Americana 2019 Día 5: The Bill Murray Stories/Free Solo/Blaze/Chi-Town

The Bill Murray Stories

Documental del actor Bill Murray. El largometraje recoge una serie testimonios de personas que han vivido disparatas apariciones del humorista estadounidense en su día a día.

Como hemos comentado con anterioridad una de las mejores noticias este año en el Americana fue un ligero incremento en el número de documentales exhibidos, uno de ellos fue The Bill Murray Stories: Life Lessons Learned from a Mythical Man de Tommy Avallone, modesto documental que indaga en una suerte de leyenda urbana cuando menos simpática, aquella que nos cuenta como Bill Murray suele aparecer de forma inesperada en actos de índole casuales o privados. El documental incide en la amable investigación de tales hechos en donde se nos detalla en base a diversos testimonios de gente implicada los inesperados encuentros de Bill Murray con la gente de a pie.

The Bill Murray Stories termina siendo un trabajo que no trasciende de la mera anécdota de su propio enunciado, de echo funciona como tal y no va mas allá, ante tal tesitura es harto evidente que sus escasos 70 minutos de duración se hacen algo largos, en tal sentido es muy palpable que Tommy Avallone no quiere o no puede profundizar a fondo en el personaje en cuestión, consiente de sus limitaciones este nos ofrece una simple mirada cómplice hacia la leyenda y lo curioso de su comportamiento, una mirada hacia una persona a la que admira y a la que dadas sus características es tratada como mito en base al anecdotario pues The Bill Murray Stories es básicamente eso, un catálogo de anécdotas tan simpático como poco trascendente, posiblemente esto último nunca fue intención del realizador, a un servidor sin embargo le hubiera gustado más no ya un repaso en profundidad a la trayectoria personal y profesional  del encausado sino el intentar indagar un poco más en porqué de tal posicionamiento del personaje en cuestión y no tanto en el impacto, a fin de cuentas anecdótico, de la gente corriente ante dicho comportamiento,  quedando todo pues como una entrecortada reflexión acerca de la trascendencia de estos pequeños actos y la importancia que le solemos dar.

Valoración 0/5: 2’5

 

Free Solo

Documental que narra la hazaña de Alex Honnold al escalar sin ningún tipo de ayuda la formación rocosa vertical “El Capitán”, ubicada dentro del Parque Nacional Yosemite (Mariposa County, Estados Unidos), de unos 900 metros de altura. Fue el primer escalador en lograrlo.

Posiblemente el documental estrella de esta edición del Americana fue Free Solo, trabajo que venia abalado por un sinfín de premios incluido el reciente Oscar al mejor documental, con producción de National Geographic y dirigido a cuatro manos por Elizabeth Chai Vasarhely y Jimmy Chin Free Solo nos narra de forma modélica una historia dual, ambas no dejan de transitar acerca de la superación, el reto deportivo pero también la indagación en una psique que da la impresión de ser inmune a todo lo que le rodea.

La estructura en la que se sustenta Free Solo tiene poco que ver con el documental prototípico producido por National Geographic, puestos a buscar semejanzas podríamos citar a la también oscarizada Man on Wire de James Marsh, en ambos trabajos detectamos una épica final a la hora de conseguir un objetivo pero también un profundo estudio de la personalidad del sujeto en cuestión, es en ese aspecto en donde se va mas allá de las épicas deportivas al uso vistas en documentales, al igual que el documental de James Marsh gran parte de la narrativa de Free Solo bascula a través del preparativo, es ahí en la previa de esos vertiginosos y apasionantes veinte minutos finales en donde podemos psicoanalizar si se me permite la expresión al escalador Alex Honnold, intentar buscar una razón del por qué tal comportamiento se presenta como una tarea complicada, uno puede llegar a la ligera conclusión de estar ante un individuo ciertamente excéntrico que parece estar continuamente al borde de sufrir de algún tipo de sociopatía emocional, aparentemente sólo peligroso para el mismo evidentemente, será al final de la historia en esa irremediable conclusión al que se ve obligado a enfrentarse el protagonista cuando todo cobre un sentido especifico, es ahí en dónde se logra transmitir a través del virtuosismos de las imágenes y del montaje una equidistante y palpable sensación de peligro hacia al espectador que deviene como mortal en base a varios minutos de suspense, tarea tan difícil de lograr hoy en día a través de una pantalla de cine y que conlleva un doble mérito al tratarse de una narración de inequívocos contornos hiperrealistas.

Valoración 0/5: 3’5

 

Blaze

Narra la vida del cantante y compositor de country norteamericano Blaze Foley (Texas, 1949 – Nashville, Tennessee 1989). Blaze fue una inusual leyenda de la música del Texas Outlaw Music que engendró a autores como Merle Haggard y Willie Nelson. A través de una historia que recorre tres periodos de su vida, los diferentes hilos exploran su romance con Sybil Rosen; su última noche oscura en la tierra; y el impacto de sus canciones y el impacto de su muerte en sus fans, amigos y enemigos.

