El Festival de Sitges proyecta «Vaya luna de miel» a través de su Cuaderno de Bitácora en la web

Es uno de los tesoros perdidos del director Jess Franco (1930 – 2013), recuperado hace dos años y proyectado en la última edición del Festival de Sitges dentro de la sección Seven Chances. La película Vaya luna de miel (1980) nunca se llegó a estrenar en su tiempo y durante cerca de 40 años estaba desaparecida, aunque forma parte de la cinematografía del prolífico realizador del cine de terror. Vaya luna de miel no se estreno en sales ni tampoco no se hizo ninguna otra comercialización posterior.

Hace dos años aparecieron en el Centro de Conservación y Restauración de Cinematografía de la Filmoteca Española los negativos de imagen y el sonido del montaje del film. La Filmoteca los digitalizó y permitió la recuperación de la película perdida de Jess Franco.

Vaya luna de miel es una adaptación de El escarabajo de oro (1843), un cuento de Edgar Allan Poe al “estilo comedia moderna”, según la definió el mismo Franco. El reparto cuenta con Lina Romay, Emilio Álvarez y Antonio Mayans, entre otros.

El Festival de Sitges proyectó en su última edición Vaya luna de miel después de la recuperación de la Filmoteca Española y una anterior sesión. El Sitges – Cuaderno de Bitácora ofrece ahora la posibilidad de ver el film en abierto, gracias a un acuerdo con la misma Filmoteca Española. El Cuaderno de Bitácora es la nueva propuesta del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya para ofrecer contenidos de cine fantástico y del mismo universo del festival.

El duelo negado, tráiler de «A White, White Day»

Otras de las películas que se podrán ver en la inminente edición del D’A 2020 será la cinta islandesa A White, White Day (Hvítur, Hvítur Dagur en original), el film, cuyo tráiler subtitulado al inglés podéis ver a final de página junto a su póster oficial y que estuvo presente en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes del pasado año, supone el segundo trabajo tras las cámaras del realizador Hlynur Palmason tras la interesante Winter Brothers (2017). A White, White Day, un thriller de venganza con claros aires existenciales tendrá una distribución comercial en España de la mano de La Aventura.

A White, White Day nos sitúa en una remota ciudad islandesa, un jefe de policía retirado comienza a sospechar que un hombre tuvo un romance con su esposa, quien recientemente murió en un accidente automovilístico. Poco a poco, su obsesión por descubrir la verdad se acumula e inevitablemente mientras comienza a ponerse en peligro a sí mismo y a sus seres queridos.

La película con guion del propio Hlynur Palmason está protagonizada por Ingvar Eggert Sigurdsson, Ída Mekkín Hlynsdóttir, Hilmir Snær Guðnason, Sara Dögg Ásgeirsdóttir, Björn Ingi Hilmarsson, Elma Stefania Agustsdottir, Haraldur Ari Stefánsson, Laufey Elíasdóttir, Sigurður Sigurjónsson, Arnaldur Ernst, Þór Hrafnsson Tulinius y Sverrir Þór Sverrisson.

El Festival de Sitges crea un espacio web para dialogar con los fans

Después de los cortos en cuarentena de la propuesta Sitges Countdown, ahora es el turno del Sitges – Cuaderno de Bitácora. El Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya estrena hoy un nuevo espacio web de entretenimiento para todos los fans del cine fantástico, donde podrán seleccionar sus films y directores preferidos, conocer la historia del Festival más a fondo, participar en juegos de conocimiento y seguir las recomendaciones del director, Ángel Sala, y otros responsables del comité de selección.
El Sitges – Cuaderno de Bitácora es una nueva propuesta del Festival para hacer más ameno el confinamiento. Se trata de una web en continua actualización, que pretende acercar la historia del Festival desde su creación (en 1968) hasta nuestros días y adentrarse en el universo del cine fantástico, tanto a partir de contenidos informativos como de recomendaciones de los responsables de la programación del mismo Festival. El espacio está estructurado en cinco áreas: Recomendaciones, Ránking, Consultorio, Mundo Fantástico y Fanómetro.
En su estreno hoy, El Sitges – Cuaderno de Bitácora presenta las recomendaciones del programador de la sección Anima’t, Jordi Sánchez Navarro, de películas para ver en familia, las primeras preguntas del Fanómetro sobre la historia del Festival o una entrevista a Luigi Montefiori, entre otros contenidos.
El Sitges – Cuaderno de Bitácora toma el relevo del Sitges Countdown, la selección de cortos en abierto que el Festival proyectó entre el 31 de marzo y el 13 de abril a través de su canal de YouTube.

Ambigüedad generacional, tráiler de «Nocturnal»

Seguimos con el repaso de algunas de las película que se podrán ver en la próxima edición on line del D’A 2020 que se celebrará dentro de unos pocos días a través de Filmin, Nocturnal, drama generacional cuyo primer tráiler oficial podéis ver a final de página, supone el debut en el largometraje de la joven realizadora de origen italiano Nathalie Biancheri, autora que empezó su trayectoria en la BBC, dirigiendo y produciendo documentales cuya temática incidía en la ciencia y naturaleza. Su corto de ficción The Crossing (2014) fue seleccionado en festivales tales como Edimburgo, Sofía o Goa.

En Nocturnal vemos como Lauren, una cínica estudiante, alimenta una amistad en un principio secreta con Pete, un hombre algo más mayor que está aparentemente obsesionada con ella. Entre ambos surgirá una extraña relación amorosa que dará lugar a diversas salidas nocturnas bañadas de alcohol, éxtasis y varias estancias en la playa o en paisajes de extrarradio.

La película con guion de la propia Nathalie Biancheri junto a Olivia Waring está protagonizada por Sadie Frost, Cosmo Jarvis, Laurie Kynaston, Amber Jean Rowan, Yasmin Monet Prince, Amy Griffiths, Lauren Coe, Ella-Grace Gregoire, Jonathan Milshaw, Patrick Connolly, Ethan Wilkie y Daisy Farrar.

Imaginarios bizarros, tráiler de «The Twentieth Century»

Será uno de los platos fuertes de este especial  D’A 2020 online, The Twentieth Century, la opera prima del canadiense Matthew Rankin, cuyo primer tráiler y póster oficial podéis ver a final de página, nos remite inequívocamente a una estética y narrativa que ya ha sido definida como un cruce imposible entre el cine de Guy Maddin, el onirismo más particular de David Lynch y el fetichismo más exagerado de John Waters. La película presente en la Berlinale de este año (Premio FIPRESCI en la sección Forum) obtuvo el pasado mes de septiembre el galardón al Mejor debut canadiense en el Festival de Toronto.

The Twentieth Century nos sitúa en el Toronto del año 1899, a través de ese escenario seremos testigos de un bizarro biopic que re imagina los años de formación del antiguo primer ministro canadiense William Lyon Mackenzie King, también sus dudas a la hora de elegir entre el amor de un heroico soldado británico o el de una enfermera de Quebec, situación está que le llevará  a ser víctima de una serie de diversas y abyectas humillaciones.

La película con guion del propio Matthew Rankin está protagonizada por Dan Beirne, Sarianne Cormier, Catherine St-Laurent, Mikhail Ahooja, Brent Skagford, Sean Cullen, Louis Negin, Kee Chan, Trevor Anderson, Emmanuel Schwartz, Richard Jutras, Satine Scarlett Montaz, Charlotte Legault, Marc Ducusin y Jadyn Malone.

Programación del D’A 2020

Los grandes autores contemporáneos del D’A 2020

Entre los grandes directores de la programación del D’A 2020, un clásico del festival como Arnaud Desplechin y su nueva obra, Roubaix, une lumière, estrenada en Cannes 2019 y que supone la primera incursión del director en el polar, adentrándose en los suburbios de una ciudad asediada por el paro y la pobreza. Estreno español de esta película que ha ganado el César al mejor actor para su protagonista, Roschdy Zem, acompañado en el film por dos estrellas del cine francés, Léa Seydoux y Sara Forestier.  Otro de los grandes tótems del cine contemporáneo es Werner Herzog y su documental Nomad: In the Footsteps of Bruce Chatwin, un penetrante homenaje a su amigo Chatwin, escritor y aventurero muerto de sida en 1989, que nos muestra a un director perpetuamente curioso ante los misterios del mundo. El director de culto japonés Kiyoshi Kurosawa clausuró el último festival de Locarno con esta película que llega ahora al D’A 2020, la deliciosa To the Ends of the Earth, protagonizada por el icono del pop japonés Atsuko Maeda en el papel de una reportera de viajes que se enfrenta al choque cultural en Uzbekistán. El director chino Lou Ye (ganador del Premio Tiger en Rotterdam 2000 por Suzhou River) presenta Saturday Fiction, un drama de espías ambientado durante la ocupación japonesa de China y protagonizado por la gran Gong Li (2046, Adiós a mi concubina), premiado con la mejor dirección en Gijón 2019.

 

El D’A 2020 apuesta por el cine independiente español y catalán

Uno de los rasgos distintivos del D’A Film Festival Barcelona es su atención al cine español y catalán hecho al margen de la industria, con películas inquietas, radicales e independientes a las que a veces les cuesta encontrar encaje en las carteleras de los cines. Así, en esta nueva edición del festival, encontraremos películas como My Mexican Bretzel de Núria Giménez, ganadora en Rotterdam 2020 del premio Found Footage, o poderosos debuts como La educación sentimental de Jorge Juárez, retrato generacional en primera persona sobre los años de la crisis o la comedia minimalista Violeta no coge el ascensor de Mamen Díaz.

También podrán verse en el D’A 2020 películas de viejos conocidos del festival como La reina de los lagartos, el regreso de los Burnin’ Percebes con una comedia romántica totalmente marciana y un reparto de lujo formado por Bruna Cusí, Javier Botet, Ivan Labanda, Miki Esparbé y Roger Coma. No podía faltar a su cita anual con el D’A Film Festival Barcelona uno de nuestros directores fetiche, Marc Ferrer, que estrena su mediometraje El corazón rojo, ambientado en el D’A 2019 con Louis Garrel como peculiar McGuffin y las apariciones de Hidrogenesse y Masoniería.

También podrán verse en el D’A 2020 algunos de los cortos más destacados del año como Leyenda dorada de los directores de culto Chema García Ibarra (La disco resplandece, Uranes) e Ion de Sosa (Sueñan los androides), estrenado mundialmente en la Berlinale 2019. También cabe destacar Panteres de la directora Èrika Sánchez, una de las sorpresas del último festival de Berlín o Carne de Camila Kater, que ha pasado por Locarno o Gijón y que ganó el premio al mejor corto documental en Zinebi 2019.

 

Los directores emergentes se citan en el D’A 2020

El D’A Film Festival continúa fiel a su voluntad de rastrear entre las propuestas más emergentes y los directores y directoras noveles, no solo a través de la sección Talents (sección competitiva dedicada a los directores y directoras con menos de tres largometrajes en su filmografía), sino en el resto de secciones del festival. Películas inquietas y urgentes, de la mano de directores y directoras que merece la pena seguir de cerca.

Algunas de las películas destacadas del festival son Abou Leila de Amin Sidi-Boumédine, un drama psicológico sobre el peso de la violencia que fue una de las sensaciones de la Semana de la Crítica de Cannes y que ganó el premio Nuevas Olas en Sevilla 2019; la historia de dolor, venganza y amor incondicional Un blanco, blanco día de Hlynur Pálmason, premio al mejor actor en la Semana de la Crítica de Cannes 2019, además de 12 premios más en festivales internacionales; el premio especial del jurado de la sección World Cinema de Sundance 2020, This Is Not A Burial, It’s A Resurrection de Lemohang Jeremiah Mosese, una combativa película africana; o Ivana The Terrible de la directora serbia Ivana Mladenovic (conocida por su anterior film Soldatii. Poveste din ferentari, vista en el D’A 2018), que con esta película ganó el Premio Especial del Jurado de la sección Cineasti del presente en Locarno 2019.

Desde EE UU llega Adam de Rhys Ernst, estrenada en Sundance 2019 y premiada en el Outfest de Los Angeles, un coming of age delicioso en el ambiente LGBTQ de Brooklyn protagonizado por Nicholas Alexander (I Love You Philipp Morris), Margaret Qualley (Once Upon a Time in Hollywood) y Bobbi Salvör Menuez (Lo que esconde Silver Lake). De la potencia del último cine chino es una buena muestra Dwelling in the Fuchun Mountains de Gu Xiaogang, película que clausuró la Semana de la Crítica de Cannes 2019. También impactante es el debut en el largometraje del director canadiense Matthew Rankin con The Twentieth Century, premio FIPRESCI de la sección Forum de la Berlinale 2020 y mejor ópera prima canadiense en TIFF 2019, una obra que lo sitúa en la estela de su compatriota Guy Maddin.

 

A Stormy Night clausurará el D’A 2020

El D’A 2020 se clausurará con la producción catalana A Stormy Night de David Moragas, cortometrajista que estuvo presente en la anterior edición del D’A con sus trabajos Boyfriend y Only Fools Rush In, y que debuta ahora en la dirección de largometraje con un film rodado en Nueva York, donde completa sus estudios. Rodada en un sugerente blanco y negro, evoca tanto al Woody Allen de los años setenta como al cine indie estadounidense, y se acerca a la cuestión gay sin traumas ni complejos.

Los festivales de San Sebastián y Zúrich se unen para reforzar sus actividades de industria

En una muestra de solidaridad con la industria del cine independiente y en respuesta a su demanda, José Luis Rebordinos, director del Festival de San Sebastián (SSIFF) y Christian Jungen, director Artístico del Festival de Cine de Zúrich (ZFF), anunciaron hoy sus planes para organizar un mercado cinematográfico en sus respectivos festivales. Por primera vez, San Sebastián y Zúrich ofrecerán a compradores de todo el mundo una programación que incluirá películas que habían sido seleccionadas para ser exhibidas en el SXSW (South by Southwest) de Austin (Texas) y el Festival de Cine de Tribeca, (Nueva York).

Esta iniciativa es el fruto del esfuerzo de la comunidad cinematográfica para apoyar y crear un mercado de proyectos financiados de forma independiente en nuevos escenarios.  Trabajando en colaboración con ambos festivales, CAA Media Finance está liderando esta iniciativa para transformar San Sebastián y Zúrich en mercados de ventas que reunirán a un consorcio mundial de agencias, compañías de ventas internacionales, distribuidores, financiadores y compradores. La iniciativa es apoyada por Wild Bunch y FilmNation.

Para el Festival de San Sebastián, lo más importante ahora es la salud de los profesionales de la industria cinematográfica y de los espectadores. Pero seguimos trabajando con el objetivo de que la edición del Festival de 2020 sea una realidad el próximo septiembre (18-26)”, explica José Luis Rebordinos. “Si el Festival puede celebrarse en condiciones de normalidad, porque así lo permitan las autoridades sanitarias, queremos que esta edición sirva para que películas que no han podido ser vistas en los festivales para los que fueron originalmente seleccionadas, tengan la oportunidad de ser exhibidas ante una audiencia de compradores y distribuidores y, al mismo tiempo, para que estos profesionales, representantes de las compañías más relevantes de la industria cinematográfica mundial, conozcan la dimensión del Festival de San Sebastián, su programación y sus actividades dirigidas a la industria”.

«Vivimos en tiempos difíciles que también afectan a los festivales tradicionales y amenazan al cine independiente. Muchos títulos destacados no han podido tener el estreno que el equipo de la película merecía, así que estamos encantados de colaborar en la organización de proyecciones para los compradores junto con nuestros amigos de San Sebastián«, indica Christian Jungen. «Es importante reforzar el cine independiente y apoyar a esos títulos en su lanzamiento de cara a la temporada de premios. Zúrich es una de las capitales financieras del mundo y un lugar ideal para un mercado cinematográfico, ya que cuenta con estupendas instalaciones donde se pueden hacer negocios en un ambiente distendido«.

Los detalles sobre las proyecciones las películas serán publicados más adelante.

SOBRE EL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

El Festival de San Sebastián es un festival competitivo no especializado centrado en la industria cinematográfica, cuya asistencia se ha triplicado en los últimos diez años, en los medios de comunicación y en el público. En una ciudad de 186.000 habitantes, el Festival registró 178.000 espectadores, 1.060 periodistas de 551 medios de comunicación y 1.749 profesionales de Industria en 2019. San Sebastián es un lugar de encuentro y de negocios para la industria mundial, con especial atención a la relación entre las cinematografías de Europa y América Latina y a los nuevos talentos.

SOBRE EL FESTIVAL DE CINE DE ZÚRICH

El Festival de Cine de Zúrich fue fundado en 2005 y está dedicado al descubrimiento de jóvenes cineastas. En sus tres competiciones (Largometraje, Documental y Foco) el primer, segundo y tercer largometraje compiten por el codiciado Golden Eye, dotado con 25.000 francos suizos. En su sección de Gala, el festival presenta los títulos de otoño e invierno más esperados y ayuda a posicionarlos para la temporada de premios. Con el Premio Golden Icon (que han recibido, entre otros, Cate Blanchett, Hugh Jackman, Sean Penn, Michael Douglas), el ‘A Tribute’ (Alejandro González Iñárritu, Wim Wenders, Claire Denis) y el premio a la trayectoria Profesional (Tim Bevan, Hans Zimmer, Aaron Sorkin) reconoce a los grandes talentos del cine a través de la industria. Con más de 117.000 visitantes, 650 medios de comunicación y más de 500 acreditados de industria, es el festival de otoño más importante del mercado de habla alemana (100 millones de personas).

El Festival de Sitges presenta cortos fantásticos en abierto durante en confinamiento

El Festival de Sitges presenta cortos fantásticos en abierto durante en confinamiento. Sitges Countdown empieza con una pieza de la mejicana Sofía Carrillo.

Por una cuarentena más corta. Bajo este eslogan, el Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya ha iniciado la campaña Sitges Countdown, una cuenta atrás hasta que llegue la cita con los fans, el próximo mes de octubre, pero también un día menos en la crisis del Covid-19 y de las medidas de confinamiento. En esta línea, el Festival de Sitges –con la colaboración de Moritz- presenta cada día en abierto un corto de género, firmado por directores que han participado en el Festival. Cada pieza está presentada por su director en un vídeo dirigido a los fans del Festival.

La propuesta ha comenzado con el corto La bruja del fósforo paseante, de la mejicana Sofía Carrillo. Se trata de una historia sobre Agustina, que en la vigilia de la boda de su único hijo varón intentará parar la ceremonia, sin contar que Emilia, la promesa huérfana de su hijo, aún tiene quien la defienda. Las piezas estarán disponibles en el canal de Youtube del Festival.

Sitges Countdown es la primera acción de la cuenta atrás del Festival de Sitges, que celebrará su 53 edición entre el 8 y el 18 de octubre.

El Festival de Cine de Sevilla mantiene fechas y anuncia «El año del descubrimiento» en su sección oficial

El segundo largometraje en solitario del director de «El futuro» acaba de alzarse con el Gran Premjo del prestigioso festival Cinema du Rèel

 El Festival de Cine de Sevilla acogerá en el marco de su 17 edición (el estreno en España  de ‘El año del descubrimiento’, película dirigida por Luis López Carrasco, que ha obtenido recientemente el Gran Premio de  Cinéma du Réel, festival de cine que en su selección combina documental, ensayo y experimentación.

La cinta de López Carrasco, que se estrenó mundialmente en el Festival de Rotterdam, también se ha llevado el premio del Jurado de las Bibliotecas junto a ‘Makongo’, de Elvis Sabin Ngaibino.

En España, la película se estrenará en la Sección Oficial del Festival de Sevilla. López Carrasco vuelve así a la muestra tras su exitosa participación con su primer largo en solitario ‘El futuro’ en la Sección Las Nuevas Olas, en la décima edición del certamen.

‘El año del descubrimiento’ se centra en el año 1992, el de la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, y pone su mirada en la revuelta obrera que incendió el Parlamento de Murcia. Jugando de nuevo, como en su anterior largometraje, con el género documental, la acción se sitúa en un bar y cuenta con el testimonio de ciudadanos de Cartagena que vivieron aquella época, junto con nuevas generaciones que narrarán sus recuerdos, creando así un retrato coral, compuesto por cuarenta y cinco personajes, procedentes de los barrios periféricos de Cartagena y La Unión.

Luis López Carrasco (Murcia, 1981) es productor, director, guionista y co-fundador del colectivo audiovisual Los Hijos (cuyo largometraje  “Árboles” participó en la sección Resistencias del año 2013) , dedicado al cine documental experimental. Su trabajo como director ha sido proyectado en numerosos festivales internacionales como Locarno, Rotterdam, New York, el BAFICI (Buenos Aires) o la Biennale (Venecia), y en centros de arte contemporáneo como el Georges Pompidou (París), el Guggenheim (Bilbao) o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid).

«Chambre 212» de Christophe Honoré inaugurará un D’A 2020 online

A causa de la crisis global relacionada con el Covid-19 y dada la incerteza de su evolución, el D’A Film Festival Barcelona, que se tenía que celebrar del 30 de abril al 10 de mayo, ha decidido trasladar una selección de su programación a una versión online del festival en las mismas fechas previstas. El D’A 2020 se asocia con Filmin, la plataforma de cine en streaming, para presentar durante las mismas fechas previstas una selección de las 100 películas que se habían programado para la décima edición, celebración que queda aplazada hasta el 2021.

Después de una profunda reflexión y ante la imposibilidad de hacer el festival en las condiciones óptimas, tanto en cuanto a la programación como a los directores que tenían que visitar el festival, el D’A Film Festival Barcelona ni se cancela ni se aplaza, sobre todo pensando en los calendarios futuros que afectarán a los próximos acontecimientos culturales de la ciudad y de todo el mundo. Por eso estamos trabajando para confeccionar una programación que represente fielmente el espíritu del festival, esta vez para llevar a las casas de todos el mejor cine independiente internacional, las películas triunfadoras en festivales de todo el mundo y el cine español más emergente.

Del 30 de abril al 10 de mayo el D’A Film Festival Barcelona en su versión online presentará una selección de unas 35 películas, manteniendo el premio Talents dotado con 10 000 euros a la mejor película de un director o directora con menos de tres películas en su filmografía. Se mantienen igualmente el premio de la crítica y el premio del público, y también la composición de los jurados.

El D’A 2020 se inaugurará el 30 de abril con la película que estaba prevista para inaugurar el festival, la última obra de Christophe Honoré, Chambre 212, protagonizada por Chiara Mastroiani, que ganó el premio a la mejor actriz de la sección Un certain Regard a Cannes 2019, Vincent Lacoste y Benjamin Biolay. En los próximos días se darán a conocer todos los títulos de esta edición forzosamente reducida del D’A Film Festival Barcelona, así como toda la programación que habría formado parte de la décima edición del festival.

Americana 2020 Día 5: Chicuarotes/Seberg/I Want My MTV

Este año el Americana se abrió a territorios y ubicaciones limítrofes a Estados Unidos, si de Canadá se pudo ver la muy interesante Ghost Town Anthology de Denis Côté (reseña aquí), de México vinieron dos cintas con un resultado bastante diferenciado entre sí, por una parte después de su paso por San Sebastián la notable Mano de obra de David Zonana (reseña aquí), por otro la menos satisfactoria Chicuarotes, segundo trabajo tras las cámaras del actor Gael García Bernal, un drama poco sutil que vuelve a orbitar acerca de un entorno social plagado de desfavorecidos con graves problemas a la hora de encontrar un tono genérico que haga adecuada la propuesta. Chicuarotes nos cuenta como dos jóvenes apodados el Cagalera y el Moloteco, buscan desesperadamente salir de su precaria situación y de su pueblo natal. La travesía se inicia cuando un amigo de ellos les habla de la posibilidad de comprar una plaza en el sindicato de electricistas, para lo cual idean distintas formas de juntar el dinero y poderse ir junto con Sugehili, la novia del Cagalera, a otro lugar. Esto los lleva por una aventura juvenil que desembocará en un tornado criminal de difícil salida.

Posiblemente el gran e ineludible déficit que encontremos en una película de las características de Chicuarotes no sea en lo concerniente a transitar por recovecos bastantes reconocibles en este tipo de supuestos dramas sociales, principalmente en lo referido a esa radiografía prototípica de una serie de miserias en donde la sempiterna diferencia de clases en un país como México, y sus desventaja socioeconómicas, viene a representar un mal casi endémico, sino más bien el referido a su más que difusa y torpe hibridación genérica, aquella en la que supuestamente el drama ha de ser paliado en parte por diversos retazos en este caso a través de una suerte de comedia negra, a tal respecto la mezcla lejos de quedar de alguna manera ensamblada se percibe como un déficit casi insalvable en la medida de que la autenticidad parta al menos de unos postulados de mínima credibilidad, en dicho sentido y como botón de muestra entre otros muchos en su haber Chicuarotes atesora una secuencia de difícil justificación, aquella en donde vemos como dos policías comenten una violación a un detenido, la supuesta gracia de la escena viene en lo relacionado a intercambiar el rol genérico de los implicados, las policías serán en esta ocasión féminas y la victima un hombre, evidentemente la gracia del supuesto chiste brilla por su ausencia y más tratándose de un tema tan delicado como al que se hace referencia, es por ello que Chicuarotes como relato de denuncia, que en muchos momentos de su metraje recurre incluso al tono realite, no logra adecuar dicha mirada y ni mucho menos la concienciación del espectador, en su lugar nos encontraremos con una por momentos abrupta ficción de tono tremebundista que va saltando continuamente de la comedia a una tragedia que repetidamente se regodea de ella misma a través de un trazo de brocha gorda en lo concerniente a una algo pueril estilización de la violencia y la pobreza, algo que lastra sobremanera el conjunto y que hacen de paso a García Bernal un cineasta con bastante recorrido aún por pulir.

Dentro de la clausura de esta edición del Americana se pudo ver la cinta dirigida por el australiano Benedict Andrews Seberg, un algo funcional biopic que nos muestra un periodo temporal en que la actriz francesa e icono estético y cultural de los años 60 Jean Seberg  se vio envuelta en el tumultuoso movimiento por los derechos civiles a finales de dicha década en Los Ángeles, con especial atención a su relación con el activista de los derechos civiles Hakim Jamal, hecho este que la convirtió en un blanco perfecto por parte del FBI a la hora de interrumpir y desacreditar el movimiento del Black Power. Seberg atesora una sensación bastante notoria que bordea peligrosamente el consabido tono de telefilm intranscendente al uso provisto aquí de continuas coartadas cinéfilas de funcionalidad algo estériles, de esos trabajos que amparándose en una muy interesante coartada cinéfila biográfica desaprovecha por completo el temario, los mimbres e ideas prometedoras de las que parte, ya no en referencia solo a centrarse en un escueto periodo temporal sino en no saber adecuar equitativamente un material que en un principio daba para bastante más que el pasar de puntillas sobre varias narrativas que no terminan de ensamblarse de manera correcta mediante una esforzada obsesión por una verosimilitud de dudosa ejecución, una suerte de psicodrama de tono exaltado que no parece estar dispuesto a saltarse ninguno de los incidentes de la tortuosa  vida de la protagonista pero sin profundizar de forma específica en ninguno de ellos, la visión pues se percibe como amplia en contenidos pero deficitaria en lo relativo a su indagación, a tal respecto un servidor hubiera preferido un retrato algo más personificado de una figura que resulto ser tan vulnerable como lo fue Jean Seberg, los arquetípicos personajes de los agentes del FBI, las tensiones raciales de la época o una confusa militancia feminista lastran un conjunto provisto de abundantes convencionalismos, una propuesta en definitiva que dado los innegables atributos emotivos que atesora en su interior seguramente habría salido ganando si se hubiera centrado en un retrato algo más unitario, con solo escarbar con algo más de profundidad en por ejemplo el turbulento episodio del rodaje de la Saint Joan de Otto Preminger ya se hubiera justificado de sobras dicho intento.

Para dar por concluido este repaso de lo que dio de sí el Americana 2020 turno para el documental I Want My MTV, trabajo que en lo concerniente a su programación dentro del certamen tiene la virtud de escenificar para bien el no cerrarse a determinadas temáticas dentro del formato, como en anteriores ediciones daba la sensación, de hecho el documental dirigido por Tyler Measom y Patrick Waldrop podría ser perfectamente clara carne de cañón de otro festival de la ciudad como es el In-Edit. I Want My MTV nos cuenta como el 1 de agosto de 1981 empezaba una época de rock desenfrenado en la televisión, había llegado la MTV. El mundo de la música, como también el de la televisión, se vio afectados por un virus musical sin precedentes que llegaba a todos los hogares del país. La juventud, desde la ciudad más concurrida hasta el pueblo más perdido, empezó a pasar las tardes con Sting, Pat Benatar, Billy Idol, Annie Lenox o Rod Steward entre otros muchos. La música de sus ídolos pasó a tener caras, looks y una actitud a los que se podía acceder a través de un solo clic.

