Basado en unos hechos reales que sacudieron Filipinas. Dos reclusos gozan de los beneficios que unos policías corruptos les han otorgado: pueden salir de vez en cuando de prisión a cambio de trabajar como asesinos a sueldo. Los agentes de la ley encargados del caso no sospecharán que los criminales que buscan ya están entre rejas.
En los últimos años hemos asistido al despertar artístico de la cinematografía Filipina en forma de cintas así como la inevitable aparición de cineastas como Lav Diaz, Brillante Mendoza o Raya Martin en el panorama autorial, otro director de estas latitudes como es el veterano cineasta Erik Matti (donde la mayoría de su filmografía por no decir toda es completamente desconocida en Occidente) ha tenido un reconocimiento internacional con su último trabajo «On the Job«, un brillante ejercicio de estilo en forma de thriller criminal basado en supuestos hechos reales.
Film de cuidada ambientación pese a los pocos recursos económicos con que cuenta la película pero bastante por encima de la media de films realizados en Filipinas, especialmente destacable es el diseño de producción a cargo de Richard Somes así como el desarrollo de la trama narrativa dividida en dos líneas argumentales, la correspondiente a los reclusos que trabajan como asesinos a sueldo (haciendo especialmente hincapié en la relación maestro-alumno) y la de los policías encargados de investigar el caso, aquí es posiblemente donde Erik Matti sabe sacar el máximo rendimiento , sabiéndole dar una profundidad emocional a los personajes y ensamblando de manera acertada la difícil tarea de aunar las escenas de acción (acertado manejo del recurso del travelling en varias ocasiones) junto a los momentos dramáticos donde los personajes se debaten en la moralidad-conveniencia de sus actos.
También es verdad que «On the Job» posiblemente esté muy atada a los códigos del género en los que se mueve y que esto en cierta manera la derive a simplificar en cierta manera la dimensión de unos personajes que un principio prometían bastante más en su desarrollo, lastrando en algo su resultado final, de la misma manera que su duración, unos 120 minutos, que no por lo larga que puede parecer llegar a ser, sino por crear una cierta descompensación en su conjunto, pues hacia la mitad del film aparece un notable bajón narrativo bastante palpable.
Al final nos quedamos con la visión que nos ofrece Erik Matti de una sociedad Filipina decadente y corrupta, un oscuro retrato camuflado en forma de un vibrante thriller de acción en donde no hay lugar para ningunos de los personajes que transitan por «On the Job«.
Valoración 0/5:3’5