Crónica festival de San Sebastián 2017. Día 8

The Captain

En los últimos momentos de la II Guerra Mundial, un soldado de 19 años, andrajoso y hambriento, roba el uniforme de un capitán. Haciéndose pasar por un oficial, reúne a un grupo de desertores y comienza a matar y saquear a su paso a través de la golpeada Alemania nazi.

El último día hábil del certamen en lo referente a la proyección de películas que integran la sección oficial a competición volvió a ser un campo un abonado para sorpresas de última hora como viene siendo algo habitual en estos últimos años, al igual que las anteriores ediciones con películas como The Demons de Philippe Lesage o Ikari de Lee Sang-il la cinta alemana The Captain fue una inesperada bocanada de calidad tonal y formal ofrecida a última hora en San Sebastián, una película parte en un principio de la peculiaridad de contar con un realizador como Robert Schwentke que no cuadra en apariencia con el tono y la forma del film que nos ocupa, un artesano exiliado a los Estados Unidos hace ya unos años con trabajos en su haber como por ejemplo Flightplan, Red o la saga Divergente, tras este irregular periplo por Hollywood esta vuelta a su país de origen se erige como una pieza ciertamente elaborada que transita a través de un ensayo sobre una inquietante afiliación del fascismo más genocida y brutal posible en lo concerniente a la evolución de un personaje que pasa de ser víctima a juez y posteriormente verdugo, de hecho estamos ante una película que mirándolo bien solo puede estar expuesta y realizada a través de una sola mirada territorial, la alemana en este caso.

Basada en la historia real del joven soldado Willi Herold en The Captain vemos como durante los últimos suspiros de la II Guerra Mundial un joven desertor por cuestiones del azar termina teniendo la potestad de decidir, lo que empieza como una acertada reflexión moral sobre los límites que implica vivir al borde de la supervivencia más extrema, de poder verse a un lado o en su reverso termina convirtiéndose en el fondo y cuestión de la barbarie que habita en una mente humana expuesta a condiciones limites, la película para más inri se permite el lujo de lanzar matizadas reflexiones al aire tales como la violencia oculta que atesora cada persona o la alienación a que puede estar sometido el ser humano en según qué condiciones. Al igual que la polaca Beyond Words The Captain se vale astutamente de su estética para evaluar y conceptuar su discurso, especialmente en lo referente a la asfixiante fotografía en blanco y negro de corte clásico a cargo de Florian Ballhaus para determinar ese tratado acerca de la paradoja del fanatismo de la propia historia. The Captain (que mereció tener una presencia más visible en el palmarés oficial) termina siendo un compendio de sobrias y crudas imágenes que sirven de testimonio para uno de los más oscuros episodios en la historia de la humanidad, imágenes de los últimos latidos del universo nazi que por cierto en el brillante epilogo final que vemos sirve a la perfección a modo de conexión con nuestro presente, y es que nada más real que la atemporalidad para exponer un problema que da visos de que nunca en mayor o menor medida  parece que vaya a desaparecer.

Valoración 0/5: 3’5

 

The Leisure Seeker

Ella y John están huyendo del cuidado asfixiante de sus médicos e hijos. John está perdiendo la memoria, es despistado pero tenaz. Ella es frágil pero a la vez ingeniosa. Su viaje a bordo de su fiel caravana los lleva desde Boston hasta Key West en los Estados Unidos. Compartiendo en su trayecto tanto momentos de alegría como de angustia, van recobrando así su pasión por la vida y su amor por los demás, mirando con perspectiva y de forma distinta todo lo que van dejando atrás. Hecho que les hace replantearse durante su aventura, cómo se ven el uno al otro.

