
13 títulos componen la Competición Nacional, con relatos que activan una mirada íntima sobre el paisaje, la disidencia, los cuidados y las comunidades que los habitan
Corte Final presenta cuatro obras españolas aún en montaje, donde el ensayo personal sirve para abordar desapariciones, memorias silenciadas y vínculos familiares
El jurado internacional combina perfiles del ámbito artístico, cinematográfico e institucional, con figuras como Andrei Ujică, Alejandra Trelles o Frédéric Maire
Todas las secciones competitivas otorgan premios del jurado y del público, además del galardón Fugas, que reconoce la innovación formal y el riesgo creativo
El festival Documenta Madrid 2025, organizado por el Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento, convierte la ciudad en un mapa de memorias vivas y relatos insumisos del 6 al 11 de mayo. En su 22ª edición, este festival internacional de cine despliega 25 películas en competición y cuatro proyectos en fase final de montaje que desafían las formas del documental desde lo íntimo, lo político y lo experimental. Las sedes colaboradoras —Filmoteca Española, Museo Reina Sofía, La Casa Encendida, ECAM y Fundación Casa de México/UNAM-España— serán el escenario de un cine que no teme mirar atrás para repensar el presente.
Bajo la dirección artística de Luis E. Parés y del comité de programación integrado por Paola Buontempo, Javier H. Estrada, Ruth M. Somalo y Florencia de Mugica, el festival consolida una línea curatorial centrada en el impulso al cine nacional, el cine de archivo como herramienta de memoria y el documental de autor como motor estético y político. Con una imagen renovada que invita a pensar la ciudad, el tiempo y la materialidad de este arte, Documenta Madrid 2025 reunirá en sus secciones competitivas 36.000 euros en premios y abrirá espacio a nuevas voces y miradas, tanto en sus competiciones como en sus secciones paralelas.
Un escaparate de la diversidad documental
Las secciones competitivas mantienen sus tres categorías: la Competición Internacional, la Competición Nacional y la sección Corte Final, esta última destinada a obras españolas en fase avanzada de montaje. La Competición Nacional e Internacional otorga premios tanto del jurado como del público, además de reconocer la innovación formal y el riesgo creativo mediante el galardón Fugas. Corte Final está dotado de un premio de distribución gestionado por la Agencia Freak y valorado en 4.000 euros.
Diez nacionalidades en la Competición Internacional
Las películas de la Competición Internacional exploran formas de habitar el mundo a través del cine y proceden de diez países distintos. 7 promenades avec Mark Brown (7 paseos con Mark Brown), de Pierre Creton y Vincent Barré, convierte una caminata botánica en una reflexión sobre la belleza natural; en Another other, de Bex Oluwayotin Thompson, se yuxtaponen imágenes de ficción y discursos reales para denunciar la represión ideológica; la tradición oral como identidad colectiva guía Canone effimero, de Gianluca y Massimiliano De Serio; mientras que John Lilly and the earth coincidence control office (John Lilly y la oficina para controlar las casualidades en la Tierra), de Michael Almereyda y Courtney Stephens, revisita la vida de un científico que cruzó ciencia y psicodelia.
La relación entre humanos y animales se aborda en Monólogo colectivo, de Jessica Sarah Rinland, y la memoria palestina emerge en Partition, de Diana Allan. En Postscript, de Ryan Ferko, Parastoo y Faraz Anoushahpour, se reconstruyen imágenes perdidas para reescribir la historia; y en la misma línea, Razeh-del, de Maryam Tafakory, rescata memorias enterradas en medio de la ruina.
Otros títulos denuncian violencias contemporáneas: Soixante-sept millisecondes (Sesenta y siete milisegundos), de Fleuryfontaine, reconstruye una agresión policial captada por cámaras de seguridad; The diary of a sky (Diario de un cielo), de Lawrence Abu Hamdan, convierte el espacio aéreo de Beirut en campo de batalla sonoro. La desaparición de Luciano Arruga se reconstruye desde el archivo en Todo documento de civilización, de Tatiana Mazú González, mientras que What we ask of a statue is that it doesn’t move (Lo que rogamos a una estatua es que no se mueva), de Dafné Hérétakis, imagina una estatua rebelde que escapa del museo para repensar arte y resistencia.
