“Shelley” review

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“Shelley” nos cuenta como Louise y Kasper son una pareja danesa que viven en una casa de campo en medio del bosque, lejos de la vida moderna, la tecnología e incluso la electricidad. El mayor sueño de Louise es ser madre, pero ella no tiene la capacidad de tener hijos. En su desesperación, finalmente decide hacer un pacto con su sirvienta Elena, que acepta llevar al hijo de Louise como madre de alquiler a cambio de una gran suma de dinero. Pero la vida que crece en su interior toma forma demasiado rápido y de una manera extraña, a partir de ese momento la paranoia y el horror rondarán el inminente nacimiento.

Shelley“, producción danesa y opera prima Ali Abbasi es una nueva muestra del variado y muy sugerente muestrario del actual fantástico autoral proveniente de Europa, un film que se sitúa en las antípodas de lo que mucha gente pueda llegar a entender que representa el género de terror en la actualidad, es por eso que convendría (no tendría que ser así ni mucho menos) avisar al espectador despistado que no estamos ni de lejos ante una simple variante del “Rosemary’s Baby” de Roman Polanski, ni siquiera ante una película de terror al uso con embarazo-parto maléfico como principal premisa argumental (“Baby Blood” de Alain Robak, “Grace” de Paul Solet o la más famosa en dicha temática “It’s Alive” de Larry Cohen por poner solo algunos ejemplos que me viene a la cabeza a bote pronto), “Shelley” opta por una senda totalmente diferente, una vía rica en matices, y lejos de cualquier tipo de convencionalismos genéricos, una naturaleza arquetípica la nos muestra Ali Abbasi en su primer trabajo tras las cámaras que llegan a situar al film como una de las sorpresas más agradables del presente año.

201609634_1Las principales virtudes que encontramos en “Shelley” podemos encontrarlas en dos apartados que aunque muy diferenciados entre sí en lo que es su percepción final se complementan casi a la perfección, por un lado asistimos al laborioso y notable trabajo técnico por parte de Ali Abbasi, haciendo especial hincapié en una dirección artística que prioriza una enrarecida atmósfera por encima de cualquier otro aspecto en el film, pues estamos ante una película que perturba e insinúa más que asusta en el sentido más chabacano de la palabra, teniendo la virtud añadida de sustentarse sobre un guion o una premisa principal muy poco sutil en su enunciado, en este aspecto es digno de alabar la notable utilización de espacios como ente opresor de sus protagonistas (esplendidas tanto Ellen Dorrit Petersen que ya habíamos visto en la excelente “Blind” como Cosmina Stratan), su gélida fotografía y la utilización del sonido, o la falta de él, son solo algunos de los acertados mimbres que se utilizan para incomodar al espectador dejando lo supuestamente explícito en la vertiente onírica del film, apartado este quizás utilizado de manera algo repetitiva, y por otro lado tenemos esa dualidad genérica de contornos conscientemente ambiguos que se nos plantea muy hábilmente durante la película, ¿hay realmente un elemento de índole fantástica en la historia o todo es fruto de la imaginación de algunos de los protagonistas?, en este aspecto es digno de albar la dirección que toma el film, pues aunque se sustenta sobre unas normas genéricas bastantes reconocibles la capacidad que hace gala Ali Abbasi a la hora de reinventar la historia de manera constante es del todo admirable.

El resolutivo plano final a modo de perverso cuento de horror que vemos en “Shelley” sirve como un inmejorable y aterrador broche de oro final al film, lejos de un posible mensaje críptico lo que nos cuenta Ali Abbasi es la doble vertiente perversa de la historia, de forma muy llana, por una parte la fantástica que ya habíamos podido intuir-sospechado en prácticamente todo el metraje del film, y por otro lado y no menos terrorífica la meramente humana, más retorcida si cabe y que se nos muestra de forma concluyente en esa última escena (aquí y salvando las lógicas distancias habidas y por haber toma como modelo referencial en su concepto esa obra maestra de Jack Clayton que es “The Innocents“). “Shelley” al igual que esa maravilla que pudimos ver el pasado año como es el “Demon” del malogrado Marcin Wrona pertenece por derecho propio a ese tipo de cine fantástico autoral proveniente de Europa, rico en múltiples y ambivalentes matices, tanto a un nivel metafórico como conceptual, en definitiva toda una sorpresa que nos remite a seguir con sumo interés la futura carrera como director de Ali Abbasi.

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