“Marlina the Murderer in Four Acts” review

En las colinas desérticas de una isla indonesia, Marlina, una joven viuda, es atacada, violada y robada. Al defenderse mató a varios hombres de la banda. En busca de justicia, empezará un viaje de fortalecimiento y redención, pero el camino es largo, especialmente si el fantasma de una de sus víctimas empieza a acosarla.

Otra de las escasas muestras de ese valioso otro cine fantástico de digamos índole y raíz alternativa existente en festivales como el de Sitges (premio a la Mejor interpretación femenina para Marsha Timothy) vino de una región de apariencia tan exótica en lo referente a estos menesteres por parte del público occidente como es la Indonesia, Marlina the Murderer in Four Acts tercer trabajo tras las cámaras de la realizadora Mouly Surya tras Fiksi (2008) y What They Don’t Talk About When They Talk About Love (2013) escenifica casi a la perfección y a diferencia de otras películas vistas este mismo año en el festival de las cuales se les quiso apropiar erróneamente por lo que respeta a un servidor de un especifico tipo de etiqueta, aquella en donde un determinado tipo de cine intenta proyectar una visión eminentemente femenina en referencia a sus postulados, en el caso que nos ocupa dividida en cuatro actos narrativos que se sustentan a través en una un base autoral tan coherente en intenciones como rico en lo referente a la exposición de sus múltiples y variados matices.

Si más algo arriba hablábamos de como una película como por ejemplo Brimstone intentaba trasmutar de alguna manera su condición genérica para convertirse en algo en apariencia distinto, Marlina the Murderer in Four Acts en cierta manera recorre un trayecto totalmente opuesto en lo referente a lo que podríamos denominar como sus constantes genéricas, un trayecto que sin embargo de forma algo caprichosa acaban confluyendo gracias a su propia sinergia conceptual. Bajo el enunciado de una femenina revenge violenta la película de Mouly Surya nos ofrece un peculiar y depurado western en donde la estética, fotografía, sonido o amplias panorámicas resultan ciertamente complejas, tan variados y asumibles como rico en matices, y en donde el concepto narrativo del que supuestamente parte y se desarrolla posteriormente, de hecho el gran valor de un trabajo tan estimable como resulta ser Marlina the Murderer in Four Acts, reside en ver y constatar como a través de un excelso ejercicio de estilo no solo se reverencia a clásicos del subgénero de bandoleros plenamente reconocibles de los cuales sigue conceptos pauta por pauta con un inusual conocimiento de ellos no solo en referencias a sus mecanismos sino a cómo saber cómo trasladarlos a un contexto determinado, de naturaleza territorial con un claro sello folclórico y como no eminentemente social en su discurso, pues a fin de cuenta la película de Mouly Surya no deja de ser un claro film denuncia bien enmascarado en donde se prioriza la visión costumbrista a los consabidos golpes de efecto tan característicos en este tipo de película (un fiel exponente de esta diferencia de resultados podría ser por ejemplo una cinta como la surcoreana Bedevilled de Jang Cheol-soo). Marlina the Murderer in Four Acts termina presentándose como una historia del violento abuso del poder de géneros, y muy especialmente la de una rebelión por parte de una viuda y una embarazada contra ello, aquí lo es de una manera patriarcal a través de una sociedad opresora que sabemos que de diferentes maneras sigue existiendo a día de hoy.

Historia oscura con contornos de road movie que transcurre en un mundo luminoso a través de una visión de la venganza poco esperanzadora y provista de ligeras pinceladas de un humor en apariencia tan inteligentes como distanciadores, Marlina the Murderer in Four Acts de forma modélica hace apropio de lo que podríamos denominar como una suerte de textura clásica en lo concerniente a lo que es su propia estructura, una película en definitiva que viene a representar en cómo saber modernizar con cierta soltura un género (el western) a través de un discurso claramente referencial, inteligente y actual, y lo que es más importante de todo, plenamente autoral, mucha atención pues a la futura carrera tras las cámaras de Mouly Surya.

Valoración 0/5: 3’5