Crónica festival de Sitges 2017. Día 2

Annabelle: Creation

Varios años después del trágico fallecimiento de su hija, un juguetero que crea muñecas y su mujer, acogen en su casa a una monja enfermera y a un grupo de niñas, tratando de convertir su casa en un acogedor orfanato. Sin embargo, las nuevos inquilinos se convertirán en el objetivo de Annabelle, una muñeca poseída por un ser demoníaco.

A propósito de Annabelle: Creation y su papel en el actual cine de terror norteamericano convendría retroceder unos pocos años y recordad el recibimiento que tuvo en Sitges su predecesora, recuerdo perfectamente el día que se solapo el pase del film de John R. Leonetti con el de Jamie Marks Is Dead de Carter Smith, lo interesante fue ver las opiniones tanto de una como de otra a través de las ese infernal mecanismo de inmediato veredicto que son las redes sociales, mientras que Annabelle fue poco menos que vilipendiada por gran parte de usuarios de dicho mecanismo el film de Carter Smith fiel exponente del cine de género made in Sundance era alabado con algo más de consenso, lo curioso de dicho comportamiento vino poco después al producirse una reivindicación casi inmediata de la primera pese a sus innumerables fallas, una defensa casi a ultranza a favor de los manidos códigos genéricos por los que se mueve, de lo básico pero efectivo como recurso valido en contraposición de esas nuevas vías que por novedosas parecen algo inmunes a un tipo concreto de veredicto crítico. Todo esto viene a colación en lo relativo a la desnaturalización de la percepción de según qué películas, en este aspecto el significado de Annabelle: Creation es ciertamente cristalino y no ofrece dobles interpretaciones, su papel en el engranaje de una franquicia de éxito económico está bien claro, todo se reduce a seguir unos esquemas temáticos, un estilo identificativo que beba de su predecesora y conceptuarlos como un apéndice más, si se es ambicioso se puede incluso expandir dicho ideario a otras parcelas. Lo bueno de Annabelle: Creation es que no engaña a nadie en lo referente a su cometido, David F. Sandberg lo hace con solvencia y cierto estilo artesanal, hay soluciones visuales que aunque manidas resultan dignas, también hay un intento loable en lo referente a su escenario, aquí se sustituye la clásica mansión por una destartalada granja situada en mitad del campo reconvertida en orfanato para niñas y adolescentes y que nos remite al gótico sureño, todos estos recursos son parte de ese engranaje genérico que hemos visto ya en innumerables ocasiones, en Annabelle: Creation no hay lugar a la sorpresa y si la previsibilidad, tampoco es intención de los responsables apartarse de dicha resolución, algo que en cierta manera nos puede llevar al planteamiento de una supuesta honestidad a la hora de ofrecer un producto por mucho que este camine inescrutablemente por senderos ya de por sí bastantes trillados.

Valoración 0/5: 2

 

The Killing of a Sacred Deer

Steven es un eminente cirujano casado con Anna, una respetada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob. Cuando Steven entabla amistad con Martin, un niño de dieciséis años sin padre, a quien decide proteger, los acontecimientos dan un giro siniestro. Steven tendrá que escoger entre cometer un impactante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo.

Tras su premio al mejor guion en el pasado Festival de Cannes el nuevo trabajo de Yorgos Lanthimos fue uno de los platos fuertes este año en la sección oficial del Festival de Sitges, The Killing of a Sacred Deer es una historia de venganzas familiares que supone la plena incursión del director griego en el terror psicológico, pensándolo bien pocas películas se adecuan tan bien a dicho termino, el film transita a través de una impoluta ilustración del horror estético y sugerido narrado en forma de puzle, la lenta pero penetrante intrusión de un elemento ajeno y disolutivo en el seno de una familia en apariencia perfecta sirve ya no solo para dinamitar desde el núcleo el acomodamiento burgués de una determinada clase social sino también para ofrecernos una abrumadora lección de cómo trasladar una extrema y  prolongada síntesis del paroxismo al medio cinematográfico.

Todo el cine perpetrado por Yorgos Lanthimos es de una crueldad inexorable, extremadamente doliente y traumática en lo emocional, pocas películas como por ejemplo Canino nos explicaban algo tan atroz desde un punto de vista tan marciano e irónico, en The Killing of a Sacred Deer hay poco lugar a ese supuesto cinismo, o al menos hay que escarbar lo suyo para poder encontrarlo, Yorgos Lanthimos nos ofrece un relato quirúrgico y aséptico en lo referente sus formas, en este sentido hay un homenaje kubrickiano presente en todo momento en el film, la intención sigue siendo la misma que en anteriores trabajos del director griego, la de incomodar al subconsciente a través de una descontextualización de lo real, se nos traslada a un imaginario ciertamente perturbador, lo que empieza como una cotidianidad en base a la banalidad de diálogos y situaciones varias va transformándose poco a poco en algo anómalo que en un principio nos causa desconcierto para ir pasando inexorablemente al horror. La película más cuidada formalmente hasta la fecha por parte de Lanthimos evidencia sin embargo de una reiteración a nivel narrativo muy notoria especialmente en su tramo final, un pequeño lastre que no empañan la que es posiblemente la película más perturbadora de este año, The Killing of a Sacred Deer logra con inusitada precisión sumergirnos en una pesadilla de perfecta caligrafía geométrica en lo referente a unas imágenes que nos derivan a diversas alegorías ciertamente desoladoras de nuestro propio presente en el mundo que nos toca vivir.

