente, sí se busca con algo de detenimiento siempre hay lugar para propuestas ciertamente atrayentes como resultó ser la cinta croata Zora de Dalibor Matanic, una película que se mueve a través de unas coordenadas bien definidas en lo referido a como una trama lindante con el fantástico se vale de dicho género a la hora de articular una alegoría social, en este caso en lo relativo a comunidades divididas y polarizadas a través de ejes de índole ideológicos y religiosos.  En Zora vemos como en un futuro cercano, la sociedad ha experimentado un giro político drástico. Mientras sus vecinos escapan del radicalismo, Matija y su familia se debaten sobre si deben huir del que siempre ha sido su hogar. Quizá, la única forma de lidiar con el trauma y el mal sea enfrentarlos de frente.

Concebida como la segunda parte de una trilogía que empezó en el año 2015 con la notable Bajo el sol (premio del jurado en Cannes dentro de la sección Un Certain Regard), Zora ambientada en el futuro distópico que nos sitúa en este mismo 2021 al igual que su precedente parece seguir una narrativa de claros contornos metafóricos a la hora de recurrir a un elemento fantástico que aquí parece derivarnos al conflicto balcánico, algo parecido por aquello de ponernos en contexto a través de las comparativas al Borgman de Alex van Warmerdam, sin embargo el enfoque aquí resultante terminara siendo bastante más críptico que su predecesora. La llegada del extraño, y su correspondiente alienación hacia los demás, aquí la referencia cinematográfica podría venir también con respecto a la extraordinaria Creepy de Kiyoshi Kurosawa, actuara a modo de detonante en lo concerniente  a la obligada despoblación rural o en la medida de reflejar una división de grupos étnicos percibida en la película como algo abstracta pero no carente de interés, aquella relacionada en base a la exposición de una serie de simbolismos a la hora de crear atmosferas adyacentes a una realidad alternativa que también parece hablarnos del pasado en lo concerniente a pecados y absoluciones y en donde contemplamos a una sociedad fracturada, con el vecino volviéndose contra el vecino, expuesta a través de una narrativa que prioriza el trazo alegórico a la hora de hablarnos de un país como Croacia que en la actualidad se encuentra sumergido en un aparatoso y muy drástico cambio social.

En una edición en donde se dio una excesiva relevancia a la presencia de la mujer dentro del ámbito del fantástico, hasta el punto de legar a ser contraproducente, no fue tarea fácil el encontrar propuestas solidas que priorizaran en el buen sentido de la palabra el índole femenino al feminista, una de ellas fue la estimulante The Scary of Sixty-First, o lo que tendría que ser el sesgo genérico que le diera sentido a una sección como New Visions, texturas en 16 mm bien utilizadas en una historia conspiranoica sobrenatural provista de un inteligente sentido del humor, relato con cabida para personajes como Jeffrey Epstein o el Príncipe Andrew. The Scary of Sixty-First nos cuenta como dos compañeras de piso que son como el agua y el aceite descubren los oscuros secretos de su nuevo piso en el Upper East Side, y una de ellas comienza a parecer poseída por los espíritus de las víctimas del pedófilo multimillonario Jeffrey Epstein.

La ópera prima de Dasha Nekrasova nos muestra en un primer momento la ciudad de Nueva York como un lugar desolado en donde las calles están desiertas y las tiendas vacías, el cielo es de un beige farragoso sin apenas indicios de sol y los protagonistas se mueven en base a un reducido escenario de tono minimalista que nos remite a una estética muy determinada predominante en el género de los años 70, la fotografía en 16mm a cargo de Hunter Zimny y la música electrónica nos pone en dicho contexto escénico como ya lo hizo hace algunos años Ti West con la notable The House of the Devil, sin embargo las intenciones aquí son percibidas como bastantes distintas en referencia a intentar ser algo más que un aplicado ejercicio revisionista revelándose como un relato punzante de irónica mirada sobre las teorías conspirativas a la vez que empático en referencia la posibilidad de conexión entre distintas personas que se sumergen en dicho universo. Un film cuya narrativa de tono delirante no desvirtúa los componentes genéricos que desarrolla en relación a un debut ciertamente estimulante por aquello de transitar a través de una película de terror provista de erotismo, posesiones y un final sangriento en eso cada vez más complicado de clasificar y calibrar en su justa medida como es el actual cine independiente norteamericano, The Scary of Sixty-First lo es en esencia pura y en ella se puede percibir una inquieta voz autoral de la cual habrá que estar muy atentos en el futuro.

En anteriores crónicas de este Sitges 2021 ya habíamos señalado la importancia que conlleva la presencia en los certámenes cinematográficos de según qué tipo de documentales que atesoran una función didáctica en lo relativo a la exploración de algún temario relacionado con el séptimo arte, evidentemente pese a que la intención siempre parte de unos postulados bienintencionados no todo vale pues en un primer lugar el interlocutor ha de ser percibido como válido ante tal cometido, Kier-La Janisse, responsable entre otros libros de House of Psychotic Women, un volumen imprescindible sobre el terror expuesto a través de una perspectiva de género, lo es de manera sobrada en relación a ofrecer una mirada crítica y académica intuida como muy solvente,  Woodlands Dark and Days Bewitched explora con detenimiento el fenómeno del folk horror desde sus inicios a su proliferación en la televisión británica en la década de los setenta hasta llegar al resurgimiento del género acaecido en los últimos años, un estudio formulado a través de más de doscientos títulos y cincuenta entrevistados.

Es ciertamente complicado encontrar a día de hoy un subgénero dentro del fantástico que no haya sido lo suficientemente analizado por vía del estudio escrito, visual o incluso oral, a tal respecto y pese a atesorar a lo largo de los años un buen número de trabajos que inciden en la materia posiblemente el  folk horror en nuestro país ha sido de alguna manera un desconocido hasta la reciente aparición de películas que indagan en dicha temática dirigidas a un sector de público más amplio como por ejemplo The Witch Robert Eggers (2015) o Midsommar Ari Aster (2019). Woodlands Dark and Days Bewitched comienza su profunda inmersión en la temática en base a una descripción general de lo considerado como la trilogía básica del subgénero compuesta por The Witchfinder General de Michael Reeves (1968), Blood on Satan’s Claw de Piers Haggard (1971) y The Wicker Man de Robin Hardy (1973), el apogeo inicial del horror a un nivel popular convierte este segmento en un punto de partida idóneo en donde se reúne a un buen número de testimonios a la hora de examinar qué es el folk horror y cómo va evolucionando en el tiempo. Si bien algunos de dichos interlocutores son cineastas conocidos como por ejemplo Robert Eggers o Alice Lowe, la gran mayoría son críticos y académicos sobradamente conocedores de dicho temario, autores destacados como Alexandra Heller-Nicholas o distinguidos historiadores del cine como Abraham Castillo Flores desglosan la materia a un nivel global, a tal respecto es muy de agradecer que este magnífico documental no presente una lista estándar de entrevistados relacionados con el género como suele ser demasiado habitual en muchos trabajos de esta índole. Woodlands Dark and Days Bewitched posiblemente fue el mejor documental de carácter didáctico visto este año en Sitges, poco importa que sea un trabajo concebido en un principio para el consumo dentro de un ámbito doméstico, saldrá al mercado el próximo año de la mano de Severin Films, seguramente sus 194 minutos de duración, que para nada se hacen tediosos, estén más direccionado al visionado casero más relajado y segmentado en lo concerniente a ser un curso intensivo y extenso que para lo completistas puede llegar a intercalarse con la lectura de dos notables, y complementarias entre sí, publicaciones en castellano surgidas el pasado año como son el Folk Horror: lo ancestral en el cine fantástico coordinado por Jesús Palacios y el también colectivo Terror rural y paganismo.

Un temario muy recurrente dentro del fantástico contemporáneo que ha ido evolucionando como subgénero propio a lo largo de estos últimos años ha sido el referido a las posesiones y los exorcismos, temario bastante dado a atesorar unas características narrativas muy determinadas en donde la gran mayoría de propuestas terminan lindando de forma algo peligrosa a través de esa delgada línea que da la impresión de separar el relato de terror al uso de la comedia involuntaria. Afortunadamente no es el caso de The Exorcism of God, cinta cuyo mayor propósito tampoco es el intenta reinventar un género poco predispuesto a la novedad, la película nos muestra como los niños de un pequeño pueblo mexicano comienzan a morir de posesión demoníaca, los habitantes buscan la ayuda de Peter Williams, un sacerdote norteamericano marcado por un exorcismo que salió mal. Williams es considerado un santo entre sus feligreses, pero su primer encuentro con el demonio le dejó tocado para siempre. Ahora, deberá superar sus miedos para enfrentarse de nuevo contra el mal.

