“L’affaire SK1” review

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París, 1991. Franck Magne es un joven inspector que inicia su carrera en la Policía Judicial. Su primer caso es el asesinato de una joven. Pronto descubre casos relacionados pero se enfrenta rápidamente con la realidad del trabajo de investigación: la falta de recursos, largas horas, la burocracia… Pasan los años y las víctimas se multiplican. Las pistas están borrosas. Pero Franck Magne, obsesionado con el caso, no dejará de intentar descubrir y dar caza al monstruo responsable de los crímenes, llevando a cabo la que sería la investigación más compleja de la historia de la policía francesa hasta la fecha.

L’affaire SK1” supone la opera prima del director francés Frédéric Tellier, un debut que se adentra en uno de los casos criminales más sonados en la Francia de los 90, la cruda historia real del denominado “la bestia de la bastilla”, que dio lugar a la investigación y posterior proceso contra Guy Georges por la violación y asesinato de al menos siete mujeres en la ciudad de París, unos asesinatos que duraron casi una década y cuya resolución supuso la puesta en funcionamiento en territorio galo de una base de datos de ADN de agresores sexuales.

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A la hora de buscar referencias de las que bebe “L’affaire SK1” nos encontramos de una forma clara con dos films que también venían a ser sendas crónicas criminales de dos sonoros casos reales con la figura del serial killer como factor primordial, por una parte nos encontramos con la excelente “Zodiac” de David Fincher, aquí la semejanza viene dada por la similitud existente en dos personajes, el protagonista de 
 “L’affaire SK1” al igual que el Jake Gyllenhaal de “Zodiac” viene a representar al ser atormentado-obsesionado con una investigación demasiada dilatada en el tiempo que no logra solucionar y que va haciendo mella en su psique, por otro lado tenemos la pulcra tv movie  “Citizen X” de Chris Gerolmo, aquí las similitudes las encontramos representadas en el modo de mostrarnos esa negligencias burocrática- administrativas o la rivalidad y exhibición de egos por parte de diferentes departamentos encargados de la investigación, algo que deviene como un obstáculo casi insalvable a la hora de resolver el caso, la lastima es que ambas referencias se quedan en eso, simples apuntes narrativos a la hora de narrarnos unos hechos que no termina de estar desarrollados de una manera más decidida, colocando a “L’affaire SK1 como un film correcto en su ejecución pero bastante por debajo de por ejemplo las dos películas arriba mencionadas.

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Paradójicamente la cronología utilizada por Frédéric Tellier a la hora de narrarnos los hechos
  supone un punto a su favor con evidentes claros y oscuros dentro de la apuesta formulada, el film esta vertebrado e intercalado en dos tiempos distintos, investigación-pasado, juicio-presente, algo que dota al film de una cierta originalidad en lo que es su conjunto argumental pero al mismo tiempo de una irregularidad formal bastante notoria, pasamos del correcto thriller policial de investigación (el más interesante) al drama judicial de ligero tono manierista con demasiada frecuencia, no causando confusión pues la historia es diáfana en su entendimiento pero si cierto desequilibrio genérico, da la impresión que Frédéric Tellier no ha querido dejar nada en el tintero, quizás ha querido abarcar demasiado apoyándose en el supuesto realismo del relato, viendo el film uno tiene la sensación de que este se sitúa en tierra de nadie, Tellier se preocupa por no dejar en el tintero temas trascendentales adyacentes en la propia historia, pero se queda en eso, una exposición tan correcta como algo previsible, dando la impresión de ser algo superficial en su ejecución.

Pese a sus imperfecciones “L’affaire SK1” termina siendo un film algo disfrutable, ambientada de manera acertada, más cercana de forma consciente al relato criminal de tono realista que al thriller policiaco al uso. Un género el Polar francés que aunque lejos de su época dorada sigue dándonos aunque sea a cuentagotas algunas muestras de lo más estimables en estos últimos años, “L. 627” Bertrand Tavernier (1992), “Les Marchands de Sable” Pierre Salvadori (2000), “Scènes de Crimes” Frédéric Schoendefer (2000), “Les Rivières Pourpres” Mathieu Kassovitz, (2000), “La Fleur du Mal” Claude Chabrol, (2002), “MR 73” Olivier Marchal, (2008), “Un Prophète” Jaques Audiard, (2009) o “Les Salauds” Claire Denis (2013), una lista en la que “L’affaire SK1” también se podría incluir de una manera ecuánime,  son solo algunas muestras que me vienen a bote pronto a la cabeza de cómo pese al paso del tiempo se intenta personalizar un género desde unos parámetros y coordenadas claramente propias, algo verdaderamente digno de ser alabado.

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