Primigenia fantástica. “Eyes of Fire” retrospectiva

América, siglo XVIII. Un hombre es acusado de adulterio y poligamia y, con la ayuda de su familia y una especie de Dríada pelirroja que crea una burbuja protectora en su balsa, consigue escapar de su ejecución. En la huida se les unen otros renegados, y juntos inician un nuevo asentamiento en un remoto bosque perdido. El problema es que no contaban con que era un lugar maldito, hogar de brujería natural y criaturas de un mundo oscuro. Mientras van creando el nuevo hogar y sufren los ataques del bosque, la Dríada está en batalla constante contra las maldiciones.

No deja de ser un hecho fehaciente que el fantástico es el género cinematográfico que en un grado máximo y sin pocas dudas al respecto reúnen a un mayor número de completistas en lo relativo a su catalogación, de alguna manera reúne las condiciones necesarias a modo de sinergia para que el fiel seguidor de dicho género busque, complete o reivindique obras o filmografías que hasta ahora por una razón u otra han permanecido ocultas de cara al gran público, la sensación de fuente inagotable de descubrimientos sea cual sea su ramificación es inherente al entusiasmo y curiosidad por parte del aficionado, Eyes of Fire es una de esas películas que requieren de una indagación previa por parte del seguidor al género fantástico, de lo contrario difícilmente llegara a ella, el film tan desconocido como su realizador el norteamericano Avery Crounse fue una de las tantas obras del fantástico que quedaron sepultadas entre la ingente cantidad de títulos que poblaron las estanterías de los video clubs a principio de los años ochenta, es en la actualidad y sin llegar aun a una anhelada remasterización cuando empieza a ser descubierta y reivindicada de una manera justa, el éxito de otros films recientes que indagan en esa peculiar hibridación genérica del terror y épocas colindantes al western y la difusión por parte de plataformas online han hecho que en un reducido círculo se empiece  a valorar a Eyes of Fire como una joya a redescubrir.

De alguna manera Eyes of Fire viene a representar una ramificación genérica de otras tantas, podríamos atestiguar que su tesis principal se basa en que no hay nada más aterrador que enfrentarte a lo desconocido, su por momentos fascinante cartografía fílmica así lo atestigua, si bien en la actualidad películas como The Witch o la espléndida Hagazussa han puesto sobre la palestra la algo olvidada figura de la bruja en el cine de género el film de Avery Crounse va bastante más allá de dicha figura genérica, su indagación en la primigenia fantástica del folclore de la América nativa es tan arriesgada como imperfecta, un peaje que deviene sin embargo como inevitable y que se aparta por completo de propuestas cuya naturaleza transitan por conceptos mucho más simplistas. Eyes of Fire que parte de una narración fracturada a través de un flashback en donde los personajes sobrevivientes del presente nos dice de inmediato que las cosas no terminarán bien para el resto de personajes tiene la particularidad de indagar en la Norteamérica del siglo XVIII a través de simbolismos muy poco transitados dentro del género fantástico, su apuesta se basa principalmente en lo que podríamos denominar como un terror iniciático, el mal presentado como una fuerza que es una parte fundamental de la naturaleza en sí misma, a tal respecto el escenario y su peculiar magnetismo deviene como clave, imaginemos por un momento que los conquistadores de la fundamental Aguirre, la cólera de Dios de Werner Herzog en vez de enfrentarse a la peligrosidad que suponen los nativos lo han de hacer a una fuerza ubicada bastante anterior en el tiempo, a tal respecto las historias de brujería ancestrales y espíritus malignos en la Norteamérica de los colonos invaden un relato en donde llegados a un punto nos enfrentamos a una historia de terror sobre pioneros situados en un territorio cuya ancestralidad da paso conforme avanza el metraje a una psicodélica (las composiciones y la iluminación resultan fantásticas) tan disparatada como subyugante otorgándole empero una muy difícil catalogación genérica a un nivel global.

A un servidor se le hacer muy complicado el creer que Robert Eggers en su celebrada The Witch no tuviera constantemente en mente el film de un Avery Crounse que hace que la mitología en su film sea expuesto en todo momento como un ente atmosférico, evidentemente ambas películas toman en un desarrollo narrativo y de estilo completamente diferente, una de una sobriedad de contornos casi minimalistas la otra, para un servidor algo más interesante, la de un camino que le lleva a través de una indagación mucho más arriesgada en relación a la antropología fantástica del relato en cuestión, pero si nos fijamos detenidamente en la base en que se sustenta su argumentación esta son muy parecidas, en ambas historias encontramos el exilio forzado de una comunidad de un grupo de personas por un supuesto paganismo religioso como factor determinante, Eyes of Fire va mas allá en la ecuación e incluye en dicho rechazo adulterio y poligamia, ese exilio impuesto no deja de ser un doble castigo, por un lado la exclusión de un grupo de personas a formar parte de una comunidad y por otro el quedar expuestos a un peligro mucho mayor que la intolerancia grupal a que se han visto sometidos como resulta ser el estar a merced de un oscuro y desconocido misticismo a modo de fuerza sobrenatural de consecuencias devastadoras. Eyes of Fire como buena rara avis que es termina siendo esa película de contornos imperfectos que pudo ser no solo perfecta en si misma sino también clave en referencia al devenir del género fantástico de estas últimas décadas, es como si sus múltiples derivas genéricas colocadas a modo de puzle no estuvieran puestas en orden especialmente en lo referido a su media hora final, posiblemente la intención de Avery Crounse fue realmente esa, la de trasportar al espectador de alguna manera a una confusión narrativa colindante por momentos con el cine experimental, ir de algún modo más allá en la concepción de hacerte sentir aturdido y perdido a merced de una naturaleza tan abierta e inexplorada como peligrosa dada sus fundamentos, si es así doble mérito para esta pieza de terror de época cuya particularidad dada sus atributos la hace única otorgándole una merecida reivindicación que afortunadamente parece que está llegando.

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