“Color Out of Space” review

Un meteorito se estrella cerca de la granja de los Gardner, liberando un organismo extraterrestre que convierte la tranquila vida rural de la familia en una pesadilla colorista y alucinógena.

En el pasado Festival de Sitges hubo una doble vertiente en relación a la expectación levantada por parte del fandom del fantástico a la hora de intentar calibrar lo que podía salir y dar de sí una película de las características de esta Color Out of Space, por un lado estaba el poder comprobar en qué situación autoral actual se encontraba su director, un Richard Stanley que tras dos interesantes incursiones en el género a principios de los años noventa, como fueron Hardware y la notable Dust Devil, decidió embarcarse en empresas de una mayor envergadura escenificado en el rodaje de una ambiciosa nueva versión del The Island of Dr. Moreau, un proyecto que acabo siendo un auténtico caos encontrándose despedido apenas tres días después de iniciado el rodaje, unas crónicas de continuas desdichas que dejan muy tocado anímicamente a Stanley y que son recogidas fielmente en el documental Lost Soul: The Doomed Journey of Richard Stanley’s Island of Dr. Moreau de David Gregory, trabajo este por cierto que podría formar un perfecto programa doble con aquella otra crónica de inacabables infortunios que era el Lost in La Mancha de Keith Fulton y Louis Pepe en relación a aquel maldito, por fortuna ya realizado, proyecto ansiado por Terry Gilliam, desde entonces han trascurrido cerca de veinticinco años sin noticias relevantes de un realizador que la mayoría ya dábamos por perdido, por otra parte también había una lógica e inusitada expectación por estar ante todo un caramelo genérico tan apetecible a priori como es adaptar a la gran pantalla uno de los relato más conocidos de H.P. Lovecraft.

Posiblemente una de las mejores virtudes que podemos llegar a encontrar en esta nueva versión de Color Out of Space es en referencia a estar ante un producto de unas claras connotaciones atemporales, incluso me atrevería a señalar atípicas, en unos tiempos, los actuales, en que cualquier proyecto de genero con un poco de envergadura parece requerir de forma obligada de una originalidad que en la mayoría de los casos termina por desvirtuar el conjunto estamos ante un trabajo que no parece tener mucha prisa en a través de un drama familiar de escenificación casi minimalista encontrar el horror, eso sí cuando lo ejecuta va sin frenos, un film de un evidente ritmo pausado adecuado a un in crescendo narrativo del cual y contra todo pronóstico Richard Stanley sale bien parado en la medida de presentarnos una cinta que sabe conjuntar con cierto aplomo conceptos tales como el inherente terror cósmico del relato original aderezado aquí con un tono que nos remite al bodyhorror de los años ochenta teniendo la virtud de saber encontrar acomodo a través de una factura técnica situada entre lo artesanal y lo digital, la mirada en esta ocasión por fortuna no deviene como impostada o gratuita en lo relativo a su función de supuesto producto de índole nostálgico, también, y a diferencia de aquella simpática pero algo intranscendente serie B que era The Curse de David Keith, el relato pese a una cierta actualización es bastante fiel al original, a tal respecto no es fácil mantener un equilibrio en este tipo de material y que este se perciba como consecuente y más contando con ese género en sí mismo tan difícil de controlar en ocasiones que es Nicolas Cage al frente del reparto.

Pese a una cierta irregularidad Color Out of Space a modo de viaje de connotaciones psicotrópicas y narrativas algo atípicas cumple objetivos en la labor de ser un trabajo más artesanal que autoral, en ese aspecto la convivencia existente como hemos apuntado antes entre lo analógico y los efectos prácticos resulta bien asimilada en un relato que termina de alguna manera respetando el modelo lovecraftiano de origen en referencia a la plasmación de una lenta desestructuración familiar en base a un mundo que se va deformando poco a poco nunca mejor dicho, también digno de mención, aunque posiblemente a raíz de una involuntariedad, es que ese cogido con pinzas subtexto ecológico se quede como un mero apunte por fortuna no desarrollado en beneficio de una indagación casi psicotrópica acerca de intentar abordar el terror y la fantasía a través de estructuras y estilemos genéricos más propios de otros tiempos que de los actuales, otra cuestión seria el elevarla por encimas de sus propias posibilidades, a fin de cuentas el film no deja de ser un aplicado ejercicio de estilo provisto de una imaginaría fantástica bien ejecutada principalmente en lo concerniente a sus hallazgos formales, sin embargo y por desgracia en la película no encontraremos ni mucho menos las más que interesantes indagaciones autorales que si se percibían en los dos primeros trabajos de su director, el mérito de Color Out of Space consistirá en esta ocasión pues en lo relativo a sortear histrionismos y convencionalismos a partes iguales en una cinta que parecía predestinada a un fracaso que finalmente y por fortuna no lo ha terminado siendo.

Valoración 0/5: 3