Crónica festival de Sitges 2017. Día 1

Del 5 al 15 de octubre se celebró la 50 edición del festival de género más importante de Europa y posiblemente del mundo, cincuenta años dan para mucho y la efeméride requería de un esfuerzo por parte de la organización en recordar dicha andadura, exposiciones, una publicación y varios actos paralelos como la proyección de Aelita, el primer film proyectado en la historia del festival, a pocos días de empezar el certamen nos venía a recordar la importancia de dicho aniversario, posiblemente un servidor era de la opinión que el leitmotiv del festival de este año tendría que haber estado centrado únicamente en dicha efeméride por su innegable importancia y no el compartirlo con la figura de Drácula, creo que la ocasión lo requería, sin embargo  dicha decisión es algo que no deja de ser sintomático y en cierta parte consecuente con la trayectoria de estos últimos años por parte del certamen, la sensación de que Sitges ha tocado techo es cada vez más manifiesta, no hablamos solo de un nivel de infraestructuras sino en el uso que el certamen le da a una inabarcable diversidad genérica, Sitges es más que nunca un festival de festivales, no solo en lo concerniente al reciclaje de películas sino también al concepto que se le da a la amplitud de temáticas, esto proporciona que cada espectador encuentre su película, por el contrario el purista del genero añorara la simplificación existente de antaño, posiblemente más honesta pero totalmente insuficiente en lo concerniente a los paramentos por los que se mueve hoy en día el festival.

En lo referente a la programación Sitges sigue la línea de estos últimos años en traer todo lo que cree que tiene que estar presente en el certamen, en este aspecto no se echó en falta ningún film, la forzosa ausencia de Blade Runner 2049 como película inaugural dio paso a una espléndida apertura como fue The Shape of Water, la calidad media de todo lo visto este año fue posiblemente algo inferior a la edición del 2016, algo que no deja de ser una cuestión de la cosecha cinematográfica del año, en este aspecto el cine asiático y en especial el coreano adoleció de propuestas algo más elaboradas, en lo referente a secciones Noves Visions en lo que respecta a un servidor fue el apartado en donde se pudieron ver los trabajos más interesantes aunque este año hubo una ligera sensación de cajón de sastre genérico en dicho apartado. Como apuntes a mejorar sigo siendo de la opinión de que se tendría que potenciar mucho más el documental, hay material interesante y en abundancia para ello, tampoco estaría de más el revisar la política de las premieres mundiales, dicha catalogación en el certamen corre un cierto riesgo degradante dado el bajo nivel de calidad de las propuestas que la componen.  No soy muy dado a darle mucha importancia a los premios y menos en un festival como el de Sitges, cinco o seis personas que juzgan cerca de cuarenta películas no deja de ser un veredicto demasiado ambivalente y difuso por razones lógicas, sí que considero a Jupiter’s Moon (un muy estimable cine de género europeo de tono reflexivo) como una muy merecida mejor película. Para finalizar destacar al alto nivel de presencias y homenajeados, nombres como Susan Sarandon, Guillermo del Toro, William Friedkin, Dario Argento, Kiyoshi Kurosawa, Frank Langella o Johnnie To entre otros muchos, todo un lujo que dieron solidez a un certamen que recordemos sigue siendo de clase B por mucho gigantismo mal entendido que algunos quieran otorgarle al festival.

A nivel de infraestructura congratularnos de las mejoras hechas en el cine Prado y el asentamiento como una cuarta y necesaria sala de proyecciones del Tramuntana, una edición en donde los retrasos apena fueron perceptibles, algo ciertamente meritorio dado lo extremadamente apretado de la parrilla de proyecciones. Sitges 2018 ya empieza a tomar forma, será del 5 al 14 de octubre del próximo año en una edición que homenajeará otro cincuenta aniversario, en este caso el del estreno de la fundamental 2001: Una odisea del espacio de Stanley Kubrick. A continuación y a modo de crónica diaria todo lo que dio de sí a través de sus películas este año el festival de Sitges, más adelante con motivo de su estreno o su salida al formato domestico nos detendremos más pausadamente y con mas detenimiento en algunas de ellas.

