“Passion simple” review

En Passion simple vemos como un hombre y una mujer se conocen por casualidad. Él es un diplomático ruso, más joven que ella y casado, y ella es profesora e investigadora divorciada. Poco a poco sus sentimientos derivados de su relación carnal irán creciendo.

Otra de las varias películas que estuvieron presentes en la Sección Oficial del pasado Festival de San Sebastián procedentes de esa edición nonata del Cannes 2020 fue la adaptación cinematográfica de la novela de Annie Ernaux publicada en 1991 Passion simple por parte de la realizadora gala de origen libanés Danielle Arbid, un film que de forma algo sorprendente fue recibido con una cierta hostilidad algo generalizada por parte de la crítica, posiblemente, o un servidor lo intuye así, debido a su innegable naturaleza de artefacto incómodo, en cierta manera el film podría forman parte de aquellos relatos en donde el consabido concepto del Amor fou queda delimitado de forma muy tenue a través de una adicción, pues a fin de cuenta lo que nos explica tanto la novela de Annie Ernaux como el film de la responsable de Peur de rien parece transitar más en base al concepto de la obsesión personal que el de contarnos una prototípica historia de amor.

No debe ser nada sencillo trasladar en imágenes un texto, que sin haber leído la novela por parte de un servidor, se percibe como complejo a la hora de retratar un imaginario que resulta extremadamente propio en relación a las reflexiones que la protagonista supuestamente expone en el libro en base a una exploración personal de la dependencia, en cierta manera lo que se cuenta en Passion simple, cuyos tempos narrativos están expuestos y desarrollados de forma muy inteligente, puede parecer simple en un primer momento valga la redundancia, la historia de un enamoramiento cuya razón de ser forma parte de unos continuos encuentros sexuales que derivan en viscerales entre los dos personajes principales, de hecho el film funciona a modo de un debate interno expuesto siempre por parte de la protagonista femenina del relato, difícil entender que una excepcional Laetitia Dosch no figurará en el palmarés del certamen como mejor actriz, esa dialéctica interna nos termina ofreciendo interesantes conflictos éticos, en este caso expuestos a través de una clara mirada de índole femenino que no feminista por fortuna, acerca de cómo derivas mentales terminan provocando adicciones y no al revés como suele pasar de forma algo más habitual. Será en el momento en que ese supuesto affaire se vuelve de alguna manera más perturbador a través de un deseo que en cierta manera invalida todo lo demás, aquel en donde nos daremos cuenta cómo las escenas de sexo rodadas hasta ese momento con una cierta elegancia pasan a convertirse en algo mas brusco y violento, cuando Passion simple encuentre sus momentos más logrados, aquellos en donde esa pérdida de control por parte de la protagonista en forma de deriva mental, escenas que otorgan al relato ocasionales toques perversos que parecen surgidos de imaginarios propios de Paul Verhoeven, la alejan de la realidad cotidiana del día a día en lo relativo a un colapso percibido como psicológico y direccionado única y exclusivamente a través de una fantasía creada por ella misma en donde transitara por unas zonas oscuras que su personalidad ha creado a raíz del deseo.

Obra en definitiva arriesgada y en parte controvertida, deliberadamente sexual en lo relativo a su forma y fondo, de un innegable calado inmersivo que resulta ser tan válido tanto a la hora de retratar un deseo de naturaleza debilitadora a la que una mujer inteligente se somete de forma voluntaria perdiendo el control de su vida, algo que le afectara laboralmente, socialmente y en lo referido a su faceta como madre, en base a la fantasía que ella misma ha montado en su cabeza sobre quién es el hombre al que se ha entregado a un sexo en un principio sin ataduras, como la habilidad por parte de Danielle Arbid a la hora de sortear conceptos y escollos tales como una posible vacuidad demasiada vista últimamente en la gran pantalla en relación a la unión de erotismo y militarismos genéricos difusos tales como el empoderamiento femenino.

Valoración 0/5: 3’5