Posiblemente el principal problema de una cinta de las características de The Exorcism of God radique en lo relativo a su inequívoca vocación de ser un producto eminentemente comercial,  algo que irremediablemente la hace previsible, en tal sentido el ser una película que parece estar destinada a un público poco exigente en relación a estas lideres equivale en cierta manera a estar rindiendo de forma continua pleitesía en casi todas sus variantes al The Exorcist de William Friedkin, film que inventa y sienta las bases definitivas del propio subgénero, a tal respecto The Exorcism of God no representa ninguna excepción y los caminos elegidos para transitar a través de dichos temarios genéricos son percibidos como demasiado trillados, tan solo alterado de forma puntual y algo esporádica por alguna que otra crítica de tono mordaz dirigida a los altos estamentos eclesiales, aun así  la sensación final termina siendo la de estar ante una película relativamente entretenida dentro de unas específicas coordenadas que sin embargo son poco dadas a la originalidad, un film en definitiva que ya hemos visto en demasiadas ocasiones. Una lástima pues el realizador venezolano Alejandro Hidalgo con su curiosa opera prima La casa del fin de los tiempos había demostrado unos curiosos registros que invitaban a presenciar algo más bullicioso de lo que termina ofreciendo aquí, una cinta correcta en lo relativo a sus funciones pero muy poco proclive a según qué tipo de subversiones genéricas, en tal apartado como mal menor y para mentes algo mas inquietas siempre se puede recurrir a un tipo de cine de índole más alternativo que ofrezca estimulantes variantes sobre dicha temática como por ejemplo la cinta independiente norteamericana Agnes de Mickey Reece, vista también este año en Sitges y de la que pronto nos detendremos a hablar sobre ella de forma extensa.

Crónica Festival de Sitges 2021. Día 4

Potentes alegorías telúricas y lo explicito según hoy

De forma merecida la ópera prima del islandés Valdimar Jóhannsson se erigió como la gran triunfadora de este Sitges 2021, un solido drama rural acerca de maternidades desviadas que hace valer de forma inteligente el componente fantástico a la hora de plantear interesantes metáforas en lo relativo a la crónica de una familia que parece estar avocada al fracaso. En Lamb vemos como María e Ingvar viven aislados con su rebaño de corderos en una isla de Islandia. Cuando descubren un misterioso recién nacido, deciden criarlo como su propio hijo. La nueva vida trae mucha felicidad a la pareja, pero la naturaleza les tiene reservada una última sorpresa.

Cada vez resulta más difícil el poder encontrar un pequeño resquicio de originalidad dentro del actual panorama de cine fantástico, posiblemente sea por eso que de alguna manera el elogio surja de forma casi automática ante un tipo de cine en donde se nos ofrece al menos un riesgo narrativo percibido como alternativo, aquí en relación a una fábula de tono oscuro que es intuido como afín a ciertos contornos del terror elevado pero que afortunadamente no forma parte de él, a tal respecto Lamb no pretende inventar nada nuevo dentro del género siendo plenamente consciente de ser un producto que no engaña al espectador en lo relacionado a la utilización del fantástico y como este marca en cierta manera todo un desarrollo narrativo que termina siendo la auténtica razón de ser del relato. Al igual que otras muchas cintas provenientes de la cinematografía nórdica Lamb utiliza un opresivo y ascético paisaje que termina estando al completo servicio de una trama de índole minimalista y mirada ambigua en referencia a un conflicto adyacente entre la naturaleza y la humanidad carente de subrayados en lo concerniente a como la primera marca e impone los límites de convivencia a través de un relato cuya lúgubre atmósfera incide en una tensión acumulada, muy potenciada por la banda sonora a cargo de Tóti Guðnason, que parece augurar una conclusión poco placentera para con los protagonistas.

Un cuento clásico, plagado de abundantes silencios que significan bastantes más que las escuetas palabras que escuchamos, con tan solo un único elemento surrealista en una trama en donde básicamente se nos relata un estado de ánimo que nos muestra un antinatural superación del duelo, será a través de la metáfora o alegoría en donde se nos advierte de los peligros que puede acarrear el aferrarse a una vida que en realidad ya no existe. A tal respecto es digno de alabanza como a través de un planteamiento en apariencia tan simple y poco dado a derivas narrativas se pueden llegar a extraer reflexiones de un marcado carácter simbólico tan dispares y ricas en matices acerca por ejemplo de lo primario de una maternidad llevada hasta las últimas consecuencias aquí expuesta en contraposición a los dictámenes que suele regir la propia naturaleza, a nuestra relación con los animales y el alejamiento de la realidad que puede suponer el tratarlos como seres humanos o la imposibilidad existente de desprenderte de algo que de forma arbitraria te has llegado a apropiar.

En una edición en donde el concepto de la licantropía se erigía como el principal leitmotiv la presencia de Paul Naschy y de su icónico personaje Waldemar Daninsky era de alguna manera obligada pues resulta una figura capital a la hora de poder entender a través de un personaje y unas películas la propia evolución del fantástico en nuestro país. El retorno del hombre lobo nos muestra como tres jóvenes estudiantes alemanas, tras un accidentado viaje, llegan a los Cárpatos y descubren la tumba de la Bathory, cuya leyenda de vampiro sangriento ha permanecido a través de los siglos. Una de ellas, Erika, tras una macabra ceremonia, resucita al monstruo.

En cierta manera el poder llegar a visionar a través de una excelente copia una película como El retorno del hombre lobo en el cine Prado significa para un servidor una especie de viaje en el tiempo en referencia a aquellos tiempos lejanos, más de cuarenta años, en donde era bastante habitual y aceptada la presencia de Paul Naschy en Sitges, en tal sentido es digno de alabar la recuperación de una película de un claro índole artesanal en donde sin demasiados remilgos se pone toda la carne en el asador en lo relacionado a un argumento en donde encontramos vampiras, hombres lobos y muertos vivientes en base a un film que al igual que prácticamente toda la filmografía de su autor aún da la impresión de resistirse a ser contextualizada por crítica y público en su justa medida. Una película sincera y valiente con respecto a sus propósitos en donde podemos apreciar un sinfín de coordenadas que irremediablemente nos remiten a un imaginario muy propio, todas ellas plasmadas a través de diversas piezas encajadas a la perfección en relación a dicha autoría, el claustrofóbico castillo, las tumbas y el romanticismo gótico sin futuro, la continua amenaza del no muerto, la marginación de un personaje que es condenado por ser distinto o la muerte que tiende a impregnar todo el relato. Todos estos elementos y alguno más como solía declarar de forma continua Paul Naschy forman parte de una determinada obra, expuestos en un film que curiosamente parece situarse a través de dos vertientes temporales muy significativas, una correspondiente al fin de una era, que en nuestro país supuso de alguna manera el definitivo adiós a un tipo de cine entendido como clásico y gótico, y lo otra en lo relativo al principio de la siguiente en donde la figura del hombre lobo ya a un nivel global evoluciona hacia conceptos narrativos y estilísticos más sofisticados como bien se puede apreciar en películas realizadas justo un año después como The Howling o An American Werewolf in London, films también presentes en esta licántropa edición de Sitges.

La cada vez más abundante cosecha de documentales que en mayor o menor medida abordan distintos aspectos relacionados con el séptimo arte ha significado en estos últimos años que los festivales de cine presenten un considerable número de trabajos realizados en dicho formato dentro de su programación, ante tal coyuntura Sitges no es ajeno y en esta edición 2021 hubo abundantes propuestas que indagaban en base a lo didáctico en lo relacionado a autorías, subgéneros y otros aspectos relacionados con el cine, el documental Django & Django se centra en la figura de Sergio Corbucci, según Quentin Tarantino, el realizador italiano fue «el segundo mejor director de westerns italianos«, como declara un personaje en su película Once Upon a Time in Hollywood y como lo cercioro el mismo al versionar una película realizada por el propio Corbucci en el año 1960 como fue Django Unchained. A través de material inédito, testimonios de Franco Nero (actor favorito de Corbucci) o Ruggero Deodato (asistente de dirección en Django) e imágenes de películas inéditas en Super8 realizadas en los platós de los rodajes del director romano asistimos al retrato de un realizador y una época en donde el cine italiano supo a su manera hablar al mundo.

