“I Am Not Madame Bovary” review

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Li Xuelian y su marido Qin Yuhe montan un falso divorcio para obtener un segundo apartamento. Seis meses después, Qin se vuelve a casar con otra mujer. Llena de ira, Li presenta una demanda que pierde, porque el divorcio cumplía con los procedimientos legales. Y además Qin la acusa de haber sido impura en su noche de bodas. Una década después, sin que el matrimonio ni su reputación se haya restaurado, Li viaja a la capital durante el Congreso Nacional del Pueblo para completar su absurdo periplo de diez años por el hijo que no tuvo.

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Cinta dirigida por el veterano Feng Xiaogang (The Banquet, Assembly, Afterschock) y ganadora de la Concha de Oro (justo premio y más si nos atenemos a una simple comparativa con otras ganadoras de pasadas ediciones habidas dentro del certamen) y Concha de Plata a la mejor actriz para la muy conocida estrella del cine chino Fan Bingbing, I Am Not Madame Bovary (por cierto, de muy limitado parentesco argumental con la novela de Gustave Flaubert) transita a medio camino entre el drama y la comedia negra, una por momentos curiosa fábula acerca de la perseverancia y la obcecación que nos habla de la lucha de una campesina contra la burocracia del sistema chino de las últimas décadas, una historia por momentos impregnada de un tono surrealista con el concepto de la imposibilidad del individuo a la hora de luchar contra el sistema expuesto aquí bajo una coordenadas casi kafkianas. I Am Not Madame Bovary pese a una evidente reiteración bastante visible en lo referente a las temáticas que va abordando durante su algo excesivo metraje consigue sus mejores momentos cuando nos muestra esa fina ironía o parábola cómica si se quiere con la que ridiculiza a la clase política y funcionarial de la China pasada y actual, dejando de manifiesto un mejor manejo de la sátira que del drama pese a la acertada reflexión a modo personal que se nos relata al final del film.

i_am_not_madame_bovaryEn palabras de su propio director la mejor definición que se le podría otorgar a un film de las características de I Am Not Madame Bovary  es la de una ilustración de tono cómico en donde deja en evidencia, no sin cierta elegancia, al aparato burocrático del Partido Comunista Chino, una sátira a través de un hecho en apariencia anecdótico que parece sustentarse en una aparente ficción pero que tiene unos claros y fuertes vínculos con la vida real e incluso con la historia de un país, un film compuesto a partir de transiciones lentas y movimientos de cámara pausados, un ritmo este que sin embargo dentro de lo que es su propia narrativa deviene en una manifiesta irregularidad a la hora de intentar equiparar esa travesía de naturaleza costumbrista- irónica que recorre la protagonista con su algo farragoso tono melodramático, dicho de otra manera, su tono de comedia absurda funciona mucho mejor que su drama, todo esto llega a ser muy visible en su parte final con la irrupción en escena de la tragedia personal del personaje principal, un corte genérico presentado de forma  algo abrupta que pone de manifiesto una ruptura muy evidente en lo concerniente al discurso que hasta ese momento se había ido esgrimiendo dentro de la película.

i-am-not-madame-bovaryPor otra parte no deja de ser algo curioso que un director como Feng Xiaogang (el considerado Spielberg chino, con una larga trayectoria a sus espaldas)en I Am Not Madame Bovary llegue a indagar y experimentar con los formatos cinematográficos, unas originales y por momentos hipnóticas composiciones visuales imprimiendo un uso del circular a modo de ojo de buey para los episodios rurales y uno cuadrado para las escenas que acontecen en Pekín para acabar con una amplitud de campo para las últimas escenas del film, unas composiciones visuales estas que pese a anidar en algunos momentos en la senda de una cierta gratuidad en lo referente a su supuesta justificación, básicamente por tener uno la sensación de parecer sustentarse a través de ninguna base teórica (a este respecto no deja de ser algo curioso como muchos si validan dicho recurso técnico al cine de Xavier Dolan, poniendo como ejemplo Mommy, algo muy discutible y que daría para un debate alternativo en lo referente al posicionamiento artístico de según qué autores a la hora de la utilización de determinadas herramientas técnicas), una apuesta la esgrimida que incluso bien podría ser una declaración de intereses por parte de Feng Xiaogang y que no deja de ser un claro ejemplo de la inquietud artística y formal de un autor que desea en parte liberarse de ciertos conceptos y costumbres ya muy manidos en la gran pantalla.

Valoración 0/5: 3’5

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