Crónica D’A 2019. Día 7: Diane/Grass

Diane

Diane es una viuda septuagenaria que dedica su vida a las necesidades de los demás. Llena sus días sirviendo comida a los vagabundos, visitando a amigos enfermos y  sobre todo intentando ayudar a su hijo drogadicto. Pero cuando su existencia empieza a marchitarse se verá obligada a reflexionar sobre su propia identidad.

El primer trabajo en la ficción cinematográfica por parte de Kent Jones tras sus competentes documentales A Letter to Elia y Hitchcock/Truffaut no hizo más que confirmar el talento que atesora el prestigioso escritor y programador estadounidense, Diane por méritos propios fue indiscutiblemente uno de los puntos álgidos de esta edición del D’A, a través de un discurso que deviene como muy propio Kent Jones indaga en un retrato acerca de un trayecto personal de naturaleza introspectiva, una feminidad en crisis con un devastador dictado sobre la culpa interna que atesora cada ser humano en su interior.

Quien se enfrente a una película de las características de Diane ha de tener en cuenta que tras una premisa o enunciado narrativo que parece a primera vista bastante simple se esconde en él un sinfín de ramificaciones y situaciones internas a cual más interesante en base a como están expuestas, los estragos de la vejez con la omnipresente muerte siempre en el trasfondo del relato como única vía posible a la hora de entender su propio pasado podría ser a groso modo el principal. La película de Kent Jones es de esas obras que solo una vez descifrada y concluida podemos llegar a valorar en su justa medida. En Diane vemos como una notable Mary Kay Place se mueve continuamente en relación a su propia incertidumbre ocupando la mayor parte de su tiempo, más bien todo, en ayudar y asistir a la gente que le rodea con especial atención a su necesitado hijo drogadicto, un personaje el de la protagonista principal que se mueve en beneficio del prójimo de una manera ciertamente desmedida, sin embargo da la impresión que ese supuesto sacrificio o anegación no le produce ningún tipo de satisfacción en absoluto, más bien todo lo contrario, llegados a este punto el espectador se pregunta el porqué de tal comportamiento que da la sensación en un principio de ser altruista cuando posiblemente no lo sea del todo, es ahí en donde el film de Kent Jones despliega a modo de traumático viaje interior el motivo en cuestión de tal comportamiento, será en la media hora final del film en base a una inflexión narrativa en donde a través de una fantasmagoría psicológica con un ligero trazo onírico asistamos a una confesión, que no exculpación, no hablada pero plenamente intuida, visualizada a través de simples gestos cotidianos del día a día de un relato que indaga en el dolor personal de una redención de deviene como imposible, será en su complicada y nada gratuita aceptación cuando llegaremos al final de un trayecto vital, a través de él y sus diferentes estados en lo concerniente al sentido del tiempo, partiendo de lo real a lo lisérgico e incluso onírico para llegar a un final tan evocador como desgarrador.

Valoración 0/5: 3’5

 

Grass

Una historia melancólica y alegre sobre los clientes de un café cuyos dueños son fanáticos de la música clásica. Una de las clientas habituales es una mujer que siempre se sienta en una esquina a escribir en su ordenador. Ella encuentra la inspiración en los diálogos que se suceden a su alrededor que de alguna forma los adapta y transforma a su gusto introduciéndose ella misma en la historia. ¿Será ella la autora real de todo lo que sucede a su alrededor a modo de nexo en las idas y venidas de los personajes que se encuentran en un pequeño café?

Viene siendo una buena costumbre que Hong Sang-soo sea una presencia muy habitual cada año en el D’A, sus presencias en el certamen no llegan a ser ya ni unitarias aprovechando la coyuntura de lo muy prolífico que suele ser el realizador coreano, en esta edición dos fueron las propuestas vistas, la esmeradamente auto reflexiva Hotel by the River y la más austera en medios aunque no en propósitos Grass.

Posiblemente una de las grandes ventajas del cine orquestado por Hong Sang-soo es que este no necesita de un presupuesto digamos visible a la hora de sacar adelante sus proyectos, en parte da la impresión de que estos nacen de la simple inspiración del autor a la hora de escribir un guion, todo lo demás viene casi por inercia, tres localizaciones mal contadas y un grupo de actores de confianza, a tal respecto Grass viene a representar un paradigma de tal coyuntura autoral, un servidor viendo la película tuvo la ligera sensación de estar ante una esencia muy pura de gran parte del imaginario de Hong Sang-soo. Como en la mayor parte de la filmografía del autor de The Day He Arrives Grass se mueve en todo momento a través de lo no establecido, en este aspecto me gustaría hacer un pequeño inciso en lo relativo a escribir sobre las películas realizadas por Hong Sang-soo, no tanto en lo relativo a una supuesta dificultad a la hora de describir un particular universo y si en lo concerniente a intentar desgranar un tipo de cine que basa su principal razón de ser en relatos que dan la sensación de no necesitar de ningún tipo de aporte crítico o esclarecimiento argumental, evidentemente en la larga filmografía de Hong Sang-soo encontramos diversos baremos de calidad sin embargo el patrón deviene casi como igualatorio en referencia a mostrarnos ligeras variaciones que acaban en la gran mayoría de las veces en un mismo punto, Grass a tal respecto no es una excepción, un relato tan concentrado como destilado que vuelve a mezcla diferentes narrativas que nos son expuestas desde una visión que deviene tan neutra como caprichosa como resulta ser el personaje interpretado por la ya indispensable Kim Min-hee en un papel en donde ejerce de autora y participe de su propia ficción. Grass en este sentido es algo más cínica y oscura que de costumbre al transitar a través de múltiples derivas en referencia a emociones y relaciones varias que nos habla principalmente, o lo intuimos, de la necesidad del artista, de intentar entenderse a uno mismo a través de su siempre compleja relación con los demás, un tipo de cine en definitiva que no necesita de grandes variaciones a la hora de llegar a entender todo su potencial, algo que se mire por donde se mire sigue estando al alcance de muy pocos a día de hoy.

Valoración 0/5: 3