Un servidor nunca ha sido especialmente partidario de desgranar con detenimiento un documental que atesore en su génesis una faceta didáctica para con el espectador, siendo de la opinión que un producto de estas características es mucho mejor verlo que intentar contarlo, en tal sentido Django & Django cumple solo de una forma parcial el análisis asignado en lo concerniente a una trayectoria pues para la ocasión tan solo se detiene en relación a los spaghetti western dirigidos por Sergio Corbucci dejando en la trastienda todas sus restantes y abundantes aportaciones al séptimo arte, a tal respecto la indagación a cargo de Luca Rea será pues incompleta teniendo el condicionante de dar demasiada cancha al testimonio de Quentin Tarantino, un arma que según como se mire puede ser de doble filo pues si por una parte comenta cosas realmente interesantes, por ejemplo entre otras muchas las diferencias existentes entre los westerns de Corbucci y los de Sergio Leone, también se corre el riego de acaparar en exceso su función como maestro de ceremonias. La sensación final termina siendo la de estar ante un trabajo que se deja en el tintero demasiados temarios estando por momentos más cercano al consabido extra de Blu-ray que al de una película documental propiamente dicha, en tal sentido y puestos a pedir no deja de ser una pena que el propio Tarantino no haya dirigido este documental él mismo, de ser así seguramente podría haber contextualizar bastante mejor todos sus extensos comentarios.

La largamente orquestada opera prima a cargo de David Casademunt pudo ver por fin la luz después de una dura gestación de cerca siete años, tras su puesta de largo en Sitges la película verá la luz a un nivel global el próximo 6 de enero de 2022 a través de Netflix, El Páramo, relato de terror psicológico ambientado en el siglo XXI  nos narra cómo Lucía y su hijo viven alejados de la sociedad en un paraje llano en el que casi no hay vida. La pequeña unidad familiar que forman madre e hijo apenas recibe visitas, y su meta es desarrollar una existencia tranquila. En un inicio lo consiguen, pero la aparición de una misteriosa y violenta criatura que empieza a acosar su pequeña casa pondrá a prueba la relación que los une.

El Páramo viene a ser otra de las muchas películas vistas este año en Sitges que de alguna manera se han visto, a través de una cierta similitud en su argumento, emparentadas a diversas coyunturas sociales que nos derivan a diversas lecturas de la actualidad, pese a haber sido gestada con anterioridad la alegoría del aislamiento que produce desviaciones de carácter psicológico en relación a una amenaza de índole externo nos puede derivar de una forma lógica y hasta inconsciente al presente, a los tiempos de Covid, a tal respecto El Páramo se mueve a través de unas coordenadas genéricas que nos remiten a la paulatina degradación mental de un protagonista al verse anclada dentro una determinada ubicación que va oscureciendo poco a poco y que es percibida tanto por los protagonistas como por el espectador como claustrofóbica, la supuesta novedad de tal premisa puede venir dada en lo referente al escenario elegido para tal ocasión, aunque el propósito sea el mismo que otras películas de temario parecido pasamos del característico habitáculo hermético en relación a su forma física a todo lo contrario pues aquí será una amplia y desolada llanura y no un reducido apartamento como por ejemplo el que veíamos en otro relato que transitaba en lo relativo a derivas mentales como es la fundamental Repulsión de Roman Polanski. En tal sentido la historia orquestada por David Casademunt bascula en relación a miedos supuestamente figurados, tantos los externos como los internos, a través de dicho enunciado El Páramo forma parte de ese tipo de relatos que optan por dejar abiertas las diversas interpretaciones que plantea y en donde el elemento sobrenatural tiende a ser entendido como claramente metafórico, muy a la manera de un film que se movía en base a unos parámetros bastantes similares, por aquello de situar la acción a través de un gran sentido del espacio que tiende a ser cercano a apartados como el folk horror, el folclore español o el western de tono ucrónico, como era la reivindicable The Wind de Emma Tammi, también en lo relacionado a derivaciones propias del coming of age aquí representado en base a sinergias surgidas de una relación materno filiar y los diversos terrores que afloran en paralelo, tesis bastante semejante al excelente corto de Paul Urquijo Dar-Dar. Sin embargo su inequívoca adscripción a ser una película primordialmente de atmósfera nos puede remitir a un cierto esteticismo visual en donde se prioriza por encima de todo el ejercicio de estilo o de ensayo a un sólido desarrollo narrativo que aquí es intuido como poco satisfactorio, peaje este que puede ser considerado como relativamente menor en lo concerniente a estar ante una película austera y algo inspirada en referencia a cómo saber crearse una mitología psicológica y existencial percibida como propia.

A lo largo de su extensa existencia el festival de Sitges ha hecho eso tan característico en los certámenes de género en lo relacionado a publicitar un producto mediante la advertencia de poder herir sensibilidad del espectador, en tal sentido existe algo intrínseco en el aficionado al fantástico a la hora de sentirse atraído por una serie de películas que supuestamente traspasan esa línea que separa lo aceptable y lo políticamente correcto de lo prohibido. A lo largo de la historia del Festival existe un variado y muy divertido catálogo de anécdotas, que lindan casi con el gimmick, en referencia a tal parcela, ambulancias aparcadas a la puerta del cine ante posibles contingencias sufridas por el espectador en pases como los de Evil Dead, Re-Animator o incluso más recientemente Martyrs, certificar a la entrada a la sala mediante el DNI el ser mayor de edad, la última que me viene a la memoria en tal apartado fue la mexicana Tenemos la carne o polémicas mediáticas que acabaron previa denuncia con el director del festival declarando ante un juez en relación al controvertido pase de A Serbian Film. Sea como fuera esto ha sido una dinámica que con el paso del tiempo ha ido desaparecido por varios y evidentes motivos, uno de ellos, el más preocupante, en relación a esa nueva moral castradora en según qué tipo de sociedades que censura, penaliza y no permite ningún tipo de desvió conceptual de lo que ellos entienden como supuestamente aceptable. Desde su pase en el pasado Fantasia Fest The Sadness vino con una cierta etiqueta de ser una película fuerte que podía herir sensibilidades a través de según qué contenidos ofrecidos, la historia nos cuenta como una joven pareja se ve empujada al límite de la cordura mientras intenta reunirse en medio del caos que genera un brote pandémico. La enfermedad convierte a los infectados en seres crueles y depravados, un nivel de inhumanidad donde reina el asesinato, la tortura y la mutilación.

Si una cosa queda clara con The Sadness viene dado en la medida de ver como la mirada del espectador ante según qué tipo de películas va evolucionando, en tal sentido las películas son inalterables y la ópera prima de Rob Jabbaz si hubiera existido treinta añas atrás posiblemente hubiera suscitado algo de controversia en relación a la supuesta transgresión genérica que hace del exceso, hoy en día evidentemente no lo hace, en cierta manera The Sadness resulta bastante más convencional de lo que pueda dar a entender en un principio, más que una exaltación del gore lo que se percibe en su narrativa es una inclinación hacia el mal gusto, hacia lo desagradable, algo que por otra parte no deja de ser algo de fábrica en cinematografías como la de Taiwán o Filipinas que dan la impresión de carecer de según qué tipo de filtros a la hora de exponer relatos provistos de enfermizas viceralidades. Por lo demás la película se beneficia de forma coyuntural de problemáticas del ahora como por ejemplo situar en su acción el inicio de la pandemia a modo de un simple constipado o incidir en los déficits de una sociedad percibida como apática y egoísta que termina siendo reducida a sus instintos más animales en relación a convertirlos en una subvariante del infectado que aquí se permite el lujo de hablar e incluso supuestamente razonar.  Por lo demás la sensación final que otorga The Sadness es la de ser un refrito genérico carente de originalidad, curiosamente será a través de sus puntuales referencias a otras películas en donde logra funcionar relativamente bien como por ejemplo en lo referido a la escena del interior del vagón de un metro que nos remite al Train to Busan de Yeon Sang-ho o algún que otro momento de enfermiza enervación carnal sexual que nos recuerda los mejores momentos del Society de Brian Yuzna.

Crónica Festival de Sitges 2021. Día 3

Genios de la animación y la stop-motion y la muerte en Venecia según Alex de la Iglesia

Durante bastantes años uno de los nombres que ha estado muy presente en Sitges ha sido el de Alex de la Iglesia, de alguna manera el realizador bilbaíno pertenece a ese grupo de autores cuya trayectoria ha sido mostrada de forma cronológica con sobrada fidelidad por parte del certamen, desde aquel corto fundacional titulado Mirindas asesinas al mítico Work in Progress de Acción mutante proyectado en el año 91 a altas horas de la madrugada en el cine Retiro pasando por su consagración con la decisiva El día de la bestia en el 95, así sucesivamente hasta llegar al pasado año con la puesta de largo de su notable serie televisiva 30 monedas, a tal respecto era lógico que un producto tan direccionado al género como resulta ser Veneciafrenia, primera película del recién inaugurado sello fantástico conocido como ‘The Fear Collection’, tuviera su primer mundial en un ecosistema como el de Sitges una vez que festivales de una mayor envergadura no creyeron conveniente su selección, en Veneciafrenia vemos como hartos del turismo que abarrota y gentrifica la ciudad, un grupo de habitantes de Venecia tienen un plan siniestro para acabar con la invasión extranjera que sufren año tras año. Unos turistas españoles ajeno a esa amenaza inminente verá cómo, en poco tiempo, sus vacaciones se convierten en una lucha por la supervivencia.

