“It Follows” review

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Después de una noche de sexo apasionado en el asiento trasero del coche entre Jay y su novio, la situación se pone algo tensa cuando este aplica cloroformo y deja totalmente KO a su apreciada novia. Al despertar, el amante novio, le explica que debía hacer todo esto para que una serie de espíritus acosadores le dejen en paz. A partir de ese momento es la pobre Jay quien sufrirá este particular acoso por parte de estos entes extraños.

Que un director tan prometedor como David Robert Mitchell (del que urge rescatar de manera inmediata su ópera prima “The Myth of American Sleepover“, un peculiarísimo acercamiento acerca de la juventud norteamericana que la emparentaba de una manera brillante al “American Graffitti” de George Lucas) hiciera un film de género tan característico como “It Follows” viene a ser una estupenda noticia para los amantes del fantástico más inquietos y más visto el resultado que se nos ofrece, logrando de alguna manera innovar, refrescar y por qué no, reinventar en algo un género como el del terror tan proclive a la repetición de clichés y la falta de originalidad.

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It Follows” inexplicablemente ausente en el palmarés del pasado festival de Sitges viene a ser un perfecto ejemplo del mejor cine indie de terror, tan rico en ideas como respetuoso a la hora de reverenciar a sus precedentes genéricos y evocar un pasado (muy especialmente al cine de John Carpenter de los setenta y principios de los ochenta), film que parece empezar como si de un slasher tradicional se tratara en base
 a un punto de partida del todo abstracto, y poseedora de una introducción tan magistral como sobrecogedora, un travelling circular tan sencillo en su desarrollo como desconcertante en su planificación, en donde  el terror puede surgir de cualquier situación o localización y adoptar al mismo tiempo cualquier forma posible, una amenaza completamente omnipresente que no atiende a razones, pero que deviene de manera brillante en un apasionante discurso de tintes metafóricos acerca de los horrores imperceptibles que nos persiguen durante la adolescencia (la completa ausencia de adultos en el largometraje es una clara muestra de la exposición a cargo de David Robert Mitchell) todo ello contado con una sutilidad de múltiples lecturas y representaciones (ojo, un visionado superfluo de la cinta puede llevar a una conclusión errónea sobre ella).

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La sencillez de la propuesta expuesta en “It Follows” es admirable, una regresión total al cine de los años 70 y 80 desde una mirada inteligente, un film que con muy pocos elementos consigue crear escenas realmente aterradoras, centrándose no en buscar explicaciones al hecho en sí, sino en explotar el miedo y la psicosis que produce en el individuo que alguien te persiga constantemente, una representación de la muerte que fundamenta su angustia en la anómala cotidianidad en la que se nos presenta, si a más la propuesta se ve fortalecida en el apartado técnico pues mejor que mejor, excelente banda sonora a cargo de Rich Vreeland, compuesta básicamente en base a melodías eléctricas y una no menos portentosa fotografía que ayuda a crear una conseguida atmósfera asfixiante.

It Follows” posiblemente sea la propuesta de género de terror más original del pasado año, con un soberbio trabajo tras la cámara a cargo de David Robert Mitchell, poseedor de una habilidad innata a la hora de generar una solvente inquietud a través de sus perturbadoras imágenes (innegablemente la mayor virtud del film), todo ello utilizado en base a unos claros referentes vistos en el género a lo largo de los años pero expuestos de una manera novedosa, “It Follows” convierte sin lugar a dudas a su director en un auténtico valor en auge al cual que no hay que perderle la pista en el futuro.

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