 

The Shape of Water

Elisa es una joven muda que trabaja como conserje en un laboratorio oculto de alta seguridad del gobierno estadounidense durante la guerra fría en los años 60, en este lugar será donde conocerá a un hombre anfibio que se encuentra ahí recluido siendo sometido a infinidad de experimentos. La vida solitaria y silenciosa de la joven dará un vuelco inesperado cuando comienza a sentir sentimientos por este extraño ser.

La nueva película de un habitual del certamen como es Guillermo del Toro (con dos inauguraciones previas en su haber cómo fueron Mimic y El laberinto del fauno) fue el encargado de dar el pistoletazo de salida de esta 50 edición, The Shape of Water justa ganadora a la mejor película en el pasado festival de Venecia y décimo largometraje en la carrera del director mexicano fue ciertamente una inauguración de altura, una arrebatadora fabula con contornos de cuento de hadas romántica provista de múltiples y ricas referencias al fantástico de ayer como no podía ser de otra manera tratándose del autor en activo que posiblemente ha tratado el género con más honestidad y conocimiento en estas últimas décadas.

The Shape of Water al igual que su anterior Crimson Peak nos habla principalmente del concepto del amor, en este caso una oda a esa belleza de naturaleza diferente de la que forman parte los protagonistas principales del film, unos personajes que a través del descubrimiento sexual conocen la igualdad entre los seres que les rodean, evidentemente el film es fiel deudor de homenajear referentes que van desde La Bella y la Bestia hasta el Creature from the Black Lagoon de Jack Arnold, todo ello ubicado en el contexto de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS de los años 60, a partir de esta premisa del Toro despliega una apuesta por lo afectivo a través de códigos genéricos con la gran virtud de que todo tenga un sentido propio, mostrándonos de alguna manera la otra cara de lo que conocemos como una leyenda  de contornos clásicos, algo menos oscura y más cercana al imaginario colectivo de hoy en día a través de una puesta en escena y un trabajo artístico realmente abrumador. Posiblemente la gran virtud de The Shape of Water sea que aun así vaya mucho más allá de su propio enunciado y homenajes varios, tiempo tendremos con motivo de su estreno comercial dentro de unos meses de detenernos más pausadamente en la que es posiblemente la obra más madura de uno de los más importantes referentes del cine de género en la actualidad.

 Valoración 0/5: 4

 

78/52

Fue a principios de los sesenta, cuando el maestro del suspense dejó que la protagonista de su nueva película muriese pasados apenas cuarenta minutos de película, en una escena que iba a poner patas arriba el cine. Alexandre O. Philippe, un cinéfilo irredento, disecciona aquellos 52 planos de Psicosis, que supusieron un golpe de efecto narrativo y un elogio a la brutalidad hecha sugerencia.

Al igual que hace unos años con la magnífica Jodorowsky’s Dune de Frank Pavich la inclusión de un documental en la sección oficial a concurso indicaba por las claras que 78/52 no solo se llevaría el premio al mejor documental este año sino que sería el plato fuerte en esta edición por lo que respecta a dicho subgénero. Alexandre O. Philippe es un habitual de Sitges, sus tres anteriores documentales The People vs. George Lucas, The Life and Times of Paul the Psychic Octopus y Doc of the Dead habían estado presentes en el certamen pero es en 78/52 en donde consigue no solo su mejor trabajo hasta la fecha sino realizar una apasionante disección sobre la importancia y el legado que otorga el cine.