Si una cosa no se le puede negar a Alex de la Iglesia es su total compromiso a un género al que ha sido fiel a lo largo de casi toda su carrera, incluso cuando de una forma menos directa ha transitado a través suyo mediante ramificaciones adyacentes como por ejemplo la comedia, en tal sentido Veneciafrenia sigue siendo fiel a un estilo que es percibido como determinado, tanto para lo bueno como para lo malo, esas señas de identidad a modo de marca registrada están muy presentes en el relato, también en lo relativo a su notoria irregularidad narrativa. Tanto Alex de la Iglesia como Jorge Guerricaechevarría parecen tener claros unos patrones genéricos fijos, aquí por ejemplo en lo referente a las supuestas víctimas y como estas son mostradas en base a coordenadas de un slasher de manual, subgénero que aquí juguetea tímidamente con otro como es el giallo, en relación a como el visitante y víctima ha de ser odioso y carente de cualquier tipo de empatía para con el espectador siendo eliminado de forma sistemáticamente por el nativo que en esta ocasión pasa de ser el prototípico redneck a una especie de sociedad oculta de origen más sofisticado, el problema viene dado en que en Veneciafrenia dicho propósito es llevado a las últimas consecuencias de forma poco sutil no dando ningún tipo de concesión o matiz en unos personajes que pese a su naturaleza de carne de cañón son mostrados de una forma que linda peligrosamente con el trazo más esquemático posible del estereotipo. Aunque posiblemente el principal lastre que atesore la película venga dado en relación a un tercer acto que a través de un voluntario acto de salirse de una tangente supuestamente predeterminada se convierte en arrítmico, y lo que es peor anticlimático, una lástima pues Veneciafrenia partía de un estimulante imaginario gótico en lo concerniente a la plasmación de un terror urbano ubicado en un marco incomparable como es Venecia, territorialidad que nos remite a los grandes del terror italiano, funcionando parcialmente en lo relativo a su faceta más lúdica pero no tanto en relación a una confusa vertiente dramático-social que en parte dada la torpeza  con que nos es mostrada traiciona unos postulados genéricos que aquí parecen quedar totalmente a la deriva.

Después de unos años cuya presencia en el Festival de San Sebastián se había convertido en habitual Mamoru Hosoda volvía a Sitges, certamen que proyecto en nuestro país sus primeros largometrajes The Girl Who Leapt Through Time, Summer Wars o Wolf Children, para presentar su último trabajo tras las cámaras Belle, aprovechando la presencia física del responsable de Mirai el festival tuvo para bien otorgarle un merecido premio honorifico a la que fue con diferencia la presencia más destacada de esta edición, Belle sigue las andanzas de una joven estudiante de secundaria de 17 años llamada Suzu que vive en un apartado pueblo rural junto a su padre. Durante mucho tiempo ella solo ha sido una sombra de sí misma, un día, Suzu ingresa en U, un universo en línea en constante evolución con más de cinco mil millones de miembros en línea que la hace convertirse en Belle, una cantante de fama mundial. Belle pronto se encuentra con una criatura misteriosa con la que se embarca en un viaje lleno de aventuras en la búsqueda de poder convertirse en quien realmente cree que es.

Si una cosa queda clara después del visionado de Belle es la sensación de estar ante un realizador que da la impresión de jugar en una liga muy diferente con respecto al resto de autores contemporáneos que indagan en la animación, sin ser su mejor trabajo pero siguiendo estando muy por encima del resto Belle nos muestra una afortunada mezcla de tono inmersivo hacia conceptos tan antagónicos en un principio como pueden ser La Bella y la Bestia, Matrix o Ready Player One, una película que dejando de lado su vertiente más lúdica nos ofrece un variado temario que aborda problemáticas sociales actuales como por ejemplo la identidad, las redes sociales o la efímera fama que puede derivar de según qué interacciones. Obra fastuosa expuesta a modo de un espectacular cuento de hadas cibernético, que incluso se permite el lujo de prescindir de narrativas de índole romántico, Belle, al igual que todo el imaginario de su autor, nos sitúa en un mundo que alterna continuamente realidad y fantasía mediante un elaborado y por momentos inabarcable catalogo visual, a tal respecto harían falta numerosos visionados del film para poder llegar a asimilar todas las ideas e inventivas que atesora un relato que nos muestra eso que parece surgir de serie en Mamoru Hosoda en lo concerniente a mostrar una pirotecnia visual provista de varios números musicales memorables que en realidad dan la impresión de estar al servicio narrativo de la exploración de lastras sociales actuales tan complejas como por ejemplo el maltrato o el intento de superación de los traumas que se pueden derivan de ello.

Siguiendo con la revisitación de las clásicas de Historias para no dormir el turno para la segunda tanda de proyecciones correspondió en un primer lugar a Rodrigo Cortés que en esta ocasión adapta La broma, historia que nos presenta  a Alberto, un empresario de éxito, bromista y fanfarrón. Su mujer, Elena, le engaña con Javier, su más servicial empleado, y planean asesinarle. Pero Alberto lo ha previsto y organiza su última broma. Si la original La broma partía de una premisa que podemos interpretar casi como anecdótica a la hora de abrazar de forma natural un tono fabulario poco dado a complejidades narrativas esta nueva versión llevada a cabo por el responsable de la reivindicable Red Lights diversifica de alguna manera una historia que más que beber del ideario base de Narciso Ibáñez Serrador parece adherirse a coordenadas más propias de otro referente televisivo como fue el Alfred Hitchcock Presenta en base a un relato que nos deriva a contornos característicos del thriller de suspense provisto de continuos engaños argumentales. Episodio correcto cuya principal baza termina siendo la ceñida labor actoral de su trio protagonista, en tal sentido Eduard Fernández, Nathalie Poza y Raúl Arévalo plasman de forma eficiente un entretenido juego de equívocos y traiciones de imprevista finalización.

El cuarto y último episodio de estas nuevas Historias para no dormir parte de un original rodado en el año 1966 que adaptaba un relato del escritor Ray Bradbury, El doble versión 2021 sin embargo nos sitúa en el año 2045 a través de una historia en donde vemos como Dani atraviesa un mal momento con Eva. En un intento de salvar su relación toma la decisión de adquirir un doble que cubra su ausencia cuando lo necesite. Los acontecimientos les obligarán a replantear la esencia de su identidad como pareja, empezado a sospechar. Recelosa, empieza a seguir y observar a David, que se muestra un tanto extraño. La puesta de largo de Rodrigo Sorogoyen en el fantástico, posiblemente el capítulo más flojo de la tanda, deja un sabor ciertamente agridulce en relación a estar ante un trabajo que en ningún momento da la impresión de tener el propósito de homenajear o conservar la esencia del original, más bien todo lo contrario pues el resultado final nos remite a una especie de asimilación y derivación hacia otros conceptos genéricos distintos más que una revisitación propiamente dicha. A tal respecto el episodio desprende un tono que la direcciona a unas coordenadas adyacentes al denominado terror elevado que aquí parece beber de fuentes narrativas más propias de por ejemplo el Charlie Brooker de Black Mirror dando lugar a un relato que transita a través de una distopía de un tono más dramático que de ciencia-ficción otorgando una cierta sensación de no terminar de medir muy bien unas ambiciones demasiadas elevadas en referencia a la exposición de diversas digresiones sociales que son percibidas en el episodio como algo pretenciosas y que en parte desperdician la base de un temario en un principio tan sugerente y rico en matices dentro del género fantástico como es el referido a la dualidad o el doppelgänger que irrumpe lentamente de forma desestabilizadora en el interior de un aparente idílico hogar.

De alguna manera la presencia en Sitges de Mad God entra dentro de ese grupo de proyecciones cada vez más difíciles de ver que dan la razón de ser a la existencia de los certámenes cinematográficos, aquellas en donde alejadas del evento otorgan la oportunidad de poder ver en pantalla grande una película que por diversos motivos es de difícil visionado, en tal sentido la monumental obra stop-motion a cargo de Phil Tippett cumple a rajatabla con esa máxima, una película que tardo 30 años en poder gestarse y que combina técnicas de animación innovadoras con tradicionales, un film definido oficialmente como una pesadilla apocalíptica que se sumerge en las entrañas del subconsciente poniendo de manifiesto el estar ante una obra de naturaleza única que llega donde antes nadie se había atrevido a acercarse.

