“Three” review

Durante una noche confluyen diversas historias en un hospital: un sospechoso detenido que se niega a declarar ante la policía, un hombre que afronta una operación crucial, un hombre que ha quedado malparado tras una operación, un jubilado con ganas de escapar por el hospital, etc. Una doctora es testigo y partícipe de todas estas historias.

No deja de ser curioso el hype festivalero (en Sitges siempre muy presente y en evidente aumento en estos últimos años) que se le suele otorgar a según qué realizadores de una manera algo caprichosa, no por el fondo pero si en lo referente a sus formas, hará unos diez años parecía haber casi una necesidad perentoria de colocar y subrayar a Johnnie To en un primerísimo plano, films como Breaking news, Election, Exiled o Mad Detective entre otros lo justificaban de una forma muy lógica y justa, sin embargo en los últimos años esta corriente crítica de reivindicación, beneplácito y elogios en algunos casos desmesurados se han ido misteriosamente apagando, un comportamiento volátil y ciertamente innato dentro de esta tendencia, también es verdad que el director hongkonés no ha incidido mucho en el thriller en estos últimos tiempos pero no deja de ser curioso que sus magníficas Vengeance y en la especialmente majestuosa Drug War no hayan tenido un mayor eco y respaldo crítico, todo esto viene a colación por la sorprendentemente escasa repercusión (prácticamente ha pasado desapercibida) que tuvo en Sitges una película como Three, quien lo hubiera dicho hace diez años.., evidentemente un autor de la talla de Johnnie To está muy por encima de estas estúpidas corrientes hype de festivales tan en boga últimamente, corriente que en el caso que nos ocupa curiosamente pasa totalmente por alto todo su muy extenso trabajo dentro de la comedia romántica, Three posiblemente sea un título algo menor en la carrera de To (su tempo narrativo es demasiado abrupto entre otros ligeros déficits), aunque claro una obra menor dentro de su filmografía no deja de ser un título muy por encima de lo que consideramos como media, circunstancias estas que no impide que seguramente estemos ante uno de los mejor films proveniente de Hong Kong del pasado año.

En la pasada edición del festival de Sitges se tuvo para bien el volver a contar con dos películas de la mítica Milkyway, por un lado la estimable Trivisa dirigida a tres bandas por Jevons Au, Vicky Wong, Frank Hui, y por otro el film que a continuación nos ocupa, Three, la vuelta de Johnnie To, el indiscutible gran maestro del thriller contemporáneo, al género de acción, aunque en este caso aparte de volver a ser una acción muy estilizada, como casi siempre suele ser característico en su cine, es algo esporádica (de echo solo visible en una única escena de acción que funciona a la perfección como no podía ser de otra manera a modo de coreografía, un plano secuencia bien apoyado por la tecnología digital de cerca de cinco minutos de duración filmado de forma majestuosa y deviniendo a modo de quintaesencia de lo que podríamos denominar como la plena suspensión de la acción) todo ello adornado con un peculiar y esporádico tono de tragicomedia al mismo tiempo que una curiosa tesis argumental acerca de la fragilidad de la ética en los actos que han de acometer los personajes principales, corrientes narrativas expuestas de forma algo irregular que impregna todo un relato hecho con oficio, una mixtura de géneros que nuevamente pone de manifiesto una de las máximas de su autor, el hacer siempre una arriesgada apuesta por la originalidad con respecto a lo que son sus propuestas aun a riesgo de bordear en alguna que otra ocasión un cierto absurdo en lo concerniente a sus tramas.

Three con un argumento de tono clásico que no pretende inventar nada nuevo no deja de ser una laboriosa pieza de orfebrería cinematográfica, Johnnie To como buen artesano del género nos propone un juego en el que va colocando todas sus fichas de una forma tan ciertamente parsimoniosa como detallista, casi a modo de un juego de ajedrez al uso, hasta llegar a ese instante final en el que todas ellas quedan perfectamente alineadas dando la espalda a esa narrativa muerta que suele circunvalar un desarrollo argumental al uso, en un film ubicado en un único escenario (al igual que en su anterior y magnifica Office), planteándonos una virtuosa construcción del espacio casi a semejanza de una obra teatral, y utilizando el exterior casi como un concepto de abstracción no presente dentro de la acción propiamente dicha. Three viene a ser un perfecto ejemplo de lo que podemos entender como un alejamiento conceptuado por parte del director hongkonés en no caer en la reiteración pero sin abandonar ciertas señas de identidad propias, una película hecha con oficio como no podía ser de otra manera por parte de un maestro que en esta ocasión parece sustentarse en un argumento algo clásico en donde la tensión es el combustible primordial de una narrativa que busca de explotar en ese único instante tan característico en las películas de su director, meridianamente visible en Three en la majestuosa escena del tiroteo final rodada con una maestría que ha día de hoy sigue estando al alcance de muy pocos realizadores.

Valoración 0/5: 3’5