Crónica Festival de Sitges 2018. Día 6

Dragged Across Concrete

Dos policías, uno veterano (Gibson) y el otro, más joven y volátil (Vaughn), se encuentran suspendidos cuando un vídeo de sus duras tácticas se convierte en la noticia del día en los medios de comunicación.

Si hay un autor contemporáneo que se toma su tiempo, y no solo en referencia a la duración de sus películas, a la hora de una evolucionar y depurar un estilo cinematográfico concreto ese es sin lugar a dudas el norteamericano S. Craig Zahler, pese a realizar sendos trabajos tras las cámaras en los dos últimos años este parece tener bastante claro hacia dónde dirigir su mirada y en cómo hacerlo, pero lo más importante es que parece no tener ninguna prisa en llegar a un hipotético destino, Dragged Across Concrete como en sus anteriores dos films es un inequívoco  ejercicio de género en base a esos relatos que se cuecen a fuego lento, un trabajo que deja meridianamente claro por si alguien lo dudaba una identidad autoral que deviene hoy en día como intransferible.

A tal respecto S. Craig Zahler con esta nueva muestra de esa hibridación entre lo autoral y la serie B nos deja bien claro que lo suyo es el referente expuesto siempre como primera opción, aquí más depurado en lo formal que sus anteriores Bone Tomahawk y Brawl in Cell Block 99, algo que de alguna manera era solo cuestión de tiempo el que adecuara y puliera formas a su narrativa, uno viendo este drama criminal de duros policías de códigos morales rígidos aunque no en lo relativo al proceder de sus formas que es Dragged Across Concrete tiene la sensación de estar ante la película que de alguna manera nunca se atrevió a rodar Quentin Tarantino, en este sentido el film, con evidentes reminiscencias a la buddy movie de manual, muestra en ocasiones una especie de supuesta deuda referencial al recurrir de forma algo forzada a una cierta verborrea Tarantiniana en lo concerniente a sus diálogos. S. Craig Zahler en Dragged Across Concrete nos cuenta una historia de dos policías corruptos pero íntegros, esto no deja de ser toda una declaración de intereses por parte del realizador estadounidense en lo referente a como desde el concepto de un cine pretérito que mira sin aspavientos al thriller policíaco de los años 70 logra reconstruirlo en base a su habitual suspensión de tiempos, en este sentido Dragged Across Concrete sigue teniendo alguna que otra arista por pulir, como película en donde está claro que el guionista siempre se sitúa por delante del directos hay subtramas argumentales que sobran y que impiden centrarse en el núcleo principal, poca cosa en definitiva para un tipo de cine de personalidad muy marcada que en los tiempos que corren ha de ser valorado en su justa y siempre muy agradecida medida.

Valoración 0/5: 4

 

Tumbbad

India, siglo XIX. En las afueras de Tumbbad vive Vinayak, hijo bastardo del jefe del pueblo, obsesionado con un tesoro ancestral. Sospecha que el secreto del tesoro lo conoce su bisabuela, una bruja maldita que lleva siglos dormida. Cuando se acerca a ella se topa con el guardián del tesoro, un malvado dios caído. Lo que empieza con unas pocas monedas de oro se convierte en un ansia que dura décadas. La avaricia de Vinayak sigue creciendo hasta que desata el mayor secreto de todos, que es incluso más valioso que el propio tesoro.

Si hace bien poco hablábamos de lo inusual y complicado que puede resultar hoy en día que una película te pueda llegar a sorprender en todos sus niveles en lo concerniente a su visionado en festivales de cine con referencia a la modesta pero efectiva The Head, la cinta India Tumbbad podría considerase por lo que respecta a un servidor como la auténtica sorpresa a un nivel positivo vista este año en Sitges, una película que alejada conscientemente de los cánones habituales del cine proveniente de esas latitudes mezcla de forma tan notable como lúdica el terror folklórico y la fábula moral, todo un descubrimiento.