A pesar de que la animación stop-motion se ha centrado principalmente a lo largo de la historia en imaginarios de índole infantil Mad God nos viene a decir todo lo contrario, en cierta manera seria demasiado fácil catalogar la película como un simple relato de terror provisto de un abundante dosis de gore o de una locura de contornos surrealistas pues estamos ante un trabajo cuyas imágenes, lindantes con lo enfermizo, se enfrentan a algo parecido a lo entendible como un imposible y como tal su función genérica resulta ciertamente complicada de poder catalogar. El legendario artista de efectos visuales Phil Tippett que había revolucionado el diseño de criaturas, el stop-motion y la animación de personajes CG habiendo participado entre otros muchos en films como Star Wars, RoboCop, Piranha o Jurassic Park, para una rápida y avanzada guía sobre su trabajo el documental Phil Tippett: Mad Dreams and Monsters (2019) pondrá en antecedentes a los no iniciados en la materia, transita en Mad Gog a través de una estructura narrativa no verbal que en realidad da la impresión de no tener intención alguna de contarnos una historia entendida como tal. Un film alejado de cualquier atisbo de convencionalismos e inspirado en una amplia variedad de influencias, por citar solo algunas a un nivel cinematográfico, Meet the Feebles (Peter Jackson, 1989) o Eraserhead (David Lynch, 1976). Mad God (premio a los mejores efectos especiales y el José Luis Guarner de la crítica) da la sensación de tener la misión prioritaria de trasportar al espectador a un estado de ánimo cercano al desasosiego en relación a mostrarnos detenidamente la oscura distopía de un mundo y un imaginario de naturaleza monstruosa, un viaje hacia abajo que no atesora una sola frase de diálogo pero que termina abrumando por la cantidad de información que deja caer mediante lo meramente  visual. Cada escena, cada nueva cuadratura del infierno que es retratado está plagado de caminos que parecen inescrutables en un primer momento, de detalles que insinúan una historia invisible provista de conflictos en base a un variado temario de horrores teológicos e incluso cósmicos. Después de más de cuatro décadas de crear criaturas para películas icónicas, Phil Tippett finalmente ha materializado lo que es su obra maestra, y la espera ciertamente ha valido la pena, Mad God rezuma devoción en cada uno de sus fotograma en base a multitud de ideas, matices y artesanía en relación a su elaboración, a través de todo ello nunca el infierno había sido retratado de una forma tan concienzuda dando lugar a una película que es percibida como única, tan complicada de poder ser descrita como difícil de olvidar.

La esperada adaptación de la novela gráfica de Gipi La terra dei figli a cargo de Claudio Cupellini fue indiscutiblemente uno de los títulos más interesantes vistos este año dentro de la sección Noves Visions, una sugerente cinta postapocalíptica que curiosamente establece interesantes conexiones con un presente que nunca dio la impresión de estar tan próximo a según qué futuros percibidos hasta fecha de hoy como totalmente ficticios. La terra dei figli nos muestra como el final de la civilización ha llegado. Un padre y su hijo se encuentran entre los supervivientes. El hijo es criado como un niño salvaje, pues su padre considera que es la única forma de sobrevivir. Cuando el padre muere, el hijo decide emprender un viaje a lo largo del río, en busca de alguien que pueda leer el diario que su padre escribió a lo largo de su vida.

La súbita aparición de la pandemia ha provocado en la sociedad actual un estado de ánimo y percepción en donde una serie de certezas que se intuían como solidas hasta este preciso momento se hallan visto de alguna manera debilitadas en lo concerniente a la propia fragilidad de la que parecen estar cimentadas, posiblemente sea por esa razón que las películas que abordan una temática genérica de índole postapocalíptico ya no la vemos tan lejanas o ficticias en lo referente a su supuesta veracidad. La terra dei figli, una de las mejores cintas vistas en este Sitges 2021, revisita ese concepto tan característico del desmoronamiento de la sociedad y la aparición de la barbarie como nuevo estatus de supervivencia, lo hace a través de unas coordenadas que nos derivan al concepto narrativo de una cruda coming of age. A semejanza escénica del Waterworld de Kevin Reynolds pero expuesta a través de una visión mucho más minimalista y autoral la película de Claudio Cupellini anida en relación a un tono que enfatiza de forma muy marcada la inexistencia de cualquier atisbo de esperanza para con los sobrevivientes, un poco a la manera del The Road de Cormac McCarthy/John Hillcoat la película retrata un mundo que está en vías de extinción poniendo un especial énfasis en como la devastación no es solo material sino también moral, sin embargo también existe un pequeño espacio direccionado a mostrarnos un último bastión en la historia que de alguna manera arroje algo de luz y esperanza sobre un futuro demasiado incierto, aquí reflejado en base a una extinta relación paterno-filial y como esta cobra sentido en base a un diario que enerva la escritura como posiblemente la única vía humanista aún existente que puede reconstruir a través de la memoria los cimientos de una utópica nueva sociedad.

Crónica Festival de San Sebastián 2021. Día 9

La deconstrucción del western y afortunadas recuperaciones de clásicos anómalos de nuestro cine

Semanas después de su presentación en el Festival de Venecia y tras doce largos años, interrumpidos por trabajos televisivos, desde la realización de su último largometraje la neozelandesa Jane Campion vuelve de forma afortunada a la gran pantalla con la ambiciosa adaptación de la novela de Thomas Savage The Power of the Dog, un apasionante no western que deconstruye prototípicos conceptos de la masculinidad ubicados dentro de un escenario en donde los roles de poder genéricos cobran una vital importancia en referencia a la propia subsistencia de sus protagonistas. La película nos cuenta como los acaudalados hermanos Phil y George Burbank son las dos caras de la misma moneda. Phil es elegante y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho en Montana. Es un lugar en donde la rápida modernización del siglo XX está a la orden del día George se casa en secreto con una viuda del pueblo llamada Rose, Phil, sorprendido y furioso, lleva a cabo una guerra sádica e implacable para destruirla por completo usando a su hijo, Peter, como peón.

De alguna manera y echando mano a un símil que puede resultar algo gratuito podríamos decir que The Power of the Dog, que atesora un notable trabajo actoral, constituye la antítesis de lo fue el Brokeback Mountain de Ang Lee en referencia a temáticas supuestamente similares que incluso curiosamente pueden ser leídas como sinérgicas, si esta última incidía a través de un romanticismo crepuscular en una nostálgica historia de amor y la moral imperante que la circunvalaba a lo largo de los años la ganadora de la Palma de Oro por The Piano nos introduce en The Power of the Dog en un wéstern con  ciertas texturas a drama gótico que al igual que el film de Ang Lee es mirado y percibido desde otro sitio al habitual, todo ello desarrollado a través de un poliédrico relato que reflexiona sobre las convenciones sociales, identidades difusas y deseos reprimidos que son mostrados en la trama en base a la toxicidad del poder familiar mostrado en un mundo que está a punto de desaparecer y en donde la interpretación que se hace de ambivalentes masculinidades constituye el eje central del relato. Como es habitual en el cine de su realizadora The Power of the Dog, que cuenta con una excelente banda sonora a cargo de Johnny Greenwood que aleja la historia del cualquier tipo de clasicismo posible, atesora en su interior una psicología ciertamente compleja, una maraña emocional aquí mostrada en forma de un contundente, y por momentos algo esquivo, relato trágico que habla sobre la imposibilidad, y la correspondiente frustración, de no poder llegar a materializar un deseo.

Dentro de la sección Zabaltegi Tabakalera hubo un reducido espacio reservado a ese tipo de cine intimista proveniente de Japón que se mueve dentro de unas coordenadas autorales bastante definidas en relación a unos personajes y unas situaciones que transitan en lo concerniente a un imaginario tan sutil en referencia a sus numerosos matices como indescifrable dado el hermetismo narrativo que atesora en su interior para con el espectador. Perteneciendo a ese grupo, con Ryusuke Hamaguchi monopolizando la sección Perlas con las notables Drive my Car y La ruleta de la fortuna y la fantasía, Kyoshi Sugita presentaba su cuarto trabajo tras las cámaras titulado Haruhara-san’s Recorder, cinta en donde vemos como Sachi ha empezado a trabajar a media jornada en un café después de dejar su empleo en un museo y se ha mudado a un apartamento recomendado por alguien que frecuenta el café. Con este cambio de trabajo y de dirección trata de superar el suicidio de su compañera, Yuki, ocurrido cuando vivían juntas. Sin embargo, aunque ya no puede verla, la imagen de Yuki permanece en su mente y se aparece como una ilusión ante sus ojos.

