Crónica festival de San Sebastián 2016. Día 1

logo_967

Del 16 al 24 de septiembre se celebró la 64 edición del festival de San Sebastián, una nueva edición del certamen donostiarra en donde a la hora de hacer un balance general cabria apuntar un nivel general ligeramente superior al exhibido el pasado año, adentrándonos en lo que han sido las pautas que han marcado la presente edición en lo referente a su sección oficial subrayar como ya paso el pasado año con propuestas como High-Rise, Evolution o incluso la incursión por primera vez a competición de un film animado como The Boy and the Beast una apuesta valida y arriesgada por parte de la organización hacia nuevos conceptos cinematográficos no muy  habituales en la historia del Zinemaldia en lo concerniente a su sección oficial, no se trata de crear una polémica pueril o gratuita con estos trabajos sino la de crear una labor a la hora de reformular un debate acerca de situaciones o corrientes actuales en la sociedad actual a través del cine, aunque están sean algo incomodas de asumir, trabajos como Nocturama (terrorismo), Jesús (disfuncionalidad paterno-filiar), Playground (violencia de y en menores) o incluso desde otros ámbitos diferentes podríamos incluir The Oath (clara apuesta genérica) o La reconquista de Jonás Trueba, films estos que independientemente de su mayor o menor grado de calidad llegan a enriquecer una diversidad formal a la hora de crear un estado de opinión, una labor esta que tendría que ser inherente a cualquier certamen cinematográfico que se precie, en este aspecto es digno de elogiar la valiente apuesta del festival por dicha pauta y concepto y por ende por un claro posicionamiento en firme por su no estancamiento en lo referente a la selección de su programación, lástima que el jurado a la hora de conceder los premios no valoraran dicho atrevimiento, aunque claro esto siempre será algo muy discutible pues sería entrar en el sempiterno debate de la función de un jurado dentro de un certamen, si premiar lo que ellos piensan que es simplemente lo mejor (en dicha tesis poco que reprochar pues tanto I Am Not Madame Bovary como Yourself and Yours son propuestas también a mi entender más redondas que las antes citadas) o ir un paso más allá y valorar en el palmarés un tipo de cine de tono más conceptual y arriesgado.

En lo referente a las seccione paralelas Perlas se volvió a constatar otra vez el doloroso posicionamiento del festival San Sebastián con respecto a los otros certámenes de clase A, películas de un nivel como viene siendo habitual muy superior al resto y que tuvo como colofón final la extraordinaria Arrival, el mejor film del festival con diferencia, un trabajo que coloca a Denis Villeneuve como un autor clave para los próximos años. En la segunda sección en importancia del Zinemaldia, Nuevos Directores se constató una ligera y algo preocupante tendencia a la corrección en claro detrimento a la originalidad y riesgo, algo que sin embargo sí que se vio en Zabaltegi-Tabakalera, una sección esta reestructurada en competitiva en donde se pudieron ver propuesta de lo más interesante aunque con la ligera sensación final de estar estructurada como una especie de cajón de sastre en lo referente a su selección. Por ultimo alabar la incansable labor del festival en lo referente a sus retrospectivas, la clásica dedicada al realizador francés Jacques Becker y la temática The Act of Killing, dedicada al cine y la violencia global, ambas acompañadas por dos pulcras y notorias publicaciones, un cometido el de apostar firmemente por las retrospectivas tan necesario como obligado para cualquier certamen cinematográfico que se precie.

A continuación y a modo de crónica diaria analizaremos la larga lista de films que pudimos presenciar en la presente edición del festival, más adelante y aprovechando en mucho de sus casos su futuro estreno comercial nos detendremos más detenidamente acerca de ellos.