Valoración 0/5: 4

 

King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen

‘La serpiente voladora’, ‘¡Estoy vivo!’, ‘God Told Me To…’ Todos estos clásicos de la serie B tienen en común haber salido de la ácida mente de Larry Cohen. El insigne director y guionista recibe el tributo que se merece en un documental que repasa su vida y obra, y que incluye testimonios de colaboradores y fans ilustres.

El género documental estuvo presente en Sitges otro año más con trabajos ciertamente interesantes, en estos últimos años siempre he sido de la opinión de aumentar el número  de títulos en este apartado, hay material de sobras (mucho derivado a la sección Brigadom), aunque otra cosa seria el comprobar el verdadero interés por parte de ese supuesto fandom que invade cada año Sitges por este tipo de trabajos, un público que en su mayoría me da la sensación está más pendiente de la última producción Blumhouse que en ver un documental que te habla de la trayectoria de un director que empezó su carrera profesional en los años 50, sea como fuera King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen era un documental que tenía que estar este año en Sitges por simple coherencia.

King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen es un documental de manual, sigue unas directrices concretas y las ejecuta a la perfección, el director Steve Mitchell nos sitúa desde el comienzo de la vida de Cohen, escuchamos historias sobre la infancia en la ciudad de Nueva York, y cómo sus experiencias creciendo en ese lugar fueron definiéndolo como artista, especialmente en su trabajos cinematográficos, Cohen también habló sobre cómo vendió su primer guión a la temprana edad de 17 años y como comenzó a trabajar consistentemente en el mundo de la televisión como guionista, experiencia que le fue creando una frustración por no tener el control creativo de sus propios trabajos, algo que llevó a Cohen a comenzar a hacer películas por sí mismo, a partir de ese momento se disecciona un personaje fundamental en el desarrollo de la serie B de los años 70 y 80 en Estados Unidos, un documental que se vertebra a la perfección por un lado con la confesión en primera persona del propio Cohen, por otro con los testimonios de gente como Joe Dante, Mick Garris, John Landis, J.J. Abrams, Eric Roberts, Fred Williamson o Martin Scorsese entre otros muchos, en este apartado el catálogo de anécdotas y material audiovisual es abundante, tanto como la rica perspectiva que se da a la trayectoria. King Cohen: The Wild World of Filmmaker Larry Cohen es un trabajo de obligada visión para el cinéfilo que atesora pedigrí genérico, un ceñido homenaje a un autor de dedicación y espíritu creativo ciertamente inquebrantable.

Valoración 0/5: 4

 

O Animal Cordial

La irrupción de unos atracadores convierte un restaurante sumido en el tedio en una olla a presión, donde aflorará un extremo instinto de supervivencia y, también, algunos de los deseos ocultos que albergan las personas atrapadas en ese espacio.

Este año en Sitges irrumpió con inusitada fuerza el cine brasileño como punta de iceberg de ese nuevo cine latinoamericano de género, dos fueron las cintas que demostraron partir de tan interesante premisa autoral,  por un lado la estupenda As boas maneiras de Marco Dutra y Juliana Rojas, la otra fue O Animal Cordial en donde otra mujer, Gabriela Amaral Almeida que ya había trabajado anteriormente como guionista en Quando eu era vivo de Marco Dutra, debuta en la dirección con un trabajo ciertamente estimulante, el film parte de un hecho cotidiano que deriva en claustrofóbico, a partir de ahí Almeida amparándose en inequívocos códigos genéricos nos ofrece una lectura social nada complaciente acerca de personalidades varias. O Animal Cordial (no se me ocurre mejor título a la película) con una factura escénica de clara base teatral bascula a través del terror interior que alberga cada persona, aquí el detonante, la excusa genérica, es una violenta situación límite, un atraco, algo que servirá de detonante para que cada uno de los personajes atrapados muy a su pesar suyo en el restaurante y cada uno a su manera saquen a relucir esa personalidad oculta en un principio cordial pero que siempre ha sido animal y que ha estado anulada hasta ese momento ya sea por imposición social o por simple naturaleza sumisa, es ciertamente interesante ver como Gabriela Amaral Almeida reconstruye  anatomías y roles de poder desarrollarlos a través de comportamiento primitivos según avanza la trama. O Animal Cordial fue una de las joyas ocultas que este año se pudieron ver en la sección Noves Visions, ese cine de género que a través de la ambivalencia cognitiva que va mucho más allá de una simple lectura.