Basada en un tanka de Higashi Naoko Haruhara-San’s Recorder es una película que trata principalmente sobre cómo puede ser concebida la pérdida de un ser cercano, tesis desarrollada a través de un relato de narrativa lenta en donde pese a parecer no pasar nada la historia contada está plagada de sutiles apuntes argumentales en referencia a la forma de afrontar la pérdida de un amigo y como dicha situación define el comportamiento de una persona por el resto de su vida. Esos indicios de índole vaporoso ubicados en la trama lo experimentamos mediante el continuo uso del espacio vacío que hace de la puesta en escena Kyoshi Sugita en por ejemplo las súbitas apariciones casi fantasmagóricas de la mujer ausente, o como a través de una toma inmóvil percibimos como la protagonista suele tener la costumbre de dejar la puerta de su casa abierta cada vez que está en ella, una rutina que podría estar haciéndola para una mejor ventilación del inmueble, sin embargo esa puerta abierta funciona también tanto en lo relacionado a una invitación para una amiga que va a visitarla como a una especie de simbología en lo concerniente a la falta de aceptación del personaje por el fallecimiento de su amiga en base a un tipo de vacío existencial que da la impresión de ir más allá del simple aislamiento social autoimpuesto. A tal respecto la película de Kyoshi Sugita funciona principalmente a través de continuas sugerencias expuestas casi de forma elíptica, también en función de un sinfín de estáticos planos largos provistos de abundantes espacios muertos y escasos movimientos corporales que obligan al espectador a hacer un sobreesfuerzo a la hora de poder descifrar e interpretar los diferentes significados que puede atesorar la trama. Intenciones autorales pues bien definidas lo que si queda claro es que si actualmente existiera un tipo de relato cinematográfico situado en la penumbra, aquí ejemplarizado a la perfección mediante el silencio y el inmovilismo, relacionado con una resignación de tono poético este pertenecería claramente a una película tan fascinante como resulta ser Haruhara-San’s Recorder.

El pase restaurado y digitalizado de Manicomio dentro de la sección Klasikoak con motivo del homenaje al centenario de su director otorga de alguna manera sentido a la propia existencia de los festivales de cine, o lo que antes se entendía como tal, en relación a una función pedagógica que cada vez da la impresión de ser más difusa en materializarse en referencia a la labor de algunos certámenes a la hora de dar a conocer a un público joven películas clásicas que por una u otra razón han permanecido hasta la fecha semiocultas. Manicomio, que supuso en el año 1954 el debut en la dirección de Fernando Fernán-Gómez, labor aquí compartida junto a Luis María Delgado, supone una muy atípica producción patria que indaga a través de un planteamiento episódico de tono burlesco en la psiquiatría, el psicoanálisis y los excesos de ciencias que procuran razonar con la locura. En el film somos testigos de cómo Carlos va a visitar a su novia Juana al manicomio donde trabaja. Una vez allí, el director le presenta a su sobrina, obsesionada con tocar el arpa, y a un enfermero que repite palabra por palabra lo que dice Carlos. Nada es lo que parece en el manicomio.

Vaya por delante que un servidor siempre ha tenido una especial predilección hacia las películas de naturaleza episódicas, especialmente en lo concerniente al cine fantástico, género cinematográfico que más y mejor ha sabido indagar a lo largo de los años en dicho formato narrativo, tanto a través de piezas fundamentales como por ejemplo la seminal Dead of Night (1945) como en lo referente a películas de productoras tipo Amicus que a través de la segmentación de sus relatos han hecho de su producción su santo y seña, en relación a la compañía británica existe un film exquisito titulado Asylum dirigido por el gran Roy Ward Baker, en el asistíamos como era de rigor en la productora capitaneada por Milton Subotsky y Max Rosenberg a una estructura de antologías expuestas en base a varias historias ubicadas en el escenario de un oscuro hospital psiquiátrico, estas giraban alrededor de patologías que derivaban en un fabulario que nos direccionaba al terror teniendo como relato central que vertebra a las demás historias uno en donde presenciamos como un joven doctor recién llegado al centro que ha de adivinar cuál de los internos, que ha enloquecido de forma repentina, es su predecesor. Desde otro prisma totalmente diferente Samuel Fuller en la magnífica Shock Corridor también indagaba a través de su habitual paroxismo en el desequilibrio mental que terminaba amenazando seriamente a un periodista infiltrado en una institución psiquiátrica, muchos años antes de la existencia de ambas películas episódicas ubicadas en un centro psiquiátrico existió un film inclasificable como Manicomio del que perfectamente los trabajos antes citados sin ningún tipo de problemas podrían haber tomado algún tipo de referencias, sin embargo la película que nos ocupa pese a transitar por temáticas en un principio adyacentes difiere con respecto a las otras en relación a un tono que aquí abraza el humor negro de índole satírico en base a la diversidad de las fuentes literarias que adapta de obras ajenas, Edgar Allan Poe (El sistema del doctor Alquitrán y el doctor Pluma),  Aleksandr Ivanovich Kuprin (Una equivocación), Ramón Gómez de la Serna  (La mona de imitación) y Leonid Andreiev (El médico loco). Una película que toma a broma la locura narrada bajo texturas propias de gran vodevil provisto de una agraciada estética de índole expresionista, a través de dichos fundamentos  asistimos a una serie de historias que orbitan principalmente alrededor de la suplantación de identidades pero muy especialmente en relación a una delgada línea que separa la cordura de la locura en lo concerniente a unos relatos que coquetean de forma maliciosa con la angustiante pesadilla del cuerdo que parece estar atrapado en el imaginario del desequilibrado. Manicomio pertenece a ese cada vez más reducido grupo de películas aún por descubrir, una rara avis ya merecidamente de culto que constituye una de esas hermosas anomalías aún existentes dentro de nuestra cinematografía, un bendito desvarío nunca mejor dicho.

 

Palmarés

Concha de Oro a Mejor Película: Blue Moon de Alina Grigore

Concha de Plata a la Mejor Dirección: Tea Lindeburg por As in Heaven

Concha de Plata a Mejor Interpretación Protagonista: Flora Ofelia por As in Heaven y Jessica Chastain por Los ojos de Tammy Faye

Concha de Plata a Mejor interpretación de reparto: Quién lo impide

Premio especial del jurado: Earwig de Lucile Hadzhihalilovic

Premio del Jurado a Mejor Guion: Terence Davies por Benediction

Premio del Jurado a Mejor Fotografía: Claire Mathon por Undercover

Premio Nuev@s Director@s: Unwanted de Lena Lanskih

Premio Horizontes: Noche de fuego de Tatiana Huezo

Premio Zabaltegi: Vortex de Gaspar Noé

Premio del público: Petite maman de Céline Sciamma

Premio a la mejor película europea: Between Two Worlds de Emmanuel Carrère

Premio TCM de la Juventud: Mass de Fran Kranz

Premio Irizar al cine vasco: Maixabel de Iciar Bollaín

Premio Cooperación Española: Noche de fuego de Tatiana Huezo

Premio Feroz Zinemaldia: Quién lo impide de Jonás Trueba

Premio Sebastiane: The Power of the Dog de Jane Campion

 

 

Crónica Festival de San Sebastián 2021. Día 8

De historias de arraigo a la leyenda según Todd Haynes

Encargada de clausurar la sección Perlas de esta edición Todd Haynes, que anteriormente ya había indagado con detenimiento en imaginarios musicales friccionados con Velvet Goldmine o ‘I’m not there, nos muestra en formato documental una notable pleitesía visual a la que muchos consideran la mejor banda de todos los tiempos, The Velvet Underground explora los diferentes hilos que convergieron para que surgiera una de las bandas más influyentes del rock. El grupo fue artífice de un nuevo sonido que en cierto modo cambió el mundo de la música, cimentando así su fama como una de las bandas de rock & roll más veneradas de la historia, y muestra cómo el grupo se convirtió en una piedra de toque cultural con una serie de contradicciones: son de su tiempo y atemporales; literarios y anclados en la realidad; tienen raíces en la alta cultura y en el arte urbano.

La banda que surgió como parte de una aventura artística de naturaleza multidisciplinaria en los Estados Unidos a finales de la década de los 60 termino representando dentro del panorama musical no tanto la evolución de una importante banda de rock entendida como tal y si una forma más alternativa de entender unas determinadas coordenadas culturales, a tal respecto el responsable de Carol no se decanta por la prototípica estructura del documental del índole musical en donde solemos asistir a una sistemática narrativa provista de testimonios alternados con números musicales y viceversa, tampoco se conforma con la anécdota mera y simple sino que amplía mediante un elevado grado de experimentación su campo de estudio en relación al nacimiento de una banda de rock y su concreta ubicación dentro del contexto cultural del Nueva York de los años 60 y 70 cumpliendo a rajatabla tanto su función de memoria histórica como de homenaje y posterior opinión basada en la información ofrecida sobre tan selecto grupo musical aquí mostrada a través de un generoso registro de imágenes de archivo y un amplio muestrario de entrevistas tanto a los supervivientes de la banda como a invitados ocasionales. Un gran trabajo que indaga de forma certera acerca de personas que en su día se tomaron en serio la música y el arte, y lo que es más importante, que significado tenia realmente el vivir como un artista.