Siempre hay que acercarse, por aquello de la posible auto indulgencia, con cierta precaución a la hora de enfrentarse a un producto de las características de I Want My MTV en la medida de estar contada y realizada desde la perspectiva de los mismos responsables del producto que analizan y diseccionan, un documental cimentado desde dentro que por fortuna queda alejado de esa supuesta alabanza propia a la hora de indagar, o más bien mostrar, un ejercicio de cierta nostalgia cultural, en tal sentido I Want My MTV no inventa nada nuevo en relación a lo que es su dispositivo formal, tampoco es original y la sensación del uso de plantilla es más que manifiesta, esto no quiere decir que estemos ante un trabajo efectivo ni mucho menos, pues al fin y al cabo los propósitos del documental realizado por Tyler Measom y Patrick Waldrop cumplen de sobras con el objetivo marcado, o al menos eso da la sensación, este no deja de ser otro que sumergirse en una determinada historia a través de un recorrido por la nostalgia teniendo la inteligencia de que esta nos es relatada o centrada solo en lo concerniente a la música, o el videoclip, sino que la mirada deviene como bastante más amplia. La música televisada pues se erige en relación a su repercusión en la cultura pop de los años 80 y 90 a través de temas que funcionaron a modo de génesis de dicho concepto, desde el icónico Video Killed the Radio Star hasta artistas que adecuaron casi a la perfección la evolución del canal televisivo como por ejemplo Madonna o Boy George, el repaso también incluye momentos  algo más espinosos y no tan complacientes, posiblemente no muy extensamente profundizados pero al menos presentes, como el referido al hecho de como la MTV trató y en parte veto a los artistas afroamericanos, casi como si estos hubieran venido desde otro planeta. I Want My MTV termina siendo una propuesta interesante, el material de archivo es generoso y el anecdotario extenso y lo que es importante en este apartado, nada intranscendente en relación a su exposición, como cualquier historia de este ámbito de desarrollo cultural al final el recorrido no fue un camino de rosas sino más bien un tránsito provisto de numerosas dificultades, uno de los más evidentes el comprobar como a principios de los años 80 la televisión por cable todavía estaba en una fase embrionaria, tesitura esta que puso en graves aprietos a una recién nacida MTV, pero también en lo referido a la audacia, como por ejemplo el hecho de usar imágenes de la NASA en sus promociones, decisión basada en el aprovechamiento de cómo estas eran de dominio público y por lo tanto gratuitas a la hora de difundirlas, una innovación, evolución y posterior declive mostrado en definitiva de una forma tan amena como eficiente.

Aplazamiento y nuevas fechas del Offside 2020

El festival se aplaza y será del 10 al 14 de junio en la Antigua Fábrica Estrella Damm y los cinemes Texas.
Por razones de responsabilidad y seguridad social derivadas de la situación de emergencia provocada por el COVID-19 nos vemos obligados a aplazar la celebración de la séptima edición del Offside 2020. Festival Internacional de Cine Documental de Futbol a unas nuevas fechas: del 10 al 14 de junio.
Estamos a vuestra disposición para atender todas las dudas. En las próximas semanas estaremos en condiciones  de proporcionar más  información y arrancar de nuevo con la organización y comunicación del festival en sus nuevas fechas.
Muchas gracias por vuestra comprensión y colaboración.
Puedes consultar la programación anunciada hasta ahora en este enlace
La programación se mantendrá en su mayoría pero debido al cambio de fechas, aunque puede haber alteraciones en el programa final. Pronto actualizaremos las fechas de cada sesión así como el servicio de compra de entradas.
¡Os esperamos del 10 al 14 de junio en la Antigua Fábrica Estrella Damm y los cinemes Texas.

Americana 2020 Día 4: Burning Cane/ Honey Boy/The Beach Bum

Dentro del apartado destinado a esas pequeñas piezas no tan publicitadas en un principio una de las obras más interesantes vistas en esta edición del Americana correspondió a la opera prima de joven realizador, tan solo 19 años, Phillip Youmans titulada Burning Cane, film que a más de un asistente de alguna manera se le atraganto dada su inequívoca radicalidad a la hora de ofrecernos un relato adscrito a unas resoluciones formales situadas a medio camino entre la ficción y el documental, y en donde las texturas reflexivas y contemplativas llegan a copar una propuesta tan original en sus formas como oblicuas en su fondo.

En Burning Cane vemos como Helen es una mujer mayor muy creyente que vive y trabaja en la Louisiana rural. De carácter íntegro y valiente, ha de convivir con el dolor de tener un hijo de carácter violento consumido por el alcohol y un nieto prácticamente desatendido al que apenas puede ver. Se reconforta esporádicamente en su iglesia donde escucha los enérgicos sermones del reverendo Tillman. Pero éste, deprimido por los hechos inexorables de la propia existencia, también se refugia a raíz de sus demonio internos en el alcohol, evitando los intentos que hace Helen por ayudarlo. Sin nadie que la consuele, entregada a los designios de la fe, la mujer deberá superar una última prueba que le pondrá la vida y tomar una decisión que, sea en un sentido o en el otro, tendrá trágicas consecuencias. Phillip Youmans en su opera prima no toma el camino fácil o al menos el más manido, y eso es algo digno de elogio, a la hora de ofrecernos un relato que por momentos da la sensación de transitar a través de una fábula de connotaciones casi espirituales. Burning Cane bascula en prácticamente todo su metraje a través de la introspección de tres únicos personajes, madre, hijo y reverendo, sus testimonios nos llegara en base a su propio discurso a modo de voz en off y principalmete diversos monólogos internos, otorgando a la película unas connotaciones casi de relato de índole religioso, pues al fin y al cabo lo que se nos cuenta no deja de ser la sempiterna lucha interior y espiritual que atesora cada ser humano, especialmente aquellas confrontaciones que anidan a través del tormento individual, a fin de cuentas el auténtico status quo de la historia en cuestión,​ todo ello expuesto a través de una experiencia de connotaciones meditativas en relación a la inestabilidad emocional de sus personajes que hacen de la propuesta de Phillip Youmans un singular y prometedor debut dada su nada complaciente estructura cinematográfica.

Otra de las autoficciones vistas en esta edición del Americana correspondió a Honey Boy, en este caso relato autobiográfico del conocido actor Shia Labeouf en donde este nos muestra la difícil y ambivalente relación que tuvo con su padre en su infancia, Honey Boy nos muestra a Otis, un niño de 12 años que descubre desde muy joven la cara oculta de Hollywood, ejerciendo de especialista en shows televisivos. Su padre es un antiguo payaso de rodeo con diversos problemas, ahora sin trabajo, que decide convertirse en su guardián. Cuando Otis no está grabando sus escenas como doble, pasa el rato con él en hoteles de poca monta situados en las afueras de las ciudades donde se alojan. La convivencia entre ambos es muy compleja, y Otis anhela que su padre se comporte como tal.

Honey Boy, con la realizadora Alma Har’el tras las cámaras (Bombay Beach, Valtari Mystery Film Experiment y la notable LoveTrue presente en el Americana hace un par de años), vendría a formar parte de ese catálogo prototípico de películas en donde un autor nos ofrece una mirada pretérita de lo que fue su niñez o juventud, a tal respecto últimamente han existido muchos ejemplos de dicha síntesis argumental, Roma de Alfonso Cuarón y Dolor y gloria de Pedro Almodóvar por citar solo dos películas muy conocidas, todas estas propuestas y bastantes más comparten a su manera una mirada que deviene como agridulce y en donde se nos viene a explicar que el recorrido nunca fue amable o fácil, más bien todo lo contrario. El turno en esta ocasión corresponde a Shia LaBeouf que escribe y protagoniza un relato en donde en parte se psicoanaliza a sí mismo en la medida de liberarse de demonios personales y que atesora la parcial virtud de no ser otra muestra más de ese paquete de relatos autobiográficos en donde se nos expone traumas ocasionados a niños actores en Hollywood. Honey Boy versa más acerca de la idea de saldar cuentas con el pasado y de paso acercarse tímidamente al tránsito iniciático, seguramente a prácticamente todos de nosotros nos ha quedado un regusto amargo en cómo no hemos podido redimirnos por un motivo u otro de nuestros seres cercanos a través de una relación pasada, la cultura a modo de herramienta de auto expiación no deja de ser un medio perfecto a la hora de plantear diversas metáforas de liberación personal, a tal respecto la función de una película de las características Honey Boy, que por fortuna en ningún momento busca la empatía con el espectador, parece meridianamente clara, sin embargo su resolución deviene como claramente irregular en base a esa narrativa bifurcada en dos direcciones, presente y pasado, bastante más bien planteado y ejecutado la segunda que la primera. Al final la sensación que a un servidor le otorga Honey Boy será la de una extraña sensación de tristeza, pues en resumidas cuentas todo lo que nos cuenta Shia LaBeouf no deja de ser un tránsito pretérito doloroso que indaga en abusos psicológicos, resquicios en definitiva de una contradictoria relación que se fundamenta en un origen mostrado de forma muy poco autoindulgente.

Harmony Korine pertenece por derecho propio a esa clase de autores que se mueven por oleadas temporales en referencia a la aceptación por parte de los supuestos fans de su obra, en parte y dicho de otro modo la trayectoria del realizador deviene como consecuente en relación a unos postulados que son percibidos, o al menos un servidor así lo nota, como inamovibles, otra cuestión seria la referente a como son recibidos por parte de una supuesta audiencia que deviene como liquida en relación al análisis de una obra en concreto, pues a fin de cuentas entre la excesivamente elogiada Spring Breakers y la algo injustamente menospreciada The Beach Bum no existen demasiadas diferencias en relación a las intenciones y resultados de ambas. The Beach Bum sigue las hilarantes desventuras de Moondog, un poeta de carácter rebelde y extravagante look que vive en Miami según sus propias y muy particulares reglas, un hombre tan rebelde como adorable que intenta vivir la vida a lo grande.

Es evidente que el cine orquestado por Harmony Korine no es propicio para las medias tintas en lo concerniente a su recepción, es de esas obras que no buscan un empate técnico sino que de alguna manera esta predestinada a la fuerza a la victoria o la derrota, aunque si es proclive a que en un momento dado sus gracias dejen de serlo dado el tedio que puede provocar su sistemática hilaridad para alguien que si las acepto con anterioridad, a tal respecto The Beach Bum redunda en lo caótico de unos personajes que dan la sensación de vivir mental y físicamente al margen de una realidad digamos cotidiana, en parte no deja de ser una visión particular y en parte autoral de las comedias de fumados, el personaje interpretado con solvencia por parte de Matthew McConaughey vive en un continuo estado lisérgico, sin embargo la película de Harmony Korine a diferencia de por ejemplo el Fear and Loathing in Las Vegas de Terry Gilliam no es lisérgica por naturaleza, su función será más bien la de transmitir la sensación de una vivencia que deviene como atípica en relación a una jovialidad desmedida pero que en parte es consecuente pues a final de cuentas la premisa que nos es contada no deja de ser clásica aunque no lo sean sus personajes, un resumen de alguien que vive a cuerpo de rey pero que llegado a un momento tendrá reconvertirse para seguir subsistiendo, la supuesta redención y el aprendizaje lógicamente no funcionaran y ni que decir tiene que esa especie de reconducción de conducta será imposible para alguien que atesora un espíritu incorruptible, aquí en la medida del disfrute máximo de su hedonismo. The Beach Bum termina siendo una declaración de intenciones a cerca de una suerte de libertinaje existencial que no deja de tener una conexión muy evidente en lo concerniente a la obra de un autor que abraza con todas sus consecuencia también una libertad, en este caso la creativa, por muy indigesta que está en ocasiones les pueda parecer a algunos.

Americana 2020 Día 3: The Vast of Night/The Art of Self-Defense

Dentro del Americana siempre ha habido un pequeño resquicio para algún film que indague sin muchas fisuras derivativas dentro del género fantástico inédito en nuestro país, algo que en cierta manera tiene su mérito, siempre que la propuesta lo valga naturalmente, dada la excesiva proliferación de festivales especializado en dicho género que copan dichos productos, en esta edición el turno recayó en el segundo trabajo tras las cámaras del realizador Andrew Patterson titulado The Vast of Night, la película nos sitúa en Nuevo México, Estados Unidos en la década de los años 50. Dos trabajadores de una radio local, un operador de radio y un pinchadiscos descubren una frecuencia que podría cambiar su vida y la de toda la humanidad para siempre, líneas telefónicas caídas, sospechosas señales de radio, bobinas de cintas ocultas en una biblioteca y una misteriosa llamada telefónica anónima llevarán a nuestros protagonistas a una peligrosa búsqueda hacia lo desconocido.

The Vast of Night fue posiblemente uno de los titulo más interesantes vistos este año dentro del Americana, independientemente de su aparente adscripción genérica estamos ante un film que representa casi a la perfección la validez de saber transitar con cierto aplomo los recovecos de lo que viene a representar la esencia del cine independiente, básicamente y resumiendo la originalidad técnica o narrativa por encima de los medios disponibles a la hora de su plasmación fílmica. Dicho esto no estaría de más el contextualizar y en parte clarificar ciertas etiquetas otorgadas de antemano al film de forma algo confusa que pueden llevar al despiste al espectador poco precavido, principalmente el referido a equipararla en base a ser un clon surgido del imaginario de la fundamental The Twilight Zone, a tal respecto señalar que la película de Andrew Patterson se sustenta básicamente a través del homenaje o la referencia de la mítica serie creada por Rod Serling y no tanto en el espíritu entendido como tal, al comienzo del film vemos una pequeña pantalla de televisión que emite un programa en blanco y negro a modo casi de némesis del de Serling titulado Paradox Theatre que sirve de preámbulo o introducción a la narrativa que se nos va a relatar a partir de ese momento, a tal respecto las similitudes son clónicas solo en apariencia, o sea a través de su carcasa, sin embargo la auténtica naturaleza de la película da la sensación de recurrir a texturas más propias de la Amblin de los años 80 que a la propia The Twilight Zone. Posiblemente una de las mayores virtudes que podemos encontrar en The Vast of Night consista en ver como Andrew Patterson se las ingenia, a través de diversos recursos técnicos tales como efectivos planos secuencia, para intentar disimular un argumento bastante simple que en parte no va más allá de lo que es su propia premisa, supuestos avistamientos de ovnis, visitas y secuestros alienígenas ubicados en una época que anida a través de la perplejidad de sus habitantes, a tal respecto The Vast of Night es esa clase de relatos que intenta evoca los dramas de radio de tiempos pretéritos, el tipo de cuentos fantásticos que llevaron a multitud de familias a reunirse alrededor de su aparato de radio y escuchar hasta altas horas de la noche ficciones fantásticas, historias en definitiva con un trasfondo que puede devenir como muy amplio pero contadas de una forma tan simple y sutil como efectiva.

El norteamericano Riley Stearns ya había dado cuenta con su opera prima Fauls de un interesante discurso que orbitaba principalmente sobre diversos estilemos acerca del narcisismo y control mental que solemos ejercer hacia las personas o viceversa, en un segundo trabajo tras las cámaras que se ha hecho esperar más de lo previsto Stearns vuelve a indagar sobre temarios parecidos a través de una sátira aún más marcada que en su primera película en donde se expone diversos cliques tóxicos acerca de la masculinidad contemporánea. The Art of Self-Defense nos cuenta como un hombre es atacado mientras camina solo por la calle, dicho suceso hará que decida apuntarse en un dojo de karate, lugar en donde un peculiar y carismático maestro le enseña mucho más que a defenderse a sí mismo, descubriendo un mundo siniestro de fraternidad donde impera por encima de todo la violencia e hipermasculinidad.

The Art of Self-Defense parte del ineludible hándicap de intentar en todo momento buscar un equilibrio ante las numerosas texturas genéricas que atesora en su haber, al igual que en su anterior Fauls The Art of Self-Defense podría partir de los postulados propios de la comedia satírica o negra, sin embargo en el relato encontraremos evidentes retazos dramáticos que subsisten dentro de una especie de reflexión acerca de una sociedad y unos personajes fracturados mentalmente, como viene siendo norma habitual en este tipo de películas la cuestión principal radica normalmente en mesurar o dosificar convenientemente el grado de humor evitando que este se convierta en caricatura pues de lo contrario se corre el riesgo de desvirtuar el resto de los conceptos expuestos, en parte Riley Stearns logra salvar dicha disyuntiva pese que el conjunto termine siendo bastante irregular e incluso poco contundente, como podemos apreciar en por ejemplo un clímax final que no consigue estar ni mucho menos a la altura de todo lo anteriormente mostrado. A un nivel temático y narrativo en lo concerniente a lo antes comentado la principal referencia que nos vendrá a la mente viendo la película será Fight Club, al igual que en el film de David Fincher uno tiene la sensación de estar ante un relato que intenta por todos los medios salirse de la norma mediante una cierta sofisticación conceptual casi a modo de un artefacto de índole literario que aquí da la sensación de ser una especie de historia corta que se quiere alarga más de la cuenta en base a una premisa que podríamos definir como una suerte de concepto sobre una violencia idealizada a modo de ente redentor que sólo termina engendrando aún más violencia al mismo tiempo que se ridiculiza todos los clichés habidos y por haber de la llamada cultura machista. Esperemos que un futuro no muy lejano Riley Stearns consiga adecuar con algo más de enjundia unos validos conceptos ya muy presentes en su autoría como pueden ser la insuficiencia e inseguridad en referencia al uso y exposición de diversos simbolismos expuestos a través de unos subtextos y una mordacidad que se atisban como ciertamente interesantes.

Americana 2020 Día 2: Jay & Silent Bob Reboot/Swallow

Parece casi una obligación a la hora de analizar cada nueva película que estrena Kevin Smith el contextualizar brevemente lo que ha sido la agitada trayectoria del realizador de New Jersey, tras unos primeros trabajos que parecían situarle como un bastión importante de la nueva comedia independiente norteamericana la desmesurada y en parte ambiciosa Dogma supuso el inicio del particular purgatorio cinematográfico del responsable de Clerks, a partir de ese momento si ha habido una carrera plagada de continuas y reiteradas irregularidades esa ha sido sin lugar a dudas la de Kevin Smith, tanto es así que cuando parecía aposentarse en una autoría digamos estable con trabajos solidos e interesantes como Red State y Tusk vuelve de alguna manera a esa complacencia extremadamente exagerada con la poco defendible Yoga Hosers. Un servidor es de la opinión que el cine perpetrado por  Kevin Smith atesora un talento innegable, otra cosa bien distinta es como el espectador termina por canalizar un posicionamiento que definitivamente no está destinado para todos los públicos y si para unos fans incondicionales que dan la sensación de formar parte de un conjunto cada vez más reducido.

Jay & Silent Bob Reboot como bien indica su título no deja de ser una vuelta a constantes ya transitadas con anterioridad por su autor, como viene siendo habitual un tipo de cine que busca en todo momento al cómplice, el argumento no deja de ser, como no podía ser de otra manera, una simple excusa pues lo que realmente importa aquí es el trayecto y no la finalidad. En la película vemos como Jay y Bob el Silencioso se enteran de que van a hacer un reboot de ‘Bluntman & Chronic‘, ambos deciden ir a Hollywood a detenerlo como sea. De forma inesperada, además Jay se encuentra con que un antiguo amor tuvo una hija suya. Esta hija, que se parece enormemente a Jay, le pide a él y a Bob que lleven a ella y a una amiga a Hollywood con ellos. Jay & Silent Bob Reboot no deja de ser un paradigma de la comedia paródica que se mira a sí misma sin ningún tipo de pudor, en tal sentido las referencias añejas y el tono gamberro forma parte principal del statu quo del film. Siendo algo malicioso uno podría aseverar que estamos ante obra de alguien que vuelve a repetir formulas sistemáticamente y que se encuentra encerrado en un propio imaginario del cual se resiste a crecer o a evolucionar, y que de paso rememora los viejos tiempos y se vale de la auto indulgencia y de los apoyos de antiguos colaboradores a la hora de sacar adelante un proyecto tan dudosamente rentable como resulta ser este Jay & Silent Bob Reboot, una película que indudablemente posee un espíritu autoral totalmente libre pese a que uno tenga la sensación de que la irreverencia por agotamiento cada vez va a menos, otra cuestión seria si dicha declaración de intenciones justifican o validan una propuesta tan comprometida con la verisimilitud cinematográfica.

Swallow, el debut en el largometraje de Carlo Mirabella-Davis, volvió a escenificar otra de esas películas que de alguna manera juegan de forma algo caprichosa con los parámetros genéricos, su estructura en un principio la emparenta a ese tipo de film prototípico proveniente del Festival de Sundance, Swallow sin embargo no estuvo presente en Park City pero si en Tribeca en donde consiguió un merecido premio a la Mejor actriz para una notable Haley Bennet que aquí parece una réplica casi perfecta situada a medio camino entre Bryce Dallas Howard y Jennifer Lawrence, poco importa la ecuación del producto, la mirada viene a ser la misma con respecto al American Way of Life, aquí contada a través de un drama independiente que vuelve a ser muy poco complaciente en lo concerniente a un estatus social que en ocasiones ahoga literalmente a sus integrantes.

En Swallow vemos como Hunter es un ama de casa que acaba de descubrir que está embarazada. Sin embargo, por alguna razón que desconoce se siente tentada a consumir objetos peligrosos para su salud, una obsesión que no pasa desapercibida ante los ojos de su marido y del resto de su familia política. Pronto descubrirá el motivo que la empuja a querer herirse a sí misma. La ópera prima de Carlo Mirabella-Davis versa principalmente a través de una insatisfacción vital, o si se prefiere de una ofuscación silenciada, también en la forma en que esta es contestada, al principio del relato de una forma algo grotesca que llega a emparentarla a ese tipo de films que suelen transitar a través de un cuento de hadas de claras texturas satíricas expuestas a modo de mito distópico, por fortuna no estamos ante una historia que se vertebra en relación a militarismos ni alegatos de tono feminista sino más bien en referencia a exponer con cierta gracia y ligereza una opresión femenina que deviene como atemporal. La película de Carlo Mirabella-Davis empieza a partir de una sutil naturaleza grotesca de connotaciones casi anecdóticas e incluso caricaturescas en relación a la ingesta voluntaria por parte de la protagonista de objetos cada vez más peligrosos, de la canica pasaremos a la chincheta o a la piedra, no solo en referencia a poner en riesgo su propia salud sino en especial para él bebe que se aloja en su interior, una actuación, dual en este caso, que viene dada en la medida de ver como la protagonista intenta rellenar un hueco en su interior, frase esta que un servidor espera no sea interpretada a partir de gratuitas dobles lecturas, no estar contenta con la sumisión de su nuevo estatus social requiere de una drástica acción a modo de exorcismo burgués y de paso poder a través de dicho posicionamiento intentar superar traumas del pasado, más que un desorden alimenticio estamos ante uno emocional, no en relación a un castigo autoimpuesto sino en la medida de intentar tomar el control de una situación visualizada aquí en el despertar de un letargo o alteración psicológica a través de un acto que para la protagonista deviene como liberador, posiblemente este sea el tramo de Swallow más interesante, también el referido a la distorsión que sufre el personaje principal cuando ha de hacer frente a una colisión que resulta inevitable con los miembros de su nueva familia. Lástima sin embargo de un tramo final que anida a través de un tono algo más solemne, aquel en donde la primera persona toma el mando del relato para contarnos algo que anteriormente estaba de forma más sutil mejor contado, un tratado en definitiva acerca de cómo sentirse bien consigo mismo, la parcial originalidad del trayecto para llegar a ello será la mejor virtud de una obra tan efectiva en según qué tramos como algo irregular en referencia al estudio de un comportamiento anómalo que posiblemente requería de algo más de dilatación a la hora de abordar la principal problemática por la cual anida la historia.

Americana 2020 Día 1. The Projectionist/17 Blocks

La principal razón de ser de los festivales cinematográficos siempre ha sido, o tendría que serlo, el poder ofrecer una vía u oportunidad para poder ver o poner a disposición, un material de difícil ascenso de visionado para el espectador, posiblemente en estos últimos tiempos, en donde la difusión digamos virgen de un tipo de trabajos se ha amplificado en exceso, es cada vez más complicada para los certámenes el ofrecer un material digamos novedoso, como muestra una gran parte de las películas proyectadas en este Americana 2020 estuvieron de una manera u otra a disposición del espectador en lo concerniente a visionados domésticos, en tal sentido no es mala idea el apostar por formatos que tienen una difícil salida dentro del ámbito de la distribución patria, a tal respecto los documentales no deja de ser un activo importante dentro de un festival de las características del Americana, al igual que en ediciones anteriores la cosecha en dicho formato fue tan vasta como interesante como bien se pudo comprobar en una primera jornada del festival en donde dos trabajos de índole bien diferenciado entre si indagaban en la perseverancia de un ideal y en la abnegación provocada por el desgaste vital y la tragedia familiar.

No deja de ser una buena noticia que un director tan interesante como siempre ha sido Abel Ferrara siga estando en una continua evolución autoral, casi una reinvención constante de imaginarios muy propios, en este caso unido a una proliferación de trabajos detrás de las cámaras que es recibido con bastante beneplácito como no podía ser de otra manera por parte del fiel seguidor de la extensa trayectoria del realizador neoyorquino. Una actividad en donde parece que las fronteras que delimitan la ficción y el documental últimamente en según qué casos da la sensación de ser bastante difusa como se percibe en la reciente Tommaso y muy seguramente también en su último trabajo presentado en la última edición de la Berlinale titulado Siberia. De la cosecha Ferrara del pasado año el Americana 2020 recupero el documental The Projectionist, un trabajo en donde en responsable de The Addiction nos presenta a Nicolas Nicolaou, un chipriota que tuvo que emigrar años atrás junto a su familia a Nueva York en busca de la subsistencia y el sueño norteamericano, pasó de taquillero a dueño de un cine de la ciudad. Eran los años 70 y los cines en donde se ofrecían películas para adultos ofrecían estrenos que acababan en siendo un gran reclamo para el público. Nicky vio una gran oportunidad en todo ello y adquirió varios cines de la ciudad.

Abel Ferrara plantea el documental a través de diversos  saltos temporales en referencia a ubicaciones duales, desde el presente, en  donde va visitando junto al protagonista los lugares en donde trabajo, hasta el pasado, o sea el origen, un viaje o revisitación de ida y vuelta desde el Chipre natal hasta Nueva York y viceversa. El documental nos muestra repetidamente unas imágenes que suelen ser muy recurrentes en las grandes ciudades de hoy en día, una suerte de conclave territorial que devienen como fantasmagórico a través de la visualización de calles abarrotadas, mayoritariamente de turistas, en donde anteriormente había cines o teatros y ahora existen tiendas de ropa y grandes almacenes. Provista de un buen número de imágenes de archivo el documental pese a su evidente modestia tiene la virtud de no ser un simple ejercicio nostálgico y si más bien un retrato personal narrado desde dentro, de alguna manera esta perspectiva la emparenta a otro documental algo más elaborado de Abel Ferrara como fue Chelsea on the Rocks, al igual que aquí en sus documentales Ferrara da la sensación que en vez de analizar al personaje en cuestión lo acompaña pues de alguna manera el mismo pertenece a dicha cuadratura y contexto, a tal respecto el protagonista de The Projectionist parece surgido de un capítulo cualquiera de The Deuce, algo que en parte hace que el personaje devenga como empático para con el espectador, especialmente en lo referente a su titánica labor de preservar la existencia del cine casi a modo de labor social.

Por su parte 17 Blocks nos sitúa como punto de inicio en el año 1999, fue en ese momento en donde el cineasta Davy Rothbart conoció a los Sanford, una familia afroamericana mono parental formada por Cheryl, la madre, y sus tres hijos, Smurf, un adolescente que tontea con las drogas, la mediana Denise y el pequeño Emmanuel, un niño de carácter idealista que quiere formar parte del cuerpo de bomberos de la ciudad cuando sea mayor. Una familia de claro índole disfuncional que vive a 17 calles del barrio blanco más acomodado en la ciudad de Washington.  A través de material filmado a lo largo de dos décadas 17 Blocks nos muestra la difícil subsistencia de dicha familia, en un primer lugar somos testigos de las grabaciones realizadas por los propios miembros, a través de ello veremos una complicada cotidianidad que en parte roza la marginalidad, será a partir de un acontecimiento traumático e irreversible lo que marcara el resto del relato, entonces veremos como el realizador se posicionara detrás de la cámara y los protagonistas nos ofrecerán sus testimonios, el tembloroso trabajo de cámara, mayormente realizado por parte del joven Emmanuel, del inicio dará paso a tomas bastantes más elaboradas, la ornamentación técnica e iluminación será bastante más cuidadosa a partir de dicho tramo. 17 Blocks parte del beneplácito de no juzgar, tan solo muestra un trayecto de deviene como totalmente íntimo en base a testimonios, ese posicionamiento en donde el cineasta de alguna manera se niega a juzgar o involucrarse dará lugar a una insistencia por la observación pura y objetiva de los hechos narrados en primera persona, algo que en parte será crucial y que seguramente inspirará al espectador para el posterior debate de un trabajo potencialmente emocional, posiblemente con un cierre demasiado edulcorado, algo que en parte después de presenciar tanta crudeza no deja de ser un mal menor.

Retrospectiva Jessica Hausner en el D’A 2020

La directora austriaca Jessica Hausner se ha establecido con solo cinco largometrajes como una de las directoras más personales del cine europeo. Desde su debut en el largometraje con Lovely Rita presentado en Cannes 2001, ha pasado por los grandes certámenes cinematográficos, ganando el premio FIPRESCI en Venecia con Lourdes, que también ganó el Giraldillo de Oro en Sevilla 2009. Su última película, Little Joe, la primera rodada en inglés, se presentó en la sección oficial de Cannes 2019, donde su protagonista, Emily Beecham, ganó el premio a la mejor actriz.