Lo bueno de esta curiosa película que ya venía precedida de buenas críticas tras su pase en la Semana de la Crítica de la pasada Mostra de Venecia es que pese a no indagar en ningún momento en los cánones que fundamentan el cine manufacturado de Bollywood está en ningún momento renuncia a su estructura de cine popular, pilar básico en dicho cine, en este sentido el poderoso debut tras las cámaras del dúo formado por Rahil Barve y Adesh Prasad no se ampara en lo estrictamente autoral a la hora de explicarnos y definir su particular estatus a través de un relato de claras consonancias fabularías que transita por un pervertido cine de aventuras en apariencia familiar, solo en una primera instancia pues más adelante somos testigos como este bajo la apariencia de un exótico cuento sobrenatural que conforme avanza narrativamente a través de sus tres actos se va bifurcando a la hora de abordar cuestiones tales como el rigor histórico/político de una determinada época o el posicionamiento totalmente subordinado de la mujer en el universo que nos presenta una historia que da la impresión de darse de bruces en todo momento en lo concerniente al conflicto existente entre la tradición y el modernismo, aunque posiblemente lo que orbite en todo momento por esta fascinante Tumbbad es su indagación moral acerca de cómo la avaricia y la falta de principios no trae nada bueno, para más inri el despliegue de efectos visuales orquestados para la ocasión aparte de estar perfectamente cohesionado a la historia no le hace ascos a ninguna producción media alta proveniente del actual  Hollywood. Tumbbad termina siendo un gran y muy gratificante espectáculo a modo de terrorífico cuento de tono mitológico con trasfondo de moraleja, un film que ojala pueda trascender más allá del visionado en el circuito de festivales, la película bien lo vale.

Valoración 0/5: 4

 

Fugue

Alicja no sabe cómo ha perdido la memoria. En dos años, consigue construir una vida nueva e independiente de casa. No quiere recordar el pasado. Pero, cuando su familia la encuentra, es forzada a encajar en los roles de madre, hija y mujer, rodeada de lo que parecen completos desconocidos.

Tras su paso por la Semana de la Crítica del pasado festival de Cannes había mucha curiosidad por comprobar que iba de dar de sí el nuevo trabajo tras las cámaras de la realizadora de origen polaco Agnieszka Smoczynska tras ese notable relato extravagante e inclasificable de iniciación sexual en forma de musical de terror que es The Lure, en Fugue asistimos a un cambio de registro bastante significativo y por momentos algo abrupto con referencia a su anterior película básicamente en lo concerniente a sus formas, en el asistimos a un drama acerca de la identidad, o más bien a la ausencia de esta, en este sentido nos encontramos ante un film áspero y por momentos rocoso en su narrativa, en cierta manera en las antípodas de lo que se nos mostraba en The Lure. La fuga disociativa al que hace referencia el título actúa en la protagonista a modo de continua extrañeza en lo referente a volver a adoptar un rol que con anterioridad por lo visto ya había desempeñado, esa antigua vida se intuye a través de las pocas pistan que nos dan de ella como poco halagüeña, o al menos desde el punto de vista del nuevo rol asumido por el personaje, es esa la sensación que percibimos al igual que la protagonista principal, una meritoria Gabriela Muskala. Película de una tesis en principio simple pero no exenta de riesgos formales en referencia al estudio de supuestas psicologías oscuras, Fugue que solo recurre al fantástico a través de escuetas ensoñaciones da la impresión de ampararse en todo momento a través de la alegoría o la metáfora en lo concerniente a un supuesto estado mental de muchas mujeres en la Polonia de hoy en día, para ello Agnieszka Smoczynska plantea Fugue casi a modo de una película de terror especialmente a través de una atmosfera que es mostrada como opresiva y asfixiante, el destino final siempre se prevé como el de la autorrealización pero si hay una tendencia que circunvala en todo momento esta película de características un tanto herméticas en sus formas es el de un continuo incómodo, un incómodo derivado de la extrañeza a veces mostrado de forma acertada en su definición estrictamente dramática, no tanto en lo referente a lo confuso que puede parecer por momentos su narrativa.

Valoración 0/5: 2’5

 

Blue Velvet Revisited

En 1985, Peter Braatz era un joven fotógrafo y estudiante de cine alemán que logró autorización para documentar en super 8 el rodaje de una pequeña película independiente llamada Terciopelo azul. Tres décadas después, el director ha recuperado todo ese material, confeccionando con él una suerte de making of, entre el ensayo fílmico y la ensoñación, navegando los entresijos de la obra maestra de David Lynch.

