Twin Peaks. Fuego, camina conmigo

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Actualmente nos encontramos ante un escenario insólito: la calidad de algunas series de televisión estadounidenses supera la de la mayoría de obras cinematográficas de este país. The Wire, Boardwalk Empire, Mad Men o Los Soprano, entre otras, se han revelado como verdaderas obras maestras que nada tienen que envidiar a la gran pantalla. Todos estos programas están en deuda con Twin Peaks, la serie que abrió las puertas a una nueva televisión. Aparte de volver loco a medio mundo con el misterio de ¿quién mató a Laura Palmer?, demostró que era posible hacer algo brutalmente bueno y al mismo tiempo llegar al gran público. Introdujo la experimentación en el mundo catódico y alcanzó cotas artísticas que nadie, a día de hoy, ha superado. Además, Twin Peaks contaba con un elemento subversivo que hoy echamos de menos.

En Twin Peaks. Fuego, camina conmigo encontramos a los personajes más asombrosos, un agente del FBI budista, un gigante, una dama con un leño, un hombre de otro lugar. Tomamos café y la deliciosa tarta de cerezas en el Doble R. Y, si nos atrevemos, podemos transitar por la misteriosa Habitación Roja. Fascinante inmersión hasta el borde de la realidad y el sueño. Entre estas páginas se encuentra la esencia de ese lugar llamado Twin Peaks, un vecindario aparentemente idílico, en el que todos hacen lo imposible por enterrar sus secretos.

Carmen Viñolo desentraña la serie más mítica de la televisión a través del proceso creativo en el que se gestó, desde la primera idea -la imagen de un cadáver envuelto en plástico en la orilla de un río- hasta la abrupta cancelación del programa por parte de la cadena ABC. También la precuela que le sucedió, Fuego, camina conmigo de David Lynch. Un filme que en su momento fue vapuleado, pero que hoy se revela como uno de los mejores de la década de los noventa.

Pasen, lean y descubran.

Autor; Carmen Viñolo. Editorial; Quarentena Ediciones, Páginas; 280