Su estilo como directora ha girado siempre alrededor del lenguaje cinematográfico, de aquello que se muestra y aquello que no se muestra, moviéndose entre lo real y lo imagirio, cuestionando así la percepción del espectador con unas obras sutiles y fascinantes que la han llevado a ser comparada con nombres tan dispares y personales como Stanley Kubrick, Jacques Tati o Yorgos Lanthimos. Una directora imaginativa que hace un cine osado, oscuramente cómico y visionario que puede pasar de la abstracción de un film como Hotel a dar claves netamente contemporáneas para la reformulación del género de terror de una manera inteligente y provocativa en Little Joe, una película que la reafirma como una de las directoras más fascinantes del momento y un talento al que seguir de cerca.

Con la colaboración de Filmoteca de Cataluña.

Films que forman parte de la retrospectiva:

Primer avance de la 7ª edición de Offsidefest

Esta edición pondrá el foco en el futbol femenino, con una selección de documentales de estreno. El festival será del 24 al 29 de marzo en la Antiga Fàbrica Estrella Damm y los cines Texas.

El Festival Internacional de Cine Documental de Fútbol de Barcelona presentará una decena de documentales que ofrecen una mirada poco habitual del mundo del fútbol. En esta edición, habrá un foco especial dedicado al fútbol femenino alrededor del planeta, con una serie de documentales inéditos en España.

Los tres primeros largometrajes documentales seleccionados a Competición Oficial del Offside son ‘Nos llaman guerreras’ (Venezuela), ‘Busby’ (Reino Unido) y ‘Prode’ (Argentina). El documental ganador de esta edición se llevará un premio de 1.000 euros, patrocinado por Estrella Damm.

‘Nos llaman guerreras’ de Jennifer Socorro, Edwin Corona Ramos y David Alonso (Venezuela)

Un equipo de jóvenes venezolanas se aísla en el fútbol de la agitación política y económica que está viviendo su país. Este deporte se impone a su pobreza estructural y a su condición de género. Con todo en contra, este extraordinario equipo de futbolistas intentará ganar la Copa Mundial de fútbol.

El documental ‘Nos llaman guerreras’ ganó el Premio Especial del Jurado en el Atlanta Film Festival, y en él destaca una joven Deyna Castellanos, actual jugadora del Atlético de Madrid.

Estreno inédito en España.

‘Busby’ de Joe Pearlman (Reino Unido)

De los productores de ‘La Clase del 92’ nos llega un documental para conocer a fondo la figura de Sir Matt Busby, el influyente entrenador escocés que hizo ganador al Manchester United apostando ante todo por jugadores jóvenes, de la cantera del club británico. Los llamados ‘Busby Boys’.

Incluso tras una terrible desgracia como el accidente aéreo de Munich de 1958, donde fallecieron 11 miembros del Manchester, entre jugadores y directivos, el técnico supo reconducir al equipo para acabar conquistando su anhelada primera Copa de Europa de 1968.

Estreno inédito en España.

‘Prode’, de Mauricio Beccaria (Argentina)

El domingo 6 de mayo el Racing de Córdoba disputa el último partido de la jornada de la primera división argentina. Juega contra el poderoso Ferro, una de las potencias futbolísticas en la década de los 80 en Buenos Aires, y donde jugaba Héctor Cúper. Pero esto es lo de menos.

Los jugadores y el entrenador del Racing habían jugado a la lotería del PRODE (la Quiniela argentina) y habían acertado todas las combinaciones de la liga a falta de un partido. Si querían hacerse con el lote del PRODE y ser millonarios solo tenían que hacer una cosa: ganar ese partido contra Ferro.

Estreno inédito en España.

El próximo 27 de febrero saldrán a la venta las primeras entradas y abonos.
Para solicitar acreditaciones de prensa, contactar a: press@offsidefest.com

Mònica Garcia Massagué, nueva directora general de la Fundació Sitges – Festival Internacional de Cinema de Catalunya

Mònica Garcia Massagué es la nueva directora general de la Fundació Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, ente que organiza el Festival de Sitges. Mònica Garcia ocupará la dirección de la Fundación los próximos cuatro años, con el objetivo de consolidar el liderazgo del Festival en su categoría y de potenciar la industria audiovisual. Àngel Sala se mantiene como director del Festival, cargo que ocupa desde 2001. El Patronato está formado por el Ayuntamiento de Sitges, la Generalitat de Catalunya y representantes de la industria audiovisual, además de otros organismos públicos y privados.

Mònica Garcia Massagué ha sido elegida como nueva directora general después de un proceso de selección a cargo de una consultora externa especializada de selección de personal. Al concurso público para escoger director/a general de la Fundación se presentaron 314 Currículums Vitae (de 106 mujeres y 208 hombres), de los cuales se hizo, después del análisis y valoración de méritos, una preselección de 21 candidaturas.

Mònica Garcia Massagué es licenciada en Ciencias de la Información (Periodismo) y en publicidad y relaciones públicas, y ha realizado el postgrado La informática en la producción audiovisual. Experta en la industria cinematográfica y en la organización de eventos culturales, hasta el momento ocupaba, en funciones, el cargo de directora general de la Fundació Sitges Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya –anteriormente había sido subdirectora general del mismo ente (2015-2019 y jefa de comunicación del Sitges-Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya (2004-2005). 

Con más de veintidós años de experiencia en el sector público, Mònica Garcia ha ejercido diversas responsabilidades ligadas a la gestión cultural y la dirección de comunicación. Antes de su incorporación a la Fundació Sitges Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, fue responsable de Festivales de Cine en el Institut Català de les Empreses Culturals y jefa de festivales internacionales de cine y jefa de comunicación en Catalan Films&TV, entre otros. Por su lado, también ha ejercido la docencia en diversas universidades, ha sido codirectora del Master Cinema Fantástico i Ficción Contemporánea y ha publicado varios libros.

Programación de la séptima edición del Americana Film Fest

Esta semana se presentó la séptima edición del Festival Americana, con toda la programación y todas las novedades de este año. La edición de este año se celebrará entre los días 3 y 8 de marzo. La inauguración será el martes 3 en la sala Phenomena y el resto de las sesiones se proyectarán en las tres salas de los Cinemes Girona y en el Zumzeig. Además entre los días 3 y 6 de marzo, la Filmoteca de Catalunya hará cuatro sesiones de una retrospectiva del documentalista Steve James.

El festival se divide, básicamente, en tres grandes secciones: TOPS, NEXT y DOCS. También continuaremos con la sección LOST SESIONS que ya empezamos el último año y seguiremos apostando por los cortometrajes, además de la RETROSPECTIVA que haremos junto con la Filmoteca de Catalunya. Como novedad más destacable, en esta edición acabaremos de abrir las películas seleccionadas a todo el territorio norteamericano, más allá de los EE. UU., como ya habréis podido deducir por la imagen de este año, creación de  Glòria Bonet, en que conviven los tres idiomas que podremos escuchar durante el Americana 2020.

La sección TOPS, con los nombres más consolidados y las películas que acumulan más premios este año: Matthias te Maxime, del gran director del Quebec Xavier Dolan, una historia de amor entre dos amigos que nos volverá a mostrar el gusto estético, musical y lleno de excesos de un director que nunca deja indiferente; Jay and Silent Bob Reboot, de uno de los directores indies americanos más importantes de los 90, Kevin Smith, que vuelve con dos de sus personajes más icónicos, rodeado de amigos y humor grosero; siguiendo con el cine del Quebec, podremos ver también Repertoire des villes disparues o Ghost Town Anthology del particular cineasta Denis Côté, una película presente en Berlin que mezcla el tono desencantado y extraño de su director con el fantástico poético; y desde México nos llega Chicuarotes, dirigida por Gael Garcia Bernal, una historia de supervivencia y delincuencia de jóvenes en barrios humildes que estuvo presente en Cannes y San Sebastián; en Honey Boy otro actor, Shia LaBeouf, participa en la película detrás de las cámaras (también la interpreta) escribiendo un guion de ficción sobre su vida, problemas y sueños en una cinta que acumula 32 nominaciones y 8 galardones con premio gordo en Sundance y nominaciones varías en los Independent Spirit Awards, dirigida por el Alma Har’lo, que ya estuvo presente en Americana hace unas ediciones con LoveTrue; la americana Saint Frances, ganadora del premio del público y del premio especial del jurado en SXSW, será la inauguración de este año (recordad, exclusivamente con invitaciones, que repartiremos por nuestras redes sociales), una comedia fresca, emotiva y políticamente incorrecta, sobre nuevas familias y nuevas maneras de ver la maternidad; y de la inauguración a la clausura con Seberg, una película inspirada en hechos reales de la vida del icono de la Nouvelle Vague francesa, Jean Seberg interpretada por Kristen Stewart, que se pone en la piel de otra actriz que luchó por la igualdad racial y la militancia feminista; también tendremos la alocada comedia Sorry to Bother You, una distopía con empresas y empleados de lo más delirantes que ha arrasado en premios los últimos meses, como por ejemplo el de mejor primera película en los Independent Spirit Awards, después de su paso por Sundance o Austin (donde ganó mejor guion) , entre otros muchos festivales y premios; Jim Cummings es uno de los directores por el que el festival ya lleva apostando los últimos años en nuestras sesiones de cortos, Thunder Road es su primero largo, a partir del corto que pudimos ver en el festival hace algunas ediciones y que consiguió estar presente en Cannes y hacerse con el Grand Prix del Jurado en SXSW; finalmente, otro director que no deja a nadie indiferente es Harmony Korine, que después de sorprender con la ya cinta de culto Spring Breakers, vuelve con otra historia de estética alucinada titulada The Beach Bum, con una interpretación memorable y pasadísima de vueltas del gran Matthew McConaughey.

En NEXT, un año más, la apuesta es por cintas no tan conocidas de diferentes géneros, procedencias e intenciones. Las 10 seleccionadas de esta edición son: Mickey and the Bear, un coming of age protagonizado por Camila Morrone, que ha resultado ser una de las óperas primas revelación del año y que ha estado presente en festivales como Cannes o SXSW; Swallow, sobre una mujer rica y atormentada con una extraña adicción presente en el pasado festival de Sitges y que acumula más de 15 premios entre los que destaca el de mejor actriz en Tribeca por el espectacular papel de Haley Bennett; Greener Grass, la locura de este año en la Ia línea de Lemon o An Evening with Beverly Luff Linn, donde tiene un papel Janicza Bravo, directora de Lemon, como pista de por dónde irá la película; The Art of Self-Defense es otra comedia delirante pero punzante protagonizada por Jesse Eisenberg, Alessandro Nivola y David Zellner, que fue uno de los invitados estrella de la última edición del festival; The Death of Dick Long vuelve a ser una comedia, salvaje y surrealista, en este caso dirigida por Daniel Scheinert, la mitad de los Daniels de Swiss Army Man y protagonizada por André Hyland, director de The 4th, que estuvo presente en Americana; la última comedia, con toques surrealistas pero ahora con trasfondo social será Give me Liberty, presente en Cannes, Sundance y con 4 nominaciones a los Independent Spirit Awards; y siguiendo en la línea social tendremos también la mexicana Mando de obra, ópera prima que escribe, produce y dirige David Zonana, una cinta muy pequeña que fue una de las sorpresas de la última edición del Festival de San Sebastián y que sorprendentemente tiene ciertas similitudes con una de las cintas del año, la coreana Parásitos; otra ópera prima es Burning Cane, del joven Phillip Youmans, que con tan solo 19 años se ha situado entre los directores más prometedores gracias a las dos nominaciones a los Independent Spirit Awards o a los 3 premios conseguidos en Tribeca, en una película cargada de dolor y buen cine con influencias de Terrence Malick que no parece estar dirigida por alguien tan joven; y seguimos con cine de autor para paladares exquisitos con The Sound of Silence, de Michael Tyburski interpretada por Peter Sarsgaard y la Rashida Jones en una extraña historia de medicina alternativa, estrés y soledad que estuvo presente en el último festival de Sundance; cierra la sección The Vast of Night, ganadora del premio del público en Slamdance y con una nominación a mejor primer guion en los Independent Spirit Awards, una joya del sci-fi retro inspirado en series como La dimensión desconocida y que encantará a los amantes del género.

Finalmente la tercera sección grande del festival, DOCS, presentará 7 espléndidas películas de género documental y que nos descubrirán historias reales pero también cargadas de talento cinematográfico: America to Me es una serie documental de diez horas (repartidas en cuatro sesiones en el cine Zumzeig) que nos explica lo que ocurre durante todo un año académico en una escuela pública de Chicago y que nos presentará Steve James, uno de los grandes invitados de esta edición, documentalista reputado, director entre otras de Life Itself o Hoop Dreams, nominado en dos ocasiones a los Oscar y que se acompaña de directores de alto nivel para ayudarlo en la dirección del documental como por ejemplo Bing Liu, director de Minding the Gap, proyectada en la última edición de Americana; en 17 Blocks veremos como el documentalista Davy Rothbart captura durante 20 años el día a día de los Sanford, una familia afroamericana que sobrevive a 17 calles de la Casa Blanca, en un documental lleno de peligros, sueños y esperanzas condensados en hora y media de metraje; en el emotivo 5B, Paul Haggis, director de Crash, nos acerca a la creación del pabellón 5B del Hospital General de San Francisco, en plena epidemia del SIDA a principios de los 80, cuando abre como medida extraordinaria para combatir un virus desconocido y donde veremos a gente anónima que se presenta voluntaria para ayudar a los primeros pacientes de la enfermedad; y de nuevo desde México nos llega Midnight Family, un documental que nos enseña que la carencia de ambulancias en Ciudad de México hace que proliferen algunas de privadas, que harán lo posible para llegar antes que nadie al lugar de los accidentes para atender a los heridos, pero también para sacar rendimiento a su negocio, en un documental de factura impecable y muy sobrecogedor; The Projeccionist es la última película de Abel Ferrara, uno de los cineastas más importantes y personales de los últimos años, donde el director se deja llevar por Nueva York por Nicolas Nicolaou, un propietario de cines que nos explica cómo han cambiado las cosas en la metrópoli desde los años 70, en una sesión muy especial y cinéfila que se completará con el corto Last Interview Film of Jonas Mekas-version 1 de Chihiro Ito con la última entrevista filmada a Jonas Mekas; Martha: A Picture Story, es la biografía de la fotógrafa Martha Cooper, que en el Nueva York de los 70 capturó algunas de las primeras imágenes de grafitis justo en un momento en que la ciudad les había declarado la guerra y que décadas más tarde se ha convertido en la madrina espiritual del movimiento internacional del Street Art; finalmente veremos I Want my MTV, retrato imprescindible de la cadena nacida en 1981 y que se convierte en un símbolo de la cultura pop, haciendo un repaso al nacimiento, éxito y decadencia de la MTV narrado por las estrellas que hicieron posible su existencia.

El festival se completará con dos películas más que formarán parte de The Lost Sesions, sección que empezamos la última edición y que pretende recuperar cintas poco conocidas u olvidadas por el espectador. En este caso veremos dos largos y dos cortos que dirigió uno de los pioneros del cine indie americano, el afroamericano Charles Burnett, que hizo sus mejores producciones entre finales de los 60 y principios de los 80, reivindicado con posterioridad, puesto que su cine realista de comunidades negras poco privilegiadas, no era a buen seguro ni un cine de masas, ni un cine cómodo para las clases acomodadas. Las cintas proyectadas serán Killer of Sheep y My Brother’s Wedding, acompañadas de los cortos Several Friends y The Horse.

Y hablando de cortos Americana sigue fiel a dicha temática. Este año se vuelven a tener tres sesiones como en la última edición. Repetiremos el Sundance Short Film Tour, que nos traerá los mejores cortos del prestigioso festival en una sesión en que se proyectará el corto nominado al Oscar Brotherhood y las dos habituales sesiones con nuestra selección de lo mejor del año donde podremos ver desde el nuevo trabajo de Richard Raymond, A Million Eyes, después de ganar el año pasado Americana con Souls of Totality a la nueva gamberrada de en Bill Plympton, Trump Bites. Films que han pasado por festivales como Cannes, SXSW o Sundance compartiendo sesión con los nuevos talentos emergentes. Y finalmente podremos ver también en la Filmoteca de Catalunya, cuatro películas que formarán parte de una retrospectiva del director Steve James. Se proyectarán Hope Dreams, Life Itself, Abacus: Small Enough to Jail y The Interrupters.

Un Steve James que será uno de nuestros invitados de esta edición, acompañado de Denis Côté (director de Repertoire des villes disparues), Jocelyn DeBoer y Dawn Luebbe (directoras, guionistas, productoras y actrices de Grener Grass), además nos visitarán Ben Epstein y Seth Epstein que vendrán junto con la directora de arte Kelly Phelps a presentar su corto Something like loneliness y  Brenden Hubbard que vendrá a presentar su corto The helping hand.

El Festival de San Sebastián dedicará una retrospectiva a la edad dorada del cine coreano

El ciclo ‘Flores en el infierno: la era dorada del cine coreano’ incluye más de veinte títulos producidos en los años 50 y 60.

El Festival de San Sebastián y Filmoteca Española organizan, en colaboración con Filmoteca Vasca y el Museo de San Telmo, una retrospectiva dedicada a la edad dorada del cine surcoreano, que incluirá más de veinte títulos de los años 50 y 60. El ciclo irá acompañado de un libro monográfico editado por el Festival y Filmoteca Española.

Aunque el cine de Corea del Sur se ha convertido en una presencia constante en festivales internacionales y en un referente del cine contemporáneo, la historia de esta cinematografía sigue siendo bastante desconocida para el público occidental y nuestro conocimiento de ella suele reducirse a los títulos producidos a partir de la década de los 90.

Este ciclo se centra en la llamada “era dorada” del cine surcoreano, cuando, pese a la precaria situación económica en que se encontraba el país tras la guerra de Corea y el control de la dictadura militar de Park Chung-hee, se desarrolló una industria cinematográfica capaz de satisfacer la demanda de un cine popular para el gran público y de consolidar las carreras de directores de diferentes estilos e inquietudes: algunos de ellos mostraban una imagen de sociedad moderna en desarrollo, mientras que otros denunciaban las duras condiciones de vida de la época.

La selección incluye una serie de títulos producidos en las décadas de los 50 y 60 e intenta reivindicar a un grupo de cineastas que pueden considerarse como los más destacados representantes de ese cine clásico surcoreano y trazar un panorama de los géneros más habituales en ese período, algunos de ellos inspirados en el cine americano y trasplantados a la realidad local, otros puramente autóctonos.

Entre las películas que conforman el ciclo se encuentran algunas de las más emblemáticas de la época: The Housemaid (1960) de Kim Ki-young, considerada una de las obras maestras de la historia del cine surcoreano; crónicas duras y realistas de la vida en la Corea del Sur de posguerra como Flower in Hell (1958) y Aimless Bullet (1960); la comedia romántica A Female Boss (1959); el amable clásico del cine familiar Romance Papa (1960); los melodramas The Daughters of Kim’s Pharmacy (1960) y Homebound (1967) o la ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Berlín The Coachman (1961), la primera película surcoreana galardonada en un festival internacional de cine.

También está presente el film noir con Black Hair (1964), el cine de terror y el thiller con The Devil’s Stairway (1964) y A Bloodthirsty Killer (1965) o el cine bélico que retrata el trauma de la división del país en North and South (1965). Farewell to the Duman River (1962), por su parte, es una muestra de un género típicamente local como es el “western manchú”, cintas de aventuras ambientadas en Manchuria e inspiradas en el western americano. Junto a títulos más inclasificables como la fantasía surrealista The Empty Dream (1965) o el drama de inspiración modernista Mist (1967), la retrospectiva recupera también la obra de las dos primeras mujeres directoras de la historia del cine surcoreano, Park Nam-ok (The Widow, 1955) y Hong Eun-won (A Woman Judge, 1962), así como el primer largometraje de animación producido en el país, A Story of Hong Gil-dong (1967).

Después de su proyección en el Festival de San Sebastián, la retrospectiva podrá verse en el cine Doré de Filmoteca Española durante los meses de octubre y noviembre.​

LISTA PROVISIONAL DE TÍTULOS

  • MIMANG-IN / THE WIDOW, Park Nam-ok (1955)
  • JAYUBU-IN / MADAME FREEDOM, Han Hyung-mo (1956)
  • JIOKHWA / FLOWER IN HELL, Shin Sang-ok (1958)
  • YEOSAJANG / A FEMALE BOSS, Han Hyung-mo (1959)
  • OBALTAN / AIMLESS BULLET, Yu Hyun-mok (1960)
  • HANYEO / THE HOUSEMAID, Kim Ki-young (1960)
  • ROMANCE PAPA, Shin Sang-ok (1960)
  • MABU / THE COACHMAN, Kang Dae-jin (1961)
  • YEONSANGUN / PRINCE YEONSAN, Shin Sang-ok (1961)
  • DUMANGANG-A JAL ITGEORA / FAREWELL TO THE DUMAN RIVER, Im Kwon-taek (1962)
  • YEOPANSA / A WOMAN JUDGE, Hong Eun-won (1962)
  • KIM YAGGUG-UI TTALDEUL / THE DAUGHTERS OF KIM’S PHARMACY, Yu Hyun-mok (1963)
  • DORAOJI ANNEUN HAEBYONG / THE MARINES WHO NEVER RETURNED, Lee Man-hee (1963)
  • HYEOLMAEK / BLOODLINE, Kim Soo-yong (1963)
  • GEOM-EUNMEOLI / BLACK HAIR, Lee Man-hee (1964)
  • MA-UI GYEDAN / THE DEVIL’S STAIRWAY, Lee Man-hee (1964)
  • MAN-BAL-UI CHEONG CHUN / THE BAREFOOTED YOUNG, Kim Kee-duk (1964)
  • CHUNMONG / THE EMPTY DREAM, Yu Hyun-mok (1965)
  • SAL-INMA / A BLOODTHIRSTY KILLER, Lee Yong-min (1965)
  • NAMGWABUG / NORTH AND SOUTH, Kim Kee-duk (1965)
  • GAETMA-EUL / THE SEASHORE VILLAGE, Kim Soo-yong (1965)
  • ANGAE / MIST, Kim Soo-yong (1967)
  • GWI-RO / HOMEBOUND, Lee Man-hee (1967)
  • HONG GIL-DONG / A STORY OF HONG GIL-DONG, Shin Dong-hun (1967)

Cartel y primer avance del Bcn Film Fest 2020

El BCN FILM FEST, fiel al espíritu cultural de Sant Jordi, vuelve a ofrecer películas que giran en torno al eje temático Cine-Literatura-Historia en su Sección Oficial, centradas sobre todo en adaptaciones literarias, biopics de grandes personalidades y eventos históricos de relevancia.

Como en las ediciones anteriores, el Festival contará con 6 secciones: Sección Oficial, Cinema amb Gràcia (dedicada a las comedias), Zona Oberta, Art al Cinema (dedicada a grandes documentales sobre arte), Imprescindibles (dedicada a clásicos del cine de autor) y una sección dedicada al cine de un país invitado.

CARTEL DEL BCN FILM FEST 2020

El cartel oficial de la 4ª edición del BCN FILM FEST es una ilustración de un fotograma de la película CUENTO DE PRIMAVERA de Éric Rohmer, cineasta a quien el festival dedica este año la sección Imprescindibles, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. Con este cartel diseñado por Inés Martínez se intenta reflejar la profunda relación/pasión que el festival de cine mantiene con la literatura y los libros.

AVANCE DE LOS PRIMEROS TÍTULOS DEL BCN FILM FEST 2020

La 4ª edición del festival contará con una programación de más de 60 títulos en sus diferentes secciones. A continuación, un primer avance de la programación:

SECCIÓN OFICIAL A COMPETICIÓN

CUANDO HITLER ROBÓ EL CONEJO ROSA
(Als Hitler das rosa Kaninchen stahl) de Caroline Link
Alemania, Suiza / Première española

TRUE HISTORY OF THE KELLY GANG de Justin Kurzel
Con George MacKay, Charlie Hunnam y Russell Crowe
Australia, Reino Unido / Première española

CORPUS CHRISTI (Boze Cialo) de Jan Komasa
Nominada al Oscar a la Mejor Película Internacional
Polonia / Première española

SECCIÓN OFICIAL – FUERA DE COMPETICIÓN

  1. JONES de Agnieszka Holland
    Polonia, Reino Unido / Première catalana

#ANNEFRANK. PARALLEL STORIES de Sabina Fedeli y Anna Migotto
Con Helen Mirren
Italia / Première española

CENTOVENTI CONTRO NOVECENTO de Alessandro Scillitani
Italia / Première española
 
THE BOOKSELLERS
de D.W. Young
Estados Unidos / Première española

CINEMA AMB GRÀCIA

THE PEANUT BUTTER FALCON de Tyler Nilson y Michael Schwartz
Con Zack Gottsagen, Shia LaBeouf, Dakota Johnson, Bruce Dern y John Hawkes
Estados Unidos / Première española

IMPRESCINDIBLES – Centenario ÉRIC ROHMER

MI NOCHE CON MAUD (1969)
LA RODILLA DE CLAIRE (1970)
PAULINE EN LA PLAYA (1983)
EL RAYO VERDE (1986)
CUENTO DE PRIMAVERA (1990)
CUENTO DE INVIERNO (1992)
CUENTO DE VERANO (1996)
CUENTO DE OTOÑO (1998)

MERCEDES SAMPIETRO – PRESIDENTA DEL JURADO

Mercedes Sampietro, la actriz de teatro, televisión y cine, será la Presidenta del Jurado del BCN FILM FEST 2020.

Nacida en 1947 en Barcelona, dio sus primeros pasos como actriz en la capital catalana. En 1970 subió a su primer escenario como intérprete profesional y en 1977 debutó frente a las cámaras de cine, gracias a Jaime Chávarri y su cinta “A un dios desconocido”. En 1980 Pilar Miró la eligió para participar en “Gary Cooper, que estás en los cielos”. Sería la primera de las cinco colaboraciones que realizaron juntas.

Su trayectoria también incluye distintos papeles en producciones catalanas, como las series “Nissaga de poder”, “Laberint d’ombres”, “Porca Misèria” o «La Riera».

Desde noviembre del año 2003 a diciembre de 2006 Mercedes Sampietro fue también Presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.

En cuanto a los premios recibidos, Mercedes Sampietro recibió dos Conchas de Plata a la Mejor Actriz por “Lugares Comunes” (2002) y “Extramuros” (1985) y, además, ganó un Goya por su interpretación en “Lugares comunes”. Algunas de las películas que conforman su filmografía más reciente son: “Las Furias”, “Violetas”, “La noche que dejó de llevar”, “El hombre de arena”, “Vida de familia”, “Va a ser que nadie es perfecto”, “53 días de invierno”, “Salvador (Puig Antich)”, “Reinas” y “Nordeste”.

Fechas para la tercera edición del Ohlalà! Festival de Cine Francófono de Barcelona

La actriz francesa Nathalie Baye será la madrina de esta nueva edición y a ella se le dedicará una retrospectiva. La programación se compone de 15 títulos, la mayoría inéditos en Cataluña.

En total, 15 largometrajes componen la programación, la mayoría inéditos en Cataluña. Se trata de una cuidada selección proveniente de diversos países de habla francófona como son Francia, Bélgica, Suiza, Canadá, Argelia, Marruecos o Túnez. Además, la mitad de la programación seleccionada está dirigida por mujeres.

El festival acoge también una retrospectiva dedicada a la actriz francesa Nathalie Baye, madrina de esta tercera edición, quien además de ofrecer una Master Class estará presente en varios eventos del festival.

En esta tercera edición se entregarán tres premios: Premio del Jurado, compuesto por profesionales  de diferentes ámbitos del sector cinematográfico, Premio del Jurado Joven, formado por jóvenes de Barcelona entre los 18 y los 25 años y Premio del Público.

La mayoría de las películas se podrán ver en el Instituto Francés, sede principal del festival. Como novedades este año, la inauguración se celebrará el jueves, 12 de marzo a las 20h en el cine Phenomena Experience (c/ Sant Antoni Maria Claret, 168) y una sesión de la Retrospectiva dedicada a Nathalie Baye se proyectará en la Filmoteca de Catalunya.

Todas las películas estarán subtituladas en castellano o catalán.

AVANCE DE LA PROGRAMACIÓN

Entre las películas seleccionadas se incluyen entre otros, los siguientes títulos:

-PAPICHA, de Mounia Meddour (Argelia). Opta a 2 premios César: Opera prima, Mejor Actriz Revelación (Lyna Khoudri).
Es un resplandeciente himno a la libertad.

Sinopsis: Argelia, 1997. Nedjma es una estudiante universitaria que intenta que los acontecimientos de la guerra civil que empiezan a ocurrir a su alrededor no le impidan vivir una vida normal: salir de noche con su mejor amiga Wassila y vender vestidos hechos por ella en los baños de las discotecas. Mientras la sociedad se vuelve más conservadora, ella decide luchar por su libertad e independencia organizando con sus amigas un desfile de moda en la Universidad que desafía todas las normas establecidas.

Festivales y Premios: Seleccionada en Un Certain Regard-Festival de Cannes 2019, Mejor Nuevo Director y Premio del Público en el Festival de Valladolid – Seminci 2019, Seleccionada por Argelia como Mejor Película de habla no inglesa para los Oscars

-ANTIGONE, de Sophie Deraspe (Canadá).
Una Antígona de los tiempos modernos: ¡imprescindible!

