Huyendo de los horrores de la Segunda Guerra Mundial ocho escolares, acompañados por la directora del colegio (Helen McCrory) y una profesora (Phoebe Fox), son evacuados de Londres y trasladados a una aldea. Allí conocen a Harry Burnstow (Jeremy Irvine), un piloto de la RAF que, al igual que ellos, se alojará en una ruinosa casa situada en una isla que sólo se comunica con tierra firme por la carretera de las Nueve Vidas, una calzada que desaparece con las mareas. Su presencia no tarda en despertar una fuerza malévola que surge de la oscuridad y lleva décadas rondando esa mansión en ruinas: se trata de «La mujer de negro».
La nueva Hammer no parece estar teniendo un retorno afortunada con respecto a la calidad de sus propuestas, si «The Resident» o «The Quiet Ones» representaban un nivel cualitativo más que cuestionable, el remake «Let Me In» pese a ser un pulcro trabajo por parte de Matt Reeves evidenciaba su misma necesidad de ser, algo inherente en este tipo de propuestas, su éxito más destacable tanto critico como económico fue su hasta cierto punto conseguida nueva adaptación de la novela de terror gótico escrita por Susan Hill «The Woman in Black» en donde su director James Watkins sabia sacar el máximo provecho de los mimbres más característicos del genero aparte de ser una inteligente operación de marketing por parte de la productora al poner al frente del reparto al conocido Daniel Radcliffe, recién salido de la saga Harry Potter, aunque no me cansare de recomendar la que para mí es la mejor versión con diferencia de la citada novela, la notable tv movie de 1989 dirigida por Herbert Wise con guion de la propia Susan Hill y el legendario Nigel Kneale.
Así no era difícil adivinar que se planteará una continuación de su film más exitoso, «The Woman in Black 2: Angel Of Death» sin embargo se sitúa bastante lejos en cuanto a resultados con respecto a su sucesora, la trama propuesta aquí por parte del guionista Jon Croker aparte de estar repleta de demasiados clichés es poseedora de una creatividad que brilla por su ausencia, no se aporta prácticamente nada nuevo a la historia al no tener la más mínima originalidad en su estructura narrativa, todo es un continuo déjà vu de imperfecciones mil veces vistas en pantalla, con un abuso de los consabidos golpes de efecto, mala señal esta pues indica una evidente falta de ideas en su conjunto, por momentos tenemos la sensación de estar presenciando un envoltorio sin nada dentro, su acertado diseño de producción no está para nada al servicio de la historia, al mismo tiempo se abusa de una cierta rigidez formal en su puesta en escena deviniendo a todas luces como un producto que surgió como un simple encargo para aprovechar la buena taquilla de su antecesora , para más inri el sosísimo trabajo tras las cámaras de Tom Harper ayuda bien poco, se nota que es un director no afín al género, por momentos parece estar más interesado en mostrarnos los endebles dramas personales de los protagonistas, obviado en algo el elemento fantástico en una dirección que invita al tedio, una lentitud más que palpable a la hora de filmar las escenas, todo ello a la espera de consabido golpe de efecto a base de subir el volumen, que lejos de generar inquietud o desasosiego consigue situarse como un producto totalmente vacuo en su enunciado.
No deja de ser una pena que propuestas tan representativas y reconocibles dentro de la historia del género como la de una productora dedicada en exclusiva al fantástico no lleguen a establecerse de una manera consolidada, no le hubiera ido nada mal tanto a Tom Harper como a Jon Croker revisionar propuestas que sí lograron plasmar varias de las ideas propuestas en «The Woman in Black 2: Angel Of Death«, niños-orfanato, contexto histórico más elemento fantástico, a bote pronto y de un cine reciente me viene a la memoria la notable «El espinazo del diablo» (2001) de Guillermo del Toro o incluso la resultona película tailandesa «Dorm» (2006), lamentablemente la secuela que nos ocupa se sitúa en las antípodas en cuanto a resultados con respecto a estos trabajos.
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