Dentro de la sección Perlas se pudo ver el nuevo trabajo del realizador italiano Paolo Virzì The Leisure Seeker, el film inspirada en la novela homónima de Michael Zadoorian supone el  debut americano de Virzì en dicha cinematografía, el film transita, nunca mejor dicho, a través de lo que podría ser una road movie de carácter otoñal, de hecho podríamos decir sin temor a equivocarnos que estamos ante una película que parece estar diseñada en su práctica totalidad para ser un lujoso vehículo de lucimiento para premios interpretativos destinados a sus dos protagonistas principales, Helen Mirren y Donald Sutherland. Lo que cuenta The Leisure Seeker y sobre todo en como lo cuenta no viene a ser para nada original, un último viaje de una pareja de ancianos, ella con una enfermedad terminal, el aquejado de un severo pero intermitente Alzheimer, un final de viaje que es fácil de adivinar como será, aquí lo que en realidad importa es el trayecto y en este apartado es en donde el film saca a relucir sus muy evidentes carencias, ese supuesto equilibrio entre lo que tendría que ser comedia cotidiana y crudeza de un sufrimiento que se acerca a lo terminal deviene como muy  convencional en lo referente a su representación, podríamos aseverar que estamos ante el prototipo de trabajo que bascula en extremo y de forma algo irregular en el trasverso de lo trágico a un divertimento en apariencia inofensivo y viceversa, nada de lo que vemos en este apartado en The Leisure Seeker lo podemos considerar como novedoso y si como bastante manido, hay un intento muy notorio como no podía ser de otra manera por intentar hacer cómplice al espectador de ese buenísimo naïf a modo de pedagogía vital tan característica en este tipo de films, un servidor hubiera sido más partidario puestos a innovar en algo en otorgar al relato algo más de transgresión cómica, había mimbres suficientes en la historia para ello, como mero consuelo siempre podremos agarrarnos en ver como Paolo Virzì no fuerza el trazo lacrimógeno en el tramo final de la película, un pequeño beneplácito que no sirve para ocultar esa falta de originalidad en la propuesta antes comentada.

Valoración 0/5: 2

 

Ravens

Un agricultor muy trabajador, desalentado por la dura realidad de su lucha cotidiana, está decidido a que su hijo se haga cargo de la granja y continúe con su legado. La madre hace todo lo que puede por mantener a la familia unida. Sin embargo, con creciente horror, el hijo es testigo de la escalada en la conducta psicótica de su padre. Busca refugio en otro lugar, pero no puede rehuir lo inevitable.

La ópera prima del sueco Jens Assur fue otra de las propuestas vistas este año dentro de la sección Nuev@s Director@s procedente de los países nórdicos, Ravens, film que pasó algo desapercibido de forma bastante injusta por parte del respetable nos cuenta una historia densa, de ahogo en lo referente a personajes y escenario, no es la primera película vista este año en San Sebastián que transita a través de una realidad en extrema interiorizada a través de sus protagonistas. Relato atmosférico situado en una aislada granja familiar a finales de los años 70 que nos muestra el dilema por momentos existencial de como un padre intenta de alguna manera que su hijo legitimase su esfuerzo por mantener una sociedad patriarcal en forma de supuesto legado, el dilema de la tradición y la modernidad otra vez expuestos en un relato de tono rural, evidentemente el hijo tendrá otros planes futuros algo que hará que se desencadenara un conflicto que veíamos cada vez más predecible. En Ravens hay un trabajo de cámara ciertamente meritorio, tanto la fotografía de Jonas Alarik como la música a cargo de Peter Von Poehl  sirven como válidos interlocutores en una historia que sabe jugar bien sus cartas en lo referente a la ambivalencia de sus personajes, en especial la del protagonista principal interpretado con una inusual soltura y aplomo por Reine Brynolfsson, en este aspecto  la labor de Jens Assur a la hora de presentar y exponer diferentes capas de indagación sobre ellos es ciertamente notable, no todo lo que se nos presenta es blanco o negro, más bien hay una evidencia de claroscuros, tantos como los cielos que pueblan el escenario, en esa densidad que se otorga una película tan pequeña y meritoria como Ravens radica su incuestionable virtud.

Valoración 0/5: 2’5

 

The Big Sick

Cuenta la historia real de Kumail y Emily, una pareja que se conoce en un espectáculo de comedia. Cuando parecía que todo iba a quedarse en un encuentro de una noche, su relación empieza a avanzar a pesar de las diferencias culturales, complicando las vidas de todos por las expectativas que tenían los padres de Kumail, musulmanes estrictos.

Otra de las propuestas vistas este año en la sección Perlas fue la comedia romántica The Big Sick, la nueva película de Michael Showalter no deja de ser un claro distintivo marca de la casa de esa supuesta renovada comedia independiente norteamericana, Judd Apatow como productor y Kumail Nankiani como actor principal y guionista, de hecho este último es el auténtico alma mater de una película que tiene la indudable virtud de lograr funcionar con un ápice de honestidad sobre caminos ya transitados en demasiadas ocasiones anteriores.