Sinopsis: A pesar del drama que rodea la inmigración de su familia, Antigone se ha adaptado bien a la vida norteamericana. Con su hermana Ismene, sus hermanos Eteocles y Polynices, y su abuela Menoeceus, la adolescente vive una vida modesta pero relativamente tranquila en un barrio obrero de Montreal. Pero la tragedia golpea de nuevo a la familia. Antigone decidirá ayudar a su hermano evadirse de la cárcel y enfrentarse al sistema judicial. A la ley de los hombres, ella prefiere su proprio sentido de la justicia, dictado por el amor y la solidaridad. Una adaptación imprescindible de la tragedia de Sófocles.
Festivales y Premios: Mejor película canadiense en el Festival de Toronto 2019, Seleccionada por Canadá como Mejor película de habla no inglesa para los Oscars

-ADORATION, de Fabrice du Welz (Bélgica, Francia)
Un relato onírico sobre el final de la inocencia, el amor y la locura

Sinopsis: Paul, un joven solitario, conoce a Gloria, la nueva paciente en la clínica psiquiátrica donde trabaja su madre. Enamorándose de esta adolescente problemática y soleada, Paul huirá con ella, lejos del mundo adulto…
Festivales: Festival de Locarno 2019, Premio Especial del Jurado y mejor fotografía en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2019

-ADAM, de Maryam Touzani (Francia, Bélgica)
Una ópera prima sutil y conmovedora sobre la necesidad de apoyarse entre las mujeres en una sociedad que no mira hacia ellas.

Sinopsis: Abla regenta una humilde pastelería en su propia vivienda de Casablanca, donde vive sola con Warda, su hija de 8 años. Su rutina, dictada por el trabajo y las labores domésticas, se ve un día interrumpida cuando alguien llama a su puerta. Se trata de Samia, una joven embarazada que busca empleo y techo. A la pequeña le atrae la recién llegada desde el primer momento, pero la madre se opone inicialmente a acoger a la extraña en su casa. Poco a poco, sin embargo, la determinación de Abla va cediendo y la llegada de Samia les abre a las tres la posibilidad de una nueva vida.

Festivales: Seleccionada en Un Certain Regard – Festival de Cannes 2019, Seleccionada por Marruecos como Mejor película de habla no inglesa para los Oscars

-CEUX QUI TRAVAILLENT, de Antoine Russbach (Suiza, Francia, Alemania, Bélgica)
Una reflexión impactante sobre la sociedad actual con una interpretación magistral de Olivier Gourmet

Sinopsis: Frank dedica su vida al trabajo. No importa el lugar o las circunstancias, va sea de día o de noche, siempre está al teléfono, administrando buques de carga para grandes empresas. Pero como sucede a menudo en la actualidad, Frank es despedido abruptamente y mientras descubre que ha sido traicionado por un sistema al que entregó su vida, trata de salvar el último vínculo que aún le importa, el de su hija Mathilde.
Festivales y Premios: Festival de Locarno 2018. Premio a Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Actriz de reparto en los Premios del Cine Suizo

-NOTRE DAME, de Valérie Donzelli (Francia, Túnez, Bélgica, Francia)
Un cuento moderno lleno de fantasía homenaje a la Ciudad de la Luz y al cine de Jacques Démy

Sinopsis: Maud Crayon es nacida en los Vosgos, pero reside en París. Es arquitecta, madre de dos hijos y, en un enorme malentendido, acaba de ganar un proyecto del ayuntamiento de París para reestructurar la explanada de la catedral de Notre-Dame… Entre este nuevo trabajo, un amor de juventud que aparece de pronto y el padre de sus hijos a quien no consigue dejar del todo, Maud Crayon vive momentos caóticos. Un caos al cual se enfrentará para afirmarse y liberarse.
Festivales: Festival de Locarno 2019.

RETROSPECTIVA NATHALIE BAYE

La actriz francesa Nathalie Baye será la madrina de la 3ª edición del festival y a ella se le dedicará una retrospectiva de varios títulos, entre ellos:

-Una relación privada, de Frédéric Fonteyne, que se proyectará en la Filmoteca de Cataluña (Plaça de Salvador Seguí, 1). Por su papel en esta película recibió la Copa Volpi a la Mejor Actriz en la Mostra de Venecia en 1999. La sesión será presentada por Nathalie Baye y Sergi López, protagonistas de la película.

-Le petit Lieutenant, de Xavier Beauvois, ganadora de 4 premios César en 2006 (Mejor Película, Mejor Guión, Mejor Director, Mejor Actor). Se proyectará en el Instituto Francés (c/ Moià, 8) y será presentada por Nathalie Baye.

Nathalie Baye es una de las grandes actrices del cine francés.  Su carrera abarca más de 100 títulos en 47 años de profesión. Posee una carrera ecléctica donde se incluye cine de autor como cine más popular. Ha trabajado con autores como François Truffaut, Maurice Pialat, Claude Sautet, Jean-Luc Godard, Claude Chabrol, Steven Spielberg o Xavier Dolan.

En su palmarés figuran 4 premios César, el galardón más importante de la Academia del Cine Francés: Le Petit Lieutenant, 2005; La Balance- (El Membrillo), 1982; Une étrange affaire, 1981; Sauve qui peut (la vida)- (Salve quien pueda, la vida),1980. Ha sido candidata a este premio en seis ocasiones más.
Tiene también una Copa Volpi a la Mejor Actriz en el Festival de Venecia  (Una relación privada, 1999)  y una Concha de Plata a la Mejor Actriz en el Festival de San Sebastián (Mon fils à moi- Mi hijo), 2006).

La Filmoteca Vasca y el Festival de San Sebastián presentan la tercera edición del ciclo ‘Cine Y Ciencia’

El Festival de San Sebastián se ha sumado por primera vez a la organización del ciclo CINE Y CIENCIA, en su tercera edición.

Se proyectarán un total de 11 películas entre enero y marzo en Tabakalera (Donostia / San Sebastián) y en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Las sesiones contarán con una presentación y posterior coloquio, conducidos por prestigios@s científic@s.
La edición actual acogerá además cinco conferencias que tratarán diferentes aspectos científicos, sesiones dirigidas a centros escolares, una proyección acompañada por música en directo y un evento especial que tendrá lugar en San Juan de Luz.

La Filmoteca Vasca, el Donostia International Physics Center (DIPC) y este año por primera vez también el Festival de San Sebastián (SSIFF) han presentado hoy la tercera edición del ciclo CINE Y CIENCIA que tendrá lugar entre enero y marzo de 2020 en Tabakalera (Donostia / San Sebastián) y en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Los máximos responsables de las cinco instituciones han anunciado las novedades de la tercera edición de la iniciativa, que este año contará con la proyección de 11 películas de gran interés científico. Las sesiones irán acompañadas de una presentación y posterior coloquio conducidos por prestigios@s científic@s provenientes de instituciones como el Centro de Física de Materiales CSIC-UPV/EHU, el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Universidad de Salamanca), el Centro de Astrobiología CSIC-INTA, la Universidad del País Vasco, Laboratorium Bergara, la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), Ikerbasque, Euskalmet o el Donostia International Physics Center (DIPC). Asimismo, se celebrarán cinco conferencias que versarán sobre diferentes aspectos científicos, proyecciones dirigidas a centros escolares en ambas capitales vascas, una proyección acompañada por música en directo y un evento especial que tendrá lugar en San Juan de Luz.

La colaboración entre la Filmoteca Vasca y el Donostia International Physics Center (DIPC) para llevar a cabo el ciclo CINE Y CIENCIA comenzó en 2018. La excelente acogida del público favoreció la celebración de un segundo ciclo en 2019 y un tercero ahora en 2020. En la pasada edición del Festival de San Sebastián, las tres instituciones colaboraron para vincular de nuevo dos de las señas de identidad de la ciudad: su dedicación al cine y su alta especialización en ciencia. Esta iniciativa unió ambas disciplinas en sesiones dirigidas a una audiencia infantil en el Velódromo. Pero, sobre todo, se confirmó con ello la entrada del Festival de San Sebastián en este proyecto, ya a tres bandas, que cree firmemente en la compatibilidad de la transmisión de cultura cinematográfica junto a la cultura científica.

En la tercera edición de la muestra de cine se proyectarán un total de 11 películas. Con Ágora (Alejandro Amenábar, 2009) nos sumergiremos en los apasionantes debates entre religión y ciencia desde la Antigüedad a través de la destacada figura de Hipatia. ¿Por qué el clásico Gilda (Charles Vidor, 1946)? Hay 183,84 razones de peso (atómico). Gattaca (Andrew Niccol, 1997) nos llevará al campo de la manipulación genética.  Proxima (Alice Winocour, 2019) es una de las joyas que salió con más brillo de la Sección Oficial del último Festival de San Sebastián. Her (Spike Jonze, 2013) es inteligencia artificial y mucho más. Autómata (Gabe Ibáñez, 2014) es una distopía que profundiza en el mundo de la robótica. El árbol de la vida (2011) es de Terrence Malick y ganó el Festival de Cannes: en pantalla grande crece… Nuestros habituales repasos de clásicos de la ciencia ficción tienen este año en El hombre con rayos X en los ojos (Roger Corman, 1963) y La mujer en la luna (Fritz Lang, 1929) dos nuevos ejemplos magníficos. Con Despertares (Penny Marshall, 1990) nos acercamos a la neurología a través de los ojos de Oliver Sacks, mientras que con Ad Astra (2019) James Gray combina el viaje interior con la aventura espacial. Las sesiones tendrán lugar en el cine de Tabakalera en Donostia / San Sebastián y en el auditorio del Museo de Bellas Artes de Bilbao.

El ciclo comenzará el próximo viernes, 10 de enero, en Donostia / San Sebastián, y el sábado, 11 de enero, en Bilbao. El pistoletazo de salida lo dará Pedro Miguel Etxenike, catedrático de la UPV/EHU y presidente del DIPC, presentando Ágora. La película relata la búsqueda del conocimiento científico en la Antigüedad a través de la figura protagonista de Hipatia, la primera astrónoma y científica conocida. La proyección servirá, entre otras cosas, para plantear un diálogo no solo sobre la historia de la ciencia, o sobre la mujer en la ciencia, sino también sobre las siempre complejas relaciones entre ciencia y religión o ciencia y Dios.

Novedades

La edición de 2020 se presenta con varias novedades. Por un lado, cinco conferencias nos acercarán a los últimos avances de la comunidad científica, de la mano de Marcos Pellejero (DIPC), Nerea Zabala (Universidad del País Vasco; DIPC), Gabe Ibáñez (director de Autómata) y Concepción Alicia Monje (Universidad Carlos III de Madrid), Carlos Briones (Centro de Astrobiología CSIC-INTA) y José Ramón Alonso (Universidad de Salamanca. Instituto de Neurociencias de Castilla y León). Estas charlas tendrán lugar en la Sala Ruiz Balerdi de Tabakalera dentro del ciclo Zientziakutxa, en Donostia / San Sebastián, y en la Biblioteca Central de Bidebarrieta, en Bilbao. La iniciativa ha contado con la colaboración de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco y de la Biblioteca Central de Bidebarrieta en Bilbao, y de la Fundación Kutxa, entidad junto a la cual el DIPC organiza anualmente el ciclo de conferencias Zientziakutxa, en Donostia / San Sebastián.

Por otra parte, se proyectará la película El día de mañana (Roland Emmerich, 2004) en sesiones dirigidas a centros escolares que versarán en torno a la física del clima y que tendrán lugar tanto en la capital guipuzcoana como en la vizcaína. Así mismo, el ciclo acogerá una sesión especial en la que se proyectará La mujer en la luna (Fritz Lang, 1929) acompañada por música en directo de la mano del pianista Javier Pérez de Azpeitia. Y por último, la proyección de Gilda (Charles Vidor, 1946) se trasladará el 21 de enero a Cinéma Le Sélect de San Juan de Luz.

Las entradas para las sesiones de cine costaran 3,50 euros. En Bilbao, se podrán adquirir en la taquilla del museo o en la página web www.museobilbao.com, y costarán 2 euros para los Amigos del Museo y serán gratuitas para los menores de 25 años (se deben recoger en la taquilla del museo). En Donostia / San Sebastián, la entradas estarán a la venta en el Punto de Información de Tabakalera, en la taquilla del cine (30 minutos antes del comienzo de la proyección) y en internet (https://ticket.kutxabank.es/tabakalera), y tendrán un descuento del 10% con las tarjetas Tabakalera y Donostia Kultura. Habrá una sesión especial: la proyección de La mujer en la luna (Fritz Lang, 1929) que contará con música en directo costará 7 euros en ambas capitales (4 euros para los Amigos del Museo de Bellas Artes de Bilbao). La entrada para las conferencias será gratuita, hasta completar aforo.

PROGRAMA

CICLO DE CINE

  • BILBAO

[MUSEO DE BELLAS ARTES DE BILBAO>Auditorio]

11/01/2020 (19:00)
ÁGORA (Alejandro Amenábar, 2009)
* Presentación: Pedro Miguel Etxenike [Físico; Universidad del País Vasco (UPV/EHU); Donostia International Physics Center (DIPC)]

18/01/2020 (19:00)
GILDA (Charles Vidor, 1946)
* Presentación: Rosa Errazkin [Química; Laboratorium Bergara]

25/01/2020 (19:00)
GATTACA (Andrew Niccol, 1997)
* Presentación: Leire Escajedo [Jurista y bióloga; Universidad del País Vasco (UPV/EHU)]

01/02/2020 (19:00)
PROXIMA(Alice Winocour, 2019)
* Presentación: Silvia Bonoli [Física; Ikerbasque; Donostia International Physics Center (DIPC)]

08/02/2020 (19:00)
HER (Spike Jonze, 2013)
* Presentación: Gustavo Ariel Schwartz [Físico; Centro de Física de Materiales (CSIC-UPV/EHU); Donostia International Physics Center (DIPC)]

15/02/2020 (19:00)
AUTÓMATA (Gabe Ibáñez, 2014)
* Presentación: Concepción Alicia Monje [Ingeniera; Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)], Gabe Ibáñez [director de la película]

22/02/2020 (19:00)
THE TREE OF LIFE –El árbol de la vida– (Terrence Malick, 2011)
* Presentación: Carlos Briones [Químico; Centro de Astrobiología (CSIC-INTA)]

07/03/2020 (19:00)
EL HOMBRE CON RAYOS X EN LOS OJOS –X: The Man with the X-Ray Eyes–  (Roger Corman, 1963)
* Presentación: Javier Aizpurua [Físico; Centro de Física de Materiales (CSIC-UPV/EHU); Donostia International Physics Center (DIPC)]

14/03/2020 (19:00)
AD ASTRA (James Gray, 2019)
* Presentación: Fernando Cossío [Químico; Ikerbasque; Universidad del País Vasco (UPV/EHU)]

21/03/2020 (19:00)
DESPERTARES –Awakenings– (Penny Marshall, 1990)
* Presentación: José Ramón Alonso [Neurobiólogo; Universidad de Salamanca. Instituto de Neurociencias de Castilla y León]

28/03/2020 (19:00)
EMAKUMEA ILARGIAN / LA MUJER EN LA LUNA ­–Frau im Mond– (Fritz Lang, 1929)
* Música en directo: Javier Pérez de Azpeitia (piano).
* Presentación: Ane Sarasola [Física; Universidad del País Vasco (UPV/EHU); Donostia International Physics Center (DIPC)]

  • DONOSTIA / SAN SEBASTIÁN

[TABAKALERA>Cine]

10/01/2020 (19:00)
ÁGORA (Alejandro Amenábar, 2009)

* Presentación: Pedro Miguel Etxenike [Físico; Universidad del País Vasco (UPV/EHU); Donostia International Physics Center (DIPC)]

16/01/2020 (19:00)
GILDA (Charles Vidor, 1946)
* Presentación: Rosa Errazkin [Química; Laboratorium Bergara]

23/01/2020 (19:00)
GATTACA (Andrew Niccol, 1997)
* Presentación: Leire Escajedo [Jurista y bióloga; Universidad del País Vasco (UPV/EHU)]

30/01/2020 (19:00)
PROXIMA(Alice Winocour, 2019)
* Presentación: Silvia Bonoli [Física; Ikerbasque; Donostia International Physics Center (DIPC)]

06/02/2020 (19:00)
HER (Spike Jonze, 2013)
* Presentación: Gustavo Ariel Schwartz [Físico; Centro de Física de Materiales (CSIC-UPV/EHU); Donostia International Physics Center (DIPC)]

13/02/2020 (19:00)
AUTÓMATA (Gabe Ibáñez, 2014)
* Presentación: Concepción Alicia Monje [Ingeniera; Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)], Gabe Ibáñez [director de la película]

20/02/2020 (19:00)
THE TREE OF LIFE –El árbol de la vida– (Terrence Malick, 2011)
* Presentación: Carlos Briones [Químico; Centro de Astrobiología (CSIC-INTA)]

05/03/2020 (19:00)
EL HOMBRE CON RAYOS X EN LOS OJOS –X: The Man with the X-Ray Eyes–  (Roger Corman, 1963)
* Presentación: Javier Aizpurua [Físico; Centro de Física de Materiales (CSIC-UPV/EHU); Donostia International Physics Center (DIPC)]

14/03/2020 (19:00)
EMAKUMEA ILARGIAN / LA MUJER EN LA LUNA ­–Frau im Mond– (Fritz Lang, 1929)
* Música en directo: Javier Pérez de Azpeitia (piano).
* Presentación: Ane Sarasola [Física; Universidad del País Vasco (UPV/EHU); Donostia International Physics Center (DIPC)]

19/03/2020 (19:00)
DESPERTARES –Awakenings– (Penny Marshall, 1990)
* Presentación: José Ramón Alonso [Neurobiólogo; Universidad de Salamanca. Instituto de Neurociencias de Castilla y León]

26/03/2020 (19:00)
AD ASTRA (James Gray, 2019)
* Presentación: Fernando Cossío [Químico; Ikerbasque; Universidad del País Vasco (UPV/EHU)]

SAN JUAN DE LUZ
[Cinéma Le Sélect]
21/01/2020 (20:00)
GILDA (Charles Vidor, 1946)
* Presentación: Joxean Fernández [director de la Filmoteca Vasca], Ricardo Díez Muiño [director del Donostia International Physcis Center (DIPC)]
CONFERENCIAS

  • BILBAO

[Biblioteca Central de Bidebarrieta]
29/01/2020 (19:00)
MARCOS PELLEJERO
Donostia International Physics Center (DIPC)
Energía… ¿oscura?

26/02/2020 (19:00)
NEREA ZABALA
Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
Donostia International Physics Center (DIPC)
Herramientas de luz: de la ciencia ficción a las películas moleculares

  • DONOSTIA / SAN SEBASTIÁN

[ZIENTZIAKUTXA; TABAKALERA>Sala Ruiz Balerdi]

14/02/2020 (19:00)
GABE IBÁÑEZ
Director de Autómata
CONCEPCIÓN ALICIA MONJE
Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)
Robótica: retos futuros

21/02/2020 (19:00)
CARLOS BRIONES
Centro de Astrobiología (CSIC-INTA)
El origen de la vida: las raíces del árbol

20/03/2020 (19:00)
JOSÉ RAMÓN ALONSO
Universidad de Salamanca. Instituto de Neurociencias de Castilla y León.
Despierta, cerebro, despierta
SESIONES DIRIGIDAS A CENTROS ESCOLARES

  • BILBAO

[MUSEO DE BELLAS ARTES DE BILBAO>Auditorio]
11y18/03/2020
EL DÍA DE MAÑANA –The Day After Tomorrow– (Roland Emmerich, 2004)
* Presentación: ONINTZE SALAZAR [Euskalmet]

  • DONOSTIA / SAN SEBASTIÁN

[TABAKALERA>Cine]
11y18/02/2020
EL DÍA DE MAÑANA –The Day After Tomorrow– (Roland Emmerich, 2004)
* Presentación: ONINTZE SALAZAR [Euskalmet]

Primeras confirmaciones del Americana 2020

Del 3 al 8 de marzo vuelve el Americana Film Fest a Barcelona, el único festival del país especializado en Cine Independiente Norteamericano. Como viene siendo tradición por estas fechas, Americana lanza su oferta navideña por un tiempo limitado. Se podrá comprar un abono de 6 películas a un precio excepcional de 30 euros hasta agotar existencias. Este abono permitirá el acceso a seis sesiones del festival y es compartible, es decir, se puede cambiar más de una entrada por sesión.

Compra tu abono de 6 entradas por 30 euros aquí

Como viene siendo habitual aquí tenéis las dos primeras confirmaciones de la séptima edición:

Honey Boy

Americana ya proyectó la anterior película de Alma Har’el, el documental LoveTrue. En esta edición podremos asistir a la première española de su primera ficción, la multipremiada Honey Boy. La película está escrita e interpretada por Shia LaBeouf y basada en su propia infancia. Una de las sensaciones del pasado festival de Sundance que se llevó el Premio Especial del Jurado y que actualmente está nominada a cuatro categorías en los Independent Spirit Awards (Dirección, dos actores de reparto y fotografía).

Otis es un niño de 12 años que descubre desde muy joven la fama de Hollywood. Su padre es un antiguo payaso de rodeo con diversos problemas, ahora sin trabajo, que decide convertirse en su guardián. Cuando Otis no está divirtiendo a un selecto público pasa el rato con él en hoteles de poca monta situados en las afueras de las ciudades a las que acude a grabar. La convivencia entre ambos es muy compleja: Otis se ve obligado a sufrir sus abusos mientras ambos intentar dar sentido a una relación que se reproduce en el tiempo a lo largo de más de una década.

Reparto: Noah Jupe, Shia LaBeouf, Lucas Hedges, Maika Monroe, Natasha Lyonne, Martin Starr, Clifton Collins Jr., Laura San Giacomo, Dorian Brown, Sandra Rosko, FKA Twigs, Ludwig Manukian, Al Burke, Graham Clarke y Byron Bowers.

 

Matthias & Maxime

Este año Americana se ha propuesto explorar todas las cinematografías norteamericanas y bajo esa premisa, y tras su paso por los festivales de Cannes y Gijón, estrenará en Barcelona la nueva película de l’enfant terrible canadiense Xavier Dolan: Matthias & Maxime.

Dos amigos de la infancia se besan como parte de la filmación de un cortometraje para la universidad. Tras el beso, ambos comienzan a preguntarse cuáles son sus auténticas preferencias sexuales, lo que pone en peligro la estabilidad de sus vínculos sociales.

Reparto: Xavier Dolan, Anne Dorval, Pier-Luc Funk, Catherine Brunet, Gabriel D’Almeida Freitas, Antoine Pilon, Marilyn Castonguay, Adib Alkhalidey, Micheline Bernard y Samuel Gauthier.

Crónica Festival de Sitges 2019. Día 10

El Camino: A Breaking Bad Movie

Tiempo después de los eventos sucedidos tras el último episodio de la serie «Breaking Bad», el fugitivo Jesse Pinkman (Aaron Paul) huye de sus perseguidores, de la ley y de su pasado.

Netflix como claro paradigma omnipresente de esta edición en la última jornada del festival volvió a estar presente con El Camino: A Breaking Bad Movie de Vince Gilligan, una proyección que certifica como el gigante del streaming fue un agarradero de ultima hora por parte del certamen en referencia a suplir ese hueco dejado por las Majors en la medida de encontrar un equilibrio de contenidos cada vez más difícil de conceptuar, poco importo que el film estuviera desde el día anterior a disposición en la plataforma televisiva, el objetivo no dejaba de ser el de engalonar un entorno que diera algo de vida mediática al certamen más allá de las pantallas de cine, la presencia del actor Aaron Paul y la imaginativa publicidad del film que rodeaba el Auditorio se encargaron en parte de dicho cometido.

Centrándonos en El Camino: A Breaking Bad Movie decir en un primer lugar que este vuelve a estar expuesta a modo de un apéndice que el creador de una obra determinada creyó que no había estado lo suficientemente desarrollada, o más bien en el tema que nos ocupa finiquitada, a tal respecto pese a estar ante el mismo creador existe una gran diferencia en el desarrollo narrativo con respecto a esa otra ramificación surgida de Breaking Bad que es Better call Saul, si en aquella ocasión también se partía de un patrón que seguía los cánones de la secuela esta en realidad transitaba a modo de precuela en referencia a la construcción de un personaje que ya sabemos de antemano en que se va a convertir, la valía de la serie pues y amparándose en la buena mano de Vince Gilligan consistía básicamente en un trayecto en el que se recrea como viene siendo habitual y no una finalidad ya conocida. El Camino: A Breaking Bad Movie difiere de este estatus narrativo al privarnos de la elipsis y funcionar como una continuación pura y esquemática a modo de epilogo de la obra original en donde se es extremadamente fiel a sus líneas estéticas y narrativas, a tal respecto no hay tiempo ni espacio a la hora de abrir nuevas vías y personajes en la trama, aquí lo que prima es cerrar el capítulo y no extenderlo. En este aplicado día después no se cuenta una historia entendida como tal sino que en realidad está concebida a modo de final, en sus líneas narrativas detectamos un tono que al final nos dirige a la nostalgia en referencia básicamente a la proliferación de flashbacks, su cuadratura pues no deja de ser dual, una mirada hacia delante que se sustenta a través de otra mirada en este caso hacia atrás, los postulados en este caso son tan simples como efectivos, el cerrar heridas a la hora de afrontar un nuevo presente. El regusto final termina siendo tan complaciente como algo amargo al intuir que estamos ante un producto correcto que transita con seguridad por unas coordenadas que funcionan con la precisión de una maquinaria de relojería y en donde la identidad preterida sigue intacta al saber captar la esencia del material original pero que al mismo tiempo se abstrae en el cometido de ser más ambicioso otorgándole al film una funcionalidad correcta a modo de epilogo de una serie pero insuficiente en lo que respecta a su valía como largometraje independiente que intenta ir más allá de un universo ya fabricado con anterioridad.

Valoración 0/5: 2’5

Sadako

Mayu es la encargada de cuidar a una chica que sufre de amnesia. La paciente está bajo custodia policial y es de especial interés para las autoridades. Sin embargo, sus allegados desconocen el porqué de esta situación, e incluso la propia sospechosa ignora los motivos por los que está siendo vigilada 24h. Mientras Mayu se desvive por realizar su trabajo, su hermano, un aspirante a convertirse en un personaje famoso en redes sociales, comienza a darse cuenta de que ha dado con un filón que tratará de aprovechar a toda costa.

Si existe un tipo de películas y autores en donde convendría contextualizar su trasfondo de forma algo detenida antes ser despacharlas alegremente en base a sus, por otra parte evidentes carencias, esta sería sin lugar a dudas esta nueva entrega de Sadako orquestada por Hideo Nakata. Un servidor recuerda la visita del director japonés a Sitges en el año 1999 para presentar el díptico The Ring 1 y 2, pese a venir con un año de retraso el impacto de la primera parte fue fulminante dando vía libre a ese nuevo concepto que estaba por aparecer y que se encontraba en sus inicios y que algunos llamaron como el J-Horror. En las entrevistas concedidas por Hideo Nakata por aquel entonces este insistía sin embargo en la necesidad de reivindicar un cine anterior proveniente de su país que no dejaban de ser la auténtica estructura en donde se sustentaban estas nuevas propuestas que estaban a punto de ver la luz, el  kaidan eiga, películas fantasmales por excelencia que eclosionaron de los años 60 hasta finales de los 70 y en donde podemos encontrar nombres tan representativos como Yoshihiro Ishikawa, Nobuo Nakagawa o Satoru Kobayashi a la hora de ofrecernos auténticas joyas dentro del subgénero, muchas de ellas aún desconocidas entre el público occidental.

La comparativa viene dada en la medida de una cierta semejanza existente en Hideo Nakata con los realizadores arriba citados, salvando las evidentes distancias la sensación deviene en este caso en la aplicación de un tono que se percibe como artesanal, no tanto en lo concerniente a indagar en unas constantes autorales y si a la hora de realizar un tipo de cine que da la impresión de abstraerse de cualquier tipo de modas. Hideo Nakata más que fiel a unos determinados géneros cinematográficos lo ha sido a una manera de poder concebirlos, si repasamos brevemente su trayectoria dentro del fantástico veremos cómo tras la celebrada The Ring consigue realizar la que es con toda seguridad su mejor película realizada hasta la fecha, Dark Water, después de su experiencia estadounidense en donde vuelve a incidir en el imaginario de Sadako realiza la notable y poco reivindicada cinta titulada Kaidan, una muy aplicada reformulación de los conceptos del kaidan eiga. Es a partir de ese momento es en donde Hideo Nakata de alguna manera se deja llevar por trabajos que muchos pueden confundir como alimenticios pero que en realidad no dejan de ser una manifestación de tropos genéricos muy característicos que a riesgo de no lograr una aceptación en los nuevos públicos si consiguen ser al menos coherentes en referencia a un tipo de cine que da la impresión de no entender de etiquetas, trabajos como The Complex, Ghost Theater o esta peculiar reinicio de la famosa saga que intenta expandir este universo más allá de una cinta de video que es Sadako dan la sensación de ser productos letárgicos e incluso apáticos para con el espectador en referencia a unas narrativas que se niegan sistemáticamente a innovar, películas que parecen haberse quedado ancladas en lo analógico no a modo de reivindicación nostálgica y si más en lo relativo querer obviar conscientemente lo digital o la modernidad mal entendida en la que se apoya. Sadako no es ni mucho menos una gran película pero a menos atesora esa extraña virtud de ser algo atemporal en lo concerniente a una reinvención que no quiere abrazar a unas actuales conceptualidades liquidas que poco hubiera favorecido a un producto y un material ya de por sí bastante explotado.

