“The Leftovers”. El lánguido vacío de la ausencia

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Cuando el 2% de la población mundial desaparece de forma literal y abrupta, sin explicación alguna, quedando sólo sus ropas en el sitio en el que sus cuerpos de evaporaron, el resto de la población de la Tierra comienza a intentar comprender lo que ha pasado, y sobre todo lo que se supone que deben hacer al respecto. Uno de estas personas es el jefe de la policía de un pequeño suburbio de Nueva York, padre de dos hijos, que trata de mantener cierta apariencia de normalidad.

Las expectativas que se generaron cuando  se dio a conocer que la HBO se iba a encargar de “The Leftovers“, serie  basada en la novela de Tom Perrota y producida por Damon Lindelof (Lost), posiblemente a la larga no han jugado a su favor, básicamente por parte de un público que ya desde un principio salió algo predispuesto hacia donde se podía dirigir un producto con Lindelof a la cabeza, y es que la sombra de “Lost” es muy alargada, tanto en positivo como en negativo, así pues The Leftovers partía con la desventaja de la comparación o de su posible empatía tanto de un costado como del otro, lo cierto es que aunque la serie mantiene algunas constantes temáticas “del universo Lindelof” esta se encuentra bastante alejada en su desarrollo y en su planteamiento de base con respecto a  Lost, aunque el inicio de su argumento pueda hacer pensar lo contrario.

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Esta serie de corte dramático que arranca a partir de un hecho fantástico representa de forma acertada el dolor y la desorientación de unos personajes (algunos mejor representados que otros) incapaces a adecuarse a una situación de la que son incapaces de encontrar una explicación razonable, se nos muestra un mundo que linda con el apocalipsis y que no admite términos medios, el personaje principal es la metáfora de cómo el orden establecido trata de resistir como puede los envites de una sociedad desorientada a la que ya no podrá encauzar. Él, que sigue creyendo en la justicia como guía para corregir de alguna manera una situación que se le va de las manos y al mismo tiempo debe lidiar con una realidad ante la que su mente amenaza con sucumbir, aquí los misterios de tono fantástico son usado como método de tortura hacia varios personajes, el destino del padre del protagonista (extraordinario Scott Glenn) al que la locura mandó al psiquiátrico, se cierne en todo momento sobre él y la historia optimiza al máximo sus coqueteos con el género.

La excelente banda sonora ayuda sobremanera al discurso narrativo del relato que se apoya con frecuencia en las imágenes cuyas melodías en ocasiones se transmiten casi con más intensidad que las palabras de sus protagonistas, aunque a veces uno tiene la sensación de que de alguna manera se tiende a abusar de este recurso, la tristeza, el desasosiego, la inquietud ante lo que puede deparar lo desconocido, el estar ante algo que se escapa a toda explicación lógica son algunas de las sensaciones que vamos experimentando conforme avanza la trama. No sabemos lo que pasó el 14 de octubre (el día de la ascensión), ni lo sabremos nunca.

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En contra partida hemos asistidos y entendido con detenimiento cómo funciona esta tortuosa nueva sociedad, quiénes la componen y cuáles son sus motivaciones, porque
 a fin de cuentas “The Leftovers” se centra más en la naturaleza humana, que en la trama sobrenatural.

Damon Lindelof & Tom Perrota ya dejaron muy claro desde un principio que “The Leftovers” no era una serie sobre causas, sino sobre las consecuencias ocasionadas a raíz de una situación anómala. La idea de una perdida colectiva y sus funestas consecuencias interesa más aquí. Una perdida que tiene componentes de rabia, de venganza o de autoengaño. En “The Leftovers” a nadie le importa el origen de las cosas. Sus personajes hacen lo mismo que haría cualquier hijo de vecino, seguir adelante como pueden, aunque eso sí, apoyándose en unos cimientos sin ningún tipo de base sólida, esto es lo que hay y la vida tiene que continuar de alguna manera.  Pero aunque en el fondo sepamos que ese camino es el único transitable, ya no sirve, todo se sustenta sobre una provisionalidad forjada en el desespero y la soledad así como en el miedo hacia un futuro incierto. La vida se detiene en “The Leftovers“, pero la serie sigue, pues tendrá otra temporada, la HBO no es una cadena que deje abandonados a su suerte sus productos pese a que estos no hayan tenido los resultados esperados en forma de audiencia, solo esperar que en esta segunda oportunidad se sea algo más benévolos a la hora de juzgarla pues estamos ante una serie que aunque este lejos de ser perfecta demuestra poseer unos tintes de madurez creativa dignos de elogio.