Hay apéndices ciertamente interesantes expuestos en The Big Sick que consiguen apartarla de ese grupo de comedias de tono tan reconocibles, posiblemente una de las más visibles sea el ver como Kumail Nankiani con bastante acierto transita a través de un humor que parte a través de sus propios orígenes, familia, religión y otras digresiones nos son expuestas a modo de hilo conductor de una narrativa que intenta renovar ciertos tópicos del género de la comedia sentimental,  por momentos logra apartarse de esa estructura argumental de contornos tan clásicos, vemos como los dos protagonistas tras un primer acercamiento sentimental se alejan demasiado pronto en referencia al tempo narrativo impuesto, más tarde y desde un solo punto de vista asistimos a un acercamiento mucho más serio y consecuente pero de final imprevisto por razone obvias. The Big Sick como no podía ser de otra manera intenta bordear los contornos del drama y el humor irreverente, no hay un acercamiento a pies puntillas en lo referente a la consabida formula de chico conoce a chica, ruptura y posterior reconciliación, en este aspecto no sigue ninguno de los suntuosos recorridos que suelen poblar la comedia romántica en su sentido más tradicional y clásico, lo que realmente importa viene a ser un trayecto poblado de pequeños detalles que parece no anidar por lugares y reglas comunes, posiblemente aquí radique la gran virtud de un producto tan honesto como desinhibido en referencia a su comicidad con el espectador.

Valoración 0/5: 3

 

Loving Pablo

Drama sobre el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, basado en el libro ‘Amando a Pablo, odiando a Escobar’ escrito por la periodista colombiana Virginia Vallejo donde cuenta la relación amorosa que mantuvo con el narcotraficante en la década de los 80.

Como clausura este año de la sección Perlas pudimos ver el último trabajo del director madrileño León Aranoa Loving Pablo, una aparatosa y por momentos errática producción internacional a modo de biopic que nos cuenta la historia del fundador del cártel de Medellín Pablo Escobar, personaje caracterizado bajo los rasgos de un Javier Bardem inundado por prótesis faciales y corporales. Loving Pablo deviene como la primera incursión de León de Aranoa en el llamado de alguna manera cine mainstream, un apartado genérico este alejado de postulados propios, pese a este inicial cambio de rumbo temático el director vuelve a demostrar una evidente falta de talento  a la hora de adecuar convicciones autorales, déficit que ya venía arrastrando desde hace demasiado tiempo.

No suelo ser una persona muy dada a cargar tintas sobre aquellos autores a los que considero impropios de merecer una situación que ostentan dentro de la industria cinematográfica según supuestos méritos, de todas maneras no puedo ocultar mi perplejidad el comprobar como después de haber quedado tan en evidencia sus supuestas virtudes a día de hoy siguen gozando del beneplácito de productores que confían en ellos a la hora de sacar adelantes sus proyectos, en este caso ese requerimiento al responsable de Familia puede llegar a ser en parte entendible, que el productor de Loving Pablo sea Javier Bardem se justifica de puertas adentro, tropezón tras tropezón autores como Isabel Coixet o León de Aranoa son esa clase de directores que cuando crees imposible que su cine llegue a encogerse más van y se superan con su último trabajo. Nada mejor para dicha contratación que una película tan fallida como resulta ser Loving Pablo, un relato que intenta dar una visión algo alternativa de un personaje pero que traiciona por completo sus iniciales postulados al caer en la redundancia de la historia y del personaje, lo que nos cuenta se nos ha ofrecido hasta hace bien poco desde varias vertientes y lo más importante de forma mucho mejor que aquí. Para más inri ese intento de ofrecer esa perspectiva lateral del personaje es completamente inocuo en contenido y formas, no puedes ser que se recurra a una voz en off por parte del personaje de Penélope Cruz  y que este aparezca y desaparezca por arte magia y de manera caprichosa según la narrativa por la que se discurre. Loving Pablo muy a pesar suyo termina convirtiéndose en uno de los despropósitos más notorios de este 2017, un desbarajuste tan palpable como la que contribuye a la pérdida de verosimilitud la decisión de rodar la película en un inglés mezclado con un imposible castellano-colombiano de muy difícil justificación artística, supongo que no a nivel de producción, una cuestionabilidad está tan evidente como el cine que ha perpetrado durante las dos últimas décadas un autor tan poco dado a sugestionar al espectador a través del cine como es León de Aranoa.