 

La fille de Brest / 150 Milligrams

Basada en el libro Mediator 150 mg., de Irène Frachon. En el hospital donde trabaja, en Brest (Francia), una especialista en pulmón descubre una conexión directa entre una serie de muertes sospechosas y un medicamento aprobado por el estado. La especialista lucha por su cuenta para que la verdad salga a la luz. Es la historia de Irène Frachon, que destapó el escándalo Mediator.

la-doctora-de-brest

La inauguración vino a cargo de la actriz y cineasta francesa Emmanuelle Bercot con La fille de Brest, una nueva muestra de retórica acerca de la sempiterna batalla entre David contra Goliat, aquí representada en una fallida propuesta de denuncia erróneamente ejecutada en lo referente a su tesis, más direccionada en esta ocasión en las peripecias del personaje principal (tampoco profundizadas convenientemente y excesivamente explícito en su plasmación, salvado en parte la papeleta por la competente interpretación de la actriz danesa Sidse Babett Knudsen, Borgen, The duke of Burgundy) que en profundizar o indagar en la problemática aquí expuesta de una manera muy convencional algo que la deriva a una carencia absoluta de sutileza en lo referente a su narrativa, con una continua sensación de déjà vu, aquella máxima que se basa en que el espectador siempre va un paso por delante de todo lo expuesto, Emmanuelle Bercot para más inri patina  sobremanera al querer dotar al conjunto un supuesto efecto vérité, aquí representado entre otras cosas por unas imágenes explicitas de quirófano de difícil justificación.

Valoración 0/5: 1’5

 

Toni Erdmann

Ines trabaja en una importante empresa alemana con sede en Bucarest. Tiene una vida perfectamente ordenada hasta que Winfried, su padre, llega de improviso y le hace una pregunta inesperada: “¿Eres feliz?”. Incapaz de contestarle, su existencia se ve conmocionada por la presencia de ese padre del que se avergüenza un poco, pero que le va a ayudar a dar nuevamente sentido a su vida gracias a un personaje imaginario: el divertido Toni Erdmann.

toni-erdmann

Toni Erdmann el flamante premio Fipresci de la crítica de este año y tercer largometraje de la directora y guionista alemana Maren Ade inauguró la sección Perlas, una peculiar comedia de tono amargo en donde predomina más la forma que el fondo, anunciado como uno de los films del año tras su triunfal paso por el pasado festival de Cannes. Toni Erdmann tiene la principal virtud de alejarse de ese ensamblaje naif y complaciente que suele presidir su enunciado en muchas películas de temática parecida, un padre que intenta demostrar a su hija, de férrea moral y alienada emocionalmente, mediante un comportamiento entre lo excéntrico y burlesco que la vida no es solamente el trabajo, Maren Ade nos regala una atípica fabula acerca de la liberación padre-hija o viceversa con lo excéntrico e incómodo como vehículo a la hora de liquidar las distancias emotivas.

Toni Erdmann reflexiona de manera acertada en como la sociedad actual puede llegar a crear insatisfacciones de difícil solución, su pulcro final completamente alejado del concepto de lo amable así lo indica, por otra parte sus 162 minutos de duración por increíble que parezca no llegan a cansar también en parte por la ceñida labor de sus dos intérpretes principales Peter Simonischek y Sandra Hüller, para el recuerdo dos escenas hilarantes de difícil olvido, la interpretación del Greatest Love of All de Whitney Houston y sobre todo una impagable y divertida escena de un cumpleaños celebrada entre desnudos y Kukeris búlgaros.

Valoración 0/5: 3’5

 

A Quiet Passion

¿Quién fue Emily Dickinson? ¿Quién se escondía detrás de la poetisa que paso la mayor parte de su vida en casa de sus padres en Amherst, Massachusetts? La mansión en la que vivió sirve de telón de fondo al retrato de una mujer nada convencional de la que se sabe muy poco. Nacida en 1830, fue considerada una niña con talento, pero un trauma emocional la obligó a dejar los estudios. A partir de ese momento, se retiró de la sociedad y empezó a escribir poemas. A pesar de su vida solitaria, la obra de la escritora transporta al lector a un apasionante viaje por el mundo.

336090

Dentro de ese cajón de sastre de conceptos arriesgados que es la sección Zabaltegi-Tabakalera tuvimos la ocasión de poder ver una de las mejores películas vista este año dentro del certamen, A Quiet Passion, el último trabajo del realizador británico Terence Davies, un meticuloso biopic acerca de la poeta americana Emily Dickinson. Con una portentosa interpretación a cargo de la actriz Cynthia Nixon A Quiet Passion bascula sobre temas bastante transitados dentro de la filmografía de Terence Davies, la familia, religión, la enfermedad o violencia institucional, todo ello expuesto a través de un deliberado distanciamiento escénico, a partir de ese posicionamiento Terence Davies no se conforma con contarnos una travesía vital al uso, sino que intentar de dotar de sentido el relato, de exteriorizar los demonios internos del personaje, o de llegar a indagar desde la precisión autora a cada uno de sus versos a través de un omnipresente y fluido verbo florido expuesto hábilmente en el film.