78/52 podría emparentarse perfectamente a los trabajos de Mark Hartley en lo concerniente al análisis y pleitesía de una referencia cinéfila concreta, en este caso centrado únicamente en  una secuencia, Alexandre O. Philippe hasta este momento en lo relativo a anteriores trabajos suyos daba la sensación de indagar solo a través de la anécdota, afortunadamente 78/52 que en un primer momento podía dar lugar a ello va mucho más allá, lo suyo es contextualizar, teorizar e incluso destripar una de las escenas más importante en la historia del cine, si Alfred Hitchcock tardo siete días en rodar una escena de poco más de un minuto de duración no es descabellado pensar que hora y media en analizarla se pueden quedar cortos, eso sí siempre que el análisis se sustente en el fundamento, 78/52  de hecho no deja de ser un apasionante ejercicio de fetichismo cinematográfico, abarca mucho y lo hace muy bien, no solo a un nivel meramente conceptual sino también simbólico, referencial o incluso subversivo. Para más inri el catálogo de testimonios, algo primordial en este tipo de trabajos, es tan generoso como interesante (Guillermo del Toro, Marli Renfro, Peter Bogdanovich, Bret Easton Ellis, Karyn Kusama, Danny Elfman o Elijah Wood entre otros muchos). 78/52 amparándose en la rigurosidad no deja de ser un ejercicio que proclama sobre todo el trasmitir un fervor, una interpretación, no solo en lo relativo a una escena concreta sino de la pasión que alguien puede sentir por el cine en su concepto más genuino.

Valoración 0/5: 4

 

The Endless

Años atrás, los hermanos Justin y Aaron lograron escapar de la secta donde se habían criado. Ahora, malviven en un apartamento de Los Ángeles, hasta que un día reciben una cinta de vídeo de aquella secta, y a Aaron le entran las dudas de si deberían volver al campamento del que huyeron.

La nueva película del dueto formado por Justin Benson y Aaron Moorhead fue una de las propuestas más sorprendentes vistas este año en Sitges, una película que empieza a modo de thriller sobre sectas para ir mutando poco a poco hacia un sugerente tratado de horror cósmico en clave sci-fi, a medio camino entre el cine de Val Lewton y la literatura de H. P. Lovecraft planteándonos en su final varias reflexiones sobre la relaciones afectivas y como llevarlas que por momento parece derivarnos al cine de Richard Linklater, por increíble que parezca dicha amalgama genérica por momentos logra funcionar de un modo ciertamente sorprendente. Todo el cine realizado por Justin Benson y Aaron Moorhead hasta la fecha ha dado la sensación de querer abarcar mucho más de lo que realmente puede conceptuarlo, algo que ya era muy visible en sus anteriores Resolución y Spring, en The Endless esta percepción se incrementa y es incluso más notoria, evidentemente tal mixtura genérica y de conceptos varios terminan derivando en una leve irregularidad en lo relativo a su narrativa pero hay un intento por parte de sus autores ciertamente elogiable en querer ampararse solamente en la imagen y la palabra y no en el artificio más común a la hora de contarnos una historia fantástica, se sugiere más que se matiza, posiblemente la precariedad de la que parte tenga algo de culpa en todo esto pero no deja de ser meritorio la honestidad en proponer un discurso muy fiel y deudor a ciertas coordenadas del cine de género y como amparándose a través de todo ello ofrecernos una mirada muy personal. The Endless con todas las derivas que puede atesorar representa a la perfección el mejor y más honesto cine independiente de género que a día de hoy podemos ver dentro, aquel que no le tiembla el pulso a la hora de ofrecer un discurso y una mirada muy personal, la decisión de los propios directores de ser los protagonistas del film no es casual, más bien se trata de una declaración de intereses, un posicionamiento que en parte que demuestra lo irreductible de tan estimulante propuesta.

Valoración 0/5: 3

 

Most Beautiful Island

En Most Beautiful Island asistimos a la crónica de un angustioso día en la vida de Luciana, una inmigrante indocumentada que lucha por sobrevivir en el Nueva York más hostil tratando de encontrar una posible redención de un pasado tormentoso al verse envuelta como partícipe de un cruel juego.