Valoración 0/5: 2

 

The Wild Goose Lake

Zhou Zenong es un gánster que acaba de salir de la cárcel y se convierte en fugitivo esa misma noche, después de que una reunión de bandas acabe mal y provoque la muerte de un policía. Tratando de esconderse mientras se recupera de sus heridas, Zhou se encuentra con Liu Aiai, una prostituta que puede haber sido enviada para ayudarle, o bien para entregarlo al capitán de la policía a cambio de una cuantiosa suma. Perseguido por las bandas y por un dispositivo policial que parece abarcar toda la ciudad de Wuhan, Zhou deberá enfrentarse a los límites de lo que está dispuesto a sacrificar tanto por esa extraña como por la familia que dejó atrás.

El realizador de origen chino Diao Yinan con tan solo cuatro trabajos detrás de las cámaras en su haber se ha convertido en todo un referente de ese actual panorama genérico que transita por el llamado noir chino, su anterior y notable Black Coal, con la que consiguió ganar el Oso de Oro en Berlín hace cinco años, no dejaba de ser una brillante y sofisticada vuelta de tuerca de dicho genero sin perder de vista una indagación en el contexto social, su nuevo trabajo proveniente de Cannes y de la sección Perlas del Festival de San Sebastián titulado The Wild Goose Lake sigue transitando por una misma senda temática que al igual que en su anterior film tiene como principal activo el atesorar un asombroso virtuosismo visual.

The Wild Goose Lake es indiscutiblemente una de las películas del año provenientes de la nueva cinematografía china, Diao Yinan en esta ocasión vuelve a incurrir en esa infografía visual que parece estar en una catarsis permanente en relación a apostar por un propio virtuosismo que parece situarse constantemente en ese peligroso territorio que delimita de forma muy difusa la brillantez estética con una cierta artificialidad que en parte puede diluir el trazo dramático del relato. Diao Yinan sin embargo sale bastante airoso del envite, The Wild Goose Lake resulta ciertamente fascinante en la medida de estar ante una obra bien orquestada, de una naturaleza claramente hiperactiva que no conceder ningún tipo de tregua para con el espectador al quedar expuesta a través de una revisión de los arquetipos del noir en donde el lenguaje visual se sitúa en todo momento por delante de los diálogos, en cierta manera su premisa argumental, un par de personajes que por uno u otro motivo han de escapar de controles policiales y criminales, no deja de ser una excusa, la argumentación de los continuos itinerarios de fugas, persecuciones, traiciones y conceptos propios del cine negro no parecen una prioridad para un Diao Yinan que parece encontrarse mucho más cómodo a la hora de retratar o más bien contemplar unos escenarios de índole laberintico, nocturnos, lluviosos y bellamente iluminado a través de los neones, un conclave estético que parece de alguna manera asalvajado y que no dejan de ser una durísima radiografía o si se prefiere alegoría de una actual China en donde las brechas sociales existentes entre sus habitantes son cada vez mayores, a través de todo ello subsisten en ese escenario, de fantasmal ambiente turístico y connotaciones casi utópicas, unos habitantes en continuo movimiento cuya compulsividad y aparatosidad parecen remitirnos a cierto cine perpetrado en su día por Sam Fuller, de alguna manera son seres que viven cercenados en reductos que dan la sensación de ser limítrofes con el resto de la población, será en la nocturnidad de la acción en donde percibamos una suerte de sueño a modo de triste elegía en relación a una urbe desproporcionada a todos los niveles que se manifiesta como un animal salvaje en una historia en donde a fin de cuentas se nos cuenta una redención cuya consecuencia final volverá a poner en equilibrio las cosas. Un film planificado y ejecutado de forma excelsa, la fotografía  a cargo de Dong Jinsong otorga a The Wild Goose Lake la inequívoca condición de ser un producto gran calado fílmico en donde podemos atisbar detrás de las cámaras un talento muy a tener en cuenta en los próximos años.

Valoración 0/5: 4

 

Cosmic Candy

Anna es una cajera de supermercado excéntrica y neurótica que vive sola en Atenas, en el espacioso piso de sus padres. Un día, se ve forzada a acoger a la hija de un vecino, después de que este desaparezca súbitamente. En paralelo, Anna debe lidiar con la posibilidad de que la echen del trabajo y con un romance potencial para el que no parece preparada. Todo esto, mientras consume compulsivamente chucherías Cosmic Candy.

Como cierre de la sección Noves Visions la producción griega Cosmic Candy, opera prima de la realizadora Rinio Dragasaki nos ofreció ese tipo de relatos que parten de la premisa de ser, o intentan serlo, inclasificables a un nivel genérico e incluso narrativo, el problema en este caso vendrá en la medida de ver como Cosmic Candy llega tarde a una ecuación o postulado que en los años noventa daba resultado pero que hoy en día requieren de algo más en su armazón para poder llegar a sorprender al respetable.

Si hay un referente bastante claro al que mira sin ningún tipo de disimulo Cosmic Candy ese es sin lugar a dudas Le fabuleux destin d’Amélie Poulain de Jean-Pierre Jeunet, al igual que el film francés Cosmic Candy no se adhiere ningún género cinematográfico especifico, bajo un tono de claras consonancias kitsch la historia deambula por varias ensoñaciones coloristas a través de la comedia naif y extravagante, el musical, la trama romántica y el drama. A grandes rasgos la película de Rinio Dragasaki no deja de ser una elegía acerca del abandono infantil y las figuras paternas ausentes, también del trauma que todo ello acarrea y que de alguna manera nos impide dar el paso adelante en nuestras vidas adultas, también se indaga especialmente en la abstracción mental ocasionada por este déficit que da lugar a fugas oníricas con todo lo que ello puede conllevar, evidentemente la ornamentación impuesta al film pretende darle un status al producto que le otorgue un tono inclasificable o diferencial con respecto a sucedáneos, consiguiéndolo solo de una forma muy superficial. Las imágenes coloristas nos dan a entender una suerte de autenticidad trabajada en sus imágenes pero no tanto en el fondo o en la finalidad pues esta transita por recovecos que devienen ya como muy manidos, el envoltorio en esta ocasión no logra disimular las carencias de un producto que da la sensación de haber visto la luz con cerca de veinte años de retraso.

Valoración 0/5: 1’5

 

Palmares

Secció Oficial Fantàstic a competició

Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Length Film
El hoyo, de Galder Gaztelu-Urrutia

Millor direcció / Mejor dirección / Best Direction (sponsored by XAL)
Kleber Mendonça Filho & Juliano Dornelles (Bacurau)

Millor interpretació masculina / Mejor interpretación masculina / Best Actor (sponsored by Jeep Turiauto)
Miles Robbins (Daniel Isn’t Real)

Millor interpretació femenina / Mejor interpretación femenina / Best Actress (sponsored by Mistinguett Sparkling)
Imogen Poots (Vivarium)

Millor guió / Mejor guion / Best Screenplay (sponsored by Caixabank & La Caixa)
Mirrah Foulkes (Judy & Punch)

Millors efectes especials / Mejores efectos especiales / Best Special Effects (sponsored by Deluxe)
Iñaki Madariaga (El hoyo)

Millor fotografia / Mejor fotografía / Best Photography (sponsored by Moritz)
Manu Dacosse (Adoration)

Millor música / Mejor música / Best Music
Dan Levy (J’ai perdu mon corps)

Premi especial del jurat / Premio especial del jurado / Special Jury Prize
Adoration, de Fabrice du Welz

Gran Premi del públic a la millor pel·lícula / Gran Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture (sponsored by La Vanguardia)
El hoyo, de Galder Gaztelu-Urrutia

Millor curtmetratge de gènere fantàstic / Mejor cortometraje de género Fantástico / Best Fantastic Genre Short Film (sponsored by Fotogramas)
Polter, de Álvaro Vicario

Menció als nens d’Adoration / Mención a los niños de Adoration /Mention to the kids of Adoration
Thomas Gioria & Fantine Harduin

Menció a la pel·lícula Achoura / Mención a la película Achoura / Mention to the Film Achoura
Achoura,
de Talal Selhami

 

Noves Visions

Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Film
Dogs Don’t Wear Pants, de J-P Valkeapäa

Millor direcció / Mejor dirección / Best Direction
Mattie Do (The Long Walk)

Millor curt Noves Visions Petit format / Mejor corto Noves Visions Petit Format / Best Noves Visions Petit Format Short                     
Lucienne mange une auto, de Geordy Couturiau

Menció 1 / Mención 1 / Mention 1
Nina Wu, de Midi Z

Menció 2 / Mención 2 / Mention 2
Jesus Shows You the Way to the Highway, de Miguel Llansó

Menció 3 / Mención 3 / Mention 3
Hail Satan?, de Penny Lane

 

Panorama Fantàstic

Premi del públic a la millor pel·lícula / Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture   
Extra Ordinary, de Aike Ahern y Enda Loughman

 

Midnight X-treme

Premi del públic a la millor pel·lícula / Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture   
The Devil Fish, de David Chuang

 

Focus Àsia

Premi del públic a la millor pel·lícula / Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture    
The Gangster, the Cop, the Devil, de Lee Won-Tae

 

Sitges Documenta

Premi del públic a la millor pel·lícula / Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture     
La venganza de jairo, de Simón Hernández

 

Méliès Awards

Méliès d’Argent a la millor pel·lícula / Méliès d’Argent a la mejor película / Méliès d’Argent to a Feature Film   
Adoration, de Fabrice du Welz

Méliès d’Argent al millor curt / Méliès d’Argent al mejor corto / Méliès d’Argent to a Short Film        
Children of Satan, de Thea Hvistendahl

 

Blood Window

Premi Blood Window / Premio Blood Window / Blood Window Best Film
Breve historia del planeta verde, de Santiago Loza

 

Òrbita

Millor pel·lícula Òrbita / Mejor película Òrbita  / Best Òrbita Film
Huachicolero, de Edgar Nito

 

Jurat de la crítica

Premi de la crítica José Luis Guarner / Premio de la Crítica José Luis Guarner / José Luis Guarner Critic’s Award   
Bacurau, de Kleber Mendonça Filho & Juliano Dornelles

Premi Citizen Kane al director revelació / Premio Citizen Kane al director revelación / Citizen Kane Award for Best New Director  
Galder Gaztelu-Urrutia (El hoyo)

 

Carnet JOVE

Premi Jurat Carnet Jove al millor llargmetratge de gènere fantàstic  /  Premio Jurado Carnet Jove al mejor largometraje de género fantástico / Carnet Jove Award for Best Fantasy Genre Feature Film                  
Bacurau, de Kleber Mendonça Filho & Juliano Dornelles

Premi al millor llargmetratge d’animació / Premio al mejor largometraje de animación / Award for Best Animated Feature Film             
Ride Your Wave, de Masaaki Yuasa

Premi al millor curtmetratge d’animació / Premio al mejor cortometraje de animación / Award for Best Animated Short  Film   
The Lonely Orbit, de Frederic Siegel & Benjamin Morard

 

Brigadoon

Premi Brigadoon Paul Naschy /  Premio Brigadoon Paul Naschy / Paul Naschy Brigadoon Award     
Marc Martínez Jordán (Tu último día en la Tierra)

 

Sitges Cocoon

Premi a la millor pel·lícula Sitges Cocoon / Premio a la mejor película Sitges Cocoon / Best Sitges Cocoon Film          
Gloomy Eyes, de Jorge Tereso & Fernando Maldonado

 

Crónica Festival de Sitges 2019. Día 9

Color Out of Space

Un meteorito se estrella cerca de la granja de los Gardner, liberando un organismo extraterrestre que convierte la tranquila vida rural de la familia en una pesadilla colorista y alucinógena.

Hubo una doble vertiente en relación a la expectación levantada por parte del fandom del fantástico a la hora de calibrar lo que podía salir y dar de sí una película de las características de Color Out of Space, por un lado el poder comprobar en qué situación autoral actual se encontraba su director, un Richard Stanley que tras dos interesantes incursiones en el género a principios de los años noventa, como fueron Hardware y la notable Dust Devil, decidió embarcarse en empresas de una mayor envergadura con el rodaje de una ambiciosa nueva versión del The Island of Dr. Moreau, un proyecto que acabo siendo un auténtico caos encontrándose despedido apenas tres días después de iniciado el rodaje, unas crónicas de continuas desdichas que dejan muy tocado anímicamente a Stanley y que son recogidas fielmente en el documental Lost Soul: The Doomed Journey of Richard Stanley’s Island of Dr. Moreau de David Gregory, trabajo este por cierto que podría formar un perfecto programa doble con aquella otra crónica de inacabables infortunios que era el Lost in La Mancha de Keith Fulton y Louis Pepe, desde entonces han trascurrido cerca de veinticinco años sin noticias relevantes de un realizador que ya dábamos por perdido, por otra parte también había una lógica e inusitada expectación por estar ante todo un caramelo genérico tan apetecible a priori como es adaptar a la gran pantalla uno de los relato más conocidos de H.P. Lovecraft.

Posiblemente una de las mejores virtudes que podemos llegar a encontrar en esta nueva versión de Color Out of Space es en referencia a estar ante un producto de unas claras connotaciones atemporales, estamos ante un trabajo que no parece tener mucha prisa en a través de un drama familiar encontrar el horror, eso sí cuando lo ejecuta va sin frenos, un film de un evidente ritmo pausado adecuado a un in crescendo narrativo del cual y contra todo pronóstico Richard Stanley sale bien parado en la medida de presentarnos una cinta que sabe conjuntar con cierto aplomo conceptos tales como el inherente terror cósmico del relato original aderezado aquí con un tono que nos remite al bodyhorror de los años ochenta teniendo la virtud de saber encontrar acomodo en una factura técnica situada entre lo artesanal y lo digital, la mirada en esta ocasión por fortuna no deviene como impostada o gratuita en lo relativo a su función de índole nostálgico, también y a diferencia de aquella simpática pero intranscendente serie B que era The Curse de David Keith el relato pese a una cierta actualización es bastante fiel al original, a tal respecto no es fácil mantener un equilibrio en este tipo de material y que este se perciba como consecuente y más contando con ese género en sí mismo tan difícil de controlar que es Nicolas Cage al frente del reparto. Pese a una cierta irregularidad Color Out of Space a modo de viaje de connotaciones psicotrópicas y narrativas algo atípicas cumple objetivos en la labor de ser un trabajo más artesanal que autoral, otra cuestión seria el elevarla por encimas de sus propias posibilidades, a fin de cuentas el film no deja de ser un aplicado ejercicio de estilo provisto de una imaginaría fantástica bien ejecutada en referencia a sus hallazgos formales, sin embargo y por desgracia en la película no encontraremos ni mucho menos las interesantes indagaciones autorales que si se percibían en los dos primeros trabajos de su director, el mérito de Color Out of Space consistirá en esta ocasión en lo relativo a sortear histrionismos y convencionalismos a partes iguales en una cinta que parecía predestinada a un fracaso que finalmente no lo ha sido.

Valoración 0/5: 3

 

The Vigil

Tras aceptar convertirse en shomer nocturno (una práctica judía en la que una persona vigila el cadáver de un miembro de la comunidad recientemente fallecido), un joven que acaba de perder su fe descubre que la casa donde ejerce de vigía esconde un terrorífico secreto.

Siguiendo con la tónica de estos últimos años la clausura de esta edición de Sitges no estuvo a la altura de lo que años atrás en relación a la calidad suponía el film destinado al cierre del festival, esta tesitura podría extenderse perfectamente a la gran mayoría de certámenes cinematográficos de hoy en día que dan la sensación de haber dejado en un segundo término la calidad en la selección de películas que den por concluido el festival, sea como fuere la opera prima de Keith Thomas The Vigil no elevo el nivel con respecto a pasadas ediciones, posiblemente su presencia se debió en gran parte a ser una producción de fabricación muy reciente, un producto que de alguna manera vino virgen con una premiere mundial en la Midnight Madness de Toronto pocas semanas antes de que Sitges acogiera su estreno Europeo, una situación que ponía nuevamente de relieve la imperiosa necesidad, y coyuntura al mismo tiempo, de los certámenes de cine de intentar ofrecer casi siempre la novedad por encima de la calidad ubicada dentro de ese ecosistema cada vez más complicado y variable que es el de la distribución cinematográfica.

The Vigil parte de una premisa argumental ciertamente interesante al ubicar el relato en un territorio en principio no afín o transitado con poca frecuencia en el género como es la indagación fantástica de la comunidad judía ortodoxa a través de un terror expuesta en esta ocasión en relación a la figura del shomer, el encargo de velar el cuerpo de un fallecido durante la vigilia, sin embargo y al igual que otra película que partía de unos postulados parecidos como era aquella decepcionante The Possession de Ole Bornedal con producción de Sam Raimi la cosa se queda estancada en su simple anunciado o como mucho en un aplicado trabajo técnico en base al aprovechamiento escénico de un espacio reducido, por lo demás su desarrollo deviene como manido en una película que posiblemente requería de algo más de sutileza, de intuir en vez de mostrar sin tener que recurrir a tropos propios del genero contemporáneo como el consabido golpe de efecto sonoro aquí repetido hasta la extenuación en una historia que daba la impresión de querer transitar sin conseguirlo por el terror a través del drama o su consecuencia a modo de ente traumático proveniente del pasado. Seguramente  The Vigil no sea una mala película entendida como tal pero resulta intrascendente, si en vez de ser clausura y formara parte sin más de cualquiera de las múltiples secciones que Sitges atesora hubiera pasado posiblemente más desapercibida aun si cabe, a tal respecto y como bien indica Álvaro Peña en su crónica en Cinedivergente para una indagación mucho más acertada en derivas del folklore judío de raíz fantástica es conveniente recurrir a productos de índole más autóctonos como por ejemplo la notable Demon del malogrado Marcin Wrona también presente en Sitges hace algunos años.

Valoración 0/5: 2

 

5 è il numero perfetto

En la Nápoles de los años 70, Peppino Lo Cicero es un ex-sicario de la camorra se ve obligado a salir de su retiro tras el asesinato de su hijo Nino. Si quiere salvar la vida de los suyos, deberá ser más astuto y despiadado que sus enemigos.

Si The Vigil fue la elegida como clausura oficial del certamen la cinta italiana 5 è il numero perfetto fue la encargada de cerrar la sección Òrbita, debut en la dirección del polifacético Igor Tuveri que aquí adapta su propia, y una de las más conocidas, novela gráfica del mismo título publicada en el año 2002, un lujoso film de vendettas napolitanas al servicio del cada vez más reconocido Toni Servillo, aquí bajo los rasgos de un veterano sicario de la Camorra retirado que tiene que volver a la circulación criminal por fuerza mayor.

5 è il numero perfetto fue una película de connotaciones algo inusuales dentro de ese gran ecosistema genérico que suele ser Sitges, evidentemente en el certamen hay un lugar privilegiado para el cine negro o policiaco, a tal respecto existe sin embargo un notorio abuso en programar producciones asiáticas que transitan por dicho concepto genérico. El debut en el cine de Igor Tuveri da la sensación de ser un producto que va, o al menos lo intenta, más allá de unas coordenadas preconcebidas a la hora de adaptar un comic al uso, el film alejado de convencionalismos no deja de ser una apuesta que ser percibe como arriesgada en la medida de una nada disimulada apuesta por la estética, evidentemente las primeras referencias, de tono que no de fondo, la encontraremos en aquella singular Dick Tracy de Warren Beatty, el trazo crepuscular de 5 è il numero perfetto sin embargo difiere algo a la hora de presentarnos una historia en donde prima lo emocional y los tintes nostálgicos y melancólicos por encima de variables exuberancias caricaturescas que si atesoraba por ejemplo el film de Beatty. Sin embargo en tal sentido existe una evidente descompensación en lo relacionado con la técnica y la narrativa del film, en el primer apartado el esfuerzo es significativo, también sus resultados, a la hora de recrear un Nápoles cuyo decadente barroquismo la trasforman casi en una ciudad fantasmal, la fotografía a cargo de Nicolaj Brüel, responsable de la notable Dogman, logra crear una factura que por momentos resulta portentosa en la medida de mostrar una paleta de colores primarios, blanco, negro y azul, que estiliza de tal manera la imagen que por momentos parece un anexo visual casi perfecto a la novela gráfica originaria, también la música de D-Ross Startuffo ayuda con cierta solvencia a la evocación de este peculiar noir, sin embargo el gran déficit de una película de las características de 5 è il numero perfetto vendrá en la medida de estar ante una historia o argumentación que no está ni mucho menos a la misma altura que sus enérgicas imágenes, a tal respecto el relato como tal se adhiere a manierismos tan esquemáticos como muy detectables en películas que transitan por el mismo género, esta tesitura no deja de poner en manifiesto una vez más la dificultad que a veces supone la traslación de un comic a un medio como es el cine que requiere de unas mayores amplitudes narrativas que el medio originario posiblemente no precisaba.

Valoración 0/5: 2’5

 

Samurai Marathon

Samurai Marathon 1855 nos sitúa durante el Bakumatsu, los últimos años del período Edo una vez que el reinado del shogunato Tokugawa parece llegar a su fin. Para preparar a sus guerreros ante posibles ataques de invasores extranjeros, el hanshu organiza un maratón. La maratón se corre a lo largo de un sendero de montaña durante unos 58 kilómetros. Mientras tanto, el gobierno central de Edo a través de un malentendido ve erróneamente  la maratón como un acto de traición. Unos asesinos son enviados al castillo de los hanshu para repelerla. Jinnai Karasawa parece ser un samurai normal pero en realidad es un espía del gobierno central dándose cuenta de que los asesinos están sintiendo enviados al castillo de hanshu. Para detener a los asesinos y aclarar el malentendido, Jinnai Karasawa deberá corre desesperadamente.

Otro de esos autores que hoy resulta ciertamente difícil de encuadrar a través de un patrón determinado es el guionista y realizador británico Bernard Rose, los aficionados al fantástico lo ubicaran rápidamente por ser el responsable de Candyman, Paperhouse su notable debut tras las cámaras también tránsito por un género que en estos últimos tiempos ha revisitado en formato low cost con propuestas tan dispares en contenido y resultados como por ejemplo sxtape o Frankenstein. Sin embargo Bernard Rose es un autor todo terreno en el buen sentido de la palabra que ha tenido tiempo de sobras a la hora de adentrarse incluso en un territorio eminentemente académico con películas como Immortal Beloved o Anna Karenina, es por esta evidente inquietud autoral y también laboral que en parte no sorprenda que este al mando de una producción tan variopinta en coordenadas y conceptos como es Samurai Marathon.

Esta adaptación de la novela de Akihiro Dobashi parte de la singularidad de ser un producto con parte de capital y autoría occidental en relación a una historia provista de evidentes trazos localistas inspirados en hechos verídicos, de alguna manera estamos ante un intento de estandarizar el concepto genérico del chambara expuesto aquí a través de esa clase de películas que terminan siendo correctas en la medida de intentar contentar de la mayor manera posible a los distintos ámbitos conceptuales por los que transita, esto otorga a Samurai Marathon una condición de producto que en parte da cierta sensación de prefabricación quedando situada a medio camino entre la épica de connotaciones academicistas y el prototípico relato de aventuras de tono liviano. Afortunadamente esta ligereza apuntada en último lugar no llega a desvirtuar del todo un concepto clásico que parece contornear narrativamente a través de un estilo de claro índole contemporáneo. Samurai Marathon, que también se ve beneficiada de esa globalidad conceptuada en su estructura a través de una competente banda sonora a cargo del veterano Philip Glass, cumple pues con unos patrones determinados en donde los giros narrativos del relato en cuestión resultan ser tan predecibles como funcionales en la labor de filmar con cierto aplomo unos cuerpos que están en constante movimiento pero que por otra parte terminan dando una ligera sensación de no estar plenamente cohesionados al relato en referencia a la temática preconcebida que parecen abordan sus hibridas imágenes.

Valoración 0/5: 2’5

 

Phil Tippett: Mad Dreams and Monsters

Ganador del Oscar por El retorno del Jedi y Parque Jurásico, Phil Tippet es un maestro incontestable de la stop-motion, que ha dado vida a algunas de las criaturas más memorables de la historia del cine y que aún hoy se encierra en su taller para seguir creando y soñando. Este documental, realizado por los expertos en la materia Gilles Penso y Alexandre Poncet, se adentra en su obra a través de una inmersión en profundidad en el alucinante archivo personal del genio.

Dentro de los documentales vistos en esta edición de Sitges también existió un pequeño hueco a la hora de explorar con detenimiento la trayectoria de figuras cuya impronta dentro del género fantástico ha sido digna de mención, Phil Tippet, como figura icónica y fundamental dentro de la animación stop motion merecía un estudio documentado que recorriera una labor creativa ciertamente destacable. En estas últimas décadas una queja bastante común que anida en el fantástico actual es la excesiva proliferación del CGI, a tal respecto los gráficos generados por computadora han disminuido aquella efectividad de antaño plagada de imperfecciones perdonables y que eran muy visibles en los monstruos de las películas de género, de la misma manera han dejado en la trastienda los efectos artesanales y por ende a los artistas del stop-motion.

Si bien los avances tecnológicos tienen sus evidentes ventajas y su momento, muchos aficionados al género creen que los efectos prácticos y artesanales siempre emitirán una experiencia visual que devenga como tangible. Gilles Penso y Alexandre Poncet no son unos recién llegados en esto de indagar y estudiar a los profesionales de lo artesanal, tanto Ray Harryhausen: Special Effects Titan como Le complexe de Frankenstein exploraban con detenimiento dicho concepto, en Phil Tippett: Mad Dreams and Monsters se sigue una fórmula estándar que cubre paso a paso todos los aspectos de la vida y obra artística de Phil Tippett. El documental comienza con testimonios y filmaciones varias sobre la infancia del creador de efectos especiales en películas como Robocop o Starship Troopers entre otras, un niño tímido que solía ser un poco solitario a la hora de interesarse por diversos aspectos del arte, como suele pasar en estos casos los monstruos y las películas de género fantástico por las que sentía devoción no eran populares entre sus compañeros. Este será el punto de partida del relato, a partir de una temprana edad vemos como nuestro protagonista esculpía animales de arcilla en su habitación y soñaba con labrarse una carrera en la animación después de enamorarse del trabajo de ese tótem en la materia como fue Ray Harryhausen. Phil Tippett: Mad Dreams and Monsters cumple pues a la perfección con esa norma tan habitual en este tipo de trabajos de convalidar en su estudio la trayectoria profesional sin dejar de lado la vivencia personal, un reconocimiento bien ajustado que no pretende sentar cátedra y si divulgar la labor de un director, productor, pero especialmente supervisor de efectos visuales y diseñador de criaturas a modo de homenaje a una magia artística que aquí nos es presentada como agraciadamente intemporal.

Valoración 0/5: 3

 

Iron Fists and Kung Fu Kicks

Iron Fists and Kung Fu Kicks explora la influencia del cine de artes marciales de Hong Kong y como ha modelado la estética cinematográfica desde Hollywood hasta Uganda. Con entrevistas a leyendas del cine de Hong Kong, intérpretes y críticos, la película ofrece un viaje sin paradas desde la primera época de la Shaw Brothers a los blockbusters de Hollywood.

En un año generoso en lo relativo a documentales que transitaban por las diversas ramificaciones genéricas del fantástico también hubo lugar para este ameno estudio por parte del australiano Serge Ou en donde se indaga en el desarrollo del kung-fu en la historia del cine. Iron Fists and Kung Fu Kicks como documental más elaborado y completo, en donde posiblemente predomine más la amplitud que la profundidad, quito aquel mal sabor de boca que dejo años atrás en el festival la anecdótica Dragon Girls! Les amazones pop asiatiques de Yves Montmayeur funcionando a la perfección a modo que una especie de apéndice del notable Category III: The Untold Story of Hong Kong Exploitation Cinema de Calum Waddell también presente en Sitges el pasado año. Iron Fists and Kung Fu Kicks deviene como un aplicado recorrido de tal práctica y su incidencia a través de la industria cinematográfica, especialmente la referida a la de Hong Kong y el enorme impacto que tuvo posteriormente en la cultura estadounidense.

Desde figuras y estudios icónicos como Bruce Lee o la mítica Shaw Brothers a una mirada más socio cultural de épocas pretéritas en base a imágenes y documentación de archivo como por ejemplo esos noticiarios en blanco y negro de los disturbios de Hong Kong del año 1967 que fueron alimentados por disputas laborales de aquella época, todo ello evidentemente aderezado con un buen número de testimonios como marcan los cánones del documental didáctico, puesto a ponerle alguna pega a este voluntarioso y funcional Iron Fists and Kung Fu Kicks un servidor detecta una abrupta ruptura narrativa en lo referente a su tramo final, aquella en donde una vez la evolución llega a nuestros días se deja de lado la faceta cinematográfica y se incide en el aspecto social como fenómeno cultural YouTube de nuestros días, un ligero lastre que no enturbia un estudio que no deja de ser en sí mismo un homenaje y una celebración que rinde cuentas a la perfección en lo relativo a su incondicional pleitesía a las artes marciales ubicadas en la historia del cine al mismo tiempo que queda validada como perfecta herramienta de descubrimiento de un sinfín de títulos que indagan en dicha materia y que el aficionado recién iniciado buscara con ahínco una vez concluya el visionado de este agradable paseo cinético que es Iron Fists and Kung Fu Kicks.

Valoración 0/5: 3’5

Crónica Festival de Sitges 2019. Día 8

Pelican Blood

Wiebke vive con su hija adoptiva Nicolina y acaba de adoptar a Raya. Las dos hermanas parecen llevarse bien, pero la pequeña empieza a mostrarse agresiva y a ser un peligro para los demás. Ante la situación, Wiebke tendrá que enfrentarse a una serie de extremas decisiones para proteger a sus pequeñas.