Valoración 0/5: 1’5

 

Ex Libris: The New York Public Library

Ex Libris: The New York Public Library lleva al espectador a la trastienda de una de las más grandes instituciones de conocimiento del mundo. La película examina cómo esta legendaria institución ha seguido con sus actividades habituales adaptándose a la vez a la revolución digital. Ex libris: The New York Public Library muestra que las bibliotecas informan y educan de múltiples formas: libros, conciertos, conferencias, clases y mucho más. Esta biblioteca se esfuerza en inspirar el estudio del conocimiento avanzado y fortalecer a la comunidad.

Durante estas crónicas hemos estado comentando de las indudables virtudes que conlleva una sección tan libre de miradas y tendencias genéricas como resulta ser Zabaltegi, un apartado este en donde el último trabajo de un indiscutible referente en el documental como es Frederick Wiseman encontró un lógico y consecuente acomodo.

En la monumental Ex Libris: The New York Public Library Frederick Wiseman nos ofrece una apabullante y exhaustiva visita guiada por el interior de la biblioteca pública de Nueva York, evidentemente tratándose de su autor este recorrido no es para nada superfluo o convencional, más bien todo lo contrario pero siempre dentro de una coordenadas muy propias, estamos ante una inmersión del funcionamiento desde dentro de una institución que no solo se dedica solo a la lectura y al mero almacenamiento de libros, a través de sus salas esta búsqueda del saber está representada por vertientes tan distintas pero al final hermanadas como puede ser el apartado a la investigación o el potenciar el mero estimulo del arte en lo referente a toda un diversidad de vertientes tales como el activismo cultural, vecinal e incluso político, que un trabajo tan exhausto y por momentos agotador en lo concerniente a su intensidad hagan que sus más de tres horas de duración se nos hagan al final algo insuficientes significa algo, o debería hacerlo. La biblioteca pública de Nueva York se erige de esta manera como escenario de una precisa disección de sus órganos internos, como experimentado documentalista Wiseman nos hace participes de tal actividad, y lo hace como no podía ser de otra manera desde una distancia que se nos antoja muy cercana, su cámara en ningún momento incide en lo que nos muestra, tan solo nos expone como esta legendaria institución cultural actúa a modo de mapa interactivo del conocimiento, como se adapta a los nuevos tiempo en esa función formativa, no es un recurso es en cierta manera una obligación el dar la máxima accesibilidad a la cultura más allá de su primigenio apartado literato, Frederick Wiseman nos viene a decir a través de sus imágenes el valor existente que anida en el conocimiento a modo herramienta de progreso. En unos días en donde se vulgariza hasta extremos insospechados la coletilla cine necesario una obra tan medida y épica en sus postulados como resulta ser Ex Libris: The New York Public Library nos valida por completo tal afirmación.

Valoración 0/5: 4’5

 

Palmarés

Concha de Oro a la mejor película: The Disaster Artist, de James Franco

Premio Especial del Jurado: Handia, de Aitor Arregi y Jon Garaño

Mención Especial del Jurado: Ni juge, ni soumise, de Yves Hinant y Jean Libon

Concha de Oro a la Mejor Directora: Anahí Bernerí, por Alanis

Concha de Plata a la Mejor Actriz: Sofia Gala Castiglione, por Alanis, Mención especial para Anne Gruwez por Ni juge, ni soumise / So Help Me God

Concha de Plata al Mejor Actor: Bogdan Dumitrache, por Pororoca

Premio Mejor Guion: Diego Lerman y Maria Meira, por Una especie de familia

Premio Mejor Fotografía: Florian Ballhaus, por The Captain

Premio Kutxabank Nuevos Directores: Le Semeur, de Marine Francen, Mención especial para Matar a Jesús de Laura Mora

Premio Horizontes Latinos: Los Perros, de Marcela Saiz

Premio Zabaltegi – Tabakalera: Braguino, de Clément Cogitor

Premios del Público: Three Billboards outise Ebbing, Missouri, de Martin McDonagh

Mejor película europea: Jusqu’à la garde, de Xavier Legrand

Premio Irizar al Cine Vasco: Handia, de Aitor Arregi y Jon Garaño

Premio TVE – Otra Mirada: Jusqu’à la garde, de Xavier Legrand

Premio Cooperación Española: Alanis, de Anahí Berneri

Premio Feroz Zabaltegi: The Disaster Artist, de James Franco