“The Juniper Tree” review

A finales de la Edad Media, la joven Margit (Björk) y su hermana mayor Katla huyen a las montañas después de la muerte de su madre, quemada por brujería. Ambas encuentran refugio con Jóhann, un viudo que vive con su hijo pequeño Jónas. Mientras Katla trata de seducir al campesino, Margit y Jónas se hacen buenos amigos. Pero el pequeño está convencido de que Katla es una bruja y la odia profundamente.

En ese delicioso cajón de sastre en que parece que se ha convertido la actual sección Seven Chances dicho apartado sigue dando la oportunidad de recuperar un tipo de cine que en parte es desconocido para la gran mayoría de público que suele asistir al festival de Sitges, un material que merece un rescate en este caso a modo de un único visionado en pantalla grande, a tal respecto no hace falta remontarse 50 años atrás para encontrar rarezas cinematográficas por descubrir, las hay bastante más recientes como por ejemplo resulta ser The Juniper Tree, película filmada en el año 1990 y que posiblemente mucha gente tendrá una ligera noción sobre ella en la medida de estar interpretada por una joven Björk, la restauración en tecnología 4K, por parte de la Wisconsin Center for Film & Theater Research y The Film Foundation que en esta ocasión conto con la estimable ayuda de la George Lucas Family Fundation, de la opera prima de una prematuramente fallecida Nietzchka Keene, realizadora que solo pudo dirigir dos películas más, la televisiva Heroine of hell (1996) y Barefoot to Jerusalem (2008), y que tuvo un estreno limitado en cines a finales de 2019 gracias a Capricci Cine, devino en el pasado Sitges una oportunidad única de poder descubrir una sorprendente y fascinante obra que nos sitúa a medio camino entre la brujería medieval y el estudio a través de dicho parámetro genérico de lo que vendría a ser la emancipación femenina de aquella época.

Bajo un atemporal, imponente y exquisito blanco y negro expuesto en base a un portentosa fotografía a cargo de Randy Sellars The Juniper Tree entra en esa tan especial catalogación de films hasta ahora casi inencontrables que han sido condenados a un inexplicable y en parte caprichoso aislamiento cultural hasta día de hoy, rodada en los agrestes paisajes islandeses y ambientada en el final de la cruenta Edad Media el film de Nietzchka Keene parte de unos postulados autorales muy propios que aquí adapta muy libremente un oscuro relato de los hermanos Grimm titulado El enebro, a tal respecto la película indaga en conceptos tan atrayentes como es ese paganismo ubicado dentro del folclore nórdico que da la impresión de estar en una continua colisión respecto a lo considerado humano e esotérico. Definida por muchos como un cuento de hadas de índole feminista The Juniper Tree es de esas películas que hayan su principal referencia a través de unas imágenes que son percibidas como muy primarias, en ellas atisbaremos diferentes imaginarios que nos pueden hacer recordar al cine de Bergman,  Tarkovski y evidentemente Dreyer, por fortuna esto no deja de ser una mirada de connotaciones básicamente estéticas y en parte algo fugaces, en The Juniper Tree se intuye para bien un discurso autoral ciertamente interesante, de alguna manera adelantado a su época, aquel que indaga a través de las líricas provenientes de las sagas nórdicas ubicadas en un universo en donde el estigma actúa a modo de poético aquelarre, también existe una segunda lectura algo más soterrada si se quiere, provista de consonancias más demoledoras aun si cabe que iría más allá de una cruda y mística medieval por la cual el relato da la sensación de vertebrarse, aquella que lejos de mucho cine contemporáneo que se autoproclama feminista en base a continuos subrayados a cual más evidente está relacionado con el concepto de la superstición pagana, será en base a dicha mirada en donde se atisba una atroz misoginia de connotaciones atávicas de la que seremos testigos a través de la tesitura de cómo las protagonistas femeninas han de sobrevivir de alguna manera u otra a modo de acompañantes de hombres legitimados socialmente para proveer el que es su sustento básico.

A través de su atmosfera y de sus poderosas imágenes The Juniper Tree como obra sin un tiempo determinado que es vuelve a poner de manifiesto que lo insondable aplicado al fantástico no calibra de códigos o coordenadas actuales o pasadas que anidan en lo obvio o lo evidente, en cierta manera en este poético aquelarre islandés lo suyo es más bien crear turbulentos a la vez que sutiles imaginarios a partir de la simple sugestión visual en relación a una caligrafía que treinta años después de su realización continua siendo tan arriesgada como fascinante, todo un logro digno de resaltar y más viendo las nuevas autorías surgidas del fantástico actual.      

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