En estos últimos años Sitges ha sido un perfecto campo abonado y escaparate a la hora de mostrar nuevas autorías genéricas a través de una mirada femenina, en parte esto no dejaba de ser un déficit histórico que afortunadamente hoy en día parece normalizado, la indagación de realizadoras en el fantástico empieza pues a ser un denominador común en la actualidad en autoras como Jennifer Kent, Julia Ducournau, Anna Biller o Ana Lily Amirpour por ejemplo, posiblemente la alemana Katrin Gebbe al contrario que las compañeras arriba citadas se ha ido acercando al género fantástico de una forma algo más sutil y menos expeditiva, con su opera prima Nothing Bad Can Happen transitaba en el drama oscuro ubicado a través de una crónica real, tras formar parte de la colectiva The Field Guide to Evil Pelican Blood se presenta como su trabajo más ambicioso y ambiguo genéricamente realizado hasta la fecha.

En estas crónicas de Sitges hemos incidido, posiblemente de forma una bastante reiterada, en la difusa adscripción, o no, en el género fantástico de muchas de las películas presentes en el festival, en un buen número de ellas impera en mayor o menor medida una indagación que se percibe como parcial, a tal respecto las hibridaciones genéricas están a la orden del día casi a modo de un nuevo estatus autoral que años atrás era ciertamente complicado de ver, Pelican Blood podría ser un buen ejemplo de todo ello, el film de la alemana Katrin Gebbe parte a través de una premisa de claro índole dramático, su desarrollo también da la sensación de no salirse de una tangente reconocible y preestablecida a la hora de abordar un complejo estudio psicológico acerca de la maternidad, será en su tramo final, en su resolución, cuando recurra a un fantástico aderezado con algún que otro apunte al folk horror o al cine de posesiones ubicado dentro del gótico estadounidense, la pregunta vendrá dada en la medida de averiguar si dicha deriva o divergencia genérica desvirtúa o por el contrario llena de matices el relato en cuestión, digamos que ni una cosa u otra, Pelican Blood termina siendo todo una particularidad a tener en cuenta dada su atípica naturaleza, el film de Katrin Gebbe nos habla básicamente de una abnegación materna que continuamente está siendo torpedeada en lo concerniente al trauma, Nina Hoss, que este año repite papel como madre en la encrucijada tras la notable La audición de Ina Weisse, deviene como un activo importante a la hora de contarnos una historia delimitada territorial y moralmente en los márgenes de la sociedad, la trama animalista en esta ocasión actuara a modo dual, el personaje principal se niega a renunciar, tanto en la complicada enseñanza de un caballo como a la niña recién adoptada de la cual cree que sin importar lo que haya sufrido en el pasado puede ser redimida a través del amor puro que una madre que le puede otorgar, su conclusión, pese a una cierto falta de verisimilitud, por otra parte lógica dada la dirección tomada, añadirá varios matices a una cinta que tiene la virtud de no transitar en la complacencia en lo relativo a una función reflexiva que profundiza en el adiestramiento emocional.

Valoración 0/5: 3’5

 

Le daim

La obsesión de un hombre con una chaqueta de ante le lleva a gastarse todos sus ahorros, además de fingir ser cineasta, e incluso hacer alguna cosa mucho peor.

Otros de esos sospechoso habituales presentes en Sitges durante estos últimos años es indudablemente Quentin Dupieux, desde Rubber y exceptuando sus cortos el realizador francés siempre ha estado presente en el festival, trabajo más entonado o menos el responsable de la extraordinaria Réalité ha logrado mantener una impronta autoral que resulta ciertamente curiosa, un tipo de cine que basa su principal concepto en una total anarquía a la hora de afrontar esquemas, algo que sorprendentemente le otorga unas referencias personales bastantes reconocibles, o dicho de otro modo, el cine perpetrado por Quentin Dupieux deviene tan único que difícilmente se verán unas coordenadas o postulados parecidos que en parte se puedan llegar a asemejar.

A modo de reflexión una vez acabada la carrera de Quentin Dupieux esta será de esa clase de trayectorias que si aún siguen en marcha esto de las retrospectivas en los certámenes cinematográficos su revisión o reconocimiento pretérito a través de ellas vendrá en la medida de percibir la visión global de una carrera que deviene como plenamente coherente dentro del caos temático que se suele detectar en sus trabajos. En Le daim, en donde uno de sus máximos activos reside nuevamente en la fascinación que puede genera su atípica premisa, se vuelve a incidir en una hibridación de tono surrealista, evidentemente la comedia de tono marciano direccionada más allá de los límites de la razón será otra vez quien lleve la voz cantante en una película que vuelve a transitar a través de lo insólito y extravagante, aquí para más inri el discurso, si así se puede llamar, en esta ocasión se perfecciona invitando incluso a una suerte de mensaje alegórico o reflexión punzante que podría transitar perfectamente a través de la locura existente que otorga la libertad. Le daim vuelve a ser un perfecto vehículo en el cual Quentin Dupieux juega con los géneros cinematográficos, comedia, drama existencialista e incluso metáfora social o terror incrustados en un relato provisto de una narrativa tan simpática como oscura. Todo cabe en un imaginario que en esta ocasión nos retrata la historia de amor entre un hombre y una chaqueta, en cierto sentido estamos ante un relato que a su manera indaga en el amour fou a modo de ente liberador de la soledad que padece el protagonista, un notable Jean Dujardin, un desarrollo expuesto a través de una deriva obsesiva acerca de la autenticidad, curiosamente termino este también valido para describir el cine salido de la mente de Quentin Dupieux, también detectamos un ligero esbozo acerca del cine que habla del cine sin llegar a ser pedante ni aburrido en ningún momento. Posiblemente unido a su originalidad la gran virtud del cine tan dislocado de Quentin Dupieux reside en generar una autoría consecuente que indaga en relación a premisas estrambóticas que se sustentan a modo de punto de partida a través de un chiste o una anécdota que conforme es desarrollada va algo más allá de lo simplemente absurdo y gracioso que aparenta ser su enunciado.

Valoración 0/5: 3’5

 

Depraved

Depraved nos cuenta como un joven llamado Alex tiene una emotiva noche junto a novia Lucy, de regreso a casa es apuñalado en un frenético ataque que lo deja al borde de la muerte. Se despierta para descubrir que su cerebro está en un cuerpo que no reconoce. Esta criatura ahora denominada Adam ha sido traída a la vida por Henry, un brillante cirujano que sufre un trastorno de estrés post-traumático después de una larga estancia en el Medio Oriente. Henry está cada vez más consumido por los actos cometidos sensación que se agrava cuando Adam descubra en un video su propio origen y huya.

Es ciertamente curiosa y en parte atípica la trayectoria cinematográfica de Larry Fessenden, si bien atesora trabajos como director a tener en cuenta como por ejemplo Habit, The Last Winter y muy especialmente Wendigo, el realizador estadounidense siempre ha dado la sensación de encontrar un mejor acomodo en su función de productor y mecenas de jóvenes talentos, después de unos años en donde su labor como director ha estado en un segundo plano vuelve tras las cámaras con una nueva vuelta de tuerca a un mito tan universal como el de Frankenstein.

Al respecto de dicha adaptación y sus maneras existe una semejanza bastante notoria con otro film relativamente reciente como es el Frankenstein de Bernard Rose realizado en 2015, ambas reinterpretaciones de la novela de Mary Shelley, fundamentadas a través de producciones de claras características low cost, trasladan el relato a nuestros días, si indagamos un poco más también encontraremos unos curiosos paralelismos entre ambos directores en la función de ver cómo tanto Larry Fessenden y Bernard Rose no son unos recién llegados a esto del fantástico, en cierta manera han tocados ya demasiados palos y esta incursión cuanto menos da la sensación de obedecer a una especie de reformulación de un concepto clásico que da pie a experimentar en base a nuevos escenarios y formatos. En lo relativo a la comparativa el film de Bernard Rose sale vencedor con bastante diferencia con respecto a este Depraved. Adaptar textos universales que han sido ya interpretados en multitud de ocasiones y formas es tarea complicada si no se recurre a una cierta originalidad con respecto a ir más allá a la hora de intentar plantear una versión posmoderna del mito, por desgracia Larry Fessenden curiosamente aquí cae en manierismos convencionales que en sus anteriores películas eran difíciles de detectar, en este sentido en Depraved su mejor virtud recae curiosamente en no ser o parecer gran cosa y tampoco pretender serlo, modestia autoral aparte en esta ocasión se sustituye el dramatismo y el terror inherente del texto del que parte para convertirse en un indigesto relato que fija principalmente su mirada en la denuncia, en este caso en la dirigida a la industria farmacéutica y a la actual problemática bélica, evidentemente el debate ético y moral está muy presente sin embargo otro de sus déficits lo encontraremos en ver como el concepto del mad-doctor queda muy difuso en un producto sin nervio aparente y en donde la supuesta novedad termina no siéndolo tanto.

Valoración 0/5: 1’5

 

The Juniper Tree

A finales de la Edad Media, la joven Margit (Björk) y su hermana mayor Katla huyen a las montañas después de la muerte de su madre, quemada por brujería. Ambas encuentran refugio con Jóhann, un viudo que vive con su hijo pequeño Jónas. Mientras Katla trata de seducir al campesino, Margit y Jónas se hacen buenos amigos. Pero el pequeño está convencido de que Katla es una bruja y la odia profundamente.

Ese delicioso cajón de sastre en que parece se ha convertido la actual sección Seven Chances sigue dando la oportunidad de recuperar un tipo de cine desconocido para la gran mayoría de público que asiste a Sitges y que merece un rescate en este caso a modo de visionado, a tal respecto no hace falta remontarse 40 años atrás para encontrar rarezas cinematográficas por descubrir, The Juniper Tree fue filmada en el año 1990, posiblemente mucha gente tendrá una ligera noción sobre ella en la medida de estar interpretada por una joven Björk, la restauración en tecnología 4K, por parte de la Wisconsin Center for Film & Theater Research y The Film Foundation que en esta ocasión conto con la estimable ayuda de la George Lucas Family Fundation, de la opera prima de una prematuramente fallecida Nietzchka Keene, y que tendrá un estreno limitado en cines gracias a Capricci Cine, devino como una oportunidad única de poder descubrir una sorprendente y fascinante obra situada a medio camino entre la brujería medieval y el estudio de la emancipación femenina de aquella época.

Bajo un atemporal, imponente y exquisito blanco y negro expuesto en base a un portentosa fotografía a cargo de Randy Sellars The Juniper Tree entra en esa tan especial catalogación de films hasta ahora inencontrables que han sido condenados a un inexplicable aislamiento cultural hasta día de hoy, rodada en los agrestes paisajes islandeses y ambientada en el final de la cruenta Edad Media el film de Nietzchka Keene parte de unos postulados muy propios que aquí adapta muy libremente un oscuro relato de los hermanos Grimm titulado El enebro, a tal respecto la película indaga en conceptos tan atrayentes como es ese paganismo ubicado dentro del folclore nórdico que enfrenta a lo humano y a lo esotérico. Definida por muchos como un cuento de hadas feminista The Juniper Tree es de esas películas que hayan su principal referencia a través de unas imágenes muy primarias, en ellas atisbaremos imaginarios que nos pueden hacer recordar a Bergman,  Tarkovski y evidentemente Dreyer, por fortuna esto no deja de ser una mirada de connotaciones básicamente estéticas y en parte fugaces, en The Juniper Tree se atisba para bien un discurso autoral ciertamente interesante y muy propio, de alguna manera adelantado a su época, aquel que indaga a través de las líricas provenientes de las sagas nórdicas ubicadas en un universo en donde el estigma actúa a modo de poético aquelarre, también existe una segunda lectura provista de consonancias aún más demoledoras si cabe que iría más allá de una cruda y mística medieval por la cual el relato da la sensación de vertebrarse, aquella en la que en relación al concepto de la superstición pagana se atisba una atroz misoginia de connotaciones atávicas en donde seremos testigos de cómo las protagonistas femeninas han de sobrevivir de alguna manera a modo de acompañantes de hombres legitimados socialmente para proveer su sustento. A través de su atmosfera y sus poderosas imágenes The Juniper Tree vuelve a poner de manifiesto que lo insondable aplicado al fantástico no calibra de códigos o coordenadas actuales o pasadas que anidan en lo obvio o lo subrayado, lo suyo es más bien crear turbulentos imaginarios a partir de la simple sugestión visual en relación a una caligrafía que treinta años después de su realización continua siendo tan arriesgada como fascinante, todo un logro.      

Valoración 0/5: 4

Dancing Mary

Kenji es el miembro más joven de un equipo encargado de construir un gran centro comercial. Pero, para crear el nuevo complejo, hay que destruir un antiguo local de baile, y cada esfuerzo para echar abajo el edificio es boicoteado por un misterioso poder. De hecho, existe el rumor de que el local está maldito, y el equipo de construcción pensó en contratar exorcistas, pero ninguno de ellos parece encontrar la solución.

El realizador japonés SABU estuvo presente en Sitges con dos trabajos, Jam y la película que nos ocupa y cuya proyección supuso su estreno mundial, Dancing Mary. Sin llegar a ser un experto ni un asiduo seguidor de su filmografía un servidor tiene la sensación, que en realidad no deja de ser una certeza, de que SABU es esa clase de autores destinados a convivir casi por obligación dentro del ecosistema de festivales de cine, su cine, con películas tan interesantes como por ejemplo Monday o Miss Zombie, da la impresión de que difícilmente tendrá un acomodo digamos rentable fuera de ese especifico circulo.

Dancing Mary no deja de ser una curiosidad en si misma con algún disperso punto de interés en su haber, SABU a su manera y como viene siendo habitual a modo de marca registrada de la casa huye de cualquier tipo de encasillamiento, no existe un denominador común en su cine y Dancing Mary es un claro ejemplo de todo ello en relación a sus continuas rupturas narrativas, una historia de fantasmas que no asustan, y que en cierta manera viene a ser la antítesis de J-Horror. Básicamente el relato se sustenta a través de la interrelación entre los humanos y los seres del más allá a modo y semejanza de una road movie en lo concerniente a una narrativa que transita a través de una suerte de fábula de tono amable en el que detectamos una tímida indagación en el característico realismo mágico japonés, sin embargo al final los fundamentos del relato vuelven a ser algo manidos pese a un envoltorio digamos peculiar, pues a fin de cuentas lo que se nos cuenta no deja de ser la sempiterna historia de alguien, en esta ocasión un joven funcionario, que a través de unas vivencias algo extremas, decide replantearse un posicionamiento inicial, será ahí, en su algo irregular desarrollo, cuando entre en acción una suerte de reflexión en relación a una desmedida gentrificación ubicada dentro del entorno social japonés, también se atisba otra cuestión ligeramente más interesante y expuesta de forma menos convencional en relación a como saldar deudas con el pasado pero también con el presente, el figurado o fantasmal y el real, este último apartado representa una síntesis casi perfecta en referencia a lo que viene a ser un tipo de cine que pese a atesorar algún trazo autoral digno de mención no deja de ser algo esclava de una excesiva y dispersa vertebración de mimbres adheridos a sus estructuras.

Valoración 0/5: 2’5

 

O Beautiful Night

Aunque Juri es joven, vive con un terror constante a la muerte. Para él, los ataques de pánico nocturnos son una rutina. Una de esas noches, una oscura figura se presenta ante él: dice ser la encarnación de la Muerte. Así comienza un viaje faustiano a través de la noche, en la cual Juri encontrará a Nina, de la que se enamorará; pero, con el amanecer, uno de los dos debe morir.

Dentro de esa inabarcable apartado temático en que parece haberse convertido la sección Noves Visions hubo un hueco para el debut tras las cámaras del joven realizador Xaver Xylophon dada su innegable condición de obra de difícil identificación, algo que en parte hizo posible su inclusión en dicha sección y que venía a estar medianamente justificado dadas sus propias características.

Como muy bien indica su título la acción de O Beautiful Night transcurre a lo largo de una sola noche, dicha premisa y también tono narrativo nos remitirá por ejemplo tanto al After Hours de Martin Scorsese como en el Night on Earth de Jim Jarmusch en relación a presentarnos una travesía nocturna a través de un submundo plagado de personajes a cual más peculiar, el mito de Fausto estará muy presente en un relato en donde la alegoría y el simbolismo son más que evidentes, estos no dejaran de ser una especie de trasunto que nos dice de intentar exprimir la vida al máximo pues esta no deja de ser demasiado efímera, sin embargo el recorrido que se hace a través de dicha metáfora es por momentos original solamente en relación a sus formatos técnicos, en la utilización del sonido y el uso cromático de sus imágenes veremos una novedosa aplicación estética que nos remite a cierto tipo de cine perpetrado en los años 80 ubicado a través de calles desiertas y habitaciones retro-románticas amuebladas de una forma opulenta. Como en la película de Martin Scorsese arriba citada veremos a un grupo de personajes, posiblemente trazados aquí de una forma excesivamente caricaturizadas, que juegan en contraposición a un cierto aura de trascendencia percibido en la génesis del relato y que actúan de manera decidida y en parte anómala en contraposición a un protagonista que asiste impertérrito y pasivo ante unos acontecimientos que dan la sensación de crearle una confusión cada vez más profunda. Debajo de esa extravagancia que la emparenta a una comedia algo bufa camuflada en base a una estética colorista O Beautiful Night da la sensación de que tiene algo que decir urgentemente sobre la condición humana, la muerte y nuestro miedo innato a ella, quedando desarrollada a modo de parábola de tintes filosóficos y provista de un tono ingrávido e inexpresivo acerca del amor y el fin de nuestra existencia, más que el mensaje, al final habrá una inevitable redención vital, lo sugerente y más acertado de una película como O Beautiful Night resultara ser un envoltorio que por momentos se percibe como atrevido, ese tránsito estético/musical de tono melancólico a través de la tensa inquietud nocturna validan en parte una propuesta algo irregular que dio la impresión de tener un muy difícil acomodo que devenga lógico dentro de la programación de Sitges.

Valoración 0/5: 2

Crónica Festival de Sitges 2019. Día 7

Making Waves: The Art of Cinematic Sound

Steven Spielberg solía decir que el sonido es el cincuenta por ciento de una película. Sin embargo, la historia del cine se ha centrado, sobre todo, en las imágenes. Making Waves pretende enmendar este error a través de entrevistas a directores como David Lynch, Sofia Coppola, George Lucas o el mismo Spielberg; y del testimonio de algunos de los grandes editores de sonido que ha dado Hollywood.

Como hemos venido comentado en crónicas pasadas este año el formato documental fue un activo muy a tener en cuenta en Sitges, hubo varios y muy buenos, en tal sentido vuelvo a incidir una vez más en la importancia, especialmente dada la calidad existente a día de hoy, del documental de género como una herramienta en continua redefinición a la hora de poder instruir al público en lo concerniente a diversas materias relacionadas con el ámbito cinematográfico, también en lo referido a ser utilizado a modo de soporte por el profesional a la hora de ser enfocado en su parcela didáctica, a tal respecto la mayor parte del material existente en la actualidad en base a las densidades teóricas que nos suelen ofrecer estos trabajos hacen que las posibilidades de divulgación y reflexión a través de dicho formato sean infinitas.

Making Waves: The Art of Cinematic Sound en esta ocasión deja de lado la autoría entendida como el desgrane de una obra, artista o género para adentrarse en aspectos técnicos del cine, en este caso el referido al diseño del sonido dentro del séptimo arte, el documental, que funciona a modo de una clase magistral que está continuamente aportando detalles, tiene la virtud de atesorar un extenso catálogo de testimonios de gente importante relacionada con el cine. Estos artistas son los que crean, ya sea en primera o segunda línea, ese particular mundo del sonido, una parcela técnica que quizás sea la más sensible de una película y que deviene como indispensable a la hora de crear un imaginario propio en donde se pueda vivir y respirar la verisimilitud entendida como ente narrativo. Todo esto requiere de un arte y de una delicadeza, a tal respecto el director del documental, Midge Costin, como formador y editor desde hace mucho tiempo en la USC es una fuente autorizada a la hora de hablarnos de dicha materia, un apartado que empieza en el documental con una breve descripción del sonido en los albores del cine, con una incidencia especial a King Kong como paradigma de ser todo un hito a la hora de recrear los efectos de sonido expresivos, también una mirada que deviene clave es la de Citizen Kane, obra pionera en la incorporación de las técnicas de sonido utilizadas en la radio por parte de Orson Welles . A partir de ahí la evolución es mostrada y percibida como infinita dado los innumerables matices adyacentes que irán apareciendo en dicha técnica a lo largo de los años, evidentemente habrá apartados que encontremos demasiados escuetos en referencia a su exposición, a tal respecto es una tarea casi titánica el abordar todo el concepto global profundizando en cada uno de los apartados existentes, posiblemente una serie de documentales hubiera sido más apropiado a la hora de ser más exhaustivos, con todo Making Waves: The Art of Cinematic Sound cumple a la perfección con el objetivo de estar bien elaborada en relación a una función tan didáctica como entretenida, para más inri también habrá lugar para una generosa apreciación ofrecida desde dentro por parte de las personas que diseñan esos fascinantes mundos de sonido que suelen dar vida a las imágenes.

Valoración 0/5: 3

 

Legend of the Mountain

El académico He está al cargo de la transcripción de unos antiguos sutras budistas, por lo que viaja a una vieja fortaleza para encontrar paz y tranquilidad, ya que el ejército estacionado allí fue evacuado. Él se encuentra la fortaleza poco menos que desértica, sin embargo, el misterioso Tsui aparece con su extraño amigo Chang. Más extraños personajes aparecen, incluida una anciana lavandera y Melody, una aspirante a investigadora, experta en tocar el tambor chino. Para complicar las cosas, después de un supuesto encuentro romántico con Melody, He es chantajeado para casarse. Hay también una misteriosa y bella flautista que se aparece a Ho, pero desaparece cuando se acerca. Y lo que es peor, los sutras que está transcribiendo cuentan que ejercen un terrible poder entre los demonios del inframundo.

Dentro de la retrospectiva dedicada al realizador taiwanés King Hu la oportunidad de poder ver en pantalla grande Legend of the Mountain supuso el agradable descubrimiento de una obra, que sin llegar a los niveles de la mastodóntica y fundamental A Touch of Zen, es considerada como clave a la hora de entender los precedentes que vinieron tras de ella, aquí King Hu abandona en parte el concepto de wuxia aunque no su inherente dramatismo emocional, tampoco la vertiente onírica, que en esta ocasión potencia en relación a su indagación en el fantástico, es a través de estas coordenadas en donde veremos como directores como por ejemplo Ching Siu-tung fijan conceptos como denominador común en lo que será su filmografía, especialmente visible en la trilogía A Chinese Ghost Story, a tal respecto y a modo de curiosidad un servidor aún recuerda el shock entre el público no afín a estas cinematografías que supuso en Sitges la proyección de la primera parte de dicho tríptico allá en el año 87, una película que curiosamente meses más tarde tuvo un inusual estreno comercial en nuestro país dentro del circuito de V.O.

Filmada en zonas agrestes de Corea del Sur en Legend of the Mountain volvemos a asistir a una magnificencia escénica que nuevamente está representada a través de hermosos paisajes naturales que son meticulosamente fotografiados, en ellos existe un atractivo tan extraño como fascinante en relación a unas panorámicas expuestas a través de una impoluta paleta de colores, vegetación densa y niebla blanca ubicada a la deriva, mimbres que demuestran por las claras que aunque a King Hu incide constantemente en el manejo volátil de la cámara en relación al movimiento de sus personajes también le gusta detenerse de forma consiente en las imágenes, de alguna manera como si estas estuvieran encuadradas también dentro de una armonía de tono compositivo. Un film en definitiva que representa la esencia que hace especial las películas de King Hu, Legend of the Mountain es nuevamente la quintaesencia de un trabajo marcado por una época determinada, sus escaramuzas imposibles que desafían la física y se alían a los elementos sobrenaturales están adheridos al relato con un total sinceridad, utilizando conceptos característicos del genero para contar una absorbente historia de entidades divinas aderezadas por fugaces estallidos de violencia, todo ello ubicado en otra de las maravillas pretéritas vistas en este Sitges 2019. .

Valoración 0/5: 4

 

Adoration

Adoration nos presenta a Paul, un joven solitario que casualmente conoce a Gloria, una nueva paciente en la clínica psiquiátrica donde trabaja su madre. Enamorándose locamente de esta adolescente problemática y sola, Paul después de cometer un crimen huirá con ella, intentando escapar lejos del mundo adulto.

Fabrice Du Welz volvía a Sitges con su nuevo trabajo tras las cámaras titulado Adoration, de forma merecida fue un de las películas más galardonadas en esta edición, Premio Especial del Jurado, Mejor fotografía y Méliès d’Argent, el director de origen belga ha estado en estos últimos años transitando a través del noir con películas como Colt 45 o Message from the King, films ciertamente competentes pero que quedan algo alejados por cuestiones obvias de ese imaginario tan particular visto al principio de su carrera en trabajos como Calvaire, Vinyan y Alleluia, un tipo de cine que basa su tesis principal a través de una búsqueda que suele devenir como visceral y quimérica, Adoration pertenece de una forma clara a este grupo, un film expuesto a modo de perfecto cierre de esa trilogía ardenesa formada por sus anteriores Calvaire y Alleluia.

Al igual que las dos películas antes citadas Adoration parte del concepto del amour fou aunque aquí representado de una forma algo más íntima, mirándolo bien podría ser una ceñida precuela de Alleluia en un film en donde también encontraremos similitudes bastantes evidentes con aquella Les amants criminels de François Ozon, continuaciones esquemáticas y referenciales aparte lo bueno del cine de Fabrice Du Welz es su innegable adscripción a un imaginario tan personal como intuitivo, en Adoration están perfectamente definidos y no por ello los conceptos deja de ser nuevamente atrayentes, inocencia, amor, imaginario escapista y dura realidad, a través de todos ellos seremos testigos de cómo el sentimiento de amor, en el más amplio sentido de la palabra, actúa a modo de ente derrocador, de alguna manera los dos jóvenes protagonistas transitan en todo momento a través de fronteras terrenales, físicas y figuradas, aunque ese recorrido o huida a ninguna parte termine siendo circular, a tal respecto queda muy claro que en el cine de Fabrice Du Welz siempre existe una colisión en relación a sus formas, un cine muy sensual pero a la vez extremadamente visceral, Adoration es posiblemente la perfecta quintaesencia de este tratado, Fabrice Du Welz se acerca a los cuerpos de una manera casi epidérmica, pese a aparentar ser una película sencilla con respecto a su ejecución la narrativa y sobre todo la parte técnica devienen como claves y complejas a la hora de retratar con un inusual acierto un extremo realismo poético que por momentos parece surgido del cine francés de los años 30-50. Rodada en 16mm, con fotografía del ya fundamental Manuel Dacosse y música a cargo de otro habitual como es Vincent Cahay Fabrice Du Welz tiene la virtud de trasportar al espectador a los estados mentales de sus protagonistas en relación a unos cambiantes estatus mentales en donde por una razón u otra vemos a unos personajes incapaces de afrontar las embestidas emocionales que están por aparecer, ahí existe un momento en el que tono onírico se adueña tanto de los protagonistas como de la historia, aquel en que la naturaleza queda encuadrada en cada plano de la película, la enfermedad mental y la interactuación con el mundo adulto hará que dicho imaginario termine desvirtuándose. Como buen viaje al corazón de la oscuridad que es lo que en un principio parecía una fábula intima ahora se trasforma en un cuento de hadas con claras texturas de horror, al final el mensaje vuelve a ser aquel que nos dice que la adolescencia es campo abonado para historias que terminan derrotándonos. Fabrice Du Welz es indiscutiblemente uno de los realizadores más importantes de la actualidad, de alguna manera pertenece a esa clase de autores intuitivos que consideran esencial la puesta en escena, los decorados y la fotografía a la hora de contarnos una historia, Adoration, que termino siendo una de las cimas autorales más interesantes de las vistas este año en Sitges, ejemplifica ese tratado a la perfección.

Valoración 0/5: 4

 

J’ai perdu mon corps

Una mano cortada se escapa de un laboratorio con un objetivo crucial: volver a encontrar su cuerpo. A medida que avanza por los escollos de París, recuerda su vida con el joven al que una vez estuvo apegado… hasta que conocieron a Gabrielle.

Una de las cuotas mal altas de la animación vistas este año en Sitges correspondió por derecho propio al esperadísimo debut en el largometraje de Jeremy Clapin titulado J’ai perdu mon corps, el realizador de origen francés para entendidos en esto de la animación no es ningún recién llegado al formato, más bien al contrario, sus cortos Une histoire vertébrale, Palmipedarium o Hundred Waters: Innocent son considerados como pequeñas joyas de orfebrería, Skhizein también es reconocida como una pieza capital, en ella éramos testigos de cómo un individuo era golpeado por un meteorito de 150 toneladas de peso, un suceso que le obligara a vivir exactamente a 91 centímetros de distancia con respecto a su cuerpo. J’ai perdu mon corps parte de una premisa muy parecida, casi idéntica en relación a su estructura, en esta ocasión no se trata de ensamblar un cuerpo y si de presenciar como una mano intenta por todos los medios regresar al cuerpo que le corresponde, a partir de dicha premisa la metáforas expuestas tanto a modo de símbolo de pérdida o búsqueda de una propia identidad devendrán como infinitas.