Terence Davies sigue demostrando  a día de hoy ser uno de los autores más particulares del actual panorama cinematográfico, desde mi punto de vista no reconocido como debiera, alguien que sigue haciendo películas fuera de toda tendencia y modismos actuales, un autor en definitiva para quien el cine transita de forma muy clara a través de la poesía y el arte.

Valoración 0/5: 4’5

 

Neruda

Es 1948 y la Guerra Fría llega a Chile. En el Congreso, el senador Pablo Neruda acusa al gobierno de traicionar al Partido Comunista y es desaforado por el presidente González Videla. Se le ordena al prefecto de la policía de investigaciones, Óscar Peluchonneau, que aprese al poeta. Neruda intenta huir del país con su esposa, la pintora Delia del Carril, pero se ven forzados a pasar a la clandestinidad. Inspirado en los dramáticos eventos de su nueva vida como fugitivo, Neruda escribe su épico Canto General. Mientras tanto, en Europa la leyenda del poeta perseguido por el policía crece y los artistas, liderados por Pablo Picasso, claman por su libertad.

chilefilm2-master675

Pablo Larraín suma y sigue como uno de los valores más importantes del actual cine latinoamericano, después de la notable El Club y a la espera de la alabada en el reciente festival de Venecia Jackie nos llega este Neruda, casi un falso biopic en sí mismo pues el film se adentra en un universo de valientes y abundantes amalgamas genéricas poco habituales a la hora de ser representada como retrato de una personalidad real en la gran pantalla, una película que funciona como una suerte de efusiva carta de amor al exponente de la metaficción (especialmente visible en ese juego de espejos escenificado en el némesis casi imaginario de su perseguidor) y en todas las maneras de las que puede llegar a liberarte de ese abstracto concepto, incidiendo en un montaje fragmentado en base a unos diálogos y un uso del metalenguaje representados de manera eficiente.

Neruda termina exponiendo un retrato de luces y sombras, humanizado y desmitificado al mismo tiempo un acercamiento al artista chileno interpretado bajo los rasgos de un excelente Luis Gneco, un compendio que abarca una profunda reflexión sobre la propia identidad del autor, expuesto a través del compromiso social o el desvarió creativo, una en definitiva perfecta y ceñida metáfora sobre las heridas sociales de un país entero.

Valoración 0/5: 3

 

La tortue rouge

Un hombre abandonado en una isla desierta trata desesperadamente de escapar, hasta que un día encuentra una extraña tortuga que cambiará su vida.

la-tortue-rouge-quand-les-genies-japonais-du-studio-ghibli-totoro-travaillent-avec-l-europe

La sección Perlas tuvo para bien rescatar esta pequeña joya de la animación artesanal que fue presentada en la pasada edición del festival de Cannes dentro de la sección Un Certain Regard, La tortue rouge supone la opera prima del director neerlandés Michael Dudok de Wit, conocido por sus notables cortos Father and Daughter y The Aroma of Tea, aquí bajo el amparo en la producción del estudio Studio Ghibli, primera producción extranjera del mítico estudio japonés. La tortue rouge destaca por su fuerte componente poético y existencial potenciada por una laboriosa banda sonora a cargo de Laurent Pérez del Mar, un trabajo que curiosamente queda alejado de la exuberancia habitual de la Ghibli convirtiéndose en una fábula de contornos minimalistas y pictóricos, asistimos a una representación circular de como los ritmos vitales del ser humano siguen su curso, la vida, el crecimiento, la maduración y la muerte expuestos a través de unas imágenes que remiten claramente a El príncipe rana de los hermanos Grimm.

La tortue rouge tiene la virtud al mismo tiempo de transitar por territorios que se prestan a múltiples interpretaciones, todo ello sin llegar a decir una sola palabra, escenificando la naturaleza como clara fuente de inspiración, todo un logro dentro de la animación contemporánea.

Valoración 0/5: 4