Competición Nacional: territorios, cuidados y formas de resistencia
Los filmes de la Competición Nacional ofrecen miradas personales sobre el territorio, la memoria y la resistencia. Cambium, de Maddi Barber y Marina Lameiro, muestra la transformación del paisaje navarro a través de una comunidad que tala un pinar. Capitolio vs. Capitolio, de Javier Horcajada, enfrenta dos memorias: la archivada y la fugaz, capturada en móviles y redes. En Deuses de pedra (Dioses de piedra), de Iván Castiñeiras Gallego, la experiencia de una joven en la frontera entre Galicia y Portugal da forma a un retrato íntimo del tiempo. Errotatiba (La rotativa) de Iratxe Fresneda Delgado, evoca el cierre del diario Egin desde los espacios abandonados. Kukuaren kanta (El canto del cuco), obra colectiva de la aldea navarra de Lerga, capta el ritmo pausado de una comunidad. La casa y el ternero, de Rocío Montaño Parreño, retrata una Madrid combativa y cotidiana.
Desde el activismo del cuidado, Las territorias, de Anna Brotman-Krass, reivindica el trabajo doméstico como símbolo de dignidad y resistencia. Locas del ático, de Tamara García Iglesias, cuestiona la representación histórica de la mujer enajenada a través de imágenes médicas y literarias, y Cuando lleguemos al claro, de Márton Tarkövi, observa la creación como vínculo silencioso entre generaciones.
La naturaleza está presente en Pneuma, de Adrià Expòsit-Goy, que propone una experiencia sensorial en el bosque. Recuerdos para el que por mí pregunte, de Fernando Vílchez Rodríguez, reconstruye la memoria de presos de la Guerra Civil a través de sus cartas, y Turismo de guerra, de Kikol Grau, mezcla humor y crítica para abordar la memoria nacional. Finalmente, Un dragón de cien cabezas, de Helena Girón y Samuel M. Delgado, especula sobre la comunicación vegetal.
Corte final, memoria y herencia
El cine de Corte Final aborda la memoria, la herencia y la supervivencia desde perspectivas íntimas y políticas. Atlas de la desaparición, de Manuel Correa, sigue a tres familias que buscan los restos de sus seres queridos desaparecidos durante la dictadura franquista. Corren las liebres, de Lorena Ros, traza un retrato coral de mujeres gitanas trans, intersexuales o migrantes que sobreviven en los márgenes con arte y dignidad. En Nos fuimos quedando solos, de Adrián Canoura, un hijo se embarca siguiendo las grabaciones que su padre filmó décadas antes en alta mar, y en La piel, de Javier Olivera, subyace la reflexión familiar entre tres generaciones unidas por fragmentos de vida filmada.
Un jurado internacional
La Competición Nacional contará con Dario Oliveira, director del festival portugués Porto/Post/Doc; Frédéric Maire, director de la Cinémathèque Suisse, y Alejandra Trelles, directora del Festival Internacional de Cine de Uruguay. En la Competición Internacional estarán Tania Pardo, directora del CA2M y comisaria artística; el cineasta rumano Andrei Ujică, protagonista de uno de los pases especiales de esta edición, y Daniel Mann, ganador de la pasada edición del festival. Por su parte, el jurado de Corte Final estará compuesto por Rafael Alberola, cineasta, guionista y responsable de ECAM Industria; María Oliva, distribuidora y fundadora de Sideral, y Luisa Espino, responsable del Centro de residencias artísticas de Matadero Madrid. Una selección de perfiles que encarna el diálogo entre tradición y vanguardia, industria e innovación.