Basada en la novela Happy Hand de Guillaume Laurant, que también ejerce de coguionista en la película, J’ai perdu mon corps tiene la virtud de funcionar a la perfección en base a ser accesible prácticamente a todos los públicos, evidentemente el infantil quedaría excluido de dicha ecuación, a tal respecto no debe ser fácil el indagar en postulados de índole existencialista sin abusar del subrayado, o lo que es peor, caer en una cierta pedantería autoral que desvirtué por completo el concepto, por fortuna  Jeremy Clapin posee un imaginario tan rico en matices como definido en lo concerniente a sus postulados, aquí los dobles sentidos quedan bien integrados dentro de una narrativa por la que da gusto el llegar a perderse. También hay que destacar en J’ai perdu mon corps su adscripción a la hibridación genérica, en el film existen varios tránsitos que parecen fluctuar en todo momento entre lo amable y lo oscuro, a través de ellos harán acto de aparición desde la comedia, el drama, el trazo romántico e incluso pequeñas pinceladas de terror, tal variedad de registros funcionan a la perfección en la medida de estar expuestos a través de un relato vertebrado narrativamente en dos tiempos distintos, por un lado vemos a una mano que al igual que en la travesía final del protagonista de la seminal The Incredible Shrinking Man busca encontrar, no una casa de muñecas en donde refugiarse y si el adherirse al resto de su cuerpo, por otro lado somos testigos de la historia del joven Naoufel, a través de flashbacks visualizaremos una vivencia de pasado trágico y presente incierto en donde impera una vida que no parece tener un rumbo definido. Jeremy Clapin redefine, a partir de una autoría muy propia que indagan en el sentido clásico entendido como tal, el estar perdido e intentar reencontrar el sentido de la pertenencia como concepto vital, mimbres que en otros formatos o narrativas distintas seguramente serian manidos pero que aquí llegan a convertirse en una de las reflexionas más interesantes y creativas en lo concerniente a la animación vista durante esta temporada.

Valoración 0/5: 3’5

 

Swallow

Hunter es un ama de casa que acaba de descubrir que está embarazada. Sin embargo, por alguna razón que desconoce se siente tentada a consumir objetos peligrosos para su salud, una obsesión que no pasa desapercibida ante los ojos de su marido y del resto de su familia. Pronto descubrirá el motivo que la empuja a querer herirse a sí misma.

El debut en el largometraje de Carlo Mirabella-Davis volvió a escenificar otra de esas películas presentes este año en Sitges que de alguna manera juegan de forma algo caprichosa con los parámetros genéricos, su estructura en un principio la emparenta a ese tipo de film prototípico proveniente del Festival de Sundance, Swallow no estuvo presente en Park City pero si en Tribeca en donde consiguió un merecido premio a la Mejor actriz para una notable Haley Bennet que aquí parece una réplica casi perfecta situada entre Bryce Dallas Howard y Jennifer Lawrence, poco importa la ecuación del producto, la mirada viene a ser la misma al American Way of Life, aquí contada a través de un drama independiente que vuelve a ser muy poco complaciente con respecto a un estatus social que en ocasiones ahoga literalmente a sus integrantes.

Swallow versa principalmente a través de una insatisfacción vital o si se prefiere de una ofuscación silenciada, también en la forma en que esta es contestada, al principio del relato de una forma algo grotesca que llega a emparentarla a ese tipo de films que suelen transitar a través de un cuento de hadas de claras texturas satíricas expuestas a modo de mito distópico, por fortuna no estamos ante una historia que se vertebra en relación a militarismos ni alegatos de tono feminista sino más bien en referencia a exponer con cierta gracia y ligereza una opresión femenina que deviene como atemporal. La película de Carlo Mirabella-Davis empieza a partir de una sutil naturaleza grotesca de connotaciones casi anecdóticas e incluso caricaturescas en relación a la ingesta voluntaria por parte de la protagonista de objetos cada vez más peligrosos, de la canica pasaremos a la chincheta o a la piedra, no solo en referencia a poner en riesgo su propia salud sino en especial para él bebe que se aloja en su interior, la actuación viene dada en la medida de ver como la protagonista intenta rellenar un hueco en su interior, frase esta que un servidor espera no sea interpretada a partir de dobles lecturas, no estar contenta con la sumisión de su nuevo estatus social requiere de una drástica acción a modo de exorcismo burgués y de paso poder a través de dicho posicionamiento intentar superar traumas del pasado, más que un desorden alimenticio estamos ante uno emocional, no en relación a un castigo autoimpuesto sino en la medida de intentar tomar el control de una situación que no controla visualizada aquí en el despertar de un letargo o alteración psicológica a través de un acto que para la protagonista deviene como liberador, posiblemente este sea el tramo de Swallow más interesante, también el referido a la distorsión que sufre el personaje principal cuando ha de hacer frente a una colisión que resulta inevitable con los miembros de su nueva familia. Lástima sin embargo de un tramo final que anida a través de un tono algo más solemne, aquel en donde la primera persona toma el mando del relato para contarnos algo que anteriormente estaba de forma más sutil mejor contado, un tratado en definitiva acerca de cómo sentirse bien consigo mismo, la parcial originalidad del trayecto para llegar a ello será la mejor virtud de una obra tan efectiva en según qué tramos como algo irregular en referencia al estudio de un comportamiento anómalo que posiblemente requería de algo más de dilatación a la hora de abordar la principal problemática por la cual anida la historia.

Valoración 0/5: 2’5

 

Les particules

En la frontera franco-suiza, P. A. y sus amigos atraviesan esa edad tan compleja como es la adolescencia. Sin embargo, las tribulaciones propias de este período de crisis tendrán su correspondencia en un hecho más global: debajo de la región de Pays de Gex, donde viven, se esconde el LHC, el mayor acelerador de partículas del mundo. Pronto, P. A. comenzará a pensar que algo extraño está pasando a su alrededor.

El primer trabajo de ficción del realizador franco-suizo Blaise Harrison mezcla sin ningún tipo de disimulo realismo social y fantasía científica en una película que parte de una premisa bastante interesante, aquella que contornea con lo iniciático a través del mundo adolecente, la novedad en este caso vendrá en la medida de ver como el componente fantástico está integrado en la trama, el concepto y su aplicación devendrá como inusuales si lo comparamos con otras películas que en apariencia transitan por sendas narrativas idénticas.

En Les particules ese componente genérico que rompe en dos el relato será el de la física cuántica, a tal respecto se ha de agradecer que una vez puesta en práctica dicha teoría no se llegue a incidir en una narrativa criptica como por ejemplo si percibíamos en otra película que aunque de forma diferente indagaba por el mismo concepto científico como era la cinta canadiense Endorphine de André Turpin, en este caso Blaise Harrison no se muestra tan ambicioso en referencia al mensaje, en cierta manera lo que se nos cuenta entra dentro de esos paramentos habituales en donde las fronteras de la percepción humana están representadas a través de una huida de lo real hacia lo fantástico ubicado en ese campo tan propicio para dicha coyuntura como es el viaje iniciático enclavado dentro de la indefensión de la adolescencia. En el film de Blaise Harrison prima tanto lo progresivo cómo lo cotidiano visualizado aquí mediante un enfoque casi documental, algo que en cierta manera resta de empatía a los protagonistas, un desarrollo que da paso lentamente a fenómenos de índole fantástico/científico cada vez más intrigantes, sin embargo se detecta en la película una contradicción en la medida de ver continuamente una confrontación entre lo complejo y lo simple en lo concerniente a ver hasta dónde llega la física cuántica y empieza la fantasía entendida como tal, la sensación final es la de quedarse en tierra de nadie, el estar ante un producto que quiere ser original sin forzar en ningún momento la máquina, lo consigue solo a medias, posiblemente las infinitas nociones y posibilidades que nos ofrecen en lo relativo a las realidades del espacio/tiempo daban para algo más allá que mostrarnos una disyuntiva o una simple diócesis a la hora de crear interrogantes acerca de si lo que vemos termina siendo real o por el contrario solo existe en las mentes de los protagonistas.

Valoración 0/5: 2

Crónica Festival de Sitges 2019. Día 6

Synchronic

Dos paramédicos de Nueva Orleans ven cómo sus vidas cambian de la noche a la mañana tras descubrir una serie de terribles muertes, al parecer causadas por una nueva droga de diseño que está causando estragos en la ciudad.

Otros de los habituales de Sitges en estos últimos años son la pareja de realizadores formada por Justin Benson y Aaron Moorhead, Synchronic, su nuevo trabajo tras las cámaras, nos vuelve a situar en un terreno y unas coordenadas que dan la impresión de ser plenamente coherentes en referencia a unas determinadas obsesiones autorales siempre representadas a través de una mirada al género fantástico que deviene como incondicional en relación a su posicionamiento.

Posiblemente Justin Benson y Aaron Moorhead dejaron el listón muy alto con su anterior The Endless, a la postre su mejor película realizada hasta la fecha, la buena noticia es que Synchronic pese a ser algo inferior a su antecesora es plenamente consecuente a un estilo muy reconocible, concepto este hoy en día difícil de encontrar dentro del género fantástico, el ser fiel a una serie de coordenadas cuya base de alguna manera se mantiene inalterable, a tal respecto los responsables de Resolution no dejan de ser una especie de rara avis dentro de un panorama genérico que en referencia a autorías ubicadas dentro de ese ecosistema cinematográfico actual que está continuamente mutando en consonancia a las demandas. En Synchronic, que no deja de ser una versión existencialista en clave fantástica del Bringing Out the Dead de Martin Scorsese, vemos como los medios y recursos afortunadamente son más generosos que con respecto a anteriores películas, el discurso vuelve a transitar por cuestiones tales como la amistad, el vacío personal o el verdadero sentido de nuestra existencia, cuestiones aquí revestidas genéricamente a modo de un thriller de ciencia ficción con viajes temporales expuestos en base a temas siempre profundos los planteados por Justin Benson y Aaron Moorhead que aquí sin embargo dan una cierta sensación de no estar plenamente cohesionados al relato, posiblemente el elemento fantástico está demasiado forzado con respecto a lo que es su propia credibilidad, el resultado final termina siendo algo inferior a trabajos que le precedieron, las reflexiones filosóficas vuelven a tener la gran virtud de no parecer impostadas pese a que el mensaje en cuestión en esta ocasión tenga una lectura muy predecible, está a groso modo no deja de ser una especie de alegato en referencia a saber apreciar en su justa medida nuestro presente una vez que has catado el infierno del pasado, esto con independencia del resultado global del producto no deja de ser una activo muy a tener en cuenta, las autorías orquestadas por Justin Benson y Aaron Moorhead  son siempre tan interesantes como inhabituales, poco importa y se le perdona en parte que en esta ocasión el trazo emotivo, siempre por delante del efectivo, de la sensación de estar demasiado subrayado, lo importante aquí es saber apreciar a través de sus grandes enunciados ese tono siempre íntimo y cercano tan característico en un tipo de cine que deviene como ciertamente atípico.

Valoración 0/5: 2’5

 

A Touch of Zen

Un joven vive alegre y humildemente en un pequeño pueblo junto a su madre, componiendo poemas, escribiendo cartas y haciendo retratos. Un día, una joven se traslada a vivir al edificio que está junto al suyo, abandonado y que tiene fama de estar encantado. Aunque se siente atraído por ella, su llegada también supone el inicio de sus problemas, al verse involucrado en intrigas políticas.

Uno de los momentos cumbres indiscutiblemente de este Sitges 2019 por lo que respecta a un servidor fue la oportunidad de poder ver en pantalla grande cuatro de las películas más emblemáticas realizadas por King Hu, uno de los directores más relevantes de los años setenta surgido del cine proveniente de Hong Kong,  A Touch of Zen obra totémica y seminal del wuxia es una pieza que justifica por si sola la existencia de un certamen cinematográfico que ofrezca la oportunidad de poder visionarla, una ocasión única para reverenciar una vez más, o descubrir por primera vez en el mejor de los casos, una película que tenía el añadido de ser proyectada en un fantástica copia restaurada.

A Touch of Zen es de esas historias en apariencia simples pero provistas de un tratamiento ciertamente complejo, como obra maestra del género que es resulta por momentos inabarcables, no solo en referencia a su generosa duración, 180 minutos, sino en lo concerniente a una amalgama que va desde lo más puramente lúdico a lo trascendental al aunar un concepto fantástico al wuxia en referencia a conjuntar duelos y reyertas varias junto a la clásica historia china de fantasmas a través de una historia de estructura episódica, también en lo concerniente a ser una obra plenamente referencial, a tal respecto sería muy largo el detallar a los numerosos realizadores contemporáneos que en mayor o menor medida han mirada y sustentado sus trabajos en la obra perpetrada por King Hu, posiblemente la referencia más notoria para las nuevas generaciones serían los wuxias realizados por Zhang Yimou, en trabajos como Hero, House of Flying Daggers, Curse of the Golden Flower o la reciente Shadow existe una semejanza en relación a la estilización de la imagen, de un tono más inmovilista y preciosista en el caso de Yimou King Hu atesora sin embargo una superioridad visual bastante notoria con respecto a sus acólitos, la poética visual en este caso va en consonancia con la fluidez de unos diálogos que inmediatamente dan paso a majestuosas escenas de lucha y viceversa. Nada mejor que enfrentarse a una película de las connotaciones de A Touch of Zen que intentar buscar una especie de acomodo y una semejanza para con un protagonista principal que deviene como falso, el espectador al igual que el asistirá casi en primera persona y en tiempo real a una abrumadora exploración de un particular imaginario que no deja de ser toda una lección de cómo hacer cine.

Valoración 0/5: 4’5

 

L’angle mort

En L’angle mort vemos como Dominick tiene el don de volverse invisible, pero eso no hace su vida mejor. De hecho, oculta el poder incluso a sus seres queridos, como si fuera una enfermedad. Cada vez le resulta más complicado mantener el control de su habilidad, y eso pone en jaque sus relaciones y su estabilidad. Durante el proceso, un día su propio poder se escapa de su control, con terribles consecuencias al mismo tiempo que conoce a otro chico que casualmente comparte su misma habilidad y al que parece aterrorizarle la idea de poder perderlo.

El concepto de la invisibilidad también estuvo presente este año en Sitges con la cinta francesa L’angle mort, el film de Patrick-Mario Bernard y Pierre Trividic, responsables de la notable L’autre, explora a partir de una idea de Emmanuel Carrère en dicha temática a través de una historia que se aleja conscientemente del trazo que indaga en un componente lúdico que podría emparentarla al cine de súper héroes o en la sempiterna re visitación de conceptos clasicistas.

Queda muy claro que L’angle mort en cierta manera utiliza el elemento fantástico de su historia casi a modo de escusa  pues la verdadera intención de sus responsables versa en el modo de contarnos un relato provisto de evidentes tintes existencialistas, la historia es la de un hombre atrapado a través de un don que termina convirtiéndose en una especie de maldición, una premisa fantástica que juega en todo momento a favor de la reflexión social mostradas a través de las vivencias de su protagonista principal, en el film somos testigos de lo entendible como una doble invisibilidad, la material y la alegórica, esta segunda vía en relación al desfavorecido social que también termina siéndolo en lo emocional, la metáfora de índole casi metafísica transitara pues en lo concerniente a una aparatosa colisión, aquella que enfrenta al costumbrismo y la naturalidad extrema del relato contra la fantasía sobrenatural ubicada en un escenario que intuimos como reconocible en nuestro día a día, lo excepcional  y la racionalidad mundana de una historia que en realidad más que hablarnos de la  invisibilidad nos plantea el anhelo del concepto de la visibilidad, a tal respecto la mirada de Patrick-Mario Bernard y Pierre Trividic deviene como ciertamente pesimista e incluso oscura, el contexto urbano termina siendo determínate a la hora de mostrarnos una estigmatización o encarcelamiento social del abandono moral de seres que cohabitan en una gran y hostil urbe, en el film un Paris taciturno y opresivo para con el distinto, aquel cuya identidad no logra definirse quedando anulada o en el menor de los casos fragmentada, ahí es cuanto veremos esa doble fantasmagoría del individuo expuesto en relación a un relato provisto de un generoso números de capas, serán a través de ellas en donde seremos testigos de una obra que huye de lo ordinario a la hora de abordar la tesis de la vulnerabilidad para adentrarse en una muy oscura antropofagia conceptual de lo no visible.

Valoración 0/5: 3

 

Misterio en la noche

1900, en la Filipinas colonial. Una mujer criada en un bosque encantado por unas ninfas experimenta el amor por primera vez. Enamorada de un hombre de ciudad, vivirá el dolor de la traición y la ruptura, que canalizará en forma de una tremenda furia. La mujer se transformará así en Aswang, un ser mitológico dispuesto a vengarse y a condenar a su amado a sufrir para siempre.

Uno de los cometidos y atractivos de antaño en los festivales de cine era el descubrimiento entendido como concepto de enfrentarse a una obra o a un autor completamente virgen de referencias con respecto a su visionado, en muchas ocasiones el ir con los ojos tapados suponía toda una agradable sorpresa a la hora de encontrar casi sin proponértelo unas virtudes fílmicas con las que no contabas en un principio, ni que decir tiene que con el paso de los años y con la sobre información a la que estamos expuestos dicho concepto aplicado a los certámenes cinematográficos de hoy en día deviene casi como en su antítesis, ahora premia el evento como tal y el rum rum previo, en la mayoría de veces direccionado al halago prefabricado de la obra en cuestión. Por suerte aun en según qué festivales queda un pequeño resquicio para dichas disquisiciones pretéritas, Sitges para bien o para mal es un enorme contenedor fílmico en donde aún tienes el privilegio de entrar en una sala y descubrir pequeñas joyas cinematográficas de las previamente que no tenías ninguna constancia en relación a su existencia como resulta ser el caso de la cinta filipina Mystery of the Night.

Lo primero que sorprende en un producto de las características de Mystery of the Night viene en relación a que no estamos ante una ópera prima al uso, más bien todo lo contrario pues Adolfo Alix Jr. tiene una larga trayectoria tras las cámaras con la constancia de haber tocado bastantes palos genéricos a través de ella. Mystery of the Night fluctúa en relación a un sosegado cuento que indaga en el folclore local, esta como buena fabula que es estará provista de una moraleja final, a tal respecto las mitologías locales no dejan de ser, como percibimos claramente en el film de Adolfo Alix Jr., relatos e idiomas de índole universal, dichas sapiencias pretéritas sirven de algún modo para aleccionar moralmente al receptor, en el caso que nos ocupa a través de una historia de venganza  integrada plenamente en la cultura filipina, el tono otorga una peculiar identidad y entidad a un producto de cocción lenta en donde el trazo artesanal, en el término más amplio de dicha palabra, resulta ser tan sugerente como coherente en referencia a la exposición de un relato que da la sensación de ser una desviación oscura del mito de Adán y Eva contado a modo de pesadilla de connotaciones surrealistas que parecen surgidas de esas viejas escuelas que suelen honrar la larga tradición fantástica local. La moraleja final de Mystery of the Night resulta evidente, una violación alegórica a la Madre Naturaleza por parte de la civilización/colonialismo occidental materializada con la aparición de espíritus vengativos que habitan en el bosque, más sugerente y por ende sutil resulta ser una atmósfera visual que por intenciones que no aplicación queda emparentada junto a otra pequeña joya que merece una mayor difusión como es la alemana Hagazussa de Lukas Feigelfeld. Mystery of the Night termina siendo una magnifica exploración del folclore fantástico popular y su conexión con el trauma del pueblo filipino durante la ocupación española, temas ciertamente complejos vinculados con inusual acierto al cuento autóctono en lo concerniente a una de las sorpresas más agradables de las vistas en este año en Sitges.

Valoración 0/5: 4

 

The Living Skeleton

Han pasado tres años desde que unos piratas asaltaron y mataron a toda la tripulación de un carguero. Tras la aparición de una extraña niebla, los culpables de la matanza empezarán a tener visiones de una de las muertas.

La sección Seven Chances volvió a situarse un año más como uno de los apartados más interesantes del certamen, nacida en el lejano año 93 esta sección surgió con el propósito de ofrecer una oportunidad de poder visionar films cuyo estreno comercial en nuestro país no estaba previsto ni a corto ni largo plazo, ni que decir tiene que con el paso de los años, y la cambiante coyuntura en el ámbito de la distribución, derivo en que dicho reducto se convirtiera en una especie de cajón de sastre sin una identidad definida que marcara una línea o pauta a seguir. Afortunadamente hace un par de años Seven Chances ha logrado resetear contenidos intentando en la medida de las circunstancias se lo mas fiel a sus fundamentos.

La oportunidad en un único pase de ver en pantalla grande un film tan curioso como resulta ser The Living Skeleton sin embargo y por lo que respecta a un servidor se vio algo empañada por parte de una organización que inexplicablemente no incluyo dicha proyección como pase de prensa, con una sala a medio llenar no tiene una lógica el tenerse que pagar un acreditado la entrada de su propio bolsillo y mucho menos aún en una sección fundamentada desde el ACCEC. Vicisitudes de difícil explicación aparte y centrándonos en lo que realmente importa The Living Skeleton deviene como una producción ciertamente atípica que hará las delicias de los fanáticos que suelen indagar en las curiosidades genéricas, el film de Hiroki Matsunono se atiene a un patrón concreto, la película de alguna manera nace, o eso parece, con la intención de abrir nuevas vías en una productora tan poca dada al género fantástico como fue la mítica Shochiku, el film no deja de ser una curiosísima mezcla que aúna desde el horror al cine negro teniendo una conclusión que en parte le emparenta al Kaidan clásico, rizando el rizo estamos ante un trabajo de claras ornamentaciones occidentales con visibles referencias al gótico europeo de principios de los sesenta, también es detectable tanto una indagación en la figura del Mad Doctor, que nos remite al cine de Val Lewton, como otra en lo concerniente a un romanticismo oscuro que bebe de fuentes como por ejemplo el The Black Cat de Edgar G. Ulmer. El mérito principal viene dado en la medida de ver como ante semejante batiburrillo genérico la cosa no desvaría en exceso, más bien al contrario, si llegar a ser ni  mucho menos una gran película The Living Skeleton tiene el agradable añadido de manejar bien lo que se podría denominar como el delirio fantástico, aquel en donde se nota una atemporalidad en el momento de su realización, ahí vemos el clasicismo en según qué detalles pero también un tono de truculencia que intentaba asomar la cabeza por aquel entonces a modo de ruptura esquemática de unos patrones inamovibles hasta aquel entonces.

Valoración 0/5: 3

 

It Comes

Hideki y Kana Tahara son una pareja de recién casados. Hideki está realmente emocionado por el futuro que le depara junto a Kana. Un día, una misteriosa persona visita la compañía en la que él trabaja. Pronto recibe un mensaje de un compañero, asegurando que la persona en cuestión se llama «Chisa», algo que impacta a Hideki. «Chisa» es el nombre que tanto él como su mujer han elegido para su bebé, pero sólo ellos están al corriente del embarazo de Kana. En cuestión de días, el compañero que transmite el mensaje fallece bajo extrañas circunstancias. La vida de Hideki cambia por completo de ese momento en adelante, viéndose implicado en una serie de misteriosos acontecimientos en los siguientes dos años de su existencia.

Había suscitado mucha expectación por parte de los fieles seguidores al género fantástico la noticia de que Tetsuya Nakashima realizaría una película de terror, evidentemente quienes conozcan la trayectoria y las maneras del responsable de Confessions no se han visto sorprendidos a la hora de enfrentarse a unos resultados que devienen como completamente alejados de convencionalismos en referencia a un producto de las características de It Comes, un relato expuesto a modo de delirante antítesis de formulismos manidos en donde el desconcierto causante deviene como un arma de doble filo en lo concerniente a su algo complicada asimilación por parte de un público desconocedor de un imaginario tan extremadamente particular como resulta ser el de Tetsuya Nakashima.

Tetsuya Nakashima es una autor que va bastante más allá del simple exceso o delirio en sus películas como muchos pretenden etiquetarlo a modo de plantilla genérica, en cierta manera su visión o mirada anida principalmente a través de los demonios interiores que atesoran sus personajes, si nos fijamos brevemente en su filmografía esta viene a ser una constante habitual, basada en una novela de Ichi Sawamura It Comes no es ajena a dicha tesis, el escenario en esta ocasión está ubicado dentro de los paramentos del cine de terror japonés pero en parte esto no deja de ser una coyuntura parcial en donde parece primar más la mirada que el formato genérico en cuestión, dicha mirada vuelve a dirigirse en relación a los malos hábitos del ser humano disparando en esta ocasión al modelo prototípico de familia tradicional japonesa en donde anida esa doble moral adyacente en nosotros, o más bien en ellos, un déficit que actuara como desencadénate para que el elemento sobrenatural haga acto de aparición en una historia en donde la familia y la paternidad mal entendida actúa a modo de detonante abrupto en el relato. En lo relativo al formato este curiosamente deviene como algo mas sostenido que películas como Memories of Matsuko o The World of Kanako, films que buscaban a toda costa apabullar en lo visual mediante al frenesí o el desfase conceptual al espectador, más bien en referencia a las formas pues su fondo como marca registrada de la casa continua siendo excesivamente disperso a un nivel narrativo, por momentos desquiciante al igual que su excesivo metraje en lo concerniente a un desarrollo que a través de diferentes líneas temporales vuelve a crear abundantes matices expuestos a través de unos códigos tan concretos como difusos. El mensaje final de It Comes vuelve a ser demoledor como ya lo era en su día su anterior Confessions, aquí ni siquiera hace falta recurrir a una hibridación de géneros a la hora de curiosamente incomodar más que aterrar, a fin de cuentas Tetsuya Nakashima vuelve a recurrir a una infinidad de posibilidades estéticas y narrativas en relación a un tipo de cine aparatosamente complejo que para lo bueno y lo malo atesora esa virtud tan en desuso hoy en día de no dejar indiferente a prácticamente nadie, algo que se mire por donde se mire deviene como todo un logro dado los tiempos que corren.

Valoración 0/5: 3’5

 

Crónica Festival de Sitges 2019. Día 5

El asesino de los caprichos

Varios crímenes en un barrio de clase alta tienen algo en común: sus víctimas coleccionan grabados de Goya. Las inspectoras Carmen Cobos y Eva González iniciarán la investigación en un entorno elitista en el que el tráfico de obras de arte es habitual. Tendrán que descubrir a un asesino que reproduce con sus víctimas las escenas de los Caprichos de Goya.

No es la primera vez que el ya veterano realizador Gerardo Herrero se adentra en el thriller policiaco, no hace falta ir muy atrás en el tiempo, trabajos como Silencio en la nieve o La playa de los ahogados así lo demuestran, tampoco es un recién llegado a Sitges, hace un par de años presento Maus, aquel proyecto con vocación internacional en donde el característico survival forestal mutaba y quedaba revestido en base a metáforas sociales y políticas excesivamente subrayadas, con El asesino de los caprichos incide en el primer apartado señalado, un producto extremadamente funcional que posiblemente deba su presencia en el certamen en la medida de tener a una de las homenajeadas de este año en Sitges, la protagonista principal del film Maribel Verdú.

El asesino de los caprichos parte de una formula bastante recurrente dentro del cine policiaco, posiblemente expuesta de forma algo intermitente en las ultimas décadas pero que cada cierto tiempo vuelve de alguna manera a estar presente y funcionar como hemos visto recientemente con la serie televisiva True Detective, una temática bastante recurrente en los años noventa, parejas de policías completamente antagonistas entre ellos que han de detener a un criminal digamos exótico cuyo modus operandi​ se sale de una tangente habitual en estos casos, ni que decir tiene que la atmosfera que envuelve a todo el relato devendrá como opresiva, evidentemente una de las primeras obras que nos vendrá a la cabeza con respecto a dicha tesis seria la seminal Seven de David Fincher, lamentablemente El asesino de los caprichos se sitúa con respecto a dicho concepto en el lado de la imitación de tono burdo que podría equipararse por aquello de buscar algún tipo de semejanzas al Resurrection de Russell Mulcahy por poner un solo ejemplo, posiblemente la comparativa este cogida con pinzas pues incluso el film interpretado por Christopher Lambert tenia al menos la virtud de no disimular su condición de prototípica serie B. El único atisbo de algo de originalidad, bastante lejano, que podremos detectar en El asesino de los caprichos posiblemente radique en ver en los roles detectivescos a dos mujeres en un terreno que hasta el momento parecía estar abonado a la masculinidad, por lo demás la narrativa y la puesta en escena nos es expuesta de una forma bastante plana y rutinaria algo que por momentos la deriva en tediosa teniendo un déficit difícilmente perdonable en relación a una conclusión de una difícil explicación coherente por mucho que transite por una formula genérica que normalmente suele tener un beneplácito generalizado en el espectador, a tal respecto El asesino de los caprichos difícilmente lo obtendrá. Gerardo Herrero bastante más acertado hace 25 años con su análoga Desvío al paraíso no logra desprenderse de esa etiqueta de producto manufacturado que da la sensación de estar continuamente en un conflicto interno en lo concerniente a buscar e intentar aplicar un entretenimiento en base a algo predecible como resulta finalmente ser todo el entramado orquestado.

Valoración 0/5: 1

 

El hoyo

El Hoyo nos sitúa en un futuro que deviene como distópico. La historia nos ubica en un espacio misterioso en donde parece existir dos personas por nivel, un número desconocido de niveles y una sola plataforma con comida para todos ellos. ¿Eres de los que piensan demasiado cuando están arriba? ¿O de los que no tienen agallas cuando están abajo?, una situación en donde parece claro que cuanto más arriba estés, más oportunidades de sobrevivir tendrás.

