Muere a los 72 años de edad el realizador Stuart Gordon

Nacido el 11 de agosto de 1947 en la ciudad de Chicago y fallecido el pasado martes 24 de marzo a los 72 años de edad Stuart Gordon merece ocupar un lugar privilegiado en lo concerniente a ese grupo selecto de realizadores que en los años 70, 80 y parte de los 90 fundamentaron el cine de terror estadounidense mediante trabajos que con el paso del tiempo han devenido de culto para el aficionado al género. Como otros muchos autores cuya trayectoria ha estado vinculada por completo al fantástico a lo largo de prácticamente toda su carrera la afiliación de Stuart Gordon al género vino casi de casualidad. Hombre de teatro en sus inicios en el año 1968 fundo su primera compañía llamada Screw Theater en donde destaco una corrosiva y polémica versión del cuento de Peter Pan que le acarreo bastantes problemas judiciales, tiempo después junto a su esposa Carolyn Purdy mantuvieron durante 16 años la compañía Organic Theater en donde un joven David Mamet con la obra teatral Sexual Perversity in Chicago logro cimentar el inicio de su carrera.

Stuart Gordon a diferencia de compañeros ilustres llego algo tarde al medio cinematográfico, con casi cuarenta años de edad dirigió su opera prima, la emblemática Re-Animator, obra reverencial en su carrera y que podríamos aseverar que al igual que George A. Romero con su Night of the living dead o Tobe Hooper con The Texas Chain Saw Massacre por ejemplo marcaria por completo su posterior trayectoria a través de un encasillamiento genérico en el que el mismo parecía encontrarse bastante a gusto. Re-Animator, adaptación del relato corto Herbert West: reanimador, ocupa un lugar privilegiado dentro del género de terror contemporáneo, su amena y desinhibida visión libérrima del imaginario de H.P. Lovecraft quedó plasmada con una equilibrada fusión genérica de terror con una abundante dosis de un gore inusual por aquella época aderezado con elementos de comedia, hibridación esta que de alguna manera hizo popular y propicio un éxito que dio lugar un año después una nueva incursión en el imaginario del escritor de Providence con la algo ya más ambiciosa aunque menos exitosa comercialmente From Beyond. En estos inicios Stuart Gordon fue un hombre con un claro espíritu de estudio pequeño, la Empire Pictures estuvo siempre detrás de estos primeros trabajos a los que se unieron posteriormente otros que no tuvieron tanta repercusión comercial como Dolls, relato de costosa post producción a causa de una laboriosa stop motion que retraso en casi un año su estreno comercial, también una particular versión de The Pit and the Pendulum de Edgar Allan Poe o la desmesurada Robot Eiga Robot jox, film este último que tras una tortuosa gestación supondría la bancarrota económica para una productora que justo después paso a transformarse en la Full Moon y en donde Stuart Gordon aún volvería a adaptar una historia corta de H.P. Lovecraft de nombre The Outsider que dio lugar a ese film coproducido con Italia con claras texturas de serie Z directa a video titulado Castle Freak y que supuso su reencuentro con el actor Jeffrey Combs.

A continuación y como un paso casi natural en su carrera Stuart Gordon emprendió proyectos algo más ambiciosos realizando películas cada vez más caras pese a que estas atesoraban una evidente temática pulp como fueron las futuristas Fortress, filme protagonizado por la estrella de aquel entonces Christopher Lambert, y esa deliciosa reinterpretación en clave Métal Hurlant que es Space Truckers. También digno de resaltar fue su labor como guionista con trabajos como The Dentist de su compañero Brian Yuzna, la notable versión de Abel Ferrara de Body Snatchers del año 93 y en especial ese proyecto que estuvo a punto de dirigir y que posiblemente hubiera variado su carrera a partir de aquel entonces como fue la producción Disney  Honey, We Shrunk Ourselves! de la cual produjo la secuela y tuvo una participación importante dirigiendo un episodio en una especie de spin-off destinada para la televisión.

Stuart Gordon desde su debut en la dirección fue un nombre habitual y recurrente en el Festival de Sitges, puede que esto facilitara en parte su participación en la ya extinta Fantastic Factory con su Dagon: La secta del mar, una vuelta al imaginario de H.P. Lovecraft en donde adapta de forma libre la historia corta Dagon and The Shadow Over Innsmouth, film protagonizado por Francisco Rabal en el que fue su último trabajo delante de las cámaras y que a la postre significo posiblemente el mejor trabajo de aquel proyecto de Fílmax liderado por Julio Fernández y Brian Yuzna, o al menos el que de una forma más clara se ajustaba al ideario y unos parámetros de serie B de cual partió dicha iniciativa.

Como colofón a su carrera Stuart Gordon y como buena muestra de esa impronta autoral del no encasillamiento genérico que en parte nunca dejó de lado acabo su trayectoria en cine con tres notables títulos que se apartaban del fantástico de forma drástica como fueron King of the Ants, Edmond y Stuck, entre medio de estas su participación en dos series televisivas, por un lado en Fear Itself, con el capítulo Eater con una primeriza Elisabeth Moss al frente del reparto, y especialmente en Masters of Horror (2005-2007) con los episodios Dreams in the Witch-House y su versión del The Black Cat de Edgar Allan Poe, su inclusión en esta serie ideada por Mick Garris le unió a realizadores de la talla de Dario Argento, John Carpenter, Joe Dante, Tobe Hooper, John Landis, Don Coscarelli o Larry Cohen entre otros muchos, junto a estos Stuart Gordon forma parte por derecho propio de esa lista de directores que mediante sus trabajos en los años 70 y 80 cimentaron el género de terror a través de una perspectiva que inevitablemente marco a otros muchos realizadores el camino a seguir desde aquel momento, de forma algo injusta un director algo infravalorado a día de hoy, habitual por otra parte dentro del género fantástico y  de su propio ecosistema el no valorar en su momento a muchos autores plenamente válidos, un servidor supone que dentro de algunos años como suele ser norma habitual en estos casos se reivindicará de forma algo más justa y ecuánime la labor de un extraordinaria artesano del género como resulto ser Stuart Gordon.