“Scary Stories to Tell in the Dark” review

Scary Stories to Tell in the Dark nos sitúa en la América del año 1968, en un pequeño pueblo llamado Mill Valley en donde vemos como varias generaciones han vivido atemorizados bajo la sombra de la familia Bellows. En su mansión situada a las afueras de la ciudad, Sarah, una joven con horribles secretos convirtió su torturada vida en una serie de historias de miedo escritas en un libro que ha trascendido en el tiempo, historias que pueden volverse muy reales para un grupo de adolescentes cuando descubran el aterrador libro escrito en su día por Sarah.

Bastante expectación había suscitado la adaptación a la gran pantalla de los relatos escritos por Alvin Schwartz a principios de los años 80, tres volúmenes recopilatorios de una serie de leyendas urbanas, las interrogantes que se habían planteados de cómo estos micro relatos podían ser llevados al cine fueron varias, en un principio lo más lógico y por qué no decirlo coherente dada su estructura narrativa hubiera sido alargar en lo posible dichas historias a la hora de crear un film episódico, sin embargo está más que comprobado que ha día de hoy el film de antologías no es rentable en lo económico en taquilla, estas películas a diferencia de antaño parecen destinadas en la actualidad a tener una vida solo destinada a pases en festivales de género y plataformas televisivas, en dicha tesitura radica la principal razón de ser de un producto de las características de Scary Stories to Tell in the Dark, film a todas luces tan funcional y extremadamente calculado como ambicioso en referencia a sus intenciones comerciales, por momentos agradablemente referencial pero de unas características direccionadas bastantemente detectable a ser un ligero disfrute estival que lamentablemente no va más allá de las interesantes bases narrativas de las que partía.

Esta premisa comentada, su posicionamiento y en parte comprensión más arriba señalada viene a colación con respecto a los artífices que están detrás del proyecto, por un lado en la producción nos encontramos con Guillermo Del Toro, por otro en la dirección el noruego André Øvredal, interesante realizador que había dado atisbo de muy buenas maneras con el simpático mockumentary Trollhunter y la posterior y notable The Autopsy of Jane Doe. Viendo el resultado final que nos otorga Scary Stories to Tell in the Dark uno llega a la triste conclusión de que el teórico talento mostrado hasta la fecha a la hora de mostraron con aplomo una inteligente sugestión genérica  por parte de Øvredal queda completamente diluida por un producto cuya aparatosidad calculada da poco margen a imaginarios propios que intentan apartarse en función de su riesgo de unas coordenadas que devienen claramente como preestablecidas. A tal respecto no estaría de más detenerse brevemente en la implicación otorgada al producto en la figura de alguien tan fundamental hoy en día en el género fantástico como es Guillermo Del Toro, el director de origen mexicano deviene como más artífice que Øvredal, o eso es lo que un servidor intuyo viendo la película, esta nos ofrece un reconocible catálogo de seres en donde se ven atisbos de faunos, monstruos y demás estilemos de su imaginario, también el consabido componente social y correspondiente lectura política está muy presente, quizás demasiado, la figura de Richard Nixon, un racismo bien latente y la guerra de Vietnam como terror real de finales de los años 60 en confrontación con el terror surgido de la imaginación es ofrecido con demasiada falta de sutileza, el batiburrillo referencial genérico por otra parte termina siendo tan disfrutable en parte como algo indigesto dada su falta de homogeneidad, algo que si nos paramos a analizar brevemente no tendría que sorprender tanto pues Guillermo Del Toro no es un realizador/productor en cuya obra todo reluzca como muchos se empeñan en demostrar y como quedaba demostrada entre otros ejemplos en ese obra de contornos tan discutibles en referencia a su ejecución como resulto su implicación en la fallida Don’t Be Afraid of the Dark.

Scary Stories to Tell in the Dark termina siendo un ameno trabajo en donde destacan especialmente sus set pieces y una cierta indagación en lo gótico, de alguna manera la auténtica génesis de la que partía el proyecto, la historia central que las vertebra no deja de ser un recopilatorio muy manido de modismos que hoy día reclama el fandom, Stranger Things y parte del universo Stephen King por aquello de que estamos en plena fiebre pre It. Al final la percepción es la de ver como un talento en ciernes como André Øvredal se limita en esta ocasión a obedecer, a cumplir la función de un fiel y competente artesano en donde Guillermo del Toro se apodera y reutiliza el material de base, para ilustrar dicho paralelismo permítanme una divertida salida de tono al respecto, aquella escena del film en donde vemos como un monstruo de figura oronda engulle literalmente a uno de los protagonistas, divertida suerte de metáfora cuya constatación sin embargo no resulta tanto.

Valoración 0/5:2