La ópera prima de Galder Gaztelu-Urrutia se convirtió por méritos propios en la máxima galardonada de esta edición del Festival de Sitges, Mejor película, Mejores efectos especiales, Premio del público y el Citizen Kane al director revelación que otorga el Jurado de la Crítica fue el reconocimiento oficial a El hoyo, un film que navega continuamente por esas ambiguas y en ocasiones bien utilizadas en el cine vías que nos pueden remitir tanto a distopias futuristas con una gran dosis de alegorías como a un entretenido survival carcelero también de índole futurista que en esta ocasión parece estar situado a medio camino entre el Cube de Vincenzo Natali y el Fortress de Stuart Gordon.

El gran triunfo de El hoyo posiblemente radique en ver cómo logra equilibrar con cierto aplomo los conceptos arriba citados, la película parte de la tesis del absurdo y lo anecdótico existente en cualquier tipo de encierro ubicado en un espacio claustrofóbico, una suerte de cárcel, aquí vertical, cuya posición, continuamente alterada, dará o quitara privilegios a sus huéspedes, el privilegio en si consistirá en poder comer o no, el tono será pues de inequívocas consonancias minimalistas a lo largo de todo su metraje, la información a diferencia del film de Vincenzo Natali sí que se nos va proporcionando pero de forma dudosa en relación a como esta dosificada, no se nos explica sin embargo el motivo real de la existencia de dicho habitáculo, si las motivaciones que sus habitantes han tenido a la hora de entrar en ella, de alguna manera poco importa que se nos detalle todo el entramado, esto seguramente haría languidecer la base principal por el cual se mueve el relato que no es otro que  exponer una metáfora sobre la condición humana. Las intenciones funcionan en la medida de mostrarnos al igual que en el Snowpiercer de Bong Joon-ho o el High-Rise de Ben Wheatley una fábula moral acerca de la degradación humana y la sempiterna  lucha de clases, posiblemente la lectura política entendida como tal da cierta sensación de venirle algo grande a los autores, es por eso que El hoyo que no deja de ser un paradigma de las dinámicas del anhelo en el ser humano que funciona mucho mejor en su tramo inicial que en lo referido a su conclusión, en esa parte final, en donde el discurso pretende tomar el mando, cuando se echa en falta una mayor abstracción y ambigüedad que si poseía en un inicio en donde podíamos percibir una vida propia que fuera más allá de la lectura metafórica que esta por aparecer. La metáfora de El hoyo termina siendo tan evidente como la vida misma, la suerte viene dada en la medida de aplicar a la formula una generosa dosis de comedia negra, también de gore, en cómo se nos muestra ese tono grotesco y en su correspondiente equilibrio final con el dialogo, un posicionamiento que a fin de cuentas logra salvar un producto tan encomiable como efectivo aplicado en base a un hiperrealista juego de espacios que eleva el listón de calidad con respecto a otras producciones patrias que intentan transitar con mucha menos gracias por sendas similares.

Valoración 0/5: 3’5

 

Lux Æterna

Dos actrices, Béatrice Dalle y Charlotte Gainsbourg, cuentan en un plató historias de brujas. Lux Æterna es también un ensayo sobre el cine, sobre el amor por el cine y la histeria en un set de rodaje.

Gaspar Noé es uno de los poco directores que el Festival de Sitges se puede vanagloriar, si obviamos alguna de sus colaboraciones colectivas, de haber presentado todos sus trabajos en el certamen, desde aquel lejano 1999 con una proyección en el cine Retiro de su mediometraje Carne Sitges y el director francés de origen argentino han mantenido una especie de idilio que dura hasta hoy en día, lo curioso del caso es que si nos fijamos en su filmografía ninguno de sus trabajos podrían adscribirse a lo entendible como fantástico puro, lo suyo son más bien ramificaciones o fugas hacia una indeterminación genérica que nos puede llevar a un punto desconocido en donde la única regla existente en dichos materiales es una completa ausencia de patrones que nos permitan saber por dónde pueden ir los tiros.

Esta tesis cada vez parece más un denominador común en la carrera de Gaspar Noé, si ya en su anterior y premiada Climax la improvisación estaba muy presente en Lux Æterna esta no deja de ser de alguna manera su quintaesencia, en parte parece que Gaspar Noé ha llegado a un momento de su trayectoria en que literalmente se deja llevar, Lux Æterna para lo malo pero muy especialmente para lo bueno representa a la perfección dicho posicionamiento autoral. De solo 52 minutos de duración y rodada en apenas 5 días esta pieza pese a la continua improvisación de la que hace gala aúna conceptos ya vistos en anteriores trabajos de su director, el principal, el estar ante un relato de claras consonancias histéricas, por otra parte lo que ya se intuía en el inicio de Climax aquí está bastante más desarrollado a modo de ejercicio meta cinematográfico en donde se juega continuamente con los formatos con especial atención al juego que plantea a través de la multicámara o el split screen. Digamos que Lux Æterna que parte de la premisa de mostrar el nivel de caos al que puede llegar un rodaje, en parte no deja de ser un estudio experimental que transita a través de los parámetros que marcan las bases de la creación artística entendida  aquí como un ente en donde el cine nos es representado como un agente cáustico ubicado en el más absoluto caos, a tal respecto en Lux Æterna, que en todo momento aúna metaficción y autoreferencias, vemos como su set de rodaje nos es presentado como un epiléptico campo de batalla en donde percibimos a una Beatrice Dalle como exigente productora y una Charlotte Gainsbourg como abnegada actriz, el paralelismo de la ficción rodada y la realidad que nos es mostrada siempre bajo un timing frenético podría ser interpretada como una suerte de metáfora de connotaciones destructivas en donde las intérpretes son tratadas como brujas y los creadores que se sientan tras las cámaras como una especie de trasuntos de la inquisición, un peaje del artista en beneficio o detrimento de otro artista en donde de forma clara el concepto del vampirismo hará acto de presencia a través de dicha coyuntura, en cierta manera una suerte de reinterpretación por parte de Gaspar Noé de aquella esplendida Irma Vep de Olivier Assayas. Como en todo el cine de Gaspar Noé al final la reflexión entendida como tal solo nos vendrá a través de la lectura de sus imágenes, unas imágenes que atacan al espectador, estas evidentemente devendrán como profundamente agresiva y en parte provocadoras, a fin de cuentas todo el cine de Gaspar Noé bascula a través de la provocación pero también en referencia a esa hipnosis que es casi marca registrada de la casa en relación a un autor irreductible en referencia a sus particulares tratados a semejanza de otros directores de similar posicionamiento también presentes en el certamen este año como por ejemplo Sion Sono o Fabrice du Welz, autorías que en definitiva fueron las que nos ofrecieron sin lugar a dudas el mejor cine visto este año en Sitges.

Valoración 0/5: 4

 

Antrum

En 1988, la proyección de una película provoco la muerte de cincuenta y seis personas cuando el cine de Budapest donde tenía lugar la premiere prendió en llamas. Desde entonces, es un título maldito, marcado a fuego por la tragedia. Ahora, se ha encontrado un nuevo negativo y se está restaurando una nueva copia: la película más mortal de la historia está lista para el reestreno.

Dentro de la sección Panorama  su pudo ver la opera prima de los estadounidenses  David Amito y  Michael Laicini Antrum, un film que auspiciado con el llamativo subtitulo de The Deadliest Film Ever Made resulta ciertamente peculiar en sus formar pero no tanto en lo referente a sus contenidos. Relato bicéfalo que nos muestra una primera media hora a modo de un mockumentary de manual que parece mirar sin ningún tipo de disimulo a aquel sugerente trabajo televisivo titulado El fin del mundo en 35 mm realizado por John Carpenter para la serie Master of Horror, una vez acabada esta especie de documental en donde se nos advierte de la existencia maldita de una película tendremos el dudoso beneplácito de asistir a la proyección de ese supuesto metraje hasta ahora prohibido para los ojos humanos.

De alguna manera quienes esperen que un film de las características de Antrum funcione en base a las expectativas que el mismo relato pretende crear posiblemente salga bastante decepcionado al comprobar que el supuesto atractivo de lo que vende, de lo prohibido, bajo la premisa de mostrar una película maldita, no va más allá de propio enunciado, bastante más acertada sin embargo está a la hora de sustentar su metraje a través de coordenadas que indagan en el concepto del cine dentro del cine al mismo tiempos que en los límites existentes entre la realidad y la creación de la ficción artística, por otra parte la recreación de ese film maldito actúa a modo de un reciclaje genérico por momentos sugerentes que parece surgido de la mente de Quentin Tarantino o Robert Rodriguez a la hora de recrear un falso Grindhouse teniendo un incuestionable valor empático en referencia al curtido aficionado al género. Quién sabe si realizada con algo de anterioridad a The Blair Witch Project Antrum hubiera tenido una mayor repercusión mediática, aunque ambas caminen por sendas y formas parecidas los fondos sin embargo divergen bastante entre sí, pese a todo la intención es ciertamente curiosa otorgando al film un aura de rareza o de rara avis que logra situarla algo por encima de convencionalismos propios de la serie B, lástima sin embargo que este planteada en un tiempo y en un momento en donde la sobreexplotación de coordenadas genéricas que indagan en la trasgresión del elemento fantástico saturan dichos conceptos hasta límites insospechados.

Valoración 0/5: 2’5

 

Horror Noire: A History of Black Horror

Basado en el aclamado libro del mismo nombre escrito por Robin R. Means Coleman (productor ejecutivo del documental) Horror Noire lanza una mirada crítica y cronológica a un siglo de películas de género, desde el cine mudo hasta su reciente resurgimiento con películas como los éxitos comerciales Get Out o Us, films que de alguna manera usaron, caricaturizaron, explotaron y dejaron de lado a los cineastas y al público negro. El documental comienza echando una mirada a principios del siglo XX tomando como referencia el film de D.W. Griffith Birth of a Nation, película que supone una epopeya sobre la conciliación nacional estadounidense de raza blanca, sin embargo para los espectadores de origen afroamericano deviene como una serie de perturbadoras imágenes.

Con respecto a Robin R. Means Coleman, responsable del magnífico libro que da pie al documental que nos ocupa, este declaraba como El género de terror funciona como una pedagogía avanzada e inquebrantable. No deja de ser un interesante material de estudio acerca de nuestro entorno social, político y racial. Las películas de terror son fascinantes, por una razón u otra se enorgullecen de aliarse a lo considerado como tabú, mientras confunde nuestro sentido del bien y del mal, de lo monstruoso y lo divino o lo sagrado y lo profano. Es una de las formas de entretenimiento más intrépidas en el estudio de nuestra humanidad y nuestras debilidades. La síntesis aquí explicada tan brevemente y tan bien por parte del escritor deviene como perfecta a la hora de situar en importancia y contexto a un trabajo de las características de Horror Noire, el estudio que otorga el documental de genero a modo de herramienta pedagógica resulta incuestionable, en este caso el que nos ocupa incide en que el horror para los espectadores de raza negra no es lo mismo que para las audiencias blancas. Horror Noire resalta que dichas audiencias y creadores negros tienen perspectivas muy personales sobre lo que es el género poniendo de manifiesto que el horror negro no es solo un subgénero más sino también un replanteamiento de lo que realmente significa dicho concepto visto desde otra perspectiva. Un documental básico que funciona con el piloto automático al ser un trabajo de manual que tiene la gran virtud de que lo que se nos cuenta resulta bastante más interesante que en la forma en que lo hace. La sección Seven Chance, ahora reciclada en una especie de cajón de sastre genérico en donde todo parece tener cabida, tuvo para bien el poder ofrecer la posibilidad de ver este documental, un doble merito, la elección y la oportunidad, especialmente que sea a través de un trabajo de difícil acceso para el espectador de estas latitudes, si no estás abonado en Estados Unidos al servicio de streaming de la cadena Shudder difícilmente tendrás acceso a él, canal que curiosamente está siendo muy activo últimamente en esto de indagar en el género fantástico produciendo series como la renacida Creepshow o rescatando para su catálogo documentales que parecían ya perdidos como el excelente Smoke and Mirrors: The Story of Tom Savini, trabajo curiosamente visto hace años por parte de un servidor en la misma sala que esta meritoria e interesante Horror Noire.

Valoración 0/5: 3

 

Idol

El destino de dos hombres está ligado por un accidente en el que ninguno estuvo presente. Por un lado, Myung-hui, un exitoso político, intenta convencer a su hijo para que diga la verdad sobre el accidente en el que estuvo implicado. Por el otro, Joon-sik ve cómo su vida se hace pedazos tras la muerte de su hijo. Cuando una chica que estaba en la noche del accidente desaparezca, los dos padres la buscarán desesperadamente… pero con motivos bien diferentes.

Bastante expectación había suscitado el segundo trabajo tras las cámaras del realizador coreano Lee Su-jin tras aquel notable drama sobre la vulnerabilidad que era Han Gong-Ju (Princesa), film también presente en Sitges hace unos años, con Idol cambia completamente de tercio y registro para ofrecernos otro drama pero de unas características bien distintas y menos acertadas que las de su opera prima.

Reconozco que siempre he tenido un problema hasta cierto punto personal con un tipo de cine, en su mayoría comercial, proveniente de Corea del sur, los tropos excesivamente teatralizados y tremendistas de sus narrativas consiguen sacarme por completo de sus tramas, curiosamente los autores más válidos surgidos de dicho país como por ejemplo Chan-wook Park, Bong Joon-ho, Kim Ji-woon o Na Hong Jin por no hablar de autorías más cerradas como Kim Ki-duk, Lee Chang-dong o Hong Sang-soo prescinden por completo de dichos manierismos, tras su opera prima Lee Su-jin por sus formas parecía formar parte de este primer grupo de realizadores, sin embargo esta Idol pone en duda dicha aseveración. Planteada como un drama de intriga que coquetea con el thriller Idol atesora uno de los grandes males de las mayorías de producciones provenientes de dichas latitudes, esta viene en referencia a su desmedida duración, aquí de 140 minutos. Un servidor es de los que piensan que la duración de una película solo puede ser proporcional a su negatividad en referencia al buen o mal uso que se haga de ella, dicho de otra manera el problema de Idol no son sus 140 minutos sino en cómo están empleados en una película en donde coexisten de manera forzada infinidad de bifurcaciones argumentales en donde el espectador llegado a un punto pierde por completo el interés por lo que está viendo. Ese mal que deviene como endémico de rizar el rizo continuamente en busca del asombro con respecto al espectador está muy presente en todo el metraje de Idol, es esta ocasión no basta con plantearte un juego que pretenda situarse en la antítesis de un ritmo lento, para que la formula funcione hay que saber adecuar en todo momento esa especia de frenesí, la factura técnica impoluta como marca registrada de la casa siempre estará presente sin embargo los sempiternos giros sacrifican la supuesta coherencia del conjunto y por ende el de su propia credibilidad en una historia que trata principalmente de la colisión de dos personajes a través de una particular búsqueda, la excesiva dramaturgia vendrá en la medida de ver como terceros personajes son víctimas colaterales de dichos actos, a partir de ahí ramificaciones mil en una historia que supone un pequeño paso atrás, del que esperemos que se recupere en un futuro, por parte de un Lee Su-jin que se mostró bastante más acertado y comedido en la que fue su opera prima.

Valoración 0/5: 1’5

Crónica Festival de Sitges 2019. Día 4

Amigo

Después de un grave accidente, David decide llevarse a su mejor amigo Javi y cuidarlo. Sin embargo, no pasa mucho tiempo antes de que salgan a la superficie las peleas entre los dos, dejando al descubierto una relación envenenada y homicida, más cercana a la locura que a la amistad que parecen tener.

Como habíamos señalado anteriormente con respecto a Ventajas de viajar en tren y a diferencia de anteriores ediciones este año en Sitges la cosecha de cine español tuvo un nivel más que aceptable, Amigo de Óscar Martín, realizador con un extenso bagaje en el cortometraje, fue otra de las óperas primas vistas en esta edición del festival de Sitges, un film incuestionablemente meritorio que nace con una cierta vocación experimental, no tanto en referencia a su discreta narrativa y si en lo concerniente a una producción con tan solo una semana de rodaje y muy pocos medios económicos a su disposición a la hora de poder explayar un imaginario que deviene tan complejo como poco solido en la manera de cómo llega a estar expuesto.

Amigo tiene el gran lastre, y déficit al fin y a la postre, de no poder disimular su condición de ser un corto alargado, poco importa sus escasos 85 minutos de duración, a tal respecto y con un guion escrito sobre la marcha la historia está planteada a modo de un thriller psicológico aderezado con algunos toques de comedia negra contada a través de un relación masculina que deviene como toxica y que por momentos parece beber de referencias tales como por ejemplo la fundamental What Ever Happened to Baby Jane? de Robert Aldrich, en este caso no estamos ante dos hermanas en el crepúsculo de sus vidas sino ante dos amigos, unos ajustados David Pareja y Javier Botet, en donde un terrible suceso los ha terminado encadenado, el desarrollo de Amigo no deja de ser un relato en donde prima más la creación de atmosferas asfixiantes que el suspense narrativo entendido como tal, quienes esperen los consabidos golpes de guion aquí no los encontraran pues básicamente estamos ante una película muy física en referencia a intenciones que no en ejecuciones, la escases de diálogos va en beneficio de una austera estética bastante bien aplicada a un ambiente que nos sitúa a principios de los años 80 otorgando un cierto aroma a ciertos trabajos realizados por Chicho Ibáñez Serrador como por ejemplo su última aportación al medio, la injustamente infravalorada La culpa. Amigo tiene la virtud de ser una especie de hija putativa de ese tipo de relatos en donde coexiste en todo momento un duelo interpretativo a dos bandas, a partir de dicha premisa vendrá ese tono opresor y claustrofóbico en donde la amistad referida en el titulo se convierte poco a poco en su propia antítesis, un concepto invertido aquí barnizado con algún que otro concepto gótico en un film cuya ausencia total de pretensiones termina convirtiéndose en su mayor aliado.

Valoración 0/5: 2’5

 

The Room

Al mudarse a su nueva casa, una pareja descubre una extraña habitación secreta, cuyo interior alberga el poder de materializar todo lo que desean. Un día, deciden pedir a la estancia que les conceda el hijo que no han podido tener. Pero la felicidad inicial de esa bendición tendrá consecuencias imprevistas.

En esta edición del festival de Sitges hubo una serie de películas que en mayor o menor manera tomaron como referencia principal a la fundamental The Twilight Zone a la hora de mostrar unas determinadas coordenadas por las cuales empezar a narrar la historia que les corresponde, una de ellas fue sin lugar a dudas The Room, puesta de largo del francés Christian Volckman en la imagen real después de dejar  doce años atrás buenas sensaciones con el film de animación futurista Renaissance, en The Room cambia completamente de tono no solo en referencia al formato cinematográfico sino también al referido a unas maneras tan detectables como cuestionables en la medida de como están aplicadas.

Si hace bien poco y encuadrada dentro de ese grupo de películas arriba citadas hablábamos de la sugerente Vivarium de Lorcan Finnegan como paradigma del relato fantástico al servicio de la alegoría social The Room parte de unas coordenadas parecidas en base a connotaciones minimalistas expuestas a través de un anecdotario de naturaleza fantástica como punta de partido del relato, sin embargo su posterior desarrollo diste mucho de ser parecido, a tal respecto Christian Volckman no se entretiene demasiado a la hora de presentarnos unas características vistas en infinidad de ocasiones en películas del género, una joven pareja con un trauma se muda a una nueva casa para empezar una vida desde cero, un elemento fantástico adyacente en el inmueble hará que entre en aparición una nueva perspectiva que cuestionara los principios morales de los nuevos inquilinos. A diferencia de Vivarium la metáfora en The Room es prácticamente inexistente, evidentemente buscando con cierto ahínco podremos detectar mimbres y retazos como por ejemplo aquella máxima que nos dicta hasta donde puede llegar la felicidad conseguida tan solo a través del consumismo, también el limite existente en nuestros deseos a la hora de encontrar ese bienestar tan anhelado, o la más evidente cuestión que puede plantear el film, que es preferible, la libertad o la riqueza? esto sin embargo no deja de ser una deducción pues Christian Volckman no parece muy dispuesto a sugerir, lo suyo va más encaminado a mostrar y lo hace de una forma desmesurada especialmente en su tramo final, a tal respecto The Room despojada de cualquier tipo de misterio en su narrativa no deja de ser una especie de tren de la bruja genérica en donde el continuo giro de guion argumental se convierte curiosamente en lo contrario de lo que pretende ser, no hay lugar pues en ningún momento de su metraje para la indagación encaminada al thriller psicológico, en detrimento veremos unos muy reconocibles golpes de efecto, una senda ya muy transitada en este tipo de películas con anterioridad en donde predomina por encima de cualquier otro tipo de disquisición ese efecto suflé tan característico y en parte deficitario del fantástico actual, relativamente efervescente en su consumo pero de una muy difícil digestión posterior.

Valoración 0/5: 2

 

Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist

Ensayo fílmico lírico y espiritual sobre El exorcista, la ultimísima película de Alexandre O. Philippe explora las profundidades inexploradas de la mente de William Friedkin, los matices de su proceso creativo y los misterios de la fe y del destino que han modelado su vida y su filmografía.

Como vinimos comentado anteriormente con respecto a la notable Memory: The Origins of Alien Alexandre O. Philippe fue indiscutiblemente uno de los nombres propios de esta edición del Festival de Sitges, Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist fue su segundo trabajo tras las cámaras que se pudo ver en el certamen este año, un documental que sin embargo huye de ser prototípico en relación a una función que sigue siendo inequívocamente didáctica para con el espectador pero que sustituye el consabido desgrane global de un autor o una obra, en el caso que nos ocupa la seminal The Exorcist, para ofrecernos una apasionante reflexión acerca del proceso creativo que termina bifurcándose hacia toda su obra a cargo de una sola voz, la del propio creador, William Friedkin.

La fórmula aquí expuesta por evidente que resulte no deja de ser exitosa en el caso que nos ocupa, tan solo seis días de rodaje y una exposición a modo de lujoso audio-comentario resultante de una extensa entrevista en donde William Friedkin analiza un proceso de construcción que deviene como muy personal, el quid de la cuestión en referencia a dicho formato queda en manos exclusivas de su interlocutor, si por ejemplo este hubiera sido por ejemplo John Carpenter el resultado sería bastante diferente, es en dicha síntesis narrativa en donde Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist resulta ciertamente interesante pues a fin de cuentas la clarividencia aquí va bastante más allá que una simple disección de anécdotas ocurridas en un rodaje en concreto. Siempre es interesante escuchar lo que dice William Friedkin, pero especialmente en como lo dice, la información a tal respecto deviene como valiosísima, ni que decir tiene que para los fanáticos de la película constituirá un auténtico tesoro que difícilmente verán en cualquier edición extra del film en formato doméstico, poco importara que el responsable de The French Connection en su continuo y muy profundo monologo otorgue una cierta sensación de superioridad cultural, algunos lo llamaran pedantería, lo importante es que esta mirada no sea impostada pues a fin de cuentas el testimonio como tal deviene como inabarcable en referencia a sus numerosos matices. Como documento excepcional que es Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist, proyecto que curiosamente se gestó hace un par de años en un Sitges en donde coincidieron y se conocieron por primera vez un homenajeado William Friedkin y un Alexandre O. Philippe que presentaba en el certamen su 78/52, este queda finalmente expuesta a modo de un interesante making of de lujo que cuenta con el añadido del acierto de un Alexandre O. Philippe que hasta este momento solo se había acercado a las obras para ahora hacerlo en referencia al autor, aquí expuesto desde el primer plano a través de una abrumadora confesión que extrapola el concepto de la puntual descripción de una obra maestra del género que curiosamente acabo siendo concebida a modo de un acto de fe autoral.

Valoración 0/5: 4

 

The Forest of Love

Jo Murata es un hombre despiadado que usa su carisma para manipular a la gente. Cuando Murata conoce a Shin, este decide que Murata y su turbulenta relación con Mitsuko serían el tema perfecto para su película. A medida que avanza el rodaje, las mentiras comienzan a no distinguirse de la verdad y los límites de la humanidad se ponen a prueba, dando como resultado actos tan estremecedores como repugnantes.

Como apuntemos en la editorial que abría las crónicas del festival este año Sitges ha estado marcado por una fuerte presencia de Netflix en el certamen, la expansión del gigante del streaming no solo ha estado relacionado con su inclusión en el cine estadounidense sino que también se ha ido abriendo a otras nacionalidades como por ejemplo Japón, posiblemente debido a la abrupta diferencia de formato en parte ha existido la idea de que el canal televisivo de alguna manera limitaba la libertad creativa de los autores que reclutada para sus producciones, podrá gustar más o menos el entorno Netflix  pero nada más lejos de la realidad si nos atenemos a como realizadores que atesoran un imaginario muy propio han tenido carta blanca a la hora de desarrollar sus trabajos, nada mejor para poder comprobar dicha tesis que este The Forest of Love del insobornable Sion Sono.

No es la primera vez que el realizador nipón trabaja para una gran plataforma televisiva, antes de The Forest of Love fue responsable de la lúdica Tokyo Vampire Hotel para Amazon, sin embargo este último trabajo que nos ocupa viene a representar un perfecto compendio de la gran mayoría de inquietudes autorales perpetradas por el responsable de Suicide Club, dada la naturaleza de la que parte el resultado termina siendo ciertamente estimulante, sorprendente dada su financiación como hemos apuntado más arriba, también lo es de la forma deslavazada en que nos es mostrada, de alguna manera no podía ser de otra manera en una obra que contornea en todo momentos con los limites, una película multi direccional en donde encontraremos pautas transitadas con anterioridad como la trasgresión expuesta en base al exceso llegando a ser la completa antítesis de un cine de consonancias conservadoras, a tal respecto no existe una adscripción genérica determinada en The Forest of Love, en cierta manera es todo y es nada al mismo tiempo como buena mezclar de continuas ficciones que es, buscando referencias en su filmografía a la hora de poder buscar similitudes esta las podemos encontrar en un mix imposible resultante de Why Don’t You Play in Hell? y Cold Fish. Que Sion Sono es una de las mentes más creativas que existen en la actualidad es incuestionable, que dicha incontinencia de obsesiones no es un plato para todos los gustos también, apoyada por un metraje generoso en cuanto a duración The Forest of Love por momento resulta inabarcable dada la infinidad de referencias, tonos o géneros que coexisten en ella, la infinidad de capas vuelven a ser numerosas, a tal respecto no existe una fórmula concreta que consiga desgranarlas una por una, lo mejor y más apropiado, poco importa que sea en una sala de cine o en el salón de casa, es dejarse llevar y aceptar el juego orquestado por un autor que afortunadamente sigue sin conocer ningún tipo de restricciones a la hora de poder elaborar su cine.

Valoración 0/5: 3’5

 

Carmilla

Miss Fontaine es la institutriz de Lara una adolescente de 15 años que vive totalmente sola en su hogar familiar y que necesita del cuidado de una tutora para controlar su madurez. Desesperada por desatar la pasión sexual propia de su edad, Lara cae rendida bajo el hechizo de la encantadora Carmilla Las dos se ven envueltas en una apasionada relación que comienza a levantas las sospechas de aquellos que viven en las cercanías de la casa, especialmente del doctor de la familia La actitud de Carmilla no tardará en dar la razón a aquellos que la temen.

Una de las ventajas más enriquecedoras que un servidor encuentra en los diferentes certámenes cinematográficos a los que acude cada año radica en poder dialogar con gente siempre interesante acerca de diversas vicisitudes no solo en referencia al propio festival sino también en lo concerniente a otras cuestiones normalmente casi siempre relacionadas con el séptimo arte, a tal respecto recuerdo como este año la mente siempre clarividente de Álvaro Peña me comentaba como tenía la sensación de intuir como los responsables de programar la sección Noves Visions parecían tener una cierta aversión hacia el género fantástico entendido como tal, razón no le faltaba, dicho apartado, uno de los más interesantes del festival, nació con la vocación de presentar unos trabajos que incidían en las autorías más arriesgadas, autorías de género, de alguna manera sigue siendo así aunque a un nivel genérico la cosa se ha dispersado tanto que cuesta el encontrar producciones que podríamos catalogar como puramente fantásticas.

Este pequeño inciso viene a ser una perfecta colación con respecto a esta Carmilla de la realizadora Emily Harris, una nueva adaptación de la célebre novela de Sheridan Le Fanu que pese a ser un film tan esforzado como por momentos interesantes parte de la premisa de anular casi por completo el elemento fantástico adyacente en el texto original, en el film encontraremos pautas reconocibles que nos direccionan al gótico pero la vampirización, génesis principal y fundamental del relato, terminara siendo expuesta más un nivel emotivo-sentimental en claro detrimento de la vertiente terrorífica, esto no tiene que ser algo negativo de por si, al menos si pasamos por alto unas carencias muy detectables visibles en una puesta en escena que parece regodearse más en la teatralidad que en la propia cinematografía. La vía encontrada por parte de Emily Harris en esta obra de contornos claramente minimalistas, en donde lo meramente contemplativo queda al completo servicio del detalle, continua siendo válido en lo concerniente a su matriz principal, en parte gracias a una cierta originalidad que aunque no indague en lo fantástico si lo hace en referencia a adentrarse en ese terreno de la adolescencia tan amplio abonado a liberaciones y rebeldías varias, también hay un lugar destacado a la figura del represor, aquí en una total divergencia con el descubrimiento como no podía ser de otra manera, en este por momentos aplicado relato en donde se nos vuelve a hablar de forma algo diferente acerca de transformaciones que terminan siendo cerceradas de una forma abrupta.

Valoración 0/5: 3