El Americana 2019 se clausuro con el último trabajo, en este caso tras las cámaras, de Ethan Hawke titulado Blaze, film que nos cuenta la historia del malogrado músico country estadounidense Blaze Foley. Blaze la película tiene la gran virtud de apartarse del biopic cinematográfico al uso, aquel que glorifica sin llegar a detenerse en matices que indaguen en claroscuros del personaje. Mostrada a través de una narrativa fracturada temporalmente el film de Ethan Hawke se sustenta básicamente en un estilo digamos libre, a través de ello vislumbramos un aire de autenticidad en la historia que llena la película de pequeños momentos, de retazos, que impactaron o influyeron en la vida de gente colindante al músico, a tal respecto en Blaze el testimonio cobra una importante relevancia en base a flashbacks. En general estamos ante una película astuta y por momentos fascinante, en ella podemos percibir una especie de intento por saber en realidad quién era el propio Blaze Foley. Por otra parte lo poco convencional de dicha narrativa por momentos muy compleja e incluso poliédrica puede jugar en contra de los espectadores menos aventureros, aquellos que buscan una película biográfica de última generación. Esa narración fragmentada antes comentada  indaga en el porqué de una supuesta agitación interior del personaje, es en este enfoque la razón por la cual la película funciona, especialmente cuando se apoya en todo momento en la notable actuación de Benjamin Dickey, su postura, sus pies pesados y sus ojos cansados cuentan una historia que se intuye como muy propia. La crudeza y sensibilidad que atesora Blaze se debe en gran parte a la conciencia de estar ante un músico maldito, su visión adyacente al relato trasciende por tanto a los clichés del biopic para contar una historia bastante simple en apariencia pero de una manera muy original en referencia a sus formas. Ethan Hawke nos da a un héroe y a un artista defectuoso, ciertamente disperso, un hombre que era de carne y hueso, un buen tipo en definitiva que atesoraba en su interior a demasiados demonios.

Valoración 0/5: 4

 

Chi-Town

Un joven jugador de baloncesto, padre y hermano mayor de una familia numerosa, que tiene por objetivo llegar a competir con sus ídolos en la NBA. La proximidad, honestidad y humildad que destila el protagonista hace que sigamos ilusionados el camino hacia su sueño, expectantes a cómo se desarrollan todos los factores que lo puedan llevar hacia el éxito. Reto a reto, obstáculo a obstáculo, el ascenso que le espera desde Marshall High School hasta el draft de la NBA no será nada sencillo. La pérdida y el paso del tiempo formarán parte de una carga emocional que sumada a su baja estatura y a las pocas posibilidades que se le presentan, tendrá que superar todas las expectativas para llegar hasta donde se propone.

Uno de los documentales presentes este año en el Americana que venía avalado por su nominación en los Oscar fue la opera prima de Nick Budabin Chi-Town, relato en donde se nos muestra una trayectoria deportiva que colinda en todo momento con el retrato social, el relato consiste en seguir a un joven jugador talentoso durante más de cuatro años de preparación mientras intenta sobrevivir a la violencia de su entorno y poder convertirse en un futuro no muy lejano en una estrella en la NBA.

Chi-Town no deja de ser una emotiva dada su sinceridad carrera contra reloj, la de un joven por sacar a su familia de un entorno peligroso como es la ciudad de Chicago, ese retrato dual, el deportivo y social, está ubicado en una ciudad cuya delincuencia ha cobrado más vidas de estadounidenses en un año que las guerras en Irak y Afganistán juntas, de alguna manera nuestro protagonista está atrapado en lo que podríamos denominar como un metafórico fuego cruzado, la única salida posible pues se encuentra en llegar a ganarse la vida con el basket y salir de dicho entorno, todo ello nos es contado a través de un retrato íntimo y envolvente, el de un buen chico que intenta salir de un mal lugar, el documental sigue a un joven llamado Sykes desde el invierno de 2011 hasta el verano de 2015 relatándonos sus intentos a la hora de equilibrar sus esperanzas e ilusiones contra la dura realidad que le acecha, en su día a día vemos como va a la escuela, va a entrenar y se va a casa, conduciendo de camino al hogar mira por la ventana del automóvil al exterior como si el cristal del vehículo fuera todo lo que lo mantiene con vida en ese momento, en la historia vemos como varios de sus compañeros de universidad por un motivo u otro han sido víctimas de un entorno que deviene ciertamente como hostil. En el trayecto que nos muestra Chi-Town es difícil no llegar a empatizar con un personaje al que acompañamos a través de una evolución tanto deportiva como personal, una lucha en definitiva de alguien que quiere trascender a sus propias limitaciones a través de una historia cuya mayor virtud posiblemente radique en llegar a ser algo más que el consabido relato al uso de superación personal.

Valoración 0/5: 3’5