Una de las sorpresas más agradables vividas este año en Sitges fue el cambio de rumbo con respecto a los últimos años en la orientación de la sección Seven Chances, recordemos que esta no deja de ser un apartado algo independiente del festival al estar gestionada en lo referente a su programación por la Associació Catalana de Crítics y Escriptors Cinematogràfics, Seven Chances como sección vio la luz en el año 1993, en ella siete películas eran escogidas por siete críticos, esta deberían tener la particularidad de no estar sujeta a un próximo estreno comercial (eran otros tiempos) y no tener una antigüedad de producción de más de dos años con respecto a la fecha de exhibición en el festival, ni que decir tiene que con el paso del tiempo la sección al igual que otras muchas del certamen ha ido derivando en una especie de cajón de sastre en donde era difícil el percibir la auténtica naturaleza de su creación, esta no era otra que la de descubrir, reivindicar o dar una oportunidad de visionado a algo que hasta ahora por un motivo u otro había permanecido oculto.

En esta edición ese espíritu se recuperó de alguna manera con una selección que pese a su diversidad temática aposto por dar oportunidad a visionados que fuera del ámbito festivalero devienen como ciertamente complicados, Blue Velvet Revisited viene a cumplir dicho tratado casi a la perfección, realizado en 2016 el film del alemán Peter Braatz no puede considerarse como un documental al uso, tampoco un mero making of  acerca de un rodaje, es algo que en teoría se aparta de dichos cánones, el film transita a su manera a través de una rememoración provista de un abundante material visual y sonoro deviniendo como una aproximación a la creación de un determinado universo de cual el propio Peter Braatz tuvo el honor de participar, Blue Velvet Revisited, en donde la falta de testimonios y análisis es sustituido por una especie de evocación imaginaria tiene el añadido de parecer estar transitando en todo momento a través de una suerte de ensoñación de un tono muy lynchiano que parece hecha a medida a la hora de mostrarnos esa fascinante construcción cinematográfica que es Blue Velvet .

Valoración 0/5: 3’5

 

Lords of Chaos

Lords of Chaos cuenta la rocambolesca historia de Mayhem tras la muerte de “Dead”, uno de sus miembros; fue entonces que la relación entre el bajista Varg Vikernes y su líder Euronymous derivó en la quema de algunas iglesias y en un auténtico baño de sangre.

La nueva película del realizador sueco Jonas Åkerlund venía con la etiqueta de ser posiblemente una de las películas shock de este festival de Sitges, el material del que parte daba para ello, la oscura historia del grupo de black metal noruego Mayhem contada a modo de crónica negra basada en hechos reales, Lords of Chaos que nos traslada a la Noruega de los años 80 más que transitar a través de un biopic musical al uso deviene como uno más centrado en lo personal  y en unos actos concretos aunque todos ellos desarrollados de una forma algo irregular.

Lords of Chaos de alguna manera es consecuente con lo que cuenta solo a medias, otra cuestión seria discernir si este es el camino apropiado a la hora de relatar unos hechos, en este sentido el film del responsable de Rammstein: Paris da cierta sensación de quedarse en tierra de nadie, por un lado tenemos el  trazo más interesante en apariencia, al menos para un servidor, el que está relacionado con ese supuesto estudio de la alienación de mentes débiles expuestas a un ambiente digamos toxico, en este aspecto como retrato psicológico a modo de crónica social da la impresión por momentos de ser demasiado difusa en contenidos, en ningún momento de la película hay una visión neutra de los acontecimientos que va narrando uno de sus protagonistas al más puro estilo Sunset Boulevard, un desarrollo que termina dando la sensación de estar demasiado enclaustrada dentro de sus propios personajes, en este sentido Lords of Chaos como híbrido de biopic y horror real genera algunas dudas con respecto a su supuesta veracidad, o la de su supuesta interpretación como tal, tener el estribillo de basado en hechos reales no es tarea fácil en la medida de desarrollar una narrativa que resulte veraz y coherente, que el film ubicado en la Noruega de los 80 este hablado en su práctica totalidad en ingles tampoco ayuda a ello, por el contrario como hábil relato que transita a través un ácido sentido del humor en referencia a la crudeza de su violencia tiene una razón de ser muy a tener en cuenta, lástima que la perspectiva sociológica sobre chicos que quieren rebelarse sin saber muy bien de qué y por qué quede expuesta de forma muy esquemática.

Valoración 0/5: 3