La galardonada con el premio a la mejor película en el pasado SXSW de Austin Most Beautiful Island inauguraba la siempre necesaria y más rompedora  sección del certamen Noves Visions, opera prima de la hasta ahora actriz Ana Asensio Most Beautiful Island es un admirable ejercicio de tensión cinematográfica que maneja de forma inusual (al tratarse de un primer trabajo) dos sendas narrativas en principio tan dispares como son el thriller psicológico y la reflexión social.

Lo mejor a la hora de enfrentarse a una película de las características de Most Beautiful Island es no saber mucho de ella, esa falta de información nos permitirá ir en cierta manera a la par que la protagonista en su descendiente trayecto, posiblemente el apelativo que le venga mejor a esta sugerente película sea la de psicodrama, filmada en Super 16 con textura de color y grano que nos remite a los años 70 y extenuando por momentos los movimientos de cámara Most Beautiful Island tiene la virtud de exponer un terror social desde dos perspectivas y narrativas bien diferenciadas, una primera que linda casi con el documental a modo de survival urbano costumbrista ubicado en la gran manzana de Nueva York, y una segunda que abraza más decisivamente la ficción y por tanto el género como tal y que por momentos parece una versión abreviada del 13 Tzameti de Géla Babluani, la gran virtud que atesora el film es que tanto en una como en otra parcela cada una a su manera ambas logran una sensación de inquietud y asfixia bastante lograda. Bajo un tamiz de cierta sencillez Most Beautiful Island atesora varias capas de exposición en lo referente a  ese reverso oscuro del sueño americano que nos es presentado, Ana Asensio nos habla de una vulneración extrema por parte del desamparado social, primero interior y psicológica y luego una física de cara al exterior, también de la diferencia de clases y su indecencia, todo ello a través de una mirada introspectiva en una de las óperas primas más estimulantes que nos ha deparado el presente curso.

Valoración 0/5: 3’5

 

Purgatoryo

Hay historias que comienzan con la muerte. Es el caso de la de Ilyong, asesinado por la policía tras un robo. Pronto será trasladado a una funeraria regentada por Violet, que sobrevive alquilando los cadáveres a Simon. La llegada de Ilyiong a este extraño lugar discurrirá entre infortunios y personajes de distinta calaña.

Si hace bien poco hablábamos de la muy interesante Pailalim vista hace unos días en el pasado festival de San Sebastián ahora es turno para otra película proveniente de la cinematografía filipina como es Purgatoryo, segundo trabajo tras las cámaras de Derick Cabrido, un film ubicado en Manila que nos muestra una degradación, sin un trazo narrativo que indague tanto en lo social como por ejemplo Children’s Show, la opera prima de su director, Purgatoryo es un fiel exponente de ese realismo sucio tan típico en dicha cinematografía, la película aunque anida a través de la picaresca de los personajes lo que se nos relata es ciertamente angustioso, asfixiante y bastante oscuro, de hecho la puesta en escena por parte de Cabrido deviene casi como teatral en base a ese propio hermetismo, prácticamente hay un solo escenario, la funeraria, en ella asistimos a una especie de ecosistema ciertamente toxico en donde diversos personajes dan rienda suelta a instintos que cada vez nos perecerán más degradantes. Purgatoryo no es una película agradable ni fácil de ver, tras esa fachada de comedia negra que poco a poco va derivando en trágica vislumbramos un desarrollo ciertamente sucio y poco complaciente, en donde la miserabilidad de situaciones y actos diversos se vuelven cada vez más perturbadores, un relato que por muchas pretéritas historias que la circunvalan esta en todo momento en contacto con la muerte, un halo mortuorio del que es imposible desprenderse  durante todo su metraje, sensación acrecentada con la fundada idea de que la mayoría de cadáveres que vemos en el film sean muy probablemente reales. A parte de lo arriesgado y en parte original de una propuesta nada condescendiente como es Purgatoryo en ella hay un trabajo formal en lo relativo a su apartado técnico muy a destacar, nada mejor que esos largos planos secuencia para certificar a través de lo contemplativo el tránsito y estancia de unos personajes dentro de un auténtico purgatorio.

Valoración 0/5: 3