El colombiano Juan Sebastián Mesa al igual que en su notable opera prima Los nadie (2016) vuelve a trazar un relato sobre juventudes ancladas en unos determinados escenarios en relación a unos paralelismos inversos en lo que respecta a la territorialidad ubicadas en ambas historias pues pasamos de la bulliciosa ciudad de Medellín de su opera prima a la parsimoniosa Amazonía colombiana de su nuevo trabajo tras las cámaras, relatos ambos a la postre muy similares y sinérgicos en referencia a las simbologías existentes entre el paisaje y el individuo que lo suele transitar. En La roya vemos como Jorge es un joven campesino quien vive en lo alto de una montaña. Todos los de su generación han emigrado a la ciudad, pero él se ha quedado para hacerse cargo de la finca cafetera que ha heredado de su padre, mientras cuida de su abuelo y tiene amoríos con su prima Rosa. Las festividades del pueblo se acercan y él espera con ansias el momento para reencontrarse con Andrea, su exnovia, a quien no ha podido olvidar a pesar del tiempo y la distancia. El deseo de volver a verla se convierte en obsesión, mientras una plaga silenciosa invade los cafetales. Llegan las fiestas y en medio de la música estridente y las alucinaciones Jorge comprenderá que todo lo que los unía ha desaparecido y que permanecer en su tierra es un acto de amor y resistencia.

La gran virtud de una película tan modesta como rica en matices como resulta ser La roya posiblemente radique en como saber plasmar una historia de un índole universal aparentemente simple mediante la ramificación del significado que otorga los entornos por los que se mueven sus personajes aquí mostrado en relación a la confrontación existente entre dos fuerzas percibidas como antagónicas para con el protagonista, la tradición y la modernidad, como una se resiste a romper vínculos intuidos en el relato casi como ancestrales y como otra no termina por ofrecer los frutos prometidos con respecto a su paradigmático progreso. Sin embargo digresiones contemplativas aparte lo que queda meridianamente claro en la atmosférica y meritoria película de Juan Sebastián Mesa es la de estar ante un tipo de relato en donde el paisaje, cordilleras de la región de Antioquia de Colombia, termina siendo primordial, en realidad es el verdadero protagonista de la historia, a través de su omnipresencia asistiremos a un debate interno del protagonista, notable Juan Daniel Ortíz, que oscilara entre la indeterminación y una cierta insatisfacción a la hora de ver como una aspiración juvenil puede llegar a convertirse en un supuesto sacrificio en lo concerniente al no abandonamiento de un entorno rural que parece legitimar en base a su sola presencia la preservación de unas raíces que se resisten a desaparecer.

En estos últimos años que una película tenga el cometido de clausurar un festival de cine se ha convertido en un honor relativamente menor en comparación a tiempos pretéritos, si nos detenemos brevemente en el ecosistema que suele orbitar alrededor de la finalización de un certamen en el subyace una lógica saturación mental tanto de crítica como de público que hace que la película elegida para tal cometido quede de alguna manera relegada a una manifiesta falta de atención, o lo que es peor una distorsionada mirada sobre ella dada las circunstancias, tampoco es tarea fácil para la organización de un festival el encontrar una película relativamente importante que esté dispuesta a asumir dicho papel, en cierta manera San Sebastián ha solventado de forma algo airosa dicha coyuntura en los dos últimos años seleccionando productos patrios que por una razón u otra no terminaron quedando dentro de ese privilegiado grupo de trabajos que optaban a la Concha de Oro, si el pasado año la elegida para tal función fue El olvido que seremos de Fernando Trueba en esta edición la encargada de cerrar el certamen fue la meritoria cinta de Daniel Monzón Las leyes de la frontera. El film nos sitúa en el verano de 1978. Nacho Cañas, un estudiante introvertido y algo inadaptado, tiene diecisiete años y vive en Girona. Al conocer al Zarco y a Tere, dos jóvenes delincuentes del barrio chino de la ciudad, se ve inmerso en un triángulo amoroso que le lleva a vivir una carrera imparable de hurtos, robos y atracos que se prolongará durante todo el verano y que cambiará su vida para siempre. Las leyes de la frontera viene a representar la historia del verano en el que su protagonista experimentó el primer amor y se hizo mayor, transgrediendo constantemente la frontera entre dos mundos, cruzando esa difusa línea existente entre el bien y el mal.

A diferencia de otros realizadores de nuestro país bastante más inferiores englobados dentro de unas coordenadas genéricas similares Daniel Monzón no ha terminado de tener un merecido beneplácito por parte de la crítica pese a ser un más que aplicado artesano con sobrada solvencia a sus espaldas, Las leyes de la frontera certifica de alguna manera el buen hacer de un director que es plenamente consciente de hasta dónde puede llegar según el material y sus correspondientes mecanismos de que dispone, a tal respecto no era tarea fácil adaptar a la gran pantalla la novela de Javier Cercas sin pecar de priorizar un trazo literario a una historia que visualizada por un servidor corría el serio riesgo de ser poco cinematográfica en relación a la propia prosa por la que transita, la virtud aquí reside en como el responsable de La caja Kovak y el guionista Jorge Guerricaechevarría hacen una lectura muy inteligente del material del que disponen llevándolo al terreno del relato de iniciación que circunvala tanto la nostalgia de un tiempo pasado como el retrato del fin de una inocencia en lo concerniente a una desventura que se prevé de antemano que no acabara nada bien. De la misma manera Daniel Monzón es lo suficientemente listo como para indagar en una época concreta de extrarradio muy característica en los años de la transición y no en un subgénero cinematográfico propio que retrataba ese escenario como es el cine quinqui realizado en los años 70 y principios de los 80 pues es plenamente consciente de la imposibilidad de recrear un tipo de relatos como el que orquestaban en su día Eloy de la Iglesia o José Antonio de la Loma, una película que ante lo inasequible de poder revisitar aquellas historias provistas de una carga de verdad incuestionable opta por una ambientación, que no recreación de un modelo ya transitado, en donde prima por encima de todo el trayecto de alguien a un jardín prohibido aquí provisto de ese tipo de tono melancólico que nos muestra lo que pudo haber sido y al final nunca llego a ser.

No es la primera vez que Pablo Larraín se adentra en la llamada mitología popular del biopic, tras su notable Jackie el responsable de El club se acerca en esta ocasión a la figura de Lady Di a través, al igual que lo hizo en la cinta sobre la ex primera dama estadounidense Jacqueline Kennedy, de un tono desmitificador desarrollado en base al retrato de iconos populares femeninos que terminan siendo aislados del mundo real. Spencer nos narra un fin de semana durante las vacaciones navideñas de la Princesa Diana con la Familia Real en el castillo de Sandringham, en el condado de Norfolk. Lo que debería ser un maravilloso respiro navideño con sus hijos en la finca se convierte, en cambio, en una sucesión de obligaciones no deseadas. Mientras tanto, el Príncipe Carlos de Inglaterra está retozando abiertamente con Camilla Parker-Bowles, lo que obliga a Diana a interpretar el papel implacable de la amada y fiel esposa delante de los paparazzi que siguen cada uno de sus movimientos. ¿Aceptará su posición o se revelará y por fin vivirá su vida tal y como desea?

Es curioso que un film en apariencia tan interesante como resulta ser Spencer termine deprendiendo al espectador un cierto desencanto al percibirse que estamos ante una película que no termina de plasmar del todo lo que uno intuye que son unas intenciones de las que parte de un inicio su narrativa. En tal sentido la primera hora de la película deja bien claro que no estamos ante un relato al uso que toma el camino fácil en relación a mostrarnos en base a la crónica de un desasosiego la victimización de un personaje popular que da la impresión de encontrarse totalmente perdido, a tal respecto Pablo Larraín opta de buenas a primeras por no transitar por caminos trillados decantándose por ofrecer en la primera parte del relato un perturbador ejercicio de estilo que abraza sin apenas fisuras dubitativas el relato de terror mediante la mera sugestión de una puesta en escena que escruta una opresiva geografía interna (grandes angulares que parecen remitirnos al hotel Overlook de The Shining) y música inmersiva y opresiva a cargo de Jonny Greenwood, tal es la adscripción genérica del film que incluso se permite el lujo de detenerse brevemente en la fantasmagoría clásica en relación a la representación de terrores circulares del pasado de índole premonitorio direccionados al presente encarnados en la película con la aparición de Ana Bolena. Lástima que al final todo este dispositivo en donde se prioriza lo estético a la complejidad de una narrativa que no es fiel a sí misma termine por abandonar la inventiva visual y el tono especulativo expuesto hasta ese momento intentando articular una suerte metáfora  sobre maternidades que ansían la libertad personal, será a partir de ese punto cuando Spencer muestre de forma clara una serie de carencias que terminan otorgando al producto un tono mucho más comedido y autoindulgente de lo que puede dar a entender en un principio.

