“The Vast of Night” review

The Vast of Night nos sitúa en Nuevo México, Estados Unidos en la década de los años 50. Dos trabajadores de una radio local, un operador de radio y un pinchadiscos descubren una frecuencia que podría cambiar su vida y la de toda la humanidad para siempre, líneas telefónicas caídas, sospechosas señales de radio, bobinas de cintas ocultas en una biblioteca y una misteriosa llamada telefónica anónima llevarán a nuestros protagonistas a una peligrosa búsqueda hacia lo desconocido.

Tiempos algo extraños dentro del fantástico los acontecidos en estos últimos meses de este atípico 2020, si existe un género cinematográfico que está continuamente reinventándose en busca de nuevas fórmulas de entretenimiento indudablemente es este, posiblemente esa necesidad de abordar, o en el peor de los casos intentarlo, nuevas vías venga en la medida de ser un género que lejos de anclarse en la complacencia de un público va evolucionando casi al unísono de unas nuevas generaciones de aficionados que ya parece que no solo se conforman con que la propuesta de alguna manera les sorprenda sino que en cierta manera y si se da el caso exigir que se rinda una especie de pleitesía hacia un tipo de cine ya pretérito.

Dentro de ese pequeño festival lleno de buenas intenciones como es el Americana siempre ha habido un pequeño resquicio para algún film que indague sin muchas fisuras derivativas dentro del género fantástico independiente inédito en nuestro país, algo que en cierta manera tiene su mérito, siempre que la propuesta lo valga naturalmente, dada la excesiva proliferación de festivales especializado en dicho género que copan la gran mayoría de dichos productos, en esta edición el turno recayó en el segundo trabajo tras las cámaras del realizador Andrew Patterson titulado The Vast of Night, la extrañeza más arriba citada con respecto a este y otro film viene en la medida de cómo durante el confinamiento derivado por la pandemia una película de genero de tan dudosa calidad como The Wretched de Brett Pierce y Drew T. Pierce ha conseguido un auténtico record de visionados vía streaming, algo que en cierta manera tampoco es ninguna novedad pues la historia está plagada de films de terror de seria B que han rendido en taquilla muy por encima de lo que en realidad son sus posibilidades, con respecto a The Wretched seguramente sin existir esta excepcionalidad que nos ha tocado vivir hubiera pasado totalmente desapercibido dentro de ese interminable catálogo de películas de genero destinadas a la televisión por cable.

Con The Vast of Night y su inclusión en Amazon Prime, aunque de una forma local, ha pasado algo parecido en referencia a una serie de dialécticas, seguramente ocasionadas por la excepcionalidad antes comentada, que han llevado de alguna manera a la película ha situarla muy por encima de lo que en realidad son sus posibilidades, dicho de otra manera, el dialogo orquestado sobre ella puede resultar terminando bastante más interesante que lo que es en realidad el producto en cuestión, a fin de cuentas un muy modesto film que juega todas sus carta a favor de un estilo y empaque visual en detrimento de cualquier tipo de narrativa que resulte adecuada a unas imágenes que dan la impresión de buscar a toda costa una personalidad propia que a un servidor le cuesta bastante reconocer. La polémica, en parte absurda, como la mayoría que se producen en las redes sociales, vino en la medida por parte de un colectivo de aficionados que había encontrado multitud de virtudes en la película en buscar una explicación de su no inclusión en la pasada edición de un Festival de Sitges que la rechazo el pasado año, en este apartado entraríamos en una discusión que requeriría de muchas más líneas y de una profunda reflexión a la hora de percibir como muchos festivales de cine presentan programaciones que parecen destinadas a un público que el mismo evento ha ido formando durante años a su propia conveniencia llegando inexorablemente a un punto de autocomplacencia, tanto por parte del público como del propio certamen quedando bastante alejados de aquel concepto en donde los festivales cinematográficos eran un terreno propicio para la trasgresión, la polémica sana y el debate ocasionado por una programación que era inexistente en el ámbito de los estrenos comerciales.

Centrándonos ya en la película con todos los defectos que puede atesorar The Vast of Night la cinta de Andrew Patterson tiene conceptos bastantes más interesantes que el cincuenta por ciento de la vasta programación que suele presentar cada año Sitges, también fue posiblemente uno de los titulo más interesantes vistos este año dentro del Americana, independientemente de su aparente adscripción genérica estamos ante un film que representa casi a la perfección la validez, o lo entendible de ella, de saber transitar con cierto aplomo los recovecos de lo que viene a representar la esencia del cine independiente, básicamente y resumiendo la originalidad técnica o narrativa por encima de los medios disponibles a la hora de su plasmación fílmica. Dicho esto no estaría de más el contextualizar y en parte clarificar ciertas etiquetas otorgadas de antemano al film de forma algo confusa y precipitada que pueden llevar al despiste al espectador poco precavido, principalmente el referido a equipararla en base a ser un clon surgido del imaginario de la fundamental The Twilight Zone, a tal respecto señalar que la película de Andrew Patterson pese a anidar en todo momento a través de un toque retro que se sustenta básicamente en base al homenaje o la referencia de la mítica serie creada por Rod Serling no lo es tanto en el espíritu entendido como tal, al comienzo del film vemos una pequeña pantalla de televisión que emite un programa en blanco y negro a modo casi de némesis del de Serling titulado Paradox Theatre que segmenta el relato de forma episódica de forma muy forzada sirviendo de preámbulo o introducción a la narrativa que se nos va a relatar a partir de ese momento, a tal respecto las similitudes son clónicas solo en apariencia, o sea a través de su supuesta carcasa en donde se percibe una estética algo forzada, sin embargo la auténtica naturaleza de la película da la sensación de recurrir a texturas más propias de la Amblin de los años 80 que a la propia The Twilight Zone. Posiblemente una de las mayores virtudes que podemos encontrar en The Vast of Night consista en ver como Andrew Patterson se las ingenia, a través de diversos recursos técnicos tales como efectivos planos secuencia, para intentar disimular un argumento bastante simple que en parte no va más allá de lo que es su propia premisa, supuestos avistamientos de ovnis, visitas y secuestros alienígenas ubicados en una época que anida a través de la perplejidad de sus habitantes, a tal respecto The Vast of Night es esa clase de relatos que intenta evoca los dramas de radio de tiempos pretéritos, el tipo de cuentos fantásticos que en parte llevaron a multitud de familias a reunirse alrededor de su aparato de radio y escuchar hasta altas horas de la noche ficciones fantásticas, historias en definitiva con un trasfondo que puede devenir como muy amplio pero contadas aquí de una forma tan simple y sutil como efectiva por mucho que se caiga en la contradicción y en parte en la paradoja del abuso de la imagen y sus recursos estéticos a través de un relato que curiosamente versa principalmente acerca del valor, y el misterio en su variante fantástica, de la comunicación establecida por las palabras.

Valoración 0/5:2’5