“Répertoire des villes disparues” review

 

Simon Dubé muere en un accidente de coche que tiene lugar en un pequeño y remoto pueblo de Quebec de apenas 215 personas. Sorprendidos, los habitantes del pueblo procuran no hablar sobre las circunstancias de la tragedia. El suceso desgarra a la familia Dubé, y afecta psicológicamente al alcalde Smallwood, junto a otro grupo de aldeanos que no saben qué hacer para dejar atrás lo sucedido. Mientras la gente trata de digerir la desgracia, una serie de personas desconocidas comienzan a llegar al pueblo, a lo que poco más tarde le acompaña una espesa niebla. ¿Quiénes son? ¿Qué está sucediendo?

No deja de ser curioso, pero al mismo tiempo consecuente en lo relativo a programar, como en la pasada edición del Festival de San Sebastián y dentro de la sección Zabaltegi-Tabakalera se pudieron ver varios trabajos que indagaban a través del género fantástico realizado por autores en un principio no afines a dicha temática genérica expuestos todos ellos en un apartado del certamen destinado a obras arriesgadas que parten de una catalogación de difícil cuadratura. El realizador franco-canadiense Denis Côté fue uno de ellos y su particular Répertoire des villes disparues sería o vendría a ser su visión más cercana de realizar una película de terror, evidentemente el resultado final alejado de cualquier tipo de convencionalismos conceptuales es bastante sui géneris siendo una de las propuestas más ambiguas e interesantes del presente curso en lo concerniente a ese otro cine de género fantástico provisto de claras connotaciones autorales.

Répertoire des villes disparues, que toma solo como punta de partido la novela de Laurence Olivier del mismo título, podría transitar perfectamente a modo de drama hibrido provisto de una anómala, dada su peculiaridad, visión del terror, a la hora de buscar alguna aproximación o fuente que nos situé por tan atípico y por momentos hipnótico relato la referencia más cercana la podemos encontrar tanto en la película de Robin Campillo Les revenants como en su posterior traslación a la pequeña pantalla en la medida de retratar la difícil coexistencia entre vivos y muertos, sin embargo esta coincidencia argumental solo es ejecutada como un punto de inicio en una historia que aquí no solo se limita a reflexionar acerca de querencias afectivas hacia el retornado sino que indaga a través de espacios terrenales de devienen como crepusculares. Répertoire des villes disparues podría partir de la tesis de como un pueblo comienza a convertirse en algo fantasmagórico en referencia a un planteamiento sobre el desvanecimiento de un conjunto, no en relación a ninguna maldición digamos ancestral de un relato que nos habla principalmente de la desaparición de un entorno determinado que empieza a través de unas apariciones, curiosamente en dicha indagación temática de claros contornos genéricos el elemento social está integrado en el relato de una forma muy sutil, Denis Côté a través de esas acotaciones o derivas narrativas se vale continuamente de un fuera de campo que de alguna manera nos habla de la desconfianza hacia el desconocido, algo que deriva inevitablemente en la problemática de la xenofobia en la medida hablar acerca de cuerpos olvidados que de una forma inesperada necesitan de ser visibles y que actúan o representan en la historia simbolismos a modo de un horror que deviene como colectivo en referencia al concepto de la desconfianza a la hora de poder compartir un espacio que al final quedara abocado al éxodo del no participe en dicha correlación.

Digno de mención en este film de narrativa elíptica y tono ingrávido, que en todo momento sabe situarse a medio camino entre el realismo social y lo sobrenatural sin llegar a desvirtuar ninguno de ambos conceptos, es el referido a su tono formal, en unos tiempos en donde el virus Netflix en lo relativo a una desmesurada digitalización que se percibe como opulenta y globalizada a modo de déficit estilístico especialmente visible en según que visionados en pantalla grande, el film de Denis Côté deviene como una agraciada rara avis en lo concerniente a la autentificación casi artesanal de la imagen cinematográfica entendida como tal, la sensación de estar volviendo a ver cine de verdad se encuentra muy presente en Répertoire des villes disparues en parcelas tales como su fotografía granulosa en 16mm o la particularidad del uso del sonido en el relato, mimbres formales, ubicados a través de la desolación escénica de un invierno consumido por la nieve, que son aprovechados a la hora de retratar básicamente una vulnerabilidad, y que vienen a ser otros añadidos a la ecuación a tener muy en cuenta en una de las películas más peculiares e indescifrables de este recién acabado 2019.

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