Valoración 0/5: 2’5

 

Mom and Dad

Una misteriosa epidemia en forma de locura masiva provoca que los padres ataquen violentamente a sus hijos. Carly y Joshua tratarán de sobrevivir durante tan aciaga jornada, amenazados por unos progenitores que poseen los rasgos de Nicolas Cage y Selma Blair.

Podríamos aseverar a día de hoy que Nicolas Cage constituye un propio subgénero como tal, las exageraciones escénicas del actor y la larga lista de trabajos de una digamos naturaleza dudosa en la que ha participado en estos últimos años así lo atestigua. La premisa de Mom and Dad parece pues adecuarse casi a la perfección a su labor como intérprete de estos últimos tiempos, el film supone el primer trabajo en solitario de Brian Taylor que junto a Mark Neveldine había codirigido las dos entregas de Crank y la fallida Ghost Rider: Spirit of Vengeance. Mom and Dad parte de la premisa de pervertir el concepto expuesto en películas como ¿Quién puede matar a un niño? de Narciso Ibáñez Serrador o el The Children de Tom Shankland, aquí en lugar de los menores son los padre quien a través de un virus actúan de forma homicida contra sus propios hijos, curiosamente han de ser sus propios vástagos los que devengan como víctimas, fuera de este lazo familiar curiosamente no hay lugar a dicho gen asesino. A diferencia de los dos extraordinarios ejemplos citados más arriba Mom and Dad funciona solo a modo de gamberrada sin ir mucho más allá de lo que es su propio enunciado, una disparatada comedia a golpe de frenética y convulsa cámara en mano y montaje de formas epilépticas que nos remite mucho a la saga Crank, el principal problema de la película es que hay un momento en que duda en seguir ofreciendo un disfrute sin complejos o hilvanar una suerte de crítica social cínica y mordaz del concepto  de la familia tradicional norteamericana. Por suerte para el espectador Brian Taylor es consciente de sus propias limitaciones a la hora de salirse de unas coordenadas concretas y aborta el discurso abruptamente en el tramo final para algarabía de quienes esperan de ella un mero pasatiempo sin ningún tipo de ínfulas acerca de una posible reflexión en lo concerniente a la pérdida de identidad por parte del entramado parental.

Valoración 0/5: 2

 

Les affamés

En un pequeño pueblo remoto de Quebec las cosas han cambiado. La gente local no es la misma, sus cuerpos se están descomponiendo y se sienten atraídos por la carne humana.

Si ha habido un subgénero dentro del fantástico que en estas últimas décadas ha sido extenuado en su exposición hasta la saciedad ese ha sido sin lugar a duda el de los muertos vivientes, las aportaciones lejos de ir disminuyendo han ido en claro aumento algo que ha llevado a la saturación y reincidencia en la temática, es por eso que el fiel seguidor del género  fantástico busca con inusitado ahínco un resquicio, una pizca de originalidad en dichas propuestas, Les affamés segundo largometraje del quebequense Robin Aubert ofrece algo de ello sin estridencias, una historia de zombies expuesta casi a modo bressoniano que nos cuenta lo mismo de siempre aunque de un modo diferente.

Robin Aubert que ya había ofrecido buenas maneras en su opera prima Saint-Martyr des Damnés nos muestra en Les affamés una óptica algo diferente de un camino ya de por sí muy trillado, una versión del subgénero zombie a medio camino entre el cinema-verité y un tono extremadamente naturista sin utilizar la violencia ni lo explicito, o haciéndolo en muy pocas ocasiones, de hecho podríamos sugerir que la película transita casi exclusivamente a través de los estados de ánimos de los protagonistas, esa sensación de estar rodeado continuamente de zombies se puede extrapolar a un nivel estructural, la elipsis y el fuera de campo están omnipresentes en todo momento, en este aspecto la alegoría en el film es muy evidente, de hecho la película es una gran metáfora como tal, hasta los mismos zombies nos son presentados como víctimas de la situación, no dejan de ser los restos de lo que un día fue la memoria de la humanidad, ese magnífico detalle de como estos apilan objetos como ultima conexión de lo que fueron nos remiten directamente al maestro, a diferencia de sonrojantes series de televisión que por algún que otro motivo se vanaglorian de la referencia Les affamés tiene la gran virtud de no caer en la obviedad en basa a su sutileza y sus formas, a su manera algo poética es de los pocos ejemplos que mira con respeto y cierta solvencia al cine de George A Romero, algo que visto por donde transitan la gran mayoría de sus congéneres es realmente digno de elogio.

 Valoración 0/5: 3