Programación de la 8ª edición del Offside Fest

El Festival Internacional de Cine Documental de Fútbol, Offside Fest, llega a su 8ª edición con un paquete de estrenos donde el deporte rey es el protagonista. Al igual que en la edición anterior, la organización mantiene el formato híbrido, con parte de su programación en formato presencial, y la otra online a través de Filmin.

Offside mantiene su colaboración con la plataforma DAZN para proyectar en la sala de cine sus mejores contenidos documentales. Este año, los asistentes al festival podrán disfrutar de ‘Club Ibiza: The Sessions‘en los cines Maldà, en la que será la clausura de esta 8ª edición. La inauguración estará protagonizada por el entrañable documental escocés ‘The Fort’. Ambas sesiones tendrán lugar en los Cines Maldà y serán de acceso gratuito con inscripción previa.

Inauguración: ‘The Fort’

Año: 2019 (Reino Unido).

Dirigido por: Alex Gale

Duración: 58m | VOSC

Calendario: 1 de diciembre en los Cines Maldà

Sinopsis: El Fort Williams FC es el peor equipo de Gran Bretaña. No cabe duda. Es último en la quinta división escocesa con una puntuación de -7 puntos. Llevan más de dos años sin ganar; la vergüenza y el dolor se apodera de la plantilla y del club. Este documental de la BBC narra las dificultades de un pequeño club para sobrevivir, así como los esfuerzos de una nueva directiva decidida en darle la vuelta a la situación.

Estreno en Catalunya.

Reserva tu entrada gratuita

Clausura: ‘Club Ibiza: The Sessions’ (DAZN Originals)

Año: 2020 (España)

Dirigido por: John Alex Dennis y Grant Best

Duración: 5 episodios de 15min | VE

Calendario: 6 de diciembre en los Cines Maldà

Sinopsis: Docuserie que recoge la historia reciente de la UD Ibiza, que en tres temporadas ha escalado tres divisiones hasta jugar hoy en LaLiga SmartBank, la Segunda División Española. ‘Club Ibiza‘ incluye entrevistas íntimas con Amadeo Salvo, presidente de la entidad, y la estrella del fútbol italiano, Marco Borriello, entre muchos otros, con accesos exclusivos ‘behind the scenes’. También encontramos los testimonios excepcionales de los DJs internacionales residentes de Ibiza, Anna Tur y Manu González.

Reserva tu entrada gratuita

 

A continuación, los ochos primeros títulos confirmados que podrán verse en exclusiva del 2 al 6 de diciembre en Filmin.

  1. ‘Big Time Soccer: The Remarkable Rise & Fall of the NASL’

Año: 2018 (EEUU)

Dirigido por: Rachel Viollet

Duración: 91m | VOSE/VOSC

Calendario: En Filmin del 2 al 6 de diciembre

Sinopsis: Narra el ascenso y la caída de la NASL, la pionera liga estadounidense de fútbol (soccer). A lo largo de los 70 y 80 logró atraer al público yanqui a un deporte que no entendían y lo hizo a través de la llegada de numerosas leyendas del resto del globo futbolístico como Pelé, Johan Cruyff, Beckenbauer y George Best. Retrato de una época única y de una liga que actualizó viejas normas e introdujo nuevas para hacer del fútbol un deporte más espectacular.

Estreno en España. 

  1. ‘Pojkdrömmen – Pro In Africa’

Año: 2020 (Suecia).

Dirigido por: Emil Moberg Lundén

Duración: 59m | VOSE/VOSC

Calendario: En Filmin del 2 al 6 de diciembre

Sinopsis: El director del documental, Emil, después de pasar 10 años retirado del fútbol y dedicado a la docencia, decide volver a ser futbolista profesional. El único equipo que lo acepta es Kibera Black Stars, un conjunto de un barrio pobre de Kenia. Allí, Emil tendrá ante sí el reto de convertirse en el primer jugador europeo en la Premier League de Kenia.

Estreno en España.

  1. ‘Tattoo your dreams’

Año: 2021 (Irán/España).

Dirigido por: Mehdi Ganji

Duración: 71m | VOSE/VOSC

Calendario: En Filmin del 2 al 6 de diciembre

Sinopsis: El documental explora los sueños de un grupo de adolescentes de Irán que luchan por convertirse en futbolistas profesionales en LaLiga española. Procedentes de distintas regiones del país, todos ellos comparten la ilusión de jugar a la mejor liga del mundo y demostrar que pueden estar a la altura del desafío.

Estreno en España.

  1. ‘Foosballers’

Año: 2019 (EEUU).

Dirigido por: Joe Heslinga

Duración: 96m | VOSE/VOSC

Calendario: En Filmin del 2 al 6 de diciembre

Sinopsis: El retrato de seis personajes únicos: seis jugadores profesionales de futbolín que compiten por ser el mejor del mundo. El documental es una galería muy ecléctica y divertida sobre el mundo competitivo del futbolín. Un deporte de salón que tuvo su auge en Estados Unidos durante la década de los 70 y que desde la llegada de los videojuegos vive en plena decadencia. El objetivo de estos profesionales del futbolín es reclamar el espacio que tuvo antes.

Estreno en España.

  1. ‘The Fort’

Año: 2019 (Reino Unido).

Dirigido por: Alex Gale

Duración: 58m | VOSE/VOSC

Calendario: En Filmin del 2 al 6 de diciembre

Sinopsis: El Fort Williams FC es el peor equipo de Gran Bretaña. No cabe duda. Es último en la quinta división escocesa con una puntuación de -7 puntos. Llevan más de dos años sin ganar; la vergüenza y el dolor se apodera de la plantilla y del club. Este documental de la BBC narra las dificultades de un pequeño club para sobrevivir, así como los esfuerzos de una nueva directiva decidida en darle la vuelta a la situación.

Estreno en Catalunya.

  1. ‘Everton: Howard’s Way’

Año: 2019 (Reino Unido).

Dirigido por: Rob Sloman

Duración: 106m | VOSE/VOSC

Calendario: En Filmin del 2 al 6 de diciembre

Sinopsis: El relato definitivo sobre la mejor etapa de la historia de Everton, el otro gran club de Liverpool. Durante los años 80, el Everton fue capaz de alzarse en lo más alto del fútbol inglés. Llegó a ganar dos veces la liga bajo la batuta del carismático míster Howard Kendall. Ganaron también la FA Cup, destrozaron 5-0 al Manchester United y lograron batir el récord de puntos en una temporada. ‘Everton: Howard’s Way‘ narra la trayectoria, a través del recuerdo y las experiencias de sus protagonistas, de un hombre al que Everton corría por las venas y de un equipo de jugadores lleno de grandeza y esfuerzo.

Estreno en Catalunya.

  1. ‘Bazyl’

Año: 2020 (Ucrania).

Dirigido por: Roman Shirman

Duración: 65m | VOSE/VOSC

Calendario: En Filmin del 2 al 6 de diciembre

Sinopsis: Un biopic atípico. Lleno de imaginación y de ingenio, que reivindica la figura de Oleh Bazylevych, uno de los mejores jugadores que recuerdan a los fans más veteranos del Dynamo de Kiev. Cuando ‘Bazyl‘ pasó a ser el entrenador de su equipo de por vida lo hizo formando dupla con el mítico Valeriy Lobanovskyi. Con ellos, el Dinamo alcanzó el éxito internacional. Bazylevych destacó gracias a sus modernos métodos y personalidad intelectual. Lo que le convirtió siempre en una rara anciana dentro del mundo del fútbol soviético y le comportó más problemas que beneficios ante las autoridades político-deportivas de la antigua URSS.

Estreno en España.

  1. ‘Identidad’

Año: 2019 (Perú).

Dirigido por: José Carlos García, Carlos Granada

Duración: 83m | VE

Calendario: En Filmin del 2 al 6 de diciembre

Sinopsis: Un viaje introspectivo sobre lo que significa haber nacido en Perú a inicios de los 80, momento en el que empezó la peor crisis económica, social y política de su historia. Este viaje resulta en una mirada, quizá esperanzadora, a un reciente momento de cambio y transformación social cuya esencia se reflejó en el regreso del equipo peruano a la máxima competición continental después de 36 años de ausencia, cuando se clasificó para competir en el Mundial de Fútbol de Rusia 2018.

Estreno en España.