“The Audition” review

Anna es una profesora que enseña violín en una escuela para jóvenes músicos de Berlín. En contra del criterio de sus colegas, la maestra aprueba el ingreso de Alexander, un niño en el que detecta un notable talento. Le instruye con gran dedicación y afecto, y pronto le dedica más atención que a su propio hijo de diez años. Surge la rivalidad entre ambos chicos, y el matrimonio de Anna se tambalea. Pero donde ella falló, su talentoso alumno debe tener éxito, y a medida que se acerca una audición importante, Anna se obsesiona cada vez más con llevarle a lo más alto.

El segundo largometraje como directora de la alemana Ina Weisse (The Architect 2008), para un servidor la mejor película a competición de este año vista en el pasado Festival de San Sebastián, vino a representar uno de los puntos álgidos del certamen en referencia a la calidad de las propuestas exhibidas en esta edición dentro de su sección oficial, en The Audition vemos como Anna (una espléndida Nina Hoss presente en la práctica totalidad de planos del film y que por fin parece llegarle los reconocimientos, merecida Concha de Plata a la mejor actriz, en un año que hace doblete en papeles que indagan en derivas maternas con la también notable Pelican Blood) vuelve a ponerse en la piel de uno de esos personajes complejos provistos de unos pensamientos que se perciben como contradictorios.

En The Audition, como buen retrato de una deriva interna, todo lo que llegamos a percibir se encuentra soterrado, un film que de alguna manera queda enmarcado a través de una narrativa tan equilibrada como fría que inevitablemente nos remite al cine de Michael Haneke, las semejanzas y  los paralelismos con La pianista resultan inevitables, también a un nivel de ubicación social que aquí vuelve a indagar en esa característica burguesía plagada de aristas emocionales situada en escenarios clásicos y elegantes provistos de atmosferas gélidas tan recurrente en el cine del responsable de 71 fragmentos de una cronología al azar, sin embargo en el film de Ina Weisse el tono deviene como bastante más sutil en referencia a su representación, cuestiones tales como la culpa o una autoexigencia en relación a un personaje principal que deviene como toxico para todas las personas que le rodean, también la insatisfacción personal están muy presente en un trama que hace de la inseguridad (ojo a esa escena tan premonitoria y tan bien resuelta a un nivel formal que vemos en el restaurante cuando la protagonista y su ex pareja han quedado para comer y que nos pone sobre aviso de lo que estar por llegar) una patología de la paranoia interna en base a una narrativa que en algunos momentos llega incluso a bordear el thriller psicológico, en este aspecto el notable trabajo de Ina Weisse es ciertamente admirable a la hora de mostrarnos una tensión siempre latente a través de una puesta en escena que nunca llega a eclosionar pero que sin embargo a la larga tendrá unas consecuencias tan inquietantes como desgarradoras en un relato en donde subyace una implícita violencia, nunca escenificada pero muy presente  a modo de premonición a través de una narrativa que en ningún momento recurre a los golpes de efecto en relación a según qué intimidades derivadas de una debilidad ajena en un principio a unos espectadores que al final terminan de alguna manera convirtiéndose en cómplices.

Como certero análisis visto a través de un prisma familiar que indaga en la hondura psicológica provista de obsesiones a cual más inquietantes y recónditas The Audition, que anida en todo momento a través de una indefinición genérica, de alguna manera encuentra su mejor virtud en lo extremadamente austera y rigurosa que resulta ser a la hora de circunvalar un entorno determinado a un imaginario personal que deviene como quebradizo, la enfermedad mental de la protagonista principal está ligada inevitablemente a un sistema social, cultural y económico que da la impresión de imponer el éxito o la superación por encina de cualquier otro tipo de cuestión, el ultimo y magistral plano de la cinta no deja de ser una síntesis casi perfecta de todo lo que se nos ha explicado con anterioridad, a tal respecto no hay lugar a la hora de emitir juicios de valor sobre según qué actos cometidos por el personaje principal de los que hemos sido testigos a lo largo de la trama, tampoco diálogos que sobre expliquen la terrible disociación mental que nos es mostrada.

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