“Brigsby Bear” review

Brigsby Bear Adventures es un programa de televisión infantil que tiene un solo espectador: James. Cuando el programa termina de golpe, la vida de James cambia para siempre, y éste se propone terminar la historia él mismo.

La sensación de antaño que ha tenido un servidor en lo referente a que una película presentada en un festival de cine te pueda llegar sorprender (en lo positivo o negativo) sin apenas tener conocimiento previo de su existencia, no solo ya a un nivel individual sino colectivo, era a mi modo de ver uno de los activos más importantes que atesoraban los certámenes cinematográficos del pasado, es algo que ha ido desapareciendo con el tiempo, era el pan de cada día en los ochenta e incluso noventa para ir difuminándose a partir de la década del 2000, no dejaba de ser una puesta de largo, un juicio el enfrentarte a una película en donde tenías la certeza de emitir tu parecer sin ningún tipo de intoxicación proveniente del exterior, entrar en una sala con la mente totalmente virgen y descubrir una película o un director y no porque uno mismo se autoimpusiera dicha actitud sino por la total ausencia de información previa del producto en cuestión, sería muy difícil enumerar la cantidad de esos descubrimientos que han tenido lugar a lo largo de los años en un sitio como Sitges durante las primeras décadas de su existencia, hoy esto como he comentado más arriba es prácticamente imposible debido a la gran cantidad de información disponible al abasto del espectador más inquieto, el que suele frecuentar dichos certámenes, un colectivo este que suele ir suficientemente preparado para enfrentarse a películas que recién terminado su rodaje ya nos ofrecen una ingente cantidad de imágenes, artículos y demás tipo de información sobre ellas mismas a través de las redes sociales.

Todo este baturrillo previo que espero que me disculpéis viene a colación a propósito de la entusiasta y a mi entender muy desmesurada recepción que tuvo Brigsby Bear en el pasado Sitges, su muy concurrido pase de prensa un día laborable al mediodía me indican que dicha actitud previa a su visionado por parte de esta parte de la audiencia venia de alguna manera preparada o lo que es peor preconcebida, en cierta manera es como intentar revisitar un comportamiento de antaño de forma algo artificial, que la ópera prima de Dave McCary se llevara la coletilla de descubrimiento del festival antes incluso de que comenzara el certamen en bastante debatible, no solo porque ya venía de festivales como Sundance o Cannes y se sabía de ella con antelación sino porque en realidad Brigsby Bear es realidad muy poquita cosa algo que en mi opinión pone de manifiesto que dicha burbuja festivalera tiende al equívoco en lo referente a una primera apreciación, una desmesurada alabanza que al final deviene como liquida, Brigsby Bear, historia edulcorada del eterno adolecente es un perfecto ejemplo de todo ello.

Un film que parte de claros ecos estéticos y narrativos del cine de Wes Anderson, en cierta manera Brigsby Bear parece estar estructurado a partir de una impostura en lo referente a sus propios postulados, básicamente es un film destinado a complacer a un cierto tipo de espectador muy determinado, como supuesta fantasía infantil poco importa que su línea narrativa sea predecible y no se salga de una estructura ya vista en demasiadas ocasiones, una historia que gira a través del proceso de madurez de una persona adulta aniñada marcada por una atipicidad en lo relativo a lo que tendría que haber sido su desarrollo, es ese tipo de cine independiente norteamericano de contornos buenistas en exposición e intención que rehúye conscientemente indagar en lo no amable por mucho que esta esté soterrada en la historia, una especie de cruce excesivamente adocenado del Room de Lenny Abrahamson y el Be Kind Rewind de Michel Gondry, tan claro es el posicionamiento de Dave McCary (ciertamente muy inteligente en sus propósitos) que ni se molesta en indagar aspectos de la trama más peliagudos, lo mejor del film lo vemos en sus primeros veinte minutos pues la historia parte de una premisa cuyo posterior abarcamiento daba para mucho más de lo que finalmente logramos ver, es ahí en donde a través de la ambigüedad narrativa percibimos en la distancia interesantes disquisiciones que más tarde no son ni tienen visos de ser exploradas, una historia en definitiva que conmoverá a algunos pero que no inquietara a nadie, un principio ciertamente original que da paso a lo convencional e incluso a lo preconcebido, si a la formula le añadimos la nostalgia ochentera de rigor (poco importa en esta líderes que el receptor haya nacido a mitad de los noventa, el hype manda en este tipo de disquisiciones) Brigsby Bear logra con su inconfundible humor blanco complacer a un determinado público, de hecho la fórmula es bien antigua por mucho que algunos de forma momentánea la quieran revestir de una presunta y novedosa modernidad, algo que si escarbamos de forma superficial deviene como una impostura poco favorable con respecto al film en un futuro.

Valoración 0/5: 2’5